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»Número de Referencia: 152-69CM1-2014

»Origen: CÁMARAS
»Nombre del Tribunal: CÁMARA PRIMERA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA SECCIÓN DEL
CENTRO, SAN SALVADOR
»Tipo de Proceso:
»Tipo de Resolución: Sentencias
»Fecha de Resolución: 05/11/2014
»Hora de Resolución: 08:17:00
152-69CM1-2014
I. ENCABEZAMIENTO DE LA SENTENCIA.
CÁMARA PRIMERA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA SECCIÓN DEL CENTRO:
San Salvador, a las ocho horas y diecisiete minutos del día cinco de noviembre de dos mil
catorce.
1.1) IDENTIFICACIÓN DEL PROCESO Y PARTES.
Vistos en apelación, la sentencia pronunciada por la Señora Jueza “3” del Juzgado
Primero de lo Civil y Mercantil de esta ciudad, a las diez horas del día treinta de julio de
dos mil catorce, en el Proceso Especial Ejecutivo Mercantil, identificado bajo la
referencia E-144-13-8, con Número Único de Expediente 05909-13-MRPE-1CM3,
promovido por los Licenciados JOSÉ MARIO V. B., y SARBELIO JOSÉ V. R., y
continuado conjuntamente con el Licenciado ENRIQUE ANTONIO A. M., en su calidad
de apoderados de la entidad demandante hoy apelada CASTLE ROCK VINEYARDS, del
domicilio de Tulare, California, Estados Unidos de América, contra las demandadas ahora
apelantes SOCIEDAD AGROINDUSTRIAS E IMPORTACIONES, SOCIEDAD
ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE, que se abrevia AGROINDUSTRIAS E
IMPORTACIONES, S.A. DE C.V., señoras CLAUDIA CAROLINA S. H., y LINDA
YANETH L. VIUDA DE M., conocida como LINDA YANETH L. DE M., y LINDA
YANETH L. R., éstas dos últimas representadas procesalmente por su apoderado,
Licenciado JOSÉ ARNULFO P. M.; no así la sociedad demandada
AGROINDUSTRIAS E IMPORTACIONES, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL
VARIABLE, que se abrevia AGROINDUSTRIAS E IMPORTACIONES, S.A. DE
C.V., no obstante su legal emplazamiento, como consta en el acta de fs. 67 fte., p.p.
Han intervenido en primera instancia, los Licenciados JOSÉ MARIO V. B.,
SARBELIO JOSÉ V. R., ENRIQUE ANTONIO A. M., y JOSÉ ARNULFO P. M., en las
calidades citadas; y en esta instancia, los Licenciados JOSÉ SARBELIO JOSÉ V. R. y
JOSÉ ARNULFO P. M., en el concepto indicado.
1.2) SENTENCIA IMPUGNADA.
El fallo de la sentencia de la que se apela, en lo esencial dice: “I) Estímase en forma
total la pretensión promovida por los licenciados JOSE MARIO V. B., SARBELIO JOSE V.
R., y ENRIQUE ANTONIO A. M., actuando como apoderados generales judiciales con
cláusula especial de CASTLE ROCK VINEYARDS, en contra de: la sociedad
AGROINDUSTRIAS E IMPORTACIONES, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL
VARIABLE que puede abreviarse AGROINDUSTRIAS E IMPORTACIONES S.A. DE C.V.,
en su calidad de deudor principal y de las señoras CLAUDIA CAROLINA S. H., y LINDA
YANETH L. DE M., conocida por LINDA YANETH L. R., como fiadoras y codeudoras
solidarias de la sociedad AGROINDUSTRIAS E IMPORTACIONES, SOCIEDAD
ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE, para que le cancelen a la demandante, en el plazo
de DIEZ DÍAS HÁBILES, contados a partir de la firmeza de la presente sentencia, la
cantidad de: a) CIENTO DIECISÉIS MIL SETECIENTOS SESENTA Y OCHO DÓLARES
DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, en concepto de capital; b) ONCE MIL
SEISCIENTOS SETENTA Y SEIS DÓLARES CON OCHENTA CENTAVOS DE DÓLAR
DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, en concepto de penalidad del DIEZ POR
CIENTO, sobre la cantidad adeudada; c) Más los intereses moratorios del CINCO POR
CIENTO MENSUAL sobre la cantidad de CIENTO DIECISÉIS MIL SETECIENTOS
SESENTA Y OCHO DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, a partir del
día quince de junio del año dos mil trece, hasta su completa cancelación, transe o remate;
II) Condénase a la parte demandada al pago de las costas procesales causadas en esta
instancia.”
El abogado de las referidas señoras demandadas, Licenciado JOSÉ ARNULFO P.
M., no conforme con dicha sentencia, de fs. 182 a 187 fte., p.p., interpuso recurso de
apelación, para ante esta sede judicial, tal como consta en el escrito de fs. 2 a 4 fte., del
presente incidente.
II. ANTECEDENTES DE HECHO.
2.1) ALEGACIONES RESUMIDAS DE LA PARTE DEMANDANTE.
Los Licenciados JOSÉ MARIO V. B., y SARBELIO JOSÉ V. R., como apoderados de
la parte demandante, en su demanda de fs. 1 a 3 p.p., en lo medular EXPUSIERON: 1) Que
según consta del testimonio de la Escritura Pública de Reconocimiento de Obligación, otorgada en la ciudad de
San Salvador, a las dieciséis horas del día veinticuatro de abril de dos mil trece, la sociedad AGROINDUSTRIAS
E IMPORTACIONES, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE, que puede abreviarse
AGROINDUSTRIAS E IMPORTACIONES, S.A. DE C.V., reconoció que es en deberle a CASTLE ROCK
VINEYARDS, la cantidad de CIENTO TREINTA Y SEIS MIL SETECIENTOS SESENTA Y OCHO DÓLARES DE
LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA. Que en ese mismo instrumento, también consta: A) Que la sociedad
AGROINDUSTRIAS E IMPORTACIONES, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE, que puede
abreviarse AGROINDUSTRIAS E IMPORTACIONES, S.A. DE C.V., se obligó a pagar a CASTLE ROCK
VINEYARDS, la suma de CIENTO TREINTA Y SEIS MIL SEISCIENTOS SETENTA Y OCHO D ÓLARES DE LOS
ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, en el plazo de CINCUENTA Y UN DÍAS, contados a partir del día veinticuatro
de abril de dos mil trece; es decir, que el plazo vencería el día catorce de junio de dos mil trece. B) La sociedad
demandada se obligó a pagar la cantidad adeudada de la siguiente manera: a) una primera cuota por la cantidad
de VEINTE MIL DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, pagadera a mas tardar el día quince de
mayo de dos mil trece; b) una segunda cuota por el resto de la cantidad adeudada, es decir, la suma de CIENTO
DIECISÉIS MIL SESENTA Y OCHO DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, pagadera a mas
tardar el día catorce de junio de dos mil trece. C) Que por falta de pago de cualquiera de las cuotas de capital en
la forma en que se ha estipulado, el plazo se tendría por caducado y la obligación a cargo de la sociedad
demandada se volvería exigible en su totalidad como de plazo vencido. D) Que en caso de incumplimiento de los
términos del contrato, la sociedad demandada se comprometió a pagar a CASTLE ROCK VINEYARDS una
penalidad del DIEZ POR CIENTO de la suma adeudada. E) En caso de mora en el pago de cualquiera de las
cuotas establecidas en el instrumento, la sociedad demandada pagaría un interés moratorio del CINCO por ciento
mensual sobre saldos en mora. F) Que las señoras CLAUDIA CAROLINA S. H., y LINDA YANETH L. DE M., se
constituyeron fiadoras y codeudoras solidarias de la sociedad AGROINDUSTRIAS E IMPORTACIONES,
SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE, que puede abreviarse AGROINDUSTRIAS E
IMPORTACIONES S.A. DE C.V.
2) Que el día catorce de junio de dos mil trece, la mencionada sociedad, incumplió la obligación de pago
adquirida en el instrumento de reconocimiento de la obligación, incurriendo en mora respecto al pago de la cuota
de CIENTO DIECISÉIS MIL SETECIENTOS SESENTA Y OCHO DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
AMÉRICA. En razón de encontrarse en mora la sociedad, en el pago de las referidas obligaciones y de la fuerza
ejecutiva del instrumento en el cual están contenidas, demandan en Proceso Ejecutivo Mercantil a la sociedad
AGROINDUSTRIAS E IMPORTACIONES, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE, que puede
abreviarse AGROINDUSTRIAS E IMPORTACIONES S.A. DE C.V., y en carácter de fiadoras y codeudoras
solidarias a las señoras CLAUDIA CAROLINA S. H., y LINDA YANETH L. DE M., conocida por LINDA YANETH
L. R.
Por lo que piden que en sentencia definitiva se condene a las demandadas, pagar a su mandante, las cantidades de
dinero e intereses en la forma siguiente: a) CIENTO DIECISÉIS MIL SETECIENTOS SESENTA Y OCHO
DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, en concepto de capital que se les debe; b) ONCE MIL
SEISCIENTOS SETENTA Y SEIS DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA CON OCHENTA
CENTAVOS DE DÓLAR, en concepto de penalidad del DIEZ POR CIENTO sobre la cantidad adeudada; c)
Intereses moratorios del CINCO POR CIENTO MENSUAL sobre la cantidad de CIENTO DIECISÉIS MIL
SETECIENTOS SESENTA Y OCHO DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA a partir del día quince
de junio de dos mil trece, hasta la fecha del completo pago de la obligaci ón reclamada; y, d) Las costas del
proceso.
2.2) ALEGACIONES RESUMIDAS DE LA PARTE DEMANDADA.
El Licenciado JOSÉ ARNULFO P. M., en su calidad de apoderado de las aludidas señoras
demandadas, en el escrito de fs. 76 a 77 p.p., en lo esencial EXPRESÓ: Que en nombre y
representación de las señoras LINDA YANETH L. DE M., conocida por LINDA YANETH L. VIUDA DE
M., y CLAUDIA CAROLINA S. H., de conformidad al art. 284 CPCM., contesta la demanda en sentido negativo,
oponiéndose a las pretensiones formuladas por la parte demandante. AGROINDUSTRIAS E IMPORTACIONES,
SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE, por medio de su representante legal, señorita Claudia
Guadalupe M. S., a las dieciséis horas del día veinticuatro de abril de dos mil trece, ante los oficios del Notario
José Mario V. B., reconoció que la sociedad que representa es en deberle a la sociedad CASTLE ROCK
VINEYARDS, la cantidad de ciento dieciséis mil setecientos sesenta y ocho dólares de los Estados Unidos de
América, documento que sus mandantes suscribieron con fiadoras y codeudoras solidarias de AGROINDUSTRIAS
E IMPORTACIONES S.A. DE C.V., documento que contiene entre otras, la cláusula V, que establece que se
pagará por el incumplimiento de los términos del contrato, una penalidad del diez por ciento de la suma
adeudada, la cual servirá para cubrir los gastos en que tenga que incurrir la sociedad CASTLE ROCK
VINEYARDS, y la VI), la cual establece que se pagará un interés moratorio del CINCO POR CIENTO MENSUAL
SOBRE SALDOS EN MORA.
De la lectura de los documentos presentados, se encuentra agregado al proceso, el Testimonio de la Escritura
Pública de Reconocimiento de Obligación, documento en el cual se establece que la sociedad CASTLE ROCK
VINEYARDS, es la titular de la obligación, cuya denominación aparece como CASTLE ROCK VINEYARDS; pero
según el poder enviado de los Estados Unidos y tal como consta en las diligencias de traducción del mismo, Leslec
Dunningan, quien es el notario público ante quien se otorgó el poder, dice que aparece personalmente Al. L. Good,
luego en el mismo se expresa que Al. L. Good es el titular de CASTLEROCK VINEYARDS, como puede colegirse
de la lectura de los documentos, o sea de la Escritura Pública de Reconocimiento de Obligación y del poder,
existiendo las siguientes diferencias: a) En la Escritura Pública de Reconocimiento de Obligación dice que
AGROINDUSTRIAS E IMPORTACIONES, S.A. DE C.V., y sus mandantes, deben a la sociedad CASTLE ROCK
VINEYARDS, y b) En el poder, no manifiesta que quien lo otorga sea una sociedad, además según consta en el
mismo, quien lo otorga se llama CASTLEROCK VINEYARDS, siendo un ente completamente diferente al titular de
las obligaciones, por lo tanto los abogados V. B., y V. R., no han legitimado la personer ía con la que actúan, ya
que en la demanda presentada, aparece que son apoderados de la entidad CASTLE ROCK VINEYARDS, el cual es
un ente distinto al que aparece consignado en el documento de reconocimiento de obligación, y por ello, los
apoderados no tienen la calidad ni la representación del titular que aparece en el documento de obligación, en
consecuencia, no están legitimados para actuar en el proceso. Además, los intereses moratorios y la cláusula
penal contravienen la Ley Contra la Usura.
Por lo que pide que se declare inadmisible la demanda de forma sobrevenida, por no encontrarse los apoderados
de la parte demandante debidamente legitimados en el proceso ejecutivo, y por la falta de uno de sus presupuestos,
como lo es el acreedor cierto y legítimo, alegando y oponiendo la excepción de improponibilidad de la demanda,
en razón de que el titular de los derechos es la sociedad CASTLE ROCK VINEYARDS y la persona que pide en
esta demanda, es una persona completamente distinta a la titular de las obligaciones que corre agregada en el
proceso y se declare la nulidad desde la admisión de la demanda.

2.3) TRÁMITE DEL RECURSO DE APELACIÓN.


Esta Cámara, mediante el auto de fs. 5 de este incidente, luego de realizar el examen
de admisibilidad y procesabilidad del recurso de apelación, interpuesto por el apoderado de
las aludidas señoras demandadas, Licenciado JOSÉ ARNULFO P. M., admitió dicho
recurso; y señaló lugar, día y hora para la celebración de la audiencia oral y pública, de
conformidad a lo establecido en el art. 513 inc. 3° CPCM., cuyo resultado consta en el acta
de fs. 8 a 9 del incidente aludido.
a) SÍNTESIS DEL PUNTO PLANTEADO EN EL RECURSO DE APELACIÓN.
El procurador de la parte apelante, Licenciado JOSÉ ARNULFO P. M., según su
escrito de apelación de fs. 2 a 4 fte., de este incidente, sustenta su inconformidad con la
sentencia pronunciada en primera instancia, específicamente en que nunca se ha acreditado
que la persona que pide con la que aparece en el documento de obligación se trate del
mismo ente, y se ha cambiado antojadizamente su denominación; por lo que pide que se
declare la nulidad de la sentencia pronunciada por existir vulneración de las formas
esenciales de la sentencia, y en caso de que no proceda, se revoque, y se pronuncie en el
sentido de que no existe legítimo contradictor.
b) AUDIENCIA DE APELACIÓN.
En la audiencia de segunda instancia, celebrada a las nueve horas del día ocho de
octubre de dos mil catorce, cuyo contenido consta de fs. 8 a 9 de este incidente, de
conformidad a lo estipulado en el inc. 1° del art. 514 CPCM., se le concedió la palabra al
apoderado de la parte apelada, Licenciado SARBELIO JOSÉ V. R., para que se opusiera o
se adhiriera a la apelación, QUIEN EXPUSO: Que en cuanto a la nulidad alegada por la
parte apelante, basada en la falta de legitimación procesal activa, dicho punto ya fue
resuelto por medio de la sentencia de apelación, dictada a las catorce horas y cincuenta y
un minutos del día dieciocho de junio de dos mil catorce, la cual ha sido declarada firme,
por lo que no hay nada que se pueda discutir sobre ello, porque fue resuelto, y pide que se
declare no ha lugar la nulidad solicitada.
En cuanto a los motivos de apelación, en lo referente a la falta de fundamentación
fáctica y de derecho alegada, sobre la sentencia dictada por el Juzgado Primero de lo
Civil y Mercantil, a las diez horas del día treinta de julio de dos mil catorce, se opone en el
sentido que la misma fue dictada de conformidad con los arts. 216 y 217 CPCM.,
cumpliendo con todos los requisitos de forma y contenido, tanto en la fundamentación
como de todos los elementos que debe contener la sentencia, por lo que pide que se declare
no ha lugar el motivo de apelación y se confirme la sentencia.
Luego, se le dio intervención al representante procesal de la parte recurrente,
Licenciado JOSÉ ARNULFO P. M., para que se pronunciara con relación a la oposición
planteada, QUIEN EXPRESÓ: Que consideró oportuno interponer el recurso de
apelación, porque en la sentencia no existe fundamento legal, ni jurisprudencia donde se
sustente que quien pide y tiene derecho, se pueda cambiar de denominación por anterior
sentencia dictada, la cual no fue sustentada, y el juzgador se limita a decir que la Cámara
le ordenó dictarla, con lo que se vulneró lo dispuesto en el art. 63 CPCM., el cual no fue
aplicado cuando se examinó la demanda, relativo a la representación de las personas
jurídicas extranjeras; así mismo, sobre la motivación, regulada en el art. 216 CPCM., y la
vulneración de los requisitos de la sentencia en cuanto a la forma y contenido, plasmado
en los arts. 217 y 276 CPCM.
En su momento fue alegada la falta de capacidad, que es lo esencial en este
proceso, porque al pronunciarse el abogado de la parte demandante y en el contenido de
la demanda, se observa que actúan en calidad de apoderados generales judiciales con
cláusula especial, de CASTLE ROCK VINEYARDS, que es una entidad de negocios,
debidamente constituida y reconocida bajo las reglas del Estado de Tulare, Estados
Unidos. Si bien es cierto, ya hay una sentencia que anteriormente dio esta Cámara, no
quiere decir que no existan elementos nuevos que puedan ser valorados o tomados en
cuenta para poder corregir la que en su momento fue dictada. Tal como consta en el poder
que los apoderados de la parte demandante agregaron al expediente, cuya traducción no
está conforme con su original, el señor Albert L. Good, no es el titular, el es propietario de
CASTLE ROCK VINEYARDS, lo que se conoce en nuestra legislación como un
comerciante individual, que es la función que tiene en Estados Unidos, como una persona
natural, lo que puede hacer cualquier individuo en su carácter personal, inscribir un
nombre comercial en el Registro de Comercio para que surta efectos frente a terceros que
quieran poner el mismo nombre.
Pero si bien es cierto, el señor Albert L. Good, inscribió esa denominación social a
su nombre, siendo por ello de su propiedad, puede que ello baste en Estados Unidos; pero
no en nuestro país, pues éste no es un ente que goce de personería jurídica, ya que los
únicos que la tienen son las sociedades, no una persona natural. Cuando el Licenciado B.,
extendió el testimonio del poder, expresó que era para ser entregado a la sociedad lo cual
no es cierto, porque no es una sociedad, por lo que hay falta de legítimo contradictor, en
razón que la persona que demanda no es la misma que ha otorgado el poder.
Por lo que pide que se dicte la nulidad de la sentencia, por haberse incumplido las
formalidades de la misma, y se pronuncie la que a derecho corresponde, pero en caso de
no accederse, se revoque, en razón de haberse vulnerado los principios de congruencia,
motivación fáctica y jurídica y al emitirse la sentencia debe establecerse que no existe
legítimo contradictor declarando improponible la demanda.
Posteriormente la Cámara dio por concluida la audiencia, anunciando previamente
su fallo, en los siguientes términos: “A) SE DECLARARÁ SIN LUGAR LA NULIDAD
alegada por el apoderado de las aludidas señoras demandadas, Licenciado JOSÉ
ARNULFO P. M.; B) SE CONFIRMARÁ LA SENTENCIA VENIDA EN APELACIÓN
pronunciada por la Señora Jueza “3” del Juzgado Primero de lo Civil y Mercantil de
esta ciudad, a las diez horas del día treinta de julio de dos mil catorce; y, C) SE
CONDENARÁ EN COSTAS PROCESALES de esta instancia a la parte recurrente.”
MOTIVACIÓN.
III. FUNDAMENTOS DE DERECHO.
La presente sentencia de apelación se pronunciará exclusivamente sobre el punto
planteado en el recurso.
En tal sentido, vistos los autos, el punto de apelación y lo alegado por las partes,
esta Cámara formula los siguientes argumentos jurídicos:
3.1) El inc. 1º del art. 458 CPCM., establece que el proceso ejecutivo podrá
iniciarse cuando del título correspondiente emane una obligación de pago en dinero,
exigible, líquida o liquidable, con vista del documento presentado, siendo aquél en donde
sin entrar a la cuestión de fondo de las relaciones jurídicas, se trata de hacer efectivo lo que
consta en el mismo, debiendo contener los requisitos siguientes: a) que conforme a la ley
exhiba fuerza ejecutiva; b) un acreedor legítimo; c) un deudor cierto; y d) una obligación
exigible y de plazo vencido.
Es decir, que debe bastarse por sí mismo, y contener todos los elementos que se
requieren para el ejercicio de la pretensión ejecutiva, porque es la justificación del derecho
subjetivo, lo que implica la constatación fehaciente de una obligación exigible.
En consonancia con lo anterior, de acuerdo a lo dispuesto en el inc. 1º del art. 460 CPCM.,
reconocida la legitimidad del demandante y la fuerza ejecutiva del título, el juez da trámite
a la demanda.
La vinculación a la Constitución, leyes y demás normas, es un precepto al cual están
ligados los jueces, sin que puedan desconocerlas ni desobedecerlas, según lo estatuido en el
inc. 1º del art. 2 CPCM., en estrecha armonía con el Principio de Legalidad, plasmado en el
art. 3 CPCM., que ordena que todo proceso deberá tramitarse ante juez competente y
conforme a las disposiciones de este Código, las que no podrán ser alteradas por ningún
sujeto procesal, siendo las formalidades previstas, imperativas.
3.2) El apoderado de las referidas demandadas, Licenciado JOSÉ ARNULFO P.
M., argumenta en el escrito de apelación, que nunca se ha acreditado que quien pide, con
quien aparece en el documento de obligación se trate del mismo ente, pidiendo la nulidad
de la sentencia pronunciada por existir vulneración de las formas esenciales de la sentencia,
y en caso de que no proceda la misma, se revoque, pronunciándose en el sentido de que no
existe legítimo contradictor.
3.2.1) EN CUANTO A LA IDENTIDAD DE LA DEMANDANTE.
Al hacer un esquema comparativo en los autos, en cuanto a la denominación del
demandante, se observa lo siguiente:
En la demanda, de fs. 1 a 3 p.p., se identifica como CASTLE ROCK VINEYARDS,
entidad de negocios, debidamente constituida bajo las leyes del Estado de Tulare, en el
Estado de California, Estados Unidos de América, con domicilio en la ciudad de Delano,
del referido estado.
En las Diligencias Notariales de Traducción del poder, se observa que éste fue
otorgado ante los oficios de Leslec Dunningan, Notario Público del Estado de California, a
favor de los Licenciados José Mario V. B., Sarbelio José V. R., Enrique Antonio A. M., y
Yasmin Roxana M. E., de fs. 4 a 14 fte., p.p., en representación de Albert L. Good, como
titular de CASTLEROCK VINEYARDS, entidad de negocios, debidamente constituida
bajo las leyes del Estado de Tulare, en el Estado de California, Estados Unidos de
América, con domicilio en 501 RICHGROVE DRIVE, DELANO, CALIFORNIA.
En el testimonio de la Escritura Pública de Reconocimiento de Obligación, de fs. 15
a 19 fte., p.p., aparece que fue otorgado por AGROINDUSTRIAS E IMPORTACIONES
S.A DE C.V., a favor de CASTLE ROCK VINEYARDS, sociedad de nacionalidad
Estadounidense, del domicilio de la ciudad de Delano, California, Estados Unidos de
América.
En las Diligencias de Traducción de la declaración de nombre ficticio para empresa,
emitida por la Secretaría del Condado de Tulare, certificada por notario, de fs. 130 a 138
fte., p.p., se lee que es CASTLE ROCK VINEYARDS, cuyo titular es un individuo, que es
el solicitante, señor Albert L. Good, siendo la dirección de la calle del centro de la actividad
principal, RICHGROVE DRIVE, condado de TULARE, Estado de California.
En la copia certificada por notario de la tarjeta de identificación tributaria, de fs. 153
fte., p.p., se observa el nombre del contribuyente, CASTLE ROCK VINEYARDS, con
número 9450-150592-101-9.
En síntesis, de la prueba documental se infiere inequívocamente que quien fuere
identificada a lo largo del proceso con las denominaciones CASTLE ROCK VINEYARDS,
entidad de negocios; en representación de Albert L. Good, como titular de CASTLEROCK
VINEYARDS entidad de negocios; CASTLE ROCK VINEYARDS, sociedad de
nacionalidad Estadounidense; CASTLE ROCK VINEYARDS, cuyo titular es un
individuo, siendo el solicitante el señor Albert L. Good; y CASTLE ROCK VINEYARDS;
es un mismo ente, cuyos datos concuerdan en que se encuentra constituida bajo las leyes
del Estado de Tulare, en el Estado de California, Estados Unidos de América, con domicilio
en 501 RICHGROVE DRIVE, DELANO, CALIFORNIA, cuyo titular es Albert L. Good;
siendo a su vez identificada con la Tarjeta de Identificación Tributaria número […], como
CASTLE ROCK VINEYARDS, que a tenor de lo dispuesto en el inc. 1º del art. 1 y 4 de la
Ley del Registro y Control Especial de Contribuyentes al Fisco, es el documento que
acredita la inscripción de los sujetos o entidades inscritas en el Sistema de Registro y
Control Especial de Contribuyentes al Fisco de El Salvador, el cual con la cooperación del
Ministerio de Relaciones Exteriores, establece las fases, plazos, lugares, procedimientos,
mecanismos y disposiciones que sean necesarias para el registro, emisión y entrega de la
tarjeta que contiene el Número de Identificación Tributaria en el exterior; de lo que se
desprende que existe, y no es una persona diferente, porque en tanto y en cuanto los datos
identificativos sean coincidentes, no habrá duda al respecto de la homogeneidad de la
persona; quedando desvirtuada la aseveración que formula la parte apelante en relación a
que no se ha acreditado que quien pide sea el mismo que aparece en el documento base de
la pretensión, motivo por el cual pide la nulidad de la sentencia.
Aunado a lo anterior, en el caso de autos, la existencia de CASTLE ROCK
VINEYARDS, se encuentra probada con la apostilla de fs. 136 a 138 p.p., que se encuentra
realizada con base al Convenio de la Haya de 1961, sobre la Eliminación del Requisito de
la Legalización de Documentos Públicos Extranjeros, el cual es un método simplificado de
legalización de documentos a efectos de verificar su autenticidad en el ámbito del derecho
internacional, y el Órgano Ejecutivo en el Ramo de Relaciones Exteriores, aprobó la
adhesión de la República de El Salvador al mismo, mediante Acuerdo Ejecutivo No. 703,
de fecha 21 de julio de 1995; habiéndose depositado dicho instrumento de adhesión ante el
Ministerio de Asuntos Extranjeros del Reino de los Países Bajos, siendo ratificado por la
Honorable Asamblea Legislativa el 12 de Septiembre de 1996, mediante Decreto
Legislativo No. 811, publicado en el Diario Oficial No. 194, Tomo No. 333, de fecha 16 de
octubre de 1996, por lo que El Salvador es actualmente Estado Parte del mismo.
3.2.2) CON RELACIÓN AL PRESUPUESTO DE LEGÍTIMO
CONTRADICTOR ALEGADO.
Para que se aperture la vía jurisdiccional ante un hecho controvertido, deben cumplirse los
presupuestos procesales, unos de orden formal y otros de orden material o de fondo: entre
los primeros, se encuentra la demanda en forma, la capacidad procesal de las partes, y la
competencia del juzgador; y entre los segundos tenemos la legitimidad para obrar y el
interés para intervenir.
Ambos son requisitos ineludibles para que se genere una relación jurídica procesal válida y
pueda resolverse sobre el fondo de lo pretendido, pues a falta de uno de estos, el
funcionario judicial esta inhibido de conocer sobre la pretensión planteada en la demanda.

En alusión a lo anterior, los presupuestos materiales se definen como los necesarios para
decidir el caso concreto, cuya solución no depende de las normas procesales, sino
sustanciales, perteneciendo a esta categoría, la titularidad o legitimación (los legítimos
contradictores), y el interés para obrar (legitimo directo y actual).

El art. 66 CPCM., determina que tendrán legitimación para intervenir como parte en un
proceso los titulares de un derecho o un interés legalmente reconocido en relación con la
pretensión.

También se reconocerá legitimación a las personas a quienes la ley permita expresamente


actuar en el proceso por derechos e intereses de los que no son titulares.

Cuando se habla de legitimación en general, se está haciendo referencia a aquella relación


del sujeto con el objeto litigioso en grado tal de permitirle aparecer como parte actora o
demandada, es decir, un interés legítimo propio, lo que conlleva a una relación de los
sujetos con el objeto del proceso debatido.

Se configura así como un presupuesto para poder adoptar una decisión judicial sobre el
fondo, pues delimita el elemento subjetivo de la relación jurídica procesal, haciendo que el
órgano jurisdiccional se ponga en funcionamiento únicamente cuando puede identificarse
prima facie que quien intenta la acción y aquel contra la que se dirige, son los sujetos
concernidos por el estado, situación o relación material devenida en conflicto, que por tanto
son ellos quienes necesitan la heterocomposición del mismo.

En reiterada jurisprudencia se ha dicho que no existe debida legitimación en la causa en dos


casos: a) Cuando el demandante o el demandado no tienen en absoluto vinculación con el
objeto del proceso, por ser personas distintas a quienes correspondía formular esas
pretensiones o contradecirlas; y, b) Cuando no comparece la totalidad de los sujetos que
tienen relación directa con el objeto del proceso.

Así las cosas, la ausencia de legitimación en la causa obedece a dos situaciones: 1. Total,
absoluta o propiamente dicha, que se da cuando quien concurra no sea el titular, sino que
esta calidad radique en otra persona, que no interviene en el proceso. 2. Incompleta, cuando
no están todos los sujetos en quienes ella radica. Acontece en el litisconsorcio necesario
antes citado, cuando quienes concurren al proceso son titulares del derecho, pero el interés,
que reside en los resultados del proceso, no radica en forma exclusiva en ellos, por
compartirlo con quienes no comparecieron.
Tanto la legitimación en la causa como el interés para obrar, miran a las dos partes y, por
ello, se habla de activa, pasiva o mixta, según se refiera al demandante, demandado o a las
dos respectivamente.

El juez ha de controlar la concurrencia de la legitimación, siendo ésta un verdadero


presupuesto procesal, ello, en aras de asegurar una tutela judicial efectiva.

Esto reside en la idea de evitar tramitar un juicio que ab initio presenta la certeza de que las
partes no son las adecuadas; es decir, que quien demanda o contra quien se demanda, no
reviste la condición de persona habilitada por la ley para discutir sobre el objeto a que el
juicio se refiere.

La legitimación activa es esa aptitud que tiene la persona de intervenir materialmente en la


formulación de una pretensión por ser el titular del derecho controvertido, y así permanezca
ésta en condiciones de ser examinada por el órgano jurisdiccional en cuanto al fondo.

El porqué una persona es acreedora de dicha aptitud, responde a la relación causal, que es el
motivo o la razón que permite exigir el hacer, dejar de hacer o dar alguna cosa, y debe
entenderse como el antecedente necesario que origina un efecto, y el fundamento por el
cual en este caso es producido el perjuicio alegado, y en virtud del cual nace el derecho al
reclamo.

En otras palabras, implica la situación de hecho que sirve de soporte a una relación jurídica
conforme a su destino, y en ese sentido, debe existir un nexo entre la causa y el efecto
producido, es decir, identidad entre el demandante en el proceso y la persona que demuestre
ser sujeto de la relación jurídica sustancial controvertida en él.

En consecuencia, si quien se pretende actor, no se ubica en ningún extremo de esa relación,


se está ante la situación de ausencia de condiciones básicas que no permiten establecer la
adecuada relación jurídico procesal; configurándose la pretensión como improponible.

En ese orden de ideas, en el presente caso, el documento base de la pretensión es un


INSTRUMENTO PÚBLICO DE RECONOCIMIENTO DE OBLIGACIÓN, de fs. 15 a
19 fte., p.p., celebrado en la ciudad de San Salvador, a las dieciséis horas del día
veinticuatro de abril de dos mil trece, ante los oficios notariales del Licenciado José Mario
V. B., en el cual se lee textualmente: “II) RECONOCIMIENTO DE OBLIGACION: Que en
su calidad de representante legal de la sociedad AGROINDUSTRIAS E
IMPORTACIONES, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE, por medio del
presente instrumento, reconoce que su representada es en deberle a CASTLE ROCK
VINEYARDS, sociedad de nacionalidad estadounidense, del domicilio de la ciudad de
Delano, California, Estados Unidos de América, la cantidad de CIENTO TREINTA Y SEIS
MIL SETECIENTOS SESENTA Y OCHO DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
AMÉRICA”, comprometiéndose a pagarla por medio de dos cuotas, la primera por la
cantidad de VEINTE MIL DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, y la
segunda por la suma de CIENTO DIECISÉIS MIL SETECIENTOS SESENTA Y OCHO
DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, ambas acreditadas en la cuenta
bancaria de LA SOCIEDAD CASTLE ROCK VINEYARDS, constituyéndose fiadoras
de las obligaciones contraídas, las demandadas señoras CLAUDIA CAROLINA S. H., y
LINDA YANETH L. DE M., conocida por LINDA YANETH L. R., ahora como LINDA
YANETH L. VIUDA DE M., como aparece en la cláusula IX) del referido instrumento; el
cual, según lo establecido en el ordinal primero del art. 457 CPCM., es un título ejecutivo,
que permite iniciar dicho proceso.
En el aludido instrumento, se aprecia que las referidas señoras demandadas, en su
calidad de fiadoras y codeudoras solidarias, indubitablemente reconocieron una obligación
de pago para con CASTLE ROCK VINEYARDS, sin especificarse si se trataba de una
sociedad, un ente de negocios o un nombre comercial, y en aplicación de la doctrina de los
actos propios, nadie puede ejecutar un acto en contradicción a una conducta o declaración
previa, siendo su base la buena fe y la protección del derecho, traduciéndose en una especie
de “decencia jurídica”, lo que equivale a afirmar que “nadie puede aprovecharse de su
propio dolo”, y si bien, nuestro derecho positivo interno no establece de forma expresa
dicha doctrina, lo cierto es que en El Salvador, se ratificó por medio del Decreto
Legislativo No 759, la “Convención de las Naciones Unidas sobre los Contratos de
Compraventa Internacional de Mercaderías”, a la cual se adhirió por medio del Acuerdo
Ejecutivo No. 553 de fecha 2 de junio de 1999, aprobada por el Órgano Ejecutivo en el
Ramo de Relaciones Exteriores a través del Acuerdo No. 554 de fecha 2 de junio de 1999,
con plena vigencia desde el 8 de septiembre de 2006, que en su art. 29 ord. 2º expresa que
cualquier persona vinculada por sus propios actos, no podrá alegar esa estipulación en la
medida en que la otra parte se haya basado en tales actos, por lo que haciendo una
integración normativa con el art. 1416 C.C., en consonancia con el art. 144 Cn., se puede
afirmar que reconocida una obligación a favor de otro, no se puede posteriormente
pretender evadir la misma, so pretexto de que frente a quien se contrajo no puede exigir el
pago, invocando la falta de legítimo contradictor, puesto que el elemento “voluntad” de las
partes fue predominantemente contractual, y al reconocer la obligación para con CASTLE
ROCK VINEYARDS, se contrajo para con su titular, que es el señor Albert L. Good, por lo
tanto, con todo su consentimiento decidieron someterse a una obligación que se sabía de
antemano que podía tener consecuencias de carácter ejecutivo.
Lo anterior es concordante con el principio de responsabilidad, que implica asumir
las consecuencias de los actos, y en este caso, las fiadoras y codeudoras solidarias, deben
asumir su calidad de tal y pagar a CASTLE ROCK VINEYARDS; porque en el campo
contractual, los acuerdos de voluntad que uno suscribe deben ser cumplidos a través del
pago.
En ese sentido, este Tribunal ya se había pronunciado en la sentencia que aparece en
la certificación de fs. 171 a 178 p.p., en cuanto a que no cabe duda que si bien en nuestro
sistema jurídico el art. 52 C.C., enumera que los sujetos de derecho son las personas
naturales o jurídicas, en el tráfico mercantil, a tenor del art. 2 inc. 1º C.Com., se estipula
que los comerciantes son de dos clases: I.- Las personas naturales titulares de una empresa
mercantil, que se llaman comerciantes individuales, y, II.- Las sociedades que se llaman
comerciantes sociales.
En El Salvador, la empresa, según lo disponen los arts. 5 rom. I, 553, y 555 C.Com.,
es una cosa mercantil, y a la vez un bien mueble; sin embargo, el art. 557 rom. VII C.Com.,
expresa que dentro de los elementos que la componen, se encuentran las mercancías,
créditos y los demás bienes y valores similares, aunado a que en materia de derecho
internacional privado, rige el estatuto personal, que lo componen aquellas disposiciones que
se refieren al estado y la capacidad civil, la cual se regla por la ley del domicilio, así pues,
siendo que El Salvador, por medio de decreto legislativo de fecha 30 de marzo de 1931,
aprobó el “Código de Derecho Internacional Privado”, conocido como “Código de
Bustamante”, de conformidad con los arts. 27 y 31 de dicho cuerpo de leyes, se colige que
si las demandadas reconocieron que adeudaban a CASTLE ROCK VINEYARDS, una
cantidad de dinero producto de actividades comerciales, es insostenible que ello no
repercuta en el patrimonio del señor ALBERT L. GOOD, quien es el titular de la misma,
cuyo crédito se ha reconocido a su favor, por lo que no puede imponérsele que su capacidad
se rija por las leyes salvadoreñas; en consecuencia, el punto de apelación no tiene sustento
legal.
IV. CONCLUSIÓN.
Esta Cámara concluye que en el caso que se juzga, con la prueba documental
aportada, se ha acreditado la existencia y legitimación de la demandante, y por tratarse de
una compraventa internacional de mercaderías, no puede exigirse que los titulares del
derecho material discutido, se acomoden al ordenamiento jurídico salvadoreño, salvo que
se vulnere el orden público, que es el límite reconocido por el Derecho Internacional
Privado, lo que no ocurre en el caso de autos.
Consecuentemente con lo expresado, es procedente declarar sin lugar la nulidad invocada,
confirmar la sentencia impugnada y condenar en costas de esta instancia a la parte apelante.
V. FALLO
POR TANTO: Sobre la base de los razonamientos expuestos, disposiciones legales
citadas y de conformidad con lo establecido en los arts. 1 inc. 1°, 11, 15, 18, 172 incs. 1° y
3º, 182 atribución 5ª Cn., 29 ordinal 1°, 212 inc. último, 213, 215, 216, 217, 218, 219 inc.
1º, 272, 275 y 515 incs. 1º y 2° CPCM., A NOMBRE DE LA REPÚBLICA DE EL
SALVADOR ESTA CÁMARA FALLA: A) DECLÁRASE SIN LUGAR LA
NULIDAD alegada por el apoderado de las aludidas señoras demandadas, Licenciado
JOSÉ ARNULFO P. M.; B) CONFÍRMASE LA SENTENCIA VENIDA EN
APELACIÓN pronunciada por la Señora Jueza “3” del Juzgado Primero de lo Civil y
Mercantil de esta ciudad, a las diez horas del día treinta de julio de dos mil catorce; y, C)
CONDÉNASE EN COSTAS PROCESALES de esta instancia a la parte recurrente.
Oportunamente, devuélvase el proceso al Tribunal de su origen con certificación de
esta sentencia. Hágase Saber.-
Pronunciada por los Señores Magistrados que la suscriben.

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