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Antiinflamatorios no
esteroides (AINE) Victor Mauricio León Serpa
victordvm@hotmail.com
1 INTRODUCCIÓN
Los eicosanoides junto con el factor activador de plaquetas son mediadores biológicos muy importantes. Los
eicosanoides son derivados de los fosfolípidos de membrana y se forman fundamentalmente, a partir del ácido
araquidónico por tres vías enzimáticas (Botana, 2016):
Actúan como moduladores y mediadores de importantes procesos fisiológicos y patológicos en el organismo, y los
fármacos que bloquean el sitio de unión del ácido araquidónico en las isoformas de la COX para inhibir la formación de
las prostaglandinas, son conocidos como antiinflamatorios no esteroides AINE (Botana, 2016).
Los analgésicos no esteroidales (AINE) también conocidos como analgésicos no opiáceos, para el manejo del dolor
asociado al traumatismos agudo o la cirugía son objeto de atención creciente en la práctica de pequeños animales.
Estos fármacos no producen sedación ni ataxia y permiten una recuperación más rápida de la anestesia general, por lo
cual constituye un objetivo deseable. Sin embargo, es necesario seleccionar con cuidado el AINE con menor
probabilidad de producir efectos adversos gastrointestinales, renales o hepáticos (Maddison et al, 2004).
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AINE
Y finalmente ácidos epoxieicosatrienoicos e hidroxieicosatrienoicos (EET y HEET) cuando es metabolizado por la
citocromo P-450-monooxigenasa.
Los eicosanoides participan en funciones fisiológicas y patológicas. Entre las primeras destacan la regulación de la
presión arterial y el equilibrio electrolítico, la liberación de renina, la agregación plaquetaria y el trabajo del parto. Entre
los procesos patológicos influyen en los procesos febriles, el dolor y la inflamación, el cáncer, el asma y otras
enfermedades (Botana, 2016).
2.3 HIPERTERMIA
Las prostaglandinas juegan un papel importante en la elevación de la temperatura corporal debida a procesos
patológicos. En estas condiciones se produce un aumento de la liberación de citosinas en las células macrofágicas, que
va seguido de un aumento de la liberación de prostaglandinas (PGE2) en la zona hipotalámica, y que tendrá como
consecuencia la elevación de la temperatura corporal y la aparición del síndrome febril (Botana, 2016).
Se conocen tres tipos de isoformas de ciclooxigenasas, la COX-1, COX-2 y COX-3. La COX-1 es constitutiva y por lo tanto
está siempre presente. Los TX y PG sintetizados gracias a ella, participan en procesos fisiológicos como la citoprotección
gástrica, la regulación del tono vascular y bronquial, la contracción uterina y la función renal entre otras. La COX-2 es, en
cambio, expresada en las células del sistema inmunológico ante un proceso inflamatorio. Esta diferencia es
fundamental para la elección de un AINE para controlar un proceso inflamatorio sin dañar la mucosa gástrica. Así, el
ácido acetilsalicílico, el ibuprofeno, el naproxeno o el diclofenaco inhiben de manera no selectiva COX-1 y COX-2,
mientras que el celecoxib, perteneciente al grupo de los coxib, inhibe selectivamente la COX-2. Por último, la COX-3 es
una variante de la COX-1. Además de los inhibidores inespecíficos de COX-1 se encuentran fármacos que inhiben con
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más afinidad la COX-2 que la COX-1, y por lo tanto son considerados más seguros (carprofeno y meloxicam) (Botana,
2016).
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AINE
Los AINE tienen actividad antiinflamatoria, antipirética y analgésica e inhiben la agregación plaquetaria (Maddison et al,
2004). Los AINE bloquean el sitio de unión del ácido araquidónico a la COX, impidiendo la liberación de prostaglandinas1
y otros mediadores de la inflamación derivados del ácido araquidónico 2 (Maddison et al, 2004; Botana, 2016). La unión
a la COX-1 puede ser:
La mayoría de los AINE son inhibidores competitivos. La inhibición de la COX-2 por fármacos específicos es reversible y
dependiente del tiempo. La COX-1 y COX-2 tienen el mismo peso molecular y son muy similares, pero la principal
diferencia es que la COX-2 tiene un canal más ancho que el de la COX-1, por lo que casi todos los AINE inhibidores de la
COX-1 inhiben también la COX-2, y en cambio, muchos inhibidores de la COX-2 son poco efectivos de la COX-1 (Botana,
2016).
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Prostaglandinas (PG) E2, F2 y D2.
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Otros productos importantes del metabolismo del ácido araquidónico comprenden las series de leucotrienos, cuya producción está
mediada por la enzima lipoxigenasa, presente en los pulmones, plaquetas y leucocitos. Se ha postulado que los AINE son
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antiinflamatorios menos eficaces que los glucocorticoides porque los mediadores precursores de la inflamación se encuentran libres
para ingresar a la vía de la lipoxigenasa y producir efectos antiinflamatorios considerables. Aunque se afirma que algunos AINE,
como el ketoprofeno, también inhiben a la lipoxigenasa in vitro, este efecto tiende a depender de la especie y del tejido y no se ha
documentado con dosis clínicas in vivo (Maddison et al, 2004).
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AINE
Fenilacéticos Diclofenaco, alclofenaco, fentiazaco y nepafenaco
Naftilacético Nabumetona
Derivados del ácido enólico Piroxicam, tenoxicam, ampiroxicam, pivoxicam, lornoxicam
(oxicams) y cinoxicam
Derivados de acido antranílico Fenamatos
Inhibidores selectivos COX-2
Oxicams Meloxicam
Sulfoanilida Nimesulida
Indolacéticos Etodolaco
Coxibs Celecoxib, rofecoxib, etoricoxib, valdecoxib, lumiracoxib,
parecoxib
Tomado: Botana, 2016
4 FARMACOCINÉTICA
De manera general se puede decir que estos fármacos se absorben con facilidad tras la administración oral. Su
absorción comienza en el estómago, donde debido a su pH se encuentran poco ionizados como ácidos débiles,
favoreciendo así su capacidad de atravesar membranas. Sin embargo, la mayor parte de su absorción tendrá lugar en el
intestino delgado, donde la superficie de absorción es mayor. La biodisponibilidad varía en función de la especie,
variando ésta también en presencia o ausencia de alimento (Botana, 2016).
Tienen una gran afinidad por las proteínas plasmáticas y en especial por la albumina, por lo que su volumen de
distribución es bajo. En algunas especies la unión a la albumina es superior al 99%. Esta circunstancia hay que tenerla
en cuenta, ya que las situaciones que disminuyen esta unión (hipoalbuminemia, competición con otros fármacos, etc.)
darán lugar a modificaciones en su biodisponibilidad. La semivida varía también en función de la especie, pero es en
general corta, a excepción del piroxicam, naproxeno y mavacoxib, que presentan semividas de 48 horas. Su eliminación
es fundamentalmente hepática y renal. En el hígado son metabolizados a compuestos inactivos, con excepción de
algunos como la fenilbutazona y el ácido acetilsalicílico que se metabolizan a oxifenbutazona y salicilato
respectivamente, ambos compuestos activos. Algunos AINE como el naproxeno, etodolaco y el ácido meclofenámico
sufren recirculación enterohepática en algunas especies, alargando su vida media. Al ser la mayoría de los AINE ácidos
orgánicos, se eliminan renalmente en función del pH de la orina. Con pH alcalinos la eliminación renal es mayor (Botana,
2016).
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AINE
1 mg/Kg 1 mg/Kg
Robenacoxib 1-2 mg/Kg SC (cirugías) 24h 2 mg/Kg SC/oral Dosis única
Oral 1 mg/Kg por 24 horas,
(mantenimiento) máximo 6 días
Cimicoxib 2 mg/Kg Oral 24h - - -
Firocoxib 5 mg/Kg Oral 24h - - -
Mavacoxib 2 mg/Kg Oral Repetir a los - - -
14 días,
luego
mensual
Aunque los procesos inflamatorios no pueden eliminarse con estos fármacos, si se reducen sus efectos. Existen
marcadas diferencias en el poder antiinflamatorio de los AINE y en sus características farmacocinéticas. Son buenos
analgésicos para el tratamiento del dolor, con más eficacia en casos leves o moderados, aunque el ketorolaco posee un
gran poder analgésico. Son buenas opciones para el tratamiento de dolores musculo esqueléticos, vasculares, dentales
y los relacionados con el parto. Debido al bloqueo de la liberación de prostaglandinas y su repercusión en el proceso
hipotalámico de la fiebre, los AINE reducen la temperatura corporal y son empleados como antipiréticos. Por último, el
efecto sobre plaquetas le confiere a estos compuestos actividad antihemostática, sobre todo a dosis bajas (Botana,
2016).
Una nueva área terapéutica de los AINE es el tratamiento o prevención del cáncer. Se cree que este efecto esta
mediado por la inhibición de la COX-2 que puede estar sobre-expresada en algunas neoplasias. En veterinaria se ha
usado por ejemplo piroxicam para reducir el tamaño de carcinomas de células transicionales en perros (Botana, 2016).
Además de estos efectos gastrointestinales, los AINE producen distintos efectos tóxicos a nivel renal. En los riñones los
niveles de PG participan en el mantenimiento de una buena vascularización y perfusión renal, además en la liberación de
renina que modulará el balance electrolítico. En caso de pacientes con insuficiencia renal o alteración de la perfusión,
los efectos de los AINE a nivel renal pueden acabar desencadenando daños de la función renal y la aparición de
insuficiencia renal aguda, nefritis intersticial aguda, con o sin proteinuria, e insuficiencia renal crónica (Botana, 2016).
Los AINE tienen un potencial riesgo de desarrollo de problemas en la coagulación debido a una interferencia en la
síntesis de tromboxanos. Este efecto, que es terapéutico en algunos casos, puede llegar a ser una grave consecuencia
en pacientes con déficits de la coagulación o ulceras sangrantes activas. Además, los inhibidores selectivos COX-2 tienen
un potencial riesgo de inducción de problemas cardiacos, por lo que hay que vigilar su uso en pacientes cardiacos
(Botana, 2016).
En general, y dados los efectos adversos potenciales, se recomienda el uso de un esquema de dosificación ajustado a
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cada paciente con dosis mínimas efectivas y dosificaciones discontinuas (Botana, 2016).
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5 APLICACIONES CLÍNICAS
Los AINE se emplean a menudo en perros y con frecuencia creciente en gatos en el manejo de trastornos inflamatorios
no infecciosos ni alérgicos como osteoartritis, sinovitis y bursitis o bien para reducir la inflamación y aliviar el dolor
postoperatorio (Maddison et al, 2004).
La capacidad de algunos AINE para reducir la agregación plaquetaria se aprovecha en medicina canina mediante la
administración de ácido acetilsalicílico; por ejemplo, para contrarrestar la posible formación de tromboémbolos
asociada con el tratamiento de dirofilariasis. El ácido acetilsalicílico también se indica en gatos con miocardiopatía
hipertrófica para reducir la formación potencial de trombos (Maddison et al, 2004).
Los AINE se emplean con frecuencia creciente en oftalmología para el tratamiento de queratitis y escleritis. No inhiben
la reepitelización de la córnea tras la aplicación tópica. Tanto la flunixina como la fenilbutazona se han administrado por
vía sistémica en el manejo de queratoconjuntivitis no ulcerativa y la ulceración corneana en caballos y podría tener
aplicaciones similares en perros (Maddison et al, 2004).
La administración preoperatoria de ácido acetilsalicílico puede ser beneficiosa en perros sometidos a cirugía intraocular,
porque atenúa el incremento postoperatorio del contenido de proteínas en el humor acuoso. La flunixina y la
dexametasona producen inhibición sinérgica de los incrementos postoperatorios de proteínas en el humor acuoso. Sin
embargo, la interacción medicamentosa adversa potencial de esta combinación se debe considerar con cuidado antes
de administrarla (Maddison et al, 2004).
La utilización de AINE como analgésicos perioperatorios es objeto de atención creciente en la práctica de pequeños
animales. Los AINE no producen sedación o ataxia y permiten una recuperación más rápida de la anestesia. El
carprofeno y el ketoprofeno parecen ser más eficaces luego de la cirugía y el carprofeno fue aprobado para
administración postoperatoria (Maddison et al, 2004)
Los AINE se emplean en el manejo de algunas enfermedades inmunológicas como lupus eritematoso sistémico y artritis
reumatoide debido a sus efectos antiinflamatorios. Sin embargo, los resultados de la investigación indican que los AINE
pueden producir un efecto más directo en estas enfermedades mediante la estimulación de células supresoras T en su
acción contra las células T cooperadoras y las células B productoras de auto anticuerpos (Maddison et al, 2004).
Los AINE participan en el manejo del shock endotóxico, donde el incremento de las concentraciones plasmáticas de
prostaglandinas, tromboxano, y prostaciclina podría contribuir a la reducción del volumen minuto, la tensión arterial, la
tensión de oxígeno y la acidosis. Sin embargo, el tratamiento eficaz requiere administrar los AINE antes o
inmediatamente después del inicio de la endotoxemia junto a otras medidas de sostén (Maddison et al, 2004).
6.1 SALICILATOS
Representados por el ácido acetilsalicílico y el salicilato sódico. El ácido acetilsalicílico inhibe de forma irreversible a la
COX por acetilación de su sitio activo. Además, inhibe la producción de tromboxano A2, por lo que es antiagregante y es
un buen analgésico, al inhibir la producción de prostaglandinas. Como consecuencia de esta inhibición de las
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prostaglandinas irrita la mucosa gástrica, unido al hecho de que es un ácido débil (Botana, 2016).
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AINE
6.1.1 Farmacocinética
Su efecto sobre la COX-1 es de larga duración. Se absorbe ya en estómago, pero principalmente en el intestino, donde
se absorbe sin problemas y más rápidamente si su ingestión se realiza con buena cantidad de líquido. Su metabolismo
corre a cargo de las esterasas sanguíneas y hepáticas formándose ácido acético y salicilato. El salicilato es une en mayor
proporción a las proteínas plasmáticas y después se conjugará con el ácido glucorónico para ser eliminado en la orina.
Esta eliminación se ve facilitada cuando el pH es elevado, por lo que hay que tener en cuenta que es mayor en bovinos y
caballos en pastoreo. Los gatos en cambio, tienen poco ácido glucorónico, por lo que hay menos conjugación y por
tanto menos eliminación. Además, el pH de su orina es más acido, por lo que la vida media es más larga. Llegando a 24-
36 horas y pudiendo resultar tóxico. En caso de necesitar una segunda administración habría que esperar 48 horas.
Todo esto hace que no sea una buena opción terapéutica en gatos (Botana, 2016).
En el caso de los perros la vida media es de 8-9 horas, por lo que se pueden usar dosis repetidas sin problemas, pero no
se puede usar en neonatos, sólo en animales de más de 35 días. (Botana, 2016).
Los efectos adversos más importantes se dan en los gatos, donde como se ha dicho no son buena opción; en perro
pueden producir náuseas y vómitos (Botana, 2016).
En veterinaria son usados para el tratamiento del dolor leve o moderado de origen musculoesquelético como artritis,
teniendo en cuenta que en bovino se absorbe lentamente por vía oral y se elimina rápidamente, por lo que se pueden
usar dosis repetidas. En bovinos se recomienda su uso para el co-tratamiento de mastitis por E. coli. En caballos la vida
media es también corta y si se quiere un efecto sostenido hay que usar dosis altas. Se usa como antiagregante y
antitrombótico en perro y gatos, y es importante suspenderlo 15 días antes de cualquier cirugía por su efecto en la
coagulación en cualquier especie. La dosis y el tiempo de repetición de la misma varían mucho según la especie (Botana,
2016):
Perros: 10 mg/Kg cada 12 horas como antipirético y analgésico; 25 mg/Kg cada 8 horas en casos de artritis
reumatoide y 0,5 mg/Kg cada 12-24 horas como antiagregante.
Gatos: 10 mg/Kg cada 48-72 horas como analgésico y antipirético; Como antitrombótico: 5 mg/gato cada 72
horas.
Caballos y vacas: 2-4 bolos de 240 gramos.
No se debe administrar conjuntamente con antibióticos aminoglucósidos, ni en animales con alteraciones hepáticas,
renales o gastrointestinales (Botana, 2016).
El salicilato sódico comparte las características del ácido acetilsalicílico, aunque es menos potente y no afecta la función
plaquetaria (Botana, 2016).
La fenilbutazona tiene una elevada potencia analgésica, antipirética y sobre todo antiinflamatoria. Inhibe la síntesis de
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prostaglandinas y provoca la retención de sales y agua en perros. Fue uno de los AINE más utilizados en équidos y
perros, pero hoy su uso es básicamente en caballos (Botana, 2016).
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6.2.1 Farmacocinética
La administración puede ser oral, intramuscular o intravenosa, siendo esta ultima la más lenta. Por vía subcutánea
produce necrosis y por vía intraarterial produce excitación, seguida de postración y muerte. Su biodisponibilidad es
mayor por vía oral que intramuscular, ya que se produce una pequeña precipitación al pH muscular. Se une en un 90% a
proteínas plasmáticas y se metaboliza en hígado, donde se transforma a oxifenbutazona, menos activo y con eliminación
lenta. Su eliminación final es renal. Su efecto farmacológico es prolongado (Botana, 2016).
En caballos es muy usado para tratamiento, reumatismos no articulares y laminitis. En esta especie, aunque su
índice terapéutico es bajo, permanece mucho tiempo en la circulación, por lo que su efecto es prolongado
(Botana, 2016).
En gatos es toxico, ya que su metabolito tarda mucho en eliminarse (Botana, 2016).
Los perros son los más tolerantes a él, pero hay que usarlo por vía oral, con precaución en animales con fallo
renal (Botana, 2016).
En rumiantes se observa una absorción lenta y mayor biodisponibilidad por vía intramuscular que oral. Nunca se
debe usar en animales con problemas cardíacos y con mucha precaución en caso de problemas renales.
Antagoniza el efecto de los diuréticos, por lo que no se debe usar de manera conjunta (Botana, 2016).
Caballos: 2,2 mg/Kg VO cada 12 horas para el control del dolor. En laminitis 8,8 mg/Kg iniciales y luego
mantenimiento: 2,2 mg/Kg. Se debe tener cuidado con las úlceras orales y gastrointestinales (Botana, 2016).
El metamizol es un buen analgésico (con efectos similares al de los opioides a dosis bajas). Tiene buena absorción oral y
rectal, aunque normalmente se usa por vía parenteral. Es comúnmente usado para el tratamiento del cólico equino. Se
puede asociar a otros antiespasmódicos como la escopolamina. Entre sus principales reacciones adversas se encuentran
la hipotermia y que puede provocar agranulocitosis. En perro también puede usarse por vía subcutánea (Botana, 2016).
La propifenazona tiene efectos similares al metamizol. Se administra en animales con destino a consumo humano y
tienen un tiempo de espera de 15 días (Botana, 2016).
Es buen analgésico para cualquier tipo de dolor, incluso visceral, y es un antiinflamatorio cuatro veces más potente que
la fenilbutazona. Su efecto antiinflamatorio es uno de los más altos de los AINE, incluso comparable al de los narcóticos,
con la ventaja de no inducir dependencia. Es muy útil en casos de choque séptico, donde logra aumentar la
supervivencia (Botana, 2016).
En equinos su absorción es rápida y su efecto se muestra en 1-2 horas y dura 30, con una vida media de 2 horas. Tiene
un alto índice terapéutico. En esta especie se usa para el tratamiento de cólico y para el choque endotóxico. También
se administra en casos de inflamaciones posquirúrgicas y artritis (Botana, 2016).
En vacunos la semivida es mayor y se emplea para tratamiento de mastitis con endotoxemia. Se emplea en única dosis
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en casos de diarrea neonatal bovina y en cuadros de infección respiratoria en cerdos (Botana, 2016).
En perros y gatos, debido al riesgo de úlceras intestinales, se administra una sola vez al día durante un máximo de 3 días,
como antiinflamatorio y analgésico en procesos musculoesqueléticos; se usa más otros AINES (Botana, 2016).
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Caballos: 1,1 mg/Kg día VO o IV durante 5 días. En laminitis y cólicos 0,5-1,1 mg/Kg cada 12 horas.
Ganado: 1,1-2,2 mg/Kg cada 24 horas IV.
Indometacina y sulindaco: son derivados indol conocidos también como indolinas. Son potentes inhibidores de
la COX, pero con elevada toxicidad intestinal. El sulindaco es un profármaco que tiene menos reacciones
adversas que la indometacina. Tienen graves efectos secundarios intestinales y no se usa en el ámbito
veterinario (Botana, 2016).
Diclofenaco: se usa como antiinflamatorio, antipirético y analgésico. Se administra por vía oral y se une a las
proteínas plasmáticas, sufriendo un 40% de efecto de primer paso. Se acumula en el líquido sinovial, donde
tiene una vida media larga por lo que es útil en dolores articulares. También es usado en caballos por vía tópica
a osteoartritis. Este fármaco es altamente toxico para aves, sobre todo en buitres y águilas (Botana, 2016).
Ketorolaco: es un derivado heterocíclico del ácido acético que no tiene efecto de primer paso y que tiene una
biodisponibilidad del 100%. Es un buen analgésico, incluso en algunos casos mejor que los opiáceos, ya que no
tiene sus efectos secundarios. Se usa para el control del dolor a corto plazo en perros y roedores (perros: 0,5
mg/Kg IV o IM cada 8 horas)
Ácido meclofenámico: es un buen antiinflamatorio y analgésico y sus efectos ya son visibles a los 30 minutos
tras la administración. Su uso es frecuente en rumiantes y caballos por vía oral para el tratamiento de la
laminitis, ya que es poco toxico y puede administrarse incluso varias semanas (Botana, 2016).
Ácido tolfenámico: para perros y gatos en el dolor agudo (4 mg/Kg VO, SC o IM una vez al día por 3-5 días); dolor
crónico (4 mg/Kg VO diario 3-5 días) (Botana, 2016).
Ibuprofeno: tiene un índice terapéutico muy bajo en perros, por lo que no suele usarse. Además, su eliminación
es muy lenta y puede producir diarrea. Su uso en medicina veterinaria no está bien definido (Botana, 2016).
Naproxeno: se encuentra en forma de sal sódica y es muy útil en caballos por vía oral, con un amplio margen de
seguridad de hasta 3 semanas, y se usa en esta especie para cualquier tipo de inflamación. En perros su
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absorción oral es rápida, se une a proteínas plasmáticas y tiene circulación entero-hepática. Sin embargo,
debido a los fuertes efectos sobre mucosa gástrica, no se recomienda su uso ni en esta especie ni en gatos
(Botana, 2016).
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Carprofeno: se usa para el manejo del dolor e inflamación asociados a cirugía de tejidos blandos en perros y
para el tratamiento de la artritis y dolor en perro, caballo y rumiantes. La biodisponibilidad es alta y se excreta
en orina y heces. Su toxicidad es baja. Se debe evitar su uso en animales con trastornos hematopoyéticos y con
precaución en pacientes geriátricos y con disfunción renal y en peri-operatorio.
o Perros: 4,4 mg/Kg diario o 2,2 mg/Kg cada 12 horas VO. En cirugías: 4 mg/Kg VO, IM o SC.
o Gato: cirugías 1-4 mg/Kg SC
o Caballos: 0,7 mg/Kg IV
Ketoprofeno: es un buen antiinflamatorio, antipirético y analgésico que inhibe además a la bradicinina. Se
absorbe por vía oral rápidamente y su efecto es ya notable en 1 hora en perros y gatos y en 2 horas en caballos,
en estos últimos tras la administración intramuscular o intravenosa. Se metaboliza en el hígado y es excretado
en orina. Como analgésico se tan potente como lo opiáceos y su principal indicación terapéutica es el
tratamiento post-operatorio del dolor y la artritis. Es muy usado en la clínica de pequeños animales para el
tratamiento del dolor y la fiebre y en caballo para procesos musculoesqueléticos y cólicos. (Botana, 2016).
o Perros y gatos: 2 mg/Kg IV, IM o SC, seguido de hasta cuatro dosis de 1 mg/Kg VO
o En caballos se usa para inflamaciones y dolores musculoesqueléticos, al igual que en bovinos, donde se
usa también para el control del dolor en mastitis (3 mg/Kg día durante 1-3 días IV o IM
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Debido al riesgo cardiovascular observado en pacientes tratados con inhibidores selectivos COX-2, estos fármacos están
contraindicados en pacientes con enfermedad isquémica cardiaca e insuficiencia cardiaca de grado II-IV. Es conveniente
usar la dosis más baja posible y durante el menor tiempo para evitar estos problemas cardiovasculares. No usar
conjuntamente con ácido acetilsalicílico, ya que aumenta las posibilidades de desarrollar ulceras gastrointestinales
(Botana, 2016).
7.1 FIROCOXIB
se absorbe rápidamente por vía oral y se elimina hepáticamente y en las heces. Su vida media de eliminación es de 8
horas. Su uso terapéutico es el control del dolor y la inflamación asociados a osteoartrosis y el control del dolor e
inflamación peri-operatorio asociado a cirugías de tejidos blandos y musculoesqueléticas en perros y gatos (5 mg/Kg
diario). En caballos se usa también en problemas osteoartríticos (0,1 mg/Kg VO hasta 14 dias). En esta especies es
también un buen antipirético (Botana, 2016).
7.2 ROBENACOXIB
Es altamente selectivo para la COX-2. Estructuralmente relacionado con el diclofenaco. Su vida media de eliminación es
de 1 hora tras la administración oral. La biodisponibilidad de este AINE disminuye en presencia de alimentos. Sus usos
terapéuticos son los mismos que los del firocoxib. Dosis: 2 mg/Kg en dosis única SC para cirugías (30 minutos antes) y 1
mg/Kg diario VO hasta 6 días para problemas musculoesqueléticos en gatos y perros (Botana, 2016).
7.3 MAVACOXIB
Estructuralmente parecido al celecoxib, pero su metabolismo es mucho más lento y se excreta por vía biliar. En perros
su vida media de eliminación es de hasta 17 días. Debido a su vida media de eliminación la dosificación es de 2 mg/Kg
VO, que se repite a los 14 días y; pasado este tiempo, la administración es mensual, sin exceder los 6 meses. Su
biodisponibilidad incrementa en presencia de alimentos. Buena opción terapéutica en animales en los que la
administración de fármacos es complicada. Útil para el tratamiento del dolor e inflamación en procesos
musculoesqueléticos degenerativos en perros (Botana, 2016).
Entre sus contraindicaciones esta su uso en animales menores de un año o que pesen menos de 5 Kg. No se debe usar
en gestantes y hay que esperar un mes desde la última administración para administrar otro AINE (Botana, 2016).
La tepoxalina es un inhibidor dual de COX y de LOX-5. El bloqueo de la LOX-5 le confiere un efecto adicional sobre la
producción de leucotrienos. Se absorbe bien oralmente y su biodisponibilidad aumenta en presencia de alimento. Se
metaboliza rápidamente a un ácido pirazólico, su metabolito activo, y su vida media de eliminación es de 2 y 13 horas
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respectivamente. Se elimina a través de la orina. En gatos la vida media de eliminación es de 4-5 horas para ambas
formas. El metabolito activo no inhibe la LOX-5 (Botana, 2016).
Se usa para el tratamiento del dolor e inflamación asociada a la osteoartritis en dosis de 20 mg/Kg VO el primer dia,
seguido de 10 mg/Kg (Botana, 2016).
9 INHIBIDORES DE LEUCOTRIENOS
Como se ha mencionado con anterioridad las LOX generan leucotrienos a partir del ácido araquidónico. Estos
eicosanoides juegan un papel fundamental en procesos de anafilaxis y asma, sobre todo los LTC4 y LTD4, al ser potentes
Bronco-constrictores. Los inhibidores de la LOX son usados para el tratamiento del asma. En humanos las LOX más
importantes son la 5, 12 y 15, y entre todas ellas las 5 (Botana, 2016).
El zileutón es un inhibidor de la LOX-5 que se retiró del mercado en USA por su alta hepatotoxicidad. Los lukast
(montelukast y zafirlukast) son antagonistas de los receptores de leucotrienos más efectivos que zileutón y con menos
efectos hepatotóxicos, por lo que son fármacos de elección para el tratamiento del asma.
10 BIBLIOGRAFÍA
1. Botana, Luis Miguel. 2016. Farmacología Veterinaria fundamentos y aplicaciones terapéuticas. Editorial Médica
Panamericana, S.A. Madrid, España.
2. Maddison, Jill; Page, Stephen; Church, David. 2004. Farmacología clínica en pequeños animales. Editorial
Interamericana. Buenos aires, República Argentina.
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