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Un profesional bien formado debe recomendar al deportista que consuma ese tipo

de hidratos de carbono lo antes posible después de realizar un entrenamiento, ya


que la tasa máxima de recuperación de glucógeno tiene lugar dentro de la
primera hora.

Ingerir excesivas cantidades de proteínas puede poner en riesgo la


ingesta adecuada de hidratos de carbono necesaria dentro de las demandas
energéticas”

Esto se debe tanto a la activación de la glucógeno sintasa estimulada por la


depleción del glucógeno, así como al aumento de la permeabilidad de la
membrana muscular y la sensibilidad a la insulina inducidos por el ejercicio. El
consumo de alimentos ricos en estos glúcidos después del ejercicio aprovecha
este efecto y logra una tasa de recuperación muy alta en las primeras dos horas. A
partir de aquí, la tasa de recarga es más lenta.

El peligro de los consejos de gimnasio

Algo parecido sucede cuando el deportista es aconsejado, especialmente en el


entorno de los gimnasios, de la necesidad de tomar suplementos a la dieta para
realizar su desempeño de forma efectiva. Incluso, llegan a decir a los clientes que
de otra forma no conseguirán los resultados. Pues el profesional de la nutrición
sabe que no son necesarios cuando el atleta se aprovisiona de alimentos
siguiendo una dieta equilibrada y suficientemente variada. Evidentemente, al igual
que una persona puede necesitarlos ante una determinada carencia, el deportista
no está exento de tener esa necesidad, pero siempre bajo prescripción.
En los gimnasios también existen otras sustancias con pretendidas facultades
ergogénicas. Tal vez estas sean más llamativas ya que prometen unas notables
mejoras en el rendimiento, lo que no avisan es de que también ocasionan una
importante merma económica en el bolsillo. Su utilidad es muy discutida y
enormemente limitada.

La mayor parte de los expertos indican que, en general, el uso de estas sustancias
con facultades ergogénicas no ayudan de forma significativa a un aumento del
rendimiento deportivo”

La mayor parte de los expertos indican que, en general, el uso de este tipo de
productos no ayuda de forma significativa a un aumento del rendimiento deportivo.
Así se demuestra con los estudios clínicos pertinentes. No cabe duda de que en
algún momento alguna sustancia determinada y en unas condiciones dadas podría
resultar útil al deportista, pero siempre bajo supervisión del experto en nutrición.

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