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No hay que olvidar que el atún también “provee al cuerpo de vitaminas

liposolubles”. Estas son “la vitamina A”, que se requiere en procesos como la
visión, el desarrollo del sistema inmunitario, la formación y mantenimiento de las
células de la piel y de las huesos; ¨y la vitamina D”, necesaria para el desarrollo y
mantenimiento y los dientes de niños y adultos. En su forma activa, actúa con el
calcio para controlar la formación de los huesos.

El atún también es “una fuente de yodo”, que ayuda quemar el exceso de grasa
que tiene nuestro cuerpo e interviene en procesos neuromusculares. Por último,
contiene “fósforo y potasio”, minerales que ayudan al correcto funcionamiento de
nuestro organismo.

El atún es fuente de proteínas de origen animal, Omega 3, vitaminas A y D, Yodo,


fósforo y potasio. Los expertos recomiendan tomar pescado y carne entre tres y
cuatro veces a la semana”

Sus beneficios son múltiples y por ello, la doctora Pérez Llano recomienda
consumir “entre tres y cuatro veces a la semana proteínas de origen animal” como
las que aporta el atún, el pescado, la carne o huevos. Otro aspecto importante es
que estos alimentos son fáciles de digerir, por lo que son útiles para personas
con problemas digestivos.

¿Hay diferencias entre el atún fresco y el atún enlatado?

Begoña Pérez Llano afirma que la diferencia entre el atún fresco que se vende en
la pescadería y el enlatado es que este último “se conserva en aceite y tiene algo
más de grasa, aunque también hay al natural y en escabeche”. Para su
conservación, “la lata es sometida a un tratamiento térmico que sí puede reducir
parte de las vitaminas A y D, aunque no en exceso porque las vitaminas
liposolubles aguantan muy bien la temperatura”.

Además de esto, la profesora señala la importancia de diferenciar “entre el atún


claro, el bonito, que son especies distintas, y el atún rojo“, cuyo alto consumo ha
llevado a las autoridades a restringir su pesca. Los dos primeros los podemos
encontrar en lata y su composición es muy parecida. En el caso del atún rojo, “la
composición en la misma, pero tiene la carne más oscura y se suele tomar crudo
en vez de cocinado”, como se observa en una de las fotos superiores.

Por último, la doctora recuerda que el atún, como el resto de pescados, se debe
conservar frío desde su pesca hasta su consumo, utilizando temperaturas de
refrigeración (0 a 4ºC) para evitar intoxicaciones alimentarias debidas a
putrefacciones. “Si no se mantiene a una temperatura correcta, algunas sustancias
derivadas de los aminoácidos sufren una putrefacción que hacen que se produzca
la histamina. Si tomamos en esta sustancia en exceso, sumada a la que produce
nuestro cuerpo, podemos llegar a intoxicarnos. Entonces se producen síntomas
gastrointestinales y dolores de cabeza entre otros”.

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