CONCEPTO JURÍDICO, JUICIO JURÍDICO E INFERENCIA JURÍDICA
Curso: Lógica Jurídica
EL PROCESO COGNITIVO
El proceso cognitivo se compone de tres
componentes básicos: el sujeto cognoscente, el
objeto cognoscible y la representación de este
objeto en la mente del sujeto. El primer paso de
este proceso es separar ontológicamente la
existencia del sujeto y la existencia del objeto; es
decir, el sujeto debe asumir la existencia del objeto
que pretende conocer como algo externo a él. En
segundo lugar, este sujeto que conoce, capaz de
percibir el mundo que no es él, debe aprehender
esa realidad y almacenarla en forma de conceptos,
los cuales al expresarlos se vuelven términos. Así,
este proceso de abstracción genera el producto
mínimo de todo conocimiento: los conceptos.
Entonces, al ser los conceptos las bases de todo
conocimiento, conviene conocer algunas de sus
características. Luján ensaya una clasificación a
partir de sus características:
“El concepto puede ser: concreto, cuando
la referencia significante es un ser real
objetivo o tangible, como árbol, vehículo o
bien mueble; abstracto, cuando la
referencia es un ente no tangible pero
existente, como el pensamiento, el
matrimonio, la comunidad o el Estado. Los
abstractos por su parte pueden ser
referenciales si en el caso podemos
individualizar el fenómeno, aunque no lo
podamos percibir tangiblemente como el
pensamiento de Sócrates, el dolor de
estómago o la energía neurálgica; o bien,
pueden ser relacionales, cuando el
fenómeno es una producción abstracta a
partir de los fenómenos individualizados,
es una ficción que sirve para expresar
relaciones como la Sociedad, el Estado, la
capacidad civil o cualquier otra institución
del Derecho” (2004, 152).
Lo relevante de la cita anterior es que nos permite
caracterizar dentro del universo de conceptos a los
conceptos jurídicos. Se desprende de dicha
caracterización, entonces, que los conceptos
jurídicos son abstractos y relacionales, los cuales
adquieren su verdadera dimensión cuando se
concretiza en un caso particular.
Pasemos al segundo nivel del edificio cognitivo. La
composición de dos o más conceptos permite un
juicio, afirmativo o negativo. El juicio al ser
expresado se transforma en proposición. Desde el
punto de vista epistemológico, el juicio es la
operación que constituye la fase definitiva del
conocimiento humano; puesto que a partir de esta
etapa el pensamiento formula conocimientos
ciertos, evidentes, posibles o probables, como
saber que los peruanos son americanos, el hierro
es un mineral, el hombre es homeotermo, etc. en
conclusión, los juicios a diferencia de los conceptos
ya no son solo relación del sujeto cognoscente con
el objeto cognoscible, sino que implican un
mecanismo de análisis más profundo, descifrando
notas características que exigen la intervención del
intelecto.
Luján, resume una clasificación de los juicios
propuesta por Kant:
“Kant sostenía, que los juicios se pueden
clasificar en asertóricos, problemáticos o
apodícticos. Los primeros enuncian un
saber real, pero subjetivo, es decir lo que
cada ser humano puede opinar y sentir
sobre algo; por ejemplo, el homicida debe
ser procesado y sancionado con la pena
máxima. Los segundos expresan sólo una
categoría de posibilidad, indican que algo
puede suceder; por ejemplo, es probable
que Juan no sea el único responsable de la
muerte de Diego. Finalmente, los juicios
apodícticos nos indican algo que debe ser
por necesidad como las leyes científicas;
por ejemplo, si hay humo, hay
combustión” (2004, 154).
En el campo jurídico, podemos encontrar los tres
tipos de juicios resumidos por Luján. Los
asertóricos son comunes en los alegatos de los
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abogados defendiendo los intereses de sus
patrocinados; los problemáticos, también pueden
ser usados como argumento de parte de la defensa
técnica del acusado en un proceso penal, puesto
que ante la duda los jueces deben absolver al
procesado; finalmente, lo juicios apodícticos son
utilizados por los jueces en sus resoluciones.
Así, como dos o más conceptos se relacionaban
para formar un juicio, la relación de dos o más
juicios da lugar a un raciocinio o inferencia. Es la
composición parcial de dos juicios que reciben la
categoría de premisas, de las cuales se obtiene una
conclusión derivada.
Luján, nuevamente aterriza la funcionalidad de las
inferencias en el plano jurídico y afirma:
“Se parte de la inferencia entre la norma
propuesta y los supuestos previstos
conjuntamente con el hecho sujeto a
decisión, para precisar si tal hecho queda
inmerso o no en la determinación
jurisdiccional” (2004, 155).
ESTRUCTURA DEL PENSAMIENTO JURÍDICO
Estrictamente en el campo del Derecho, se
identifican tres componentes de la estructura del
pensamiento jurídico: el concepto jurídico, el juicio
jurídico y la inferencia jurídica.
Rosales Gramajo, siguiendo a García Maynez,
propone la siguiente definición de concepto
jurídico:
“Es una significación elemental, referida a
objetos propios o estudiados por la ciencia
jurídica, que tiene las siguientes
características: determinación del
contenido o comprensión, conexión con
otros conceptos, fundamento normativo, y
referencia axiológica” (2010, 130).
Esta definición resalta la condición de los
conceptos jurídicos como objetos propios de
estudio de la ciencia jurídica. Asimismo, se subraya
sus principales características de manera genérica.
El desarrollo de éstas el propio Rosales Gramajo lo
expone en la siguiente cita:
“a. Determinación del contenido o
comprensión: es el conjunto de notas o
propiedades que constituyen la esencia
representada por el concepto jurídico.
b. Conexión con otros conceptos: el
concepto jurídico tiene conexión con otros
conceptos, característica que se evidencia
con su comprensión.
c. Extensión: la extensión del concepto
jurídico es el conjunto de individuos,
sujetos u objetos a los que se aplica.
d. Fundamento en juicios jurídicos: los
conceptos jurídicos tienen dos tipos de
fundamento en juicios jurídicos:
d.1. Directo, si figuran como elementos de
los juicios jurídicos.
d.2. Indirecto, si son elaborados por la
ciencia o filosofía jurídica, pero que en
todo caso se refiere a los directos.
e. Referencia axiológica jurídica: como
consecuencia de que los conceptos
jurídicos tienen fundamento directo o
indirecto en juicios jurídicos, los mismos
aluden, directa o indirectamente, a
valores. Esta proposición se funda en que
los juicios jurídicos aluden a valores, y la
expresión verbal de dicha significación
constituye el medio que se sirve el Estado
para realizar los valores que inspiran al
derecho: bien común, justicia, seguridad
jurídica, vida y libertad, entre otros” (2010,
130 – 132).
Apliquemos estas características a un concepto
jurídico particular. El concepto jurídico “impuesto
predial” grava el valor de los predios urbanos y
rústicos, lo que debe ser asociado a su
comprensión. Asimismo, se conecta con otros
conceptos como predio, urbano, rústico,
periodicidad, etc. Además, en el analizado
concepto del impuesto predial, son sujetos pasivos
las personas naturales o jurídicas propietarias de
los predios, lo cual configuraría su extensión.
Respecto al fundamento del juicio jurídico,
determinamos que el impuesto predial posee un
fundamento directo pues se encuentra regulada en
el capítulo I de la Ley de Tributación Municipal.
Finalmente, en lo que corresponde a su referencia
axiológica, sabemos que los impuestos buscan el
bienestar general.
El juicio jurídico es el contenido de la proposición
jurídica. Su función específica es representar la
estructura y el sentido de la prescripción jurídica,
es decir, de la norma jurídica.
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Rosales Gramajo sintetiza las características
propias de los juicios jurídicos en dos:
“a. Bilateralidad: los juicios jurídicos no
sólo ordenan o prohíben una forma de
conducta, sino que también atribuyen
derechos a las personas.
b. Referencia axiológica jurídica: los juicios
jurídicos aluden a valores, y la expresión
verbal de dicha significación constituye el
medio de que se sirve el Estado para
realizar los valores que inspiran al derecho:
bien común, justicia, seguridad jurídica,
vida y libertad, entre otros” (2010, 148).
De estas dos características la relevante es la
bilateralidad de los juicios jurídicos expresados en
las normas jurídicas, rasgo que la diferencia de otro
tipo de normas como la moral o la social donde
solo se atribuyen deberes más no deberes,
situación que le configura la naturaleza unilateral a
este tipo de normas.
Un aspecto relevante que considerar en el análisis
del juicio jurídico es su estructura. Rosales
Gramajo, utilizando la propuesta de García
Maynez, explica la estructura del juicio jurídica de
esta forma:
“a. Concepto-sujeto, cuya función consiste
en designar la persona a quien el juicio
jurídico es aplicable y someterla a lo
estatuido, es decir, que refiere al titular del
derecho o al sujeto pasible del deber.
b. Concepto-predicado, que alude a lo que
la persona objeto de la regulación jurídica
está obligada a hacer o a omitir o a lo que
el facultado puede lícitamente hacer o
dejar de hacer, con indicación de la
persona ante la cual se ejerce la facultad
conferida o se debe cumplir el deber
impuesto.
c. Concepto cópula jurídica, la cual tiene
dos funciones: de referencia, porque
enlaza las consecuencias normativas a los
sujetos cuya conducta se regula, e
imperativa-atributiva, porque imputa
deberes al obligado y atribuye derechos al
pretensor por la realización del supuesto
jurídico” (2010, 150).
Analicemos esta propuesta estructural en el
siguiente ejemplo: El principio 1 de la Ley 29783.
“El empleador garantiza, en el centro de trabajo, el
establecimiento de los medios y condiciones que
protejan la vida, la salud y el bienestar de los
trabajadores”. Aquí podemos identificar el
concepto sujeto (El empleador); el concepto
cópula jurídica (garantiza); y el concepto predicado
(El establecimiento de los medios y condiciones
que protejan la vida, la salud y el bienestar de los
trabajadores en el centro de trabajo).
Finalmente, abordaremos las inferencias jurídicas.
Estas son una clase especial de razonamiento en el
que una de las premisas es un juicio jurídico de
derecho positivo, mientras que la otra es un juicio
enunciativo fáctico. Ambas se relacionan entre sí
para derivar de ellas el juicio conclusión.
En lo referente a sus características podemos
destacar dos: Es un elemento general del
pensamiento jurídico, conformado de juicios
jurídicos, de los cuales uno es inferido de los otros
que le sirven de fundamento por su relación.
Además, es un tipo de raciocinio deductivo,
conocido como el silogismo jurídico. A través de él
la autoridad competente (cualquier operador del
Derecho), pone fin al conflicto de su conocimiento,
aplica la ley y refiere los valores que inspiran al
derecho: la justicia, la seguridad jurídica, la libertad
y la propiedad, entre otros.
Para concluir queremos destacar que el silogismo
jurídico es el modo de inferencia jurídica más
utilizado en la praxis del Derecho. Respecto a su
definición y a su composición básica, se pronuncia
Rosales Gramajo así:
“De las teorías expuestas, así como sus
críticas y comentarios, se define el
silogismo jurídico como la expresión del
razonamiento jurídico deductivo, que se
caracteriza porque tiene estructura
hipotética, de tipo modus ponens y está
conformado de varias proposiciones de
derecho, de las cuales una es inferida de las
otras que le sirven de fundamento por su
relación; la primera se llama conclusión y
las otras premisas. Las premisas: la mayor
representa un juicio jurídico que por su
estructura es hipotético, por su cantidad es
genérico, está expresado en la ley, y la
disposición jurídica es bilateral y de
naturaleza relacional; y la menor alude al
hecho jurídicamente probado, el cual
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realiza el supuesto jurídico del juicio
significado en la premisa mayor. Y la
conclusión representa un juicio jurídico
que por su cantidad es individualizado y se
caracteriza por ser bilateral y de esencia
relacional” (2010, 216).
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
Luján, Manuel (2004). Teoría de la Argumentación.
En “Razonamiento Judicial: Interpretación,
Argumentación y Motivación de las
resoluciones judiciales”. Gaceta Jurídica. Lima
Rosales Gramajo, Fernando (2010). Lógica Jurídica.
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la
Universidad Rafael Landívar. Guatemala
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