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Kuhn distingue dos grandes momentos de la ciencia, uno de ciencia normal y otro

de revolución. En la ciencia normal hay un paradigma, que es la cosmovisión del mundo


compartida por una comunidad científica, y está constituido por los elementos que
conforman a la matriz disciplinaria. Uno de ellos son los ejemplares, que es una forma
típica de resolver problemas. Según Kuhn, los científicos frente a un problema tratan de
resolverlo moldeándolo sobre anteriores soluciones de problemas similares, confiando
en que la respuesta existe, lo que no significa que verdaderamente exista. Los
ejemplares, además de mostrarle al científico como llevar a cabo un problema, van
agrupando cosas en ciertas categorías, las cuales ya están presupuestas en las
resoluciones de problemas. Lo que hacen estas categorías es unificar dentro de sí
eventos que sin la existencia de ellas serian eventos aislados. Mediante la resolución de
problemas y la utilización de esas clasificaciones es que el científico empieza a
comprender lo que esas clasificaciones son, y lo hace de forma tácita. En este sentido
Kuhn plantea que los ejemplares no son un conjunto de reglas que se le enseña a un
científico para que luego él las aplique, sino que esas reglas que se aplican en la
resolución de los problemas permanecen tácitas. Estas relaciones de similitud son las
mismas dentro de un paradigma ya que dentro de un paradigma los ejemplares se
conservan. Otra función importante de los ejemplares es que permiten la comunicación
dentro de un mismo paradigma. Esto es así porque los miembros de una comunidad
paradigmática aprenden a ver lo mismo frente a cierto estímulo, y esto lo logran debido
a que han resulto problemas ejemplares de cierta manera.

Otro elemento son los paradigmas metafísicos, que son ciertas metáforas o
metáforas visuales que se utilizan en cada disciplina. Estas metáforas modelan el
“sentido común” de la disciplina, generando así que los científicos tengan una
imaginación compartida. Entonces, ya no es como decía Hempel o Popper que de la
libre imaginación de cada científico surge una ley, sino que como la imaginación de los
científicos de una comunidad esta moldeada, las leyes que surjan van a estar moldeadas
también por ese “sentido común” compartido por los miembros de esa comunidad.
Cuando a los científicos se les enseñan los paradigmas metafísicos, ellos los incorporan
de tal manera que los naturalizan, y como consecuencia no los pueden cuestionar.
Un tercer elemento son los valores, el cual es importante porque para Kuhn cada
comunidad científica maneja un conjunto de valores, por ejemplo en la ciencia moderna
se maneja el valor de la predicción. Sin embargo, a pesar de que esos valores son
compartidos por toda esa comunidad científica, difieren en su aplicación. Esto último
quiere decir que la aplicación dé valores a menudo se ve afectada por los rasgos de la
personalidad individual que diferencia a los miembros de la comunidad.

El cuarto elemento son las generalizaciones simbólicas, que son fórmulas (reglas
explicitas) que cualquier miembro del paradigma identifica y conoce, por ejemplo la
formula f=ma es una generalización simbólica de la física. Con estas fórmulas los
científicos pueden resolver todo un conjunto de problemas similares y, además, van a
saber cómo transformar esa fórmula para resolver un problema particular.

Lo que hace alusión a la matriz disciplinaria se lo puede llamar supuestos teóricos


generales o supuestos fundamentales y, según Kuhn, durante el periodo de ciencia
normal los científicos no pueden criticar estos supuestos fundamentales. En cambio, hay
dos momentos en los que se discuten esos supuestos fundamentales. Un momento es en
las disciplinas que están en pre ciencia, para Kuhn la filosofía, y el otro es en el
momento de crisis, es decir, cuando se pierde la confianza en un paradigma y aun no
inicio o se está iniciando el otro, y justamente lo que se pone en cuestión son los
supuestos fundamentales. Este momento de crisis se da cuando las anomalías,
problemas que se resisten a ser solucionados, plantean al paradigma serios problemas y
los intentos por resolverlos van debilitando las reglas establecidas por el paradigma.
Esto genera una pérdida de confianza en el paradigma por parte de la comunidad
científica y, según Kuhn, ha llegado el momento de la revolución y se pasa a otro
paradigma. Kuhn aclara que muy cada tanto hay una revolución científica ya que la
mayoría de las anomalías se resuelve por medios normales a través de los ejemplares.

Entonces, cuando se pasa de un paradigma a otro, Kuhn nos dice que no es porque
el nuevo paradigma es mejor que el anterior ya que, aunque parezca que se está
hablando de lo mismo, se está hablando de cosas que son incomparables entre sí, es
decir, los paradigmas son inconmensurables. Los paradigmas tienen esta característica
porque dos o más paradigmas no se preguntan lo mismo y/o la noción de un mismo
término puede tener un significado diferente en un paradigma y el otro. Además, dos
científicos que tienen el mismo estimulo físico pueden no tener la misma sensación, por
lo que se les hace imposible comparar algún aspecto de sus respectivos paradigmas.
Esto es así porque incluso lo más básico podría ser percibido diferente por diferentes
científicos que tengan en mente diferentes ejemplares.

Entonces, como Kuhn plantea que no puede comparar a los diferentes paradigmas,
de alguna manera está diciendo que la ciencia no progresa ya que, según Kuhn, no se
puede decir que la nueva teoría es mejor que la anterior. Pero Kuhn dice que hay un
progreso dentro del paradigma durante la ciencia normal, donde se comparten valores,
ejemplares, paradigmas metafísicos y formulas. En este momento se da un tipo de
progreso acumulativo. El progreso es posible debido a que un paradigma utiliza siempre
los mismos ejemplares y los científicos no cuestionan los supuestos básicos.

El progreso entre paradigmas desarrollado por Kuhn tiene muchos argumentos


relativistas pero hay uno y solamente uno que es racionalista (no-relativistas). Entre los
argumentos relativistas están los motivos de inconmensurabilidad, es decir, que no se
pueden comparar los diferentes paradigmas y por consiguiente no se puede decir que
uno es mejor que otro ya que depende de los valores que tiene cada paradigma si una
teoría puede ser buena o mala. Otro argumento por el cual no se puede elegir entre
paradigmas es que no hay un algoritmo racional que permita a miembros de diferentes
paradigmas ponerse de acuerdo en las sensaciones que les genera el mismo estimulo
físico. Esto es porque las sensaciones no dependen solo del estímulo físico, sino que
dependen de la estructura paradigmática de cada científico. Relacionado a este último
argumento está el hecho de que es imposible que se lleve a cabo el debate racional entre
miembros de diferentes paradigmas. La causa es que el conocimiento que se adquiere
mediante los ejemplares es tácito, entonces no es posible comparar o transmitir a un
científico que no forma parte del paradigma el contenido del ejemplar.

El único motivo que da Kuhn por el que pese a todo lo que dijo de la
inconmensurabilidad habría una posibilidad de decir que los paradigmas modernos son
mejores que los antiguos, es el que plantea que el nuevo paradigma tiene más y mejores
ejemplares. Pero esto no tiene que interpretarse como que esos ejemplares son mejores
porque se acercan más a la verdad, frente a esto Kuhn plantea que hay que renunciar a la
noción de que los cambios de paradigma llevan a los científicos cada vez más cerca de
la verdad. En cambio, dice que hay que explicar la existencia de la ciencia y su éxito en
términos de evolución a partir del estado de conocimientos de una comunidad en un
momento dado, y no como una evolución para llegar a la meta final.

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