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Los Paradigmas de Kuhn


Publicado: 10 marzo, 2012 en Ciencia, Filosofía
Etiquetas:Ciencia, Epistemología, Filosofía, Kuhn, Paradigma, Teoría Científica

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Kuhn y sus circunstancias

Thomas Kuhn era físico, pero en sus ratos libres, estaba interesado por la historia de la ciencia. Dedicó gran parte de

su tiempo y talento a esclarecer algo que no concordaba entre la ciencia que había estudiado y la historia de la ciencia

que estaba estudiando.

De esta confrontación surgió una reflexión filosófica a partir de la cual construye su tesis central: las nuevas teorías

científicas no nacen por verificación ni por falsación, sino por sustitución. Pero… ¿sustitución de qué?.

El concepto que siempre defendió de lo que es la filosofía de la ciencia fue polémico en una época en que las ideas de

Popper eran incuestionables. Para Kuhn, la filosofía de la ciencia es, básicamente, la reflexión filosófica sobre la

construcción, la reelaboración, la sustitución y la reconstrucción de las teorías científicas. Proceso que -en su opinión

-no siempre sigue el camino ortodoxo de la lógica.

 El enfoque de toda la obra escrita de Thomas S. Kuhn es histórico-sociológico. Kuhn analiza desde las ciencias de la

naturaleza el desarrollo histórico real de las grandes concepciones del mundo. Para ello, confiere gran importancia al

comportamiento de los científicos. Le interesa desentrañar el carácter humano  de cualquier elaboración de la ciencia.

En concreto, a Kuhn le interesa mostrar cómo los científicos (o mejor, las comunidades científicas) elaboran,

difunden, utilizan, aplican, aceptan o rechazan las diversas teorías de las ciencias.

Descripción de la evolución de la ciencia

Kuhn descubrió que la ciencia es fundamentalmente un producto histórico, de ahí que la palabra  revolución,

concepto típicamente historiográfico, se clave en su obra. Además, la otra gran componente de la ciencia es la  social,

y a partir de ella derivará el concepto de paradigma. Kuhn intenta ofrecer una imagen de la ciencia ajustada a su

historia, con lo que hay que replantearse una visión idílica de la ciencia que la identifica con un saber eterno y

atemporal, con esa imagen clásica de la ciencia que la concibe como la disciplina que atesora la verdad.

Kuhn resume el cambio científico con el siguiente esquema:


  Un paradigma está constituido por los supuestos teóricos generales, las leyes y las técnicas para su aplicación que

adoptan los miembros de una comunidad científica. Trabajar dentro de un paradigma implica poner en práctica lo

que se llama “ciencia normal”, que articula y desarrolla el paradigma.

 En este desarrollo, surgirán problemas, fenómenos que no quedan explicados por el paradigma. Si estas dificultades

se consolidan, puede llegarse a la crisis que se puede resolver sólo desde un nuevo paradigma.

 Cuando este nuevo paradigma rompe radicalmente con el anterior, se produce una revolución científica.

Veamos con más detalle cada uno de los conceptos implicados en esta descripción:

El paradigma coordina y dirige la resolución de problemas y su planteamiento. Es el modelo de hacer ciencia que

orienta la investigación científica y bloquea cualquier presupuesto, método o hipótesis alternativa. El paradigma es el

soporte para la ciencia normal. Consta de leyes y supuestos teóricos, así como de aplicaciones de esas leyes y el

instrumental necesario para las mismas. De fondo, aparece también un principio metafísico, una concepción de la

realidad y las cosas. Un paradigma conlleva una weltanschauung.

La ciencia normal es la actividad para resolver problemas (teóricos o experimentales) gobernada por las reglas de un

paradigma. Sólo desde el paradigma se logran los medios adecuados para resolver problemas. Los fenómenos

inexplicados son anomalías, responsabilidad del científico, no de la teoría. El científico “vive” en el paradigma.

La preciencia se caracteriza por la falta de acuerdo en lo fundamental, por el “debate” sobre las leyes principales y los

principios rectores. La ciencia normal, por el contrario, se sustenta en un modelo compartido, en un acuerdo que sirve

como punto de partida para la investigación científica.

Surge la crisis con la existencia de anomalías, aunque sólo eso no implica una crisis necesariamente. Cuando se

afecta al fundamento del paradigma y no es superado, es cuando el fenómeno constituiría una crisis. Las anomalías

también conducen a una crisis cuando haya necesidades o exigencias sociales, tiempo escaso, o acumulación de

anomalías. La crisis produce “inseguridad profesional marcada”: surge la duda, la discusión, e incluso terminará

formándose un paradigma rival.

Hablamos entonces de revolución; la crisis puede dar lugar a un cambio, a un “nuevo mundo”. Los científicos rivales

“viven en mundos distintos” y hay factores sociales, históricos, económicos, culturales y religiosos que pueden

propiciar que un individuo se mantenga en su paradigma. “La elección entre paradigmas rivales resulta ser una
elección entre modos incompatibles de vida comunitaria y ningún argumento puede ser lógica ni siquiera

probabilísticamente convincente”. Intervienen factores personales, psicológicos. Por tanto, la revolución es ejecutada

por parte de una comunidad científica y no un científico particular.

En “La estructura de las revoluciones científicas”, Kuhn se plantea la naturaleza del cambio científico. Su tesis

principal es que la tesis del desarrollo por reducción es incompatible con lo que, en realidad, ha sucedido en la

historia de la ciencia.

El cambio científico es fundamentalmente revolucionario. Las revoluciones científicas son aquellos episodios de

desarrollo no acumulativo en los que un viejo paradigma es sustituido total o parcialmente por otro distinto

incompatible con él.

Crítica al concepto de paradigma. Ejemplares y Matrices disciplinares

Los paradigmas son definidos por Kuhn como ejemplos aceptados de la práctica científica real, que incluyen a un

mismo tiempo, ley, teoría, aplicación e instrumentación, los cuales proporcionan una serie de modelos de los que

surgen tradiciones especialmente coherentes de investigación científica. Esta tesis, el concepto principal de

paradigma, ha sido atacada por su vaguedad y poca exactitud de modo que ha llegado a considerarse como un mero

comodín o “flogisto” filosófico.

La primera gran crítica a Thomas Kuhn versó sobre las múltiples y confusas definiciones que dio del término

‘paradigma’ en La estructura de las revoluciones científicas. En la posdata de la edición de 1969 (La estructura de las

revoluciones científicas se publicó en 1962), resumió en dos las posibles acepciones del concepto con el que quería

describir la forma de trabajo de las ciencias, el desarrollo del conocimiento y, no menos importante en su empresa, el

tipo social y psicológico del científico que se inserta en la práctica de un paradigma.

Más allá del esfuerzo realizado por Kuhn por delimitar el sentido del concepto que reutiliza, ya que el primer uso

sistemático de este concepto proviene de la filosofía del siglo XVIII, lo que marca esta explicación en la posdata es

un retroceso flagrante de Kuhn en sus intentos más rotundos por sentar un análisis del desarrollo del conocimiento,

siendo el caso que, en muchas ocasiones, en este añadido se desdice de algunos alcances de su primera incursión,

entra en contradicciones y agrega nuevos conceptos para abordar lo que quedó evidentemente desajustado en el

comienzo.

Las criticas a la noción de paradigma son, por tanto, diversas y fuertes, como la de Margaret Masterman, que

identifica hasta 21 formas diferentes en las que Kuhn utiliza la palabra paradigma. En “Segundas reflexiones acerca
de los paradigmas”, Kuhn admite que el uso que él ha hecho de los mismos confunde e identifica  dos nociones muy

distintas:

 la de ejemplares, que son soluciones a problemas concretos aceptadas por la comunidad científica como

paradigmáticas, en el sentido usual del término;

 y la de matrices disciplinares que son los elementos compartidos que permiten dar cuenta del carácter

relativamente poco problemático de la comunicación profesional y de la relativa unanimidad de criterio profesional

en el seno de una comunidad científica, y que incluyen entre sus componentes generalizaciones simbólicas,

compromisos compartidos de creencias en modelos concretos, valores compartidos y ejemplares compartidos.

Para Kuhn, si el cambio científico es fundamentalmente revolucionario, debe de haber también períodos no

revolucionarios. Ahora bien, las matrices disciplinares, al ser un tipo de weltanschauungen científicas, no son

susceptibles de una caracterización completamente explícita. Por el contrario, las matrices disciplinares se adquieren

de forma implícita a través del proceso educacional.

Nadie niega que el estudio de los ejemplares tales como informes, artículos, experimentos etc… es parte de la

formación y de la preparación del científico. Sin embargo, para Kuhn, el científico logra hacerse con una matriz

disciplinar a partir del estudio de ejemplares, y éstos determinan en buena medida dicha matriz.

En definitiva, la tesis de Kuhn es que las generalizaciones simbólicas de una teoría no se interpretan de forma

explícita. Además, los métodos posibles de aplicación de las generalizaciones de la teoría a los fenómenos no se

especifican por medio de algo tan explícito como las reglas de correspondencia; sino que uno adquiere

implícitamente cierta destreza en interpretar y aplicar generalizaciones simbólicas modelando dichas aplicaciones

sobre los ejemplares arquetípicos estudiados.

El tipo de aprendizaje y adiestramiento es de tal naturaleza que no sólo hace que todos los miembros de una

comunidad científica mantengan el mismo stock de ejemplares, sino que hace también que todos modelen la

aplicación de generalizaciones simbólicas a otros fenómenos de forma esencialmente igual.

De donde se deduce que dos comunidades científicas cuyas generalizaciones simbólicas sean las mismas, pero que

posean ejemplares significativamente diferentes, conferirán a los términos teóricos un significado diferente e

interpretarán por ello sus generalizaciones de forma diferente.


No hay lenguaje observacional neutro alguno. Por último, dado que los ejemplares indican el tipo de cuestiones que

se deben plantear y el tipo de respuestas que se deben dar, comunidades diferentes con stock de ejemplares

compartidos diferentes disentirán respecto a qué cuestiones se deben plantear y respecto a qué se considerará

soluciones a estas cuestiones.

Lo característico de una comunidad científica es, pues, la posesión común de una matriz disciplinar, la cual se

adquiere mediante el dominio del stock de ejemplares compartido por la comunidad científica y del arte de modelar

aceptablemente sobre los ejemplares nuevas aplicaciones de sus generalizaciones simbólicas.

Ciencia normal es, pues, aquella ciencia practicada por una comunidad científica que posee en común una matriz

disciplinar basada en el stock de ejemplares compartidos. Cuando una comunidad científica surge por vez primera en

torno a una matriz disciplinar, el stock de ejemplares puede ser relativamente pequeño. La ciencia normal se ocupa de

resolver los problemas abiertos o enigmas planteados por los ejemplares o por la matriz disciplinar basada en ellos.

No hay revolución sin crisis

La crisis es condición necesaria para la revolución científica. La ciencia normal tropieza invariablemente con

fenomenos anómalos. Si los esfuerzos no logran hacer cuadrar las anomalías con la matriz disciplinar se produce una

crisis científica, escenario para la revolución.

La decisión de rechazar una teoría por otra es siempre, simultáneamente, la decisión de aceptar otra. Antes de que se

rechace una matriz disciplinar, debe producirse una sustitución, y la revolución científica consiste en un cambio de

lealtades. De la vieja matriz disciplinar a la nueva. Esta sustitución no puede ser otra cosa que el fruto de la

investigación extraordinaria, la cual, al no estar fijada de antemano por una matriz disciplinar común se convierte en

una investigación más libre.

La investigación extraordinaria resolverá la crisis de una de estas tres formas:

1. Las teorías, ejemplares y técnicas previas a la crisis demuestran, en último término, ser capaces de resolver los

problemas.

2. El problema sigue ofreciendo resistencia incluso a enfoques radicalmente nuevos y es reservado para una próxima

generación que posea mejores instrumentos.


3. Surge un nuevo candidato a matriz disciplinar. Esta tercera forma corresponde a una revolución científica. La vieja

teoría y el candidato a sustituirla deben ser lógicamente incompatibles.

La nueva matriz disciplinar puede poseer algun de las viejas generalizaciones simbólicas, pero confiriendo un

significado diferente a los términos teóricos. Así, por ejemplo, la Teoría de la Relatividad sigue empleando

ecuaciones clásicas de movimiento, pero con significado distinto. El cambio científico es acumulativo sólo dentro

de la ciencia normal.

Dos observadores que contemplan las mismas cosas desde matrices disciplinares diferentes ven cosas diferentes.

“Aunque el mundo no cambia con un cambio de matriz disciplinar, después de él, el científico trabaja en un mundo

distinto.” Ven cosas diferentes por varias razones.

En primer lugar, los datos que el científico recoge son distintos. Los datos no son puros estímulos sensoriales, sino

resultados de clasificar los fenómenos. En este sentido cabe recordar, de entradas anteriores:

 Como Hanson nos hablaba de  la carga teórica

 Y como Chalmers, nos lo explicaba con todo detalle en la observación depende de la teoría

En segundo lugar, los datos se expresan en el lenguaje de la ciencia y el significado de estas expresiones es diferente

en las diferentes matrices disciplinares. Lo que ocurre no es que uno vea el mundo y luego lo interprete desde su

matriz disciplinar, sino que más bien uno ve el mundo a través de su propia matriz disciplinar y, aunque un cambio de

matriz no supone un cambio del mundo, sí supone un cambio de lo que de él se ve y de cómo se lo ve.

Objeciones al análisis de Kuhn

Desde muchos frentes:

 En primer lugar, su noción de “paradigma” ha sido duramente criticada, hasta el extremo de que Kuhn la ha

completado con las nociones de matriz disciplinar y ejemplar, como vimos anteriormente.

 En segundo lugar, la consideración que Kuhn hace de la ciencia depende fundamentalmente de la distinción entre

ciencia normal y ciencia revolucionaria, y de la idea de que la mayor parte del tiempo la ciencia atraviesa un

período de ciencia normal.


 En tercer lugar, la idea de que las revoluciones suponen un conflicto entre matrices disciplinares inconmensurables

que sólo puede resolverse mediante persuasión y no mediante argumentación lógica, ha llevado a algunos autores a

señalar que la ciencia y el cambio científico, en la interpretación de Kuhn, es algo irracional.

 En cuarto lugar, uno ve “mundos diferentes” desde matrices disciplinares diferentes. Esto supone dejar a la ciencia

sin una base fáctica objetiva. Las matrices disciplinares serían no sólo “componentes de la ciencia”, sino que hay

un sentido en el que son también “componentes de la naturaleza”.

Popper ataca directamente a Kuhn diciendo que recurrir a la historiografía de la ciencia, a la psicología o a la

sociología de la ciencia, “con el propósito de esclarecer los objetivos de la ciencia y su posible progreso, es

sorprendente y decepcionante”. Eso, afirma Popper de manera concisa, se debe a que esas ciencias son

“frecuentemente espurias, y en ellas no se puede encontrar como se cree ingenuamente, “descripción pura y objetiva.

Lakatos es quien va a desarrollar más tarde esos argumentos popperianos, no sin cobrar caro por eso: él, además de

volverse contra Kuhn, se vuelve contra el propio Popper. De hecho, Lakatos puede ser descrito como un popperiano

para quien la historiografía cumple un papel en la evaluación de teorías de la ciencia, o como un kuhniano para quien

una teoría de la ciencia sólo puede ser apriorística. Su trabajo principal sobre la historiografía de la ciencia se abre

con una famosa paráfrasis a Kant, tomada prestada de Hanson: “La filosofía de la ciencia sin la historia de la ciencia

es vacía; la historia de la ciencia sin la filosofía de la ciencia es ciega” (LAKATOS 1971, p. 91). La primer sentencia

se dirige, evidentemente, contra aquellos que muestran indiferencia por la historia de la ciencia, como Popper y los

empiristas lógicos. La segunda es, en especial, una crítica a Kuhn.

En definitiva, si, según la concepción de Kuhn, la ciencia considera el mundo siempre a través de una matriz

disciplinar, ¿no cae Kuhn en una cierta forma de idealismo antiempírico?

Si quieres completar esta información puedes continuar en el resumen del capítulo  Las teorías científicas como

estructuras 2. Los Paradigmas de Kuhn  del libro ¿Qué es esa cosa llamada Ciencia? de Chalmers.

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