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j~to de l~ intervenci6n. El psicoanalista !!óibe que ha de se.

llar un pacto de ac-


Ción conjunta con el enfermo para derrotar al enemigo común: "la situación
pslcoanalítica consiste precisamente en ese contrato". Tan esencial es ese
pacto, que se ~xcluye de I~ ~t:tra p~icoanalíti,c~ a toda persona incapaz de pac-
tar ,con el anah..sta. En defmlÍlva n~ es el mediCO el qu~ cura al neur6tico sino
e!!,e~te el que Ílene que curarse a SI mismo; esto es, lo que parecer! logros del
mediCO, han de hacerse logro~ del paciente. La tarea del analista se orienta a
"consegu!r (l~e .el enferm<;> ¡cum(Jla con SJ tarea: vencer sus resistencias" (2).
" ~1 legitimidad d", la lr¡tervenci6n se sustenta sobre una especie de axio-
ma .hlst~r!cQ qu~ puede formulars~ del si!~uiente modo: los pueblo;>, grupos e
nstItucIOnes dejados a sí mismos se c~msolidan e~ la injusticia. j::ri el caso de
Ios ptleblos ha qu~dado pemostrado como se configuran en la desigualdad en
ta~to no:Se orf!an~zan pal1'!- do~inar su inercia¡ sacralizan las estructuras que
La rpetadología de la Accl6n Social se h?J. visto sometida en los últimos se Imponen a ~I mlsmas¡ del "mismo modo, la estructuración de los grupos hu-
manos en deSigualdad está en la nat¡.¡raleza de las cosas" como una inercia
arias a:profur190S cambios que hán desplazado las condiciones de la pregun- o un peso, abandonadas al juego de las fuerzas que allí están en acci6n las
ta por' el método y \05¡ modos de ehCarar sus cue~l:iones fundamentales. No sociedades ,:,an hacia la desigualdad como los ríos van al mar (3). De ahí'que
es la ptim~ra vez en la historia del métpdQ que los cambios acbntecidos en sea. necesano poner en marcha procedimientos de dinámica social y organi-
ot~os ,ámbitos han mQcjificado las proPios prá~titas (1). Los contornos de las z~cI~n d~ p~ácticas de re$ister:cia para la ::educción de desigualdades. Las pro"
dis¿iplin~s académicas, de las prácticas social~s y de las técnicas de interven- F/las mSÍltuc~ones están sometidas a la n~i'ficación y cosificación inevitables (4).
ción sé han Qiseñado metliante proft.\hdas crisis y a través pe céi'mbios c\e pa- ~)el mlsm~ modo ha de quedar igualmente establecida la legitimidad de
radigmas. En el ámbito del trabajo so~ial estamos ya en condioiones de su- la no-mtervel)Clon, ya que cU?lnclo no es absolutamente requerida y ajustada
bra~ar aquellos cl)mbios soCiales y culturales que acuml!lativ~mente anuncian c?usa ~a s~lie de efectos perversos; e11':ré los cuales rio es el mehor la pasi:
un nuevo paradigma. vld~d,. m~:c¡a y conte~dón.de !9s dinamismos internos al cuerpo social. No
De este modo las cuatro preguntas básicas quedan afectadas: quién in- es mSlgmflcan~e la eSÍlgmatiza.cl~n que planea sobre el trabajo social (5).
terviene, ¡jot qué se Intenliene, para qué se interviene y c6mo se interviene. Reconocidas ambas poslblhdades procede como tarea fundamental en
Sujeto de la intervenci6n, .objetivo, finalidad y modalidade5¡ están en trance de este momento una ajustada des-Institucionalizaci6n de la acción social· tarea
generar nuevos modelos para la investigaci6n Y la práctica de la Acci6n So- ésta 9ue será prio:itaria en los pr6ximo!; años y de cuyo éxito dependerá la
cial. propia metodologla (6). La necesidad de des-institucionalizar se ha funda- ,
La cuestl6n del método ha quedado alterada por dos tipos de factores: m~ntado en la creación de dependencias que causa la intervenci6íl. Está am-
unos de índole general que responden a cambios estructurales de la sociedad, phamente do~umentada la permanente tentaci6n del trabajador social a ha-
Vdtros de írtdole especifica que han sido provocados por la propia reflexi6n cerse ne~esano, a p.e~etuar su neceslda:l. Yen segundo lugar en la creaci6n
mterna. Estos factores forman algo así como el marco de referencia de cual- de neceSidades artifiCiales que causa la des-institucionalización (7).
quier interven<;:i6n. El proye~to de tles-insti~uciona\jzaci6n provocará en los próximos años
no pocas tens.lones corporaÍlvas, pero sobre todo la necesidad de profundi-
~ar ~n la relaCión .e~tre la pr,?fesionalida:l que comporta estabilidad, especia-
ADQUISICIONES SOCIO-CULTURALES IIzacl6n y normativldad, y la mdole comunitaria de los recursos que compor-
tan flexibilidad y desburocratizaci6n(8).
Entre los factores especlficos que han madurado en el interior de la pro-
pia tra.diclÓn destacan aquellos de ínoole cultural que comparten la cultura so-
cio-pedagógica Y en general todas las ciencias sociales. (2) Citado por URENA, Enrique: La teorr,] de la sociedad de Freud Tecnos Madrid
1977, ~69S. 54-55. ' , ,
3 COSMAO, V.: Trqnsfbrmllr el mUrldc" Sal 'farrae, Santander, 1981, p6g. 71.
, 4.l L~MO PEEsPINO~A, E.: Lalteorra de la co~iflc(lclón. De MQtx a la Escuela de
1. Prqvislpnalidad d.~ la iil~erv(méJón Francfort, Al\apza Universidad, MadrlQ, 1981, ):6g. 70.

tn primer lug'lr, tocIa interVenci,6n sóci~t debe se~ COhscierte de su pro-


¡:)Ia proyisiorialidad¡ ha de ten~e.r 1'\ h<lcerse mn~~e~ar!a.lo ante~ pqslbl~; Le
¡
I 7
5¡ GOFFMAN: Estlgm,q, .Am6rrgrtu. Buenos Aires.
6 CASTE';-. R.: La qestrón /:le I/;>s rl~sgos. Anagrama. Barcelona. 1984.
¡

EI,r;nentorlo .esflJerlo de des-lnstltUcicnalizad6n efectuado en España en la década


</~ Iqs ~l!tenta p'0 se ha Visto secunda{:lo por la ere ~ción ele n\lev/ls altem/itivas, sino que en mú-
debemqs a \a cultura psicoan~htu~a desplazar las condlclone~ mismas elel su" c1~o~ casqs no ha sido m6s qu.e un e';1cubierto dEsmantelamiento. Un caso paradigm6tico es-
cnto óesd,e la I?ura legitimelción aclllJinistratlvá pUl,de verse en BÁsCUÑAN. J.: Evaluacl6n. Area
del Menor, Diputación de Vé\lenéla. 1985.
" (8) ~ARCIA ROCA, J.: "La deSburoaratizadón del Estado de Bienestar" en Reolsta de
¡ (1) KUl-tN,T: La estructurp ,de !as reoolucl¡:mJs qlentfflca~~ F.C./::. ~"Q5, Mu$" Trl1oajo,11987. "
gr~ve: La crftlcá y el desarrollo d~1 ~onqclmlento, Grljalbo, Barcelopa, 1975.

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2. Responsabilizar a la población 3. La lucha cultural

La intervención ha sufrido un camqio sustancial len 10 que re~pecta el su ,Es evidentf! que cadq vez se Cdl1solida má,s la distancia q4e separa lb que
orientación. Ya no es posible operar desde los eliqu.erp~s. convenclona~es que podnamos llam::f el mundo integrado del mundo de la mp.rginalidp.C!. El h1uro
revestían a los agentes sociales de un saber especifico cc,ipaz de reducir a ;;us en lugar de acortarse se agranda no sólo por la presencia de rulevos factores
que crean marginalidad Sino sobre todo por la mitificación de las repreSenta-
clientes a simples usuarios. cio~es mismas. Sintetizando, 'podríamos decir qUe el mundo de la integración
En su 14gar se ha impuesto como 9bjetívo b~~ico de toda i~terv~nció~
g
la responsabilización de las poblaciones en la gestion e I.os p~OpIOS nesgo!:!. esta formado por los qua tienen trabajo, pueden llevarse algo digno a la bbca
~antienen la pos¡b~lid~d de comuhicacióri y pueden valerse ppr sí mismos; el
La llamada pedagogía de la liberación ha mostrado ~as ':'i~~hdades de. es\e
hallazgo y ha construido sobre ellas no poca~ de las mtulclones más vahosc¡.s mundo de la marg1Oahdad, por el contra¡¡o, lo englosan los sin-trabajo, los
que sostiene ~a actual cult~ra ~ocio-peda~óg!ca ~9). Todo proceso de desatr~- que carecen de saber y dé podet, los que no pueden sé[ autónomos. en lE{ fjJes-
110 empieza p,or una reactivación o conclentizaCIQn d~ tal mal1erll que P€lr ml- tión de sus propiOS liesgos y ,los que tienen ro.t,: la comuhicaci~~. E~ ev\cjen-
ta a los grupos volver a ser productores de su propia ,cultura y, con ello, de su te 9ue el paro es hoy !IDo de !os. factores declslvps en la creacllon d¡a margi-
nahdad, y en e~e senttdq h?s hmItes se agrandan o se achicm,n e¡i cada mo-
propia historia. . . mento histórico O en cada formación Social.
, Esta adquisición requiere aperfurar una profunda des-Ideologlzaclón en
una doble dirección. El cuestio.namient~ r?dical de los esqL!emas qü~ contra- Con ser .impo~ante este factor c1,lant¡tativo, lo son más aqw"Hlos com-
ponen educador-educando, aSistente-asistido, !Iegan .a. su fm despu~s de ha- ponentes cualitativos 9ue en f.0r~a de r.epresentaciones popul1ires alimentan
ber planeado ampliamente sobre la m~t?dol~~N:I tradlclOr:al. El tra~aJa~?r so- y :':l?rO~l!cen 1", proP\!2 marg,n~h9ad. S,: ,Impone ant¡a ellas una radical d~s-
~ial no está revestido de un saber salVlftco ni posee partlc~ares c.onfllclo~c:s mltificaclo~, ql .:' convierte a-la mtetvenmop en lucha cultura).' I

taumatúrgica,s, sino que debe comprend~rse \=omo un sl~ple ac~t;'1pana~ En pnmer ;ugar, la dl'!smitjfi/:ación de la normalidad, como primer mito
miento en el interior de un proyecto educativo. Aunque una mt~rvenclOn pue- que cr~a la margi~alidad. El modelo ideológico de hombre que domina hues-
da ser suscitada desde el exterior, ésta sólo empi2za a ser .efectiva cuando los tra. SOCiedad. es, sm duda, el bur~ués europeo dI'! la revol\lción industrial; "&1
grupos que constituyen esa sociedad se encargan ello!i .mlsmos de la reorga- .animal que I11venta, empr~nde y lie supera", con el móvil ecorlómico, estí-
nización de las relaciones que estructuran su vida colectiva. Volver a ser ~ctor mulo de IL!c:ro, deseo de ganancia y conceptión fidquisitivfi del tiempo (10).
de la dinámica social movilizarse para tener otra vez en sus manos la situa- En I~ medida que hay personas y grupos sociales que no quieren o no pue-
ción es un objetivo básico de toda interv~nción. El qu~ interviene desde el e~­ den mventar nad~, ':lmprender pocas ~osas ni apenas super¡:¡.rse se sitúan al
terior no ha de llegar en plan de ense~ante o vulgarizador. de ~us conocI- margen del mundo 10tegradq fc¡rm&inc!o de este modo un submundo de im-
mientos o de sus técnicas; ha de descubnr al grupo d~?de ell~tenor, y explo- potencia sometido al tutelaje propio d~ la minoda de edad o al estigma de la'
rar con él su memoria colectiva hacerse aceptar como companero pe,ira lue~p inadaptacióll. En nUestros tiemp9s no sop. capaces de aprobar aqu~l e~amen
actuar como incitador de la basqueda, de la inrlovabón o de la voluntad co- de madurez ni las minori~, ~i lé,l.s personas improductivas, ni los antianos, ni
lectiva de autodeterminación y de autocreaciop colectiva. las personas c;:on plusvaha n) muchos más que pasan de este modó a engro-
Un segundo frente de des-ideo\¡?giza~i~~ ne~esita~ t?l~d~r !IDa pro- sar las filas de la marginalidad (11).
funda convicción. Desde que la tradicion cnsÍlana hiZO ~o1Ocldlr lcl hlstorlp. de ..En segundo lugé,l.r, la lucha cQntra los mecanismos ideológi~os¡ como dis-
la asistencia con la historia de la santidad, las tareas sociales se han reve~ttdo pOSitiVOS culturé,l.les que consolioan la marginalic\a¡i. DO!j de ellos presentan
de una presunta inocencia que ha sido ra~icalment~ cuestionada en la fc~ua­ una especial ad' ¡alidad: la atomiza~ión y la generalización. La atomización es
lidad. El rey que llegó ayer a los altares sena ~OY obJ.e;to ?<: una relJo¡~clon JUS- el r:necanismp que impide elé,ll:¡orar esquemas gloqales er¡ cuanto que e~ ~ca­
ta; y el santo hospitalario que ayer lo fu~ 0pr l:.odaIJust.lcla¡ carecenc¡ hoy e1 pa~ de. ¡ilnfrentarl>e con sl~etqs cp~e~tiyos y ':ln su Ip~ar sólo percibe: il1diviquos.
significado. Las tareas sociales han per?ldo jSU mocencla a causa¡de utlOs f~­ Sta Ignora el hecpo mayor de la hlstona socl ql: la emergencia colectiva dI? gru-
nómenos sociales ampliamente documentados ..~ Rrlmer lug,:r, a preren~la PO!? ~~r~i,nales \J su oonstitpdóri ,como $uj~tos políticos. domo reverso'de la
del trabajador social no es necesariam~nte posItiva. Ir a tra~a)ar con los ,:n- ato,mlzaclOn, aparece la gen~ral)zaci6n. Se tráta de un discur!j9 que oculta el
cianos, con los huérfano~ o con los encarcela(los n9 es pOSItiVO. a c~~qUl~r p~oblema en ?a~e a niv~Ic¡.¡' sus aristas., ha marginflc!ión esll'!r¡toli¿~S un am-
precio. Respetando los códigos privados de t?ndu¡::té'l, es pecesan? ,dlstin$llr pito ~ac<;> s<:!l\larltico d~)l1:de qa~en realidades tan dispqr'i!s como "ar/(:ianos, ~i­
entre la heroicidad personalizada y la justE!za ml!,;ma de la 1Oterveppon. En ~e­ nds en nes~o, alcohóh~osl, ~ehncU(~rtes, gitanos, drpgaqictosl honio~ex~aIE:s,
gundo lugar, el trabajador social no está inmynizp.do denada con,tm locufll 10- parados, a,nalfabetos, mvaItdos, .... De este ml=>clo, la conciencia colectiva
tenta luchar; puede llevar encima todos los problerrlé;l~ que va a abordat· E;1 neutrpliza el problema. I

consecuencia no hay uha parcela aproblemática frente a un lug"r problema-


tico, sino qu~ la indigencia, los prejuicios, la ignoran~ia o la mal~ y?lunté;\d
proyecta !¡U sombra también sobre la presunta neutrahdad de los tecnlcos. (10) SANCHEZ FERLOSIO, R.: Mientras los dioses TIa mueran nadq ha cambiado Ma-
drid, 1986, págs. 54, 68, 69. . , ,
(1 ~) He analizado los mecanismos ideológicos que pesan sobre la marginación en mi
(9) FREIRE, P.: Pedagogra de la liberación. ponencia sobre Marginación social publicada por la Diputación de Valencia, 1983.

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y I¡!I'l tercer lugar, la lucha cdntra 10$ climas irr¡;tcioflales que retroali- tradicción yp no es el signo de un pensétffiiento absurdo, sino el detector de
tnentali la rhMginalidad. Asistimos hoya una extraña conversión al prag- capa$ profundas de lo real (13).
matismo qlla convierte la$ situaciones inevitables, revestiqas de fatalismo. A La complejidad pesa sobre la mekdología imponiéndole los siguientes
est51 odnvcarsión al realismo, Ílay que añadir la dificultad cultural de eblbol'ar desplazamH'lOtos. Como significó Bachel,:trd, en el ámbito de la acción social,
el futu/·o, ~ue Yil no C\pareoe ni como camino ni como. ~eta. Ha dejad? de no existe lo simple, existe la simplificación. Y cuando alguien cree encon-
ser ~I til:!mpo de las esperanzas utópicas y de los tnOVImlentos ~eslámcos. t~arse ante lo simple siempre se encuentra ante lo simplificado. El pensa-
Lo más preQcupante ~n la situaCión de pobreza de$vel~da por el !nforme ~o­ miento complejo no apunta a lo elemental-que como dice Morín se funda
ciológ\ca de Cárltas Española es "la falta de perspectivas d~ meJ~ra Yla ~n~ er'lla unidad simple y el ¡:¡ensarniento claro- sino a lo radical, en donde apa-
certIdumbre que m¡mifiestan en que el 90% creeh qLle su Sltuacion segUirá recen incertidumbres y antinol'l1ias. De a::1í que la intervención sOci,!:J.I tiende a
iguaI'o etnpebrará". Con Iq: pérdida del futurd se debilita la solidaridad Ya q~e la muJti-dimensionalidad. La minusvalía ya no puede definirse de manera
sin metas cOlppa;ti.'das no hay identidad.. es s~ciales; sin prop~estas de meJo- sirppl€l sino que es el r~u1tado de una de::!ciencia orgáni~, de una 'disfunción
. rJi no se fUl1qal,1lentph las larg¡:ts apuestas, sm un futuro pOSible se mueren so¡:::lal y una reacción social. Lo cual finalmente impone una metodología in-
lé\s Min\dapé~ electivas. Resulta inquietant~ ve! CÓmO I,a d~soh.tción del f~turo terdistjplinaria.
pb afeCta p¿r ig1:lal a 10s distln~os intereses eq Jue~o, cpmo su coste re~ae so- Cuahdo la intervención social cree C'lOcontrarse ante un laberinto, pode-
pre a,que¡IIo.s grupos q\le o lo eSPeran todo del futuro o se quedan ya Sin pr~- toos sospechar que es un círculo creador. La reivindicación del valor de lá pa-
radoja fu!,! \.In mérito corwiderable de la nueva escuela de Chicago. La siinpli-
sente. 1 • • hl 't aipad de. loS ~nálisis y la c!arencia absoluta del sentido de la paradoja hace que
En cor\sed.lencia, toda it1tel'Vención social posee me~}a. eme~ ~ un
componente de lucha cultural y si carece de ell~ la inteI'VenC10n es acntlca e sólo enÍlendar¡ que las cosas majas resultan de las malas condiciones, con lo
CUOl! se borra la posibilidad de que el mal surja de cQsas tenidas por buenas y
ingepua. el bien de cosas tenidas por malas. Pas¡m por alto la complejidad de los sis-
temas morales y no son Fapac€i!s de captar el relativismo Gultural. La tarea de
la interyenéi~n no consiste en eliminar la paradoja sino en trabajar con ella,
RASGOS ESTRUCTURALES DE LA SOCIEDAD ACTUAL eón su mcertldumbre y su desorden.
La estrategia del pensatniel1to compleja utiliza los efectos no deseados y
I Jur~tp ?) las adquisiciones sOCjooulturáles,. paseen ~pecial relevanci~ los efectos multipliéadores como momenÍ<)s decisivos de la intervención social.
aqu\3llos ~ambips que afectan a la estructura ~OCI~ y que fma¡me~t~ deterr~ll-

~
lpn la ¡SrotJia alitpcomprensión Y las transfQr~aclones de las práchcas ~0~1a­
es, las está\tegias, y las técnicas ?e inl:e~~nclón. tres rasg<?~ de !a SOCiedad 4. La conflictividad
ctual son determmantes a la hora c;le asentar la metodologla SOCial: la cqm-
¡:dejidad, la\::ortflictivldad ¡; la sistematicidad (12). l)h rasgo definitorio de la sor::iedad actual es el carácter estn,¡ctural del
conf!ido: No es una simple anécdota sin::> que marca todos los prdductos, ni
puede afirmarse que sea cOY!.Il1tural ya que en la actual formación social es un
1. La complejid",d mqmento pérmanente qLle 'no cesa de reproducirse.
Los conflictos que Cruzan la sociedad actual y operan como auténti¡:::as
tI ~x\to mayor de la int~rvenclón consistirá en ap!"endár a gui'!-rse en el matrices d~ otros conflictos 'son: ' .
" ---:E! cbhflicto: econ6mtcQ que se muestra e~ .Ias diferencias clamorosas
interibr de una realidad corhplej9' Afrontar y sumergirse en el relno de la
~orriplejidad será el ilnperatlvo mayor de 1& metodología. sociaL El d~scubri­ entre la nqLieza de algLlnos y la pobreza de muchlslmos. Le es ese~cial al sis-
mier1Ía <;le esta nota constitutiva de la so¡;iedad ha cambiado las hábitos so- temq capitalista vigente ¿I desigual reparto de beneficios, Guya última expre-
daleS de suerte que Mohler ha podido afirmar Q"ue "al darnos cu~nta de ,has- sión son las dificultades para entrar en el mercado qe trabajo.
t~ 9Jé PT,tó es c;omplejo el mundo, vivimos de é}lguni;l forma l,ln segundo na- -'-El conflicto político que se muestra en la estructuración de la sociedad
clm¡epto . en \;Jase a la jerarquizaci~n más que,a la p;:trticipación. El abismo entre los que
i La nota de la complejidad debE! plante?rse cotrelativam~nte ,en el mar- deciden y los que no deCiden se agranda cada vez más hasta generar hoy gra-
co d¿1 pensamiento y en el marco dé la reahdad ya que concierne a la vez a ves fEil1ome\1os de apatía política y des-rE:ponsabiljzación ciudadana. .
los f~póril¡'lOOS $dciaIes Y a los prlncipio~ que lo~ rigen. .., . -El conflicto cultural que se muesha en la desigual asignación de sabe-
La complejidad constituye ;>.Ia realidad soc.ia!.en un tejido trenz.ad,o.con- res, con el crecimiento de aquellos conoc;imientos técnicos que sirven.para le-
juntamente por hilos diverso~, y le da al coroclml~nt? la al.\tocoll<;lencla de gitimar una nueva frontera que justifica la segregación entre los que saben y
los propio.s Iímite~ en la medida que parp' e conOCimiento ¡:::ompleJo la con- los que no saben.

(12) GARCIA ROCA, J.: "Tres sintomas para un diagnóstico de la socledar: espafiola", en (13) MORlN, E.: El métódo. La vida de la ulda, Cátedra, Madrid, 1983, páginas 412,
441.
Iglesia viva, t28 (19~7) 127-147.

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Los tres cqnflicl:ps s~ relacionan dial~cticamente hasta constltitir aut(m- ~a. Gracia~ a ~llc .',\ interrelél~i~n :~~ ,corivierte en la categoría básica y desa-
ticos ,~b~;i11tOS. sd trata .en ~orlsrcue~cia de.pefin;i~ el peso del cpnfli~to eri el parece cu.álqUl~r mtente;> de C;,~msti:l€irar uh comportamiento o una acción
p¡an~~~amlento de cUé)-lquler mtenJer¡ClOn socI~l, que dfi!be !ler rfi!conocldo y en como rra~ldad m,d~pendlet?te. 1,:.5. ne7esarip ocuParse de los subsistemas, exa-
n ngúl-/ caso pUedE! s~r erimascarado. ni1nar las Ir}fprmraclone,s, d!scern~r lo~ papeles, I~s mecar:ismos, las reglas que
U c6nfllctividad deterniina en primer lugar una nota caract~)istica de la , entran en },,1(:;go y los CirCUItos, de retroahmentaclón del sistema. Es necesario
inten}erlción sOFlal¡ a saber, lj'l Imposibil\d~Ci de lücali~ar ~n 1l!1. sol? punto la ' pot!~t e~ Jl;I~f!(l).los facto~es, tanto. individuales como económicos, culturales,
causa total del conflicto o del malestar. $010 una fJrave slmphflcaclón puede, pohhco$ y Jundl~bs. Las mtervenclOnes se inscriben más sobre los contexfos
considerar focalizado en una sola dimenSión el origeh del problema; y en con- y sobre IQs e~qslstemas q!le. sbbre los individuos. Apunta a la globalización
secuei1ci¡:\ s/;>Iq una peor simplific,!-ción podrá postular que ep un sólo instan- c~m.ó altamaq~ tnetodologlca y se, aleja cada vez más de las estrategias ato-
te Se protluZca el bienestar. En su lugar, la conflictividad .obliga a reconocer el ml~ticas, secto~lf~das y seglne!,Jtadas¡ así como de las entidades aisladas y las
carácter plúrifocé\1 de lo~ conflictos, y los procesos de trabajo -lentos y cos- Ideas claras y distintas, con el fm de íealizar la rotación de la parte al todo del
tosos·_- qye implica cualquier estrategia social. todo a. la parte. '
Si la cbnflictividad .es tap radical y Elstructuran~e será. ig4alrr¡.ent~ ~ece­ Lqs servicios sociales comunitarios son el ámbito de la sistematicidad el
sario reconocer la necesIdad de ap~rtur¡:tr a la vez y slricrómcamente dIstintos andamhhje de la globalizació'1. '
frent~i¡ de intervención. Hay tres línea!¡ da acción igualm~nt~ in9isp~nsabl~s, El. carácter sist~mico .ee la reaJ}qad desplaza el objeto material de la in-
~eqún la situación de las personas y de los grupos humanos. La accIón aSls- tervención: so~re qu~ o quu:!rl se c(ctúa en la lucha contra la marginación. Hay
teT¡cial otientatla a paliar los efedos del conflicto y que op,era "a parte post"; lma respuejlta mn~",dlata e Ingenua que actúa sobre el sujeto marginado. La
cuando ya parece que' nada se puede haCer queda todaVla algo, a saber, el respuesta es enganosa y tr~~endamente ideológica. Hasta que no se entien-
compartir ~n él cara a cara el pan y la palpbra, la compañí.a-.Y la .salud; en este , da q~~ no debe actuarse directamente sobre la carencia no se entra a traba-
sentido la acción asistencial mientras dUl'e el copfllcto sera meVltable. Pero la jar cnttca!l1ente. en el c':'!rlPo de la marginación. Los análisis sobre los estig-
acción asistencial nec::eSita sitUé~rse en el interior de la acción promocipn(I1 si mas y la r~troahmentaclon cuando se trab9-ja sobre carencias están absoluta-
Auiere estar a la altura de la copci~ricia histónca. Es posible darle a la ~sis­ mente valIdados en la discusión científica.
te riCia una orientación efectiva a la pl'omo~ión humana en cuanto que esta
PO$€? un caráct~¡- preventivo (a,parte apte). Pero la seriedad de la dimens!ón
colectiv~ y estructural del conflicto obliga a abrir un U;!rcer frente de aCGtqn
MOJlFOLOG~ DE LA INTERVENCION
que podríamos llamar acción solidaria con Su situa~lón y con su l~cha; si lo
primero nos lleva a incorporar a 1')osotrps la cultura d~1 pueblo margInado (sus
modos de amar y de desear, de esperar y desesperar) sus despojos y sus rela- , Los método:: de i!1tervencióf\ sOyial necesitan identificar su propia es-
ciolJes) la solidaridad con su lucha nos lleva a apoyar sus esfuerZOS de orga- tructu~a (14), Por debaJO. d~ su ejercicio práctico, de su afiliación a c\iversas
nización su constitución como sujetos colectivds, su autoconciencia. Con lo ~~ocas y (:\e su pertenJ'lncla a diversas teorías hay un andamiaje capaz de iden-
cUfillA triple acción sQciallinda ineyitablemen~e con la ~t:ción política y las or- tlfl¡:ar las constantes homogéneas.
ganizacioni'ls que el pueblo se va dapdó para la conqUIsta de sus derechos y ~~ aproximaci~~ morfol<ógica intenta sorprender aquella estructura que
la re¡;cilución de sus conflictos. p~r~lbrá.expresa~ diyersas pr,á~ticas hist?ricas por debajo de sus componen-
tes ~lstÓt'1CO-~C~momlcos, poltticos y socIo-culturales que confieren la indivi-
dU1l;hdaoy. umcldad a cada intervención cdncreta. Con la estructura se abor-
3. l.a si!j)terhaticid~d da Igualmente la osatnepta que articula las cuestiones básicas que ho'y tiene
planteada 'la metodología qe la intervención social.
El reconocimiento del c/lrácter sistémico de la. sociedatl ha ido acompa- Los tres etes sobr~ 10$ Fuales se enuclean las operaciones que compor-
fiado de urla auténtic~ revolucir,n cqnteptual en cal'ámbito d~1 análisis social. ~i ~a metp,dolpgla de la IntervenCión &ocial tiene tres acciones de base: el ver
Desde ha'Ce treinta anos, loS trabajos d~ Von Beltala¡'lffy y de Wiener sobre la ~ Juzgat 'Y, ~I actuar. S~an cuales ,fuesen sus desarrollos posteriores, esta~
teOlip ~eneral dé los sistemas y la é¡bernética y su é\plicación a las ciencias h\l- acciones, paslcas se perfIlan como las auténticas regiones de la metodología
rT1anas por Gi'egory Bateson y mt¡s reqienternente por Henri Laborit han y, e)1 t?rpo ~ ~llas nacen las tres constelaciones: la observación el jUicio y la
abierto un camino "ecosistétnico", cioe permite resituar a IQs In~ividuos en su a,ctuaclóp ( 1 / ) ) . ' ,
aml::iiente cdnsiderándolbs como particiPílltes tl61 uno o mils sIstema!! que a
la vez les cohclernen y les explican. Desdia la perspectiva sociológioa, los tra-
bc\je')s dé Erving Goffm¡:m, Howard Becker y l{¡;ú Erikson han insistido sobre
el prote.fiO de inducción por el gn,tpo social que llev.a a una carrera deflviante.
El' desc4brimiento del carácter si¡;témico ha permitido una prOJ4ndiza~
(141 Este método es deudor de los intentos de PROPP sobre la estructura básica ¡:le la na-
trlta ones.e Orro ~bre la estructura de lo sagrqdo; y de ALBERONI sobre la estructura dEi, las ins-
cilón;
tuc
cióp teórica, epistemológica y metodológica de la realidad global que llevó al
trabajildor social a Rartir de la década de lps setenta a iniciarse profesional- l b (15) ~~ práctica de la metodologla del trabajo social posee hoy valiosas aportaciones en
a o ra deGJ:.LCQUIEL MDER-EGG, NATAUO KISNERMAN, BORls LIMA NIDIA AYLWlN BARROS QUE-
mente en métodos de psicología social, ecbnomía política y sociología críti- SADA DE REPPI, HERMAN O. KRUSE, etc. ' "

18 19
1. Semántica de la visión tar el método y la adaptaciórl a la originalidad Y unicidad de la expeliencia
personal individual, excluyendo la rigidez de las respuestas Y la uniformidad a
El primer momento de.!a inte~enci~f110.. conftiiuye la obsery~ciórL S~' los modelos. La perspectiVa empátjca es c:qnsciente que las fdmias en que se
enuclea en torno a la operaclon básica del . v~r Y, f<;1.rma una esp~q~ de COOS rtlanifi~d'ta la inadflptatión soh siempre slntdrnas de otra realidad que debe'ser
telación con las operaciones derivadas de dli1gnostico Y, ~valua~lón. La Rro- aborda Fi en la intervención elfucativa. l?rimá, en consecuencia, la historia, la
blemática de la visión se resuelve hoy en la, forma eSl?~clflca de .1I"!corporar ~a vida Y el Gontexto tnás que su problema o la carencia.
perspe.ctiva adecuada, determinar el interés gl,le la onenta y definir su propio
horizonte. b) El interés emancipatorip áomg tenwr

a) La reivindicación de la perdspectli~a... ' ,[ d '11


Las cosas se ocultan o se esve e¡n "'0 raZ¡0!1 .e.
r d ride sel ob<:et
U!;!~ o . ,r· -¡;'
1.;I··
Lé! visión no sólo tierie ~a perspectiva (desde donde) sino un hilo cbn-
ductor que sil"'e ~e ori.ent~ción (hacia dopd~) Y dlza la propia visión en' for-
ma dEL dinaml~mq inte~n? o . ! e p s o r . , '
van La perspectiva adquiere de este modo una slgmftcaclon e¡:.:,.f>temológlca. "¡ Es at~lOdl~le la dISt':f1Cl~>11 q\l~ hac~ H~berm<;ts en~~ el ,inter,~s in~tru-'
No ~e ve lo mismo cuango el par,o se,ve desde I~sioficinas?e desempleo ~ ~e.¡~ merltal, el mteres comunlca,tivo Y el Inter.3s erpanclpatono. tv,rllintras el inte-
ve desde los barrios de la perifena, h1 la prqga, tiepe l~s mismos p'fr!\les ~I .~~ ti rés il1strumen¡tal presid!,! I~s qiencjas emptricO"analitica$ ,Y está. bilJ:úlÍadó h~".
la ve desde el camello, de$de la madre lai:¡u~ $u~e, d~[oo~
o el ac\olescE¡nt,e q~c¡¡
: .··1:·
. cia el "Ciontro té~nic<? apl~q¡do a tm~c-rs0's objetivo~h el, j\lt~ré$ corr¡~thicfttivci
preside las cienCias hlstonco-human¡stic~~; y ~~á onentad9 a la esflira practi-
s'k ve envuelto en ella, Con la perspectiva, se. abren lm~s dlm~n~iones y ~e Cle-' ,
rran otras, se agrandan o se achican c'1estiones Y se ,lerarqUlza d~ moqo dls- :; ca de la comtmicaclón interhumana. El inÍl~tés emahdpatorici preside las cien-
tinto la relE:lvancia de Iqs problemas. . . ,'W, cias sociales crlticf!.s y se Ot~enta a la 1ibera~ión del sujeto de tUflnta~ re)¡;¡cio-
En la actualidad compiten dos perspectiyas (lU,? defl,nen lo~, problemas '~. oes de,depenpencia se hán veriflcadq en su entarllQ, ~ el inter~s p'qr fa au-
básicos, perjuzgan los contornos Y d~terminan I¡:¡s ,~oluclones, .Son las dos :1.'.·. tonomla, por la é\ul;orreflexipn, por la liberación (18).
perspectivas que Matza ha bautizado com,o perspecti~a ~<;>ITecclonal Y pers- t Es necesario reivindicar el interés ernancipatorio como modologla de la
ectiva empática en el contexto de la teona de l.a deSVIaCl?1l (16). , ' . Ir visión en la metodología de la acción social, que posee así esencialmente un
p Ante los fenómenos desviados, la perspectiva corre~~nal sta pr~I?lda
por el deseo de liquidar el fenómeno, por el d~seo comp . SIVO ,e supnrmrfos
d Ji.
:~;
componente utópico capaz de imaginar el no-lugar (u-topia), Y de este modo
mantener abierto el campo de Jo posible.
, or el empeño de corregirlos. Carece de volurttad de simpatizar con e) e- ú.
~6meno desviado, lo cual le imposibIlita para comprenderlo en pro~dldad1 .~
Yle dificulta la comprensión · Se adoPdtadel I?unto de vi~ta die lpa c?moun~~~~, i: .~ c) El retorno de la significación
grupo social mayoritario y d e la ciu a ama convenclora . 0 ...0 . - ~'
orta el punto de vista del suleto desviado. De este moc!o, Y con exc~lva fre- ~ El contagio que el positivismo causó sobre la metodología social tuvo Sll
~uencia "los patrones mora es dedlos investigtsa?~lres7) cIhotcan ~rPs~g~fA~:~~e ¡.*
p,eor ,~fecto ~ry la mue.rte ,del sujeto. ~e creyó por 1:111 momento que la objfiliVi~lfld
Científica eXlgta prescmdir de cualqwer elemento mcontrolado que perteneciera
por ser tan puritanos, tan propios e b oy-scou l ,n ervem I ,- f
tonces tor/vencer a aquellos que se han apartado de los patrOl;es morales VI- al campo de la subjetividad, En la "miseria dal positivismo" , Popper señal61as lrl-
gentes para que vuelvan al camino recto, Se argumenta ademas que el cono- suficiencias de la !J1irada cosificada Y reificadora. Sin despreciar la importancia
cimiento debe ponerse al servicio de esta empresa. ., de los elementos objetivos y cuantificables "lo una situación social, es heceSaJio
En la década de los setenta se ha empezado a venflcar ~a nueva pers- completarla con aquellos que pertenecen al mundo de las signifiqlciones.
ectiva atenta a los procesos marginantes, a los modos propios de ~pre:hen­ Las investigaciones de Lemert, Goffman, Erikson y Matza han atacado
~ón de'lo real, ya las formas de comunicación específicas d.e la margmah~ad. el error histórico de la escuela positivista en el campo de la acción social, has-
Está presidida por la convicción de que las p~r~on!ls margmad",:s, .cualqUlera ta el punto que tanto los teóricos liberales como los conservadores cpincitlen
que sea la Indole de su dificulta~, encietran en ~I mlsr,n0s potenCialidades sus: en reconocer el p'ap~1 de la significación, c¡¡stp es, la forma Qoncteta de
vi-
ceptibles de desarrollar, Ya,no Impo~a tanto c;>rreglr Y co~trolar cuanto e~_ ven ciar y de definir la situación que hé,lce ,~I propio sujeto.
cuchar lo que la marginacion comun,lca a traves de su mutismo¡ su agreslVl Si la m~todología social de dcjmihio positivista, declaró relevante Ips fat-
dad, su violencia o su conducta desvlad~. , ' . _ tores económicos cuantificables, la nueVa metodologla incorpora talnbiétt el
La perspectiva se propone empaÍlzar ~on el m,undo subjetivo del ~ar mundo del sujeto, El intera~cion¡smo simbplicó supuso un P¡iS9 decisivp en la
ginado visto desde dentro tal y como ~s vi~do pO,r el. De ahl que n? eXista metodologla social (19). El acto social no es "objetivo" 11,1 está ¡::ondicionado
una metodología válida para todas las SituaCIOnes smo que es necesano adap-
(18) HABERMAS, H.: Conocimiento e interÉS. Taunls, Madrjd.
(19) PuedPr verse una bUena sínte.~is en LAMO, E.-CARABf\ÑA, J.: "La teolia social del in-
MATZA, Do.: El proceso de desviación, Taurus, Madrid, 1981. teraccionl~mo ,simbólico", en Rev/lita españóld, d~ investif{aCionel; soclc:¡lógicas, 1 (1978),
(16) págs, 159-205.
(17) MATZA, op. clt., pág. 31.

20

::::{:::.:.:.....:..
tas demandas sociales que preocupan al trabajador social. A la hora de inter-
únicamente por la situación social; se produce deQtro de un contexto sIm- pretarlas, cabe comprer;derlas si~. más en razón de la autoridad que presenta
bólico que interpreta la situación y la acción de los actores. De suerte que "si la demanda o cabe explIcarlas cntIcamente en raz6n de las posibles distorsid-
definimos una situación real, ésta es real en Sius consecuencias". Un proble- nes a las que están sometidas.
ma social no es algo en sí mismo sino que es tal y como lo definen sus parti- En este .s~~undo supuesto, nos introducimos en la crítica ideol6gica di-
cipantes" (Thomas). El sujeto media cualquier acontecimiento o proceso que rec~amente dlOglda contra los encubrimientos sociales las reificaciones il1sti-
le afecta, por empequeñecido que esté su protagonismo. tU~lon~les y las distorsio.nes históricas. Los hechos so¿iales están situadds en
La visión misma posee un tarácter creador y constituyente de la situa- el mtenor de l~s formaciones sociales, en nuestro caso del neocapitalismo' j¡
ción. Resulta de gran importancia la reacción de aqu¡:¡llos actores com mayor en consecu~ncla presentan unas marcas de origen que deben ser expllcatiJ~s
poder formal o informal en la autodefinición del actor, así como las acti~des con todo el Instrumental elabo~do por la crítica ideológica, y que plane¡m in-
sociales del grupo en la estructuración de una conducta. En consecuenCia, ya cluso sobre la dp.manda. Es e':'1dente que la demanda socjal que presenta ho
en el acto mismo de la observación hay una definición de la situación que lle- la te:cera edad debe ser anahzada desde la división del trabajo desde la cJ
vará a que los implicados construyan su propia identidad (20). tura mstrume':ital y desde las posiciones de defensa que obligan'a solicitar hd-
gares de pensIOnistas como oasis en W1 clima hostil. Los ancianos a través de
su ~emanda muestr~n la dependencia del sujeto -tanto inpividual como co-
2. Gramática del juicio l~ctlvo- a las condiciones sodales. La instancia crítica debe atompañar ine-
vlt~blen:ente a. todCj .i~tervenci6n social mientras la formación so¡:ial tenga en
Juzgar y discernir es el segundo acto metodológico que constituye una su J!:ten?r la dlstOl;"slOn d¡:¡lyoder. ~o e:', suficiente en consecuencia la obser-
constelación que se enuclea en torno a, la acci6ri base: comprender y expli- vaclon smo que es necesan¡:tla exphcaclo.l'}, es decir, la puesta en. juego de tp-
car. Nos introducimos de este modo en la región de la hermenéutica capaz de ~O? los fact,~tes que converg~n en la aCCJon SOcial: económicos sociales j\..¡.-
interpretar los datos observados, de someterlos a crjtica y de referirlos a mar- !'ldlcos, polItic9s y culturales. " ,
cos sociales inás amplios.
b) La tela de araña
a) Comprender y explicar
. Existen e!lla actualidad dos gr¡mdes m¡:>delds explicativos que generan
Atendiendo a las posibilidades interpretativas de los hechos sociales, ca- dIVersas ry¡od¡~bdades ~e con'l)2rensión y que Bourdon ha llamado modelo caJ-
ben dos posi,cionamientos que po~en en juego ~os orientaciones bá~i~!iS: por s(,il y modelo mteracclOnista (23). '
una pprte aquella orientacion senSible el la estabUldad <:j,ue d~l~a !racl!Hon, a la .!-a ne~esidad de articular la crítica ideol6gica en el ámbito de la inter-
continuidad de las prácticas sociales, a la necesi¡:lad de ?qUllibno; y por otra venclon; (.ISI como las car~cterísticas si?terpáticas de la sociedad, obligan alre-
parte la orientación enfrentada con el curso de las cosas, movilizqd~ cont~a plantearse el concepto mismo de explIcación social.
los elementos ideol6gicos que operan en la realidad social, contra la Vlolehcla El trq.bajo ~ocial se h9b¡~ acostU1nbrado a e~plicar las situaciones por
de los procesos hist6ricos que domina la comunicaciór) humana. La polémi- e":lIpe!lt?S an~eliores a la aparición del prqblema. De este mpdo la delin-
ca de mayor alcance que ha producido los últimos añoS, ha girado en torno cuencI~ Juveml se explicaba qO~C;> efect9 de la situaci6n econ6mica, d~1 esta-
a la hermenéutica y la crítica de la ideología (21). tus s<;>clal o de la desestructuracJon famIliar. Tqnto sj la relación causa-efecto
Le nueva hermenéutica se orienta a la apología de la tradición y de la era ~etreamente.determinista «amo si erq probabilista, coincidían ainboB en
autoridad de los acontecimientos, ya que constituyen la inevitable realidad his- exphcarla exclUSivamente a partir de elementos anteriores. ' ..
t6rica (22). La rehabilitaci6n del prejuicio, de la autoridad, de la tradiC;;i6n pre- La nota de la sistemaJicidad, por el. c~ntralip, define la situación-pro··
tenden dirigIrse contra el dominio de la objetividad y contra los criterios de la blema como ~I resultad? de la cotnposlClon de un conjunto de acdones
simple reflexividad. Hay una voluntad fundamental de atenerse a lo que hay . que se e~t~eteJe~ y funSlOnan como yna tela de araña. En el CaSO de'¡b. d~­
hist6ricamente en cuanto que me precede y orienta mi propia visi6n. Según lmcuencla Juveml t~n~r~am?~ por una parte el acto delictivo cuyo pe/-m es
esta pOSibilidad interpretativa, la tarea del juicio consistiría fundamElntalmen- Ins~l?arabl~ de 19 slgm~l~a~lOn q.ue,le da el d~lincuente, a Su vez la signifi-
te en mostrar la significación de los hechos sociales dentro del dev~nlr histó- caCIOn rer{ute a las definiCiones Jundicas que enmarcah el a,do' los efectos
rico y mostrar la orientaci6n de la demanda social, Pongamos un ej~~\310 que Plor su parte dependen de la for¡na~i6n social en cuyo interior' se prbduc(i
lo ilustre. Es fácil observar la situación del mundo rural ~on sus fenomenos de e acto,. con 10 ~ual.la reaccló~ SOCial prOVQca una serie de cOhsecuenciai;
dependencicl econ6mica y dominaci6n cultural que se expresan en unas ciar- que d!flcultan, Impiden o l'I(troalimentan el acto delincuente. La deJln1
cuenCla como problema se resuelve en la interacción entre todos los fac-
tores. , . .
(20) BERGER-LuCKMANN: La construcción social de la realidad, Amorrorl\.!, Buenos Ai-
res, 1968, págs. 189-192. '
(21) ApEL, BORMANN, BUBNER, GADAMERI GIEGEL, HABERMÁs: Hermeneutik und ¡d~lo-
giekritik, Theorie-Diskussion, Suhrkamp Verlag, Frankfurt, 1979. (23) BOUDON, R: La lógica l:le lo social, RiaIp, Madria, 1981.
(22) GADAMER, Verdad y Método, Sígueme, Salamanca.

23
22
c) Bienestar y marginación añ~dir que ese bienest<;tr será superficial si lio es una invitación efi!;az y soli-
dana a que todos se sienten al banquetl~, en particular los excluidos por la
Existe una rel?ición dialéctica entre el bienestar. social y la m¿¡rginación "mandíbula ?e la muerte", comb dirla Bloch, esto es, por la fuerza de las le-
entenpida COlno proceso de dominación, explotación y segregación. Es el an- yes económicas y por la ideología de une, sociedad irracional inhumana e in-
versQ y el reverso de un mismo proceso. El descubrimiento de su carácter dia- justa. Los servicios sociales serán como una especie de buf6n de cortes en
léctico se ha !:onvertido en el nudo teórico decisivo a la hora de explicar las ,:"
otros tiempos: el bufón se situaba a favol: de la parte oprimida vencida o re-
politicas sociales que se implantan hoy en nuestro país. Nos encontramos ac- primida frente a la política de su amo (27). '
tualrr¡ente con dos mod~los que de hecho configuran estrategias distintas
(24) , Hay 4I1a política social que privilegia el bienestar social generalizado,
con reqlirsol,> ofrecidos indistintamente al ciudadano en razón de su ciudada- 3. Sintaxis de la actuación
nía, residencia o territorio. Entiende la igualdad entre los ciudadanos en tér-
. rrjinos de igualdad de oportunidades. Se da prioridad al incremento del desa· La tercera constelación de la metodología está formada por el momen-
rrollg ~conómlco, sobre la hipótesis que una vez conseguida una situación de t<;> terminal que ~onstituye la actuación qUé permite pasar de un estadio ini-
prosperidad económica y social, cada inc;lividuo tendrá oportunidi'd de desa- CIal a otro estadiO, como una especie de poder que se ejerce en el curso de
rrollar 'toc;las sus potencialidades. . )~$ c~sas. Actuar es hacer llegar algo, eml~rger un efecto utilizando alguna me-
El seg(lndp modelo privilegia 1<;1 realidad de la desigualdad como fenó- dlaclon, operar en el curso de las cosas .. ...6 actuación equivale a la noción de
meno de clase. Entiende la igua,Ic;lad desde los resultados finales que son his- iniciativa en la teorla de los sistemas dinámicos que articula las ,eosibilidades
tórica y ostensiblemente discriminatorios. Se da prioridad a las capas popu- de un agente con las relaciones internas de un sistema cerrado (28).
larés y al ihcesartte cúmulo de sus vlctlmas. La política social reConoce como Las cf'lracterl~ticas qe ~~ actw~cióry, que deben hoy acentuarse en una
e;rlterio de prestaciól1 pública la ¡;onstatadón de,la desigualdad. El objeftvo de metodologla de la mtervenclon, son fundamentalmente de tres órdenes: las
la p,olítica sb¡::il'll recoho.ce l:;omo critE\rió de pre.stación públi¡::a l¡:i constataCión q~e derivan d..e s~ condición d~ praxis, las que I~ pertenecen en cuanto "ac-
de hi d~igual~ad. El objetivo c!e la pcjlític;a social es favorecer alas dases so- clon con ser¡ti<:lo y las que c;Ienvah de st: objeto formqL
e¡aWs discrjl\1lnadás:
. 1'1i~nf~~ e.h lfl prif!1er ca~o, l?gellet~izac,ión de los servicios I?d~ I?dr, sí
mlsn1Q la nieta ¡gualltana y ~u pohtica SOCIal se susteI1ta sobre el pMclplo de a) La af=tuati{m
,
como praxis
I
la igualdad de a~ceso por parte de' tpdb~ lps ciudadano~j para el s~gundo su-
el
puesto, pot cóntrarid, los rkcursos socialeS in~iscrirp.n1ados benefiCian en de" La elctuacjón social es \lna modalidad de la prcJds a mitad de camino
finitlva ~' las 'clas~~ rhás favored(¡~s¡ Si J10 se ~ntepohe la igualdad de resulta- en~e lfi apl~cación técnica y ~I proceso artesanal. Ha sidó un profundo error
~o'r' lo:~" ~ervicios 5~d!qle~ so~ simplE!s in~trume~tós I=!~ra la .m~ltipliFación ~e apl~1~l a la lnt~~~nfión el m()fJelo d~ producción técnica. La actuación com-
k',lS vent~l~ s y, Iqs p~7VíI~glOS qU depara ~a fiocledc¡d I~dusf:rial ~\::,;1zada (2b).
La eoná SOCial h¡:( de Ser hoy conscl~nt~ qe flue no es SUficlt"11te afirmar
r part~~ con la te¡cmca la volunt~d de elegir los medios aptos, el material ade-
~yadQ y. Eil.tr~b~jc\. disciplinado,. YI ~ih em~ar~o la actuación social contiene un
la gen~rl i~adión; de lds servicIos soCi&1es pb,ra todds¡ sino qu~ ~s necesária u.IOm"l!lto. macceslble al, cOnOCIITl1ento tecmco y a las estrategias de domina-
utja opción clara y decidida a f~vor de qu,* ~ddos los hombr~s sean sujetos So- cutn. CO~lpart(~ con la técnica la n~cesidad de planificación, de análisis y de
lidariamente. Lo cual no e$ posible sin Ul'la política sbcial que privilegie a los ob~ervacl?n pautada, pero n;o t0li1parte su voluntad inconsciente de un n;1un-
oprimidos y d~ftaudados, a los indigentes y ~xclL\Ídos, a los discriminados y eI.o adrrtlmstra90' Como Ip. técnica posee unos saberes disponibles y transmi-
a
vencido~, lo~ perd~dores en las leyes del mercado. Si no lo hacemos nds pp- Sibles, pero desconfía de Ilos procesos in.stituciortales de su transmisión. Si la
dtemos encontrar Con uri.os servic;iqs sQciales que a nq.die sirVen porqu~ pe- técnica ·es un ~aber que se puede ~Iiseñar y aprender, la actuación social per-
nen la, pretlítnsión de servir a todos PQr igual. . tenli~¡:e ,a un gene~o de cono~imient() qu~ se adquiere también en las situacio-
Tampoco es suficiente afirmar la radical democratización d~ IQs servicios nes tb\1Cretps. Mlentl'as la f:ecnica se pl,ede enseñar y aprender d~ manera'
sodales, sino que es necesario convertirlos en 1111 lugar donde se avive la lu-· que su$ pres~acione~ son ipdependientes, de la personalidad de quien la apli-
cl16 histprica a favor de la univer~a~ e Ind~vlsible jllsticia a ,favpr de las perso- ca, .Ia a~tu~cI?!1 SOCial, ppr ~I ~ontrfl.rio, incorpora la capacidad social, la ex-
nqS, grupos y clas'fls. D~ lo contral.1.o, la hbertad muere ahogada por la falta penencla pohhca y el conoqmlento hutnano de quien lo ejecuta. Si el cono-
de justicia para todos (26). cimiento t~cnico otorga a los expertos el papel fundamental que los constitu-
Ni siqt¡ier.a es suficiente afirn'íar unos serviciosj sociales (ln función de la y~ ~n portadores privilegiados, 1'1 actuación social le niega al experto una
ideología
I del bienestar social , y de la. calidad de viaa, sino qUe '3S necesario poslcl6n central hasta coriv'ertir a la propia comunidad en sujeto-objeto de in-
tervenciói1. .

.. (24) GARCIA ~OCA, J .• "Modelos de Servicios Sociales y lucha contré,l.la lT\arglnacibn", . (27) G~q'" ROCA, J.: Referentes técnIcos en Servicios Sociales Jornadas Interna-
Eln D?I.1UMFNTAbbN SqcIAL 64 (1986). cionales sobre Selvicios Sociales, Valencia, 1982. '
(2Eí) GASADO¡ D.: El bienestar sdcial acorfa/ado, PPC, Madrid, 1986. (28) RICOEUR, P.: "L'!nltiativa", en Du Texte d /'actión. Essafs d'herméneutlque n
(26) AooRl'lo, TM.: Di¿¡lé¡;tica negativa, Tl\urus, Madrid, 1975. Edltions du Seuil 1986, pág. 270. ' .
-¡.

25

..:..................•.............•... '.......' ......·············-·;···;·z·.·.·.:.·...·. .:.'.:.'.y.:. ..z.:.z.z....................:.'.'..:.;.....•.....:...•.•••


El modelo de la producción funciona aplicapdo ':ll1 conocimiento gene- dorf en Opciones vitales. Sin ligaduras ni víhculas no liay vida ni libertad po-
ral a un caso concreto: la actuación social supera la simple relación entr,a lo sible, ya que éstas necesitan de las condicion~sdé su ejercici!:>.
general y lo Piarticular, entre la ley y el caso particulc¡r. P.or otra parte, le es e$encial al guía, qetermlnar la dirección da un pro-
Por todas estas razones, la teoría social' sI'! pistartcia de aquel universo ceso, de un movimiento hacia adelante, prever los d?sarrollos de un ~Co\ité­
dominante en las ciencias técnicas. Según aquella tr~di9ión la teoría hac~ re- cimiento que no está completamente en nuestro poder, abrir posibilidadl:!~ y
femencia a las explicaCiones que posibilitan un domir:tici práctico so~re los fe- opciones vitale!:. ¡
nómenos como momento segundo e instrument~. Primero, se consIguen 105 - Estos dos momentos sitúan a la actuaCión social en una arpOigüeqad ine-
saberes técnicos y déspués estos saberes se aplican a una situación concreta. liminable. Promover la lil1ertad y la transformación supone como premisa la
Es el caso del ingeniero que pretende construir un puente: posee un b\'lgaje c;reación de una posición dé equilibrio, del JTlismo modo qu~ la crep.ción de
ele conocimientos aprendidos en la escuéla, cofI1o es, por ejemplo, la resis- opciones de vida depende del desarrollb de la vincul~ción.
tencia de materiales que aplicará para solucionar un problema. La teoría, en Guiar, es de este modo, un arte. No se trata sólo del sab~r d~ tln e>fPer-
el campo de la acción social, adquiere una significación distinta. No $e trata to que se sitúa frente al otro, sino de un saber que incluye UJ1q generalizacl(>n
simplemente de aplicar un COnocimiento técnico, ya que ese conocimiento no muy diversa de lo universaltnente válido, Al igual que el médico c~aO(io ayt\-
\~S algo exterrio a la situación, sino que la incorpora como un elell1ento esen- da a superar la enfermedad, nunca sabe si la salud recuperada es obra suy~ o
Cial. En este sentido, no es posible un "saber a distancia", si no que es nece- se debe a que la riaturpleza se ayuda él, sí mj¡¡ma, la actuación soc;ial no puetle
sario Un saber de implicación. confiarse absolutamente a sus sabere$ disponibles sino que precisa de ,la sen-
La teoría social se encuentra de este modo en un dilema insolublel te- llibilidad tantq como del ré).2lonamientcjl de la il1tuición tantq cbmo de las RIVe-
ner que combinar un saber que de suyo es siempre generalizable y que !e co- baso
rresponde como ciencia, con un saber que de $uyo ~s siempre concreto ya
que deriva de la percepción de la situación. Es una mala resolución del dile-
ma mantener la validez general de la teoría a través de la ampliación de la ex- c) Y el final ert;! el principio
cepción, esto es, dejar la teona haciendo valer el carácter excepcional de la
situación. Sería la aplicación del formalismo Kantiano é'il campo de la acción La cuestión decisiva dé la metodología soCial que constituye su ~sp'eGiifi­
social (29). cidad y su última legitimaCión es su referencia a las "necé~idades sociales". Si
Para superar estos dilemas, sena necesario pasar del modelo de la ¡:¡ro- hay inte,rvención¡ es porQ4e hay neq~sidades sOi;:iales y' en algún momento
ducción a otro que recuperase dos conceptos que hoy están devalua(los: el quedará igualrnerit~ claro que hay necesidac\es $ociales porque son IncJ(.lcidas
concepto mismo de lo factible y el modelo del guía. por la intervención. .
He dejado el tema de las n~cesidades sociales Pi'!ra el final, aun cons-
ciente que tenía que ser el hilo cbnductor de todp j:¡1 discurs<;'>, para sigoific?lr
p) Lo facti~le y el guía la impOSibilidad absoluta l:ie aborparlas sin que previamente se trataran suS
condiciones dé pdsibilidad, así como Para sigrlificar Su cará~ter circular y
La actuación social ha de reconocer en lo factible una pe sus ref~ren­ abierto, Las necesidades socialell sólo aparecen en el interior ~e una visióp
cias básicas. Lo factible es aquello que debe ser hecho aquí y ahora en una potenciada por l? perspectiva qué hemos llam"do empál;iC4; sin la mil'ada Cor-
'concreta situación histórico-social, y que se reconoce en base a una reflexión dial que ve desde el interior y desde el Jillundb propio de su protagorlistli es
veniente.
sr
- Aue mete la sltuación concreta en relación con lo que retiehe justo y con-
.
imposible percibir los_ contorhos reales pe las necesjdades. Es igualm~hté im-
Prescindible d~jats~ llevar ppr e! interés em~mcipatorio que marca las hin-
El concepto de factible aparece en la compenetración de tres "justezas": cheras de lo humano y lo delimita frente -a la inhumano.
lo posible, lo viable y lo conveniente. No es sólo lo posible- sino ag4ello que - Si no .existe en consecuencia un mapa permanente de necesidaqell so-
dentro de lo conveniente es viable. La situación deja oe tener la coqdición tIe ciales, la tarea fundamental en cada momento histórico sera identiflc;;trlas, y
lm objeto frente a mí, ante la cual bastaría estqt' bien -informado. quizá sea éste el terna claVé y el pUIlto clvcial de la política social. Pueden sE~r-
El modelo del guía podría sustituir de este modo al modelo de la pro- vir de referen\:ia lq.s siguientes QbseI1Jacione~. -
ducción (30). No es posible desestimar el c9mponente antropológic(l de las necesida-
En la naturaleza misma del '~guiar" hay dos lnomentos constitutivos. Por des ¡;ocie¡les que marcan lo~ vec;tqres cle lo humano y los sehtidos vithles del
una parte el mantenimiento de un equilibrio que oscila en un espacio-tiempo bienestar. El concf!pto de "riqueza de humapidad" que elaboró el joven Marx
delimitado; al guía le preocupa aquel equilibrío que mantiene-las condiciones ha de ser recuperado (31).
de vida y del cual depende las posibilidades de crecimiento y de ejercicio de Eo primer lugar, la riqueza de humanidad implica a aq].1ellQs valores re-
la propia libertad. Es el concepto de vinculación que ha propuesto Darhen- lativos a las necesidades elementales que Hegel definió c01110 sl/stanciales.

(29) GADAMER, G.: "Über die moglichkeit einer philosophiilchen Ethik", eri K/elne
Sfriften 1, Tübingen, 1967 •. págs. 182-183. .. I (31) - GARCIA ROCA, J.: El bienestar socia/, I Jornadas Regionales de Ac~i6n Social, Di-
(30) GADAMER, G.: "Uber die Planung der Zukunft , op. cit., pág. 171. putaci6n General de Aragón, 1983.

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Son el valor del pan, del vestido, de la ca~a, que de~borda la simple referen- denados al fr?tcaso. Lo grave, $in embargo, es que han desempeñado funcio-
cia al harr'¡bre y la ~ed, para convertirse en lugar donde se saborea lo huma- nes de encubrimiento.
¡\q.. Al hC¡c~r referencia al pan y a la viviendél queremos significar 1<;1. dimen- Hay una repr~entación de las necEilSidades q4e responde a intereses cla-
sión 'i2corió)niGa inseparable de la dignidad humana. Y las únicas comidas dig- ramente institucionales y conlleva implicaciones fuertemente ideológipas (32).
nas del hombre SOI1 aquéllas en las que el hombre no se siente explotado ni Por una parte estarían las necesidades prirnarias y naturales que se refieren a
la recibe e'omo limpsna, sino que ~s un comensal trqtado según su verdadero l¡:¡ reprodúcción biológica y a las condiciones que la hace posible. Son aque-
d~.eo y ahutlcian otrq tipo d!;! cornidas en l¡:¡s que unos y otros se faciliten la llas nec;:esidades que se consiClerab¡:¡n vitales y pre-culturales ~el com,~r, el ves-
ekistencia tnutua en el interior de uné) reciprocidad sin la cual no puede sel1- tir, el procrear)¡ Sobre esta base se con!lhuyen otras neceSidades secunda-
tir su existe!nba cqmo hl\mana, La Acción Social ha de vérselas cop.. estos va- rias" cómo son las r~ferentes a la seguridad personal, y culminando ambas
lores sustahci~les. Hay todaVía entre 'nosotros sufiéiehtes laberintos de po- no!! encontramós can la necesidªd de auto-realización. Todas las nedesidades
breza copstituidds por el hambre, la enfern'1edad, 'la mortalidad infantil que están segmenfadas y jerarqu)zadasen el interjor de un continuo que se re-
son p.tovbcado~ por él si~téma económico en el que se trabaja, se produce y presentar¡ como bloques h~terogéfleos que necesitan cubrirse antes de pasar
se rej)i:lftenlps beneficios que provoc;an progresos dl'!5iguales, asincrónicos e al siguiente. Sl¡lría como una escalera que requiere pasar el primer peldañp
para llegar &1 segundo o al t.ercero: hasta que no está resuelta la nec~sidad q,e
i~j~sttt segundq l~gal', la riqueza de humanidad implij::a la posibilidaq cpda sobrevl.vencia y de seguridad ho se accede a la necesidad de realiz,adón.
VE![; más amplia de sus'tra~rse a: las infinitps f':lrmas de alienación a través de La segmentación de las neeesidades sólo sirv~ para justificar la depen-
l~ particip?lción política, del coi1trol sobre ~l poder ~conómico y la pélrticipa- dencia ya que mientras alguien no come, s.e supone que no necesita leer, y si
ci9n activa en los procesós d~ decisión. Se significapa Con elIo que la dimen- no le!:! no tiene necesidad de autorrealización. La pobreza económica se con-
sión ~(~pné¡f\li¡:a: est~ íntimamente unida a la cUml'lrtsión política, esto es, al re- vierte en un círculo de miseria. $e legitirpa de este modo el intervencionismo
conol:ií'niE:~hto ge la participación y la reciprocidad, qu~ se ha expresado en económico que coexiste con el subdl¡!Sarrollo cultural.
los derf3chos humanos. Si la deluoc. racia como estilo Ij organizacion significa La jerarquización de las necesidades .;;ólo es posible desde una instancia
demólil::ión de silprema~ías y construcción de lós derechos político::: del hom- de pdder que administra su implementación y marca los ritmos y lo~ plazos.
es
bre, hoy un factor esencial de las necesidades sociales. Tampoco se puede desestimar el componente sistémico que encierra el
En terqer lugar, la riqueza de humanidad consist? en la posibilidaq de . concepto mismo de necesidad. Hay necesidades que son del sistema,' como
sustraerse a las infinitas formas de manipulación a trav~ de capacidades cri- ha SUbrayado ampliamerlte Parsons. Es e:. sistema quien tiene necesidad de
ticas y c~lturales. Sin la afirmaCión de la propia identidad culÍ\lral nos degra- adaptación al c¡mbiente, de realización de: objetivos, de cohesión y de inte-
damos a factores fácilmente mani¡:l¡.Uables conformados cori la imagen de los gración interna, de control de tensiones y de reconstrucción de motivaciones.
dominador()s. En la climensión cultural de la vida, necesidad social significa la Un factor determinante en la identificación de las necesidades s~rá com~ _
identidad en el reconocimiento de otros, aquella "emancipación humana del prenderlas en relación a la formación social.
hombre" qué Marx veía en la estima y confianza del hombre en sí mismo a Será necesario incorporar igualmente la componente existencial en la
travéS de las diferencias culturales sentidas, en la recuperación del recuerdo y identificación de las necesidades~ En lugar de hablar de necesidad, deberemos
de la J"\1e$oria como grupo social. No se podrá hablar de bienestar social de hablar de sujetos en necesidad indicando que ellas son de personas de carne
pueblos y colectivos que no tE!ngan la posibilidad real de hablar pOlO 'lí mismos, y de hueso. Tanto la fenomenología marxis;ta (A. Heller) como la corriente hu-
de ser reconocidos en su propia p"'abl'a tal y como la pronun<;:ian, de expre- manista (Chombart del Lauwe) coinciden en señalar dos tipos de necesidades:
sars'e a ~¡ miSmos según la verdad de lo que son sin tener que pasar por lo que aquellas necesidades-obligaciones de sobreVivencia, de información, de tra-
no !fon rli quieren s~r. . bajo, de adquiSición de bienes, de juego ... que generan compromisos legal~s
En cuarto lugar, la necesidad social connota también la emergencia del sancionados por las Instituciones, por los centros de poder o por el mercado,
s~ntido, las estructuras de plausibilidad que pennitan emerger al hombre y las necesidades-aspiraciones que son c¡quellas necesidades radicales que
como uria realidad miÍls allá de sí misma. "Esta herida se mantiene abierta in- trascienden las situacioAes materiales de lél persona, son incontrolables y po-
cluso en la mejor de todas las sociedades imaginables". Bienestar social es en- seen un sentido insurrecional.
tonces valor para la existencia, liberación del pánico' y la apatía, coraje para La Intervención social está orientada a las necesidades-obligacipnes que
la acción, acción creadora. La Acción Soc;:ial es entonces los potenciales que se pueden resolver, seleccionar, contener o desaprobar. En este sentido, el
Homm llamaria de afirmación de la vida (biofilia) como tendencia de un gru- trabajador social es el operador de las necesidades solubles. Frente a las ne-
po social, "lo~ postulados de ,trascendencia de la acción creadora" (Garaudy), cesidades radicales sólo ci;l.be ayudar a su emergencia y fom~ntar las estruc-
u el interés erriancip~dor de,la razón" (Haberma~), el anhelo d~ la justicia ple- turas de plausibilidad.
na que itnprime tnovtrniento a lo existente y lo sitúa ba)o la fuE!rza de la trans-
formación lHorW,1eimer).· .
'. I EStqs 5~.ptidb~ ~taIes de.l ~ien~6tar h¡m d$ considei'~rse ~ntlm,ah1ente i~­ . I
p!¡C¡;¡eOS y eVI~c¡r la slThP.le flf¡~rnaC¡¡:m retóJica. R~ulta msu{¡cler; ro una defl- (32) DE SAI'4J?RE, l.: "Bi$dgni, pr'atiche SQcláll e soggétti 'JJolitici', en Servlzlo Socfale,
n ci~n f'lbsÍl~cta basada el1la ",vencia genérica de la h~anidad. Ls intenh;>s Sqcfologla, pslc61ogla. Ripresll critica dI un dlbOtt/to teor/co, Fondazione Zancan, Padova,
por ~l€ahzát héceSid~lde~ permanentes II p~rs6na\id~dl'!5 básicas ~stán <lqn~ 1983/. Págs. 45-$2,
I .

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