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Historia Mundial I
Prof.: Leticia Rovira
Este escrito reabre la pregunta sobre cómo awīlum y muškēnum eran considerados en
relación el uno con el otro y con el estado.1 Dominique Charpin en su reciente libro
acerca de Hammurabi de Babilonia, declaró el asunto resuelto, pero una investigación
de la literatura indica lo contrario.2 Charpin representa el consenso dominante que
establece que, cuando los dos términos se contrastan, awīlum indica miembros de la
administración del palacio y muškēnum se refiere a los sujetos comunes que no
pertenecen a la administración. Pero este concepto, que se originó con F. R. Kraus, no
es ni compartido universalmente ni entendido uniformemente. Por otra parte, el
consenso ignora la crítica de Reuven Yaron sobre el argumento de Kraus por asociar la
categoría awīlum con el colectivo ekallum, el argumento que, en primer lugar,
proporcionó la base lógica para la definición de la categoría awīlum como la
pertenenciente a la administración del palacio en primer lugar.
Una interpretación diferente proviene de la relativamente conocida y superposición
denotacional de muškēnum y awīlum, es decir que ambos términos denotan al
“ciudadano,” o sea, el sujeto libre del estado, muškēnum desde la perspectiva del
estado y awīlum desde la perspectiva de las personas que lo constituyen. Como
sujetos del estado, el ciudadano es muškēnum, literalmente “súbdito.”3 El término
ekallum, “palacio” (o
1. El presente artículo es una versión extendida del documento que creé bajo el nombre de “Una nueva
mirada hacía la sociedad de la antigüa Babilonia” en el 55 Rencontre Assyriologique (Paris, 7 de julio del
2009). Deseo agradecerle a aquellos que en esa ocasión dejaron saber sus comentarios, en particular
Hervé Reculeau, quien discutió varias cuestiones conmigo no solo aquella vez sino también posteriormente,
con un vivaz desacuerdo. Mis agradecimientos también van dirigidos a Daniel Fleming, quien me alentó a
continuar con esta investigación y leyó un borrador del artículo antes de la presentación. Estoy agradecida al
American Council of Learned Societies por el otorgamiento de una beca que suministró tiempo para el
proyecto de investigación del cual este estudio surgió.
Las abreviaturas que difieren de, o son adicionales a aquellas empleadas por el Archiv für
Orientforschung se introducen como primera referencia.
2. Dominique Charpin, Hammu-rabi de Babylone (Paris: Presses universitaires de France, 2003)
223; las referencias a otra literatura se dan en las notas siguientes.
3. Más textual aún, "aquel que se somete". El análisis filológico de muškēnum y sus escrituras sumero-
gráficas fueron debatidas intensamente en el pasado; véase F. R. Kraus, Vom mesopotamischen Menschen
der altbabylonischen Zeit und seiner Welt (Amsterdam: North-Holland, 1973) 109–112 (a continuación Kraus,
VMM), con referencias y críticas claras, a menudo amenas, de la literatura temprana. La derivación del
Sumerio (o Sumerográfico) MAŠ.EN.KAK (y las variantes) del muškēnum, y el análisis de la palabra acadia
como el participio de šukênum, “someter", "prosternarse" ya no se ponen más en duda; véase Marten Stol,
“Muškēnu,” RlA 8 (1993–1997) 492–93. En la semántica del šukênum, la clase de gesto que denota, y su
significado derivado de la política de sumisión, véase Mayer I. Gruber, Aspects of Nonverbal Communication
in the Ancient Near East (Studia Pohl, 12; Rome: Pontifical Biblical Institute, 1980), 238–54 y 313–17.
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šarrum, “rey”), que denota el gobierno del estado, funciona como el opuesto
complementario del muškēnum: juntos forman al reino. Como parte del sistema de
gobierno, el ciudadano es awīlum, “hombre.” Esta palabra (como su equivalente sumerio
lú) connota a un hombre autónomo, aquel que posee autoridad sobre sí mismo y su
dominio, sea este pequeño o grande.4 Así cada rey es awīlum de su reino. En relación
con un rey, cualquier hombre en una posición más baja (inclusive un rey subordinado)
puede ser denominado wardum, “sirviente,” mientras que la población del reino es
muškēnum. Pero en relación a cada uno, todo los súbditos libres del reino quienes
poseen derechos independientes sobre sus hogares y propiedad son los awīlû,
“hombres.”5
Aunque esta fórmula exacta no se encuentra en la literatura, todos sus elementos
están presentes, y más importante, creo que daría buena cuenta de la evidencia.
Antes de desarrollar mi teoría en detalle, presentaré una breve introducción de la
opinión actual acerca del tema y examinaré el argumento principal al cual se refiere.
Status Quaestionis
4. Sobre la semántica de lú, véase Thorkild Jacobsen, “Notes on the Word lú,” en kinattūtu ša dārâti:
Raphael Kutscher Memorial Volume (ed. Anson F. Rainey; Tel Aviv: Institute of Archaeology of Tel Aviv
University, 1993) 69–79. La teoría de Jacobsen sobre el significado de lú concuerda perfectamente con mi
teoría acerca del awīlum, como analizo con más detalle más abajo. (p. 304).
5. La extensión que marca el plural de awīlû es discutida: John Huehnergard ha demostrado que awīlum
pertenece a una clase pequeña de sustantivos acadios que tienen el plural en -û, oblicuo -ê (> -ā’ū, -ā’ī), en
lugar de -ū/ī (“Three Notes on Akkadian Morphology,” en Working with No Data: Semitic and Egyptian
Studies Pre- sented to Thomas O. Lambdin [ed. D. Golomb; Winona Lake, IN: Eisenbrauns, 1987: 181–88).
También expresé la opinión dada aquí, más o menos en los mismos términos que en el párrafo
anterior, en mi capítulo “Freedom in Ancient Near Eastern Societies”, en Oxford Handbook of Cuneiform
Culture (ed. Karen Radner y Eleanor Robson; Oxford University Press, 2011) 213.
6. El término awīlum indica “los miembros de la alta administración palacial” y el término muškēnum “los
simples particulares, los sujetos del rey que no pertenecen a la administración palacial. Dicho de otro modo,
el término engloba a la mayoría de la población” (Charpin, Hammu-rabi de Babylone, 223).
7. “Ein Bürger ohne Verplichtungen dem Staat gegenüber hieß muškēnum. Er hatte keinen Lehensdienst
(ilkum) zu erfüllen” (Stol, “Wirtschaft und Gesellschaft in altbabylonischer Zeit,” in Meso- potamien: Die
altbabylonische Zeit, ed. P. Attinger, et al.; OBO 160/4; Fribourg: Academic Press, 2004]
732. Sin embargo, este concepto es complicado incluso en el propio análisis de Stol sobre el servicio de
impuestos (ibid., 747–57); véase más abajo, pp. 297–298.
8. Reculeau brinda una perspectiva del status social y de las obligaciones del servicio en Mari en “Tell Hariri
– Mari: Textes, II. Les sédentaires,” Supplément au Dictionnaire de la Bible (Paris: Letouzey et Ané,
2008)14.324–55, esp. 330–33 and 351–52; él debate en profundidad sobre el tema en “L’implantation
sédentaire dans la vallée de l’Euphrate à l’âge du Bronze: un modele centre/périphérie? Le cas du Royaume
de Mari (Syrie) au XVIIIe siècle av. n. è.,” en Centre et Périphérie: Approches nouvelles des Orientalistes
(ed. J.-M. Durand and A. Jacquet; Paris: Maisonneuve, 2009) 75–78.
Awīlum y Muškēnum en la era de Hammurabi 293
.
17. Goetze, The Laws of Eshnunna (AASOR Vol. XXXI; New Haven: American Schools of Oriental Research,
1956) 51.
18. Kraus, Edikt, esp. 145–47, 151, y 153–54 (acerca de los significados relativos de muškēnum y awīlum, y
su referente en común, “un ciudadano”); y VMM, esp. 97–99 (acerca de la multivalencia y acerca del
significado relativo de las palabras), 105–8 (acerca de la complementariedad de ekallum y muškēnum), y 118–
119 (acerca de awīlum como miembro de la elite). Véase también el pensamiento sucinto que Westbrook
ofrece (citando a Kraus) en una nota a pie de página en un artículo interpretando “Las doce tablas” romanas
en vista de la ley del antiguo Cercano Oriente: los términos awīlum y muškēnum “se usan relativamente. El
término awīlum puede, por lo tanto significar un hombre (es decir, cualquiera), el jefe de hogar, o un ‘caballero’
(sea por riqueza o posición social, no está claro). El término muškēnum puede significar un ciudadano común
(lo opuesto al rey) o un ‘plebeyo’ (lo opuesto a un awīlum), o simplemente un hombre pobre” (“The Nature and
Origins of the Twelve Tables” [publicado originalmente en 1988], reimpreso en Law from the Tigris to the Tiber
[2 vols., ed. Bruce Wells and F. Rachel Magdalene; Winona Lake, IN:] 4381).
19. Yaron, The Laws of Eshnunna (Jerusalem: Magnes Press, 1969) 88–95; en lo sucesivo Yaron, LE1.
Awīlum y Muškēnum en la era de Hammurabi 295
no tendría sentido considerar como delito el ingreso ilegal a la propiedad de solo una
parte de la población, o prohibir la confiscación ilegal de la propiedad perdida solo de
algunas personas (LE §50); en este caso muškēnum claramente significa “cualquiera,”
cualquier súbdito del reino. Asimismo, el palacio (o cualquier propietario) tendría el
mismo derecho legal de recuperar al niño de su esclavo independientemente del
status del beneficiario del niño; así muškēnum debe incluir a los awīlum en LE §§33–
35. Con respecto a LE §§22–24, Yaron cita la observación de Kraus acerca de que el
pronombre en elīšu, “en contra suya,” en §24 ambos tienen a awīlum que es objeto de
eli en §§22–23 como su antecedente, y es retomado por muškēnum: es decir, el
muškēnum cuya esposa o hijo es secuestrado ilegalmente en §24 es gramaticalmente
idéntico al awīlum contra el cual no hay reclamo en §§22–23.20 “En resumen,” Yaron
establece, “en todas las secciones que las LE mencionan al muškenum, podría ser
sustituido por el término awilum, sin cambiar el ámbito de aplicación de la disposición”
(LE1, 88). Algo parecido sucede en las Leyes de Hammurabi que distinguen al
muškēnum del ekallum como dueño de una propiedad (LH §§8, 15–16, y 175–76). En
particular, LH §§175–76, que estipula que los niños producto de un matrimonio entre
una mujer libre (mārat awīlim) y el esclavo ya sea del palacio o un muškēnum, serán
libres, y tendrán derecho a la mitad de la propiedad adquirida por la pareja durante el
matrimonio, no pueden depender lógicamente de una distinción entre la posición de la
mujer y la del propietario del esclavo; tal interpretación requeriría postular que la
posición legal del esclavo cambia dependiendo de si es propiedad de un awīlum o un
muškēnum (ibid. 87). Solo algunas cláusulas específicas de las leyes de Hammurabi
(que se analizan más abajo, pp. 300–302) distinguen categóricamente entre awīlum y
muškēnum. Por ello es claro que awīlum significa una clase de elite en comparación a
muškēnum, pero esta distinción no borra la equivalencia funcional de los dos términos,
los cuales se refieren genéricamente a “un ciudadano,” en otros contextos (Kraus,
Edikt, 149–50; Yaron, LE1, 91–95). Tampoco elimina su relatividad; como establece
Yaron, “según Kraus uno podría decir que vis-à-vis todos en el palacio son muškenum”
(ibid., 88).
Kraus correspondió, retomando los argumentos de Yaron en su libro Vom mesopo-
tamischen Menschen der altbabylonischen Zeit de 1973, donde elaboró teorías sobre
los primeros análisis y abordó las objeciones en contra. Dedicó especial atención a
defender la tesis de la multivalencia y la relatividad de las palabras awīlum y
muškēnum (VMM, 97–99), encontrando que al término muškēnum no se le podría
atribuir un significado absoluto (p. 117), y reexaminó la evidencia para esta categoría,
con especial interés en demostrar que muškēnum no significaba una clase distinta de
personas dependientes del palacio (pp. 99–109). Sino, en los casos en que
“muškēnum como colectivo se contrasta con ekallum, designa a toda la población libre
del estado, considerado desde la perspectiva del estado” (p. 108). Para continuar,
Kraus elaboró argumentos para identificar la categoría de awīlum con la membresía de
la administración del palacio.21 Luego, Yaron examinó estos argumentos en la segunda
edición de Laws of Eshnunna de 1988 (en lo sucesivo Yaron, LE2), e identificó fallas
lógicas tan serias como para revocar la proposición. Todavía, las conclusiones de
Kraus se encuentran con una gran aceptación, mientras que la crítica de Yaron parece
haber pasado desapercibida.
20. Kraus, Edikt, 151; Yaron, LE1, 88–89. Esta interpretación del texto es también adoptada por Westbrook,
HANEL, 377; contra Martha Roth, Law Collections from Mesopotamia and Asia Minor (2da ed.; SBL Writings
from the Ancient World, vol. 6; Atlanta: Scholars Press, 1997) 69, n. 8, que prefiere entender el pronombre
en elīšu solo para referirse al muškēnum.
21. Kraus primero realizó esta ecuación en Edikt, 152, luego elaboró la tesis en VMM, 116–122.
296 eva von dassoW
Los argumentos son los siguientes. Basados en las observaciones que 1) muškēnum
tiene (solo) un significado relativo, que es especificado por un punto externo de
referencia, y 2) muškēnum se compara con ekallum y con awīlum, Kraus llegó a la
conclusión de que a) los dos pares opuestos ekallum vs. muškēnum y awīlum vs.
muškēnum son “notablemente idénticos,” y por lo tanto b) cuando se compara con
muškēnum, un awīlum es un miembro del colectivo designado por el ekallum.22
planteando el argumento en forma diagramática:
1. el significado de muškēnum se especifica en relación a otro término,
2. muškēnum se compara con awīlum y ekallum, por lo tanto,
a. muškēnum: awīlum = muškēnum: ekallum, y por lo tanto,
b. awīlû = ekallum.
Yaron señala que ninguna de estas conclusiones se desprende lógicamente de las
premisas. En primer lugar, los pares ekallum vs. muškēnum y awīlum vs.
muškēnum son distintos, tanto en la naturaleza del contraste entre los términos y en el
contenido de los términos que se contrastan. Kraus confundió el concepto de un punto
de referencia, el cual empleó para discutir sobre el significado relativo del muškēnum,
con el concepto de un par contrastante, que empleó para establecer la ecuación entre
awīlum y ekallum como términos opuestos a muškēnum. Un punto de referencia “es
algo que proporciona información extrínseca” y que aporta a la definición de alguna
otra cosa, sin (necesariamente) afectar o ser afectado por esa cosa; miembros de un
par contrastante, sin embargo, no solo sirven como punto de referencia, sino que,
cada término restringe y modifica al otro (Yaron, LE2, 152). Mientras que ekallum sirve
como un punto de referencia extrínseco que especifica el significado de muškēnum,
sin ser alterado el mismo de este modo, en cambio, los términos awīlum y muškēnum
se relacionan como un par contrastante. Cuando se comparan entre sí, y solo así,
awīlum y muškēnum son categorías mutuamente excluyentes, cuyas características se
determinan en contraposición con la otra. Además, la ecuación postulada entre awīlum
y ekallum enfrenta la mayor dificultad de que los dos términos tienen distintos
referentes, como Yaron manifiesta: awīlum no es un colectivo y ekallum no es una
clase de personas.23 Por lo tanto, ekallum como punto de referencia para muškēnum
no dice absolutamente nada sobre la definición de awīlum. Finalmente, la solución de
Kraus al problema del reconocimiento de un criterio para definir awīlum en contra de
muškēnum brinda un significado absoluto fijo para ambos términos, contradiciendo su
premisa fundamental.24
A los contra-argumentos de Yaron solo se le podría agregar un silogismo que
establece que A se contrasta con B y C, por lo tanto B es igual a C, y es nulo en su
expresión.
22. VMM 117: “In oppositionellem Bezuge auf muškēnum ist awīlum ein Mitglied des ekallum genannten
Kollektivs, worunter man sich vielleicht zunächst den Hof und die Spitzen der Zentralbe- hörden vorstellen
darf.”
23. “Generalmente, el término awilum se refiere a un individuo, de la misma manera que típicamente ekallum
es un colectivo: no separa, no causa (ni sufre) daños corporales, no tiene que someterse a tratamiento
médico. Además. . . el ekallum, independientemente de su interpretación, no significa una clase de
personas” (Yaron, LE2,153–54).
24. “Si es correcta, la fórmula awilum = ekallum inevitablemente llevaría a un interpretación monista de
muškenum, la misma idea que Kraus ha estado exorcizando durante un cuarto de siglo. Si verdaderamente
awilum= ekallum, entonces no hay más puntos de referencia diferentes, para ayudar a distinguir los distintos
significados de muškenum” (ibid. 151).
Awīlum y Muškēnum en la era de Hammurabi 297
El hecho de que muškēnum se distingue de ekallum y awīlum no proporciona ninguna
idea básica para igualar los últimos dos términos mencionados.
Yaron se detiene ante el obstáculo de TCL 17, 76, la carta de Samsu-iluna en la
que anuncia la promulgación del mīšarum en ocasión de su sucesión, y §15 del
Decreto de Ammi-ṣaduqa.25 Los pasajes pertinentes son los siguientes:
TCL 17, 76: 13) tuppi hubulli14) ša rēdî bā’iri u muškēni 15) ehtepe, “las tablilla(s) de
deudas de rēdûm, bā’irum, y muškēnum que he destruido”;
Decreto of Ammi-ṣaduqa, §15: la cosecha de los campos de nāši biltim kabtim rabî
muškēnim rēdîm bā’irim u ilkim ahîm no será tributada.
En estos dos textos muškēnum aparece como una serie de categorías de personas.
Esto parecería que prohíbe atribuirle a la palabra su significado general “súbdito,
miembro de la población libre del reino”, en relación con los otros términos
enumerados (los cuales también deben significar miembros de la misma categoría). Lo
prohíbe, sin embargo, solo si estas dos series de términos son pensadas para nombrar
categorías mutuamente excluyentes de personas. Si, en cambio, enumeran categorías
que se superponen, al menos en parte, el obstáculo desaparece. En el caso de las
series rēdûm, bā’irum, y muškēnum en TCL 17, 76, no es problemático interpretar
muškēnum como un término genérico que abarca los otros dos. Kraus argumenta en
contra de interpretar un término en una serie como un concepto genérico (Oberbegrif)
que abarca a los otros, a menos que sea un término genérico inclusivo (tal como
mimma šumšu, o bīšum; VMM, 101–2). Pero esta objeción, además de tender a dejar
al intérprete en una esquina tautológica, no podía aplicarse a muškēnum sin
contradecir los argumentos propios de Kraus acerca de que esta palabra es un término
genérico. Un equivalente al asunto en cuestión es que las series rēdûm, bā’irum, y ālik
ilkim, las cuales se ven en un documento (BM 12820) destacando las
responsabilidades de un šāpir mātim del reinado de Hammurabi: ālik ilkim
necesariamente comprende las dos categorías de soldados rēdûm y bā’irum, que
hacen ilkum.26 Nada se interpone de manera lógica en el camino de entender a un
muškēnum “como súbdito,” de la misma manera en TCL 17, 76, como categoría
genérica que incluye rēdûm y bā’irum. Además, si los dos casos son enteramente
paralelos, entonces las categorías muškēnum y ālik ilkim son equivalentes.
La misma lógica no puede ser aplicada mecánicamente al conjunto de siete
términos en el edicto de Ammi-saduqa §15, que lista “hombres nobles, grandes
hombres” (kabtum, rabûm) junto a muškēnum, rēdûm, bā’irum, “pagadores de
impuestos” (nāši biltim), y personas que tienen otra obligación de servicios (ilkum
ahûm).27 Aún, incluso Kraus reconoce que no tiene sentido tratar de diferenciar entre
kabtum y rabûm; ¿por qué entonces el resto de los términos en el conjunto deben
representar
25. Yaron, LE2, 154, con n. 78. Kraus re-editó el Edicto de Ammi-ṣaduqa en Königliche Verfü- gungen en
altbabylonischer Zeit (Studia et Documenta ad iura Orientis Antiqui pertinentia, 11; Leiden: Brill, 1984),
capítulo 10 (con observaciones en los próximos seis capítulos); en el mismo trabajo (a continuación
Königliche Verfügungen) también brinda una edición parcial del TCL 17, 76 (pp. 66–67).
26. BM 12820 is no. 8 in M. Anbar and M. Stol, “Textes de l’époque babylonienne ancienne III,” RA 85 (1991)
19-20 El funcionario, Nabium-mālik, será responsable al palacio por “el biltum (-tenencia) campos, y el rēdûm,
bā’irum, y ālik ilkim que allí se encuentran”, ll. 11–14.
27. Apoyo a Stol al preferir la traducción menos interpretativa de nāši biltim y ilkum ahûm: cualquiera sea el
tipo de servicio lo que definió a la categoría nāši biltim, significó “pagador de impuestos”, y cualquiera fuera
el tipo de servicio referido como ilkum ahûm, fue “(cualquier) otro servicio" además de los ya descriptos bajo
los términos nombrados anteriormente. Stol considera que ilkum ahûm seguramente signifique “andere
Dienstinhaber,” citando en BM 12820 (véase nota anterior) en apoyo (“Wirtschaft und Gesellschaft,” pp.
740–41, n. 693), y él traduce nāši biltim, el cual analiza en detalle (aunque un tanto dudoso), como “Träger
von Abgabe” (ibid. 758–62).
298 eva von dassoW
28. Véase Kraus, Königliche Verfügungen, 245: “Von dem Versuche gar, die beiden Kategorien vo-
neinander zu unterscheiden, kann keine Rede sein.” Con respecto al resto de los términos, Kraus estuvo
especialmente interesado en establecer que nāši biltim y muškēnum eran dos categorías diferentes, para
combatir el enfoque de Ephraim Speiser que muškēnum significaba dependientes del estado que recibían
tierras a cambio de servicio y por eso el término equivalía al nāši biltim; de ahí su insistencia de que la serie
del §15 del decreto son una lista de categorías exclusivas (VMM, 101–3). Esta interpretación entonces
apoya su conclusión que, siendo diferenciada de todas las otras categorías en la lista, muškēnum significa
“Bürger ohne Amt” (ibid. 122). Todos los otros items en la lista deben, por lo tanto, caer en la categoría que
significa awīlum.
29. Oliver Gurney, en su análisis sobre Kraus, Königliche Verfügungen (WZKM 77 [1987] 197), declaró que
la nueva lectura de este pasaje del decreto, el cual produjo el trio kabtum, rabûm, y muškēnum, aclaró que
estas tres palabras forman “un grupo estrechamente vinculado, mutuamente complementario”.
30. ARM 14, 48 es retraducido por Durand, LAPO 17, nº 651, con comentarios recopilados y explicativos. El
pasaje aducido aquí también es citado por Stol, en su discusión por los deberes resumidos bajo el término
ilkum (“Wirtschaft y Gesellschaft,” 752–53), que no explica cómo se relaciona con su declaración de que
muškēnum no hace el ilkum (ibid. 732). N.B.: en los pasajes aducidos a continuación, típicamente el singular
muškēnum es usado, refiriéndose a la colectividad, pero con el plural determinativo lú-meš, por consiguiente
me tomé la libertad de pluralizar la palabra al citar esos pasajes; sin embargo, como Daniel Fleming enfatiza
(comunicación personal), el hecho de que muškēnum es usado constantemente como colectivo debe ser
importante.
Awīlum y Muškēnum en la era de Hammurabi 299
31. El otro funcionario, Yasīm-Sumû, también le escribe a Zimri-Lim en la misma ocasión sobre la asignación
de un buey perteneciente al muškēnum para trillar el grano del palacio (FM 2, 10–11).
32. Este documento es editado por Durand, “Administrateurs de Qaṭṭunān” (FM 2 [1994], 111–112), junto
con otra nota de otro funcionario sobre el mismo tema: en FM 2, 70, Sammētar escribe a Zimri-Lim “sobre la
tropa de Ilī-Matar la cual estaba por dejar Qaṭṭunān. . . Una vez que queden desligados de la cosecha del
distrito, la tropa partirá”. Para mí no es evidente, en esta instancia, que paṭārum signifique “desmovilizar,”
como Durand lo interpreta, más que simplemente “marcharse” (CAD P, s.v. paṭārum, mng. 9), ya que la
tropa se está por ir de campaña, y no a su casa.
33. Si las circunstancias ocasionaron dificultades extraordinarias a los funcionarios a cargo, y de esta
manera plantearon la necesidad de la escritura de los documentos existentes, es una cuestión diferente.
Que los servicios militares sean una de las responsabilidades usuales que un muškēnū podría esperar
tener, y que el período de servicio normalmente dure un tiempo considerable, conforma un contexto lógico
para la seguridad del rey en ARM 14, 48, y que no se requerirá otro servicio de sus hogares mientras estén
lejos en una campaña corta.
34. M.13014, publicado por Charpin y Durand, “Des volontaires contre l’Élam,” in Literatur, Poli- tik und
Recht in Mesopotamien: Festschrift für Claus Wilcke (ed. W. Sallaberger, et al.; Wiesbaden: Har- rassowitz,
2003) 63–76. Mi resumen del contenido del documento depende de la restauración del texto, y también de
su interpretación.
35. La cuestión, entonces, no es si Igmil-Sîn, como muškēnum, fue sometido a reclutamiento, sino porque
Šū-nuhra-Halû se refiere a Igmil-Sîn con el término muškēnum (y no lú, como sus compañeros unas líneas
adelante); su uso podría ser explicado con referencia al contexto del discurso y su perspectiva como agente
del estado. Cómo evaluar la importancia de las declaraciones hechas por Igmil-Sîn y compañía, y la
información de esas afirmaciones de su sirviente, es inextricable de la comprobación de la razón por la cual
Šū-nuhra-Halû eligió comunicárselas al rey. Charpin y Durand (ibid. 73–76) sugieren que fue para informarle
al rey de las actitudes de sus súbditos con relación a su decisión de combatir contra Elam, y para
tranquilizarlo acerca de su apoyo. Pero uno también podría interpretar que con este informe Šū-nuhra-Halû
quiso insinuar a Zimri-Lim que más tropas podían ser reclutadas de manera voluntaria para esta guerra de
las que ya habían sido enlistadas hasta ese momento. Como Reculeau lo presenta en su disertación, no
viene de la designación de un funcionario de Igmil-Sîn como muškēnum y de las alternativas indicadas en el
reporte de los sirvientes, es decir, huida o lucha, que los muškēnū no eran generalmente reclutados, Les
paysages ruraux des vallées du moyen-euphrate et de ses afluents au IIe millenaire av. n. è. (École Pratique
des Hautes Études, 2006) 1003–4. Estoy agradecido a Hervé Reculeau por facilitarme la sección pertinente
de su tesis no publicada, y permitirme que haga referencia a esta.
300 eva von dassoW
36. Además de los muškēnū que realizan ellos mismos el servicio, su ganado también podría ser solicitado
para el servicio (como en ARM 14, 48 y FM 2, 10–11); también sus botes (ARM 26, 58), o su grano (ARM26,
154); el palacio podría requerirlos para contribuir en sacrificios (FM 2, 38); y así sucesivamente (los ejemplos
podrían ser multiplicados).
37. De acuerdo con Reculeau, esta es la única clase de servicio que a menudo se requiere de un muškēnū;
véase “Tell Hariri – Mari: Textos, II,” 333, 352; y “L’implantation sédentaire,” 77–78.
38. Así mismo en ARM 27, 1, un documento de parte del gobernador de Qaṭṭunān, Ilūšu-nāṣir, detalla la falta
de grano y de mano de obra necesaria para cosechar los campos, la distinción entre awīlūt ekallim y
muškēnum diferencia al personal del palacio de los ciudadanos del pueblo, no a la clase awīlum con la clase
muškēnum. Ilūšu-nāṣir le pide a su señor que remedie el faltante de personal, a-wi-lu-ti (l. 18), y le advierte
que si (en cambio) su señor quita a hombres (lú-lú-meš), los residentes muškēnum del pueblo se quejarán,
diciendo que “ellos sacan a los hombres del palacio (lú-lú-meš é-gal), (entonces por qué) nos quedamos?!”
(ll. 22–27). Debería alegarse que la labor de los awīlūt ekallim era su servicio ilkum, uno respondería, al
reconocer que es posible, que hacer tal afirmación (en ausencia de directa evidencia sobre ello) es sacar
conclusiones de la teoría al servicio de sus premisas.
39. Así Reculeau, “Tell Hariri – Mari: Textes, II,” 352; y “L’implantation sédentaire,” 77–78, hace una
distinción, cuyo sentido se me escapa, entre “servidumbre” (ilkum) y “corvée”, mientras cita (n. 88) el análisis
de Stol sobre tupšikkum, es decir, el trabajo de infraestructura, como “corvée” – el cual Stol identifica como
uno de los componentes de ilkum (“Wirtschaft und Gesellschaft,” 747, 751).
Awīlum y Muškēnum en la era de Hammurabi 301
40. No solo LH §§175–76, sobre los derechos de un matrimonio entre una mujer libre y un esclavo; véase
más arriba, p. 295 (con Yaron, LE1, 87 [= LE2, 138]; Kraus, VMM, 106). La diferencia entre awīlum y
muškēnum es, lógicamente, omitida por las disposiciones con respecto al daño físico o a la cura del esclavo,
que indiferentemente se refiere a una "(mujer) esclava de un awīlum” (§§199, 213–14, 217, 223) o la
“esclava de un muškēnum” (§§219–20): era irrelevante quién era el dueño de la esclava; el castigo o la tarifa
era la misma sin importar el estatus social del propietario.
41. Honor como un criterio que estructura las leyes que discriminan según el estatus, ya mencionado por
Westbrook (“Nature and Origins of the Twelve Tables,” 56), es discutido en detalle por Roth, “Mesopotamian
legal traditions and the Laws of Hammurabi,” Chicago-Kent Law Review 71 (1995–1996)13–39. La idea de
que “las cláusulas concernientes al talión son una innovación de Hammurabi” fue propuesta por Yaron
(véase LE2, 145).
42. Con respecto al insulto, es decir, un ataque al honor de una persona, como un elemento fundamental de
la categoría legal de injurias, véase Westbrook, “Nature and Origins of the Twelve Tables,” 52–57.
43. Westbrook (ibid. 56–57) comprende a la edad, no el rango, como el factor diferencial expresado por rabû
(§202) vs. kīma šuāti (§203), mientras que Roth comprende que estos términos connotan posición
(“Mesopotamian legal traditions,” 34; 38). Considerando que “más grande” significa “más viejo,” y que la
edad implica rango, la interpretación de Roth puede acercarse a la de Westbrook, que por sí sola parece
muy limitada por el contexto.
302 eva von dassoW
Sin embargo cuando la ley lo considera igual, se diferencia entre las dos
categorías, de la misma forma que las valora de manera diferente con el propósito de
establecer los honorarios médicos y los daños por homicidio accidental (§§207–8,
215–23). Así el honor de un awīlum cuesta seis veces más en restaurarse que el honor
de un muškēnum, en el caso de una ofensa entre iguales (§§203–4). El daño físico
intencional de un awīlum no puede ser reparado por indemnización monetaria, pero
requiere infligir la misma lesión en el autor (§§196–7, 200) – incluso matar a su hija si
causara la muerte de la hija de un awīlum (§210) – como si la Ley del Talión
requilibrara el universo. Con la misma lógica, en caso de que la cirugía realizada a un
awīlum saliera mal, la mano infractora del médico será cortada (§218). Estas leyes
definen efectivamente a la persona del awīlum como inviolable. Junto con el resto de
las leyes que discriminan entre awīlum y muškēnum, dejan al margen a awīlum como
una categoría absoluta, distinta de la categoría de “súbdito”.
La diferencia entre las dos categorías se suscita ocasionalmente en documentos
(aproximadamente) contemporáneos. Pero en el caso inusual en el que awīlum y
muškēnum se oponen explícitamente, es aparentemente por efectos retóricos. AbB 3,
33, un documento de la época de Samsu-iluna que pertenece a un archivo proveniente
de Lagaba, está dirigido a Nābium-mālik, hijo del destacado funcionario Šu-Amurrum,
por el antiguo empleado de su tío Bēlšunu, Lu-Ninsianna.44 Lu-Ninsianna combina
halago con reproche al reprimir a Nābium-mālik (su superior a nivel social pero
probablemente su subalterno en edad) por el incumplimiento de una petición que
había realizado, al imputar a Nābium-mālik la siguiente opinión (ll. 21–23), “¿Con qué
medios (L.) retribuirás mi favor? Soy un mār awīlim, él es un mār muškēnim; ¿cómo
retribuirá mi favor? Luego, siguiendo con un sarcasmo evidente por el orgullo herido,
Lu-ninsianna se declara capaz de para recompensar el favor, diciendo (ll.24–26), “¡Un
hombre vivo (awīlum balṭum) le devuelve el favor quien se lo hizo; como estoy vivo, le
devolveré el favor!” De este modo, el escritor se identifica como un awīlum, también,
aniquilando la diferencia que acaba de crear en la mente del destinatario.45
44. Algunos de los grupos que aparecen en el archivo Lagaba son discutidos por R. Frankena, “Einige
Bemerkungen zu den Hauptpersonen der Lagaba-Tafeln,” en Symbolae Biblicae et Mesopotami- cae
Francisco Mario Theodoro de Liagre Böhl Dedicatae (Leiden: Brill, 1973) 149–60. En el prólogo a AbB 3,
Frankena da el rango de fechas del archivo como Hammurabi 38 a Samsu-iluna 30. El documento AbB 3,33
dataría del último tramo del reino de Samsu-iluna, basado en las fechas de los documentos en los cuales
aparece Lu-Ninsianna, de acuerdo al comentario de Frankena (Kommentar zu den altbabylonischen Briefen
aus Lagaba und anderen Orten [SLB IV; Leiden: Nederlands Instituut voor het Nabije Oosten, 1978] 103).
45. Frankena no sospecha de tal manipulación semántica ni del sarcasmo en su literalismo y en la
interpretación bastante forzada de este pasaje (“Einige Bemerkungen,” 157; reiterado en Kommentar, 104),
que se basa en la premisa de que awīlum y muškēnum eran categorías mutuamente excluyentes y
exclusivas. Frankena lee esta contraposición en otros fragmentos del mismo archivo, especialmente en AbB
3, 52, una carta de Bēlšunu a “Papa,” y en AbB 3, 11, de su hermano Marduk-nāṣir el recaudador de
impuestos (mušaddinum) a un subordinado, llevándolo a la conclusión de que estos dos hombres eran
muškēnum mientras que su hermano Šu-Amurrum era awīlum (“Einige Bemerkungen,” 156–58; Kommentar,
35; 166). En AbB 3, 52, Bēlšunu identifica a su destinatario como awīlum, y compara su fortuna con la de
“nuestro pequeño pueblo” (o “nuestros servidores,” niāti ṣehherūtim) a quiénes el destinatario ha llevado a la
ruina (ll. 19–24); de este Frankena infiere que Bēlšunu es muškēnum. Pero así no es como Bēlšunu se
identifica a sí mismo, y su uso del término awīlum no implica una diferencia con la (supuesta) clase
muškēnum más de lo que implica una diferencia con los esclavos, más bien sirve para focalizar la posición
del destinatario. In AbB 3, 11, Marduk-nāṣir reprende a su subordinado, diciendo “. . . aquél al que yo no [. . .]
le agrade, ya sea esclavo doméstico, criado, o mār awīlim, golpéalo(los). . . ” (ll. 9–11), que Frankena
interpreta (“Einige Bemerkungen,” 154, 156–57) contrastando al mismo escritor con esclavos y mārū awīlim
(restaurando i-[b]a-[aš-šu-ú] en l. 9), y así implicando la auto identificación de Marduk-nāṣir como muškēnum!
Evidentemente, Marduk-nāṣir sólo compara esclavo y libre, este par antitético abarca la totalidad social
relevante, sin compararse a sí mismo con ninguno (en cambio, al ser mušaddinum, pertenecería a la clase
awīlum de acuerdo con el esquema desarrollado por Kraus). La conclusión de Frankena que los miembros de
una familia podrían pertenecer a diferentes clases (ibid. 158), (ibid. 158), si bien podía ser cierto, no tiene
fundamento en el testimonio que analizó.
Awīlum y Muškēnum en la era de Hammurabi 303
46. “Parece factible que por primera vez, bajo el gobierno de Hammurabi, las diferencias de clase que
existen en la sociedad paleobabilónica encontraron su camino hacia las leyes; de este modo, la desigualdad
de facto se convirtió en desigualdad de iure” (Yaron, LE2, 145). Yaron extrae la conclusión de AbB 3, 33 (LB
1892) y de la carta de Mari ahora publicada como ARM 27, 1 (que cita como B 63) que la diferencia entre
awīlum y muškēnum es evidente fuera de las leyes de Hammurabi. Sin embargo, no considera el hecho de
que AbB 3, 33 sea posterior a las leyes. La distinción establecida en ARM 27, 1, mientras tanto, no se
presenta entre los miembros de las clases awīlum y muškēnum pero sí entre los ciudadanos locales
(muškēnū) y el personal de (o facilitado por) el palacio (lú- lú-meš é-gal), como se señaló anteriormente (p.
300 con n. 38).
47. Durand, LAPO 18, 199: “el awîlum no se opone simplemente al muškênum como lo prevee el Código de
Hammurabi, pero también el Palacio. Como tal, el awîlum representa, al menos en Mari, al beduino libre....”
(continuando con lo mencionado en n. 9, arriba); los awīlû son “hombres libres e independientes” (LAPO
16.163, comentando en ARM 1, 18: 28 = LAPO 16, no. 43).
48. En palabras de Durand, “se puede deducir, efectivamente que la calidad de «hombre libre», es decir,
«mâr awîlim» se pierde tan pronto como a) se prueba que alguien es realmente un esclavo, b) que este
alguien ha incurrido en una deuda, c) que la autoridad del Estado tiene un cargo motivado contra él, es decir
un impuesto no pagado, sea un servicio civil (corvea) o militar (conscripción) negado” (LAPO 18, 194). I
Añado “crimen” a la lista anterior de gravámenes, puesto que un cargo penal sin duda efectuaría una
restricción sobre un hombre, no menos que la deuda o fallo para hacer su ilkum.
304 eva von dassoW
El criterio que determina qué categoría se aplica, es si, en un contexto dado, uno
ejerce autoridad o esté sujeto a esta: un awīlum no era simplemente un hombre sino el
hombre a cargo. El término sumerio lú tenía las mismas connotaciones de
independencia y autoridad, de acuerdo al análisis de Thorkild Jacobsen, que demostró
que lú significaba una “persona a cargo” (del hogar, del dominio, etc.), en contraste
con una persona dependiente.49 Jacobsen notó más adelante que el significado de lú
varió, de la misma manera que el de awīlum, con el marco de referencia del hablante:
dependiendo de si la palabra “se usa para distinguir de manera inter o intra
conceptual,” lú puede utilizarse para referirse a personas a cargo a diferencia de las
otras personas, o para significar genéricamente, cualquier individuo dentro de la
categoría pertinente de personas.50
En consecuencia, en su uso contemporáneo, cada rey era awīlum (lú) de su reino:
Hammurabi era “el hombre de Babilonia,” Zimri-Lim “el hombre de Mari,” y así
sucesivamente. En la medida que un hombre era gobernado por otro, este era
muškēnum, “súbdito,” o incluso wardum, “sirviente,” incluso un hombre libre propietario
de alta jerarquía. Esto está demostrado por una carta enviada a Zimri-Lim,
recientemente entronizado como rey de Mari, de su adepto Ibāl-Addu, un descendiente
de la casa reinante de Ašlakkâ, que apeló a su patrón real para que lo designara.
(ARM 28, 77). Ibāl-Addu declara que, como el aún no ha alcanzado el trono de la
51
casa de su padre, “Soy un súbdito” (muškēnēku). Dentro del marco de referencia
que Ibāl-Addu emplea, las únicas alternativas eran ser rey o súbdito. Por lo tanto,
como no es rey, es muškēnum, aunque indudablemente era awīlum para sus pares (y
bēlum, “señor,” para los subordinados o inferiores); solo como gobernante de Ašlakkâ
poseería su patrimonio, y sólo así sería “el hombre” a cargo del reino.
El mismo marco de referencia determina el uso de muškēnum en ARM 26, 377,
una carta enviada a Zimri-Lim por parte de Šarrum-andullī, su representante en
Babilonia, que informa la elección de un nuevo rey en Ešnunna luego de la invasión
52
Elamita (y la desaparición consecuente de Ibāl-pī-El II). Esta elección es también
mencionada en una carta de otro funcionario, Ibāl-pī-El, que primero cita lo que Zimri-
Lim le había escrito a Hammurabi de Babilonia, de este modo: “Si los hombres (awīlû)
de Ešnunna asienten, tu mismo ejerces la monarquía en la tierra de Ešnunna, y si no
lo hacen, lleva a un príncipe a vivir contigo como su rey”.53 Ibāl-pī-El luego procede a
informar que los hombres de Ešnunna, en cambio, han elegido a un oficial del ejército
49. Jacobsen, “Notes on the word lú” (véase más arriba, n. 4). En el significado “persona a cargo” (de otros),
“jefe de hogar,” lú se diferencia de guruš, un hombre soltero sin un hogar propio, y con lú- ulù,
“dependiente”; en Sumerio, tanto las mujeres como los hombres pueden ser lú (pp. 70–71, con n. 7; 73; 76).
50. Ibid. 78; Jacobsen destaca la necesidad de considerar la “diferencia tácita y determinante” que el
hablante (o escritor) habría asumido lo que su audiencia podría entender.
51.ARM 28, 77: 26-29. Ibāl-Addu se dirige a Zimri-Lim como “padre”: 26) u šanītam abī ayyābšu ikšud-ma27)
ana kussi bīt abīšu īrub28) u anāku adīni ana kussi bīt abīya29) ul ērub muškēnēku, “Y otra cosa. Mi ‘padre’
derrotó a su enemigo y ascendió al trono de la casa de su padre.
Pero aún no he ascendido al trono de la casa de mi padre; soy un súbdito”. Con respecto al contexto histórico
de la carta, véase la introducción de Jean-Robert Kupper a la correspondencia de Zimri-Lim con los
gobernantes de Ašlakkâ (ARM 28, ch.10, esp. pp. 68–69).
52. Con respecto al curso de los acontecimientos que rodean a este episodio en Ešnunna, véase Charpin,
ARM 26/2, pp. 152–53; Hammurabi de Babylone, 79–81, 92–94; y de nuevo en “Histoire politique du Proche-
Orient Amorrite,”in Mesopotamien: Die altbabylonische Zeit, ed. P. Attinger, et al.; OBO 160/4; Fribourg:
Academic Press, 2004) 226–27 and 324–26.
53. A.257: 8–12 (LAPO 16, no. 300), publicado por Georges Dossin, “Le madārum dans les «Archives
royales de Mari»,” in Gesellschaftsklassenim Alten Zweistromlandund in den angrenzenden Gebieten (XVIII
RAI, München, 1970, ed. D. O. Edzard; Munich: Verlag der Bayerischen Akademie der Wissen- schaften,
1972) 53–63. Sobre el término mādarum, traducido aquí como “príncipe,” véase Charpin, ARM 26/2, p. 189,
nota c; y Durand, “Peuplement et sociétés à l’époque amorrite I. Les clans bensim’alites,” in Nomades et
sédentaires dans le Proche-Orient ancien (CRRAI 46; Amurru 3, ed. Christophe Nicolle; Paris: Éditions
Recherche sur les Civilisations, 2004) 158, n. 255.
Awīlum y Muškēnum en la era de Hammurabi 305
Conclusión
Gobernar o ser gobernado, este fue el criterio por el cual las categorías awīlum y
muškēnum fueron distinguidas. No se trataba de que el awīlum era un hombre libre
mientras que el muškēnum era de alguna manera libre a medias, como todavía se
suele afirmar; tampoco la distinción se refería a la riqueza, o a la dependencia del
respaldo del palacio, ni tampoco a la pertenencia de la administración del palacio.
Ambos awīlum y muškēnum eran libres, ambos podían ser ricos o pobres, y ambos
debían servicio al estado; solo el status de awīlum era más alto. Ambas categorías,
otra vez, se aplicaban a las mismas personas – la ciudadanía – con la excepción de su
liderazgo. La distinción se enfocó en la “servidumbre”: el muškēnum estaba
subordinado a la autoridad mientras que el awīlum la ejercía. Las personas calificadas
como awīlû que a su vez no podían ser categorizadas como muškēnum eran aquellas
que poseían autoridad del mismo tipo que ejercían los reyes, es decir, autoridad
política. Eran los hombres a cargo de la política, los hombres que constituían la
asamblea, servían como magistrados, y tomaban decisiones en nombre de la
comunidad. Los awīlû, en pocas palabras, eran la clase gobernante, pares de reyes y
a veces reyes también. Las leyes de Hammurabi reflejan el esfuerzo por formalizar
este status creando una clase awīlum establecida fuera del cuerpo general del
ciudadano súbdito, los muškēnum.
De acuerdo con esta construcción, en lugar de ser las únicas personas que debían
ilkum, los awīlû eran aquellos que lo imponían, o quienes regulaban su ejecución en
representación de la autoridad gobernante. La compleja cuestión de ilkum en relación
a la tenencia de tierras y al estatus social requeriría un artículo aparte, pero debe
recibir un momento de atención en este. En resumen, creo que la interpretación
tradicional que sostiene que ilkum se debe a cambio de una concesión real de tierra,
debe ser fundamentalmente invertida, de la siguiente manera: los derechos a la
propiedad dentro de una comunidad gobernada por una autoridad determinada fueron
las bases para la obligación de servir a esa comunidad, bajo esa autoridad. Dicho de
otro modo, la posesión de propiedades dentro de la jurisdicción de un estado fue la
base para prestar servicio a ese estado, un deber designado por el término general
ilkum e incluye varios tipos específicos de servicio. El estado tuvo un interés inherente
por aumentar su base de tributos, es decir, asegurando que la mayor cantidad de sus
súbditos como sea posible posean sus derechos de propiedad libres de cargas y la
obligación correspondiente para el servicio. En consecuencia, el estado regularmente
tomó medidas para proteger, restaurar e incluso crear los derechos de los súbditos a
la propiedad. Lo hizo a través de la promulgación de andurārum que anulaban los
gravámenes sobre sus súbditos y sus propiedades, por medio de la restauración de la
propiedad heredada a personas que habían sido alienadas de sus tierras, y por medio
de la concesión directa de tierra a nuevos titulares que en consecuencia deberían ser
ilkum. En el último caso parece como si la tierra se otorgaba a cambio de servicio.
Pero si la fórmula se invierte, desaparecen varias dificultades.
308 eva von dassoW
61. Para una presentación detallada de la visión convencional de la relación entre la tenencia de tierra y el
ilkum (o deber análogo), el cual utiliza el postulado de “herencia patrimonial” para explicar la alienación de la
propiedad que era el fundamento para el pago debido, veáse Sophie Lafont, “Fief et féodalité dans le
Proche-Orient ancien,” en Les féodalités (ed. Eric Bournazel y Jean-Pierre Poly; Paris: Presses uni-
versitaires de France, 1998) 517–630, esp. pp. 536–70 en el período paleobabilónico.
62. VMM, 119: “ich mir auch spontane Erhebung von „Mensch, “„Mann“zu einer Ehrentitel nicht vorstellen
kann.”