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A tan solo 45 minutos hacia el noroccidente la ciudad de Quito, se

encuentra un paraíso natural poco conocido, pero incomparable: el


Chocó Andino. Un área que recientemente fue declarada la séptima
Reserva de Biósfera del Chocó Andino de Pichincha.

¿Qué debes saber del Chocó Andino?

 El 25 de julio del 2018, la Organización de las Naciones Unidas


para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró al
Chocó Andino de Pichincha como Reserva de la Biósfera.
 Estas áreas son consideradas zonas de excelencia compuestas por
ecosistemas terrestres, marinos y costeros dentro de las cuales se
promueve la conservación de la biodiversidad con su uso
sostenible, el desarrollo económico, la investigación y educación.
 El Chocó Andino de Pichincha, ubicado al Noroccidente de la
provincia posee 285.000 hectáreas que representan el 30.31% del
territorio de la provincia de Pichincha. Sus bosques nublados
conservan gran cantidad de especies de flora y fauna
emblemáticas.
 Se estima que esta zona alberga aproximadamente 270 tipos de
mamíferos, el 30% del total de las aves y el 15% de las especies
de plantas que tiene el país.
 En este pequeño espacio se pueden encontrar animales como el
oso de anteojos, el tucán Choco, el gallo de la peña, tigrillos,
olingos, el pechinegro, así como infinidad de anfibios, insectos y
reptiles.

 El Chocó Andino no solo se destaca por ser una de las regiones


más biodiversas del mundo y por la historia que existe detrás de
la cultura preincaica de los yumbos. Su suelo es apto para
emprendimientos agrícolas, por lo que se han enfocado en el café
de especialidad y en el cacao fino de aroma. Y ahora el turismo
aprovecha también estos cultivos de altura.

En la parroquia de Nanegalito, en el noroccidente del Distrito


Metropolitano, existen dos lugares cuya producción de café es muy
apetecida en los mercados de EE.UU. y Europa, debido a las propiedades
que da el cultivo de este fruto en el bosque nublado quiteño. Se trata de
la Reserva Alambi y de la finca Frajares.

En Alambi, Brian Krohnke es quien ideó el proyecto junto con Favián


Luna. Allí, los turistas llegan a observar las aves y también acceden a
una experiencia sobre el cultivo de café en el Chocó.
En el viaje, el visitante puede hacer fotos de las aves y observar el
proceso de siembra, recolección, despulpado, lavado y secado del grano.
Además, el turista se lleva una bolsita de un café que es único en el
mundo, porque fue sembrado en la latitud 0°, a 1 500 msnm.

En Frajares, en cambio, se logra saborear todos los productos que


surgen alrededor de una cereza de café, como té de café, limonada de
café o diferentes preparaciones del café tostado y molido. Según
Francisco Restrepo, administrador, esta finca se especializa en la fusión
de aromas.

La propuesta de este lugar es que el visitante tenga una experiencia


breve como catador, para que aprenda a diferenciar los sabores
periféricos del café, como lo dulce que se percibe en la punta de la
lengua, lo amargo al momento de pasarlo por la garganta, o la acidez
cuando entra en contacto con los costados de la lengua.

El café que se produce en el Chocó ha logrado calificaciones de 89 sobre


los 100 puntos en los últimos procesos de catación internacional, razón
por la cual es considerado como un café gourmet.

A 120 km de Quito, también en el Chocó Andino, se encuentra el pueblo


de San José de Mashpi, un lugar que en los últimos años ha ganado
fama internacional gracias a los chocolates que allí se elaboran.

Café de especialidad y un chocolate premiado a nivel internacional, son


otros de los atractivos turísticos del Chocó Andino, en el noroccidente
del Distrito Metropolitano de Quito. Fotos: Víctor Muñoz / VIAJAR
Café de especialidad y un chocolate premiado a nivel internacional, son
otros de los atractivos turísticos del Chocó Andino, en el noroccidente
del Distrito Metropolitano de Quito. Fotos: Víctor Muñoz / VIAJAR

Edwing Encalada.  Redactor (I)


eencalada@elcomercio.com
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El Chocó Andino no solo se destaca por ser una de las regiones más
biodiversas del mundo y por la historia que existe detrás de la cultura
preincaica de los yumbos. Su suelo es apto para emprendimientos
agrícolas, por lo que se han enfocado en el café de especialidad y en el
cacao fino de aroma. Y ahora el turismo aprovecha también estos
cultivos de altura.
En la parroquia de Nanegalito, en el noroccidente del Distrito
Metropolitano, existen dos lugares cuya producción de café es muy
apetecida en los mercados de EE.UU. y Europa, debido a las propiedades
que da el cultivo de este fruto en el bosque nublado quiteño. Se trata de
la Reserva Alambi y de la finca Frajares.

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En Alambi, Brian Krohnke es quien ideó el proyecto junto con Favián
Luna. Allí, los turistas llegan a observar las aves y también acceden a
una experiencia sobre el cultivo de café en el Chocó.

En el viaje, el visitante puede hacer fotos de las aves y observar el


proceso de siembra, recolección, despulpado, lavado y secado del grano.
Además, el turista se lleva una bolsita de un café que es único en el
mundo, porque fue sembrado en la latitud 0°, a 1 500 msnm.

En Frajares, en cambio, se logra saborear todos los productos que


surgen alrededor de una cereza de café, como té de café, limonada de
café o diferentes preparaciones del café tostado y molido. Según
Francisco Restrepo, administrador, esta finca se especializa en la fusión
de aromas.

La propuesta de este lugar es que el visitante tenga una experiencia


breve como catador, para que aprenda a diferenciar los sabores
periféricos del café, como lo dulce que se percibe en la punta de la
lengua, lo amargo al momento de pasarlo por la garganta, o la acidez
cuando entra en contacto con los costados de la lengua.

El café que se produce en el Chocó ha logrado calificaciones de 89 sobre


los 100 puntos en los últimos procesos de catación internacional, razón
por la cual es considerado como un café gourmet.

A 120 km de Quito, también en el Chocó Andino, se encuentra el pueblo


de San José de Mashpi, un lugar que en los últimos años ha ganado
fama internacional gracias a los chocolates que allí se elaboran.

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Según Marco Bolaños, quien vive desde hace 36 años en ese sector, el
secreto de su fama se basa en los recursos orgánicos que se utilizan. “El
suelo fue potenciado con tratamientos de microorganismos, los cuales
ayudan a la descomposición de la biomasa que sirve de abono”, indica.
Mashpi tiene una mezcla de sabores. De hecho, en una hectárea se llega
a tener 35 variedades de cacao fino de aroma, unos con sabores
cítricos, otros florales y frutales. Incluso tienen plantas de cacao salvaje
que superan los 50 años.

Las aventuras de aviturismo y recorridos por haciendas cafeteras y


cacaoteras se ofertan desde los USD 10 por persona. Los circuitos son
fáciles de recorrer, por lo que pueden asistir niños y jóvenes sin
problema alguno.

Los sabores que atraen del Chocó Andino

Café de especialidad y un chocolate premiado a nivel internacional, son otros de los


atractivos turísticos del Chocó Andino, en el noroccidente del Distrito Metropolitano
de Quito. Fotos: Víctor Muñoz / VIAJAR

Edwing Encalada. Redactor (I)


eencalada@elcomercio.com
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El Chocó Andino no solo se destaca por ser una de las regiones más
biodiversas del mundo y por la historia que existe detrás de la cultura
preincaica de los yumbos. Su suelo es apto para emprendimientos agrícolas, por lo
que se han enfocado en el café de especialidad y en el cacao fino de aroma. Y
ahora el turismo aprovecha también estos cultivos de altura.

En la parroquia de Nanegalito, en el noroccidente del Distrito Metropolitano,


existen dos lugares cuya producción de café es muy apetecida en los mercados de
EE.UU. y Europa, debido a las propiedades que da el cultivo de este fruto en el
bosque nublado quiteño. Se trata de la Reserva Alambi y de la finca Frajares.

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En Alambi, Brian Krohnke es quien ideó el proyecto junto con Favián Luna. Allí, los
turistas llegan a observar las aves y también acceden a una experiencia sobre el
cultivo de café en el Chocó.

En el viaje, el visitante puede hacer fotos de las aves y observar el proceso de


siembra, recolección, despulpado, lavado y secado del grano. Además, el turista se
lleva una bolsita de un café que es único en el mundo, porque fue sembrado en la
latitud 0°, a 1 500 msnm.
En Frajares, en cambio, se logra saborear todos los productos que surgen alrededor
de una cereza de café, como té de café, limonada de café o diferentes preparaciones
del café tostado y molido. Según Francisco Restrepo, administrador, esta finca se
especializa en la fusión de aromas.

La propuesta de este lugar es que el visitante tenga una experiencia breve como
catador, para que aprenda a diferenciar los sabores periféricos del café, como lo
dulce que se percibe en la punta de la lengua, lo amargo al momento de pasarlo por
la garganta, o la acidez cuando entra en contacto con los costados de la lengua.

El café que se produce en el Chocó ha logrado calificaciones de 89 sobre los 100


puntos en los últimos procesos de catación internacional, razón por la cual es
considerado como un café gourmet.

A 120 km de Quito, también en el Chocó Andino, se encuentra el pueblo de San


José de Mashpi, un lugar que en los últimos años ha ganado fama internacional
gracias a los chocolates que allí se elaboran.

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Según Marco Bolaños, quien vive desde hace 36 años en ese sector, el secreto de su
fama se basa en los recursos orgánicos que se utilizan. “El suelo fue potenciado con
tratamientos de microorganismos, los cuales ayudan a la descomposición de la
biomasa que sirve de abono”, indica.

Mashpi tiene una mezcla de sabores. De hecho, en una hectárea se llega a tener 35
variedades de cacao fino de aroma, unos con sabores cítricos, otros florales y
frutales. Incluso tienen plantas de cacao salvaje que superan los 50 años.

Las aventuras de aviturismo y recorridos por haciendas cafeteras y cacaoteras se


ofertan desde los USD 10 por persona. Los circuitos son fáciles de recorrer, por lo
que pueden asistir niños y jóvenes sin problema alguno.

Los sabores que atraen del Chocó Andino

Café de especialidad que se cultiva en el bosque nublado quiteño, se ofrece en la Reserva


Alambi, en Nanegalito.
Café de especialidad que se cultiva en el bosque nublado quiteño, se ofrece en la finca
Frajares, en Nanegalito.

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