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DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LA HERNIA INGUINAL EN LA CLÍNICA

El diagnóstico de la hernia inguinal reside en la comprobación de la existencia de protrusión a


nivel herniario sobre todo al realizar maniobras de esfuerzo abdominal, al toser, etc., por lo que,
la mayor parte de las veces, la exploración física revela la presencia de la hernia.

La ecografía y la TAC son útiles para la detección de pequeñas hernias. En algunos casos, las
hernias alcanzan un gran tamaño, siendo aparentes a simple vista.

El diagnóstico diferencial debe realizarse sobre todo con el varicocele y la hidrocele. El


tratamiento de la hernia inguinal es quirúrgico en prácticamente todos los casos.

TRATAMIENTO. -

El tratamiento definitivo de la hernia inguinal es el quirúrgico y consiste en la reintroducción del


contenido abdominal y reparación o reforzamiento de la pared inguinal.

Para la realización de dicha reparación o herniorrafía, existen varias técnicas que van desde la
utilización de los propios tejidos (músculos, fascias, etc.) para restaurar la integridad de la pared
abdominal, hasta la utilización de prótesis o mallas artificiales que ejerzan dicho papel.

Una de los últimos avances en el tratamiento quirúrgico de las hernias inguinales consiste en la
reparación de las mismas por vía laparoscópica, especialmente indicada en aquellas hernias ya
intervenidas previamente y que han vuelto a reaparecer o bien en aquéllas que dé inicio de
manifiestan en ambos lados.

El término de hernia se conoce la protrusión o salida al exterior del contenido de una cavidad,
generalmente a través de un orificio natural o de una zona de debilidad de la pared que lo
contiene.

Alrededor del 75% de todas las hernias se presentan en la región inguinal, de modo que por
hernia inguinal se entiende la salida al exterior del contenido de la cavidad abdominal
(generalmente asas de intestino) a nivel de la región inguinal.

Los síntomas más habituales. -

• Bulto en la región inguinal.


• Dolor leve.
• Dolor intenso cuando la hernia evoluciona.
CAUSAS. –

Tradicionalmente los factores que llevan al desarrollo de las hernias se dividen en dos categorías:

• Defecto de origen congénito.

• Defectos adquiridos.

En el primero de los casos, la persistencia del conducto por el que se produce el descenso del
testículo en el sexo masculino desde la cavidad abdominal hasta el escroto (o el ligamento
redondo en el sexo femenino), debida una falta de cierre del mismo, hace que sea posible la
herniación de asas de intestino desde la cavidad abdominal a este nivel. Aproximadamente 5 de
cada 100 niños presentan hernias inguinales.

Por otra parte, la realización de esfuerzos importantes en el momento de la defecación, al toser,


levantar objetos pesados, etc., se han implicado como factores causales de traumatismo y
debilitamiento de la pared inguinal y por tanto de la formación de hernias.

Las personas que presentan cualquiera de los siguientes factores de riesgo, son más propensas
a desarrollar una hernia: Historia familiar de hernias, fibrosis quística, criptorquidia, sobrepeso,
tos crónica, estreñimiento crónico, esfuerzo en las evacuaciones, agrandamiento de la próstata.

SINTOMAS. -

Por lo general el paciente que presenta una hernia inguinal refiere un bulto o tumefacción en la
región inguinal.

En ocasiones se asocia a dolor leve o malestar vago, que generalmente se acentúa al realizar
esfuerzos.

En caso de aparición de dolor de gran intensidad hay que descartar la aparición de una
complicación: la incarceración herniaria. Ésta consiste en la imposibilidad para retornar el
contenido de la hernia a cavidad abdominal por compresión a nivel del orificio de salida.

Si además se encuentra comprometida la circulación sanguínea del intestino, se trata entonces


de una hernia estrangulada y ante tales síntomas es recomendable acudir con rapidez a un
centro médico para valorar tratamiento quirúrgico urgente, dado el riesgo de lesión del asa
intestinal herniada.

También es posible la aparición de hernias inguinales que no se manifiesten como bultos a dicho
nivel sino tan sólo con una clínica de molestias vagas e imprecisas sobre todo al caminar o al
hacer esfuerzos.
OTROS TIPOS DE HERNIAS. -

Por lo general el paciente que presenta una hernia inguinal refiere un bulto o tumefacción en la
región inguinal.

En ocasiones se asocia a dolor leve o malestar vago, que generalmente se acentúa al realizar
esfuerzos.

En caso de aparición de dolor de gran intensidad hay que descartar la aparición de una
complicación: la incarceración herniaria. Ésta consiste en la imposibilidad para retornar el
contenido de la hernia a cavidad abdominal por compresión a nivel del orificio de salida.

Si además se encuentra comprometida la circulación sanguínea del intestino, se trata entonces


de una hernia estrangulada y ante tales síntomas es recomendable acudir con rapidez a un
centro médico para valorar tratamiento quirúrgico urgente, dado el riesgo de lesión del asa
intestinal herniada.

También es posible la aparición de hernias inguinales que no se manifiesten como bultos a dicho
nivel sino tan sólo con una clínica de molestias vagas e imprecisas sobre todo al caminar o al
hacer esfuerzos.

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