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Clasificación
- Localización anatómica
1. Inguinal
2. Umbilical
3. Epigástrica
4. Femoral o crural
5. De Richter
6. De Spiegel
7. Pélvica obsturatriz
8. Pélvica perineal
9. Lumbar
HERNIAS INGUINALES
Se han descrito varios tipos de hernias inguinales. La hernia se define como inguinal
cuando se localiza por encima de la línea de Malgaigne (proyección cutánea del
ligamento inguinal que se extiende desde la espina ilíaca anterosuperior hasta la espina
del pubis). Por debajo, se trata de una hernia crural o femoral. En caso de hernia
adquirida, conviene descartar y tratar cualquier causa de hiperpresión intraabdominal.
Las hernias inguinales se clasifican como directas o indirectas. El saco de la hernia
inguinal indirecta atraviesa oblicuamente el anillo inguinal interno en dirección al anillo
inguinal externo y acaba en el escroto. En cambio, el saco de la hernia inguinal directa
sobresale hacia fuera y hacia delante y se sitúa medial al anillo inguinal interno y de los
vasos epigástricos inferiores. Ya que las hernias indirectas se agrandan, a veces cuesta
distinguir una hernia inguinal indirecta de otra directa. Esta distinción posee muy poca
relevancia dado que la reparación quirúrgica de ambos tipos de hernia es similar. Se
produce una hernia en pantalón cuando existe un componente hemiario directo e
indirecto.
En la pared abdominal anterior existen zonas de fragilidad que pueden originar hernias:
• La región umbilical, donde se localizan las hernias umbilicales.
• La línea alba, que se sitúa entre los músculos rectos anteriores, a través de la cual se
desarrollan las hernias de la línea alba.
• La unión entre los tres músculos de la pared lateral (transverso, oblicuo interno y
oblicuo externo) y los músculos rectos, bajo la línea arcuata, para las hernias de Spiegel.
Hernias umbilicales
La hernia umbilical congénita es frecuente en los niños, sobre todo en los varones, con
una frecuencia aproximada del 20-30%. Con frecuencia está presente desde el
nacimiento o causada por una fragilidad de la línea alba a nivel del ombligo.
Generalmente se cierra de forma espontánea en los primeros 3 años de vida al adquirir
fuerza los músculos abdominales. Por el contrario, la hernia umbilical adquirida en el
adulto es 10 veces menos frecuente y no presenta ninguna tendencia espontánea a
la regresión.
El diagnóstico es clínico. En la exploración, se observa una tumefacción del ombligo,
depresible a la palpación y que protruye con la tos. Generalmente no son necesarias
pruebas complementarias, pero en caso de duda diagnóstica pueden ser útiles una
ecografía o una TC. Pueden aparecer hernias umbilicales que empeoran en algunos
casos: cirrosis con ascitis, insuficiencia respiratoria o cualquier otra causa de
hiperpresión intraabdominal. Se deben evaluar estas situaciones patológicas antes de la
intervención y tenerse en cuenta para la anestesia y la cirugía.
Hernias de la línea alba
La hernia de la línea alba, o hernia epigástrica, se desarrolla a nivel del epigastrio, en la
zona de fragilidad entre los dos músculos rectos del abdomen. Es entre 2-3 veces más
frecuente en los varones de 20-50 años, representa el 2-4% de todas las hernias
abdominales, con una prevalencia cercana al 10%. Está desencadenada
por hiperpresiones importantes a nivel del abdomen (por ejemplo, atletas de halterofilia
y deportistas de alto nivel).
Con frecuencia es de pequeño tamaño (entre 15-25 mm) y son múltiples en el 20% de
los casos. Contiene epiplón, casi siempre es asintomática y se estrangula con muy poca
frecuencia.
La reparación quirúrgica sólo se propone en caso de dolor o de importante deformidad
antiestética.
Hernias de Spiegel
Esta hernia, situada en la zona infraumbilical del abdomen, se localiza lateralmente en
la pared abdominal anterior, por fuera de los músculos rectos del abdomen, y es muy
infrecuente (el 0,1-1% de las hernias abdominales). Existe una dehiscencia a nivel del
cruce de las fibras de la aponeurosis del músculo transverso y del músculo oblicuo
interno. Esta hernia puede contener epiplón, intestino delgado o colon, y puede ser
reducible o no.
Aparece generalmente a partir de los 40 años, es más frecuente en la mujer y puede ser
bilateral en el 5% de los pacientes. Es asintomática en el 90% de los casos y en
ocasiones resulta difícil establecer su diagnóstico debido a su pequeño tamaño; apenas
es palpable. Si es más voluminosa, puede confundirse con un lipoma o con un tumor
intraabdominal. Se estima que más del 50% de los pacientes con una hernia de Spiegel
no presentaban un correcto diagnóstico preoperatorio. La TC o la resonancia magnética
(RM) son las pruebas diagnósticas fundamentales, y el tratamiento es sólo quirúrgico. El
riesgo de incarceración o de estrangulación es importante: puede alcanzar hasta el 32%,
lo que justifica la indicación quirúrgica sistemática, incluso en los pacientes
asintomáticos.
DIAGNÓSTICO
¿Cómo se diagnostica?
Historia clínica
Hay masas inguinales que simulan hernias pueden deberse a pero que de hecho son una
adenopatía (infecciosa o maligna), un testículo ectópico o un lipoma. Estas masas son
sólidas e irreductibles. Una masa escrotal puede corresponder a un varicocele, un
hidrocele o a un tumor testicular. Si el examen físico es dudoso puede realizarse una
ecografía
Diagnóstico diferencial
Hay que establecer el diagnóstico diferencial con todas las patologías que producen
dolor o que presentan una masa a nivel abdominal e inguinal: adenopatías, estructuras
óseas, estructuras vasculares, nerviosas, etc.
Los aneurismas y los seudoaneurismas presentan una masa, pero esta es pulsátil
Criterios de derivación
La estrangulación de una hernia requiere cirugía urgente con incremento del período de
hospitalización y de la morbimortalidad comparado con la cirugía programada, por lo
que el riesgo de estrangulación determina cuándo hay que realizar la intervención
Las hernias producidas por un defecto de la pared abdominal secundarias a una cicatriz
quirúrgica y las femorales tienen un elevado riesgo de estrangulación, por lo que estos
pacientes deben ser derivados a cirugía de forma preferente (plazo inferior a 15 días) ,
para establecer la prioridad de la intervención quirúrgica según las características
clínicas de cada paciente).
Prioridad 1: pacientes cuya intervención no debe superar una espera superior a 30 días.
Prioridad 2: pacientes con situación clínica o social que permite una espera relativa,
inferior a 90 días.
Las hernias con menor riesgo de estrangulación son las localizadas en la parte
abdominal alta y las de diámetro inferior a 1 cm (por la baja probabilidad de que la
víscera o parte de ella se introduzca en un orificio de dicho tamaño) o superior a 7-8
cm (ya que las asas intestinales entran y salen sin complicaciones)
En líneas generales, una hernia inguinocrural reducible se deriva a cirugía con carácter
normal. Si presenta alguno de los siguientes criterios, debe derivarse con carácter
preferente
• Antecedentes de incarceración.
TRATAMIENTO
Las hernias inguinales pueden intervenir por vía de acceso abierta inguinal o por vía
laparoscópica.
Estas técnicas presentan la misma tasa de recidiva que las técnicas de colocación de
prótesis por vía de acceso abierta, pero parecen estar asociadas a menos molestias y
dolor postoperatorio y menos secuelas a largo plazo. Sin embargo, estas técnicas
requieren un mayor tiempo de aprendizaje, por lo que deben ser realizadas por cirujanos
expertos.
De forma general, las hernias con un anillo inferior a 2 cm de diámetro podrían ser
tratadas mediante herniorrafia simple (sutura mioaponeurótica) o colocación de malla
intraperitoneal. Las hernias con un anillo mayor requerirán la colocación de prótesis
retromusculares (por detrás de los músculos rectos en la pared abdominal, imposible por
laparoscopia) para prevenir el riesgo de recidiva.
Complicaciones
Bibliografía
1 Alventosa Zaidín M, Zamora Sánchez M. Hernias Abdominales. AMC. 2014; 10(13).
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