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Tema:

Inteligencia Emocional en la
escuela y el hogar
FACULTAD DE SALUD
CARRERA PROFESIONAL DE
PSICOLOGÍA

Título del Ensayo:


La inteligencia emocional como factor clave en la
educación de los niños.

AUTOR(ES):

Barnett Reyes, Ana Alondra

Campos Cruz, Piere Bryan

Del Rocio Silva, Yarlis Alizeth

Gastelo Nuñez, Katherine Milenka

Resurrección Alejo, Astrid Maricarmen

Trujillo Valerio, Trisha Valery

ASESORA:
Bontempo Lozano, Elsa Maria

CHORRILLOS — PERÚ
2021
ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN
II. ARGUMENTACIÓN
III. CONCLUSIONES

REFERENCIAS
ANEXOS
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I. INTRODUCCIÓN

En el presente ensayo se pretende explicar acerca de la


inteligencia emocional como factor clave en la educación de los
niños. La inteligencia emocional se puede definir como la capacidad
de comprender y moldear nuestras emociones y la de los demás,
teniendo en cuenta diversos métodos para su logro. Es por ello que
consideramos fundamental el entendimiento de esta inteligencia
tanto en el hogar como en las escuelas. Así mismo, se tiene
conocimiento sobre la situación actual de la educación en nuestro
país, ya que poseemos un nivel bajo en comparación a los demás y
considerando que además se desconoce sobre los distintos tipos de
inteligencia que hay. Nuestro objetivo con este ensayo es el de
mostrar las razones por las que es tan importante el conocimiento de
la inteligencia emocional y el por qué debe ser una prioridad en la
educación del niño. Razón por la cual planteamos la siguiente
pregunta ¿Consideras que la inteligencia emocional es primordial
para el desarrollo del estudiante? Esta interrogante se desarrollará
en los siguientes párrafos.
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II. ARGUMENTACIÓN

En primer lugar, se necesita enfatizar la importancia de


conocer sobre la inteligencia emocional. Es por ello que
desarrollaremos el concepto como primer punto. La inteligencia
emocional se define como un conjunto de habilidades que una
persona adquiere por nacimiento o aprende durante su vida, donde
destaca la empatía, la motivación de uno mismo, el autocontrol, el
entusiasmo y el manejo de emociones.
Según Blanco (2017), la familia es la esfera de la vida social
donde se aprenden por primera vez los tipos de conductas y
actitudes consideradas socialmente aceptables que proporcionan a
los niños y niñas una posición social. La mayoría de los estudios
sobre educación emocional en el contexto escolar definen la
inteligencia emocional según cuatro componentes: percepción,
asimilación, comprensión y regulación.
Muchos padres, antes de que sus hijos nazcan, se encuentran
formando ideas sobre las características que creen que tendrán,
manifiestan algunas expectativas que se incrementan el día que nace
su hijo. Por lo tanto, nuestro estado emocional influirá de manera
directa en nuestro hijo. Asimismo, podemos decir lo importante que
es para el niño su educación y el correcto desarrollo de sus
emociones, para ello deben de tener en cuenta el entorno que es
imprescindible para el desarrollo de competencias emocionales,
también los fuertes lazos emocionales entre padres e hijos hacen
necesario que unos y otros puedan aprender a ser emocionalmente
inteligentes con el objetivo de vivir de la mejor manera posible.
Tarrés (2019), nos hace mención que, si los padres
desarrollan un buen papel, en la inteligencia emocional, van a traer
grandes beneficios al niño durante su vida, tendrá grandes ventajas
para los padres, ya que mejorará el funcionamiento de ella misma
para saber analizar lo que le decimos a nuestros hijos y cómo se lo
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decimos porque puede tener mucha influencia en su manera de


desarrollarse personal y emocionalmente. Si le decimos por ejemplo
“que malo eres, que mal te portas, pareces tonto” el menor piensa
que la persona o personas más importante de su vida lo ven así y
que, por lo tanto, él es de ese modo. Este acto condiciona mucho su
crecimiento de manera positiva. El llegar a ser buen padre consiste
en lograr un equilibrio entre la libertad para el desarrollo de la
persona, como en saber mostrarle de la manera más adecuada cómo
manejar esa independencia necesaria. El conocer que las decisiones
pueden cambiar y marcar su futuro.
Según María de Caso Fuerte et al. (2019), una de las
preocupaciones que nos encontramos en la actualidad y
que ha causado especial interés, es determinar el papel que
ejercen las emociones en la escuela y cómo afecta en el
éxito académico de los estudiantes. Sabemos que las habilidades de
los estudiantes no son estimadas dentro del sistema educativo, pero
tienen una gran importancia, podemos manifestar que para que un
niño pueda llegar ser algún día un profesional no basta que tenga
memorizado o aprendido una serie de datos, ya que somos seres
sociales y a la vez inteligentes y por lo tanto se considera primordial
el saber comportarse ante la sociedad. Asimismo, podemos afirmar
que la inteligencia emocional es un factor importante a la hora que
nos formamos académicamente.
Según Belmonte et al. (2017), por ejemplo, un alumno con un
coeficiente intelectual alto pero que no sabe controlar su ansiedad
a la hora de realizar exámenes, pero también están
aquellos alumnos con un coeficiente intelectual más bajo, pero
que poseen una buena inteligencia emocional, lo cual le ayudará a
alcanzar el éxito académico. Asimismo, probablemente en muchos
casos como los embarazos no deseados, el consumo de drogas y
problemas de conductas se deban a que no hay una educación
emocional en la infancia. Tendremos que asumir que la escuela es
uno de los medios más importantes a través del cual el niño
“aprenderá” y se verá influenciado, y no sólo un lugar donde el niño
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adquiere una serie de conocimientos. Es por ello que en el colegio se


debe proponer enseñar a los alumnos a ser emocionalmente más
inteligentes, dotándolos de estrategias y habilidades emocionales
básicas que les resguarden de los factores de riesgo o, al menos,
que atenúen sus efectos negativos.
Goleman (2016), nos ha demostrado con abundancia de datos
provenientes de investigaciones científicas recientes, el poder de la
inteligencia emocional para el éxito en la vida personal.
Él sostiene que la familia y la escuela, a lo largo de la historia,
han sobredimensionado la importancia de la inteligencia racional, el
Cociente Intelectual. Sin embargo, no es esta cualidad el elemento
más importante para el éxito en la vida familiar, laboral o profesional
de las personas. Según él, la inteligencia racional sólo aporta el 20%
para el éxito personal. El 80% lo aportan elementos como la
autoestima, la autovaloración, la seguridad y la confianza en sí
mismo, la perseverancia, la automotivación, la actitud positiva, la
esperanza y el optimismo, es decir, todos aquellos elementos que
caen bajo dominio de la Inteligencia Emocional.
Por su parte, Jeanne Segal, psicóloga de gran prestigio
sostiene que esperar salir adelante en la vida sólo gracias al cociente
intelectual es como esperar que te quiten la licencia de conducir
después de la prueba escrita solamente. Según ella, de acuerdo con
una creciente cantidad de datos que así lo demuestran, el
sentimiento es el recurso más poderoso que poseemos, pues las
emociones son como salvavidas para el conocimiento de uno mismo
y para la autoconservación, que nos conectan profundamente con
nosotros mismos y con los demás, con la naturaleza y con el
cosmos, las emociones nos informan de cosas que son de mayor
importancia para nosotros: las personas valores, actividades y
necesidades que nos aportan motivación, entusiasmo, autocontrol y
persistencia. Segal concluye que el conocimiento emocional y el
saber hacer nos permiten recuperar nuestra vida y nuestra salud,
preservar nuestra familia, entablar relaciones amorosas y tener éxito
en nuestro trabajo.
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Pasar por alto las emociones es limitar las habilidades


necesarias para llevar una vida sana y satisfactoria, porque, al fin y al
cabo, el corazón y la cabeza no están separados, las partes racional
y emocional del cerebro dependen una de otra.
Como recuerdan muchos autores hoy en día, el cociente
intelectual puede hacer que uno obtenga un rendimiento
sobresaliente en un examen, pero no le hará progresar en la vida.
Las relaciones personales e impersonales están bajo el dominio del
cociente emocional, que es responsable también de nuestra
autoestima, la conciencia de uno mismo, la sensibilidad social, la
automotivación y la perseverancia.

III. CONCLUSIONES:

Como se ha desarrollado en los puntos anteriores, la


inteligencia emocional tiene un gran impacto en el futuro de los niños,
tanto en la calidad de vida que llegan a tener o cómo es que llevan a
cabo sus aspiraciones. Este tipo de inteligencia es lo que se busca
promover en los distintos agentes de socialización para ellos, tales
como el hogar y las escuelas.
Es importante reconocer el impacto que tiene en ellos mismos
ya sea a nivel emocional, cognitivo y físico. Por ello, consideramos
que se debe priorizar el objetivo de este ensayo, el cual exige mayor
interés por parte de la familia y las escuelas para promover dicha
inteligencia y no solo estancarse en la inteligencia racional que es lo
convencional. Los niños potenciados en esta inteligencia lograrán un
mejor rendimiento escolar ya que no solo se basarán en lo
intelectual, sino en lo emocional y ambos se encuentran relacionados
directamente para el mejor desarrollo de los estudiantes.
Así ambos agentes estarían enfocándose en formar a las
siguientes generaciones de manera íntegra, no solo conocedores
sino personas empáticas, autosuficientes, resilientes y en términos
generales, ser mejores personas.
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REFERENCIAS:

Belmonte, V., Parodi, A., Bermejo, R., Ruiz, M.J., Sainz, M. & Belmonte-Lillo, V.
(2017). Relaciones entre aptitud intelectual, inteligencia emocional y
creatividad en alumnado de ESO. International Journal of Developmental
and Educational Psychology, 35-44.
https://www.redalyc.org/pdf/3498/349852544004.pdf

Blanco, G. (2017). La educación emocional y el contexto familiar. [Tesis de


bachiller inédita, Universidad de Granada]. Repositorio institucional de la
Universidad de Granada
https://digibug.ugr.es/bitstream/handle/10481/46195/BlancoGallardo_TFGEduc
acionEmocional.pdf;jsessionid=9EB58C5FD8595B5D592F0C9BA738ED
9B?sequence=1

Carrillo, A., Estévez, C., Gómez-Medina, M.D. (2018). ¿Influyen las prácticas
educativas en el desarrollo de la Inteligencia Emocional de sus hijos?
International Journal of Developmental and Educational Psychology,
203-212.
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6432609

Goleman, D. (2016). El líder resonante crea más: El poder de la inteligencia


emocional. Penguin Random House Grupo Editorial.
https://books.google.es/books?
hl=es&lr=&id=dfjeCwAAQBAJ&oi=fnd&pg=PT4&dq=GOLEMAN+Intelige
ncia+emocional&ots=ns1foTF59u&sig=Gc1cPr4ZlTpP2ffYb2p7onUojbM
#v=onepage&q&f=false

María de Caso Fuerte, A., Blanco, F., García, M., Rebaque, G., García, P.
(2019). Inteligencia emocional, motivación y rendimiento académico en
educación infantil. Revista INFAD de Psicología.283-291.
https://revista.infad.eu/index.php/IJODAEP/article/view/1493

Tarrés, S. (20 de mayo de 2019). Inteligencia emocional, cómo desarrollarla en


familia.
https://www.mamapsicologainfantil.com/inteligencia-emocional-como-
desarrollarla-en-familia/amp/

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