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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Filosofía y Letras

Sistema Universidad Abierta y Educación a Distancia-


SUAyED

Licenciatura en Pedagogía

Asignatura: 1868- Taller de Orientación Educativa II y 1872 -


Educación de Adultos II

Grupo: 9081

Asesor: LAURA LILIA ROJAS JASSO

Alumna: Yadira López Lugo

Unidad 3. Sistematización o reorientación de una práctica o


experiencia educativa vinculada a un proyecto de vida

Actividad: 3.2

Título: Mejora de experiencias educativas


INSTRUCCIONES:

Detalla por escrito qué aspectos de la práctica o experiencia es necesario modificar para que
respondan mejor a las características y necesidades de los adultos y se articulen mejor a sus
proyectos de vida. Justifica los cambios. Se trata de que reorientes la experiencia apoyándote en
todos los elementos que has aprendido en esta asignatura.

DESARROLLO:

Es muy importante modificar la forma en la que se enseña a los adultos, ya que en muchos lugares

aún se manejan sistema completamente escolarizado y rígidos, esto, la mayoría de las veces los

lleva a una deserción. Debido a que los adultos aprenden de manera diferente, a los niños y

jóvenes, ya que influyen en el muchos factores, como son, la edad cronológica, economía, trabajo

tiempo, familia e interese personales.

Por esta razón se deben generales estrategias metodológicas de enseñanza, para que las personas

en edad adulta aprendan cosas significativas para ellos, que los ayude a crecer de manera

profesional, personal, social y familia. Implementando una planeación específica, clara, ordenada,

accesible, con tiempos flexibles, sobre todo de interés y adecuada a las necesidades de los adultos.

Dicha metodología de enseñanza debe de estar apoyada por la andrología con la intención de

hacer más sencillo el aprendizaje de los adultos, para integrar sus conocimientos a la vida

cotidiana. Por esta razón UNESR.(1984; 18) definía a la andrología como, la ciencia de instruir y

educar permanentemente al hombre en cualquier período de su desarrollo psicológico en función de

su vida cultural y social. Ya que el adulto es gestor de su aprendizaje dentro de su constante

preparación y adaptación.

En este sentido es muy importante respetar los procesos de aprendizaje del adulto y ser muy

conscientes que el adulto no necita memorizar contenidos, sino recurrir a su propia lógica y

razonamiento. Para esto el educador andrológico, tiene que ser flexible, debe de captar la atención

de los adultos aplicando estrategias que generen el aprendizaje activo y participativo. Ya que el

adulto rechaza la enseñanza paternalista o instruccional, que no le genere retos de aprendizaje. Por

esta razón es muy importante, la formación profesional y capacitación del educador andrológico.

Tomando también en cuenta lo que Ludojoski, Roque L. (1986; 25), decía, que la Andrología

consiste en el empleo de todos los medios y modalidades de la formación de la personalidad

puestos a disposición de todos los adultos sin distinción alguna, ya sea que hayan cursado sólo la

enseñanza primaria o la secundaria y hasta la superior.

En este sentido también es importante resaltar la importancia del educador popular, ya que es muy

poco tomada en cuenta y no se le da la relevancia e importancia que este necesita. Sin embargo es
muy importante en la vida productiva, económica, política y social, al ser quienes capacitan a los

adultos en edad laboral y productiva. En relación a esto Miguel Ángel Pasillas, considera que las

políticas neoliberales en materia educativa, impactan el sistema educativo, considerando la

importancia del docente en el papel institucional, social y político, la cual incurren en los aspectos

de la actividad educativa en la formación continua y autonomía.

Es importante retomar la aportación de Freire, respecto a la Educación liberadora, que tiene como

particularidades, el intercambio de conocimientos, participativo, abierto entre el educando y el

educador, el cual fomenta el pensamiento crítico, reflexivo y racional. Para Jara (1985) los

educadores populares, son los principales responsables de guiar la reflexión del grupo de forma

ordenada, asumiendo un plan flexible, para garantizar el adecuado desarrollo educativo, con la

intención de lograr los objetivos planteados.

Tenemos que dejar de lado lo que Batalloso, expresa como pensamiento único en la educación, el

cual propone que las personas acepten todo lo que se les pide e indica sin discusión alguna,

concibiendo como única forma de vida al consumismo, teniendo como única intención que la

educación se someta a los valores económicos. Por esta razón la educación política y social, no

debe de ser parte de la organización escolar, sino dedicarse al desarrollo humano.

CONCLUSIÓN.

Es muy importante replantarnos la manera en que se educa a los adultos, ya que existe mucha

deserción, debido a la poca flexibilidad, interés, comunicación con los docentes, el apoyo

económico a nivel público y privado en la profesionalización. Esta debería de ser una prioridad, al

ser estos quienes en edad laboral impulsan con su trabajo la economía, personal, familiar y social.

También es importante para el adulto la educación continua para buscar un desarrollo y

crecimiento personal, laboral y social; ya que busca con esto una mejor calidad de vida. Pero los

puntos antes planteados, muchas veces obstaculizan este proceso.

BIBLIOGRAFÍA:

Cabrera Onavis C. (1989). El perfil del educador popular” PAG. 27-45


https://www.crefal.org/rieda/images/rieda-1989-12-1/articulo2.pdf

Educación, praxis y esperanza. Recordando a Paulo Freire” de Batalloso y Guadas:


file:///C:/Users/Tos/Downloads/paulofreire.pdf

El formador de adultos como hombre por venir” de Barbier.


http://www.barbier-rd.nom.fr/Formadordeadultos.PDF

Nestor Fernández Sánchez “Andragogía. Su ubicación en la educación continua”, julio, 2001


Andragogia. Arnold R. Fundamentos de la pedagogía de la formación de adultos.

Pasillas Valdez, Miguel Ángel. Condiciones socioinstitucionales de la actividad docente y la


formación en el diálogo. Perfiles Educativos, vol. XXIII, núm. 92, tercera época, 2001, pp. 74-97
Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación. Distrito Federal, México

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