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La Ética es algo que todos creemos conocer …hasta que empezamos a estudiarla, lo que nos
lleva - ineludiblemente - a reconocer el tamaño de nuestra ignorancia. El desconocimiento es
lamentable, aunque comprensible en las personas iletradas pero se vuelve inaceptable en quienes
asistimos a una universidad y nos preparamos para ejercer una profesión.
La Ética nos abre las puertas al pensamiento crítico, a la diversidad de ideas, al reconocimiento de
aquello que es más importante para nosotros y para la comunidad: el sentido de lo genuinamente
valioso; aquello que nos mueve a orientar esfuerzos, afectos, y la vida misma hacia un propósito
especial, lo que nos permite pasar de “seres humanos” a personas con un carácter y un destino
propiamente humanos..
Al mismo tiempo, la Ética nos prepara para enfrentar los retos existenciales con la mayor lucidez
posible y tal vez cometiendo menos errores, tanto en términos personales como profesionales.
Por tanto, si bien esta disciplina es útil e importante para todo ser humano, su aprendizaje se
vuelve imperativo para quienes están llamados a ejercer el poder tempranamente, ya que sus
decisiones y actos pueden afectar a muchas personas de manera profunda y muchas veces
decisiva.
Esto es justamente lo que sucede en el caso de los y las estudiantes de ciencias médicas y de la
salud. Antes que el resto de l@s jóvenes de su edad, quienes se adentran en el proceso de
formación médica se ven colocad@s en situaciones de poder ya que por medio de sus
intervenciones con los pacientes, inciden sobre los valores fundamentales para todo ser humano:
su vida, su salud, su integridad, su sentido de la dignidad y de la intimidad personal o la de sus
seres queridos. Por consiguiente, se requiere, se espera y se exige de lo futuros médicos y
médicas mucho más en términos de calidad humana, de claridad mental, de empatía, de
humanismo; es decir en términos de ética.
Deben los alumnos, esforzarse en reflexionar, analizar y madurar mucho más precozmente y más
rápidamente que el resto de las personas, ya que por desgracia, el desarrollo biológico y el
cognitivo no van necesariamente a la par del crecimiento ético. De hecho, en esta llamada “era de
la información” se ha producido una lamentable descomposición social asociada a un aumento en
el bagaje de conocimientos generales de las personas, aparejado a una significativa disminución o
total ausencia de sensibilidad hacia los aspectos morales y especialmente éticos de la vida.
Es a partir las consideraciones anteriores, que este texto se propone ofrecer recursos capaces de
estimular este proceso de crecimiento ético, que es necesariamente de índole personal,
proporcionando instrumentos para adentrarse en una tarea tan difícil. Bacon lo dijo: "Saber es
poder". Sin duda tiene un mejor ejercicio del poder quien realmente "sabe" cómo analizar los
problemas, como tomar decisiones y cómo responder en situaciones difíciles.
La Ética es la disciplina de las cuestiones complejas por excelencia; hablar de Ética y actualmente
de Bioética, es hablar de dilemas y conflictos y de cómo abocarse a resolverlos. De eso se trata en
este libro de texto, que no pretende ser sino una introducción, un inicio en el aprendizaje y con
suerte, quizás un incentivo para profundizar y crecer con las enseñanzas de los grandes maestros
de la historia y las contribuciones de las mentes actuales más brillantes en Filosofía, Ética y
Bioética.
En otras palabras, se trata de sensibilizarnos y aprender a reconocer los aspectos que implican
juicios de valor, debido a que, con más frecuencia el mal proviene de la ignorancia y el descuido
que de la mala fe o la maldad, como señalara Sócrates. Tal vez lo más lamentable es que mil años
después de sus enseñanzas debemos seguir esforzándonos en combatir nuestra perenne torpeza.
Por último, también es necesario acrecentar y mantener la fortaleza de carácter indispensable para
aplicar los recursos cognitivos y emocionales con determinación. Ocurre que muchas veces
sabemos lo que debemos hacer pero no tenemos la entereza o la sabiduría necesarias para
hacerlo. Aquí viene a colación la oración de San Agustín quien orientaba sus mayores esfuerzos a
la renuncia de los deseos libidinales, aunque rezaba: "Dios mío, hazme casto… pero todavía no".
Ahora bien, puesto que el carácter ético es algo que se construye a lo largo del tiempo, la juventud
y/o la inmadurez entrañan generalmente un mayor grado de miopía ética y con ella una mayor
posibilidad de tropiezos y errores. Por ello es tan importante el espacio formativo de una cátedra
universitaria de ética, particularmente cuando se dirige a jóvenes que en el proceso de enseñanza
tienen ante sí las grandes responsabilidades del entrenamiento médico y de la relación médico-
paciente.
1
La Follette, Hugh, “Ethics in Practice”Blackwell Publishers Inc.,1999 p.1
2
Rivero Weber, Paulina. Apología de la inmoralidad, en Seminario: Apología de la Inmoralidad :
http://www.facmed.unam.mx/eventos/seam2k1/2004/ponencia_ene_2k4.htm
3
González, Juliana: El ethos destino del hombre, Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1966 p. 74
trascender lo superficial.
La filosofía se ocupa del razonamiento acerca de las preguntas fundamentales y eternas de
los seres humanos acerca de la vida: cuál es la naturaleza del mundo, el sentido de la
existencia, la forma de distinguir lo que es real de lo que no lo es. La filosofía también indaga
acerca de las bases del conocimiento, involucrando tanto al conocimiento de la experiencia
interna o del espíritu, como la explicación de los valores universales y su aplicación
práctica en las conductas vitales (Ejm: filosofía de la ciencia, filosofía de la comunicación,
filosofía política, etc.).
Lo que caracteriza a la filosofía es el pensamiento crítico que implica la obligación de
cuestionarlo todo y analizarlo todo4 de manera rigurosa y sistemática, con el propósito de
ordenar, dar sentido y coherencia a las ideas. 5 Se requiere para ello, la existencia de
capacidades cognitivas maduras y la libertad de toda coacción, para ejercerlas plenamente
de manera autónoma.
Ahora bien, la ética es la rama de la filosofía que evalúa las acciones humanas y por tanto
reflexiona sobre las preguntas clave para la mayoría de nosotros:
o ¿Cómo debo vivir, para tener una vida plena y de ser posible feliz?
o ¿Qué principios o consideraciones deben guiar mis acciones y por qué razón tales
principios y no otros?6
o ¿Cómo puedo actuar bien y evitar el mal?
Para valorar las acciones, la ética describe, articula, explica y clarifica los principios
valorativos fundamentales que aplican a la conducta moral.
Por lo anterior, la ética puede definirse como la teoría filosófica de las acciones morales de
los seres humanos.7
Aunque en el habla popular es frecuente usar los términos ética y moral como sinónimos, no
hay que confundir a la teoría con el objeto de estudio; la ética es la ciencia y su objeto de
estudio es una forma específica de la conducta humana: la moral.
La ética parte del rigor filosófico mientras que la moral es simplemente una expresión de la
experiencia social humana. De ahi se desprende que, aunque la moral no es científica, "sus
orígenes, fundamentos y evolución pueden ser investigados racional y objetivamente desde
el punto de vista de la ciencia".8
El pensamiento ético implica la conjugación armónica de las razones y las emociones y se
caracteriza por el desarrollo de las capacidades de reflexión, argumentación lógica,
disposición al diálogo racional, buena voluntad práctica y aún de cierto grado de valentía,
para actuar conforme a las obligaciones dictadas por la conciencia. 9
Cuando este tipo de conocimiento se aplica a la forma en que debe llevarse a cabo la
práctica de una profesión, nos encontramos en los terrenos de la ética profesional.
El objetivo final de la ética es el cumplimiento de las obligaciones de los seres humanos para
consigo mismos, las cuales están inexorablemente ligadas a las obligaciones para con los
demás y con el medio ambiente.
No obstante, en la ética profesional los planteamientos teóricos suelen enfatizar los deberes
hacia otras personas y hacia la comunidad en general.
La Ética también ha sido definida como "un pensamiento filosófico de carácter práctico, ya
que se se interesa por mejorar nuestra vida mediante la realización de lo que es bueno" 10.
En éste sentido, la consecución de las obligaciones éticas orienta los actos humanos hacla la
felicidad, entendida como autorrealización y /o como la obtención de bienestar perdurable,
serenidad o armonía.
Los filósofos distinguen entre las siguientes subespecialidades de la ética:
4
Fagothey, Austin, Ética, Teoría y Aplicación. McGraw-Hill/Interamericaa de México, S.A. de C.V. 2001, p. 2
5
Popkin Richard H y Aurum Sroll, Filosofía, México, Compañía General de Ediciones, 1977.
6
Buss Mitchell, Helen. Raíces de la sabiduría, International Thomson Editores S.A. de C.V, 1998,. pp. 2-3
7
Cortina, Adela. Ética mínima. Editorial Tecnos S.A., Madrid, 1996, p..30
8
Sánchez Vázquez, Adolfo, Ética, Ed. Grijalvo S.A.de C.V., México, 1969 p. 22
9
Cortina, Adela, El quehacer ético. Guía para la educación moral, Grupo Santillana de Ediciones. S.A. España, 1996, p. 28
10
Escobar Valenzuela, Gustavo, Ética, McGraw-Hill Interamericana Editores S.A. de C.V., 2000. P. 22
1. Ética normativa o prescriptiva, encargada de desarrollar teorías para evaluar el bien o el
mal de las acciones humanas;
2. Meta-ética, que analiza lógicamente el significado y justificación de los principios o
teorías éticas o de los juicios éticos o morales.
3. Ética aplicada o práctica, usa las teorías para evaluar casos prácticos;
4. Ética descriptiva, estudia los estándares éticos de un grupo social o corriente de
pensamiento.
Para algunos filósofos,ésta última no puede considerarse parte de la ética (sino de la
sociología, la antropología o la psicología), ya que la ética tiene como objetivo "lo que debe
ser" y no "lo que es" ; el análisis de lo que los seres humanos deberían hacer y no la mera
descripción de lo que hacen.
INVITACIÓN A LA ÉTICA
El arte de decidir
A cada decisión le sigue un acto o una omisión; una a una nos van transformando paulatinamente
en lo que somos y constituyen el trazo de la vida que elegimos vivir. Así, fundamentalmente somos
lo que pensamos, lo que elegimos pensar y lo que elegimos hacer.
Por desgracia, salvo en situaciones extraordinarias, no nos percatamos de la importancia de elegir
correctamente y menos aún, de la necesidad de hacerlo a través de un análisis autónomo,
informado y racional, que esto y no otra cosa, es la elección ética. Cada día, tomamos numerosas
decisiones acerca de lo cotidiano y generalmente intrascendente. Pero la mayor parte de las
veces, tales decisiones no tienen una índole ética o así nos lo parece: la ropa que usamos, los
alimentos que decidimos consumir, las películas que pagamos por ver, el partido político que
apoyamos…
O acaso algunas veces sí la tienen, y no nos percatamos de ello?.
Tal vez cuando adquirimos el nuevo pantalón porque nos pareció una ganga, decidimos ignorar
que unos días antes habíamos visto un reportaje, acerca de cómo los fabricantes de ésta marca,
utilizan la mano de obra de niñas - prácticamente esclavizadas - en maquiladoras instaladas en
alguno de los países en “vías de desarrollo”.
Y ¿qué hay del filete que comimos al mediodía? ¿O el cereal del desayuno? ¿Sabemos en que
condiciones se sacrifica el ganado en el rastro local? O, más aún, ¿Nos hemos preguntado acerca
de los derechos de los animales? Y ¿que hay del resultado - a largo plazo - en nuestra salud. En
cuanto al cereal ¿Acaso no proviene de semillas transgénicas prohibidas en otros países por sus
posibles riesgos al medio ambiente?.
Bueno, pero ¿qué tienen que ver las películas? - ¿Violentas? - Bueno sí ¿pero eso que tiene que
ver con la ética? - O ¿tal vez estaríamos obligados a considerar que nuestro boleto de entrada al
11
Erich Fromm, El corazón del hombre, Citado por Fernando Savater en El valor de elegir.Editorial Ariel S.A., Barcelona 2004.
cine contribuye a financiar la industria cinematográfica dedicada a la violencia y que hemos
aportado nuestra cuota en el impacto negativo - ya demostrado - de la violencia fílmica y televisiva
sobre el desarrollo psico-afectivo de niños y jóvenes?
Finalmente, ¿nos preocupamos por saber cuál es la plataforma ideológica de nuestro partido
político y que valores involucra y sobre todo, cómo se traduce su proyecto de gobierno en el
combate a la pobreza, en la promoción de la equidad étnica, racial, religiosa, de género, en la
elaboración de las políticas de salud, demográficas y educativas, en las relaciones Iglesia-
Estado…etc.?
Ello podría ser la diferencia para que nosotros o nuestros hijos cursemos una carrera universitaria
o no, que podamos contar con un trabajo digno y seguro; que las mujeres y los integrantes de los
grupos étnicos minoritarios reciban iguales oportunidades de desarrollo que el resto de la
población; que las personas en pobreza extrema reciban los apoyos institucionales necesarios
para su subsistencia, educación y salud o, por último, que las personas de diferentes religiones y
posiciones ideológicas practiquen y expresen sus respectivas creencias sin restricciones, en un
ambiente de tolerancia y respeto.
En otras palabras: la ética sí es un asunto cotidiano y aunque ocasionalmente los dilemas son
evidentes o dramáticos, con mayor frecuencia son tan sutiles que nos resultan invisibles y su
importancia se nos escapa. Lo propio de los seres humanos es precisamente aprender a reconocer
la índole ética de ciertos asuntos, tomar decisiones y actuar en consecuencia.
Sin duda la vida es la suma de nuestras decisiones, pero una reflexión rápida nos permite
reconocer que nuestras decisiones no solo nos afectan en lo personal sino que repercuten de
formas diversas e inesperadas en las vidas de muchas personas y aún en la vida de las
generaciones futuras. Pese a lo que suele creerse desde una perspectiva centrada en los
supuestos intereses y prioridades personales, los actos de cada individuo van contribuyendo a
mejorar o deteriorar la trama social en la que se encuentra inserto.
Así, cada vez que nos preguntamos ¿que debo hacer? Eso trae aparejadas otras cuestiones como:
¿que clase de persona quiero ser? ¿en que tipo de sociedad quiero vivir? Y ¿que clase de mundo
quiero dejar a quienes vengan después de mi?
En el ejercicio de las profesiones del medio de la salud suelen mencionarse los grandes dilemas:
¿Es éticamente aceptable interrumpir un embarazo? ¿Existe tal cosa como “el derecho a morir”?
¿Existe un derecho a la eutanasia o al suicidio asistido? Al abordar los problemas éticos generados
por las nuevas tecnologías científicas, es frecuente que las preguntas nos sacudan.
En este contexto se ubican muchas de las complejas cuestiones abordadas por el polémico filósofo
Peter Singer, quien - en su estilo confrontativo característico - le da vuelcos a los planteamientos
reduccionistas y nos adentra en los vericuetos de la complejidad. Su enfoque particular se
evidencia cuando nos obliga a transitar por la lógica filosófica presentándonos una nueva faceta de
un asunto de por sí espinoso. Si actualmente se considera que un individuo muere cuando muere
su cerebro - nos dice - entonces ¿cuándo debe declararse la muerte de un individuo que nunca ha
tenido ni tendrá un cerebro, como ocurre en los casos de anencefalia?. Y en consecuencia
¿cuándo debe considerarse lícita la intervención médica para la obtención de órganos para
transplantes en tales situaciones? 12. Podemos estar o no de acuerdo con sus propuestas, pero sin
duda, Singer tiene éxito en hacernos ver la necesidad de "sacudirnos" y replantearnos muchas de
las "grandes preguntas" de la bioética contemporánea.
Pero la necesidad de "despertar" a las preguntas éticas, suele ser aún mayor en situaciones
profesionales cotidianas menos dramáticas pero mucho más frecuentes. Por ejemplo, en el
consultorio médico, puede ocurrir que los profesionales sanitarios no lleguen a formularse
cuestiones simples en apariencia, pero quizás centrales para los pacientes: ¿estoy acaso
prescribiendo un medicamento que está fuera de las posibilidades económicas de mi paciente?
¿están adecuadamente protegidas su intimidad y su dignidad? ¿he proporcionado información
adecuada y suficiente para que el paciente entienda su situación, estudie sus alternativas, decida
como proceder y colabore en el tratamiento?
En medicina la falta de entrenamiento para reconocer y abordar los problemas éticos suele llevar a
decisiones erróneas o inadecuadas; esto puede traducirse en consecuencias dolorosas para los
pacientes, mismas que ocasionalmente llegan a costar la reputación y aún el ejercicio profesional
del personal del equipo de salud. Pero más frecuentemente, la insensibilidad ética de los
profesionales de la salud se manifiesta de maneras más sutiles tales como el deterioro del nivel de
calidad de la atención, el dispendio de los recursos sanitarios, o sobre todo, el descontento de los
pacientes. En el panorama general de la opinión pública, éste último tipo de fallas propias de la
llamada "deshumanización" de la práctica médica son las que estan generando una profunda
desconfianza hacia la profesión.
Sin duda, nuestras decisiones nos afectan y pueden afectar a otras personas, algunas veces
cercanas y otras veces distantes y desconocidas. Más aún, si nuestras elecciones resultan
equivocadas, las acciones consecutivas pueden llevarnos a la frustración, la infelicidad e inclusive
a la desesperanza. Porque los seres humanos vivimos nuestra vida socialmente interconectados,
de tal forma que aún las decisiones que conciernen a personas lejanas, pueden afectar a cada uno
de nosotros de maneras impredecibles, ya se trate del ámbito profesional como del personal.
Nunca, como en la presente “aldea global”, fue más cierto el aforismo: “Ningún hombre es una
isla”. El consumo de drogas prohibidas puede aumentar la corrupción en nuestra comunidad y
generar un episodio de violencia frente a nuestra casa. El protocolo de investigación de una
compañía farmacológica transnacional podría beneficiar a muchos de nuestros pacientes sin
recursos o arruinar su salud irremediablemente. La tala desmedida de árboles permite el
desarrollo de nuevas áreas residenciales, pero por otra parte, afecta el medio ambiente y la salud
de toda la población.
Así, puesto que las equivocaciones - importantes o leves, personales o profesionales, privadas o
públicas - nos imponen un costo personal, debemos asegurarnos que las decisiones sean
autónomas, es decir propias y libres y que constituyan el producto de la reflexión inteligente e
informada y por supuesto que sepamos defenderlas.
Podemos pretender que la ética es algo opcional pero irónicamente, aún si decidimos no decidir,
ya estamos eligiendo: escogemos dejar las cosas al azar, y los errores inherentes a esa deficiencia
en los juicios, se harán evidentes tarde o temprano y terminarán por pasarnos su factura.
12
Singer, Peter. Repensar la vida y la muerte. El derrumbe de la ética tradicional, Paidós Ibérica S.A., Barcelona 1977, p.31
Es evidente que - paradojicamente - no tenemos otra posibilidad de elección sino la ética. O como
dijera Sartre, desde la filosofía existencialista: "Estamos condenados a ser libres". 13 Somos libres
para elegir, hasta donde comienza el ámbito de la libertad de los demás.
En su origen griego, axios, implica "ser merecedor, ser digno, o aquello que posee valor".
Como derivada del latín valor (del verbo valere), significa "estar vigoroso o sano, o ser más
fuerte".
a axiología es la disciplina que estudia lo relativo a los valores Por desgracia, el tema de "los
valores" se ha trivializado en tiempos recientes y con ello, en lugar de procurar su apreciación y
cultivo, ha degenerado en moralina hueca.
Aunque se trata de un asunto bastante complejo, para propósitos de nuestro trabajo,
consideraremos como un valor a "aquello que es percibido como un bien y que es preferido a
otros bienes". Así: "Un valor es una creencia perdurable de que un modo específico de
comportamiento es personal y socialmente preferible a un modo opuesto de
comportamiento".15.
"Un sistema de valores es una organización permanente de creencias respecto de modos
preferibles de comportamiento, a lo largo de una escala que establece la importancia relativa
de cada uno". Por consecuencia, los valores son un factor fundamental en el establecimiento
de ideologías y culturas.16
Al tomar decisiones de tipo ético, entre varias conductas posibles, se elige aquella que nos
parece más valiosa. En este sentido: "Toda acción concreta debe entenderse como la
elaboración de un compromiso entre la motivación, las condiciones de la situación, los medios
disponibles y los objetivos interpretados en términos de valores" 17.
Para algunos, la preferencia puede basarse en que las consecuencias previsibles de la acción,
procurarán una situación más placentera, más justa o más digna, por ejemplo. O bien, otros
elegirirán una determinada conducta porque se presenta como la forma honorable o correcta
de proceder, a la manera de un deber que debe cumplirse.
Estos razonamientos entrañan la priorización de valores como bondad, altruismo, justicia,
utilidad, placer, dignidad, etc.. Por ende, el discernimiento ético es necesariamente axiológico.
De esta manera, los sistemas de valores "estructuran una visión del mundo y dan sentido a los
13
Sartre, J.P. El existencialismo es un humanismo, Barcelona, Edhasa, 2000.
14
Maza Pereda, Antonio y col. Op. cit.
15
Maza Pereda, Antonio y col. ¿Hacia donde vamos? Fundación México Unido A.C. Editorial Diana, S.A. de C.V., México, 2004. P. 1 -
18
16
Rokeach, Milton, The Nature of Human Values, Nueva York-Londres, The Free Press-McMillan, 1973, en Ana Hirsh Adler: México
Valores Nacionales. Ed. Gernika S.A., México, 1998, pp. 16-17
17
Cfr. Clyde Kluckhon, "Values and Value-Orientations in the Theory of Action", en Talcott Parsons and Edward Shils, Toward a
General Theory of Action, Cambridge, Mass.:Harvard University Press, 1951, pp. 388-433; p. 395.
proyectos de vida".18. Los valores éticos, son los valores del ser humano como persona, su
"segunda naturaleza", ya que son los que le permiten significarse plenamente en términos de
humanidad 19.
Desde luego, que los gremios profesionales como la Medicina, cultivan un sistema de valores
(y una jerarquía de valores), particularmente importantes para el cumplimiento de su función
social.
La reflexión filosófica y por tanto la ética, se caracterizan por un enfoque racional que involucra la
aplicación de la lógica de manera sistemática: es indispensable ofrecer argumentos que demuestren
o rechacen la verdad de un planteamiento.
Para construir los argumentos se requiere de una metodología especializada, como ocurre en toda
disciplina. Así, cuando nos preguntamos acerca de la bondad o maldad, conveniencia o
inconveniencia de una determinada acción, la metodología de la ética nos exige:
De igual forma, el análisis filosófico nos permite distinguir los argumentos válidos de los falaces, es
decir de aquellos que en principio parecen convincentes pero que al examinarse lógicamente,
resultan insostenibles o inclusive absurdos.
De lo anterior se desprende que el aprendizaje del razonamiento ético no solo nos prepara para
tomar decisiones más inteligentes respecto a las acciones en la vida personal o la práctica
profesional, sino que además nos aproxima al pensamiento crítico, indispensable para la
investigación tanto en el área de las humanidades como en las ciencias de la salud.
Podemos definir a la moral como un fenómeno social heterónomo, es decir, impuesto a los
individuos desde fuera, por su grupo familiar, social, religioso, de gobierno, etc.. Por lo tanto es de
tipo autoritario, restrictivo, cambiante a través del tiempo y de las culturas, y con frecuencia posee
un fundamento religioso dogmático. La razón de ser del deber moral, es el establecimiento de la
18
Cfr. Clyde Kluckholn: Values and Value-Orientations in the Theory of Action, en Parsons y Shils, Towards a General Theory of
Action, Cambridge, Harvard University Press, 1952 (Alduncin, 1989).
19
Juliana González. Valores éticos y valores humanos (en torno a la ontología del valor). En : Los Valores Humanos en México, Coord.
Juliana González y Josu Landa., Siglo XXI Editores S.A. de C.V., México, 2001. P.40.
20
Sánchez Vázquez, Adolfo, op.cit.
obligación de realizar actos cuyo cumplimiento se considera útil para los individuos y para la
comunidad respectiva.21
Por otra parte, aunque la ética también involucra normas de conducta, se trata de valores o
principios elegidos de manera individual y libre a partir de un proceso de reflexión y análisis
personal: ¿Porqué debo actuar así? ¿Cuál es la mejor manera de actuar? ¿Cómo debo de vivir?.
La ética exige el cuestionamiento de las normas morales y la reflexión acerca de ellas; por
ello se dice que es el pensamiento filosófico acerca de la moral.
La ética y las acciones éticas, llevan implícito el reto de enfrentar a la moral y demandan la
fortaleza de carácter para cuestionarla o aún para romper con ella, cuando el compromiso con la
propia conciencia nos llama a hacerlo para evitar el mal. La moral entraña la comodidad y la
seguridad del rebaño, nos hace sentir en casa…pero no lo es; solo la ética nos permite ser
auténticos y fieles a nosotros mismos y a aquello que consideramos valioso; es nuestro verdadero
refugio, nuestro hogar, o como señala la etimología homérica "nuestra guarida".
A pesar de tener una tradición histórica milenaria, diversas corrientes de pensamiento y un riguroso
marco teórico, la ética es por definición un ejercicio individual autónomo, producto de un proceso
mental interno. Conforme a este proceso individual, diferentes filósofos han alcanzado o
desarrollado visiones particulares de la ética, por lo que suele hablarse de ética aristotélica
(Aristóteles), ética tomista (Sto. Tomás), ética kantiana (Immanuel Kant), ética utilitarista (Bentham
y Mill), etc.
Entre estas corrientes de pensamiento, conviene destacar por su impacto en el ámbito de las
ciencias y las profesiones contemporáneas, a la Bioética. El creador de la palabra bioética , Van
Rensselar Potter, dio este nombre a una nueva forma de humanismo científico para el ejercicio
ético de la investigación, las prácticas profesionales, las políticas sanitarias y la protección del
medio ambiente, a partir de las ciencias de la vida. Potter pretendía establecer el marco para una
ética global y secular, aplicable en todo el mundo. Sin embargo, como sucede con toda corriente
de pensamiento filosófico, la bioética también se ha diversificado y comprende diferentes visiones,
incluyendo algunas religiosas.
Es pertinente señalar aquí, que existe un gran número de publicaciones en todos los medios, que
se presentan con el título de Ética o Bioética y que en realidad presentan una visión moral,
biomoral o teológica. No se pretende negar aquí el valor que pueden tener estas contribuciones,
pero como ya se ha explicado, debemos ser capaces de reconocer la diferencia, porque ésta tiene
importancia no solo en términos de claridad académica, sino que puede tener impacto en materia
de ideologías, partidos políticos y legislación para las políticas públicas y por tanto incidir en la vida
de cada uno de nosotros.
21
Ibarra Barrón, Carlos. Elementos fundamentales de ética. México, Alhambra Mexicana, 1996. p.41.
22
Rivero Weber, Paulina, op.cit. p. 48
23
En congruencia a su pensamiento, Sócrates, acusado de corromper a los jóvenes por enseñarles a pensar y cuestionar, pero también a
obedecer las leyes de Atenas, prefirió beber de la copa de cicuta cumpliendo su sentencia de muerte que tomar la alternativa de escapar.
Puede concluirse que "en la diferencia entre la moral y la ética se juega una concepción del bien y
del mal y una forma de habitar en el mundo y de valorar las capacidades más propiamente
humanas, tales como el pensamiento crítico y la libertad". 24
La moral pide seguidores y la ética pensadores.; la moral nos limita, la ética nos libera.
Más que una forma de actuar, la ética es un modo de vivir y de enfrentar los dilemas que pueblan
la existencia de todo ser humano. Cada vez que nos preguntamos - ¿que decisión debo
tomar? o ¿que debo hacer? - está implícita la pregunta ¿quién quiero ser?
Por todo esto, es que la ética representa la estética de lo interno en cada ser humano: la bondad,
el buen vivir, es belleza. Al tomar conciencia de nuestra posibilidad de elección, asumimos nuestro
poder para expresar nuestras creencias, definiéndonos “a nosotros mismos y nuestro papel en la
vida”.26
Lo importante, nos dice Miguel de Unamuno, no es lo que eres, lo cardinal es lo que quieres ser.27
La ética es el camino para llegar a ser eso que deseamos.
La libertad de elección propia de la ética es a la vez un privilegio y una fuerte carga, propia de la
edad adulta y esto aplica en el nivel personal como el social. Se requiere la madurez de una
persona, de una comunidad o de una nación para alcanzar la capacidad de poner de lado la
seguridad de los dogmas – las verdades incuestionables – y asumir la reflexión ética, con la
responsabilidad inherente de actuar conforme a principios adoptados por el peso de la convicción
propia
En tiempos pasados, eran excepcionales las personas que podían permitirse “el lujo” del juicio
ético. Prevalecían los regímenes totalitarios, autoritarios o fundamentalistas que restringían todo
tipo de libertades individuales. Aunque la tentación de los integrismos sigue vigente (y en
ocasiones pareciera recorrer el mundo, como es el caso de los fundamentalismos religiosos),
podría decirse que una buena parte de la humanidad tiene actualmente acceso a las libertades que
posibilitan la reflexión ética. Más aún, en las circunstancias mundiales prevalentes, la ética ya no
es un lujo sino un requisito indispensable para la supervivencia planetaria. Ya lo dijo ominosamente
Gilles Lipovevsky: “el nuevo siglo será ético…o no será” 28. Rensselaer Potter tenía en mente la
24
. Op. cit. p. 46
25
Francesco Alberoni, Valores, Editorial GEDISA S.A., Barcelona, 1998, p.35
26
Carolyn Myss, “La Medicina de la Energía”, Ed. B.S.A. para Javier Vergara, España 1997, p.115
27
Citado por Fernando Savater, en La ética como amor propio p. 325
28“…no hay más utopía que la moral,
Gilles Lipovetsky
misma preocupación cuando escribió el título de su artículo seminal: “La bioética: puente hacia la
supervivencia”.
En los pueblos democráticos del mundo actual – la “aldea global” de acuerdo a la conocida
descripción de Marshall McLuhan - las diferencias de todo tipo son la constante y las instituciones
vigilan ahora para garantizar su libre ejercicio. La pluralidad de las sociedades contemporáneas,
entraña necesariamente una gran diversidad moral que es impulsada y potenciada por la
globalización; vivimos ahora en grupos de “extraños morales”. Una familia católica puede tener
como vecinos a practicantes judíos, protestantes, budistas, islámicos o ateos.
Por lo anterior, en la vida pública, los dogmas son inaceptables, dado el enorme grado de
heterogeneidad social. Más aún, cualquier intento de imponer un dogma – sea éste religioso o
secular – pone en riesgo la coexistencia pacífica de los ciudadanos globales. Las numerosas
guerras religiosas no dejan duda al respecto. En los tiempos que corren, cada ser humano debe
participar en la construcción de un entorno de tolerancia a partir del ejercicio de la razón ética.
Paradójicamente, uno de los principales peligros para la ética y para las sociedades posmodernas
es la renuncia - voluntaria y masiva -de hombres y mujeres a su individualidad soberana y la
cesión de sus conciencias individuales a un gran ente colectivo y amoral "la masa anónima", que
atraviesa todas las clases sociales, configurando una tribu renuente a la reflexión, a la
responsabilidad del libre albedrío, y que actúa casi de manera primitiva, fuertemente condicionada
por los medios de comunicación y sus mensajes30.
Algunas veces pudiera parecer que la ética nos exige tanto como abandonar la seguridad de la
tierra firme para empezar a caminar sobre una cuerda floja, en donde cada paso adelante debe ser
muy bien pensado y calculado. En buena medida eso es cierto..pero eso también implica
colocarse en "esa cuerda" por encima de la mayoría que siguen tranquilamente…¿o deberíamos
decir irreflexivamente…ignorantemente?… allá abajo. Y una vez que se aprende a caminar
calculando inteligentemente los riesgos es posible utilizar plenamente la libertad y alcanzar alturas
que no hubiérmanos imaginado.
No obstante, en la actualidad, preocupa pensar que el control totalitario de las conciencias - que
no lograron Hitler, Mussolini, Stalin - …¿lo aceptará tal vez la sociedad posmoderna teledirigida por
vía del "Hermano Mayor", el omnipresente "Big Brother"?
Todo indica que que pese a todo, la gente se siente libre y con frecuencia PREFIERE CREER
QUE SI DECIDE.
¿Tenía razón George Orwell y su advertencia - visionaria y oportuna - acerca de los riesgos del
control mediático solo ha servido para darle nombre a un exitoso reality show? ¿Repetiremos bajo
29
Sartori, Giovanni, Homo Videns: La sociedad teledirigida, Taurus Ediciones S.A. Grupo Santillana, México, 2003
30
Vargas Llosa, Mario, Rescate liberal de Ortega y Gasset, en Letras Libres, julio 2006, p.p 18-24
el dictado del Ministerio de la Verdad - de los medios, de los gobiernos, de los corporativos, que.:
"La guerra es la paz. La libertad es la esclavitud. La ignorancia es la fuerza"? 31
Los medios masivos de comunicación, frecuentemente aliados con los grupos de poder económico
y religioso siguen utilizando exitosamente – ahora bajo nuevas y llamativas modalidades – el viejo
aforismo: “Al pueblo, pan y circo”…y por desgracia, inclusive con frecuencia, falta el pan.
Al menos muchos parecen creer que PENSAR, REFLEXIONAR, ANALIZAR Y DECIDIR ACERCA
DE LO MEJOR, POR NOSOTROS MISMOS, es algo pasado de moda…y una pérdida de tiempo.
..MEJOR QUE NOS DIGAN QUE HACER …Y YA ESTÁ… eso, sin duda, es una enorme pena,
porque representa el desperdicio de millones de años de avance evolutivo, la involución del homo
sapiens, a homo videns y casi a homo habilis y homo erectus: un primate más…o menos. La
libertad sin conciencia sintiente y pensante es una pérdida de las potencialidades de riqueza vital
propiamente humana; o como sintetizara lúcidamente Norbert Bilbeny: es la "Idiotez moral".32
Desde una perspectiva humanista, la ética puede definirse como la disciplina práctica que orienta
racionalmente la elaboración de juicios acerca de la bondad o maldad, conveniencia o
inconveniencia de las acciones individuales.
La ética no prescribe reglas, dogmas o códigos inmutables impuestos por una autoridad; por lo
tanto, no debe identificarse a la ética con la religión (que es dogmática). Los códigos éticos
obtenidos por análisis y consenso, siempre están sujetos al escrutinio y la posibilidad de
modificación bajo el peso de los mejores argumentos.Tampoco debe confundirse con el
derecho, toda vez que generalmente éste se reduce a la expresión de las normas morales
mínimas para la convivencia en sociedad y en muchas ocasiones la ley llega a reglamentar el
ejercicio de acciones no éticas.
La ética es, o puede ser normativa solo de manera indirecta, en cuanto posibilita la toma de
conciencia acerca de las directrices que deben orientar la conducta individual, convirtiéndose
así, en un factor determinante de las acciones. 33
Finalmente es importante distinguir a la ética de la moral. Mientras que la ética representa una
elaboración estrictamente personal, la moral en cambio, es el conjunto de normas establecidas
por un grupo particular, una sociedad o una religión, a partir de lo que los integrantes de esa
comunidad aceptan (ineludiblemente), como deseable o apropiado. La moral no
necesariamente implica "lo bueno", sino solamente "lo aceptado".
31
Orwell, George, 1984, Salvat editores, S.A. 1970.
32
Bilbeny Norbert, El idiota moral: La banalidad del mal en el siglo XX, Ed. Anagrama, 1993
33
García Máynes, Eduardo, Ética, México, Ed. Porrúa, 1960, pp. 18-19
Introducción a la metodología ética
Los actos humanos comprenden toda la gama de actividades necesarias para la vida, el trabajo,
las relaciones, etc. Esto incluye las funciones corporales: respirar, comer, dormir; los
comportamientos relativos a la vida cotidiana. Un tipo particular de los actos humanos son los actos
éticos .
Estos últimos se caracterizan por ser producto de una actividad consciente y voluntaria que supone
la participación libre del sujeto34. En consecuencia, para que un acto sea de tipo ético debe ser
ejecutado por un individuo responsable, es decir, por alguien que es consciente de las
circunstancias y las consecuencias del acto y que además lo lleva a cabo en completa libertad,
sin ningún tipo de coerción.
Ejercer las potencialidades éticas y morales requiere haber alcanzado un desarrollo mental
adecuado, contar con estructuras lógicas mínimas y aptitudes de introspección además de poseer
un bagaje informativo amplio. Por ello, no suele alcanzarse el desarrollo moral pleno, sino hasta
después de los 20 años de edad.
Los actos éticos tienen una estructura particular, es decir se construyen en varias fases y tienen
varios aspectos constantes:
La motivación es aquello que nos impulsa a actuar o perseguir determinado fin” 35. Este impulso
tiene elementos conscientes o voluntarios, y elementos inconscientes; de diferentes formas
influyen la formación familiar y social, los mensajes publicitarios, la propaganda política y religiosa,
los consejos de las amistades y en general, los condicionamientos biológicos así como los
psicológicos de las vivencias previas. Los sociobiologistas llevan la importancia de las influencias
biológicas al extremo de afirmar que somos rehenes de nuestros genes, lo que significa que todos
nuestros actos – aún los altruistas - se orientan hacia el propósito final de permitir que los genes
sobrevivan de generación en generación. Por otra parte, para Freud, la influencia de los
condicionamientos psicológicos tempranos es tan decisiva en la vida de los seres humanos, que
nuestra infancia se convierte en nuestro destino.
Por su parte, Ortega y Gasset decía: “Yo soy yo, más mi circunstancia”, para enfatizar que los
seres humanos estamos inmersos en el mundo y que la porción del mundo en que nos
desenvolvemos moldea nuestra existencia. De la misma manera, cuando tomamos decisiones,
éstas no se dan en el vacío sino dentro de la trama de nuestras experiencias y emociones.
Por difícil que parezca, el elemento clave para las cuestiones éticas es que las circunstancias -
biológicas o ambientales - nos condicionan muy fuertemente, pero no nos determinan.
Evidentemente, no podemos elegir nuestros genes, nuestra historia personal y familiar, ni muchas
de las cosas que experimentamos día a día, pero si podemos esforzarnos en reconocer su peso e
influencia con la mayor honestidad y a partir de eso, elegir la actitud con que hemos de
enfrentarlas. No obstante todos sus condicionantes, lo propio de la naturaleza humana es su
34
Guadalupe Varela Fregoso: Etica, Instituto Politécnico Nacional, 1995, p75
35
Adolfo Sánchez Vázquez. Etica,Ed. Grijalvo, 1974, pp. 60-64
voluntad necesaria y libre36. Eso es lo que nos separa del resto de los animales, totalmente
determinados.
Existe un margen, quizás muy pequeño, en el que somos libres y ésta pequeña y frágil libertad es
el espacio de acción de la decisión ética y de la condición humana. De hecho, la ética es el
descubrimiento de la libertad y el valor de asumirla. 37 Ciertamente, no se puede tratar de vivir
éticamente y ser débil; porque la ética entraña la fortaleza de la libertad y la aspiración a la
excelencia humana.
En “El hombre en busca de sentido”, Víctor E. Frankl ejemplifica el valor de la libertad interior
como expresión última de la condición humana: “Los que estuvimos en un campo de concentración
recordamos a los hombres que iban de barracón en barracón consolando a lo demás, dándoles el
último trozo de pan que les quedaba. Puede que fueran pocos en número pero ofrecían pruebas
suficientes de que al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa, la última de las libertades
humanas, la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su
propio camino”.
Así, un acto aparentemente altruista puede ser llevado a cabo por la fuerza de emociones
incontenibles (ira o celos) o de rasgos negativos inconscientes (afán de notoriedad o soberbia), lo
cual anula la pretensión ética de la acción. Algunas veces podemos engañarnos al respecto, pero
quien esté empeñado en la construcción de un proyecto ético de vida, debe empeñarse en analizar
y reconocer sus motivaciones auténticas.
De lo anterior se desprende que, un acto mal intencionado que produce resultados benéficos,
sigue siendo éticamente malo, mientras que un acto bien intencionado que ocasiona daños, es
esencialmente bueno. Desde luego, que se trata de un problema sumamente complicado, puesto
que hace evidente la necesidad del análisis ético de la intención, para cerciorarse de la bondad o
maldad del acto que se le sigue: ¿qué es lo que me mueve hacia ésta acción? ¿cuáles son mis
deseos o propósitos finales?
El valor de la intencionalidad posibilita acciones en las que podemos anticipar una mezcla de
resultados buenos y malos, si la motivación es la realización del bien y si el efecto bueno es el que
predomina. En medicina, un ejemplo clásico de procuración del bien, es la amputación de un
miembro irremediablemente dañado para salvar la vida del paciente.
Por el contrario, cuando la motivación es contraria al principio moral que se pretende cumplir con
una acción u omisión, la bondad del acto queda anulada. Si por ejemplo, una pareja considera que
sus relaciones sexuales deben "estar siempre abiertas a la posibilidad de la procreación", pero se
abstiene deliberadamente de tener relaciones en la parte fértil del ciclo femenino para evitar un
embarazo, la intencionalidad que se evidencia es contraria al principio supuestamente defendido.
Evidentemente, la bondad de las acciones desde la perspectiva ética, es un asunto mucho más
complejo que desde la visión moral.
36
González, Juliana. Ética y libertad. Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1997, pp.19-23
37
Savater, Fernando. Invitación a la ética. Editorial Anagrama S.A., 1995, p. 58-61
38
Savater, Fernando: El valor de elegir. Editorial Ariel, S.A. Barcelona, 2004, p. 47
Otro componente de los actos éticos, que se destaca en los ejemplos anteriores es la conciencia
del fin que se persigue, es decir de las consecuencias previsibles de los actos. Cuando un cirujano
analiza la posibilidad de amputar un miembro a un paciente, considera sin duda el daño que le
significará al paciente en caso de efectuar la amputación, así como la posibilidad del agravamiento
o la muerte en caso de no hacerlo. El fin perseguido es, o debe ser, el mayor beneficio del
paciente: salvarle la vida.
La siguiente fase implica la elección y utilización de determinados medios para alcanzar el fin
elegido. Conviene destacar desde este momento, que el acto ético no puede valorarse como tal a
partir de las motivaciones o intenciones, o por la conciencia de las consecuencias previsibles,
exclusivamente; el acto ético debe procurar también la elección de los medios justos.
Evidentemente que los medios deben ser adecuados al fin perseguido; el planteamiento de
Maquiavelo de que “el fin justifica los medios” es citado en muchas ocasiones para tratar de
defender acciones indefendibles. Conforme a este razonamiento resultaría lícito todo tipo de actos,
incluyendo el terrorismo, la tortura, la aniquilación de las libertades ciudadanas, la pena de muerte,
o el genocidio. Los argumentos usados como justificación son generalmente "la defensa de la
seguridad ciudadana, de la comunidad, de la nación o del planeta" "la defensa de la democracia",
"la defensa de una cultura de la vida", etc.
Bajo los anteriores argumentos, los "otros" seres humanos dejan de serlo y se convierten en "el
enemigo" y para eliminar a este enemigo deshumanizado mediante el discurso todos los medios se
consideran válidos. En aras de la supervivencia, en un mundo como el que nos toca vivir, es cada
vez más obvio que lo contrario es lo único aceptable: el buen fin debe procurarse por medios
igualmente buenos. Los medios malos, conducen al mal en todas sus formas: al terror, a la
violencia, a la guerra y a la muerte. La dignidad y la libertad humana, no admiten excepciones.
Esta representa la culminación de la acción ética Es importante verificar desde el inicio del
proceso, que la acción planeada realmente sea capaz de alcanzar el objetivo; porque puede ocurrir
que las mejores intenciones se vean frustradas por una elección inadecuada del acto en relación al
propósito. Por ejemplo, en la práctica médica es frecuente que la intención del servicio del médico
no sea del todo exitosa por no haber verificado la perspectiva del paciente respecto a sus propias
necesidades; muchas veces, aquello que consideramos deseable o valioso para nosotros mismos,
no lo es para otras personas.
"En suma: el acto moral es una totalidad o unidad indisoluble de diversos aspectos o elementos:
motivo, fin, medios, resultados y consecuencias objetivas". 39
Contar con el bagaje necesario de conocimientos de teoría ética es indispensable para realizar el
análisis de un problema. Los fundamentos de toría ética y bioética que se proporcionarán más
adelante, no tienen la intención y profundidad para convertir al lector en un experto en la
especialidad, si no solo de equiparle con los recursos básicos para solucionar los problemas de las
especialidades correspondientes a las ciencias de la salud.
Del mismo modo que en la clínica médica es necesario utilizar los instrumentos adecuados para
llevar a cabo una valoración – un esfingomanómetro para medir la presión arterial- en ética, para
elaborar juicios y tomar decisiones es necesario usar los parámetros o principios correctos.
39
Ibidem
De ésta manera, si se afirma que el aborto es un acto éticamente malo, porque se falta al principio
de justicia social, obviamente se está citando un principio éticamente valioso, pero cuya aplicación
está fuera de lugar. Esto es equiparable a decir que un paciente padece hipertensión arterial y
pretender demostrarlo por medio de una biometría hemática; el “diagnóstico” carecerá totalmente
de validez.
Igualmente importante es saber utilizar correctamente los principios teóricos. Siguiendo el símil
anterior, si se pretende tomar la presión arterial de un paciente, no basta contar con un
manómetro; también hay que saber usarlo. De otra manera, la valoración será muy probablemente,
errónea. En el caso del aborto, si se argumenta que es un acto éticamente malo porque atenta
contra el derecho a la vida, pero se falla en explicar si es que ese principio aplica o como aplica
ese derecho al embrión o al feto, el argumento que pudo ser útil se invalida.
Por último, pero igualmente importante, los principios éticos deben aplicarse congruentemente , es
decir siempre de la misma manera o con la misma orientación. Volviendo a la comparación de la
presión arterial, si para diagnosticar a una persona como hipertensa se utiliza el parámetro de 140
mm/Hg, pero en otra ocasión se decide que ese valor no es signo de hipertensión, por lo menos
una de las dos decisiones está equivocada. De la misma manera, si una persona utiliza el
argumento de que el aborto es malo porque priva de la vida a un ser humano y más adelante, para
defender la pena de muerte argumenta que matar a un asesino no es malo, está fallando en la
consistencia o congruencia de sus principios.
Los argumentos
La argumentación es el proceso por el cual se trata de demostrar que una determinada propuesta
ética es buena, correcta o adecuada, o que otra no lo es.
Cabe aquí una aclaración importante: la argumentación ética auténtica es aquella en la que
argumentamos para analizar la verdad o falsedad de una determinada afirmación. Esto implica
poner a prueba la hipótesis, sin apasionamientos y con rigor. En cambio, con mucha frecuencia, las
personas argumentan convencidas de que tienen la razón en relación a una cierta propuesta, sin
haberla analizado previamente o peor aún, después de haber actuado irreflexivamente, tratando de
convencer o convencerse de que hicieron lo correcto. 40
La incapacidad para poner a prueba las propias convicciones, de manera abierta y honesta, implica
un grado variable de rigidez, dogmatismo o aún de fundamentalismo o fanatismo. Conviene tener
en mente que la falta de disposición para reflexionar, analizar y modificar los puntos de vista
propios, o de afianzarlos mediante la razón, es señal de inmadurez o de poca inteligencia. Por
desgracia es, una condición que incapacita a las personas para aprender de las experiencias,
crecer, desarrollarse o evitar el anquilosamiento mental y espiritual. Ésto reafirma la importancia
de ejercitarse en el proceso de elaboración y análisis de argumentos.
Para que un argumento ético sea aceptable, "debe estar claramente formulado, aparecer por si
mismo evidente después de la reflexión y análisis, ser coherente con otras proposiciones morales
conocidas y ser reconocido por otros expertos como correcto". 41
La elaboración de propuestas éticas debe cumplir con una serie de consideraciones:
Para ser aceptable un discurso ético, debe estar planteado en forma de argumentos
adecuados, lógicos y congruentes. “Los argumentos son una serie conectada de afirmaciones
que constituyen la evidencia (o las premisas) para demostrar una afirmación central que es la
hipótesis que se trata de probar y que al terminar la presentación se convierte en la conclusión.
40
Rodríguez Lozano, V. Frade Perdomo P., Albelo Martin L. Ma. , Ética, Addison Wesley Longman de México, S.A. de C.V., Máexico,
1998. P. 44-46
41
Sidgwick, Henry, The Methods of Ethics, 7a ed. Londres: Macmillan, 1907. Pp. 338-342 citado por Engelhardt H. Tristram, Los
fundamentos de la bioétixa, Editorial Paidós Ibérica S.A., 1995. P. 62
Hay dos tipos básicos de argumentos: deductivos e inductivos.
Cuando se defiende una hipótesis en ética, el autor debe comparar o contrastar sus
argumentos con los de aquellos que sustentan otros puntos de vista. Debe demostrar la
falsedad o incongruencia de las premisas aducidas por los contrarios o bien reconocer que su
hipótesis es falsa.
Los autores suelen presentar casos representativos como ejemplos de sus hipótesis. 42
Las falacias
En la argumentación ética es posible incurrir en errores que pasan inadvertidos para la mayoría
de las personas o que inclusive pueden parecer muy persuasivos, pero que cuando se
examinan con la metodología de la lógica se revelan como argumentos insostenibles; éstos se
conocen como falacias.
A partir de Aristóteles, las falacias se clasifican en tres categorías: 1) materiales, cuando los
datos son mal interpretados, 2) falacias verbales, cuando hay un uso impropio de las palabras
y 3) lógicas o formales, cuando hay un error en el proceso de inferencia.
La argumentación falaz suele hacer uso de una serie de recursos inapropiados tales como
intentos de manipulación psicológica, que incluyen amenazas veladas, llamadas emocionales -
al patriotismo, a la moralidad - adulación, relaciones de causalidad erróneas, imprecisiones en
el lenguaje, etc.
Debido a que las falacias son recurrentes en la argumentación y en los debates sobre temas
polémicos, como los que se discuten en la medicina actual, así como en la política y en la
religión, se incluye en seguida un listado de las más frecuentes. Conviene tenerlas en mente
tanto para evitar caer en ellas como para ser capaces de reconocerlas cuando se nos
presentan.
FALACIAS FRECUENTES
42
Hugh La Follete: Ethics in Practice, Blackwell Publishers, 1997, pp. 12-13
razonamiento; 2) Premisa Mayor, que debe ser congruente con el objeto de estudio que le da
vida; 3) Premisa Menor, que debe ser congruente con la mayor; 4) Argumentación, con la que
se explica el proceso de verificación o cómo se estableció una relación armónica y congruente
entre la premisa menor, la mayor y el objeto de referencia que dio vida al silogismo
(razonamiento) y 5) conclusión.
Los escolásticos y sus replicadores de ahora, omitían referirse al objeto (1), que es el referente
con el que se construyó la Premisa Mayor, porque en la edad media (y también ahora), no
sentían la necesidad de demostrar nada. obligaban y siguen obligando a la gente a tener fé en
lo que no se puede demostrar (la existencia de un dios, por ejemplo), de allí que partían de la
“Premisa Mayor”, sin haber demostrado la validez de su origen y se limitaban a darle y le
siguen dando un valor dogmático, haciendo énfasis en la argumentación, con lo que
sofísticamente hacían ver como “verdadero” lo que no lo era. La “disciplina”, encargada de
impartir esa “habilidad”, era la Retórica, una de las clases que junto con la jurisprudencia y
teología se llevaban.
Falacia “legaloide”
Falso: La ley está construída o es un prontuario de mínimos valores éticos, ya que sería
imposible legislar sobre todos los supuestos de una vida
Se produce cuando se pretende aplicar a la generalidad, una cualidad que solo se presenta
accidentalmente o que no se presenta en todos los casos; se trata de convertir en regla
general lo que es solo una excepción o algo que no ocurre siempre.
Ejemplos:
Esta afirmación deja fuera la posibilidad de matar en defensa propia, lo cual es aceptado
ética y legalmente
En realidad matar, asesinar o quitar la vida a una persona “en defensa propia”, sigue
siendo malo, lo que ocurre es que se invoca a esa atenuante (la de defensa propia), misma
que se tiene que demostrar ante un Agente del Ministerio Público, un Juez y en su caso,
también ante los Tribunales Colegiados.
Falacia de exclusión
Ejemplo:
Omitir la información que resulta de una investigación para que “cuadre” con la hipótesis y
esta pueda ser validada.
Falsa analogía
Ejemplo:
Los urcielagos vuelan. Las aves vuelan. Los murciélagos son aves
Ejemplos:
Ese candidato “es un peligro para México”, en lugar de demostrar que sus propuestas son
inadecuadas o peligrosas. Se demerita a alguien con insultos o adjetivos, en lugar de
analizar racionalmente sus evidencias y argumentos.
Las personas suelen cometer esta falla por la tendencia a creer que si alguien es
destacado o reconocido por sus logros o autoridad en una cosa (ciencia, técnica o arte,
política, religión, Etc),lo será también en otra cosa, incluídas las apreciaciones éticas o
morales sobre algo que en realidad desconoce.
Ejemplo:
Si lo dice el Papa, o birn el Presidente, la clonación es mala, , “por algo es Papa o
Presidente (“sabe mucho”). Sobre esto hay que decir que en cientos de años ha sido
dogma de fe, la “infalibilidad del Papa” Otro dicho”, es el siguiente:”Si lo dice el jefe es
que así es, porque el jefe nunca se equivoca, …y si se equivoca, vuelve a mandar”
Falacia ad populum
“Si lo dice mucha gente, es que es verdad”. El que muchas personas crean que algo es
cierto, no lo convierte en verdad, o en éticamente correcto. Muchas veces en la
historia, "verdades" largamente aceptadas como buenas han sido demolidas. El
machismo, raciso, misoginia y esclavismo, porejemplo.
Ejemplo:
La mayor parte de la población mundial considera que la clonación es inmoral: por lo
tanto debe serlo.
La clonación puede ser buena o mala pero esto no depende de cuantas personas lo
crean; la eticidad de este procedimiento y de su práctica no depende de las encuestas,
sino de una serie de consideraciones científicas y éticas que la mayoría de las
personas desconoce. Algunas prácticas han sido ampliamente aceptadas en algunas
épocas o en algunos pueblos y en la actualidad se les rechaza por su barbarie.
El más claro ejemplo lo dio Goering, encargado de la propaganda del régimen nazi;
Una mentira repetida mil veces se hace verdad.
Ejemplo:
Ese alumno debe aprobar la asignatura. Reprobó el exámen pero me consta que se
desveló bastante estudiando mucho.
Ese estudiante debe deaprovar. No vino a clase y no aprobó el exámen, porque se
enfermó. Las faltas pueden justificarse, pero no el que no haya estudiado.
Falacia de adulación
Ejemplos:
"Una persona tan inteligente como tú seguramente estará de acuerdo en que…"
Ejemplo: Diga que es cierto, como lo es, …que usted robó, …que usted llega tarde
todos los días, …que usted descompuso el aparato
Ocurre cuando se aduce que algo es bueno o malo porque es más viejo o tradicional o
porque "así ha sido siempre", o al contrario porque es nuevo o moderno, sin que estos
hechos tengan relevancia en el problema que se discute. Evidentemente, la bondad no
depende de la novedad o la tradición. Hay personas a quienes los cambios les
producen temor y otras a quienes les resultan estimulantes; ninguna de éstas
condiciones debe ser la base para juicios éticos.
Se produce cuando se asume que el término medio entre dos posiciones extremas,
necesariamente es el correcto. Este tipo de razonamiento se desprende de una
distorsión de la visión aristotélica, comunmente aceptada, de la virtud de la moderación
como la fórmula para la armonía. Aristóteles no se refería al “punto medio” como una
media matemática, sino que invocaba a la prudencia.
Esta falacia es muy usada por los pusilánomes, timoratos e indecisos. Creen que si le
apuestan a lo que está en medio con nadie quedan mal
Ejemplo:
No estoy a favor ni en contra, creo que se debe de mediar, ya que rechazo todas las
posiciones radicales o extremistas.
Falacia relativista
Ocurre cuando alguien rechaza un argumento aduciendo que eso puede ser cierto
para otras personas, pero no lo es para sí mismo/a, sin ofrecer argumentos. Bajo esta
falacia, se asume que el relativismo (cultural, social, cronológico, etc.) de la moral, es
extrapolable a la ética.
Ejemplo:
“Esa es tu verdad, yo tengo la mía”, “Cada cabeza es un mundo”; “Cada quien tiene su
verdad”.
Hitler prohibió y penalizó el aborto. ¿Podría decirse que Hitler estaba a favor de la
vida?
Si se asume que no existen pruebas para demostrar algo, entonces debe ser falso. O a
la inversa si no hay pruebas en contra entonces es cierto. La ignorancia sobre algo no
es garantía a favor ni en contra.
Ejemplos:
Ejemplo: Hoy no llegó borracho el director. Un desprevenido puede suponer con esto,
que lo demás días si ha llegado borracho, cuando en realidad el director pueda ser
abstemio.
Falacia estadística
Ejemplo.- Por cada millón de dólares invertidos en una construcción, ocurre una
muerte en accidente de trabajo. Cuando puede no ocurrir si se controlan todas las
condiciones inseguras, riesgos o peligros del trabajo
Otros ejemplos:
“La calificación más baja fue 60, la media fue 80 y la más alta 90, Vamos a “convertir el
90 en 100 y a correr la calificación de todos diez puntos hacia arriba- Correr X número
de puntos hacia arriba no significa que vayan a correrse los conocimientos hacia
arriba.
Falacia naturalista
En primer término, la naturaleza no dicta leyes, sinó que se expresa como fenómenos
físicos”. Los que dictamos leyes somos los humanos. Podemos seguir hablando de la
“Ley” de la Gravedad, o de la “Ley” de la Conservación de la Materia y la energía, pero
solo de manera metafórica.
Esta corriente sostiene que los términos éticos pueden definirse a partir de
propiedades naturales y que el bien mismo se puede describir aludiendo a "lo natural".
Moore argumenta que el "bien" o "la bondad", no son propiedades naturales y por
tanto no son definibles mediante calificativos correspondientes a cualidades de la
naturaleza.
"La naturaleza, - dice Moore - en efecto, fija límites a lo que es posible, y la ética debe
tener en cuenta este hecho. Pero cuando hace falta determinar entre dos bienes cuál
es el bien mayor, la naturaleza no puede determinar cuál es ese bien mayor. "" 43
Las proposiciones éticas de los humanos, no deben inferirse de otras no éticas por no
ser humanas, sinó fenómenos físicos, químicos, o biológicos, y por lo tanto no existe
un mecanismo lógico que permita inferir "lo que debe ser" de "lo que solo, o
simplemente es" Un cáncer no es una “enfermedad maligna”, ni benigna,
simplemente es, y si hace daño, la obligación éica, moral y legal (y no natural, puesto
que lo natural sería dejarlo como es), es combatirlo o evitarlo.
En las teorías éticas naturalistas hay diferentes enfoques al respecto, pero lo que
todas tienen en común es que:
43
Citado en el análisis deFrancisco Fernández Buey, basado en la obra de Moore, Principia Ethica. en
no se toman en cuenta como también naturales, aquellos aspectos donde las leyes
físicas revelan la tendencia a la entropía o al caos de los sistemas, ni las
manifestaciones de la diversidad propia de la naturaleza, ni mucho menos la
indiferencia de la naturaleza ante la depredación, el sufrimiento, la enfermedad o la
muerte.
Las teorías éticas naturalistas – señalan que "lo natural" debe ser parámetro de
bondad.”Santo” Tomás de Aquino, afirmó que existe una capacidad de conocimiento
de la bondad que es natural e inherente a los seres humanos que procede de la razón
de Dios y que se manifiesta en la naturaleza o esencia de todo lo creado por El; dicha
naturaleza fija y decide qué es "lo bueno" y la "naturaleza humana racional" lo
reconoce intuitivamente.
Conviene aclarar aquí que, quienes defienden esta posición, se olvidan de que el
propio Darwin destacó los mecanismos de evolución basados en el desarrollo de la
convivencia social y los patrones culturales, que rompen con la selección biológica,
pero favorecen de las especies que logran adaptarse protegiéndose enre sí,
incluyendo en ello, la supervivencia de los seres humanos que no fuimos los más
fuertes. Quienes distorcionana Darwuin, ignoran (falacia por ignorancia u omisión),
que Darwin también escribió un libro de ética en este sentido, en el que documentaba
la filantropía de las especies.
Más allá del debate filosófico y metafísico acerca de la Ley Natural, conviene explorar
algunos otros aspectos relacionados con el tema. Es innegable que los humanos somos seres
biológicos, pero paradójicamente nuestra biología nos ha dotado e impulsado a desarrollar una
vida cultural en sociedad. Gracias al desarrollo cerebral, nuestros actos biológicos son vividos a
través de patrones culturales que los reglamentan o ritualizan. Así, nada en nuestra vida se
produce de forma "natural". Es natural comer y dormir, pero lo hacemos en la mesa y en la cama
respectivamente, en un horario establecido y bajo una serie de pautas sociales. La necesidad de
alimentarnos - que compartimos con el resto de los seres vivos - se eleva en los seres humanos al
nivel de un arte: la gastronomía. Es natural sostener relaciones sexuales, pero éstas no deben
sostenerse espontáneamente sino bajo una serie de códigos y disposiciones que incluyen el
matrimonio y el tabú del incesto.
"Y es que en cada uno de nosotros cualquier rasgo "natural" está siempre contaminado por la
cultura y viceversa (…) Savater cita al respecto a Maurice Merleau-Ponty: "Todo es fabricado y
todo es natural en el hombre, como se quiera decir, en el sentido de que no hay una palabra ni una
conducta que no deba algo al ser puramente biológico y que al mismo tiempo no se hurte a la
sencillez de la vida animal". Tendríamos que concluir que los seres humanos somos "naturalmente
artificiales", y por tanto, todos los productos culturales y científicos de la "naturaleza humana"
deberían ser considerados también naturales, porque son propios de nuestra naturaleza racional. 44
Para el teólogo Joseph Fletcher, uno de los patriarcas fundadores de la bioética en Estados
Unidos, "el hombre es un hacedor; cuanto más intencionada y más racionalmente ideada es una
cosa, más humana. Por tanto, la reproducción en laboratorio es radicalmente humana en
comparación con la concepción mediante una relación heterosexual normal". En el mismo sentido
se expresó Octavio Paz al señalar que lo que separa a los seres humanos de los animales, en
términos de sexualidad, es el erotismo; es decir, el acto sexual ritualizado y matizado con las
expresiones propias de la diversidad en la mente humana: para los hombres y mujeres, el
erotismo y el amor; para los animales el acto sexual meramente procreativo (natural").
Como se apuntó anteriormente, en relación a la conducta ética, el término natural suele también
asignarse a lo habitalmente aceptado, lo tradicional. Con frecuencia, se critican actualmente los
avances científicos contemporáneos con el argumento de contravenir a la naturaleza y
particularmente con la frase de que los hombres y mujeres de ciencia o los profesionales de la
medicina, "están jugando a ser Dios". En ésta línea de pensamiento se inscriben las objeciones a
numerosos inventos, procedimientos e incluso a modestas muestras del ingenio humano; una y
otra vez, más tarde o más temprano, la enorme mayoría han quedado atrás, tanto por razones
teológicas como prácticas.
La misma frase se utilizó para condenar las vacunaciones, y en sitios como Boston se estableció
una ley que las prohibía. Después de todo, argumentaban éstos teólogos, era prerrogativa de Dios
el dar la enfermedad y sanarla. Con el mismo argumento se rechazaron inicialmente los trasplantes
de órganos. La introducción del uso de anestésicos en el parto fue recibida negativamente
aduciendo que conforme al mandato divino las mujeres debían parir con dolor.
Los hermanos Wright estaban retando a Dios cuando intentaron su primer y legendario vuelo: "Si
Dios quisiera que los seres humanos voláramos, nos hubiera dado alas." Siguiendo esa línea de
pensamiento, tendríamos que admitir que cada vez que un médico interviene, un cirujano practica
una cirugía o un bebé se coloca en una incubadora , se esta “jugando a ser Dios”, observa Peron.
Pero "Cuando el hombre no juega a ser Dios, el mundo es un lugar salvaje y brutal", "Un mundo
donde los niños mueren a edades tempranas; donde la enfermedad y la hambruna prevalecen. Es
un mundo donde no hay calor en invierno ni luz después del atardecer. Puede ser natural…. pero
es cruel y monstruoso".La expresión de Perón nos remite a Hobbes, cuando en relación al estado
natural, apuntó que hace de "la vida del hombre, solitaria, pobre, mala y corta".
Como Hume y Moore demostraron desde el punto de vista filosófico, "la naturaleza" o "lo natural"
no es objeto de valoración moral o ética. La naturaleza no es buena, ni mala, ni sabia, ni promueve
el orden; simplemente es. Y la naturaleza también "se equivoca". La prueba son las enfermedades
genéticas. Sin duda, el actuar "naturalmente" es propio de los animales; a los seres humanos nos
corresponde tratar de actuar éticamente.
44
Ibidem. p. 165-190
Conforme a lo señalado hasta aquí, podemos concluir que: el actuar conforme a "nuestra
naturaleza" (o ley natural), puede interpretarse de maneras distintas y antagónicas y aún nos
dejaría en libertad de cometer las peores crueldades, a la manera de Sade. Por tanto, éste tipo de
intuición no puede considerarse una guía ética indiscutible. En relación al segundo concepto de
"naturaleza" (como obediencia a las leyes naturales), también puede concluirse que es inaceptable
porque excluye todo producto del cerebro humano, incluyendo a la medicina.
Finalmente, es también evidente que las personas que deseen seguir usando el argumento de que
se está atentando contra la naturaleza, o de la intromisión en los terrenos divinos, como
justificación de sus dudas u objeciones en torno a la ciencia, tendrían que renunciar a todo lo que
los seres humanos han logrado desde que el primer antropoide se puso de pie. Por el contrario, si
pretenden aplicar el argumento selectivamente o se pronuncian en favor de renunciar a los futuros
logros de la biotecnología, pero no a los ya acumulados a lo largo de la historia, se están
colocando en el campo de las falacias por incongruencia.
Es importante enfatizar aquí, que no se está afirmando que todo lo que ofrece la tecnología sea
éticamente bueno (en tal caso la ética no tendría razón de ser), sino que el argumento para
aceptarlo o rechazarlo no puede ser la alusión a su condición de artificio humano.
¿Puede la reflexión acerca de los aspectos éticos de posibles acciones futuras, contribuir a
establecer un compromiso de conducta? ¿Podría ayudar a evitar acciones no éticas, aún cuando
éstas nos sean solicitadas por nuestros superiores? La respuesta a ambas preguntas - de acuerdo
a los investigadores en psicología social - es sí.45
Debido a que a reflexión y las acciones éticas son producto de nuestra elección personal, se
internalizan y nos afectan de maneras positivas (a diferencia de lo que ocurre cuando
determinadas acciones nos son impuestas). Podría decirse que se establece un circuito de
retroalimentación positiva que favorece la toma de decisiones éticas en el futuro.
Por desgracia, lo mismo ocurre con los actos negativos. La tendencia a justificar las acciones
propias hace que si incurrimos en un acto negativo, se inicie un proceso de racionalización que
justificará otras acciones no éticas del mismo tipo, en el futuro. Esto se conoce como “la pendiente
resbaladiza”: Una acción inmoral leve, pero que atañe a aspectos éticos centrales o esenciales,
puede desencadenar otra más grave y así sucesivamente, de modo que una vez que alguien se
coloca en la ruta descendente, seguirá resbalando casi inevitablemente.
Conforme a ésta lógica, históricamente los opresores han tendido a deshumanizar a sus
víctimas, justificando de esta manera sus malas acciones. Porque no solamente se tiende a
herir a aquellos qienes se se desprecia, sino que se tiende a considerar despreciables a
quienes se hiere, minimizando así la responsabilidad ética.
45
David G. Myers, Ibidem p.127
Eran personas que creían estar haciendo lo correcto. Entonces ¿que puede llevar a un ciudadano
“normal” a incurrir en tales excesos?
Una serie de experimentos diseñados por el psicólogo Stanley Milgram 46 ha aportado información
al respecto. Los resultados apuntan hacia una especie de inercia moral relacionada con la
obediencia sin cuestionamientos a las órdenes de quienes son percibidos como investidos de
autoridad. En sus reveladoras investigaciones, Milgram dijo a los participantes que intervendrían en
un ejercicio acerca de las capacidades de aprendizaje de las personas.
Posteriormente se les puso al control de un supuesto “generador eléctrico” que tenía marcas desde
los 15 volts (“choque ligero”) hasta los 450 volts (“choque intenso y peligroso”). A través de una
ventana los participantes podían ver al supuesto sujeto de investigación que estaba amarrado a
una silla y tenía “electrodos” conectados a su cuerpo. Se les informó que el sujeto de investigación
debía memorizar una lista de palabras y que ellos tendrían que administrar un choque cada vez
que se equivocaran, aumentando la intensidad cada vez. A medida que aumentaban los choques
el memorizador fingía llorar de dolor y terminaba por simular un desmayo. A pesar de ello, más de
las dos terceras partes de los participantes administraron la corriente “más intensa”, cuando se les
ordenó que lo hicieran. Lo más sorprendente es que estas investigaciones han sido repetidas por
otros grupos de investigadores, con resultados similares.
La conclusión de Milgram fue que la mayor parte de las personas se inclinan en efecto, a obedecer
las órdenes de quienes consideran que poseen autoridad, aún cuando su conciencia les señale
que no deben hacerlo. Existe una tendencia a “ajustar” las percepciones morales propias, para que
sean iguales a las “aceptadas” en ese contexto. De acuerdo a lo anterior, podríamos concluir que
el camino hacia la pendiente resbaladiza parece estar cubierto de aceite.
Sin embargo, otros experimentos han demostrado que cuando previamente se plantea un dilema
ético y se debate al respecto, si se ordena a las personas involucradas en la reflexión que actúen
de manera no ética, las dos terceras partes de ellas se niegan a hacerlo aunque haya transcurrido
un período considerable de tiempo
De ahí, la importancia de reflexionar acerca de los dilemas éticos más frecuentes dentro del
ejercicio profesional (y la vida personal, por supuesto) y de hacerlo antes de que se presenten., de
tal forma que la inercia moral no cobre su cuota y nos conduzca a acciones de las que tengamos
que arrepentirnos posteriormente.
Una persona se encuentra ante un dilema o conflicto ético, cuando tiene que elegir entre dos
alternativas de acción que entrañan la confrontación entre distintos intereses, obligaciones, valores
o principios de índole moral. La persona puede actuar optando por A o por B, pero no puede hacer
ambas.
Por ejemplo, existe un conflicto si un médico, un paciente o una familia piensan que la vida no
debe acortarse por la intervención humana y que la muerte debe ser natural, pero al mismo tiempo
consideran que un individuo no debe tener que tolerar el dolor agobiante de un cáncer en estado
terminal. En estas condiciones, existe la posibilidad de tratar el dolor con opiáceos, pero
ineludilemente, su uso acortará la vida del paciente. Los involucrados deben decidir entre defender
la vida o la muerte natural y la calidad de vida; el beneficio de una vida más larga o el de evitar el
sufrimiento.
Para decidir en situaciones como la anterior, los involucrados deben formularse y responder a una
serie de preguntas implícitas: ¿Qué entienden por muerte natural? ¿Cuáles son los límites de la
intervención humana en los procesos inherentes a la muerte? ¿Cuáles recursos médicos deben
46
Markkula Center for Applied Ethics: Conscience and Autority. Santa Clara University.
considerarse obligatorios y cuáles opcionales o prescindibles, en éstas circunstancias? ¿Tienen los
seres humanos la obligación de renunciar al alivio del dolor, en aras de prolongar su vida? ¿Vale el
principio de defensa de la vida por sí mismo, o vale solamente en función de las consecuencias de
su aplicación en las personas?¿Quién debe tomar ésta decisión? ¿Cuáles son las obligaciones de
cada uno de los involucrados en el problema?
Para iniciarse en el estudio de los dilemas éticos, es conveniente reflexionar acerca de las
siguientes preguntas:
Puesto que todo dilema trata de dos alternativas posibles que se confrontan, para definir el dilema
es necesario:
Expresar claramente en que consiste cada alternativa. Ejemplo: en el caso citado arriba, las
alternativas médicas implican la posibilidad de a) dar tratamiento analgésico con opiáceos, lo que
acortará la vida del paciente, pero emininará el dolor, ó b) omitir el tratamiento, dando paso a un
proceso de muerte natural más largo y con dolor.
En términos de ética médica, la alternativa a, se expresaría como "calidad de vida" o bien como
"muerte digna", mientras que la b, podría expresarse como "muerte natural" o "prolongación de la
vida"
Determinar las dos partes del dilema, señalando la índole de la confrontación, en términos éticos:
principios, valores, intereses, derechos condiciones que entran en conflicto entre sí. . Ejemplo:
"muerte natural" versus "calidad en el final de la vida".
La primacía de los derechos o intereses de una persona o grupo, sobre los derechos e intereses
de otro individuo o grupo. Ejemplo: en el aborto conflicto entre los derechos o intereses de la
madre y el producto).
La obligación de una parte hacia la otra: los deberes, costumbres, obligaciones legales, etc.
Ejemplo: confrontación entre deberes legales y deberes religiosos, cuando éstos establecen
obligaciones antagónicas.
Las responsabilidades en conflicto entre el paciente, los colegas, el empleador, la sociedad, etc.
Ejemplo: la responsabilidad ética de defender la privacidad del paciente versus la responsabilidad
hacia el empleador, como ocurre en los médicos que prestan sus servicios para las compañías de
seguros, o para los grandes corporativos empresariales.
Para expresar apropiadamente el dilema, es necesario hacerlo explicitando los valores, derechos,
intereses, principios o leyes que están en conflicto en el caso así como el proceso de razonamiento
por el que se llegó a su identificación.
Algunos principios relevantes en los dilemas de ética médica y bioética se presentan y explican en
la sección correspondiente a "Principios morales de uso más frecuente". Enseguida se ofrece un
listado a manera de introducción.
Principios:
Protección a la vida
Respeto a la vida
Sacralidad de la vida
Defensa de la calidad de vida
Respeto a la dignidad humana
Principio de autonomía o autodeterminación
Principio de beneficencia (obligación de procurar el bien)
Principio de no-maleficencia (obligación de no-dañar)
Principio de justicia (obligacion de dar conforme a las necesidades, de procurar la equidad)
La regla de oro (tratar a los demás como deseamos ser tratados)
Principio de utilidad (el mayor bien para el mayor número de personas)
Principio del bien común (actuar de manera que se procure el bien de todos)
Principio de precaución o de la duda razonable (en caso de duda, actuar de la forma que parezca
ofrecer un mayor margen de seguridad
Principio de proporcionalidad o probabilidad (en caso de duda, ponderar el grado de riesgos y
beneficios probables, para tomar la decisión).
El principio del mal menor (entre dos males, elegir el menor)
El principio del doble efecto (es lícito dañar, cuando se producirá un bien que excede al mal y la
motivación es ésta última)
Principio de responsabilidad (obligación de responder a las necesidades y obligaciones)
Obligación de decir la verdad, de no mentir, de no ocultar información
Aceptación de mandatos legales o religiosos: no matar, no robar, etc.
Derecho a la vida
Derecho a la salud
Derecho a la muerte digna
Derecho a la privacidad, o confidencialidad
Derecho a la no-discriminación
Derecho a la equidad o a un trato equitativo