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EL HOMBRE APOSTOLICO PARA EL CONFESIONARIO PRACTICA EB INSTRUGCLION DE CONFESORES WMA ESCHITA EX LATIN Por S. ALFONSO DE LIGORIO Obispo de Sauta Agueda de fos Gutos Traducida al castellano Por D. RAIMUNDO MIGUEL Profesor clo tatinidtad y humanidades en Burgos. EN ELLA SE COMPNENDEN LOR PRINCIPIDS WAS NOPANLES DE LA TEOLOGIA MONAL DISFURSTA POR EL MISMO EAXTO CON CUATRO UTILisIwos ALENDICES Y UR ixucl: mM LAS COFSTIOMTS QUE HEFORMG SU atTOR Va afiadido et tratado de ta Bula de la Sta. Crusada TOMO TERCERO Cue trata de la Concioneia, de 12s Leyes. sla los Actos lumangs, y delos Pecaules de los Preceplus del Decalogo y ile ba Iglesin y de los Estados pastieniores, come son el refigiosn, el eclesidastico y knead, PARIS MEXICO MIMKUREA VK A. COURET £ WJO } LIDDRRIA DE A, DOURET £ 11ND ¥3, calle Tiseeali, $3 418, calle Soa José ¢) Real, 4% 1875 INDICE DE LOS TRATADOS ¥ CAPITULOS, CON EXPRESION DE TODOS LOS SUMARIOS, A EIN DE QUE PUEOAN TENERSE A LA VISTA TODAS LAS NATERIAS GONTENIDAS EN ESTE TERCER TONG. TRATADO XX. DE LOS PRIVILEGIOS. CAP. I. De los privitegios en comun, . 4 «e+ + paged Diferencia entre el privilegio, dispensa y licencia, 1. Cuando deraga el privilegio al derecho comun, 2. Cuando debe ¢! privi- legiado hacer uso del privilegio, 3. Si fuera del Sacramento las censusas, etc. 4. De las Clausulas 4d instar, etc. Quatenus Sacris Canonibus non adversetur, cic. Supplentes defectus, cle. 5. De la interpretacion de los privilegios, 6, 7 y 8. De la conaut- tacion, 9, 10 y 44, De Jos privilegios de los Regulares ya revoe cados, con las declaraciones de S, Pia V, 12. De los reseriptos de Gracta y Justicia, y si espiran por la muerte del Pontifice, 13. De cuantas mados cesa cl privitegio, 14. Como cesa por la revo- cacion, 15. De ta revocacion expresa, 16. De la lacita, y si debe intimarse, 6 publicarse at ménos la revocacion , 17. CAP. IT. De los privilegios de los Eclesidsticos, . 2... 11 Respeclo de,qué cosas eslin lous Eclesidsticos exentus de ia po- testad secular, 18. De lus privilegios de! Canon y det Foro en ér- den a las personas, 19. En drden a Ins bienes, 20. Quien disfruta de tales privilegios, 21. De los Beneficiatos, 22. De los Tunsurados, 23. De lus que dejaron el hdbito, 24. De la jumuntdad de Jos lugares. pladoses, del 25 al 28, CAP. Ili. De los privilegios de los Obispos. . . soe ee 17 1. De Ja facultad que tienen por el cap. Ltceat, Si pucde e! Obispo dispensar de la irregularidad dudosa de dclilo 6 de defecto, Ea bos sittos en que no estd recibido ef Trid., etc., 30. Qu entiende bajo ef nombre de Obispo, 31. De lus peregrinas. ¥ si pwede el Obispo absolver du los caso3 papates fuera de la contre sion, 32. Como se entiencde el delite cculto, 33. Si puede cl Ob « ar esta faculiad , 34. Si puede abselver de los casos re: vados por otros 01 ss, cle. 35 Si de los reservados despu del Goncilio, ete. 36, Si pucde ef Obispo absolver af Confessor que absuclye 4 su complice en un pecano torpe, 37. Si pueden fos Obispos absolver de tes casos de la Bula Cane, ete. 38. Si dis- a. VE IXDICH DE LOS TRATADOS, ETC. pensar de la irregulacidad ineurvida por herejia, 39. Si absolver i 08 impedidos, " 4d. SEG vltos, a1. Qiiencs su dicen impediilos, 2, De los Perpetuamente iipedidos, 43. Si deben estos por ese Ge ele. GA. SI en por lo menos reenrriv al Obispo. Qué su- cede si no pu aver a, ete. Qué si se hallan en eb articulo de la meerte, 45. Il. De los seis casos ¢ pales, y en especial fle la ubsolucion de la censura por poner manos en im Clérigo, 4G, 47 y 48. TH. De da sponse respecto de los ilegitimas, 49, En Grd los bigamas IV. En dvden 4 las irregutaridades por de! oculto 2 y ¢ eas de si es enteramente ocnlto el hie mnicidie, 51. Del homicidio casual, 52. ¥. En drden 3 Jas inhabi-~ tilades, 53. VI. De tas facultactes de los Obispos con respecto a los Matrimonios, 54. De la dispensa en drden a las publicaciones, volo de castida i i pedir, con remision, ete., en Orden & las impedinentes dirimentes dudosos , 55. En orden a Jos dirimentes cierts ‘A se conirajo el Matrimonty. Si se comtrajo aun, 57. Si pucde el Obispe delegar esta facultad, 58. YVIT. De la aispensa de los Intersticios, 59. Vill. De la dispensa fl Capellan para que pueda celebrar en vtra Iglesia, 60, 1X. De la eerebracion despues del mediodia, 61. X. De los Oratorios, 62. Kn qué ingares puede celebrar el Obispo, 63. Si purde dis- pensar para que se Celebre cn casa, 64. XI. De la facuitad de tos Obispos y Prelades en érden a la eleccion del propio Confesor, 65. XE. En érilen & Ia clausura de las Monjas, 66. De la apro- bacion de los Confesores de Monjas, 67. XIN, St pueden con- mutar Jas uitias volentades, 68. XIV, De la composirion en Jas restitnebones inciertas, 6%. XV. De la reduecion de Misas, 70. De Jos jnramentos y volos (can remision al Zum. J. Trat. 7 n.19 y 42 ) Dela anion de Jos beneficios, ereecion de nuevas Parro- quias, etc, 72. CAP. IV. De Jos privilegios de los Regulares, . . . - «46 Posto 1. De los privileyivs pertenscientes d todos las Re- gulares en comune oe se we we ee we ge ee ih I, De la exencion de la jurisdiccion de jos Obispos, 22,73 y¥ ih. Casos exceptuatlos, especialmente en érden a ta celebracion de Misas, 75. Declaracion de Ja $. C., 76. Eu qu Obispo obligar 4 los Regulares, ele, 77. Si estan estos abligaios & los precepios de los Obispos, 78, Si puede cl Obispo visit la clansurd de las Monjas, 60, Si pedir cnenta de qué casos pucde proceder dnal= manic, ele. 82 ve3. Tf. De la ebligacivn te los diezmos, del 86 al 87. TL En érden a tas fandaciones, 88. De los Monasterios sujetos al Obispo, 80. 1¥. Del Juez Cox dor, 90. De la Sepultura, $41 y 02, De la porcion eandnica, ete. 94 94. Punto a. De los privilegios de tos Regulares en particu. (ar et Ceetad Ge imiver & sus stds de ios acon e » De Ja facuitad de absnlver 4 sus stibdites de los Casos y ceonsuras, 93, 96 y 97. De iz Reservacion de Casos, ete, 98. De las foenllades: en cuanto a us Scglures, 99 Si pueden tas Rey Jares absolver de los casos reservatlos a los Obispos por et dere. cho 6 por la costuabre, 100. Si de los casos Papales, 101. Si Ixpite DE LOS TNATADOS, ETC. vi yento de viaje, 6 ca virtud de Ja Bula de Ja Cruzada, ele. 102. Silos Confesores Regulares pueden ser examinados de ‘atevo por spo, 103. If. “De la tis sa ue | irvegularidades , 104 érden al oficio divino, 107, V. En orden 4 ta dispeusa de sos Votos y Juramentos, 905. En orden af Voto de castilad de los Conyuges y Espesus, 109, VI. Del privilegio de los Keligiosos no- vicios y erisdos de confesar con cuaiquicra Sacerdote, etc. 110. De los Religivsos peregrinantes, 411. Sien tiempo de Jubileo, elc. 112. VIJ. Con respecto 4 la recepcion de las Ordenes, desde ¢} 413 hasta ¢1116. En cuanto a la Colacion de los Ordenes, desde el 447 hasta sl 19 n orden 4 ta celebracion de las Misas, 421 y 122. En 6rden J administrar be Comunion, 123. En drden a predicar, desde el 124 hasta el 128, TRATADO XXI. DF £4 CARIDAD Y PRUDENCIA DEL GONFFSOR, Punto unico, 2 ee ee ee ee ee BD De la caridadd con que debe recibir el Confesor at Penitente, 1. Y oirte, 2. ¥ corregirte, 3, De sn pradencia para preguntarl . amonestarle y disponerle, 4. Remedios gonerales, 5. Remedios particulares, 6. TRATADO ULTIMO. COMO DEBE CONDUCIRSE Ti. CONFESR CON DIVER60B GENXEROS DE PENITENTIS. CAP. UNICO, 2 6 ee ee te te tw we BO Punto I. De los que se hallan en ocasion préxima, del 4 al 7. Panto IL De fos habitudinarios y reincidentes, det 8 ab 15. De los Ordenanios que tienen contraido algun mal habitu, 46 y 17, Punto III. De tas preguntas que deben lacerse 4 los Penitentes que viven dese dus de su conciencia; y [. de jas que deben ha- cerse 4 tos Kudos por ¢! érden de los mandamientos, del 18 al 30. YH. De Jas que dvben hacerse a Jos Penitentes de diversas estades y condiciones ; y T. 4 los Sacerdotes, 34, IL. A las Monjas, 32. IT. A los Juee » dfus Eseribanos; V. 4 los Medicus, 33. Vi. A los Cieujanos y Boticarios; VII, a tos. Mereaderes; VII. a los Sastres 3h. TX, A los que tercian Ba ics Contratos y ad las Keventledora X. A los Barberas y Petuquerus; y aqui se habla de los J6- bellu a las Mujeres, 36. Punto LV. De lus se ambos sexos, del 37 al Ai. Punto ¥, De tas Personas mtdas a la piedlat, 42 y 43. Punto V1. De tos Mudos y Sore dos. 4 ¥ 43. Punto VIE. De los Moribundas, 46 y 47. Punto VIL lus Sentenciados 4 mueric, 48 y 49. Panty IX, De Jos in- Festal por el demonio, det 50 al bs. Punto X, De las Mujeres, bo y 55. Puxty 1. Cual debe ser ta conducta del Confesor con los que se hattan en ocasion préxima de pecar, «6 ey ee Pusto ut. Come debe conducirse el Confesor con tos habitudé-. tutriog y reincidentes. eee ee ee ee he gn YU INDICE DE LOS TRATADOS, ETC. Ponto 1. De algunas preguntas particulares que debe hacer el Confesor d los Penitentes de conciencia poco timo- TAM we ee te ew we ew = 108 Pesto 1v, Cual debe ser la condueta del Confesor con los ni- fos y jévenes de ambos somos... - - + + ee + 425 Pusro v. Como debe conducirse el Confesor con las personas devolas. © ee ee ee ee ee ee ee 109 Punto v1. Como debe conducirse et Confesor con los mudos y sordos. 6 6 we we ee ee ee ew 8D Ponto vir. Como debs haberse el Confesor con los moribun- dose 6 we we eee ew ee ee ee ww 138 Punto vu1. Cual debe ser la conducta det Confesor con los Sentenciados d muerte. 6 6 1 1 6 we ww wo 136 Punto ix. Cual debe ser la conducta del Confesor con los in- festados por el demonio. © 6 2 6 6 8 6 we 437 Puaro x. Cual debe ser la conducta del Confesor en drden las mujeres 6g we ew ee ee ee ew AND APENDICE J. COAL DEBE GFR LA CONDUCTA DEL CONPRSOR PARA DIRIGIR A TAS ALMAS FSPIMITUALES, © 6 6 se 6 ee ee ee ww HHS § I. De ta meditacton, del 4 al 5. § II. De Ja oracion de la con- templacion, 6. Del recogimiento natural, d ocio contemplativo, 7. De Ja aridez sobrenatural, distinguiendo la sensible de la substan celal, deb 8 al 41. De Ja contemplacion afirmativa y negativa, 12. Del recogimiento sobrenatural , 13. De Ja quietud, 14. De la ebseu- ridad, 15. De la union activa y pasiva, 16. Del desposorio espiri- tual, en e) cual entra la elevacion del alma Yamada éxtasis, rapto y vucto del espiritu , 17. Del matrimonio espirttual, 18, De las vi- siones, 19 y 20. De las conversaciones, 21. De las revelaclones, 92, Direccion en drden & todos los dichos dones sobrenaturales , 23 y 26. § If]. De ta mortificacion, del 25 al £7. § IV. De la frecuencia de los Sacramenios, y en especial de la Comunion , del 28 al 36. Método de vida perfecta para una persona religiosa , 37 y 38. § I. De la oracion de la meditacion. » . . . 1... 106 § II. De la oracion de la contemplacion, y de sus diversos gra- Mos, . ee ee eee ee ew eee we HD § II. De Ia mortificacion, © 6 1 6 6 we ee ee 166 § IY. De la feecucncia de los Sacramentos, . . . « « 169 § V. Método de vida para una Religiosa que pida se Ja dirija por el camino de la perfeccion, . 2 5 2 0 ee ee 198 {NDICE DE LOS TRATADOS, ETC. Ix APENDICE If. Dr La ASISTRNCIA A LOS MORIBUNDOS. « . 2 6 + 6 186 § 1. Avisos al Sacerdote que asiste al enfermo. . . . . 185 § If. Remedio contra las tentaciones. . . . . . - . 188 TI]. Varios motivos y afectos que deben sugerirse 4 los enfer- MOS... 6 6 ee ee wt ee ee ee ew OA § IV. Avisos en érden 4 los tiltimos Sacramentos, y motto de re- cibirlos con utilidad, © 6 6 - ee ee ee 499 4 V. Advertencias en érden 4 la agonia y muerte. . . . 205 § VI. Afectos que pucden sugerirse al enfermo en su agonia, y at liempo de espirar, © 6. ee eee ee ee 207 § VII, Sefales de una muerte prosima. . . - 2. «5 209 § VIII y ultimo. Preces , Actos cristianos y Bendiciones, — Bendi- cion cn el articulo de !a muerte. — Bendicion del Escapulario de Nuestra Sra. del Carmen, — Bendieion del Eseapulario de Ntra. Sra. de los Dolores. — Bendicion de! Escapulario de la Concep- cion de la Inmaculada Madre tte Dios) «6 2 ee ee ND APENDICE II. EXAMEN DE LOS ORDENANDOS. CAP, I. De tos Sacramentos cn genera. «6 ww es 218 Qué cosa sca Sacramento, 4. Qué cosas s¢ requieren para constl- tuir Sacramento. Si la circuncision, ctc. 2. Qué sc entiende por Sa- cramentales, 3. Distinguense los Sacramentos, 4. Cuestion I. Qué se requiere para la esencia de ta materia, 5. De la forma, y de la co- nesion de ia materia con la forma, 6, De la mutacion substancial 6 accidental, 7. Del Sacramenta administrado bajo de condicion. Si con furma 6 materiadudosa, 6 mixta, etc. hyterrupcion de Ja forma, 8 De la intencion del ministro y del recipiente, 9, Cues- tion If. Del Ministre, 40, Si debe estar en gracia, 12. Si es lego, 6 no le administra solemnemente : si basta la contricion, 12. Si ah- suclve estando en pecado mortal: si administra Ja Eucaristia : si celebra Misa, 13. Sicl Subdidcono 6 Diacono administra solemne- mente, 44. Si le administra al indigno, 15. Si finge Ja adminis! cion del Sacramento, 16. Si se Gnge la suscepcinn de <1 debe el Ministro intentar hacer lo que hace Ja Iglesia, 18. Gues- tion IIT. Qué se requiere para recibir vdlida y Heitamente lox Si- cramentos, 19. Si es licito pedir los Sacramentos al excomul- gado 6 pecador, 20. Si dan dinero por ta administracion del Sacramento, 21. De sus efectos, y I. de la gracia, 22 y 23. 13. Del cardeter, 24. GAP. II. Del Sacramento del Orden en general, . . + 290 Qué cosa sea cl Orden, 25. Qué la Ordenacion, 26. Cnantas son las Ordenes; y si cl Episcopado es wn Orden distinto, 27, Si cada x INDICE DE LOS TRATANOS, RTC. Orden de por sf cs Sacramento , 26. Cual es la materia y forma del Orden : y del tacto fisico y simulidneo, 20. Quien eg el Mi nistro, 30. Efectos, 31. Nequisilos para que uno se ordene vi damente, 32. Para que la Ordenacion sea licita se requiere, 1. 1a Confirmacion. I, Que cl Ordensndo no sea jnfane, ete. Sila pre- testa det Obispo, ele. HT. Inteacion de hacerse Ciérigg. IV, Que el Ohispo propio, ¢tc. $3. Quten es cl Obispo propto. Porquien deben Jos Regulares, ele., con remision, cle, 34. V. Clencia, 33 y 36. VI Thalo, y de cuantos miosius cs este, 87 y 38. Det palrimonio pido, 39. VIE Que ef Orden inferior se reciba antes delsuperior, VIL. En el debido Giempo, 40. 1X. Intersticios, At y42. X, Lugar, 43 y Oh. XT. Edad. XU. Ejeicicio del Orden recibldo. XIIL Vocacion Divina, 45. Los que incurren cu suspension, ete. 46. CAP, Tlf, De las Ordenes cn especie. . 2 2 6 . 6 + 284 anticuto 1. De la prima Tonsura, . 2 2 «6 6 ew 6 id, Qué cosa sea la prima Tonsura, y si es Orden? Si uno se ardena sin estar tonsurado, 47. Privilegios del Tonsurado, 48. De ta obliga- cion ale Ilevar habito y ‘Fousura, 49 y 50. Quicnes quedan privados del privilegio det Foro y Canon, 54. articuLy u, Ve fas Ordencs menores. . «2 2 6. . 245 Cuintas sean las Ordenes menores, 52. See. £. Del Ostiarado. La materia debe ser entregada por el mismo Ordenante ; y ¢l debe cele- brar In Misa, 53. Sec. 2£. Do) Lectorado, 54. Sec. 2/2. Del Exorcis- tado, 55. See. 2/7. Del Acolitado, 56, anricuLo ut, De lus Ordenes mayores. 2 2 2 2 4 © 987 Seccion I. Del Subdiaconady, . - 2 6 ee ew ee He Qué cosa sea cl Sulatlaconado. Materia, forma, y oficio. St sin manipulo, cte. 57. Kequisilos, ete, 58. § 1, Del volo de Custidad : y si esla nos obliga cn fuerza del voto. Si uno ignora, etc. Sie) imptiber, ctc. El que se ordena por miedo, etc. 59. § II. De las Horas Cansnics ‘oposiciones condenadas, 60. Quienes estén obli- yados 4 rezar Horas. 1. Los Clérigos ix sacris. 1], Los Retigiosos profesos. lif. Los heueficiadus, 61. A quicn deben restltnirse los frutos, 62. Si enen otras carges, 63. S} los excomulgados, etc. Y el que sin atencion interna, cte. 64. Dentre de los scis primeros meses. Gl que lo omite sin culpa, Sj un pecado, etc. 65. El que no pereibe tos frutes, cle. 66. Si cl leneficio cs tenue, 67. Si el que los expende mal, ete. El Ganénigo que no canta, etc. 68. Cual sea la parvidad de materi, cle. S} arrojando ¢c] Breviario, etc. Fn 1a dua de si se ha omitide algo, 69, Qué se requicre para rezar Horas debislamente. 1. Con urreglo 4 Jo preserito. Si per- mutas el oficio, 70. Si vas furastero, 71. Si adviertes haber crrado. De las Letanias y Oficio de difuntos, 72. If. Pronunciacion voc: Y sien el Coro, ete. 73. 131. Pronunc a Integra. LV. Pronnn- fon continuada. ¥. Orden de las Horas. ¥I. Tiempo, 74. Ine tencion y alencion, 75. Causas que excusan del rezo, 76. § UI. De las Censuras ew genera! , del 77 al 80, SIV. De las Censuras “en especie, y 1. de la Excomunion, dc} $1 al 83. 1. De la Suspens sion, 84. II, De ta Deposicion, clr, 85. 1, Del Entredicho, 86. ¥. INDICE DE LOS TRATALGS, ETC. st De la Irregularidad, 87. Irregularidades de delito, 88. Inregularicta~ des de defeclos, etc. 89. Seccion U, Det Diaconado. 26 6) 8 ee ee ee 28 Qué cosa sea el Diaconado, y cust su materia y forma, 40. Ofci Uct Didcono. EMigade con una censura, etc. 4 Si debe cumplirse sub gravi la penitencia impuesta por el Obispo? 91. Seccion III. Del Presbiterado. . 6 1 1 6 6 + ee + 269 § I. Qué cosa sea et Presbiterado, y cual su materia y form, 82 y 93. Del modo de suplir Jos deicctos, 94. § If. Dei Sacriti- cio de la Misa. Qué se enticude por sacrificio, y le cnantos kb: dos cs, Qué cosa sea 1a Misa, 96. jon I, Requisitos n cesarios para fa Misa. De la smateria d Misa y del pan, 97. Del vino, 08. De la presencia de la materia, 90. De ta forma, 100. Cuestion I. Como esta Cristo presente, 101. Cuestion III. Efectos de ta Misa, 102. Por quienes puede ofrcce: 103. Cuestion FV. De cuantos motos es el fruto, 404. Sila Misa cs de valor inf- nito, 103. Cuestion ¥. Del estipendio licito, 106, Dilacion de la Misa, 107. Ketencion de una parte de Ja timosna, 108, Si cl Par= roco, cic, 109, Apticacion , 110. Cuestion V1. Obligacian de cele- bear, 141, Cuestion VI. Si todas las ritbricas son preceptivas, 112. Guestion VIL Cuando pucie decirse Misa. Si dntes de Maitines; y si cl Juéves Santo y Sdbado Santo, 113. Cucstion 1X. Dende deh dveirse la Misa, 114. De la polucion en fa Igiesia, 145. Cues- tion X. Qué circunstancias se requieren para celebrar. I, Alu 416. IL Giliz y patena, 147. JIL Vestiduras, 218. 1¥. Corporal 119 ¥. Palin, 420 VIL Misal, 121. Cruz con Cracifija, 122 lus Neopresbiteros consagran , ete, 123. Si las tres Alisas enc gatas, elc., 124. La Misa debe decivse en voz alta, con brevee dal, ete., 125. (De tos yue celebran con vacesivy anresura- aniento ya se habié en el Tum. Ll. Trat, XM. desde ef n, 84.) De las Misas votivas, 426. Crande muchas veces cu un dia, etc., 427. Si estando celebrando se profana la Igtesia, o Mega a conulgailo, 128, § JH. Por ta polestad del Orden soty simple Sacerdote consagcar y adtuinistvar la Eucaristia y P tn case de necesidad, 129. De Jo que tebe saber todo Sacerttote en orden & atlministvar la Pentlencia en caso de necesita, 130. § 1V. Del cargo de ensefiar y predicar, 131 y 232. APENDICE IY.” DE ALGUNAS NOTABLES ADVERTENGIIS PARA LOS G RACOS = ACOMPANANDO AL FIN LA PRAGIIES N OGIENTAL , QUE PUEDEN BXSENAR A LOS QUEL NO STAN VERSADDS EN ELLA. § }. Avisos 4 los Confesores,. . 0. 6 + eee § If. Avisos 4 los Parrocos, - - . - § UC Breve practica de Oracion Propusiciones condenadas por cl z Proposiciones condenadas por el $8. Papa tiaeencia XG, Andice de Jas enestioncs que refurmed eb adlor, 6 6 6s ORES Y PANs xn INDIGR DE LOS TRATADOS , ETC. BREVE EXPLICACION DE LAS GRACIAS, ANDULGBNCIAS Y PRIVILEGIOS DE LA BULA DE LA SANTA Indulta Apostdlico de Ci Carnes, wos 380 Facuitades Apostélicas del Sr. ‘Comisario Genera! 383 CRUZADA. Iutroduceton. cee er) oe W Idea de la Bula en general, soe 2 ee 968 De la Bula comun de vivos y de sus privilegios, oe 366 Privilegios para cn tempo de entredicho. . . ~ ee O Conmutacion de yotos y Juramentos, see ~. - id Indulgencias de Ja Bula. . woe » - » 872 Bula de Ditto, . 2. 2 we ee ee ee 895 De Lacticinios.. © 2 6 2. ee ee oe 877 De Coniposicion. ee eee we 378 Advertenclas generales.. 6 6 2 6 ee « 386 Conclusion. . « 388 Clasificacton de Sumatios, Y seialamiento de das respeetivas Himosnas. 2 4 6 + 8 es ee ew ew ww 8M EL HOMBRE APOSTOLICO INSTRUIDO PARA EL CONFESONARIO. TRATADO XX. DE LOS PRIVILEGIOS. CAPITULO 1. DE LOS PRIVILEGIOS EN COMUN. 4. Diferencia entero el privilegio, dispensa y licencia. — 2. Cuando deroga et privilegio al derecho conun, — 3. Cuando debe el pri~ vileglado hacer uso del privileglo. — 4. Si fuera del Sacramento Jas censuras, etc. ~- 5. De las Cliusulas 4d instar, etc. Qua- tens Sacris Canonibus non adversetur , etc. Supplentes de- fectus, ec, — 6, 7 y 8. De la interpretacion de los privilegios, +9, 10 y 41. De la conmutacion.—12. De los privilegios de los Regulares ya revocados, con Jas declaraciones de S. Pio V.—13. De los rescriptos de Gracia y Justicia , y si esptran por la muerte dei Pontifice. — 14. De cuantos modos cesa el privilegio. — 15. Como cesa por la revocacion. — 16. De Ja revocacion expresa. —- 17, De la tacita, y si debe intimarse, 6 publicarse al ménos Ja revocacion, 1. El privilegio se define asi (1): 8 una ley privada, que concede algun beneficio especial. Diferenctase el privilegio de Ja dispensa, en que este exime de Ja ley, y por lo tanto siempre es odiosa; diferenciase tambien de ja licencia, Ja cual se concede solo para pocos actos. De los privilegios en particular trataremos mas adelante en sv lugar corres- pondiente ; aqu{ solo anotarcmos algunas reglas que deben tenerse presentes en drden 4 los privilegios en comun, (A) Lex privata, aliquod speciale conecdens beneficium. T. Nk 4 2 TRAT. XX. DE LOS PRIVILEGIOS. 2. 1. Para que el privilegio derogue el derecho comun , no so requiere que haya clausuta derogatoria; pues se pre- sume que ¢l Principe ya ticne conocimiento de las Icyes comunes. Exceplitase no obstante, 1° cuando el privilegio no pudiera producir su efecto sia esta expresa derogacion. 2° Si en la ley que se deroga se hubiese puesto Ja clausula : non obstante quocumgue privilegio : mas esto sc entiende con tal que en el privilegio no haya esta clausula: ex certa scuentia, 6 bien esta otra: ex pleniludine potesta— tis (4), 3° Cuando el privilegio es contrario 4 alguna cos- tumbre 6 ley municipal, pues estas no se derogan, ménos que no se haga especial mencion de ellas (2). 3. II. El privilegiado , regularmente hablando, no esta en obligacion de hacer uso del privilegio, ea Reg. G1. Jur. in 6. Pero exceptiase, 1° si el no hacer uso de él Ie trajera al préjimo un grave perjuicio: mas esto se en- tiende siendo per se, no ya consequenter : v. gr. si cl Confesor tiene el privilegio de absolver de pecados reser- yados, esta obligado 4 hacer uso de él despues de oida la confesion (3). 4° Si el privilegio cede cn bien comun, cual es el privilegio de inmunidad, dei cual todos estan en obligacion de usar, ex cap. Si diligenti, de Foro compet. 3° Si el privilegio quita el impedimento para Ja observan- cia del precepto, ¥. gr. si el enfermo liene en su casa Ora- torio privado , y puede facilmente oir Misa, debe usar del privilegio (4). 4° Si este no es personal, sino real, adiclo aun lugar, dignidad 6 eslado, cuales son los concedidos 4 los Obispos y Regulares (3). 4. UL Elque tiene privilegio en el foro penilencial, etc., para absolver de censuras y penas eclesiasticas, es muy probable que puede usar de él aun extra Sacramentum , no obstante que la facultad estuviese concebida en estos términos : Sacerdoti Confessario (6). (i) Sain. tract, 48. ¢. 4. n. 42 y 43. con otros.—(2) Suar. de leg. lib. 8c. 14, 1. 4. Castrop. tom. 4, trat. 3.d. A. p. 10. 1.9, y los Salm. en el lug. cit. cap. 4. n. 8. con Pelliz. Tamb., cle. — {3} Los Salm. trat. 15. c. 4. 0. 41. con otros.—(4) Suar. cap. 35. no. 8. Pal. p. 2. n. 3. Sauch, de Alatr. 1. 6. d. 6 n. 44.) los Salm. ¢. 4, . 12, con Silv. Avil., etc. — (5; Yéanse Jos Salm. e¢. 1. 0.17 y 18.— (6) Suar. 1. 8. c. 6. n. 15. Castrop. d. hi. p. 2. § 5. n. 6. y 108 Salm, ¢. 1. 0, 33, con Sily, Tamb., etc,, contra otros que siguen tambien probabsliter la negativa, CaP. ¥, DE 10S PRIVIL:GIOS EN COMUN. 3 8. IV. Por lo que hace 4 las cléusulas decimos que Ja 44 instar da 4 entender que enténces es valido el privi- legio , cuando otro (en cuya forma sc concedid el segundo) tuere valido, porlo ménos desde e} principio, aunque des- pues se haya revocado, 0 no aceptado, como advierte el 2. Mazzota. De ovo modo, siendo nulo el primero, tam- Dien lo sera e] segundo, ménos que en este no se exprese Ja concesion que se hace (1), Pero esta doctrina tiene lu- gar en sentir de fos autores citados, cuando se dice : Aa instar; pero no cuando se dice Sicwl concessum est, etc., segun la limitacion que bacen Bonac. y Garcia, apud Salm.. La cliusula Quatents Sacris Canonibus non adversetur habla tinicawente de aquellos Canones en los cuales se dice expresamente : Non absiante quocumque privilegio (2). La cliusula Supplentes singulos defectus se entiende solo en Orden 4 los defectos de aquellas cosas, que tmicamente se requieren de derecho posilivo , y los cuales no pasan de ser accidentales; mas no de los defec- tos naturales 6 substanciales; como succderia cuando el suplicante estuviera excomulgado , 6 la suplica fuese su- breplicia 6 frandulenta, 6 cuando ce] defecto versira en orden & la causa 6 persona del suplicante (5). Las demas clausulas pueden verse en los Sali. (4). 6. V. Por lo que hace 4 la interpretacion de los privile- gios, convicne hacer varias observaciones. Nétese lo 1° que todo privilegio debe interprelarse en términos que no sea indlit ni gravoso al privilegiado (5). 2° Que solo el Principe, th olras personas 4 quienes él diese este come- ido, pueden interpretar auténtica 6 juridicamonte los privilegios. Pero pucde interpretarlos doctrinatiter cual- quiera sugeto docto, con cuya resolucion licitamente puede darse uno por satisfecho , como afirman todos los Tedlogos, tenicndo presente que cuando en e} privilegio se prohibe cualquiera iuterpretacion, debe esto enten- derse solo en drden 4 fa auténtica y juvidica (6); 6 caando mas de la que-se hace ex profeso , como se dijo hablando (t) Suar. c. 45. n. 2, Caste. d. 3. p. 2. § 8, m. 4. los Salm. ¢. 4. un. 39. con Bonac., etc., y el P. Maz. 1. 4. q. de Privil, p. 221. v. Sexto.— (2) Los Salm. c. 1. n. 50, con Nav., Suar., Garcia y otros, —(3) Los Salm. c. 1. n. 54. con Barb. y Tab, —(a) Cap. 1. desde e! n. 40.—(5) Los Salm. ¢. 1, 0. 70 ¥ 71,— (6) Véanse los Salm. c. 1,n. 72 y 73. 4 TRAT. XX. DE LOS PATVILEGIOS. de las leyes en el rat. IJ, 2.75. 3° Que Clemente IV y otros Pontifices prohiben 4 los Obispos interpretar jurfdi- camente los privilegios de los Regulares. Unicamente con- cedieron esto Alejandro VII y Paulo Ifl (cuando no se puede consultar 4 la Sede Apost6lica) & Jos jurisperitos y Otros jueces en favor de los Regulares. Igual concesion se hizo 4 los Generales, Visitadores, y aun & los Provinciales y Prelados inmediatos, toda vez que ellos consulten con sugetos doctos. Esta misma doctrina tiene tambien lugar en érden 4 la interpretacion de las reglas , constituciones ycostumbres. Y de} propio modo pueden estos mismos Prelados quitar 6 limitar 4 sus siibditos el uso de jos pri- vilegios (1). 7. Nétese lo 4° que, generalmente hablando, todo pri- vilegio debe interpretarse en sentido lato, como consta ex cap. Olim, 6, de Verb. sign., donde se leen estas palabras: «Cum benelficia Principum interpretanda largissimé, » y fo mismo se infiere ex f, ult. ff. de Constit. Princ. Por el contrario, los privilegios odiosos deben interprelarse stricté; tales son aquellos que derogan el derecho comun , 6 los estatutos y costumbres particulares , con tat que di- chos estatutos no sean contra el derecho comun : 6 con tal que el privilegio no esté inserto en el cuerpo del derecho; por cuya razon dicen Sanch. y Maz. (2) que todos los privilegios reales deben interpretarse en sentido lato; por- que por su perpetuidad se cousidcran como insertos en el derecho comun. Excepliase cuando de otro modo re- sultara inutil el privilegio, 6 cuando en él se encontrara la clausula ex certa scientia 6 ex motu proprio ; 6 cuando el privilegio fucra en 6rden 4 absolver, dispensar 6 comuni- carle 4 otros (3). Mas los privilegios que son en perjuicio de los demas, como, por ejemplo, los que se concedieron para obtener muchos beneticios , 6 para conferir 10s vacantes, 6 contra la regular observancia, deben interpretarse stricté no obstante que se hayan concedido ex motu proprio (4). 8. Sin embargo , todo esto debe entenderse con respecto & los privilegios concedidos 4 personas particulares ; mas los concedidos 4 una Orden, Convento, Comunidad , 6 por otra causa piadosa, todos deben interpretarse , no solo en (4) Yéanse los Salm. ¢.4. n. 74, 75 y 76.— (2) Sanch. de Mate. 1, 8.d. 4. n. 8, y Maz. loc. elt. p. 223. ¢, 2. ¥. Resp. — (3) Los Salm te, £8. ¢. 1. 1.78 hasta el) 80,— (4) Los Salm. n. 83 y 84. CAP. I. DE LOS PRIVILEGIOS EN COMUN. 3% sentido lato, sino latisimo; aunque se opongan al derecho comun 6 al de algun tercero, como afirman comunisi- mamente los DD. (1); pues se presume que todos los que se conceden 4 las Comunidades son en remuneracion de los servicios prestados, y por Jo tanto se consideran como favorables , ea 1. Sicut persona ff. de Relig. (2). 9. VI. Hablando ahora de Ja comunicacion de los privi- legios, conviene tener presente, 1° que las Religiones men- digantes comunican en un todo entre si en 6rden & Jos pri- vilegios pasados y futuros, ya con respecto 4 las personas, ya tambien 4 Jos lugares, festividades é indulgencias, como consta de la Bula de Sixto IV, Clemente VII y Leon X (3). ¥ esto tiene lugar aun cuando !a Religion, & la cual se concedié el privilegio, no le haya aceptado 6 no haya hecho uso de él. Ademas, cuando se amptia el privi- legio concedido & una Religion, se entiende que sucedo_ lo mismo en érden 4 las demas (4). Por olra parte, estas Religiones mendigantes participan de los privilegios de las demas Religiones, 6 Congregaciones, 6 Coiegios monds- ticos 6 no monasticos (5). Y esto aunque cn el privilegio concedido 4 otra Religion 6 Congregacion , se ponga la clausula non communicetur; porque en otras Bulas se dice con respecto a esto que se quila cualquiera impedimento de comunicacion (6). Disfrutan de estos privilegios asi los legos, pues Jos tales son verdaderos Religiosos {7}, como tos novicios, segun declaré Clem. VIII; y es opinion co- mun (digan lo que quieran algunos pocos) con Suar., Sanch., Castrop. (8), etc., que gozan de cllos igualmente los Religiosos promovidos al Episcopado, con tal que no se trate de cosas tales, que si los Obispos hicieran uso de ellas resultaria algun perjuicio 4 la Religion, como, por ejemplo, habitar en el monasterio, dar su voto, etc. (9). (1) Suar, c. 27. n, 7, Castrop.d. 4. p. 10. n. 6. Maz. loc. cit. y tos Salm. c. 1, n, 27 y 28, yen el 85 y 86. con Azur., Laym., Silv., Bo- nac., Henriq., Coninch., Lezan., Barb. y otros.—(2) Véanse fos Salm. ¢. 4. n. 25 ad 27.—(3) Véause los Salm. n. 88 y 89.—(4) Los Salm. c. 1. 0.98 y 99. —-(5) Asi comunlsimamente los Salm. tr. 18. c. 4. m. 92. con Rodrig., Pelliz., Tamb., ete.—(6) Los Salm. n. 107. con Rodrig, Bas., Mir., Bonac., Dian., Donat., etc.— (7) Véanse los Salm. tr. 45, de State Relig. c. 4. n. 33.-(8) Suar. tom. 4. de Re= lig. tr. 10. 1.9.¢, 4. 0,18, y Jos Salm. Ib. c. 3. 0.85. con Sancli., Castrop., Lezan., Pellizar., y otros. ~ (0) Véanse los Salm. en cl cht, tr, 13, c. 5. 0.43. con Suar., Lez. y Castrop. 1 ‘ 6 TRAT. XX. DE LOS PRIVILEGIOS. Los Terceros y ‘Trrvuvas (6 Bealas) sibditas d las Ordenes mendicantes, y que visten el habito de la Religion, y tie- nen hecho voto de castidad (exceptuando tinicamente al- gunas cosas) disfrnlan tambien de sus privilegios, pero solo en cuanto son capaces de ello. Los hermanos de! Es- capulario y Cingulo, slamados del Cordon, ctc., solo dis- ‘ratan de todas las iudulgencias y remision de pecados, ¥ no de otro alguno (1}. 10. Notese lo 2° que las Monjas , asi de las Ordenes men- figantes como de Jas que no lo son, disfrutan de los pri- vilegios de los Monjes de su Orden, y de consiguiente de cualquiera otra en todas aquellas cosas de que son capaces yporo entiéndase en 6rden 4 las favorables). Esto tiene lu- gar aun cuando el privilegio solo hablara de los hombres, como se deduce de la Bula de Leon X. Y por el contrario, tos Monjes disfrutan de los privilegios de las Monjas de toflas las Ordenes, por cuanto estos comunican (como queda dicho) en lus privilegios concedidos & cualquiera Religion , Congregacion 6 Monasterio (2). Mas volviendo 4 hablar de las Religiosas, decimos que disfrutan de los pri- vilegios dichos, aun las que cstin sujetas al Pontifice Obispo; y asi cuando se les conecde a los Religiosos ci privilegio de ser absurltos 6 dispensados por su prelado pucden las Monjas snjetas al Obispo ser absueltas y dispen- sauas por el mismo. Y esto aun cuando en e} privilegio solo se nombraron las Monjas sujetas a los Regulares (3). 11. Nodlese Jo S* que no se comunican los privilegios eunndo son odiosos 6 contrarios a los propias eslatutos, en términos que sean perjudiciales al bicn 6 comun ohser- vancia de fa Keligion (4). Notese lo 4° que los concedidos duno no como persona particular, sino por razon de su alicio 6 dignidad, 6 atendiendo 4 que es un miembro de aquella comunidad, se epticnde que lo estan tambien 4 todos los demas del mismo oficio 6 de la misma comuni- dail. ¥ los coneedidos 4 Jos sibditos 6 Prelados inferiores se erttiende que lo estin igualmente 4 los Prelados supe- (1) Los Salm. tr. 13.¢. 5, 1. 94. con otros, — (2) Véanse tos Salm. tr, 18 de Privil_c.4. n. 91,—(3) Suar, de leg. 1. 8 ¢. 10. 9.7. Bonae, dist.4. q.3. p.7.§2 n. 4, y los Salm. treat. 48 ¢. 48. 1.92 con Castr., Lez., Pelliz., Burd., Bos. y otros , contra algunos pocos. ~ (4) Castrop. dist. 4. § 9. n. 2, y los Salm. c. 1, np. 100, con Pelliz., Lez, Port., Tamb., Barb. CAP. I. DR LOS PRIVILEGIOS BN COWCN. 7 riores (1). Asimismo los privilegios concedidos 4 un Con- vento 6 Iglesia, 6.4 los individuos particulares de algun Monasterio, pero en el concepto de que son miembros de él, se entiende que lo estin del propio modo a los demas Religiosos , ast de aquella Orden como de las demas que tienen comunicacion, cuando milita Ja misma razon, 0 olra semejante (2). Mas esto no debe enlenderse con res- pecto a los que se conceden 4 una Congregacion por tiempo determinado, 6 4 un Monasterio por medio de Breves par- ticulares en atencion 4 alguia causa especial, 6 cuando se trata de cosas cuya concesion es dificil (3). 12. VIL. Es inducable, como consta de Ja prop. 56, con- denada por Alej. VII, que los Religiosos no pueden conti- nuar usando de los privilegios ya revocados por el Concilio Tridentino. Pero esto no ohstante deben tenerse presentes algunas declaraciones que liizo del Concilio S. Pio V, en su Bula Lisi mendicantium., Estas son las siguientes: 1° que los seglares pueden oir Misa y Sermon en las iglesias de los Regulares. 2" Que el Obispo no pucde dar licencia para entrar en los Monasterios de las Monjas exentas. 5° Que Ja cuarta que habla de los funerales solo sc eutiende en Orden a lo que se Heva (4). 4° Que Jos Confesores de Monjas exen- fas, y los Predicadores Regulares no sean cxaminados en sus propias iglesias por el Ordinario ; mas por lo que hace i los Confesores, este privilegio quedé ya abrogado por varias constituciones apostdlicas, y seiialadamente por la Bula Apostolic? ministerit, expedida por Inocencio X11 en ol aiio de 1723, y confirmada por Benedicto XIII en 95 de Setiemhre de 1724. En ella se declara al § 18 que Jos Con- fesores de Monjas exentas deben ser examinados y apro= bados por cl Obispo de la Didcesis, « remota quicumque »contraria, consuetudine etiam immemorabili. » 145.VIIL Debemos distinguir el rescripto de gracia, como, por ejemplo, el de absolver, dispensar, etc., det de justi- cia, como es el de ejercer la jurisdiccion, apelar, etc. En cl reseripto de gracia se dice gratia facta cuando se le considera al delegado como un mero ejecutor neccsario, y gratia facienda, cuando se concede la facultad de dis- pensar, dejandola ul arbitrio del delegado. El rescripto de (1) Los Salm. ¢. 4. m.110 y 111,—(2) Los Salm. ibid, con Pelliz., Garcia, Quintan., Tamb., etc.— (3) Los Salm, ¢.4. 11.418 con Peyr,, Tamb., Meral., ete.—(4) Véanse los Salm. tr. 18, ¢. 4. n, 137. 8 TRAT. XX. DE LO8 PRIVILEGIOS. justicia espira con !a muerte del Principe , con tal que la cosa eslé todavia {nlegra : y lo mismo decimos del rescripto gratia faciend@. Lo contrario sucede en érden al rescripto gratie facte@ , como, por ejemplo, de absolver, ordenarse extra tempora, del Oratorio privado, etc. (1). El privile- gio concedido con Ja clausula donec voluero es probable que no espira con la muerte del que le concede (2); véase lo que se dijo en el Trat. XVI. x. 82. Y si en la concesion se expresa e] nombre del delegado, muerto este, pasa al sucesor (3). 44. IX. El privilegio puede cesar de muchos modos: 4° Por transcurrir el término sefalado. 2° Por ta cesacion de la causa final : esto se entiende cuando el privilegio so concedié bajo la condicion de que existiera dicha causa; pero st se concedié absolute es opinion muy probable que aunque cesdra la causa final, no por eso cesaria el privi- legio; ni cesa en efecto, aunque hayamos usado de é! una vez (4), con arreglo 4 lo que dijimos de la dispensa, cap. 2. n. 66. in fix. 3° Por la renuncia del privilegiado; sobre lo cual debe notarse que los particulares no pueden renun- ciar los privilegios de la comunidad : y para que sea valida Ja renuncia debe hacerse en manos del que concedid el privilegio y ser aceptada por este mismo (3). 4° Por el uso contrario 6 por cl no uso; mas en caso de duda la presun- cion esté siempre 4 favor del uso. Pero adviériase aqui que los privilegios graciosos que no sirven a otros de grava- men, como el de absolver, dispensar, ayunar, y olros se~ mejantes , nunca se picrden por el no uso, como ni tam- poco por el uso contrario, aunque sea de un tiempo larguisimo (6). Por el contrario, los que son onerosos 4 un tercero, como el de no pagar diezmos y otros por el estilo, espiran por el uso contrario, y aun por el no uso privativo (aunque no por solo el negalivo), Jo cual sucede cuando sabedor el privilegiado de su privilegio, espontanecamente rehusa aprovecharse do las ocasiones que sc le presentan. Mas esto se entiende cuando en el privilegio no se pone (4) Cast. d. 3. p.16. § 4, 0.14. Sanch. de Matr. lib. 8. &. 38. 1.43, fos Salm. ¢. 1. desde el n. 442. hasta el 146. con Suar.— (2) Los Salm. 16, 0, 189.— (3) Los Salm. n, 150. — (4) Los Salm. .2. n, 3 y 4.— (5) Véanse los Salm, tr.18. c. 2, desde el n.5. al 8.—(6) Suar, de leg. lib. 8. ¢.17. n. 25. Bonae. d. 4. q. 3. p. 8. § 5. n. &. Castr, tr. 3, d. de p. 48. 0.3, ¥ p. 19. 0.4. y Jos Salm, ¢, 2.0. 13. con Laym., Pont., Lez., Garefa, eto, CaP. I. DE LOS PRIVILEGIOS EN COMUN. $ la clausula utendi ad sui arbitrium (1). Entiéndese igual- mente en cuanto al foro externo, pues en ck de la concien- cia no pierde el privilegio el que no tiene animo de renun- ciarle (2), Puede cesar tambien por el abuso en todo 6 en parte (3). . 13. Cesa lo: el privijegio por la revocacion del Principe. Aqui conviene hacer distincion entre los privilegios gra- tiitos, los remuneratorios y los onerosos. Si es puramente gratiito puede revocarsc validamente aun sin causa justa, si bien esto no se excusa por }o ménos de culpa venial, no habiendo escandalo (4). Empero si juntamente con el pri- vilegio se Je hubiese transferido al privitegiado e! dominio de una cosa , no puede revocarse, ni licita ni validamente, sino en virtud de una causa urgentisima que exija el bien comun, 6de un grave delito, 6 por las causas por las cuales puede revocarse toda donacion (5). Mas si el privi- legio cs remuneratorio, 6 por justicia, 6 por gratitud, siempre se requiere que haya una causa justa para que Sea valida Ja revocacion. Y si es oneroso, v. gr. el concedido por el precio que se recibié, 6 por alguna carga impuesta al privilegiado . en este caso para revocarse debe preceder una compensacion ademas de la causa justa. ¥ lo propio debemos decir en 6rden a Josremuneratorios por justicia, segun la doctrina comun de los DD. (6). 16. La revocacion de Jos privilegios unaes expresa, otra tdcita: por lo que hace 4 la primera, basta, regularmente hablando, la clausula general, non obstantibus privilegiis, elc., para que se revoquen todoslos quehaya en contrario. Exeeptianse no obstante 1° los privilegios concedidos 4 modo de contrato, ora sean onerosos, ora remuneratorios por justicia, como queda dicho, en los cuales se haga es- pecia! mencion de Jos méritos en particular. 2° Los que evan ta clausula : gudd non intelligantur derogata, nist mentio particularis fiat. 3° Los privilegios de los Regula~ res que exigen asimismo especial mencion, por cuanto son remuneratorios, y parece tienen Ja eldusula derogato- (4) Castr. p. 48. n. 4. Bonac. n, 3 y los Saim, n. 14. con Laym., Garc., Lez, ote.— (2) Véanse los Salm. ¢. 2, n. 18. — (3) Los Salm. .47.-- (4) Pont. 1. 8. €. 49. 1.15. Castr, p. 21. § 3, 2.3. y los Salm. ¢. 2. n. 37. con Suar,, Sanch., Bonac., ele.— (5) Castr, p, 21. § 2, 8. 2. Bonac. p. 8. § 2, n, 5. Suar. 1. 8 c. 37. n. 7, y los Salm, ¢. 3, a. 29, con Pont. Garcia, Lezana, etc. —(6) Suar. loc. cit. n, 6 y 7s Pout, n, 13, y los Salm, tr, 18, c. 2, n. 30 ¥ 85 cou otros. 10 TRAT. XX. DE LOS PRIVILEGIOS. ria de la fulura revocacion, ménos que no se haga especial inencion de ellos , como afirman Hodrig., Portel. y Mi- rand, apud Aazzol. 4° Los insertos en el cuerpo del de- recho ; porque cntonces son verdaderas leyes, y no pueden revocarse sin la clausula especial : non obstantibus legibus in contrarium , etc. (4). Lo propio dicen Bonac. , Sanch., Castrop. y \os Salm., con Afol., Pelliz. y otros muchos, contra Pont., con respeclo 4 los concedidos por algun Concilio general, Jos cuales no se tienen por revocados, sino mediante la claiusula expresa de non obstante qua- cumgue constitutioue , etiam & Concilio generalé edité, como sc colige del cap. La parte, y del cap. ult. de Ca- peil. Aon. (2}. A esto ohjeta Pon. la practica de Ja Iglesia y cierla declaracion de S. Pio V. Pero Castrop. y Garcia responden que esta asercion es gratuita : dnicamente dice el primero que cita Garcia cierlo mota proprio de San Pio ¥, en el cual se dice que las concesiones firmadas por Ja propia mano del Pontifice 10 necesilan de ninguna re- vocacion del Tridentino , ni general ni especial. Todas las limitaciones dichas se entiende que tienen lugar cuando noconsta la intencion contraria del derogante, como afir- man comunmente todos los citados DD. , por }o que, si en Ja Iey revocatoria se encuentra la clausula ex certa scien- tia, 6 ex motu proprio , 6 de potestatis plenitudine , on este caso se revoca todo privilogio, cualquiera que sea su cnalificacion, excepto los onerosos; 6 cuando la revo- cacion fuera perjudicia! al derecho adquirido por un ter- cero (3). 17. Por lo que hace 4 la revocacion tdeita, los privile- gios anteriormente concedidos sc entienden que quedan revocados por cualquiera ley universal en contravio, aun cuando en ella no se encuentre una clausula revocatoria, si dicha ley 6 el nuevo privilegio conecdido 4 otros no pucde producir el efecto propuesto , sino solo revocando los anleriormente concedidos, pues no sc presume que pretende el legislador dar una ley indtil, 6 conccder un (1) Suar. 1. 8. c. 38. n. 4. Bonac. tr.2. d. 3, p.8.§ 4. n. 14. Cas- tr. Wal. 3. d. 4. p21. § 3. an. 2 Pont. J. 8.6.19. n. 16, Maz. tom. 1. de Privil. q. 2. c. 4. p. 231. y los Salm. c, 2. n. 39 y 40.— (2) Bo- nac. 43. Castr. § 4. n. 6. Sanch. de Mair. 1.3, d. 26. 0. 7. y los Salm. tr, 48, ¢, 2. n. 41, con Pel'iz,, Bass., etc,, contra Pont, n. 19, — (3) Véanse Jos Salm. cap.? % 40 y 42. CAP. Wk. DE LOS PREVILEGIOS DE LOS ECLESIAST. 14 privilegio ilusorio, ora sea este general, ora particular. Mas esto se entiende cuando los privilegios anteriormente concedidos son notorios al Principe , como se presume lo son todos los insertos en el cuerpo del derecho, cuya pre- suncion no hay porel contrario respectode otros que se ha- Ulan fuera del derecho ; sicndo por lo tanto necesario hacer de estos una especial mencion (1). Dicen algunos DD. comu Sot., Henrig. y Quintanad., a cuya opinion se adhicren en un lugar los Satm. (2), que el privilegio continua en su vigor miéntras la revocacion no se iatime 4 la Religion 6 Ciudad. Pero los mismos Salm. se retractan despues en otra parte (5), ycon razon, afirmando con Laym., Suar., Portel. y Lezan., que para anular el privilegio basta se publique la revocacion, como dijimos hablando de las leyes en el Tom. f. Trat. IT, desde ol m. 3 hasta el 8, y que pasen dos meses desde dicha publicacion, de modo que pueda Iegar & noticia delos privilegiados , aunque de hecho no suceda asf. Hasta aqui de los privilegios en comun : en Jos siguicn- tes cap{talos trataremos de los privilegios particutares de los Eclesidsticos, Obispos y Religiosos. CAPITULO 1. DE LOS PRIVILEGIOS DE LOS ECLESIASTICOS. 18, Respecto de qué cosas estin los Kelesidsticos exentos de la po= testad secular. —19. De Jos privilegios del Canon y del Foro en érden a las personas. — 20.Eu érden 4 jos bienes.— 21, Quien dis- fruta de tales privilegios. —- 22, De los Beneficiados. — 23. De Jos Tonsurados. — 24, De los que dejaron el hAbito.—Del 25 al 28. De Ja inmunidad de los Jugares piadosos. 18. Los Eclesidsticos estan exentos por derecho Divino de la poiestad secular en orden 4 las materias espirituales , 6 puramente eclesidsticas, como son ins ordenaciones , elecciones de Prelados, etc., segun consta del Can. 3 del Concilio Romano. Respecto de las personas y ugares de los Eclesidsticos , ocurre preguutar gsi esta 6 no exentos {1) Suar. 1. 8. cap. 30. n. 2. Pont. 1. 8. ¢. 19, n. 19. Castr. d. &. p. 24.§4. n. 10, Bonac, d. 3. p. 8. § 4. n. 14. Los Salm. c. 2.0. 43 9 4h. con otros comunmente.— (2) Los Salu.. ur. 40, de Cens. c. 2. my 80.—(3) ‘Tr, 18. dle Privil. c. 2, n, 45. 42 TRAT. XX- DE L108 PRIVILEGIOS. por derecho Divino? Muchos DD. siguen la negativa, tales son Les., Cayet., Becan. ¥ los Salm. (4), Pero otros mu- chos Hevan la contraria, como Suar., 4zor., Laym., ele., y la prueban por varios textos, y sefaladamente por el cap. Quamquam, de Gentibus, in 6, y por el Irid., Ses. 2, cap. 20, de Ref., donde se leen estas palabras : « Ecclesia » et personarum ecclesiasticarum immunitatem Dei ordi- » Dalione et Canonicis sanctionibus esse constitutam. » Es sin embargo indudable que losEclesiasticos no estan sujetos al foro secular, ni por el derecho candnico , ni por el ci- vil (2). Pero estan en conciencia obligados 4 la observancia de aquellas leyes civiles, que no repugnan 4 su estado, DO por fuerza coercitiva , como suele decirse, sino por !a di-~ Tectiva, & fin de que vivan uniformes con el resto de la Comunidad (3). 49. Los Eclesidsticos de consiguiente gozan 1. de exen- cion en orden 4 sus personas. Ademas del privilegio del Canon, en virtud del cual quedan excomulgados tos que injustamente ponen manos en ellos ( y del cual ya hemos hablado en el Zrat. XIX, n. 48 y siguientes), disfrutan asimismo de la inmunidad do no poder ser castigados por el brazo secular, como consta de las leyes citadas por Be- eano (4). ¥ aunque el derecho civil unicamente los exime en las causas civiles , reservandose el derechode entender en las criminales, no pudiendo cn ningun caso castigar @ \os Clérigos, sino despues de degradados, sin embargo el derecho canénico tos exime totalmente (3). Esto no obstante puede en algunas ocasiones proceder la polestad secular 4 la prision de los Clérigos, como , por ejemplo, cuando encontrara de noche 4 uno que Ilevara armas pro- hibidas, 6 sin habito clerical, 6 cuando lo sorprendicra in flaganti cometiendo alguao delito; pues en este caso puede muy bien encarcelarle para despues remitirle 4 la Curia Ectesidstica; y ha)landole de dia, puede quitarle las armas prohibidas. Tienc asimismo facultad para castigarle en algunos casos (aunque no con pena de muerte), como, por ejemplo, si conspirdra contra su Principe, 6 excitara al pueblod una sedicion, y no Ie castigdra su propic Obispo. (1) Tr. 8. de Ord, ¢, 7. n. 6.—(2) Vidle Jura apd. Les, de Just. 1. 2. ¢. 33. d. 3.— (3) Es doctrina comun con tos Salm. tr. 8. ¢.7. n. 16. —(f De Sacram, c, 26, j. 9.— (5) Véanse los Salm, tr. 8. 70 deste cl. 24. CAP. IT, GE LOS PRIVILEGIOS DE L083 ECLESIAST. 13 Es tambien probable que puede sentenciar & muerte 4 los notoriamente sodomitas, porque los tales fueron despoja- dos de todo privilegio clerical por Leon X y S. Pio V (1). Mas por ningun otro delilo puede el tribunal secular cas- ligar & los Clérigos, ex cap. fin. de Mitd et hon. Cler., et cap. In audientid 25 de Sent. excom. 90. Il. Gozan tambien los Eclesidsticos de la exencion del foro secular cn orden & sus propios bienes, ora scan eclesiésticos, ora adquiridos por otro cualquiera medio ; por to que respecto de estos no estén en obligacion de pagar ningun Lribulo, como consta del cap. Guia, del cap.. Clericis de Immun, Eccl., in 6, y do lal. Sancimus, 22 can. de Sacros. Eccl. (2). Pero jos traficantes quedan des- pojados de toda cxencion en orden a los biencs meramente eclesiisticos destinados ya al comercio, ex cap. Quam- quam, 4. de Censib., in 6. Pero por lo que hace 4 Jos demas hiencs propios, solo quedan privados de cella despues de Ja lercera monicion (5). Nétese aqui, que en caso de nece- sidad urgente puede cl Principe extraer de sus casas y vender el trigo de Jos Eclesidsticos (4). 21. Los que disfrutan de dichas exenciones, asi en orden alas personas, como respecto de los bicnes, son en primer lugar todos los Regulares con sus novicios y terceros, como tambicn las hermanas de la Orden tercera de S. Francisco, Gel Carmen, etc., que visten el hibito, y tienen hecho roto de castidad , como declars Ja S. C. Ademas disfrutan de las mismas los cabalteros de S. luan, de Santiago, de Alean- tara y de Calatrava, como lo pruchan Bonae., Fill. y Dian. (8). Disfrutan asimismo de iguales exenciones todos los Clérigos in sacris. Respecto de los demas que solo lic- nen las Ordenes menores, 6 simplemente tonsurados, se expresa de este modo el Concil. Trid., Ses. 25, ¢. 6: « Pori » privilegio non gaudeat, nisi heneficium ecelesiasticum »habeat, aut clericatem habitum et tonsuram deferens , »alicui Ecclesi ex mandato Episcopi inserviat; vel in » Seminario Clericorum, autin aliqua scholi, vel univer- » sitatede licentid Episcopi, quasi in vid ad majores Ordines » suscipiendos versetur. » Y de este privilegio disfratan {1) Véanse los Salm. desde el n, 27 basta cl 20, y desde el 18 hasta ¢} 20.—(2) ¥éanse Jos Saim. tr, S. ¢. 7. 1. 33 y 55. —(3) Les Salm. n. 54. con Les., Mol., elc.— (4) Los Salm. tr, 8, 6.7, 1.17. con Dian., Molf. — (5) Véanse los Salm. c. 2.9. 77. Te ML 2 4 TRAT. XX. DE LOS PRIVILFGIOS. uasta los Clérigos casados que tienen habito y tonsura, y sieven la Iglesia; pero en el cap. ult. de Temp. ord. in6 v0 les prohibe 4 los casados Ja tonsura , 4 ménos que quiv- iain entrar er. Religion, t ordenarse in sacris previa li- eéncia de Sa mujer (1). 22. Bel privilegio del foro disfrutan , 1° los beneficiados, Aunque no sirvan a una Iglesia, ni even habito ni ton- sura, como Sc innere con probahilidad dei Concilio, on sontir de los Salm. con Fill., Dian, y Rodrig. contraSuar. 7 esto aunque no perciban Jas rentas de) beneficio, ni hayan tomado posesion de él; pues basta que tengan el tilmio, como dicen Garcia, Filliue. y Dian. contra los Salm. Es tambien suficiente una capellania 6 prestimonio, porque estos sc consideran como verdaderos beneficios ; pero no basta la pension (2). 93. 2° Disfrutan de este privilegio los Clérigos minoris- tas, y los tonsurados, con lal que Neven 4 un mismo tiempo habito y tonsura, con arreglo & Jo que dice el Con- Cilio: Clericalem habitum et tonsuram deferens, y como creen con gran probabilidad muchos DD. con Castrop. y Barb. contra los Salm., los cuales interpretan la conjun- cion et, diciendo que vale tanto como rel, de modo que, segun ellos, basta una de las dos cosas (5), con tal que sirvan del mismo modo 4 Ja Iglesia; mas por lo que hace 4 este servicio (siendo espiritual, porque ct temporal no es suficiente), basta que le presten & cualquiera iglesia, aun cuando esta no haya sido destinada por e] Obispo, como declaré la §. C. apud Card. Lambertini (4). 24. Mas para que los Clérigos én minoribus queden pri- vados del privilegio del foro (pues otra cosa debe decirse Jel del Canon) no se requiere que preceda Ja trina moni- cion, porque csta solo se exige con respecto 4 los benefi- ciados y 4 los ordenados in sacris, como se deduce de: cap. Contingit, de Sent. cxcom., y con respecto ii los mie noristas que se entregan & negocios seculares, como se infiere del cap. Lx litteris, de Vit, el hon, Cleric, (3); sino que basta hayan dejado el habite y tonsura, como en di- fercnies ocasiones declavd la 8. C., y segun la doctrina (a) ennestza Obta moral, lib. 6. 1. 827, fn fin. —(2) ¥ tos 6. ¢. 7, n. G2 y 53, con owes. —(3) Véase nuestra M4 Nb. 27, (4) Ne Synod, 1, 7. Ce G9. Me de — (5) Véase nuesira “Miva. tb Gm 827, CAP. Ti, DE LOB PRIVILEGIOS DE LOS ECLESIAST. 45 comun do los DD. (1), con tai que le hayan dejado por largo tiempo, como advierlen los Salm. con Zonac., Suar., Barbos. y otros. Y aunque dichos Clérigos no pue- den alegar el privilegio del foro, puede no obstante el Obispo reasumirlos del foro secular, segun Ja declaracion de Ja S. C. aprobada por el actual (2) Sumo Pontifice (5). Pero Jos Glérigos que vuelven 4 tomar el habito gozan con razon det privilegio, con tal que no Jo hagan con fraude; como se supone lo haria uno que hubiera sido citado al foro secular en alguna causa civil, 6 puesto preso por olva criminat, 6 libertado de la prision bajo fianzas; como di- cen los Salm. con Bonac. (contra Gulterrez y Ceballos) y el Cardenal Lambert. con varios decretales de la S. C. (4). Preséntase aqui una gran euestion: gPuede Ja potestad secular entender en Ja causa de los inocentes contra los Eclesidsticos? Algunos TeGlogos siguen absolutamente ta afirmaliva; pero otros mas comunmente solo lo admiten, cuando 6 de ningun modo 6 con dificuliad puede recur- rirse 4 los Superiores Eclesidsticos mayores (8). 25. La inmupidad eclesidstica de los lugares, en cuanto al asilo de los delincuentes, compete por derecho ecle- siastico y civil 4 todas las iglesias, aunque estén entredi- chas 6 profanadas, y avn arruinadas (ménos que no se hayan profanado del todo con Ja autoridad del Prelado),y asus capillas, sacristias y cementerios , aunque estén se~ parados de la iglesia, muros, campanarios, techos, atrios Y sus gradas & los cuarenta pasos respecto de las Catedra- Jes, y treinta cn érden 4 las demas (debiendo entender esto de las que estan sitas extramuros de la poblacion ) con tal que no haya por medio algun camino publico 6 casa de un seglar : olra cosa es si la casa es de algun Clérigo (6). De la misma inmunidad gozan los Hospitales en Jos cua- les hay alguna capilla publica; los oratorios erigidos por los Obispos, cl palacio episcopal, y las casas de los Regu- Jares con sus dormitorios , claustros, huertas y pérticos de las iglesias y Monasterios (7). 26. Todos los delincuentes, siendo cristianos, aunque (1) Apud Card. Lambert, de Syn. 1. 5... 44. 0.1, y Jos Salm. tr, 8. ¢.7.0.65.— (2) Benedicto X1V.—(3) Véase a Lamb, en el lug. cit. —~ (4) Los Salm. en ch lug, cit. n. 67. et ¢. Lamb. de Syn, c. 67, n. 4. + (5) Véanse los Salm, tr. 8, ¢, 7,0, 76, —(6) Ibid, desde el n. 86. ~ (4 Ibid. desde el n. 84. 46 TRAT. XX. DE LOS PRIVILEGIOS. sean herejes , 6 estén entredichos, 6 encerrados en la cir- cel, si escalindola fueren & acogerse 4 dichos lugares sa- glados, gozan de esta inmunidad. Y en este punto s6 reprueba toda costumbre en contrario; ex cap. Noverint, de Sent, excom. et duthentica de Sacros. Eccles. (1). Ex~ cepttianse empero en la Bula de Gregorio XIV los ladrones pliblicos, los que talan los campos, los que cometen un homicidio por medio de un asesino (aunque el Sumo Pon- tifice rcinante exceplud todos los asesinatos pro totd ecele- sid, ya sea en la misma iglesia , 6 cementerio ): y ademas los herejes y rebeldes contra la misma persona del Prin- cipe 2). Y en Jos casos claramenie excepluados puede muy bien el Juez secular extraer por si mismo de la iglesia 4 los dclincuentes con arreglo 4 la practica comun. Mas en caso de duda el juicio de la excepcion corresponde al Obispo, cen sentir de los Salm. y olros (3). Fuera de los delincuen- tes exceptuados , todos los demas distrutan de la inmuni- dad , como en efecto gozan de ella los deudores que se aco- gen a la iglesia (4). 27. Aqui se presenta una cuestion : gDisfrutan los Clé- tigos y Religiosos de esta misma inmunidad respecto de sus Prelados? Muchos DD. Hevan la alirmativa, como Barb,, Bard., Gutl., 4 los cuales favorece cicrta declara- cion de la S. C. ; y esta opinion es probabilisima en sentir de los Salm. Sin embargo estos, segun el mas comun sen- tir de Suar., Casirop., Laym., Bonac,, Sitv. y olros, Nevan la coutraria, ya atendiendo 4 la Bula de Grego- rio XIV, la cual , con respecto 4 dicha inmunidad , tnica- mente habla de los legos: Ut laicis ad ecelesiam confu- gientibus, etc., como tambien en atencion 4 la comun y ya recibida costumbre; pues de otro modo dificilmente pu- diera castigarse 4 los Religiosos que siempre habitaa en el Monasterio. Asi como pueden los Superiores Eclesiasticos (los Obispos y sus Vicarios) sacar de la iglesia & sus propios subditos; asi tambicn, si es mencster, pucden conceder igual facultad al tribunal secular (8). Mas eb Obispo no puede sacar A sus Clérigos de las iglesias de los Regulares; no ya porrazon dela inmunidad, sino por- que aquellos lugares estan exentos desu jurisdiccion (6). (1) Véanse los Salm. tr. 8 ¢.7. 1, 88.—-(2) Ibid. tr. 48, ¢. 5. n. Of con Suar., Castr., Pellizar., Gut., ete. —(8) Ibid. desde ol n. 96. = (4) Ibid. n, 95,-— (5) Ibid, ur. 18. ¢, 3, 1, 20, —(6) Ib. n. 128, CAP. IIL, DE LOS PRIVILEGIOS DE LOS ORISPOS, 417 28. Los extraentes, 6 los que intentaron Ja extraccion , incurren ipso facto en una excomunion, de la cual no pacden ser absueltos sino por cl Pontifice 4 Obispo; pues cl decreto de Clemente VII solo quita la facultad a los sim- ples Confesores, aunque sean Regulares (1). Nolese aqui que los Religiosos que arrojan de sus iglesias 6 Monasterios al delincuenie por evitar algun vejamen 6 peligro, no vio~ lan la inmunidad y pueden licitamente hacerlo (2). CAPITULO IIL. DE LOS PRIVILEGIOS DE LOS OBISPOS. 29.1. De la facultad que tiencn por el cap. Liceat. Si puede ef Obispo dispensar de Ja irregularidad dudosa de delito 6 de de- fecto. —30. En los sitios en que no esta recibida el Trid., etc. — 31. Quien se entiende bajo cl nombre de Obispo. —~ 32. De los peregrinos. Y si puede e! Obispo absolver de los casos Papales fuera de Ia confesion. — 83. Como se entiende el delito oculto. — 34. Si pucde el Obispo delegar esta facultad. — 35. Si puede absolver de los casos reservados por otras Obispos, etc. — 36. Si de los reservados despues del Concilio, etc. —37. Si puede etOhispo absolver al Confeser que absuelve 4 su edmplice en un pecado lorpe. — 38. Si pueden los Obtspos absolver de los casos de la Bula Cena, etc. — 39. Si dispensar de ta irregularidad in- currtda por herejia. — 40. Si absolver 4 Jos impedidos. — 43. SI & otros. — 42. Quienes se dicen impedidos. — 43. De los pers Peiuamente Impedidos, — 44. Si debon estos por escrito, etc. — 45. Si deben por lo ménos recurrir al Obispo. Qué sucede si no pueden hacerlo, etc, Qué si se hallan cn el arliculo de la muerte. == 46, 47 y 48. Il. De los sels casos episcopa~ les, y cn especial de la absolucion de Ia censura por poner manos en ut Clérigo. — 49. HI. De la dispensa respecto de fos ilegitimos. — 50. En érden 4 los bigamos. — 51. IV. En rden & las irregularidades por delito oculto : y qué sucede st ¢s enteramente oculto el homicidio. — 52. Del homicidio casual. — 53, En érden 4 las Inhabilidades, — 54. VI. De las facule tades de los Odispos con respecto 4 los Matrimonios. — 53. De ta dispensa en orden 4 las publicaciones, voto de castidad, é impedimento para pedir, con remision, ete, En érden a los impedimeutos dirimentes dudosos. — 56. En drden 4 los diri- menles cierlos , si ya se contrajo el Matrimonio. — 57. Si no s0 covirajo aun. — 58. Si pucde el Obispo delegar esta facul- lad. — 39, VIL De la dispensa de los intersticios, — 60, VIII. (1) Ibid. u, 127,—- (2) Ibid. 1. 1489 18 TRAT, XX. DE LOS PRIVILEGIOS. De la dispensa del Capellan para que pueda celebrar en otra iglesia. — 61. IX. De la celebracton despues del mediodia. — 62. X, De los Oratorios. — 63. En qué lugares puede celebrar el Obispo. — 64. Si puede dispensar para que se celebre en casa, — 65. XI. De ta facultad de los Obispos y Prelados en érden 4 la eleccion del propio Confesor. — 66. XLT. En drden 4 Ja clausura de las Monjas. — 67, De la aprobacion de los Con- fesores de Moujas. — 68. XITE. Si pueden conmutar Jas Ultimas voluntades, — 69. XIV. De ia composicion en las restitucioncs inclertas. — 70. XV. De la reduccion de Misas. — 71. De los juramentos y votos (con remlsion al Tom. J. Trat. V.n. 19 y 42). De la union de Jos beneficios, erecclon de nuevas Parro~ quias, etc. 29. Los Obispos , segun el Trid. Ses. 24. cap. 3. Liceat, tienen las siguientes facultades : « Liceat Episcopis in ir- » regularitatibus omnibus et suspensionibus , ex deliclo » occulto provenientibus , excepla ed que oritur ex ho- » micidio voluntario , et exceptis aliis deductis ad forum » contentiosum , dispensare : et in quibuscumque casibus » occullis , etiam Sedi Apostolic reservatis, delinquentes » quoscumque sibi subditos in dicecesi sud per s¢ ipsos » aut Vicarium ad id specialiter deputandum , in foro » conscientia gratis absolvere , imposita pcenitentia salu- » tari, Idem et in heresis crimine in eodem foro conscien- » tie eis tantim, non corum Vicariis, sit permissum.» Por jo tanto, pueden los Obispos en virtud de dicho eap. Liccat dispensar de todas las irregularidades y suspen- siones Papales incurridas por un delito oculto , excepto el homicidio voluntario y otros Ilevados al foro contencioso. Hemos dicho por un delito oculto ; por lo cual dicen muy bien Bonac., Castr. y los Salm., que no puede el Obispo en virlud de dicha facultad dispensar de uva irregulari- dad oculta de defecto (1); ménos que fuera dudosa , segun. la opinion probable de Kagn, y Tourn. con Gibert y otros, fundados en el cap. Nuper, de Sent. excom. (2), con arreglo 4 lo que dijimosen el Yom. £. Trat. II. n. 87, Pero pueden ademas absolver & sus propios siibditos , ya por si mismos , ya por medio de otro Sacerdote especial- mente diputado para esto, de los casos Papales ocultos; y aun, segun cl Concilio, podian antiguamente absolver (1) Lib. 7. n7 469. ¥. Quar.— (2) Fagn. en el cap. Veniens de Fil. Presbyt. n. 7, ¥§. Tourn, con olros, tom, 2. p. 126, Cat. Lif. DE LOS PRIVILEGIOS DE LOS OBISPOS. 19 Basta de la herejia (pero por si mismos, no por medio de otros) ; véase lo que se dira cn el n. 38. 50. En orden a esta favultad del Concilio convienc haccr algunas observaciones dignas de notarse. 1° Que en los lugares donde no esta recibido el Trid., no pueden los Obispos hacer uso de csta facullad del cap. Liceat , conio advierten comunmente los DD. (4), y con razon : porque la facutiad del Concilio no la reciben los Obispos sino solo aecptandole; y seria muy inconducente que gozira de dichos privilegios del Concilio cl que rehusara levaniar las cargas. SI, Nétese 10 2* que bajo el nombre de Obispos, segun la opinion comun , sc comprenden tambien los Vicarios Capitulares en Sede vacanle; pero no los Vicarios de los Obispos por ta comision general det vicariato ; porque eb Vicario puede muy bien todo aquello que puede el Obispo por su propia potestad ordinaria , comose dirien el x. 47; mas no lo que puede cl Obispo con potestad delegada , aunque ordinaria , como anejas i su olicio , segun se dirt cn Jos nti. 34 y 47. Ademas de que respecto de esta fa-~ cullad expresamente exige el Cone. una especial delega- cion (2). 4Y deberdin izvaimente comprender Jnjo este nombre los Abades y olros que tienen jurisdiccion epis- copul? Coninch., Bard., etc, dicen gue no, juntamento con el P. Suar., el cual cita cierta declaracion de la S. C. Empero opinan mas comunmente !0 contrario Jagn. Sanch., Castrop., Sayr., Avil., los Sabn., La Croix y otros , fundados en que cuando ja concesion se hace ix jure, tiene razon de ley, Ja cual se extiende 4 todos los casos en los cuales milita Ja misma razon; de otro modo, dicen ellos, no tendrian quien recurrir !®s sabditos te estos Prelados (5). 52. Ndlese lo 5° que bajo el nombre de stibditos sc com- prenden tambien los peregrinos , 4 quicnes el Obispo del lugar puede absolver de todos los casos Papales ocullos , sepun la doctrina de Suar., Sanch., Bonac., Nav., Barb., Trull., Bos. y otros, porque aunque el Trid. solo con- (1) Suar. de Cons. d. 41. sect. 2. n. 6. Sanch. Dec. J. 2. €. 14.m. 2. los Salm. de Patnil. c. 23, 0, 8. con Alter, Caste. tom.4. tr. fd. &e Das § 4. m, 2. con Barb. y Gare, — (2) Yéase Sanch. de Matrim. 1. 2. d. 40, n. 26.— (3) Yéase nuestra Obra, lib, 6. n, 593. y¥.Eamdent yellib, 7. n. 79, 20 TRAT. XX. DE LOS PRIVILEGIOS. cede alos Obispos el que puedan absolver a los delin- cuentes sibi subdites , dicen no obstante los citados au- tores que sujctindose los extranjcros al foro sacramental, ya se hacen stibditos suyos ; y cl 2, Suar. cita igualmente cierla declaracion de Ja S.C. que dice puede e} peregrine ser ciertanicnte absuclto de dichos casos ocullos por el . Obispo del lugar, pero no por el suyo propio; porque la absolucion sacramental de que habla el Concilio exige la * presencia (i). Por lo tanto dice !a misma declaracion que * tos Obispos no pucden absolver de dichos casos exire Sacramentum, contra lo que afirman los Salm. con Bonac. y olros ; y aun enseia Fagn. (2) que igual declara- cion hizo tambien Gregorio XUI. Esto por lo que jiace 4 ja absolucion de los casos : respecto de la dispensa de las irregularidades y suspensiones por dclito oculto , ¢) mismo Gregorio XIII declaré que no pueden concederla los Obis- . pos del lugar, ni aun 4 los que habitan en é!, ejerciendo el oficio de gobernadores 6 médicos , como refiere Fagn. en el iugar cilado. gY puede el Obispo propio dispensar deja alaridad al stbdito que se halla ausente en otra Didcesis? Avil. y algunos otros dicen que no; pero es mas comun y probable la opinion contraria de Zonac., Tourn., Suar., Larb., Sanck., los Salm., etc., porque la dispensa puede concederse tambien 4 los auscnies, y ejercerse la, Jurisdiccion voluntaria aun fuera del propio terrilorio. Ni ohstan las palabras Zz Diecesi sud, que se leen en cl cit. cap. Liceat ; porque, como dicen los Salm. y Tourn., esto ya se verifica suficientemente cuando el Obispo dis pensa desde su Didcesis. ¥Y aun cs muy probable !a opinion de Suar., Sanch., La Croic y Holim., con Castr. y Pignat., quiencs dicen que dichas palabras no ge reficren a la primera parle de la dispensa de la irresularidad, sino solo 4 la segunda (cn ta cual se inserian), que habla de Ja absolucion de los casos ; de donde concluyen que puedo «l Obispo dispensar, aun cuando él y el sibdito estén fuera de Ja propia Didcesis (3). 53. Notesc lo 4° que bajo ¢] nombre de delito oculio no se cntiende el que puede probarse en juicio por medio de dos testigos, como algunos pretenden , fundados cr cierta declaracion de 1aS. C. apud Fagn., en la que se dice que (t) Lib. 6. n, 593,—(2) In cap, Dileetns, de Temp, ord. 0. 36. Lib. 7. a. 64. CAP. 117, DE LOS PRIVILEGIOS DE LOS onispos, 24 no esté seguro en conciencia e] absuelto 6 dispensado en tal caso; sino que debe entenderse, con arreglo 4 la mas comun opinion, por cualquiera delito que pueda dealgun modo encubrirse, no obstante “que pueda probarse en juicio. Dicen por lo mismo Azor., Sanch., Tourn., Bon., Castr., los Salm., y otros , que no se reputa oculto el de- lito cuando tienen noticia de él la mayor parte dela po- blacion , vecindario 6 colegio; con tal que alli habiten por lo ménos diez personas (1). ¥ el Card. Lambert. (2) con Tiburt., Nav., Sir., etc. (bablando de los impedi- mentos ocullos de Matrimonio, sobre lo cual corre la misma regla), afirma que se tiene por oculio el impedis mento que es notorio 4 sicte U ocho personas en una ciu- dad, y 4 seis en una aldea. ¥ el mismo Fagn. en el cap. Vestra, de Cohab. Cleric., etc., n. 118, testilica que la S. Fenitenciaria tiene por oculto el impedimento conocido solo de cuatro 6 cinco personas. Y aun & mi me consta que la S, Penitenciaria dispens) en cierto impedimento que habia llegado a noticia de cerca de diez personas (3). Ademas de que (como se dijo en cl Tom. If. Trat. XVII, n. 77) el mismo Fagn. asegura que no se tiene por oculto el delito 6 impedimento, aunque por otra parle tengan nolicia de él dos lestigos, cuando en Ja concesidn que se hace para absotver 6 dispensar se pone la clausula : dum- modo sit omnind oceuliam, 34. Aqui sc presentan varias dudas : 1%. 4 Puede el Obispo delegar generalmente 4 otros Sacerdotes esta facultad de) Tridentino? Por Jo que hace 4 la dispensa de las irregula- ridades, basta, en sentir de Suar., Bard., Sanch. y otros, que e] Obispo comcta simplemente su facultad 4 otros Sa- cerdotes, sin ninguna especial deputacion ; porque dicha fucultad de dispensar en virtud del Concilio compete hoy 4 los Obispos de potestad ordinaria , por cuanto esta aneja al oficio cpiscopal , mas no 41a industria de Ja persona. ¥ on érden 4 la absolucion de los casos algunos afirman que se requiere especial deputacion para cualquicra caso particular, atendiendo a Jas palabras de} Trid. per se, aut Vicarium ad id spectaliter deputandum. Esto no obs- tante , la opinion mas comun y probable con Suar., Sanch., Bard., Nav., Laym., La Croix, los Saim., etc., (t) Lib, 6. @. 593, v, Hic autem, — (2) Netif, 87. 0. 45. In An. (8) Lib. 6, n, 1144, 2 92 TRAT. XX. DE LOS PRIVILECIOS. dice que puede el Obispo delegar aun generatiter 4 otro Sacerdote esta faculiad (cap. Liceat) ; con tal que expre- samente la especifique : porque en ta! caso ya se tiene por hecha esta especial delegacion , 1a cual podrd muy bien ser despues general para todos los casos que ocurran ; pues , como se ha dicho , esta facultad les compete hoy & los Obispos de derecho ordinario , como anejaa la dignt- dad episcopal (1). 35. Duda 2", ,Puede el Obispo absolver 6 delegar en virtud del cap. Liceat la facultad de absolver, aun de los casos reservados con censuras por otros Obispos , cuando son ocullos? Bonac. y otros llevan la afirmativa , aten- diendo 4 la particula etiam que se lee en el mismo cap.: In quibuscumque casibus occultis ETIAM Sedi Aposto~ lice reservatis. Dicen por Jo tanto que para que no pa- rezca inuitil dicha particula etiam, debe entenderse quesc. les concede & los Obispos la facultad de absolver hasta de las censuras ocultas que se reservan otros Obispos (2). Pero nosotros llevamos la contraria, fandados en dos de- claraciones de 1a S. C. del Concilio, hechas, 1a una en 19 de Noviembre de 1742, y Ja otra en 24 de Enero de 1714, apud Thesaur., Resolut., Sacre Cong. (tom. 4. p. 392) ; y sefialadamente por otra hecha en un caso semejante por Benedicto XIV, en 20 de Agosto de 1752, que empieza : Pias fidelium, en la cual se jeen estas palabras : « Hujus- » modi..., absolvendi facultatem , ct praterquam in ca- » sibus Nobis et Sedi Apostolicae dumtaxat , non verd Or- » dinariis Jocorum rescrvatis.... El consequenter absolu- » tioncs contra presentis declarationis nostra tenorem , » forsan de pretcrito impertitas, autin posterum imper- » tiendas, nemini suffragari potuisse , sive posse , decer- » nimus et declaramus (3). » 36. Duda 3*. La facultad del Trid. yse entiende que se concede & los Obispos aun en drden & los casos 6 irregu- laridades reservadas despues del Concilio? Garcia y Floron. apud Dian. diceti que no, fundados en cierta declaracion de Gregorio XIII, en la cual , como se hu- biese dudado si podria el Obispo absolver 4 una Monja , que quebrantaba Ja clausura, de la excomunion (siendo oculta) reservada por S. Pio V, declaré el Pontifice que no (1) Lib. 6. a. 594, dub. 9. — (2) Loco cit. dub. 8. — (3) Véase su obra de Synod. |. Wc. 5. n. 9, CAP. Itt, DB LOS PRIVILEGIOS DE LOS OBISPOS. Ba tenia facultad para esto. Emporo la opinion comunisima dice y con razon lo conwario con Sanch., Bonuc., Suar., Dian., Bos., Veg. y olros; pues en el cap. Liceat se concede la facultad indefinidamente ; y, segun cl axioma gencral, ubi lex non distinguit, nec nos distinguerc de- bemus. Ni obsta Ja citada declaracion; pues en la Bula de S. Pio se enconiraba la clausula , @ gud, preterquam é Romano Pontifice, nisi in mortis articulo absolyi ne- queat. Por lo cual tenemos por cosa indubitable con Dian. que se entiende se les quita 4 los Obispos esta fa-- cultad por aquedlas Bulas en las cuales se lee alguna clau- sula derogatoria , cual cs aquella que dice nist in mortis articulo (1). As{ escribi en otra ocasion; pero habiendo meditado mas detenidamente la materia, he visto que no aprueban co- munmente esta doctrina otros DD. Por Jo tanto voy Ama- nifestar las dos opiniones que hay sobre este punto. Dudase si pueden los Obisposahsolver de jas excomu- niones ocultas reservadas al Papa, cuando en Ja Bula dela reservacion se lee esta clausula : 4 quad, preterguam a& Romano Pontifice, nisi in mortis articulo absolvi nequeat? dagn. Mova la negativa in cap. Dilectus 15 de Temp. ordin, n. 30 ad 34, a quicn siguen Matiheue, Offic. Cur. cap. A. n, 24; Santarell. de Weresi, cap, 5. d. 4. 1. 4, con atros. Asf opinan fundados en cierto decreto de la S. C. aprohado por Gregorio XII, publicada la Bula de S. Pio V Decori, etc., donde screservé la excomunion vio- late clausure por ta ilicita salida de una Religiosa, con lachiusula predicha nist in mortis articulo, etc. Pero si- guen la afirmativa Nav. tom, 3. 4b. 5. de Sent. excom. conc. 43. Dian. part. 7. tr. 2, de Potest. Hpise. resol. 20: Sanch. in Decal. lib. 6. cap. 15, n, 76: Suar.de Censur. tom. 5. disp. 44. sect. 2. n. 40. y 12. in fin. Bonac. de Cens. d. 4, queest. 22. punct. 2. ».%, donde habla difusa mente del decreto del ‘Trid., y en el Frat. de Clausura, q. 1. punct. 5. 1.4. Thesaur., de Penis 2, p. praxis verb. Clausuram violans , cap. 8. verb. Absolvere ; Lamb. de Fure Abbatiss, disp. 19. q. 5. n. 1. Pelliz. de Monialibus, €. 5, sect. 2. n, 28. Pignat. tom. 10. consult. 100. n. 25. Monacell. part. 1. in Appendice adnotat. ad Constitut. 8, Sancti Pio Vn. 4. Felix Potest. tom. 4. p. 4. 3511. (4) Lib. @. 0, 594, 2 TRAT. XX. DE LOS PRIVILEGIOS. foder. tom. 1. q. 24. art. 19. Toled. in Sumina. lib. 4. cap. 41. n. 7. Vicente Candido Maestro del Sagrado Pa- lacio, tom. 4. disquisit. 3. art. 28, Donat. praxis rer. Regular. tom. 4. trat, 4g. 8. 2.9, Lez. verb. Clausur. n. 20. y otros muchos, quieucs dicen que si cl caso es oculto, puede muy bien absolver el Obispo 0 olro que tenga recibida de él esta facullad, segun cl cilado cap. Liecat. 6, Ya@ porque no cousta de una manera auléntica el decreto de la S. G. y la declaracion de Gregorio XIN; y ya tam- bien porque los cilados autores aseguran que en ta pric- tica se observa Jo contrario, pues que realmente absuelven los Obispos 2cada paso de eslas cxcomuniones oculias. Todo esto lo he anotado de la biblioteca del P. Ferrar. T. V. verb. Moniates, art. TIL. n. 20. 37. Duda 4*. 4 Pucde cl Obispo absolver en virtud del cap. Liceat de la excomunion Papal en que incurren por la Bula Sacramentum de N. SS. P. Benediclo XIV, los Confesores que absuelven 4 sus cémplices en un pecade torpe? Por una parie parece que no tiene facultad para ello , porque siendo este caso ocullo por si mismo, se see guiria de aqui que pudiendo Jos Obispos absolver de él seria initil Ja reservacion del Pontilice; y ya dijimos en el v.17 que se entiende queda ticitamente revocado todo privilegio, cuando de no serlo no podria producir su efecto Ja ley posterior 41a concesion de éi. ¥ por otra se podria contestar que salva la ya dicha facullad de} Obispo, no seria entcramente inutil Ja ciiada reservacion; ya por- que es posible que el caso se haga alguna vez piblico, y ya lambien porque esla reservacion siempre produciria su efecto por lo ménos cn Roma, y en todos los demas lu- gares en los cuales no esta recibido cl Tridentino, y en ios cuales, como dijimes cn el 2. 50, no pueden los Obispos gozar de este privilegio. 3s. Duda 8*. Se les quilé 4 los Obispos en virtud de la Bula Cena la predicha facultad del Trid. respecto de la herejia oculla y de los demas casos reservados en ella? Nav., Coninch. ¥ otros dicen que no, de cuya opinion no difieren A/itant., Cone. y Jos Salm., fundados en que en Ja Bula no Sc revoeb expresamente la concesion del Trid., comy debia revocarse ax cap. Nonnullide Rescrip. Pero nosotros Nevamos la afirmativa , siguiendo la opinion mas comun, y atendiendo 4 varias declaraciones dela §, C., CAP, WL. DE LOS PRIVILEGIOS DE LOS OBISPOS. 25 asi en virtud de la clausula derogatoria Nist in mortis ar- ticulo, que se lee en Ja Bula, Segun hemos dicho cn el n. 36, como de la otra por Ja cual se les prohibe absolver de dichos casos preeleatu quorunwis indullorum per nos, ac cujusvis Concilii decr ela concessorum. Sobre este punlu eitan tambien Fan. y el Card. Lambert. (4) varias decla- raciones de S. Pio y Gregorio XIII. Por otra parte Ale- jandro VIL condend ja proposicion 5, que decia que la primera opinion habia sido vista y tolerada por la S. C. Y, como acertadamente dicen Vira, Holzm., Elb. y el citado Card. Lamb. (2), esta condenacion hace cicria- mente improbable Ja opinion contraria ; porque habicndo el Pontifice declarado que nunca se toleré, vino 4 decla~ var tambien implicitamente que no debe tolerarse; de donde concluye Lambert. que el dia de hoy nadie puede seguirla sin nota de temeridad. 39. Mas aqui debe advertirse que si bien el Obispo no pucde cn e] foro interno absolver de la herejfa oculta, pucde no obstante como delegado apostdlico dispensar de la irregularidad incurrida por dicha herejia, como dicen los Salm. y Meliz Potest. (5). Por oira parte puede muy bien oc} Obispo como deloegado aposwWlico absolver al hercjo aun notorio ea cuanto al foro externo, si abjura primero sus crrores ante el notario y tesligos; y despues de ser absucllo por él e] delincuente, podraserlotambien del po- cado de herejia por cualquicra Confesor; tal os la doctrina comun de los DD. (4). 40. Duda 6*. ,Puede el Obispo absolver de la herejia y demas casos de !a Bula Coence 4 los que se hallan impedi- dos para ir 4 Roma? Unos siguen absolutamente Ja nega- liva ; olros solo en érden & la herejfa ; pero nosotros opi- namos que pucde hacerlo, segun el comun sentir de los Tedlogosy Canonistas, cuyaopinion siguen Lug., Laym., Conc., Rone., Castr., Milant,, Sal., Coninch., Avil., Po. test., Vioa, Pelliz., etc., porque supuesio cl impedimento se Jes restituye 4 los Obispos Ja polestad ordinaria que an- tes tenian con respecto 4 dichos casos segun los ¢.25, 29 y (1) De Synod. tib, 7. ¢. 82, — (2) Ibid. ~ (3) Lib. 7.0, 76. — (4) Rone. tr. &. q. 1.6.6. qs a p. 81. con Farinae., ex Castr. de Fide tr. &. deh. p. 3.6 2 ne 4 y 2. y Sanch., Nav., Ban., Gult., Co- mil., Vivat. y otros ex Bulla Ciim gicut de Clem, VII, publicada eu 1540. 26 TRAT. XX. DE LOS PRIVILEGIOS, 88, de Sent. excom., en los cuales, aunque solo se habla de la censuracn que se incurre por poner manos en un Clérigo, sin embargo los DD. extienden comunmente csta doctrina dtodas las demas ccnsuras; y en especial por cl ¢, Fos qui22. eod. tit., donde se habla gencralmente de toda censura Canonis vel Hominis, y se dice que cuando no pueden recurrir por un impedimento 4 aquel porquien debian ser absueltos, lo sean por otro (1). 41. Y ndétese aqui 4° que en dicho caso del impedimento no solamente puede el Obispo absolver de la herejia por si mismo, sino tambien por otros generalmente delegados. Ni 4 esto se opone lo que se lee cn cl Tridentino, eis tan- tim, non Vicarits sit permissum , porque cn estecaso el Obispo no absuelve en virtudde Jafacultad uel Concilio, sino del derecho comun , por el cual se les concede 4 las Obispos por polestad ordinaria el absolver y delegar coma en los demas casos (2). 42. Notese !o 2° que bajo ¢] nombre de impedidos se comprenden les ancianos, mujeres, enfermos, impiberes, pubres, y los que tienen alguna enemistad, juntamente con aquellos gue tienen otras justas excusas que les exi- tmen razonablemenie de ponerse en camino, como consta del cap. De catero, de Sent. excom., y del cap. Ha nosci- tur, etc., Quamvis , cod tit. Adviértase aqui que si cl im- pedimento es temporal y notable(v. gr. que dure seis 6 siete meses) en este caso pueden muy Dien !os impedidos ser absueltos; pero deben (cxceptuando las mujeres y nitios) presiar juramento de que se presentaraa, lucgo que cese el] impedimento, 4 ja Sede Apostdlica, 4 lo ménos por medio de procurador, para impetrar de ella directa- mente la absolucion; y no haciéndolo incurren en la misma censura, como se deduce del cap. Hos qui, de Sent. excon. in 6. Y esta doctrina tiene lugar aunque se hayan corregido, y aun cuando hayan satisfecho a tas partes ofendidas (5). 45. Massi el impedimento es perpetuo (esto es, que haya de durar por espacio de dicz afios, 6 cinco por lo ménos, como quieren Ronc., Viv. y Tamb.), quedan los absuel- los libres en un todo de ja obligacion de presontarse. Pero generalmente hablando se dice que estin impedidos in perpeluum 4° los hijos de familias: 2° los Religiosos, (1) Lib, 7. 0. 84.—@) N, 90.—-(8) N, 85 hasta el 87, CAP. II, DR LO8 PRIVILEGIOS DE LOS OBISPOS. 27 aunque hayan incurrido en la censura antes do su ingreso: 5 los sepluagenarios : 4° los siervos ; 8° los pobres: 6° los sentenciados por toda Ja vida &cdrcel 6 galeras: 7° los que padecen una enfermedad grave y duradera, como la cuartana @ otra semejante : 8° los que tienen obligacion de alimentar 6 suministrar bienes 41a familia : 9° todas las mujeres , aunque no sean Monjas (excepto la excomunion én que incurren las que quebranian la clausura, aunque sea ocullamente, la cualsiempre se reserva a} Papa, secun declaracion de Gregorio XILI, como dijimos en cl n. 36): 40. Los imptiberes , aunque pidan la absolucion despues de la pubertad : 44. Los que habitan en un sitio de donde no pucden salir, como los soldados y seminarisias, Y por Ultimo todos los que no pueden ir 4 Roma sin un grave perjuicio espiritual 6 temporal (1). 44, Nétese lo 3 que Jos de este modo impedidos , segun la mas probable y comun opinion de Castr,, 4vil., Co- ninch., Milant., Rone., los Saim., Viva, Spor., Dicast. y otros (contra Bonac. y Potest.), no esian cn obligacion de recurrir 4 Roma por medio de procurador 6 por escrilo : porque supuesto el impedimento se les restituye 4 los Obispos (como dijimos en el n. 40)la potestad ordinaria de absolver que se les quilé por Ja reservacion pontificia. Tanto mas cuanto la ley no obliga 4 otra cosa que el re- curso personal ; y por lo mismo el que esta impedido para acudir personalmente 4 Roma queda Jibre de toda otra obligacion (2). 45, Nolese lo 4° que cuando el penitente no puede pre- sentarse al Pontifice,debe neccsariamenterecurrir al Obispo para que le absuelva de fa censura Papal, como consta del c. De cateroi, ydelc, Ka noscitur, de Sent. excom. Res- pecto a Jo que deba decirse sobre este punto en cl arliculo dela muerte, véase el Tom. IZ. Trat. XVI. 2.97. ¥ cuando nial Obispo pueda presentarse (aun fuera del pe- ligro de muerte) es opinion muy probable con Sot., Nav., Suar., Castr., Laym., Rone., los Salm., La Croiz , etc., que puede ser absuclto por cualquiera simple Confesor (pero con la obligacion de presentarsc al Obispo, en cesando el impedimento), como se deduce del texto in cap. Nuper, eod. tit, (5). Y en este caso decimos que, segun la opinion probable de Casir., Gers., Sot., S. An- (1) Lib, 7. 1. 87 y 88,—(2) N. 89.— (3) N. 92, 28 TRAT. XX. DE LOS PRIVILEGIOS. tonin., Lug., Salas, etc., el penitente , per se loguendo, ho esta obligado & confesar los pecados reservados , sino cuando reincide en ellos, 6 cuando por cellos se halla en ocasion proxima , de modo que haya necesidad de mani- festarla , 4 fin de que el Confesor pueda juzgar con acierto de su disposicion. Véase lo que dijimos en el Tom. JJ. Tr. XV. n. 27 y 28, yen el Tr. XVL. 133. in fine (1). Y hallandose el penitente en el articulo de ja muerte, puede probablemente scr absuelto de los casos Papales por cual- quiera Confesor aun 4 presencia del Obispo ; pues en la muerte cesa toda reservacion. Véasc lo que se dijo en el Trat. XVI. n. 96. Decimos de los casos Papales, pero uno de los reservados con censura por el Obispo; porque el Confesor aun al morihundo debe prevenirle que se pre- sente &su Superior, caso que recobre la salud, para reci- bir de él, asi 1a conveniente correccion, como la peniten- cia por las censuras reservadas, aunque absueltas, segun la opinion comun: gcdmo , pues, podra absolverle en esto caso si se halla presente e] Superior (2)? Pero pasemos a examinar los demas privilegios y facultades de que go- zan los Obispos. 46. II. Hay algunas excomuniones en el derecho, cuya absolucion solo esta reservada 4 los Obispos. Estas son 4° contra los que ponen manos en uv Clérigo 6 Monje, u otra persona que tenga el privilegio del Canon; 2° contra bs que procurae el aborto, estando el felo animado; 3* contra los que son absueltos en el articulo de la muerte Je Ja censura reservada al Obispo, y no cuidan de presen- tarse 4 él despues de recobrada la salud; 4° conira los Re- ligiosos menores que admiten en sus iglesias a los oficios divinos 4 los hermanos de la Orden tercera; 8° contra tos que comunican eu el mismo delito con los excomulgados por el Obispo; 6° se reservan por fin todas las excomunio- nes que se reserva el Obispo (3). Aqui convienc hacer al~ gunas especiales observaciones en orden 4 la absolucion de la excomunion en que se incurre por poncr manos en un Clérigo. Debemos ante todo distinguir la percusion leve de la grave, mediana y enorme. Para incurrir en fa ex- comunion siempre se requiere que haya pecado mortal. La leve, como constla de la extrav, Pertectis, que Nav. (4) Lib, 6,11. 265. qe 2—-(2) Lib, 7. n, 92,.—(3) N. 213, CAP. I. DE LOS PRIVILEGIOS DE LOS OBISPOS. 29 cita por extenso (1), cs cuando media el simple golpeo ve- rificado con la mano, pié , baston , etc. La grave es cuando se avranca un diente, 6 los cabellos en cantidad notable, © cuando deja alguna contusion 6 m&cula en Ja carne, como tambien cuando hay efusion de sangre ocasionada con Jas manos 6 luchando. La enorme es cuando se mu- lila algun miembro, & ocasiona una gran herida, 6 se Se hiere con algun instrumento, 6 hay efusion de sangre cn aran cautidad, 0 se Je hace una grande injuria. De aqui se sigue que aunque sea leve la herida puede muchas veces pasar a ser grave 6 enorme, atendiendo, ya 4 la dignidad de la persona ofendida, ya tambien al escindalo; como, por ejemplo, si un Religioso maltratara 4 un Clerigo ; como tambien por la circunstaneia de verificarse el hecho en un lugar sagrado 6 ptiblico; 6 por razon del tiempo, v. gr. Si esta accion se ejecuta miéniras se hacen algunas ‘unciones sagradas; 6 por ultimo si la injuria es enorme nor Si misma (2). 47. Supueslos tales antecedentes, consta de la extrav. Ferlectis arriba citada que puede el Obispo absolver de la excomunion si se incurre en clla por un maltratamiento leve sy aun Ja misma facultad tiene tambion su Vicario; pues esia le compete al Obispo de derecho ordinario, en sentir de Sanch., Bonac., Molin. y otros; y segun la regla general, como ya se dijo en el num. 31, todo cuanto pueda hacer el Obispo por jurisdiccion ordinaria , no delegada , pucde tambien hacerlo el Vicario que constitaye con él un solo tribunal, como prueban Fagn., Sanch. y otros (3). Es tambien probable que pucden absolver de dicha excomu- nivu Jos que licnen jurisdiccion cuasi episcopal, y se com- prenden bajo el nombre de Obispos , como dijimos en el n. 31. Pero si la percusion fué pteblica, solo puede absot- ver de ella el Pontifice 6 su legado (puede tambien recur- rirse 4 la S. Penitenciarfa, como se anoté en el Tom. LZ. Trat. XIX. n. 148. ad J.) mas no el Obispo : excepto cuando la accion fuese oculta, 6 los ejecutores impuberes 6 mujeres, como se inflere del cap. Puert, y del cap. Alu- lieres , de Sent. excom., 6 cuando estuviesen impedidos para ir 4 Roma; con arreglo 4 lo que dijimos en ek %. 40. Los que viven reunidos como colegiales pueden ser ab- (1) Manual cap. 27, ns, 02, (2) Lib. 7, 0. 277 y 278, (3) Vease etn, 224, 50 TRAT. XX. DE LOS PRIVILEGIOS, sueltos por el Obispo si !a percusion fué grave, pero no siendo enorme, como constla ew cap. Quoniam, de vild et. Hion, Cler. (4). : 48, NOtese aqui 4° que en la duda de si fué leve 6 grave la percusion siempre Se reputa por grave, como se inflers . de la ya citada extrav. Perlectis, en la cual se leen estas palabras : « Potitis in dubio esse percussionem gravem , et » ab ed non posse absolvere. » Nétese lo 2° que, segun la Opinion mas comun y probable, el que da veneno 4 un Clérigo incurre en la censura cuando empieza a obrar la pocion , porque entonces hay ya violencia. Y, por el con- trario, Antes de empezar a surtir su efecto no hay vio- lencia efectiva, sino solo una accion apla para causarla ; asi Bonac., Viva, Dian., etc, (2). 49. II. Por lo que hace 4 las irregularidades no ocultas, pucde el Obispo, segun el cap. 1 y 2, de Filiis Presbyt., dispensar 4 los ilegitimos tnicamente para que reciban las Ordenes menores, beneficios simples , canonicatos en las colegiatas , y medias raciones en las iglesias catedrales , tt otros bencficios , A los cuales no esté anejo et Orden sa- grado; mas no para que recihan beneficios curados, como se infierc del cap. Is qui, eod. tit. En esto convienen todos Jos DD. Pero aqui se presenlan varias dudas : #* 4 Pucde el Obispo dispensarles para que reciban canonicatos en las iglesias catedrales? Decimos que no, siguiendo !a opinion mas probable y comun de #os., Castrop., Barb., Con., los Salm., etc. (contra Pont. y Tourn. con Gibert), pues aunque el canonicalo es en si un simple beneficio, empero scgun el Trid. Ses. 24, ¢. 12, esta anejo al Orden sa- grado; por lo cual hoy exige por su naturaleza el Orden sagrado (5). Duda 2°. 4 Puede el Obispo dispensar general. mente de estas irregularidades a los ilegilimos ocultos? Dian., 4vil., Barb. y otros dicen que si, fundados en que el Trid. permite 4 los Obispos dispensar de las irregulari- dades que provienen de delito oculto. Pero nosotros Ieva- mos ta contraria con Svar. , Laym., Honac., Castrop., Tourn. y otros : y hasta el mismo Dian. se retract6 en esic punto, por cuanto esta irreeularidad no es de delito, sino de defecto : y aun cuando fuera de delito, el cap. Liceat se entiende en drden al propio, no al ajeno (4). Duda 3*. & Puede dispensar el Obispo al ilegilimo oculto, por lo (1) Lib, 7. ni. 279. (2) N, 280, —-(3) Ne 428 y 429. — (4) N.430. CAP. IIT. DB LOS PRIVILEGIOS DE LOS OBISFOS. 34 ménos para que ejerza las Ordenes mayores que ya reci- bid? Laym., Castrop. y Dian. Nevan la afirmativa, no solo suponiendo que hubiese recibido dichas Ordenes de buena, sino tambien de mala fe ; y tundan su opinion en cl cap. Nisi, § Persona, de Renunt., donde se dice quo puede el Obispo dispensar al ilegitimo oculto que se or- dené culpablemente. Pero debemos absolutamente opinar lo contrario con Suar., Fill., los Saim., etc., por Jas ra- zones que arriba se han aducido, porque e! Obispo no puede dispensar respecto a las Ordenes mayores. Ni obsta el citado texto; porque aque] pader dispensar se cntiende absolutamente del Papa; pues allf se trata de cierto Obispo que malamente se habia ordenado de este modo (4). 80. Afirman Wav., Sanch., Cone. y otros con Sto. To- mas, que puede e! Obispo dispensar hasta con el bigamo para que reciba las Ordenes mayores y beneficios simples. Pero nosotros Hevamos Ja coniraria con Suar., Laym., Castrop., Tourn., Bard., Bonac., ctc., atendiendo 4 cierta declaracion de Sixto V, en Ja cua! el Pontifice declaré sus- penso 4 un Obispo por haber conferido un benelicio 4 cierto bigamo, aiadicndo que ct ordenado incurrié en Jas penas, como malamente promovido (2). Mas siendo la higamia similitudinaria, aunque esta sca publica, es opi- nion comunisima con Yoled., Suar. , Castrop., Sanch., los Salm., Yourn. y otros muchos, que puede dispensar el Obispo hasta para que reciba las Ordenes mayores, y se demuestra por el cap. 4, de Cler. conjug. y por el cap. 1, Qui Cler. vel Vou. Exceptiase comunmente si el Clérigo tuviese por mujer una viuda, 0 otra no doncella: 6 cuando Antes de ordenarse hubiere tenido otra mujer (3). 51. IV. Puede el Obispo, como se dijo al principio, dis- pensar de las irregularidadcs incurridas por delito ocuito, excepto en el homicidio voluntario. Respecto de lo cua) dicen algunos DD. que no obstante todo esto, si cl homi- cidio de tal modo fuera ocullo, que por ningun camino pudiera probarse en juicio, en este caso puede dispensar el Obispo. Pero juslamente reprobaron esta opinion los Salm. y Ronc., porque los Ohispos ninguna otra frcultad tienen sobre Jas irregularidades , que las que les concediéd el Trid. en el mismo cap. Liceat, en el cual expresamente (1) Lib. % m. 454. — (2) Apud Faga, in ¢. Quoniam , de Const. 1, 32,— (3) Lib, 7 8. 452, 32 TRAT. XX. DE LOS PRIVILEGIOS. se exceptua el homicidio voluntario oculto. Y que bajo el nombre de eculto se entiende, como pretenden los contra- rios, el que puede probarse cn juicio, aunque todavia no se haya probado, esta es una asercion gratuita y sin fun- damento (1). Y asi to declaré Ja S. C. del Concilio en 24 de Mayo de 1718. Pues como se hubiese propuesto Ja cucstion de si podria el Obispo dispensar en un homicidio cometido Por cierto nifio que jugueteando con otro de su edad Ie hi- rié con una pequefia espada, muriendo 4 los cuarenta dias 4 consecuencia de ta misma herida, por la razon de que este delito habia estado oculto por espacio de diez y ocho aiios, y porque era al mismo tiempo moralmente impo- sible acudir al foro, la S. C. respondid negativamente. In Thesaur. Declurat. S. C., pag. 85. Pero es opinion comun * que puede dispensar el Obispo cuando amenazira al alma algun peligro, 6 se atravesira olra causa gravisima, y fuera dificil recurrir al Pontifice (2). Opinan tambien co- munmente Suar., Castrop., Bonac., los Salm. y otros que puede dispensar el Obispo de la irregularidad incurrida por mutilacion oculta (3). Es tambien opinion comunisima con Nav., Laym., Silv., Barb., elc., que pnede dispensar de la irregularidad incurrida por el homicidio casual, no solo oculto , sino tambien notorio, para recibir las Orde- nes menores y beneficios simples; pues que antiguamente podian hacerlo los Obispos , segun-e) testimonio de mu- chos DD.; y el Trid. solo exceptué el homicidio volunta- rio, no el casual, aunque publico (4). 82. Dicese casual el homicidio cuando, por ejemplo, queriendo uno simplernente dar de golpes 4 otro, le mata por un descuido, 6 cuando el cirujano por su negiigencia es causa de la muerte, y en otros casos semejantes. Aqui se ofrece una duda : gSe repula casual cl homicidio come- tido en una quimera? Muchos DD. dicen que si; tales son Dian., los Salm. y otros: mas yo !levo la contraria, que es ja mas comun, con Suar., Nav.,Cone., Tamd., Spor.,ete., con cl mismo Dian., que se retracta ; porque el que en una quimera comete un homicidio, ya quita la vida volunta- riamente 4 su contrario (5). Véase lo que dijimos cn cl Trat. XIX n. 108. Sin embargo es muy probable y co- munisima la opinion de Suar., Layn., Nav., Tourn. y (4) N, 302, — (APN. 291, — (3) Lib. 7. n. 381, (4) N. 393, — 18) N39, CAP. ILL. DE LOB PRIVILEGIOS DE LOS OBISPOS. 33 Bonac. (La Croix la llama comun), quienes dicen que puede dispensar el Obispo al que mata 4 otro en su propia defensa , pero que se excede algun tanto en ella; porque tat homicidio no puede decirse ahsolutamente voluntario. 35. V. Con respecto & las inhabilidades impueslas en pena por los Pontifices, se duda gsi puede el Obispo dis- pensar de ellas? {tal es por ejemplo !a inhabilidad para obtener beneficios , impuesta por Sixto V en su Bula £f- frenatum , contra los que procuran el aborto; y laim~- puesta por Benedicto XIV contra los Confesores solici- tantes para que no puedan celebrar, en su Bula Zn generali congregatione ). Anacleto lleva la negativa, y Ronc. sus- pende su juicio hablando del aborto; pero £1b. y Spor. dicen que absolulamente puede dispensar , segun la regia comunmente admitida (dicen ellos) por Fscot., S. Buena- veni. y otros, convienc 4 saber, que la dispensa de todas Jas penas impuestas por cl derecho comun, y no reserva- das especialmente al Pontifice, se entiende que les esté concedida 4 los Obispos, como se colige del cap. Nuper 29 de Sent. excom. Véase lo que se dijo cn el fom. £. Trat. 7. de la Ley, n. 58 (4). 54. VI. En orden 4 la.materia de] Matrimonio tiene el Obispo varias facullades para poder dispensar. Porque puede hacerlo con respecto & las proclamas, pero de esto ya se hablé en el Yom. JJ. Trat, XV'I11 (donde nos ocu- pamos del Matrimonio), n. 38. Puede dispensar tambien del voto de caslidad emitido por los conyuges; y sobre esto tambien se dijo lo bastante en e) mismo lugar n. 83. ad HI. Réstanos ahora examinar si tienen alguna facultad los Obispos en érden a los impedimentos dirimentes. 38. De estos solo pucde dispensar cl Ponlifice. Mas siendo el impcdimento dudoso es opinion comuntsima que puede hacerlo tambien cl Obispo : tal es la opinion de Sa, Merbes., Tourn., Dian., Pichler., etc., y aunque Sanch. (2) opina lo contrario en su Trat. de Matrim., empero en el Deedlogo (5) parece que se retracté poste- riormente, pues alli cslablece y dice como por regla ge- neral : « Cuando es odiosa Ja rescrvacion de la dispensa, » debe limitarse 4 los casos ciertos ; porque los dudosos » no se comprenden bajo Ja reservacion, » como afirma (1) Véase el ib. 4. n. 397,in fin, y lib. 6, m, 705 19 fia.—(2) Lib. 8. d. G. 0. 18,—(3) Lib. 4, ¢. 40, 11, 26, ny 34 TRAT. XX. DE LOS PRIVILEGIOS. que lo habia prohado antes en el Lib. Z. cap. 10. 2. 7. (1). 36. Por el contrario, siendo cierto el impedimento di- rimente , y habiéndose ya contraido cl Matrimonio, dicen comunmente Jos DD. que puede dispensar de él el Obispo, toda vez que no pueda recurrirse facilmente al Pontifice , 6 cuando haya peligro de escindalo 6 infamia separan- dose los cényuges, 6 de incontinencia no separandose . asi Sanch., Castr., Conc., Merbes., Tourn., Cabas., Nat. ab Alex., Bonac., Barbos., los Salm., etc., contra algunos pocos (2). Mas aqui advierten La Croix y Felix Pot, que pudiendo obtenerse cOmodamente la dispensa de la S. Penitenciaria , y hallandose los cényuges de buena fe, debe esperarse aquella , dejando entre tanto & los es- posos en su buena fe , con arreglo 4 lo quo dijimos en el Trat. XVI, n. 113. Adviértase asimismo con Poxt., Castr., Bard., Hscob., Sanch., los Salm, y otros comun~ mente, que no puede dispensar ci Obispo si ambos cényuges contrajcron de mala fe ; porque si en este caso se dispensdra se daria margen 4 que todos los dias se celebrasen Matrimonios nulos con la esperanza de obtener la dispensa. Ademas de que el Trid., en la Ses. 24. cap. 3, quiere que absolutamente queden privados de toda espe- ranza de conseguirla los que contraen 4 sabiendas dentro del grado prohibido. Pero ndtese con Sanch., los Salm., Bann., Conc., Aver., etc., que para constituir en este caso mala fe, es necesario que el contrayente no solo haya ejecutado 4 sabiendas aque! hecho, esto es , el de haber coatraido con su parienta , sino que ademas supiese que exislia el impedimento; y no solo csto, sino que haya tenido verdadera noticia de él; pues el Concilio dice: Scienter prasempsertt. De donde se sigue que puede muy bien dispensar el Obispo cuando la ignorancia hubicse sido crasa. Debe tambien negarse Ja dispensa al que con- trajo omitiendo por malicia la lectura de las proclamas , como consta del mismo Concilio en el tug. cit. (3). 37. Mas si cl Matrimonio no se ha contvaido aun, es tambien opinion muy comun y probable que en esle caso puede dispensar el Obispo del impedimento dirimente cuando amenaza un peligro de infamia y no es facil re~ cwrrir al Pontifice; asi Suar., Pignat., Pont., Cone., (4) ¥éase nuestra Obra, lib. 0. 1, 902. ¥. Gaterdm.— (2) N.1123, —(3) N, 2424. CAP. ML DE LOS MIUYILEGIOS DE LOS OnIsros. 33 Cabas., Casir., Jos Saln., Bonac., Card, Sylv. La Croix, Piva, ctc., con Benedicto XIY (1) contra cl rigi- disimo Fagn , que no lo admite, ui aun en cl articulo de Ja muerte, como ni tampoco en la necesidad de legilimar la prole. Otros empero dicen comunmente que en este caso se presunie , 6 que ct Pontifice delega al Obispo su facultad de dispensar, 6 que en una necesidad ian urgente cesa la reservacion de la dispensa, haciéndolo enténces €] Obispo por su potestad ordinaria (2). ¥ aun afirma y prueba Pignat. (5) que on tal caso cesa, no solo la reservacion, sino hasta la ley del impedimento , como que pasa & ser perniciosa; siendo una cosa indisputable que no obliga la Icy nociva, como ensciian todos los Tedlogos con Sto. Tomas, De aqui infieren Lone. y el Lnstractor de los Confes., Nov. (como ya se dijo en el Trat. XLV. n. 144), que, en cl caso de que Jos esposos hubiesen ya llegado & la iglesia, y uno de cilos le manifestéra al Confesor un impedimento ocullo ya contraido, como pecado, y no pudiera diferirse cl Matrimonio sin escindalo 6 infamia, puede enténces deelarar el Confesor que no obliga en este caso la ley del impedimento, y por consecucncia que pucden contraer licitamente. Pero aconsejan que para niayor cautcla se acuda despues & ta Sagrada Penitenciaria para oblener a dispensa (4), Mas téngaze presenle que esla docirina tiene lugar cuando el Obispo estuviera au- senle; pues siendo posible debe recurrirse & 61 por nece- sidad , para que conceda la dispensa , con arreglo 4 Jo que dijimos en cl x. 43. Y opinan Samb. y Gib, quesi los con- tyayentes pertenecen a diversas Didcesis , cada esposo debe ser dispensado por su propio Obispo. Pero es pro- bable la opinion contraria de Honorato Tourn. con otros, porque removido por ¢! Obispo el impedimento de su sib- dilo , ya en este mismo hecho Je deja habil para contraer con otro impedido ; 4 Ja manera que uno que tiene facul- tad dv dispeusar en algun grado, en cl hecho mismo de dispensar al uno de los esposos dispensa tambien al Otro (3). 38. Aqu{ se presenta una cuestion : gPucde el Obispo delegar & otros esta faculiad de dispensar de los impedi- (1) De Syn, lib. 9 ¢. 2. n, 2.— (2) Véase e) lib. 6. n. 2722. y mas difusamente en el mismo libro, n. 613, — (3) Tam, 3, Consult. 33. n, 6.— (4) Cit. n, 613. —(5) Ne 1442, 56 FRAT, XX. DE LOS PRIVILEGIOS. mentos dirimentes en los casos arriba asentadus ? Uno u otro Doctor dicen que no; pero comuaonente ltevan la atirmativa Castrop., Zonac., Barbos., Silv., Sanch., Pont., Coninch., los Salm., Escob. y otros. Y pucde de- legarla , no solo en particular, sino tambien en genoral para todos los casos que ocurran, en sentir de Sanch., Castrop., los Salm., Bonac., Eib.,Valen., axq., Salas, Henrig., Coninch., Guit., eic. Porque como quiera que esta potestad no esta aneja ala industria personal, sino al oficio episcopal, se la reputa de hecho ordinaria ; y por consecuencia puede muy bien delegarse, como diji- mos cn cl 2.54. Y con mucha mas razon debemos senlir lo propio en érden a todas las demas facultades que tienen los Obispos con respecto 4 las proclamas é impedimentos impedientes. Pero adviériase que no tienen esta facuitad de dispensar los Vicarios de los Obispos sin especial co- mision de ellos , pues dijimos enel ».31 que en la co- mision general del vicariato no se comete la facultad que tienen los Obispos de dispensar cn tales casos, por la vo- luntad presunta det Pontifice (1). 59. VIE. El Obispo puede dispensar Jos intersticios que previeno el Trid. en cuanto 4 la ordenacion de los Cleéri- gos. I. Con respecto & las Ordenes menores deja el Conci- lio & la prudencia del Obispo el conceder esta dispensa cuando dice: «Minores Ordines.... per {emporum intersti- ntia, nisi aliud Episcopo expedire magis videretur, con- »ferantur. » Ses. 23. cap. 14. Siguese de aqui que, per seloguendo, aun entre las Ordenes menores debe mediar algun tiempo; conviene 4 saber, 6 de una ordenacion ge- neral 4 otra, como algunos afirman, 6 de un dia festivo a otro, como sienten otros. Pero segun la doctrina de mu- chos DD., cualquiera causa es sulicicnte para dispensar de estos intersticios. Entre la prima tonsura y las Ordencs menores es lo mas probable que no serequiere ningun in- tervalo; porque, segun la mas probable opinion, la prima tonsura no es orden. Il. Para e] subdiaconado requiere el Conciljo que pase un atio despues de recibir las Ordenes Menores; pero afiade despues: «nisi necessitas, aut utili- » tasEcclesia, judicio Episc. alind exposcat, » cit. can. 4. La palabra eclesie debe entenderse de la iglesia 4 lacual esta sirviendo el Clérigo, como consta del cap. 11. III, Desde (1) N. 613 y mas difusamente en cl m. 1125. CAP. IIT. DE LOS PRIVILEGIOS DE LOS OBISPOS. 37 e} subdiaconado al diaconado debe pasar tambien un afio; mas en esto puede dispensar cl Obispo por cualquiera causa razonable; pues dice cl Concilio : « Nisi aliud Episcopo vi- »deatur. » Ses. 93. cap. 15. IV. Por ultimo, desde el diaco- nado hasta el sacerdocio serequiere asimismo que pase ull afio, pero con mas rigor; pues exige cl Conc. no solo la utilidad, sino tambien la necesidad de la Iglesia, diciendo: «Ad minis annum integrum, nisi ob Ecclesiz utilitatem, » ac necessitatem aliud Episcopo videretur : » ¢, 14. (1). 60. VIII. Puede tambien dispensar ei Obispo para que se celebre en otro altar 6 iglesia diferente de Ja destinada pore! Fundador, habiendo alguna causa justa, v. gr. si esto redundara en ulilidad de la misma iglesia: 6 cuando el Capellan estuviera enfermo 6 estudiando, 0 ocupado en otros negocios; 6 cuando sin gran molestia no pudiera acudir a la iglesia destinada, 6 por otras causas razona- bles; asi comunmente Castr., Cone., La Croix, los Saim., Barbos., Ronc., Paser., Henrig., Tamb., Mazzot. y otros; pues en este caso interpreta el Obispo (y puede muy bien hacerlo, con arreglo 4 lo que se dira en el n. 68) Ja volun- tad del Fundador. Exeeptua no obstante y con razon La Croiz con Pase., si el Fundador hubicss designado la iglesia y hora por atender 4 la comodidad especial de la familia 6 pueblo, 6 a! culto peculiar de algun Santo. Dicen por el contrario Lugo y Tourn. que si cl Fundador no tuvo sobre esto fin alguno, 6 si le tuvo ha cesado ya, el Sacerdote solo peca venialmente celebrando en otra parte; y aun queda absolutamente libre de toda culpa si celebra en altar privilegiado; porque enténccs redunda esto en mayor utilidad del mismo Fundador (2). 61. TX. Puede ademas el Obispo, labiendo causa justa, dispensar, asi consigo mismo, como con otros, para ce- lebrar despues del mediodia, en sentir de Lug., Vig., Nav, Castrop., Laym.,, los Salm., otc. (3). 62. X. Antiguamente, segun el ean. Missarum 411, de Consecr. dist. 1, podian tambien los Obispos celebrar por sf mismos, 6 por otros Sacerdotes, en cualquicra lugar, y aun en las casas particulares. Mas cl Trid. Ses. 22. in Decret. de celebr. Miss, etc., les prohibidé posteriormente el que diesen licencias para celebrar en otros sitios, (2) Véase el lib. 6, 0, 795. — (2) Ibid, n. 329. —(3) Ibid. n, 344, in Go. T. Wi. 3 38 TRAT. XX. DE LOS PRIVILEGIOS. excepto cn los oratorios bendceidos por ellos, y desti- nados 4 usos sagrados, Jos cuales se reputen como publi- cos; por lo que en ellos todos Jos dias puede celebrarse. Estos oratorios deben tener la puerta 4 la calle publica; mas esto no se entiende con respecto & los dc las casas de los Regulares, 6 de una comunidad, como los seminarios, conservatotios, hospitales, 6 carceles, en los cuales no se exige que tengan la puerla 4 la calle; y puede muy bien celebrarse en ellos en Jos dias solemnes, como declaré ta S.C. Lo propio decimos de los oratorios que tienen }os Obispos en su palacio y casas de campo fuera de las pro- pias Didcesis (4). 65. Podian ademas antiguamente los Obispos ea cap. ult, de Privileg. in. 6, eslando ausentes dc su Didcesis, celebrar por si 6 por otros en cualquiera casa, aun fuera de su propia habitacion. Clemente XI les quild esla fa cultad : pero Inocencio XII se la restituyd de nuevo en su Bula 4postolici ministerii, expedida en 3 de Mayo de 1723, en la cual dijo que la prohibicion no debia en- tenderse en orden 4 las casas en las cuales morasen los Obispos « occasione visitationis, vel itineris, ut nec etiam » quando Episcopi in casibus 4 jure permissis absentes » moram faciunt in aliend domo. » Y esto lo confirind pos- tcriormente en otra Bula Benedicto XII. Pero como este privilegio del Obispo sea personal, advicric Tamd. que Jos demas Sacerdotes no pueden en ausencia de los Obispos celebrar en dichas casas (2). 64. Aqui se ofrece una duda: gPuede el Obispo dispen~ sar alguna vez para celebrar en Jas casas particulares? De derecho ordinario ni esta ni estuyo jamas permitido el ce- Icbrar, sino en lugares consagrados, segun e] can. Sicut, 11. dist, 4. de Conseer. Pero se exceptua en primer lugar en un caso de necesidad, como Se lee en el mismo texto. Eslos casos de necesidad son, 1. si las iglesias estan arruinadas, como se lee en el ¢. Concedimus, dist. 1. de Const. Uf. Si cl Sacerdote anda largo tiempo peregrinando por parajes desiertos, 6 entre infieles, como consla del mismo cap. Concedimus, lil. Cuando e! pucblo no cabe en Ja iglesia. IY. En los campamentos, y en la costa del mar, cuando do no hacerlo asi tuvieran que yuedar muchos sin oir Misa. Tal es Ja comun doctrina de los Tedlogus cilados por cl (1) Lib, 6. n, 357.— (2) N. 358, CAT. WL. DE 1.08 PRIVILEGIOS DE LOS OBISPOS. 39 Cardenal Petra y los Saim. (1). Eo estos casos todo Sa- cerdote puede celebrar en un altar porlatil fuera de Ja iglesia. Pero advicrte Laym. (2) con Suar. y Sot. que si no esta alli el Ohispo, es conduccnie impetrar de él Ja li- cencia. Advierte tambien Castrop. (3) que siendo dudoso cl caso de necesidad, puede dispensar el Obispo, con ar reglo ilo que dijimos en cl Tom, L. Trat. IL. n. 37. Excep- tiase tambien cuando el Obispo concede dispensa para .e- Icbrar fuera de Ja iglesia en algun caso particular con causa justa: pues aunque hoy carecen los Obispos de la facullad que en otro tiempo tenian de conceder esta licen- cia A su arbitrio, como se inflere del cap. Missarum, dist.4, de Cons., donde se permitia celebrar in locis ab Episcopo consecratis, vel ubi ipse permiserit ; y del cap. Hic ego, ibid., donde se lee: Ln locis in quibus Lpiscopus proprius jusserit; y mas claramente todavia del cap. In his, 30. de Privil., donde decreté Honorio If que tos Re- ligiosos Franciscos y Dominicos podian muy bien en vir- tud del privilegio apostélico decir Misa en un altar portatil sin licencia de! Obispo del lugar; dando la razon de que no siendo asi resultaria inutil cl privilegio , pues que sin él pudieran muy bien celebrar fuera de !a igicsia con solo el permiso del Ordinario: Cum autem (son Jas palabras dcl Pontifice) nihil eis conferret memorata indulgentia, sine qué id, Prelatis annuentibus, liceret; de donde toma motivo para afirmar, y con razon, el P. Suar. (4) con Sylv., Sot. y Nav., quo en otro tiempo tenian los Obispos esta facultad de dispensar para que en las casas privadas se celebrase permanentemente y sin necesidad alguna: por cuanto aguella (dice Suar.) no era dispensa, sino el uso de la propia potestad; aunque esta faculiad, repito, se les quit6 4 los Obispos por cl Trid. Ses, 22. in Deer. de Observ. in cel. Aliss., donde se dijo: « Neve paliantur » {los Obispos) privatis in domibus, atque omnind extra » Ecclesiam, et ad Divinum tantiim cullum dedicata ora- >toria, ab eisdem Ordinariis designanda et visitanda »saunclum hoe Sacrificium a secularibus aut Regularibus » quibuscumque peragi; » sin embargo, convienen co- (1) Petra, t.4. in Const, 2. Urb. ¥. n. 31. los Salm. tr. §. de Miss, Sac. c, 4. desde e) n. 30.— (2) Lay. lib. 5. tr. 5. cap. 5. 1.3. — (3} Castr, tom. 22. de saer. Miss. d.4. pp. 8. m. 5.—(4) Suar. tom. 3. in 3, part, seet. 3. vers. secundo. 40 TRAT. XX. DE LOS PRIVILEGIOS. munmente los DD. en que esto se entiendc en orden ala Jicencia de celebrar permanentemente per modum habi- vis, con arreglo 4 la facultad que antes tenian : pero de ningun modo se les prohibié conceder esta licencia ad tempus per modum actis, habiendo una causa justa: tal es la doctrina del P. Suar. loc. cit, vers. secundo, in fin., en donde despues del caso de necesidad exccptuado se expresa ast: « fgualmente, porque esta facultad es per mo- » dum dispensationis: y el Concilio no quits al Obispo la » polestad de dispensar con causa razonable en estas co- »sas, maxime cuando realmente es moralmente nece- » saria.» Y por fin afiade: « Por ultimo el uso lo con- » firma, porque asi se practica sin escrdpulo alguno. » Del mismo sentir es Bonae. (4), el cual dice : « Et Obispo » puede en algun caso, mediando una causa justa, dispen- » sar para que se celebre fuera de Ja iglesia en un lugar » honesto: » y lo propio opinan Regin., Bej. y Cenedo, Despues se remile Jo que ev otra parte dijo (2), donde escribié que puede muy bien el Obispo dispensar en Jas leyes candénicas en cuanto 4 las cosas que ocurren con frecuencia y necesitan de dispensa ; como tambien cuando se atraviesa alguna grave necesidad 6 utilidad, y no se puede acudir facitmente ‘la Sede Aposidlica. Esta doc- trina es conforme con lo que dijimos en el Tom, J. Trat. IT, n, 88. Lo mismo escribe Barbos. (3): « El Con- » cilio (dice) habla del modo comun de celebrar, mas no »les quila 4los Obispos la potestad de dispensar razona- » blemente en caso de necesidad 6 con causa justa.» Del mismo senlires Escod. (4), cl cual dice: « Esta dispensa, y habiendo uma causa razonable, no debe contarse en el snimero de los abusos; pucde por lo tanto el Obispo » conceder esta facultad (la de celebrar fuera de un lugar » sagrado) cuando una persona noble por su mucha edad » 6 indisposicion no pucde acudir a ja iglesia para oir » Misa y recibir la Eucaristia. » Lo mismo escribe Zaym. (8): « No parece que se Jes quilé (4 los Obispos) esta potestad » de dispensar en caso de necesidad, una 6 muchas veces, » si asi lo aconseja una causa razonable, para poder cele- »brar sobre un altar consagrado, en un lugar lonesto, (1) Bonac, de Euch, a. 4. g. ult. n. 9, — (2) Bonac, de Leg. d. 4. €. 2. p. t. m. 17.—(3) Barb,, de Pot.Ep. allegat. 43. n. 9.—(4) Ea+ (ob, t, 3. de Euch. ¢. 6. ne 85.— (5) Layn. be 5. tis 5s Ce 5. te De CAP. HI. DE LOS PRIVILRGIOS DE LOS opisros, 44 » destinado 4 usos profanos. » Lo propio sicnte /elzm., cl cual dice (1): « Debe ademas exceptuarse cuando el Obispo » dispensa por una causa razonable para que pueda cele- » brarse sobre un allay portatil en alguna casa particular, »v. er. en la de un enfermo.» Lo mismo escriben otros muchos DD., como los Salm., Flb. y La Croix (2) con Co- ninch., Rodrig., Pase., Cuarti, Dian., Marcant., Hurtad. y Fagund. Dicha opinion de consiguiente puede con gran fundamento Hlamarse comun. Y léngase presente que cuan- do los citados DD. hablan dela necestdad con respectod esta dispensa, no se toma por Ja de celebrar, porque tal nece~ sidad no necesita de dispensas, como arriba dijimos en la primera excepcion ; sino que se entiende por la de celebrar W oir Misa fuera de ta iglesia, habiendo justa causa para celebrar. Ni se opone 4 esto el decreto de Clemente XI, que objeta el P. Maz., como ni tampoco los de Paulo V y Urbano VIII, por !os cuales se les prohibe &los Obispos el conceder di- cha dispensa;-por cuanto estos se entieuden del propio modo quo entienden el decreto de) Trid. Fscod. y los Salm. n.58. con Philib., Hurt., Nav., Quintad., Dian. y Fagund., esto es, de la dispensa per modum habditds, No ya per modum achis ad tempus ev algun caso particu- lar, habiendo causa justa para dispensar. Y por cuanlo dcspues del decreto del Concilio no faltaron autores, como Soto y Manuel Sa, que dijeron no era culpa grave el ce- lebrar fucra de la iglesia siendo en un lugar honesto; y aun habiendo Soto escrito, segun refiere el P. Suar. (3), que en esto no hay culpa alguna, sicmpre que la Misa se diga en sccreto, de modo que no haya escaudalo alguno ; creo por lo tanto que los citados pontifices prohibieron esto 4 los Obispos con decretos mas cliros y apremiantes. Didase tambien cuantas veces puede conccderse esta dispensa? Los Saém. opinan que una 6 dos; mas otros, como Suar., Laym., Bonac., Escob., Holzm. y Lib. con Pasq.,etc., hablan indefinidamente, y entienden que puede concederse durante aquella enfermedad 0 otra causa acci- dental. Y no sin fundamento se expresan asi; porque la (4) Holzm, tom.2. de Euch. ¢. 2, 0. 370. v.Excip. prat.—(2) Los Salm. de Sacrif. Miss. tr. 5. c. 4. n. 56. Elb., Th. Mor. cod. tit. p. 136. n. 233. La Croix, lib, 6. n. 203.— (3) Suar, i 8. p. tow.3. dy BA. sect. 3, in prince, 42 TRAT. XX. DE 1.05 PRIVILEGIOS. prohibicion de dispevsar, como arriba se ha demostrado, solo se entiende en orden a las dispensas permanentes , 00 a las que se conccden ad tempus por alguna causa transi- toria; y es una cosa cierta que las prohibiciones, como attiosas, deben interpretarse siricté. Hay ademas sobre este punto una declavacion que cita Gatlemarte (1), en la cual se leen estas palabras : «Permittit Pontifex Ordinarii » arbitvio, necessitate personarum, et infirmilatis quali- » fate pensata, ut pro infirmorum commodilate cliam in » privato oratorio, vel altari ad hoe depniato acultatem » celcbrandi concedat. » Lo propio admite el Card. Pe- ira (2) cuando dice que puede cl Obispo conceder Ja li- cencia para celebrar en Ja casa dé una persona insigne que esti enferma, 4 fin de que oiga Misa y reciba la comu- tion. Agregase 4 todo esto que hablando Honorio IIT de Ja facultad de cclebrar en el] cit. cap. In his, 30 de Pri- vil., dijo que en este punto debe hacerse mas bien una interpretacion benigna. Y si dicha licencia pueden conce- derla los Obispos cn obscquio de los seglares cnfermos , para gue no se priven de la Misa, como arriba queda di- cho, mucho mas pueden concederla 4 los Sacerdotes que tienen cierta necesidad de colebrar frecueniemente, como se infiere del Trid. Ses. 25. cap. 14, donde se lee: «Curet »Episcopus, utiisaltem dichus dominicis et festis solemni- » bus.... Missas celebrent.» No me atreveria yo por lo tanto & excusar de la culpa venial al Sacerdote, que pudiendo celebrar todos los dias (dejando por reverencia uno 4 Ja se- mana) nolo hiciera por pereza; puesto que el Sacerdote no solo celebra por si mismo, sino tambien por toda la Iglesia, de Ja cual cs un ministro, y por todo el pueblo cristiano, en favor del cual es un intercesor en el altar, como dice el Andstol : «Oninis namque Pontifex ex homs- » nibus assumptus , pro hominibus constituitur iu iis que » sontad Dewn, ut offerat dona etsacrificia pro peccatis.» Hebr. 3.4. De aqui nace, como iba diciendo, cierta neco- sidad de celebrar por parle del Sacerdote; y por lo mismo preden con mas facilidad concederle los ‘Obisposta licen~ cia de celebrar cn su propia casa durante su enfermedad, G3. XI. Basla Jo que sobre este punto se lia dicho. Pa- scmos ahora i hacer otras observaciones. En cl cap. fin. (1) Galtem.in Trid. Ses verily Obsery., cte., N.G.~- (2) Card. Petr. & 4. in Const, 2. Urbani ll. n. 32, CAP. IIE. DE 108 PRIYILEGIOS DE LOS OBISPOS. 45 de Penit. et remis. se lee que se les concedié a los Obis- pos que habitan fuera de su propia Didcesis, y 4 los Pre- lados menores exentos , bajo cuyo nombre se comprenden los Abades y Supcriores locales , y hasta tos Prelados de la Curia Romana, como Jos Protonotarios , Auditores de la Rota, ctc., como dicen Suar., Lug., Dian., ete., c) poder clegir para si un Confesor, sin necesidad de lalicencia de su Ordinario. Pero Ja S. C. declard (y ast lo confirms tambien Gregorio XU apud Fagn.) que esto se enliende en cuanto pueden clegir un Saccrdote stibditosuyo , bolo que no losea, peroque esiéaprobado porel Ordinario pro~ pio, esto cs, por el del domicilio del mismo Sacerdote , como explica Lugo (1). De igual privilegio disfrulan los Cardenales, pero no cn otra parte que en Roma, como siente Fagnan, : pudiendo elegir por Confesor acualquicra Sacerdote, tanto para si mismos como para su familia, ai cual pueden }levar lambien fuera de Roma; é igual con- cesion se hizo tambien 4tos Obispos (2). 6G. XJ. Los Obispos son unos delegadus de la Sede Apostdlica , para conservar Ja clausura de !os Monasterios de Religiosas, aun de las exentas y de las que cslin su- Jetas 4 los Regulares, como demostraremos en eln. 87. De aqui infleren Natal. de Alex., Bautr., Cleric., Pelliz. y otros (contra Dian. y Puasc.), que pueden muy bien los Obispos reservarse los casos en orden 4 laclausora, y asf lo declaré Ja S. C. del Concilio cn 16. de noviembrede 1720. Lo cual debe tambien entenderse respccto de los Jesui- tas, elc,, no obstante lo que se dijo en el Zr. XLX. 2. 45. Véase mas adelante ef n. 80. G7. Todos los Conlesores de Monjas, hasta los de Jas exentas, deben ser aprobados por cl Obispo, como pres- cribid Gregorio XV en Ja Bula Znscrutadili, confirmada en todas sus partes por Clemente X en otra que tambien empieza Jnscrutadili, 7, por Benedicto XIIL, y Gltima~ mente por Clemente XII, el cual renovden todo Ja Bula de Gregorio (de que hablaremos abajo en el 2. 80), aun en ér- der Alo que Benedicto XU habia concedido contra ella (3). ¥ por lo mismo dice amb. que hasta las Monjas exen- tas incurren en los casos reservados por el Obispo; porque asi como este puede en la aprobacion }imitar el tiempo y (1) Véase ct lib, 6.0, 563, ¥, dub, 4. (2) Lib, 6. m. 563. ¥. dub, 14,—-(3) N.597. 44 TRAT. XX. DE LOS PRIVILEGIOS. Jas personas, as{ tambien los casos. Otros empero opinan mas comun y probablemente lo contrario, tales son Pe- liz, Quintanad. y de Alew., porque las Monjas exentas estén fuera de la jurisdiccion del Obispo, y Ja aprobacion del confesor solo mira 4 su idoneidad ; tanto mas cuanto en la Bulade Clem. X, que empieza Superna , se dice que puede timitar el Obispo el tiempo, lugar y personas, y ninguna mencion se hace de ios casos (1}. Mas esto no tiene lugar en orden a la clausura, respecto de la cual puede muy bien el Obispo reservarse, asi el caso, como la cen- sura, segun dijimos en el Yrat. XIX. n. 43, y diremos en el #. 80. Néiese tambien que, segun Ja Bula Pastoralis de Benedicto XIV, puede el Obispo sehalar un Confesor extraordinario 4 las Monjas exenlas, si su Prelado regular se negara & ello (cuyo Confesor debe ser de otra Orden, 5 seglar); y esto no solo en el articulo de la muerte, sino tambien en vida todos los aiios (2). 68. XIII. Afirman muchos DD.,como Angelo, Silv.,Ar~ mil, Tabiena y otros con La Croix {el cual subscribe 4 su opinion), que puede el Obispo conmutar con causa justa las disposiciones piadosas de los testadores, fundados en que ticnen potestad de dispensar en laley que manda cum- plir las ultimas voluntades , toda vez que haya una causa justa ; y loconfirman por el Trid. Ses, 22. cap, 6. Pero nosotros Jlevamos Ja coniraria , que es la mas probable , con Afol., Laym., Sanch., clc., porque enel cap. Tua, de Testam., y en el cap. 8. de la misma Ses. 22, manda el Conc. los Obispos que cumplan con exactitud las ulti- - mas voluntades. Ni obsta to que objetan y se lee on el mismo cap. 8, porque alli solo se les da comision 4 los Obispos para que examinen y vean si son 6 no verdadcras las causas cuando la Sede Apostolica conmuta Jas ultimas voluntades. Tanto mas cuanto que ex la Clementina Quie contingit, de Relig. dom., se dice que los biencs deslinados @ algun uso no pueden ser aplicados 4 otro, sino por la Sede Apostdlica. Es sin embargo muy probable la opinion de Laym., Bonac., los Salm., Coninck. y Trull., quienes dicen que si sobrevicne alguna causa 6 si el testador igno- riba una, tal que conociéndola hubiera dispuesto sus cosas de otro modo, en este caso puede el Obispo con- mutar la obra, pero en union con el beredero; si bien (1) N. G02, q. VIL=(2) N, 576, CAP. If. DE LOS PRIVILEGIOS DE LOS OBISPOS. 44 afirman muchos DD. que aun cuando este se oponga, puede no obstante hacerlo el Obispo (4). 69. XIV. Dicen ademas los DD. Viva, Dian., Trullenc., Busemb, y otros, que puede e] Obispo hacer una composi- cion en las restituciones inciertas (esto es, aquellas cuyo duciio es incierlo) que deben distribuirse & los pobres; porque tal composicion (como ellos dicen) por ninguna ley se les reserva & los Obispos; y por el contrario es con- forme 4 la voluntad presunta de los acreedores. Pero con mas fundamento opinan lo contrario Lug., Afolin., Tur- rian., Cordud. y otros, porque Ja administracion de tales bienes solo corresponde al Pontifice 6 al Principe (2). Yen realidad de verdad Benedicto XIV, en su Bula Pastor bonus , expedida en 23 de Abril de 1744. concedid esta fa- cultad 4 la S. Penitenciaria (3). Véase el Zrat, XIX, n. 148 ad X. . 70. XY. Afirman asimismo La Croix, Tamb. y Pase., que puede el Obispo disminuir cl numero de Misas que dejé el lestador, cuando por la cortedad de la limosna no sc encuentra quien las celebre. Mas 4 esto se opone el P. Cone., y en fundamento sin duda ; porque el decreto de la S. C. expedido por mandato de Urbano VIL, y confir- mado por Inocencio XU, prohibe rigurosamente 4 los Obispos la reduccion, modcracion 6 conmutacion de las cargas de las Misas impuestas in limine fundationis, y despucs del Tridentino , queriendo que absolutamente se recurra en orden a este punto 4 Ja Sede Apostdlica; por- que acertadamente se decliré en el mismo lugar que la facultad concedida a los Obispos y otros por el Concilio Ses. 23, cap. 4, debe cntenderse por la reduccion de las Misas dejadas Antes del Concilio. Dicen empero Fagn.y Felin, que si las rentas eran al principio suficientes, y des- pues sedisminuyeron cn iérminos que ya de ningun modo Io son, en este caso no parece que se les ha quitado 4 los Obispos la facultad que de derccho comun ticnen para mo~ derar Jas Misas, segun el cap. Non quidem, de Testam. (4). 1. Ya se dijo arriba cn cl». 55 que es probable puede dispensar el Obispo en Orden di todas aquellas cosas res- pecto de las cuales no esta reservada especialmente al Pon- {1) Véanse olras muchas observactones sobre este punto en cl fib, 3.0. 93t. quar. 2,- (2) Lib, 3. n. 502. ¥. Notat,—(3) Lib.7. 0. 470, B1X.- -(4) Vase el lib, Gn. 331. ¥. dub, 2. 46 TRAT. XX. DE LOS PRIVILEGIOS. tifiee la dispensa. Hasta donde se extienda la facultad de los Obispos en érden 4 Ja relajacion del juramento, y con- mulacion 6 dispensa de los volos, ya se dijo en el Yom. I. Trat. V.n. 19, 42 y siguient. Nolese aqui por utlimo que, segun el Tridentino Ses. 21. cap. 7, puede el Obispo unir 6 trasladar 4 otra iglesia los beneficios simples reducidos ‘ya & tenues rentas, 6 fundados en un templo que con ct discurso del tiempo ha venido 4 arruinarse, en términos quc ya no es susceptible de reparacion ; véase & Lar- bosa (4). Puede ademas el Obispo unir & los Seminarios los beneficios simples, aun reservados 6 afectos 6 vacantes en Ja Curia Romana, segun el Trid. Ses, 23. cap. 18. Puede tambien cn tiempo de la visita obligar a los parro- quianos 4 suministrar al Pirroco lo necesario, como se infiere del Trid. Ses. 21. cap. 4. Puede asimismo erigir nuevas parroquias, y dotarlas con los frutos de la matriz, si esta tiene pingdes renias, pero sin perjudicar al posce- dor; usfconsta del Trid. en e} lug. cit. Puede tambien unir dos parroquias si estando separadas , no puede cada una sustentar su Parroco, 4 no ser que el pueblo esté tan dis- tante que no haste la asistencia de un solo Parroco, ibid cap, 3, CAPITULO IV. DB LOS PRIVILEGIOS DE LOS REGULARES. PUNTO J. DE LOS PRIVILEGIOS PERTENECIENTES A TODOS LOS REGULANFS EN COMUN. 92, 73 y 74. 1. De la exencion de la jurisdiceion de Ios Obispas. —~ 75, Casos exeeptuados, especialmente en érden 4 la celebra~ cion de Misas. — 76. Declaracion de la S.C, — 77, En que caso puede el Obispo obligar 4 Jos Regulares, cle. — 78. Si estan estos obligados a Jos preceptos de los Obispes. — 79. Si puede ¢l Obispo visitarlos, — §0. $i visilar la clausura de las Monjas. — 81. Si pedir cuenta de las Misas dejadas, etc, — 82 y 83, L. En qué casos pueile proceder criminalnente, ete. — Del 84 al 87. IF. De ta obligacion de los diezmos, — 88. TI. En orden jilas fundaciones, — 9. De ios Monasterios sujetos al Obispo. — 90. 1V, Del Juez Conservador. — 94 y 92. Dela Sepultura, ~ 33 y 94. De la porcion candnica, ete, 72.1. Los Regulares tienen el privilegio de estar exentos 44) Barb. de Potest. Epise, all, 66. ex n. 45. PUNTO 1. DE £05 PRIVILEGIOS PERTENEC., ETC. 4T de la jurisdiccion de tos Obispos, pues los Prelados Ke- gulares tienen respecto de sus iglesias y monasterios ju- risdiccion cuasi episcopal, asf en cuanto 4 las personas como en cuanto 4 los lugares, segun prueban los Satm., Jos cuales tratan mas por extenso de todos los privilegios dichos en este punto; pero nosotros solo nos ocuparcmos aqui de las cosas mas dignas de saberse (1). 75. Asi que, en cuanto 4 la exencion dicha, debe no- tarse 1° que en la duda de un privilegio ta decision le cor- Tesponde al Papa, como declaré Clemente IV y otros Pon- tifices (2). Ndtese lo 2 que los Regulares no pucden ce- der 4 este derecho de sancion, como consta del cap. Cum tempore , de Arbitris , porque esto redundaria en perjuicio de la Religion. No puede por lo tanto prevalecer en esle punto ninguna costumbre en contrario (3). 74. Notese to 5° que disfrutan de este privilegio no soto tos profesos y legos , sino tambien los novicios, los cuales en lo favorable se comprenden bajo el nombre de Religio- sos, y hasta los Terceros y Beatos , como se dijo cn el x. 8. Los eriados de los Regulares que les estan sirviendo en la actualidad y residon dentro de los claustros de los Monas- terios, viviendo bajo su obedicncia, estin tambien cxen- tos, segun el Trid., Ses. 24, ¢. 11, de la jurisdiccion de los Obispos, asi en érden 4 las censuras (segun Ja Bula de Alejandro IV apud Salm.}, como a la coinunion pas- cual (4). Notese lo 4° que los apdstatas y fugitivos pueden ser prendidos por los Obispos; pero solo para presentarlos asus Superiores. Unicamente podrian castigarlos el Obispo cuando sus Monasterios estuviesen muy lejos, y despues de amonestados se negiran 4 volver a cllos, segun el Trid., Ses. 7. cap. 14 (5). Véanse otras observaciones que se harén sobre este punto en los xm. 82 y 83. Nélese lo 8° que los seglares que existen cn los Monaslerios, si co- meten en ellos algan delilo, no incurren cn las penas im- puestas por el Obispo (6). Exceptdase si contravienen 2 jas 6rdenes del Obispo relatives 4 Ja celebracion de las Mi- sas , como diremos al fin del numero siguicnte. (4) Salm. ur. 18. c. 3. 0, 3.— (2) Ibid, 1. 6, ~— (3) Ibid. tr. 48, 3, n. 7.—(h) Véanse los Salm. ¢. 3... 8, y nuestra Obra lib. 6. ne 240. in fine,—~(5) Los Salm. cap. 3. n. $.— (6) Los Salm. ibid. n. 9, y tr. 40, de Censur, ¢. 5. n. 143, con Laym., Avil., Peir., Garcia ¥ oiros muchos, 48 TRAT, XX. DE LOS PRIVILEGIOS. 78. 6° En este lugar se anotan por el contrario muchas cosas respecto de las cuales no se eximen los Regulares de la jurisdiccion de los Obispos : 4° Sin licencia de los Obis- pos no pueden los Regulares edificar Monasterios, segun Ja Bula de Urbano VIiI , publicada en 28 de Agosto de 1624. Y téngase presente que en la de-Gregorio XV, que empieza Alias, se les prohibe i los Obispos conceder esta licencia, si no pueden sostenerse en el Monasterio con las rentas 6 limosnas doce Religiosos por lo ménos; mas esto no se enticnde en cuanto a las casas de hospitalidad, como dicen Barb., Peirin. y otros. 2° Tampoco pucdeo los Regulares sin licencia del Obispo publicar ningun libro, como consta del Trid., Ses. 4, decret. de Edit. librorwm (1). 3° El Obispo puede obligar 4 los Religiosos i que restituyan 4 los novi- cios que no quieren profesar todo lo que aportaron 4 su ingreso en el Monostevio (2). 4° La disposicion que haya de hacerse por el novicio, no siendo dos meses antes de pro- fesar, no puede verificarse , segun el Trid., Ses.23. cap. 16, sin licencia del Obispo 6 Vicario. 3 El Obispo ticne la potes- tad de entender en union con el Superior del Religioso en la causa de Ja nulidad de la profesion (3). 6° El Obispo t otra persona por é] delegada dcbe examinar Ja voluntad de las doncellas, cuando entran 6 profesan en los Monastcrios , segun el Trid., Ses. 25. cap. 17. Mas esto debe hacerlo en el término de quince dias; de olro modo ya no puede en- trometerse mas en este asunto. 7° El Obispo puede prohibir que en los Monasterios de Monjas, aunque sean exentas, se reciban mas de las que pucdan en ¢l sustentarse , aten- didas sus rentas, como se establecié en la Bula de San Pio V (4). 8° Puede obligar 4 los Monjes que viven perma~ nentemente fuera de Jos clanstros de !os Monasterios, por las deudas contraidas por ellos con personas pobres, co- mo huérfanos, viudas, etc. (3). 9° FE] Obispo puede obligar a los Religiosos 4 que asistan 4 las procesiones, segun el Trid., Ses. 23, cap. 15, con tat que los convoque no por un edicto piiblico, sino personalmente por medio de un mensajero (6). 10° El Obispo tiene jurisdiccion sobre los Monaslerios que no pueden sostener doce Religiosos, como se dird en el 2. 88. Se exceptuan por ultimo las érdenes de (1) Los Salm. c. 3. n. 10 y 12.— (2} Véanse los Salm. tr. 15. ¢. 3. p. 7.—(3) Ibid. cap. 5. n. 15. — (4} Los Salm, tr, 48, ¢, 3, De 1h.-— (8) Ibid, n. 15.-— (6) Ibid. n, 16 y 17, PUNTO I. DE LOS PRIVILEGIOS PERTENEC., ETC. 49 Jos Obispos en cuanto 4 la celebracion do las Misas : pues con respecto a este particular establecié el Trid., Ses. 22, de Observ. in celebr., quo los Obispos se proitizvan como delegados apostélicos diciendo : « Ut non soliim ex ipsi, a sed quaecumque alia hie pertinere visa fuerint, ipsi.... » ul delegali Sedis Apostolicee probiheant, mandent, ete.; » alque ad ea inviolalé servanda censuris ecclesiasticis naliisque poenis. fidelom populum compellant : non » obstantibus privilegiis, cxemptionibus, ac consueludini- » bus quibuscumque. » Debe asimismo notarse en este lu- gar que hay una respucsta de la S. C. al Obisp. Nebiens., dada en 7 de Febrero de 1652 ( 4.44, decret., p. 861, @ tergo) , donde generaimente hablando se dijo lo que sigue : «to his ja quibus a jure communi, 4S. Concilio Trident. » a Constit. Apostolicis tributa est Episcopo jurisdictio in » Regulares , potest illos eliam per censuras ecclesiasticas » compellere. » Y lo mismo se‘decidié en 4 de Junio de 1672 Hb. 27, deerct., p. 406), Por lo cual, como observa muy bicn Benedicto XIV (1), los Obispos en érden a celebrar Misas pueden obligar a todos, aun & los R: gulares, a ob- servar, 10 Solo Jo extablecido por el Concilio, sino tam- hien lo que dispongan por sf mismos. Por lo cual c) Emi- neutisimo Cardenal Spinehi, siendo Arzobispo de Nipoles, en 3 de Enero de 1743 , mando sabiamente bajo la pena de suspension 4 Divinis, aun & los Regulares, que no admi- tiesen a celebrar en sus iglesias A ningun Sacerdole foras- tero sin licencia del Ordinario. 76. Nolaremos tambien vlras declaraciones de Ja S. C. en un deereto del 2 de Julio de 1520, 1° Los Regniares pie- den adinitir Jas ofvendas de los devotos, pero sin mencigar por la igtesia. 2° No pueden usar de palio 6 capa pluvial por la parroquia fuera de sus igiesias 6 del recinto deellas: como ui tampoco hacer procesiones, ménos que haya cos~ tumbre en contrario, como dicen Rodrigues , Bordon. y Villalob. (2). 5° Llamadgs para que asistan 4 los fanerales, deben dirigirse 4 la iglesia donde sla ya reunido el Clero; mas en esto dicen los Suda. con Lezan. que hay costam~ bre cn conwario (3). 4° No puede prohib ss que cele- bren cu sus iglesias antes de fa Misa parr oyoial, como ni taunpoco cl tatier las canipanes, como declaré S. Pio ¥ en {1) De Synod. lib, 9.¢. 15. n. 5. — (9) Vianse tes sto), un. 18, cap. 8 ne 48 y 19. ~ (3; Cit a, 19, TT. 4 50 TAT. XX. DE LOS PRIVILEGIOS. la Constitucion tsi mendicantium, §2. 8° Los Regulars: no pueden publicar los Matrimonios. 6» Pucden predicar cn sus iglesias en c] Adviento y Cuaresma, aunque haya sermon en la Parroquia (1). 77. Kn tres casos pucde el Obispo obligar 4 los Regula~ res 4 la obediencia, aun imponiéndoles censuras : I. Puede obligarlos 4 restituir sus efectos 4 fos novicios, como queda dicho, segun el Trid., Ses. 28, cep. 16. 11. A guar- dar ja clausura, hablando de las Monjas: Trid., 2b., cap. 5. HIE. A observar todo Jo dispuesto por el Obispo en cuanto 4 la celebracion de las Misas, como se dijo ev el nx. 73. Respecto de lo cual cita Benedicto XIV (2) dos decretos del S. Concilio; en los cuales se dice que los Obispos, como dclegados apostdlicos, pueden compeler, aun usando de censuras, 4 los Religiosos, y proceder contra ellos , si ad- miten para celebrar en sus iglesias 4 los forasteros sin licencia del Obispo , segun el Trid., Ses, 2%, decr. de Ob- . serv. in celebr., donde se previno, y en especial 4 los Obis- pos: « Interdicant ne cui vago, ve! ignoto Sacerdoli Missas » Celebrari liceat. »y ¥ puede e! Obispo en los demas casos arriba citados compeler con censura & los Regulares? Barbos., Garcia y otros dicen que si; pero opinan mas comunmente lo contrario Sanch., Lezan., los Saln., ele, por los muchos privilegios papales que sobre esle punto citan; y afiaden con Barb., Dian. y Lezan., contra otros, que el Obispo no puede denunciar & los Regulares exco- Mulgados, ni aun por un detilo prtblico (3). 78. Aqui se prescntan varias cucstiones : 1* ¢Estan obli- gados los Regulares 4 los decretos de los Concilios Provin- ciales 6 Diocesanos, 6 4 otros preceptos del Obispo? Es una cosa cierta que Do eslan cn obligacion de asistir 4 di- chos Concilios, ménos que No sean Parrocos, como consta del Trid., Ses. 24, cap. 2, y de varios decretos de la S. C. Mas por lo que hace Ala pregunta dicen Yazg., Sanch., Beean.y otros que estin obligados & todas aquellas cosas que no perjudican a Ja regular observancia, pero no con tuerza coactiva, de modo que contraviniendo no incur ran en pena alguna, sino solo con fuerza directiva, esta es, 4 fin de que se conformen con Ja reptblica, de la cual son miembros. Olros empero, como Suar., Lezan., los (1) Véase apud Salm. c. 3. n, 19.— {2} Do Synod, lib, 0. cap. 45, h. 5. (3) Los Salm. cap. 3. § 3. per totum. PUNTO I. DE LOS PRIYILEGIOS PERTENEC., ETC. B4 Salm., etc., opinan lo contrario (coo tal que esto no sea preciso para evitar un escandalo; 6 en el caso de que un Religioso tuviexe algun cargo con dependencia del Obispo, como por ejemplo de Parroco, Confesor, Predicador, etc.) Y Jo prueban por el cap. 4 de Privil., in G, donde se dice que los Regulares se eximen de los preceptos de los Obis- pos con excepcion de los casos expresos en el derecho. Aiiaden que la razon de los contrarios hace fuerza cuando las partes son homogéneas, no heterogéneas, como son los Religiosos, los cuales no tienen olros muchos cargos partic culares como sucede con los seglares. Pero cn dos ocasiones estén sin duda alguna obligados 4 la obediencia, como sce lee en el Trid., Ses. 28. eap. 12. ]. En cuanto 4 Ja obser- vancia del entredicho puesto por el Obispo , siempre que le observe la iglesia matriz. II. En cuanto a observar jas festividades dispueslas por el Obispo (1); ademas de sus érdenes en cuanto a Ja celchbracion de las Misas, como arriba se dijo ». 73, circa finem. Nélese tambien que puede el Obispo prohibir 4 los Regulares el oir confcsiones cn sus propias casas 6 celdas, scgun el decrelo de la 8. C. expedido en 18 de Setiembre de 1617, como puede verse apud Ferrar. (2). Puede asimismo probibir & todos los Confesores el confesar ’\ Jas mujeres 6 jévencs del olro sexo fuera del confesonario, bajo pena de suspension ab au- diendis confessionibus, Segun decreto de la S. Cong. de 18 de Diciembre de 1693, apud Ferrar. (3). 79. Cuestion 2%. gPucden jos Obispos visitar las perso~ nas y monaslerios de los Regulares? Comunmente ha- blando es indudable, segun cl cap. Nulti, 16, quest. 1, yeiTrid., Ses, 25, cap.8, que estin exentas de la visita del Obispo asi las personas como Jas iglesias y monaste- tios de los Regutares (con tal que en cllos habiten doce Religiosos; yéase el x. 88). Y segun varias declaraciones de Ja 8. C. lo estan tambien las iglesias parroquiales de los seglares que eslin sujetas 4 los Regulares, y cuyo Parroco es Religioso , quien si delinque , aun en drden 4 su oficio, no pucde ser castigado por cl Obispo. Mas esto no ohs- tante , cl dia de hoy ademas de la Bula /nserutabili de Gregorio XV, tenemos otra de Benedicto XIV que empicza Cum nuper, publicada en el afio de 1731, cn Ja cual de- (1) Véanse los Salut. trat. 18. cap. 3. § 4. per totum.— (2) Ferrar, vid. Confessarius n. 8.— (3) Idem loc, cit. n. 10. 52 TRAT. XX. DB LOS PRIVILEGIOS. claré y definié que los tales estin sujelos al Obispo, « it » his vel que ad ipsum spectant exercitium cura anima- » rum, vel etiam ad corum vitam et mores pertinent.» Pero el mismo Benedicto XIV trata mas por extenso este punto en cierta Bula peculiar que empieza firmandis, pu- blicada en 6 de Noviembre de 1744, en la cual establecié varias cosas: 1° Que los Parrocos Regulares estén sujetos en un todo a Ja jurisdiccion, correccion y visita del Obispo, respecto de fas cosas concernientes a !a cura de almas y propias costumbres. 2° En cuanto a la visita local pueden visilarse el altar donde se custodia el Sanusimo, el Sagrado Tabernaculo, la Pila Bautismal , el confesonario del Par- Toco, el Piifpito desde cl cual predica este, la Sacristia para inspeccionar Jas alhiajas sagradas , el sepulcro de Jos parroquianos , y su cementerio, la torre si tiene campanas parroquiales , y todos Jos vasos sagrados. 3° En orden dla personal, debe examinar Ja vida y costumbres del Parroco Curado, en Orden 4 las cosas que extra claustrum pro- dierint ; como tambien si tiene titulo legitimo para ajercer aquelia cura, si ohserva !a residencia, si llamado & Sinodo acude 461, si tiene frecuentemente conferencias sobre ca- sos de couciencia, si ha levantado las cargas de la cura de almas, si aplica la Misa por ul purblo, si predica en los dias festivos , elc., si acude al conlesonario , si asiste 4 los enfermos , si instruye 4 Jos nifios anies de recibir el Sacra- mento de la Confirmacion y Comunion; si se informa de los impedimentos de] Matrimonio, si estén los esposos instruidos en las cosas de la fe, y si tienen en buen orden los libros parroquiales. 4° Que aunque los Superiores Re- gulares no pueden delegar a olro para Ja cura de almassin la aprobacion del Obispo, pueden no obstante removerle sin su noticia; y asimismo puede el Obispo privarie de di- cha cura sin consentimicnto de! Superior, si asi lo exige alguna causa justa, cic. Puede tambicn visitar las iglesias angjas y sujetas 4 los Monasterios , si la administracion de ellas corre por cuenta de Parrocos seglares, como en di- ferentes ocasiones declaré la S.C. apud Belar. et Bard. + excepto cuando estuviesen incorporadas @ los Monasterios, 6 fucsen nullins Diecesis. Pucden asiinismo los Obispos visilar las Cofradfas de los seglares , fundadas ca los Mo- nasterios, mas solo en orden 4 la adminislracion de los dienes , no en cuanto 4/08 allares, como consta del Trid.,

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