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DASERARMIMALRME® 2B DOa neaPimarwa, PARA GOBBANAR RECTAMENTE LAS ACCIONES PROPIAS ¥ LAS DE OTROS, OBRA MUY UTIL, eopecralmente a fos (Directores de fas afmas. madurrs ey 1TALIANO POR EL PADRE JUAN BAUTISTA SCARAMELL, DS LA COMPANIA DB I2838, Y¥ DADA A LUZ TRADUCIDA POL D. PRORO BONRT, Agente ve. negocios ve los Veales Consejos, UN TOMO, CDN LICRNEIA. GERONA: IMPRENTA DE LA ViUpA & BWO DE FIGARG, 1853, WOOP as, Este tratado de Discernimiento de los eapiritus es consi- guiente 4 los Directorios ascético y mistico del mismo autor, que se han dado al publico con singular acéptacion. por su hella y delicada doctrina; y se venden en la misma libreria que éste, DISCRRNITANTD DE LOS ESPIRITUS, PARA GO2ZBRYAR RRCRANZNLZ LAS ACSIDNBS 2RGPIAS Y LAS DE OTROS. INTRODUCCION A LA OBRA. gern ie ® & L camino por donde camindmos en la peregri- Staxcyasy necion de nuestra vida‘, dice @1 Sabio en los Coegee Proverbios, que tal vez nos parece derecho, y 4 la verdad es engaiioso; parece que nos conduce al término dela vida.eggrna, y en la realidad nos lleva 4 la muerte y ala perdicion:” Est via, que videtur homini recta: & novissima ejus deducunt ad mortem, (4) Pero lo que afiade en el siguiente ca- pitulo nos debe hacer aun mas sospechosos y mas temerosos de nuestras acciones: Omnis via viri recta sibi videlur: appendit au- tem corda Dominus. (2) Por aquellas palabras ::omnis via viri, dice Cornelio’ Lapide, qne se debe entender el hombre bue- no, el cual considerando atentamente sus acciones, nada de mal recdnoce-en ellas; mas Dios que con usta vista ‘limpisima penetra lo intimg de nuestros corazones, no las reconoce por buena, por verlas manchadas con algun mal efecto 6 sinies- tra intencion: Onis via, hoz est, actio viri probi, videtur ipsi, etiam studiose perpendenti, & persct utanti, esse proba & recta: at Deus penetrat , ponderatque singulorum corda; ac se@pe vie det in eo latere aliquem affectum vitiosum, qui causa est actio- UF Prov. i6.¥. a5 © $8) Abid. ve nis, illamque vitiat , & inguinat, aut certe minus probam, € sanctam efficit. (1) : 2 “Por eso nos inculca tanto el Apéstol, que eximjnemos todas nuestras obras, y que inquiramos si su origen y oe es hueno 6 defectuggo ; para que hallandolas. uenas 4 la luz de una recta discrecion, las abracemoss mas reconociendo en ellas alguna apariencia de mal, las ‘rechacemos: Omnia probate , gune bonum est , tenete: ab omni specie mala abstinete vos. (2) En faltando. esta discrecion , toda’ virtud, dice 8. Bernardo, pierde su lustre y se cambia en vi- cio abominable: Tolle hanc, (nempe diseretionem) & virtus vitium erit. (3) Porque la discrecion es la que modera los afectos, regula las buenas costumbres, dirige todas las virtw- des, y 4 todo da norma, da modo, da érden, da decoro y estabilidad: Est ergo discretio non tam virtus, quam modsra~ trix, & auriga virtutum , ordinatrixque affectuum , & morum. doctria... Discrétio quippe omni virtuti ordinem ponit , ordo mo~ dum. tribujt, & decorem, etiam & perpetuitatem. De donde in- fiere el Santo ser necesario, que quien corre por la carrera de la cristiana perfeccion lleve en la mano-la hacha encendida de una sabia discrecion, si quiere llegar sin tropezar 4 la con- secucion de la virtud, de quien ella es madre: Ergo ne incur- vat, qui currit, illuminari necesse est lumine, discretionis, quae mater virtutum est, & consummatio perfectionis. (4) 3, Todo. esto confronta maravillosamente con la célebre sentencia del: gran Padre de los monges S. Antonio Abad, abrazada con undnime consentimiento de ‘todos los Padres. de Egipto. Habiéndose jantado éstos en una conferencia‘de espi- ritu para examinar 4 cual de las virtudes seylebia dar la pri- macia: despues de haber expuesto varios sus parecare dife- rentes y digcordes, se levanté en pie el santo Abad: Antonio, y definié que en eb coro. de las virtudes a sola la discrecion se debia conceder la preeminencia, porque ella es. la madre, la’ ee en \ 02 Cornet. tn prad. Text. Las Ad Thgas. §. ar. (34 Berm. serm. 49,40 Cant. 4.44 Id in Cirenmes. Dogial y,serm. 3, ‘se : -$- guarda y reguladora de todas las otras virtudes: ella es la que con seguridad conduce las almas 4 Dios, las hace subir 4 la cumbre mas alta de la perfeccion; y de la falta de ella pro- viene que trabajando algunos sin cesar, jamas Ileguen 4 la al- teza de la santidad: Et ta tam B. Antoni; quam universorum (scilicet Patrum Egypti) sententia definitum est, discretionem esse, que fixo gradu intrepidum Monachum perducit ad Deum; preditasque virtules jugiter conservet illesas , cum qua ad con- Summationis excelsa fastigia minore possit fatigatione conscen- di; & sine qua multi etiam propensius laborantes , perfectionis nequiverint culmen attingere. Omnium namque virtutum gene- ratriz , custos, moderatrixque discretio est. (4) 4 No puedo pues yo hacer cosa mas util para cualquiera” 4 cnyas manos llegare este mi pequeiio libro, que presentarle en él un cuerpo de reglas aptas para discernir la calidad del propio espiritu: quiero decir para entender 4 quien tenga él por guia de sus pensamientos y de sus afectos;. si al demonio, si al amor propio, 6 si & Dios. Porque 6 serd él persona espi-- ritual: y en tal caso con. esta discrecion de los espiritus, po- dra cautelarse de los engaiios, y arreglar todas sus acciones de- tal modo, que con velocidad y seguramente corra por el ca- maino de la perfeccion conforme 4 la dectrina de los Santos; 6 seré persona del mundo: y en ese caso el conocer las astucias con que el. demonio interiormente le engafia, servira mucho: para no-desviarse de la seada derecha de la eterna salud , como dice S, Lorenza Justiniano: Jn spirituali.certamine diaboli: nom ignorare astutias., plurimum proficit ad salutem.. ( 2:) Creosin embargo, que el presente libro. sera mas.4 pro-- pésite. para los directores de las almas, que para: otro alguno;: porque si: 4 owos es util,.4 los directores por causa de su ofi- cio, es necesaria la discrecion. de los espiritus.. Dice S. Bernar— do,. que la virtud.de la discrecion en pocos se halla; y por eso: debemos sujetar el propio espiritw al parecer y obediencia de- ‘uestros padres espirituales, y no hacer mas ni menos de. lo (0) Cassian, collst. 2. cap. 4. Va.) Lamar, Just. Inter, Conf. cap. t1.- -_6— "que ellos nos prescriben: y suplir de esta manera la discrecion que nos falta, con la que ellos deben tener: 4 vero quia om- nino rara ista avis est in terris, hujus discretionjs locum in no- bis, fratres , supplgat virtus obedientice , ut nihil plus , nihil mi- nus, nihil aliter, qutm imparatum sit, faciatis. (4) Afadid, que aun teniendo alguno esta rara virtud, no por eso debe va- lerse de ella para regular su propio espiritu , sino que antes debe sujetarse 4 la disctecion de su director: asi porque ningu- no es buen juez en-su propia causa, como tambien porque quiere Dios segun la presente providencia, que el hombre no se gobierme 4 si mismo, sino que sea regulado y dirigido por otro hombre. Supuesto pues que 4 los directores de las almas compete singularmente el recto discernimiento de los espiritus; 4 ellos se endergzaré con modo particular la presente obrilla. CAPITULO PRIMERO. Explicase que cosa sea espiritu y cuantas suertes de espiritus hay. 6. 6 & Apéstol S. Juan nos advierte, que no seamos faci- les en dar crédito 4 cualquier espiritu, sino que examinemos diligentemente primero, si es de Dios, 6 trae su origen de otra causa que no sea buena: Nolite omni spiritui credere, sed probate spiritus , si ex Deo sint. (2) S, Agustin sobre estas pa- labras introduce 4 uno hablando de este suerte: Probare vellem; si errare non possem. Certe, si non probavero sptritus, qui ex Deo sunt, incurram necesse est in spiritus, qui ex- Deb non sunt, & in hoc seducar @ \Pseudoprophetist Quid agam? Quomodo observem? 30 si Joannes, quomodo nobis dixit: probate Spiritus, qua Deo sunt, dignaretur, quomodo probentur spiritus, quia Deo non sunt exponere? (3) Quisiera hacer prueba de tos ta- 2 ee Na? 8. Bern. serm, a.1n Clreumc. Dom. Va te Joan 4. 1. 43) August, de Verb. Apest, serm. ga, ~ am les espiritus, si estuviese seguro, de no errar; porque si yo no hago experiencia y averiguacion de los espiritus que traen su origen de Dios; caeré en aquellos espiritus que nacen de otro principio y quedaré engafiado. ¢Qué haré pues para probar semejantes espiritus y no engafiarme ? ;Q, pluguiese 4 Dios que asi como nos encargé.S. Juan el examinar los espiritus que na- cen de Dios, se hubiera dignado de darnos las Teglas para cov nocerlo y discernirlo! De esta manera hablaba aquel, y no. ha= cia reflexion que si bien no nos dé estas reglas el santo Apéstol, pero nos la suministra-en otras partes-la sagrada Escritura, nos la suministran los santos Padres y nos la suministran los Santos y Doctores; y estas bastan para formar un prudente juicio de cualquier espiritu, si es bueno 6 malo: en lo cuab consisite el ser uno buen. discernidor de espiritus; y esto sera lo que irémos haciendo en el progreso de este libra. §. OL 7 No es posible comprender que cosa sea esta discrecion de los espiritus y como puedan conseguirla les directores de las almas; sin saberse primero que cosa-es espiritu. Este nem- bre se instituyé para significar muchas cosas, porque cenviene a Dios, 4 la tercera persona de la santisima Trinidad, 4 todos Jos angeles buenos y malos y 4 las almas racionales. Se acomo- da tambien para significar algunas cosas materiales y corpdreas, v. g. el aire agitado y movido de tos vientos: ddduxit spiritum super terram, & imminuta@ sunt aque. (4) La misma respira- cion del aires Non habebat ultra spiritum ; (2) como se lee de hh Reima Sabba. Y los médicos lo toman para significar woa sustancia ténue, aérea, lucida y muy sutib, que difandiéndose por todos nuestros miembros y potencias corporales bas hacem agiles para el movimiento, y prontas para sus propias funcio- nes. Todos estos se Haman ‘espiritus; pero no son aquellos es— piritus deque aqui tratamos. Aqui pues por espirita entendemos csc seceaeteee esa ate ae Sh) Gent. fat g.Reg. 1s. & -~8— un impulso, una mocion 6 inclinacion interior de nuestro “Ani- mo hacia alguna cosa que en érden al entendimiento sea ver- dadera' 6 falsa, y en érden 4 la voluntad , sea buena 6 mala. De esta manera si alguno es facil en mentir, decimos que tiene el espiritu de la menijra: si se siente interiormente impelido 4 mortificar ‘su cuerpo, decimos que tiene espiritu de penitencia: sies inclinado 4 dominar 4 otros, decimos que tiene ‘el espirita de .la soberbia: si es movido de cierta voluntad y gana de pa- -recer bien 4 los ojos de otros, decimos que tiene el espiritu de vanagloria. Ahora, este impulso interior hacia las cosas, ya*sean viciosas 6 virtuosas, ya sean falsas 6 verdaderas, consiste en dos actos, uno de los cuales pertenece al entendimiento , con el cual nos sentimos inclinar 4 creer 6 descreer alguna cosa verdadora 6 fajsa: el otro -pertenece 4 la voluntad, con el cual nos sentimos movidos 4 abrazar 6 rechazar alguna cosa buena 6 mala. Y esta inclinacion del entendimiento y mocion de la vo- luntad hicia algun objeto, es lo que puntualmente se llama espiritu. Si el movimiento de la voluntad es hacia un objeto malo dicese espiritu malo; y si es hacia un objeto bueno, di- cese espiritu bueno. Lo mismo digo en érden al entendimiento: si éste es Hevado 4 creer lo verdadero, se dice movido de espi- ritu recto; mas si es movido 4 creer lo falso, se dice denomi- nado del espiritu malo. — 8 Por eso el Redentor reprendiendo 4 Santiago y S. Juan, cuando indigaados contra la ciudad de Samaria querian hacer bajar fuego del cielo para reducirlas 4 cenizas, les dijo: Nes- eitis, cujus spiritus estis. (1) Vosotros aun no sabeis que espi- rity es el que os mueve, esto es, vosotros aun nowabeis cu deben ser las inclinaciones de vuestro corazon ; cuando mis se- euaces no deben ser tan ardieates, ni tan inclinados al castigo, sino antes bien faciles 4 inclinarse 4 la mansedumbre, 4 la hu- manidad y al perdon. El Apdstol de las Gentes, hablando de si mismo 4 los fieles de Corinto, dice asi: Nos autem non spi- ritum hujus mundi accepimus: sed spiritum qui ex Deo est. (2) bre bn. g.ss. 4 a) 1 Cora. tay -—-9— No-le reeibido yo aquellos conocimientos y aficiones vanas que inspira el mundo, sino aquellas inteligencias sobrehuma- nas y ‘sentimientos santos que infunde Dios. Y finalmente avi- sandonos el amado Discipulo, que no queramos dar crédito 4 cualquier espiritu: Nolite omni spiritui credere: (4) equé. otra cosa aos quiere sigaificar sino que no seamos faciles.en tener por bueno todo dictamen de entendimiento, ni toda inclina- cion de voluntad, que en nosotros 6 en otro reconocemos? Quede pues conclailo, que espiritu no es otra cosa que un impulso, mocion 6 movimiento interior 4 creer 6 descreer, a hacer.6 dejar de hacer alguna cosa; y que tal es el espiritu, cual e3 su mocion buena 6 mala. _§. TL 9 San Bernardo sejiala seis clases de espiritus diversos , de los cuales puede el hombre ser movido 4 sus operaciones: Sed quia spirituum diversa sunt genera, nevessaria est nobis coruas | discretip, preesertin cuny ab Apostolo didicerimus, nor omni spiritui credendum esse. 2) Descendiendo despues en particu- lar, demuestra con la,autoridad de la sagrada E.critura, caa- Jes son estos espiritus. El primero es el espiritu divino, el cual habla al corazon, conforme el dicho del santo David: 4udiam guid loquatur in me Dominus. Deus. (3) El segundo es el espiri- tu.angélico, que en efecto habla dentro de nosotros, como coa- * fiesa de si el profeta Zicarias: Angelus qui loquebatur in me. (4).El tercero es el espiritu diabélico 4 quien permite Dios muchas ‘sugestiones perversas, como testifica el real Profeta. Immissiunes per angelos malos. (5) El cuarto es el espiritu de la carne, de quien son algunos.domiaady: , como confirma el Apéstol: Spiritus carnis suce inflatos. (6): El quiato es el espi- ritu del-mundo,, de quien estaba exento el Apéstol -. Nos au- tem-non spiritum hujus mundi accepinus. (7) El sexto es el es- at a foun, ry 'e 4 Bera. Serm. it. spirit. Paatm. +4.. 1 151 Pil, 77.§. 7 6! I 1. \s) Ad Colos, 2. 18. (7) 4. Corlath, 2. Zackat. 1. 3. 26 2 -—-10— pri humano, de quien dice el Apéstol que ‘el hombre es testigo para si mismo, porque lo siente dentro de si: Quis enim hominum scit, que ‘sunt hominis, nisi spiritus hominis, quiest in ipso. (1) fe * 40 Efespiritu diyjno es una mocion interior que siempre nos inclina 4 lo verdadero y nos aparta de lo-falso; nos impele al bien y nos retrae del -mal; y por eso siempre es santo. Esta mocion 4 veces la hace Dios por si mismo, derramando con sus propias manoscobre nuestra mente aquella luz celestial que es épta para despertarla, y tocdndonos por si mismo nuestre co- razon con santos afectos. Otras veces la hace por medio de los angeles , y entences se llama espiritu angélico, porque Dios ha seiialado 4 los angeles para nuestra guarda, 4 fin de que en- ciendan en nuestros corazones amor 4 la virtud, horror.4 los vicios y nos reprepdan de nuestros excesos: en una palabra, para que ergendren dentro de nosotros espiritu recto: Et reversus est Angelus, qui loquebalur in me, dice Zacarias, & suscitavit nie quasi virum,, qui suscitalur & somno ‘suo: (2) y volviendo el angel me desperté 4 la manera que un hombre se recuerda del suefio. Este recuerdo interno hecho por mano de los ange- le8, es puntualmente el espiritu angélico. El espiritu diabdlico es ua impulso 6 movimiento interior, que siempre nos lleva 4 lo falso 6 4 lo malo, y nos aleja del bien ; y por eso es siempre ‘malo, De estos perversos movimientos es siempre autor el de- monio, porque 6 nos levanta por si solo, 6 por medio. de la carne y del mundo, que son sus alguaciles con él confedera- dos, como dice S. Bernardo: Sicut ergo hi duo satellites malig- ni illius Principis tenebrarum, ut. dominetur spiritus nequitese spiritué carnis, & spiritui hujus mundi. (3°) El espiritu de ba carné en’ nosotros es una inclinacion 4 los deleites del sentido pertenecientes’ al paladar 6 ul tacto, 6 4 la vista,'é al oido, 6 al olfato. Asi lo dice S. Bernardo: Quoties ergo importune ,-ut assolet , carnalis cogitatio mentem pulset, verbi gratia, rum da ———— VeJ We Cona rh, (2) Zachar 4.1. (37 Bera, serm. de sopts Spie. -ie- potu de cibo, de somno, ceeterisque similibus ad carnis curam pertinenlibus cogitantes, humano quodam inardescimus deside- rio, certum sit nobis , spiritum carnis esse qui loquitur. El espi- ritu del mundo es una propension interna 4 la ambicion, a las honras, 4 la gloria, 4 los puestos, dignidades, 4 la hacienda y riquezas. Por eso prosigue diciendo el citado santo Doctor: Cum autem non de illecebris carnis, sed de ambitu saculi, de jactantia & arrogantia , ceeterisque similibus cogitatio vana ver-" satur in cordibus nostris , spiritus mundi est , qui loquitur , lon« ge periculosior hostis,& majore sollicitudine repellendus. Despues de haber dicho el melifluo Doctor que cuando nos sentimos incitados al placer, al honor , 4 la riqueza, obra el demonio en nosotros por medio de estos sus dos pérfidos compaiierosy carne y mundo; aftade que cuando despues nos sentimos movidos 4 ira, impaciencia, denvidia, 4 inquietudes, 4 desconfianzas, & revolucion y amargura de dnimo para con los prdjimos, de quie- nes nos parece ser ofendidos, obra entonces.el maligao por si solo: Jaterdum ergo satellitibus illis terga vertentibus: Princeps, ipse habens iram magnam tamquam leo rugiens insur git adversum nos, cum videlicet non ad voluptatem carnis, aul seeculi vanita+ tem; sed ad iram, ad impatientiam, ad invidiam, ad amaritu- . dinem.animi provecamur , importune ingerendo, si quid minus amicabiliter , minusve discrete fuctum, aut dictum videtur; si qua denique aut. in signe , aut in opere quolibet data videsur in- dignationis occasio, materia suspicions. El espiritu humano, finalmente, es una inclinacion de la naturaleza humana corrom- pida del pecado original 4 aquellas cosas que son conformes.al provecho y adelantamiento del cuerpo. Nuestra naturaleza, si ses -movida de Dios 6 de sus angeles se inclina al bien: si es im- pelida del demonio 6 de sus minisiros propende al mal: y si es dejada-4si misma, se.va tras. de las cosas agradables al cuerpo -vil que de ordinario no son buenas. Ahora pues este incita- . miento natural que experimentamos en nosotros, es el espiritu : humano que reina dentro de nosotros; y éste, dice S: Bernardo, es el peor espiritu, porque lo tenemos entgfiado en nosottos, y 12 = E con ét somos tentados de nosotros mismos. Por eso congluye: Ex quibus satis claret, quam sit homo pracipuus impulsor sui, qui suo sine-alieno impulsu cadere potest, alieno absque suo ca- dere non potest. Cuinam horum pracipue resistendum ? Nempe huic, qui eo molestior , quo interior solus dejicere sufficit , cum Sine ipso alii possint facere nihil. (1) a 4% Se ha de advertir emp: ro que estes. seis espiritus se pueden comodamente, y aun se deben reducir 4 tres; porque el espiritu angelico se reduce al divino, no obrande en noso- tros. los angeles, sino. en nombre de Dios: el espiritu de la carne y del mundo se reduce al diabdlico; puesto que-el de- monio por medio de la carne y del mundo, sus aliados, suele acometernos; y destilar en nuestro dnimo su venoso espiritu. ¥ ast todos los espiritus se unen en estos tres. Espiritu divino, espiritu diabdlico -y espiritu humano. Asi concluye Cisiano: Mlud sane pre omnibus nosse debemus, tria cogitationum nos- trarum esse principia , id est, ex Deo, ex diabolo, & ex nobis. (2) Asi hablan comunmente los -ascéticos y misticos, y de esta manera hablarémos tambien nosotros en todo en el pre- sente tratado. CAPITULO IE. Se declara el modo con que se engendran dentro de nosotros. los, tres. referidos espiritus., divino,, diabélico » humano. GE ~42: -Bdemos insiauado que las ecausas 6 principios de los- tres.espiritus diviso, diabélico y humano., son Dios, el demo- nio. y nuestra naturaleza .contaminada del. pecado de -Adan.. Falta ahora que declerar el‘ modo con: que obran dentro de Rosotros estas diversas causas, para imprimir cada una su pro- pio espiritu en nuestros snimos. Comencémos por la primera: (17 Bern in Cant. aerme@tos, (2) Caslan, Collat. 1. cap, 19, = -—13 = causa, que es Dios, y traigamos 4 la memoria, que para obrar’ los actos santos y virtuosos (ahora pertenezcan al entendimien- to, ahora &'la voluntad) no basta el -haber adquirido por medio de la gracia santificante un sér divino, y el haber reci- bido los habitos infusos de las virtudes teologales y- morales: ni tampoco el haber sido enriquecidos con Jos .preciosisimos dones del Espiritu santo; sino que fuera de eso se requieren indispensablemente-las ayudas actuales de la divina gracia: las cuales mo son otra cosa que unas ciertas laces ue nos persua~ den la verdad, nos muestran la amabilidad ae la virtud, ¥ la fealdad del vicio; y cjertas mociones interiores que nos aficionan’a lo bueno, y nos retraen de ‘lo malo: porque as¥ como no basta para hacer los actos naturales, que tengamos una naturaleza humana con sus sentidos y potencias habiles- para obrar; sino que son necesarios los espiritus vitales, que: difundiéndose por los miembros, constituyen 4 nuestras po- tencias dispuestas- y prontas para las operaciones: -asi' para hacer los actos sobrenaturales y divinos no basta. que ten- gamos participada- la naturaleza divina cow todas las vir- tudes, dones y potencias sobrenaturales; sino que son ne~ cesarios los ausilios y gracias uctuales, que & manera de espiritus vitales den vigor 4 la voluntad para obrar lo ‘bue+ no. Aquellos misteriosos animales que vié. Ezequiel y que- dé asombrado ,: tenian manos, tenian pied y tenian tam- bien alas; y sin embargo, para andar tenian necesidad de un _ impulso interior que los moviese hacia el término de su viager. Obi erat impetus spiritus, illuc gradiebantur. (1) Asi para ha- cer los actos santos no: bastan lus virtudes infusas y los dones,. que son: como fos pies y las alas para ir & Dios; sino que se Fequiere sobre eso, que el mismo Dios con las ayudas de sus- luces y pios afectos interiormente nos incite al bien. Con esto “ya habra entendido el lector como engendra Dios su espiritu: deniro de nosotros, que es; dandonos sus gracias actuales;. puesto que en las luces que él infunde en nosotros y en lax ie Basel 118; ~14—- pias mociones qué despierta en nuestro corazon, conjisten aquellos impulsos é incliaaciones I bien, y aquel horror al mal, que se llama espiritn divino, segun: lo que “hegios_mos- trado en cl capitulo precedente. Y porque Dios es el que nos alumbra y muzve, 6 por si mismo, 6 por medio de los dnge- les, se sigue que frecuentemente recibimos el espiritu divino, 6 inmediatamente de Dios, 6 de Dios por medio de los angeles. §. IL 43 Pasemos a ver ahora como el demonio infunde en no- sotros su espiritu diabélico, que es aquel pestifero ‘veheno que da muerte 4 inoumerables almas; pero antes quiero insinuar algunas noticias, que es menester tener presentes en esta ma- teria. Se debe suponer, que cuando cayeron del cielo los. an- geles rebeldes, 6 no todos fueron precipitados 4 los ubismos, y si todos fueron precipitados, sale de alli gran parte de ellos a esta region del aire oscuro que circunda la tierra y forma nuestra admésfera. Estos son en tanto numero, que «si tuvie- sen cuerpo, como dice el venerable Belarmino, oscurecerian el sol en su mediodia: Plenus est aer iste terre vicinus demo- nibus sic, ut si corpora gererent , solem in meridie obscurarent. (4) Y Haimon, no sin consentimiento de los PP. Iega & de- cir ,que no son tan espesos. los dtomos que vuelan por el: aire, como estan amontonados los demonios. que discurren por. el mismo aire para daiio de.los mortales : Qui aer, ut philosophi dixerunt , & ut Doctores nostri opinantur , ita plenus est demo- nibus ,& malignis spiritibus , sicut radius solis minutissimis ato- mis, id est, pulvisculis individuis. (2) Su empleo es tentar 4 los hombres incesantemente, ya inciténdoles.al mal, ya apartan- dolos del bien, y un oficio tan perverso les. proviene de la en- vidia que tienen 4 nosotros, y de la soberbia con que se le- vantan contra Dios, como afirma santo Tomas: /mpugnatio quidem ipsa ex demonum malitia procedit, qui propter invidiam L1\ Béllarm, de Gemit, columb, cap. 12. 2) Haymon in Eplst. ad Ephts. cap. 15 = perfectum héminum impedire nituntur: 6 propter superbiam di- ving potestatis similitudinem:usurpant , deputantes sibi ministros destinatos ad hominis impugnationem ; sicut & Angeli Deo mi- nistrant in determinatis officiis-ad hominum salutem. (1) Por la-envidia no pueden sutrir que nosotros hayamos de ocupar aquellas resplandecientes sillas, de que ellos fueron, justamente arrojados. Por la soberbia -pretenden hacerse semejantes 4 Dios: i asi como Dios envia 4 los angeles 4 la guarda y cuidado de as ciudades, reinos y personas que viven en ellos; asi los ma- lignos diputan demonios particulares, que velen para la .per- dicion’ de las provincias, reinos y ciudades de la tierra, y de cada un6 de sus moradores. Y asi,-como dice Alberto Magno, seguido del comun de los tedlogos, tenemos todos un demonio que vela y atiende 4 nuestra ruina. a 44 TEsto supuesto, no es menester mas para concebir como se forma dentro de nosotros el espiritu diabélico, que enten- der el modo con que se forman las. tentaciones diabslicas. Los demonios que en tanta multitud nos redean, entran-dentro de nuestro cerebro, cuya entrada no les.esta impedida; y por me- dio de la conmocion de espiritus mueven ya especies de obje- tos falsos, ya imaginaciones.de cosas ilicitas, y las combinan de tal suerte, que nos representan lo malo como muy conve- niente, y asi nos. convidan 4 abrezarlo. F'uera‘de eso penetran el sentido interior, en que reside el apetito sensitivo: y-con la —— de los mismos espiritus y de los humores, despiertan afectos perversos hacia los dichos objetos, y enciendan las pa- siones pecaminosas. Estos pensamientos pues unas veces fal- “sos, y otras malos, y estas aficiones perversas son puntualmen- te aquellas propensiones, aquellos impulsos y aquellos estimu- ‘los para:lo malo, que nosotros Ilamambs espiritu diabdlico.: Mas se ha de advertir, que segun la doctrina de S. Bernardo, cuando el demonio nos asalta por si mismo, ingiere en nues- {ros animos amargura de espiritu, porque excita entonces .pen- “samientos turbios, afectos inquietos, agitaciones: penosas , des- Cy 7S, Thom. 1, part, qucet, 114, att. a -16— ‘eonfianzas,.caimientos de dnimo, desedperacionts, .envidias, odios, rencores, tédios y melancolias de-mucho tormento. Cuan-- do-empero nos embiste por medio de-sus ministros la carne y el mundo, imprime en nosotros espiritu dulce, pero faluz y lisou- gero, porque enténces despierta en nuestro dnimo especies y adeseos gustosos de placeres, de honores, de preerminencias, de fausto y riquezas, con que nos pinta delante de los ojos del entendimiento una falsa felicidad , que despues viene a parar en una verdadera infelicidad temporal y eterna: Quis spiritus sit, qui loguitur, (dice el ya citado Santo) ipsa suggestio de- claravit ; semper-enim spiritus carnis mollia, spiritus mundi va- na, spiritus malitia. semper amara loquitur. (4 ) §. HL. 45. Fioalmente; para entender como produce en. noso- tros.el espiritu-humano nuestra naturaleza corrompida por el pecado original, es necesario acordarse de Jo que era la na- turaleza humana antes del pecado de Adan, y de lo que es al presente antes que nuestro. primer. Padre cayese en su tao sabida culpa, la concupiscencia obedecia obsequiosa 4 la ra- zon, ni podia levantarse tumultariamente contra el imperio de la voluntad; porque él gran dén de la. inocencia que entonces poseia, tenia las especies bien arregladas, y los humoces cor- porales y’ pasiones bien ordenadas, y sujetas.al imperio de la razon. Pero despues que con el pecado de Adan fué nuestra snaturaleza herida con aquel golpe mortal, perdié los dones de la gracia, y especialmente el dén de la justicia original y de la integridad, y quedé grandemente debilitada en sus bienes naturales. Entonces fué cuando el eatendimiento quedé oscu- recido, la imaginacion iastable, y la voluntad débil y flaca: y desenfrenada ja concupiscencia, comenzé a sirblevarse con todas sus pasiones contrala valuntad y contra la razon, y 4 no que- rer sufrir el reno de Ja subordiaacioa. Este es el estado mi- at B.Rern, de sept. Spirit. -—Wa serable en que al presente nos hallamos; y por eso nuestra na- turaleza asi desconcertada de ordinario nos impele a aquellas cosas, con las cuales tiene amistad la carne, el mundo y el demonio. Estos impulsos pues 6 movimientos por lo comun defectuosos, en cuanto provienen de nuestra naturaleza, se lla- man espiritu humano. : §. IV. 46 Mas no es facil, dice S. Bernardo, el discernir silos moviinientos internos del animo provengan 6 de la naturaleza humana, 6 del demonio, 6 de la carne, 6. del mundo, confede- rados para nuestro daiio: porque inclindndose nuestra corrupta naturaleza 4 querer las cosas que quieren: aquellos sus tres grandes enemigos, no es posible conocer si. ella por su sola corrupcion, 6 aquellos con sus instigaciones sean la causa de tales movimientos defectuosos: Jam-vero non facile arbitror posse discerni, quando noster ipse' loquitur spiritus , quandove loquentem alterum audiat quemlibet ex tribus illis. (4) De aqui prosigue diciendo, que poco importa semejunte discerni- miento ; porque siendo estos impulsos de una misma cosa, y todos igualmente: peligrosos y nocivos, todos se dében recha~ zar con solicitud y diligencia: Sed quid refert, quicumque: lo~ quatur, dum ynum, & idem sit, quod loquuntur ? Quid refert loquentis nosse'personam, dum. constet, periculosum esse quod foguitur? Si inimicus est, -resiste viriliter inimico: si tuus ipse Spiritus est, argue eum, & miserabiliter plange, quod in tantam miseriam, & tam miserabilem devenerit servitutem. 47 Con todo eso, porque en algun caso pueile. ser conve- niente para la buena direccion de las almas el entender. de donde nacen sus malos movimientos, si de dentro de la cor- rapcion de la naturaleza, 6 de fuera de la instigacion del de- monio, daré aqui aquellas congeturas que se pueden. tener. ‘Las cosas que tienen sn origen de nosotros mismos; y de nues- tra naturaleza, espontdaneamente las emprendemios , ¥ esponta- CaF Bera, serar, de sept. Fpl. 3 — 18 neamente las dejamos ; mas-aquellas cosas. que nuestros etemi- gos nos ingieren de afuera, se imprimen en nosotros con mucha fuerza, ni podemos-con facilidad impedir sus progresos ; por= que es otra el que obra dentro de nosotros, 4 pesar de toda nuestra resistencia. A mas de eso los impulsos de la naturaleza suelen de erdinario tener alguna causa natural que Jos despier- ta; pero Jas sugestiones del demonio nacen las mas veces de improviso, 6 sin alguna causa, 6 por muy ligera ocasion. Al- gunos afiaden otras congeturas. Si la tentacion tuve principio de malos pensamientos y perversas imaginaciones ingeridas sin motive, 6 por muy ténue causa, scr sefial que su autor fué el demonio; pues parece que en este caso falta causa natural bastante para levantar este fuego. Pero’ si la tentacion comienza por la rebelion del sentido, y pasa despues 4 ejercitar en la mente pensamientos: pecaminosos, convendra dar la culpa 4 ]a natural conmocion de los humores-y espiritus, y por consi- guiente 4 la perversidad’de la naturaleza inclinada al .mal. Con. esta regla descubrié S. Felipe, que cierta tenficion im- pura que sintié, hakia sido sugerida por el enemigo inférnal, que con semblante de un pobre se le aparecié junto al anfi- teatro romano. Afiaden tambien , que si recurriendo la, persona 4 Dios al tiempo de su tentacion, esta se desvanece luego, es seiial que venia-del demonio, porque nuestros. enemigos temen mucho la oracion fervorosa -y devota; y cuando nos ven con estas armas en la mano prontos 4 la defensa, se caen de dnimo y se retiran. Mas si recurriendo la persona con fervor 4 la oracion, no cesa la tentacion, sera indicio que nace esta de dentro de la fragilidad de la naturaleza; porque no queriendo obrar Dies extraordinariamente, ayuda 4 la voluntad para re- sistir, y deja que la maturaleza siga su curso. En suma observe el director el modo con que se levantan y duran-las tentaciones, y tendra lug bastante para conocer cuales sean sus atitores: porquo’d la verdad ciertos modos violentos, improvisos, obs~ sinados, y sin ocasion suficiente, no suelen tener su origen de la naturaleza, de quien es propio el praceder mas sosegada- m AD mente, y.con naturalidad en sus movimientos, aunque sean desareglados. Es verdad que estas reglasno son infalibles, pero con el largo. manejo de las almas llega el director por medio de ellas 4 conocer de qué principios provienen ciertos impul- sos pecaminosos que padecen: y sirviéndose oportunamente de las tales noticias ,- puede despues aplicarles remedios acomoda- dos 4 su necesidad. 48. Advierta el lector, que si bien he puesto yo la esencia de los espiritus en las.snociones actuales internas que solemos éxperimentar, y he constituido toda su diferencia segun la di- versidad de los tales movimientos ; con todo eso suele aplicarsé tambien el nombre de espiritu a las causas y principios de las tales mociones.. Asi no solamente se llama espiritu divino aquel impulso santo que el hombre en si mismo experimenta; sino tambien se dice espiritu divino el mismo Dios, en cuanto produce: estos santos: éstimulos en el corazon del hombre. No solo se lama espiritu diabélico aquel incentivo al mal que tal vez padecemos dentro de nosotros ; sino tambien el mismo de- monio , en‘cuanto excita estos pésimnos incentivos en nuestros corazones. Lo mismo se dice del espiritu humano. ‘ CAPITULO It Se explica que cosa es la discrecion de los espiritus ‘en cuanto es gracia gratis data. §.. 1 AQ y: que el lector ha comprendido cuantos y cuales son los espiritus que pueden despertarse en nuestros corazones, y los movimientos que ellos producen dependientes de sus cau- sas ; no le-sera dificil el entender que cosa sea la-discrecion de espiritus. Pero. para proceder ordenadamente, es menester’ dis- tinguir dos discreciones de espiritus: una que pertenece a las gracias gratis datas, y es la séptima entre las gracias que nu- = 20— mera el Apéstol: Ali per spiritum datur sermo sapientia , alii germo scienlia secundum eumdem spiritum, alii fides in eodem Spiritu, alii gratia sanitatum, alii operatio virtutum, alii pro- phetia, alit cae Spirituum. (1) La otra consiste en un jui- cio prudente adquirido con arte y con industria acerea del pro- pio 6 agena espiritu. La primera discrecion es un dén gratuito que 4 pocos se concede. La seguada, es un industrioso discer- nimiento que cualquier puede conseguir. De la primera habla- rémos en el presente capitulo, y de la segunda en los siguientes. _ 20 Santo Tomas dice, que la discrecion de los espiritus en cuanto es gracia gratis data, es un claro-conocimiento de los secretos de los corazones de otros: Secundo, ut possit manifes- late ea, que solius Dei est scire: & hac suat contingentia futu- ra, & quantum ad hoe ponitur prophetia: & etiam occulta cor- dium, & quantum ad hoc ponitur discretio spirituum, (2) Y si bien la discrecion de los espiritus declarada en este modo, con- viene.de alguna manera ‘con la profecia; sin embargo es muy diversa de ella, porque 4 la profecia compete generalmente el conocimignto de, cualquier cosa oculta, y con mas propiedad la noticia de, las cosas futuras contingentes; pero 4 la discre- cion solo pertenece el descubrimiento -de los corazones. Esta gracia la-da siempre Dios para’ provecho espiritual de los pré- jimos, ef cual es el fin 4 que se enderezan todas las gracias gratis datas; porque en la reatidad no hay. cosa que concilie mayor creencia 4 la doctrina de la fé, como el ver que quien la propone, conoce los secrétos del corazon 4 solo Dios mani- fiesto; ni hay cosa que mas conduazca 4 la recta direccion de las almas fieles, como el penetrar los ocultos escondrijos de. sus corazones. No hay duda que-algunas veces ha repartido Dios esta gracia d sus fieles siervos, cuando vemos que algunos de estos decian acertadamente 4 otros los pensanjientos que pasa- han por su entendimiento. y los afectos que alimentaban en sus corazones: otros en el acto de Ia confesion sacramental descu- brian 4 sus. penitentes los pecados que 6 por flaqueza de me- ee NE ty CQhe 19s,105 Lal S, Thom. +. a qpast. 111..arts 4p Me moria, 6 por vergiienza culpable dejaban de confeser: sefal clara que con la vista de la mente entraban 4 ver lo intimo dg sus conciencias: otros finalmente llegaban-d ver hasta el estado en que se hallaban Jas almas de sus prdjimos, si en gracia 6 desgracia de Dios, lo que es un grado de discrecion mas alto y mas estimable. 21 Mas porque el ver lo interior de las personas es gracia que se concede 4 pocds, por eso otros pee Doctores ex- plican de-otra manera la discrecion de los espiritus en cuanto es gracia gratis data, é infusa por el Espiritu santo en nues~ tras mentes. Dicen estos, que una tal discrecion consiste «en un instinto 6 liz particular que comunica. el- Espiritu santo para discernir con un recto juicio 6 en si, 6 en otros de qué principio provengan los movimientos internos del gnimo, si del bueno 6 del malo.» Esta es cosa diversa de la que, seguo la mente del Angélico, hemos antes declarado, porque una cosa es que una persona llegue de hecho 4 ver con los ojos de su mente los secretos de los corazones de otros: y otra muy diferente, que habiéndole manifestado otro los secretos de su corazon sepa despues con el favor de una luz muy particular decidir con juicio recto de qué principio procedan, si de: bue- no 6 de malo. Esta segunda, si bien es discrecion de los_espi- ritus infosa 4 causa de la luz extraordinaria que Dies iafunde en el alma papa hacerla apta para semejante discernimiento: - pero es una gracia inferior 4 la primera como ven todos. En este: segundo sentido.expone la discrecion de los espiritus el -Apéstel. Escribiendo & los Corintios, les dice que aquel que sera entre ellos discernidor de los. espiritus, conocerd clara- _mente que los documentos que en su carta les propone, los ha recibido. de Dios: $i quis videlur Propheta esse, gut spiri- tualis , cognoscat que scribo yobis, quia Domini sunt pracepia. (1) Nétese que no dice el Santo que aquel es espiritual , esto. es, conocedor de los espiritus que con la vista interior vera dentro.de su corazon los documentos que Dios le ha_comuni- : x abana ty 1 Cor 14. a7 - 22— eado, sino que aquel sera tal, que escuchando Ja doctrina de su epistola, conocerd con seguridad que le fué.dada de Dios. Y en este séntido entienden comunmente los santos Padres la gracia gratis data de la discrecion de los espiritus. , $. IL 22 Esto supuesto, pasemos-ahora 4 declarar la definicion que hemos dado segun todas sus partes; comenzando por la ‘materia que tiene por objeto.Pero antes-se ha de. suponer, que Ya regla infulible de nuestra creencia es la sagrada Escritura, y I tradicion Apostdlica en cuanto ambas son recibidas de Ja santa Iglesia catdlica; y que la regla segura de nuestras operaciones santas y sobrenaturales, es la recta razon en cuan- to es alumbrada con la doctrina de la fe. De donde se sigue que aquellos impulsos que nos Hevan.a creer lo que esta -re- velado en la-sagrada Escritura, y lo que por hereditaria suce- sion se ha dimanado 4 nosotros de los Apéstoles,. es en érden al entendimiento espiritu. reeto y santo; pero si al contrario, los tales impulsos nos inclinan 4 creer lo opuesto, son eviden- temente espiritu falso y perverso. Asimismo respecto de la vo- luntad todas aquellas mociones que nos hacen obrar segun la recta razon, y segun los divinos documents , son claramente, espiritu bueho; mas aquellas que nos hacen discordar de’ la razon natural y de la ley diyina, son seguramente espiritu malo. Digo pues que la discrecion en cuanto-es un don infun- dido de Dios en los entendimientos humanos, no tiene ‘por ob- jeto y materia de sus. discernimientos, ciertos espiritus que sin duda son buenos 6 malos, verdaderos 6 falsos, pues “para hacer recto juicio en‘una materia tan clara no son necesarias las luces especiales del Espiritu santo, sino que basta la -luz ordinaria‘de la fé, que 4 ningun fiel niega Dios. Por eso el. angélico Doctor explicando las. palabras. del Apéstol: Omnia . probate , aiade, scilicet qua sunt dubia, manifesta enim exa- minatione non indigent. — 23 = 23. Materia de la discrécion infusa son ciertos espititus dudosos € inciertos, de quienes no es facil entender si traen su origen de principio bueno 6 malo; v. g. ciertos impulsos y mo-: ‘ciones.4 creer alguna cosa verdadera, 6 4 obrar alguna cosa buena; pero. que no es claramente verdadera ni abiertamente buena: y-si es en si misma verdadera y buena, puede endere« zarse A algun error 6. mal, 6410 menos 4 impedir mayor bien: Tales son en érden al entendimiento ciertas revelaciones privadas, ciertas locuciones internas, ciertas yisiones hechas 4 los sentidds interiores 6 exteriores, ciertas doctrinas nuevas, y ciertas verdades que no estan reveladas en la sagrada Escritu- ra, ni ensefiadas en los:sagrados Doctores, 4 que.se siente. tak vez alguna: persona inspirada. En érden 4 Ja voluntad, tales ° son. ciertos impulsos 4 hacer cosas grandes. y santas, pero desd- costumbradas: ciertos estimulos 4 emprender cosas superiores 4 las propias fuerzas, aunque fundados en la confianza de la divina asistencia: ciertas inspiraciones de pasar de un estado bueno.4 otro tambien bueno 6 aun mejor: ciertos celos ardien- tes de la salud de los prdjimos, que puestos en ejecucion, pue- dem surtir bueno 6 infeliz éxito: ciertos. encendimientos en la oracion, que parecen santos, pero no-consta de su santidad: y otras mil cosas que tienen muy buena apariencia, pero que jus- tamente se teme que pueden nacer del mal principio, 6 pue- den parar en un pesimo fin. Ahora digo, que-asi come el. for~ mar recto juicio. de tales espiritus dudosos es cosa muy dificil, asi para esos es muy Oportuna la discrecion infusa; porque por medio de ella recibe el hombre la luz especial pava discernir la calidad de semejantes espiritus, y para decidir sin errar si som buenos 6 malos. Y por.eso decia, que estos espiritus inciertos y mal seguros son el objeto propio de esta gracia gratis dala. Lo‘ensefia claramente.S. Bernardo: Kerum quis ita vigilet dili- gens observator molionum internarum suarum, sive in Se, sive ex se factarum , ut liquide ad queque Hlicita sensu cordis’ sui discernat inter morbum mentis, & morsum serpentis ? Ergo nullé foc mortalium possibile puto, nisi qui illuminatus & Spirit Sanc~ : —-%4—. to. speciale accepit donum ; quod Apostolus inter catera charis- mata, que enumerat , nominat discretionem spirituum. (1) Lo mismo dice Gerson: Non facile est discernere sensum a consen+ su. Quanto plus habebit difficultatis probatio spiritus , dum. vide- cet spiritus unus vel inspiratio vehemens tangit mentem, si sit & Deo, vel ab Angelo bono, vel malo, vel & proprio spiritu hu- mano. Unius rursus sensus portio duplex, superjor € inferior, adscripta est, cujus sentire divisionem per fecte dat illud verbum Dei, quod pértingit usque ad divisionem spiritus , & anima. (2) Y yeis aqui-que este mistico Doctor atribuye la: discrecion de los espiritus dadosos 4 aquella operacion divina, que no solo puede discernir la calidad de los espiritus, sino que tambien ede dividir el espiritu de la misma alma, aunque en la rea- idad sea en sustancia una misma cosa el alma con el espiritu. ° §. 1. 24 Dije que la discrecion de tales espiritus se hace por tnedio de un juicio recto regulado de una luz extraordinaria con que Dios esclarece la mente del hombre. discreto-’ Mas - aqui se puede preguntar, gsi este juicio discernidor és cierto é infalible, 6 incierto y sujete4 error? A esta-duda responde el Padre Suarez, (3) diciendo que semejante juicio no es formalmente cierto é infalible, porque una tat infulibilidad no puede provenir sino de la evidencia 6 de la fé; y ni uno ni otro compete al referido juicio. No es evidente, porque si bien decide acerca de la calidad de los espiritus, pero no los ve en si-mismos claramente: noes acto de fé, porque aun- que.se mueve de la luz divina, pero no se mueve de la pa- labra de Dios, y juzga de los espiritus, no porque tenga al- guna revelacion divina de su calidad, sino solamente por el mérito que en ellos reconoce. Distingue el Angélico dos espe- cies de profecia: una perfecta, con la cual conoce. el Pro! Eel Bern, in Cant. setm, $8. 48° Gers, de Prob. Spire 4 g/ Suse. de Grat. tom. 1, part. ¢. Prov. g. cap, 6, 2mm. 48” ; -— 2 = las cosas futuras por revelacion expresa que recibe de Dios; y por eso forma un juicié cierto é infalible de las, verdades re-. - veladas. La.otra imperfecta, que mas’ propiamente se: .debé Hamar iastinto profetico, por el-cual conoce el Profeta las co- sas secretas, no per divina revelacion, sino solo por una cierta luz que ‘Dios le comunica. En este caso no puede él estar cier- to y seguro-de la verdad de ‘las cosas que entiende, porque. no sabiendo de cierto sila luz que le mueve'provenga de Dios 6 de-otra causa falaz, tampoco puede estar seguro . Ja verdad de aquellos objetos que con semejante luz se le manifiesta. Y en efecto, yerran tal vez los hombres santos en esta especie de rofecia menos perfecta, coma dice S. Gregorio y Ricardo de san Victor. (4:) Aplicando pues la doctrina & nuestro caso, digo que la discrecion de-los espiritus no es como la_profeci.. perfecta, porque el hombre discreto no tiene alguna revelacion de Dios acerca de los espiritus de que forma juicio, sino que solamente tiene acerca de ellos una cierta luz y un cierto, ins- tinto muy semejante al instinto profético; y por eso no puede tener una seguridad infulible sobre la rectitud 6 -maldad de Jos tales espiritus, y asi no puede ser formalimente cierto y seguro el juicio que él. forma de ellos. » 25 - Con todo esto, aiiade et citado Doctor, que un tal juicio disceroidor de los espititus, si. fuere regulado por luz particular del Espiritu santo, es materialmente ciertoé inlali-- ble; porque si bien la persona que juzga, no puede estar segura de acertat con la-verdad por falta de motivo infalible para’ juzgar ; con todo eso su juicio es cierto por causa del princi- pio que interiormente le mueve, no pudiendo el Espiritu. san- to excilturnos4 juzgar falsamente , ni movernos 4 pronuciar al- gun error: Assero (dice él) illud judicium non esse formaliter, € proprie. certum ex motivo, seu ratione asserendi; quande au- tem in re-ipsa est ex.motione Spiritus S. esse-certum n-ateriali- ter; vel potius infallibile ex materiah objecto, & ex directione Spiritus S. Este. parece que sea tambien el parecer de S. Ber- Vt) Greg. ia Bzech. hom, 1. Ricar, In Cant. part. a, cap. 34. : * nardo: Pessime matris ignorantia , pessima itidem filie daw sunt, falsitas, & dubietas ; illa miserior , ista miserabilior : per- nicisior -illa , sta molestior. Cum loquitur spiritus., cedit utraque; - Gest non solum véritas , sed & certa veritas. Est quippe verita- tis ille spiritus, cui contraria falsitas est. Est & sapientie, que cum sit candor vite elerne, & ubique altingat propter munds- tiam stiam , ebscuram ambigui non admittit. (1) ¥ nose ofus- que el lector por aquella palabra cum logquitur spiritus; porque ‘por locucion de espiritu entiende S, Berriarde, no solo Ja pa- labra expresa de Dios, sino tambiew cttalquier mocion especial “que haga Dios en lo intimo del espjrjqn. i §..1V. - 26. Dije, que’pertencce'd la gracia gratis data de la. dis- crecion, no-solo formar recto juicio de los otros espiritus ; sino tambien del propio. Pero se'debe notar, que es diferente el modo con que la persona discreta’ discierne. los movimientos del propio espiritu: que los de los otros; porque dice. S. Gre- gorio, qué las.almas buenas. distinguen sus operaciones santas y. divinas, de las diabélicas y humanas, por un cierto sabor de espiritu que las hace conocer y sentir la diversidad : Saweti viri inter illusiones ; atque revelationes ipsas visionum, voces, aut imagines quodam intimo sapore discernunt, ul sciant, vel. quid @ boro. spiritu percipiant, vel quid ab illusore patiantur, (2) Confirma lo-mismo Gerson, diciendo, que por medio de este “interno sabor se deshacen las ‘tinieblas de toda. duda, y el alma se asegura del buen espiritu :: Per inspirationem intinam , & iaternum. saporem , ac -spiritualem duleédinem, vel illustrationem d:montibus -eternis effugantur ténebree om- nis dubietatis. (3) Lo cual empero se debe: entender en. caso que el alma -haya gustado otra. vez del espirita del Seftor; portzue siendo este tan diferente del espiritu humano y diebé- tico, cuanto es diverso lo blanco de lo negro, y la luz de las serm. 17, in Cait, = (a7 8. Greg. Gers. tract. de Prob. spirit, ib, 4 cap. 48 — 27 : tnioblas; es facil 4 quien muchas veces lo ha experimentado el discernirto de todo otro espiritu falso y adulterado. Mas esto . de ordinario: (prescindiendo de algun caso particular que puede suceder ) no seria verdadero, si la persona jamas hu- Liese probado el espiritu de Dios recto y verdadero. Hablando ahora de los espiritus de otros, digo que estos no se pueden conocer por via de sabor, porque ninguno puede experimen- tar 6 gustar de lo que se hace en lo intimo de los corazones de otros. -Y por éso la discrecion de estos. unicamente depen- de de aquel juicio recto de que amiba hemos hablado; y de la luz iafusa: que dirige-semejante juicio, para acertar con la verdad. Y aqui quiero advertir 4 las personas espirituales , que aunque sientan tal vez, y les parezca estar ciertas por una cierta suavidad, que-es Dios-el que obra en ellas, no dejen por eso de aconsejarse con hombres doctos, y especialmente con sus Padres espirituales, y de guiarse en todo por su pare- cer; porque la seguridad que experimentan’ no es tal, que no pueda estar “sujeta 4 algun engwiio. Santa Teresa en una de sus cuentas de conciencia 4 su confesor, le dice: que en al- gunos dias en que se hallaba muy recogida con Dios, aunque se hubiesen-unido contra ella todos los santos y subios del mundo, y Ja hubjesen puesto en la mas horrible prueba para hacerla creer, que el'demonio, y no Dios, era el autor de sus revelaciones, jamas la hubieran podido inducir 4 creer eso. (4) Y luego afiade, que no obstante tanta certeaa, no hubiera mo- vido una mano contra.el mandato 6. consejo de quien la diri- gia. Este es el modo verdadero de asegurarse de no errar. Por eso el ya citado padre Suarez hablando de estas mismas perso- has devotas que pueden por un. cierto sabor interno discernir Ja calidad del propio espiritu, advierte que deben aun esas, pira proceder con seguridad, sujetarse al juivio de otros; pore que por causa del afecto que todos tenemos 4 nuestras’ cosas, pueden inclinarse mas 4 una parte que-a otra, y quedar en- Geiiadas: Adverso tamen, affectum ad res proprias posse aliquo Va] ® Rivera vit.s. Ther. 1. 4. cap. 26. ~ 23 — - modo ftectere, & inclinare intellectum-ad unam pattem; & ex Veamos lo mismio en otros: profetas. Habla Dios 4 Je- remias, yen el primer discurso le hace-saber que le tiene es- cogido por su ‘profeta, y le ha destinado para llevar su emba- jada 4 los Reyes, 4 los Priacipes; los sacerdotes, 4 los rei- nos y 4 los. pueblos enteros. Y lo que aun es de mas monta, le manifiesta el singular privilegio que le habia concedido, de santificarlo en el seno de: su madre: Priusquam te forma- rem in utero, novi te, G-antequam exires de yulva, sancti- ficavi te, & Prophetam in gentibus dedi te. (3) Entre tanto @que hace Jeremias 4 vista de.tan gloriosos-anuncios?'Se le- vanta por ventura con sus pensamientos? ¢Forma acaso: de si fal Brod. git. g2t IgG E gh Jer, te Ss — Bm mismo algun alto concepto proporcionado 4 Ja gloria de su na- cinsiento y de sus. empléos? ‘Todo ‘Jo contrario:. se viste de pensamientos bajisimos, y responde al Sejior, que él no es apto para ser profeta, porque es un nifio que aun no sabe hablaes Ei diat, ad & Domine Deus, ecce nescio loqui, quia puer ego sum. .Aparece. Dios‘a Isatas en el trono de su gloria sobre un solio excelso y elevado, y circnido de serafines, que con dulces canticos le tributan alabanzas. Y él esta tan iéjos de reputarse semejante en la limpieza 4 aquellos puros espi- ritus., entre los cuales se ve admitido, que antes 4 la primera vista de aquel teatro de gloria se declara por un hombre-de labios muy inmundos: y manchados:-Vir pollutus labiis ego sum, & in medio populi polluta labia habentis habito. (4) Si faera de esto quisiera referir en confirmacion de esta verdad otros hechos sacados de las vidas.de nuestros santos, serian in- numerables Jos ejemplos que podria traer. Pera baste por to - dos uno-solo que es el mas ilustre de todos. Sea este la res- puesta que did la Virgen Maria al Arcangel san Gabriel, -cuando éste la aseguré que estaba elegida entre millares por madre del Altisimo, -puesto el mas sublime 4 que puede llegar’ pura-criatura, Porqne la Virgen 4 un tal anuncio, no solo no se ensalzé en su mente con pensamientos iguules 4 aquella ex- celsa dignidad & que. se veia sublimada, sino que* fornando humildisimo concepto de si_ misma, protesté qué ella era sier- va y escluva del Sefior:. Aece-ancilla Domini. No se puede pies dudar que el espiritu de Dios al-mismo tiempo que te- Vanta nuestro, entendimiento a conocimientos divinos, le in~ funde. pensamientos.humildes y de propia bajezr, y tanto mas humildes, cuanto es mas extraordinario y eminente el’ mode con que obra. .Valgase pues el director de un caracter tan cla~ so -y'seguro, para conocer'si el entendimiento de sn discipulo, por mas levantado que se vea a visiones , éxtasis, revclaciones, & otras contemplaciones , es-movido del espiritu divine. Sry Imh4. go 9 =~ 66 » CAPITULO -VII. Caractéres del espiritu diabélico acerca de los movimientos € actos de nuestro entendimiento, del todo contrarios a los. caractéres del divino espiritu. go 73 ®. es la luz, dice el-Apéstol, tan opuesta 4 las ti- nieblas, como el espiritu de Dios es contrario al espiritu del demonio. Que enim: participatio justitia: cum iniquitate? Qua societas lucis ad tenebras ? Quat autem conventio Christi ad De- lial? (A) Por eso despues de haber expuesto los caracteres , por los cuales se descubre el espiritu divino en: los actos de nues~ tra mente, insinuaré en breve los caractéres,, por'los cuales se hace conocer el espiritu diabélico en los mismos actes mentales. De esta suerte puettos estos diversos caractéres los unos enfren- te'de hos otros, se hardn mas discernibles al director, segun el dicho. de los filésofos, que las cosas entonces se hacen mas claras_y -perceptibles, cuando se ponen 4 la frente de. sus contrarios. ~ : “74 San-Juan Criséstomo es. de patecer que nosotros que~ damos vencidos del demonio, no porque ‘no sean faciles.de co- nocerse los engaiios que urde contra nosotros; sino porque te- vmiendo 4 nuestro lado un enemigo tén formidable, nos esta- mos profundamente dormidos, sin velar un punto en nuestra defensa: Sed nos nimium altum. dormientes stertimus , cum ta- men ‘hostem usgue adeo’ improbum habeamus. (2) Mas si tu- viésemos, ‘prosigne el Sante, una serpiente venenosa en le cama, ¢ podriamos dormir ? ciertamente que no, antes estaria~ mos todos muy dtentos para matarla. ¥ con todo eso, teniendo dentro de. nosotros un’ enemigo tan formidable, como es'el de+ monio, yivimos sin pensar en eso, andamos muv negligentes Sad 2. Cor. 6, 1m fat Joann. Cheysdst. ad. Rom.;ho-nil. 10, cire. finem, -6- y dormidos para nuestro daiio: ¢ 4t si serpentem ad lectum nostrum latitare sciremus, hic magno admodum studio ad jl- lum perimendum ferremur. Diabolum autem in nostris.ipsorum animis latitare, nihil adversi: nos pati arbitramur ; sed. supini, ac desides, animisque concidentes malis nostris indormimus? Ni sirve el decir, aiiade el Santo, que la serpiente es’ un enemiga que yo le veo, y por eso me defiendo; pero al demonio no is veo, y por eso note temo; porque.por lo mismo que es ene- migo invisible, y juntamente astuto. y engafiador, os mas-de temer y pide mas vigilante defense. Finalmente concluye: Cave igitur ; te-undique spiritualibus armis sapiens ,.illius commenta, algque artes exavle nerdiscito, ut cum te ille capere nequeat , tum vero non magno illum negotio capius; quando & hac quidem ratione. Paulus illo superior evasit; hac diligenter predicens, quamobrem & dicebat:. neque enim illius cogitationes ignoramus. (1). Esté pues alerta y bien prevenido de arms espirituales; mire de antemano sus artes y engaiios, para que cuando él te quiera engaiiar , ta le engaiies , como lo hizo el Apéstol.S. Pa- blo, que.con esta prevision y con la noticia de los pensamien- tos falaces que él suele ingerir, quedé vencedor de él. Para conocer pues estos conocimientos malignos:con que el demo- nio se insinua en nuestra mente, daré las contraseiias en. el presente capitulo. Pertenecera despues al lector el valerse de ella para si mismo y al director para otros con aquella vigi- lancia y cordura que el santo Doctor tanto encomienda. §. IL 75 Primer caracter del espiritu diabélico. El esp rita dia- bélico es espiritu de falsedad. Pero aqui es necesario que yo pouga antes una noticia que es menester tener siempre delante de los ojos para-conocer las tramas con que el maligno espiri- tu se introduce, asien el entendimiento de que ahora habla- mos, como tambien en la voluatad de que hablarémos des- tA Con 2. tae pues. Et demonio, dice S. Agustin, a veces nos asalta desen- biertamente, y otras veces nos arma ocultamente las asechan- zas. Cuando nos‘ asalta al descubierto lo hace como fiero leon; cuando nos asalta escondidamente lo hace: como dragon enga- H0s0: Quemadmodum sit leo, & draco, puto & hoc nosse cha- ritatem vestram. Leo sevit aperte, draco occulte insidiatur. Ttramque vin & potestaten habct diabolus. Quando martyres oceidebaniur , leo erat seviens: quando harretici insidiantur , dra: co est subrepens. Vicisti leonem , vince & draconem, non te fre- git leo, -non te decipiat draco. (4) En otra parte dice lo mis+ mo, y solo afade que es mas de temer el demonio cuando viene 4 engairarnos con falsa apariencia, que cuando 4 cara descubierta nos mueve guerra: Hostis iste noster tunc leo fuit, cum aperte seviebat: modo draco est cum ‘occulle insidiatur..., Persecutio tamen:sive & leone, sive & drézone numquam ceéssat Ecclesie, 6 magis metuendus est , cum fallit, quam cum seevit: 76 El demonio pues siendo padre de ‘la mentiva tira siem- pre 4 ingerir alguna falsedad en nuestra mente. ¢Pero que? Ahora lo hace descubiertamente 4 manera de: leon’ furioso; y ahora ocultamente 4 manera de dragon engafiador. Nos .asalta al descubierto, cuando nes mete en la cabeza especies. contra la fe, 6 contra el sentir undnime de tos santos Doctores, cuan- do nos sugi#re maximas poco conformes 4 la grandeza de la divina misericordia 6 de la divina provideneia; por abatir nuestro espiritu , cuando nos excita pensamientos poco ‘canfor= mes.d 1% moralidad de las virtudes cristianas, 6 especies in- subsistentes contra’nuestro prdjimio, capaces de encender en nosotros vehementes pasiones. En tales casos,es facil que: séa~eb demonio. cenccido} no. solo. del confesor sino aua. del’ mismo. penitente, porque aparece’ con su ‘misma -caras quiero-decir, con la apariencia de falsario y mentiroso. May otras veces viene enmascarado insidiosamente y con apartencia de Angel’, como: dice $. Pablo: /pse enim’ Satanas: transfigu< rat se in’ Angeli lacis. (%) Nos dice cosas ‘verdaderas, santas. a ee te Ut, S Aug. in-Psslm. 99. +8) 12) 2 Con tt. 14, pet ere 69 ae y- conforms 4 la -doctrina de la fe’y del. moral ‘cristiano; pero con fia de mezclar, entre muchas verdades alguna falsedad ; 6 para grangearse el crédito con to verdadero, 6 para engafarnos al fia con lo falso. Y esto lo hace el malvado ahora por via de bugestion “ahora por via de aparicion y clara locucion. Sé de una persona religiosa, que el demonio le.dié por largo tiempo pesto de santos pensvmientos y devotos wfectos: la engaiié tam- jen. muchas veces-con fingidas apariciones de Jesucristo: des- pues.comenzé 4 proponerle algunas maximas fulsas ; y encon- trando ea ella creencia, la indujo pocod poco renegar de la fe. 77 Otros semejantes y no menos infaustos sucesos refiere Casiano: como el de aquel monge, que iluso del demonio, le indujo 4 circuncidarse y hacerse ‘Hebreo: y del otro qué-& persuasion del enemigo se dispuso para matar 4 su bijo, pre- tendiendo imitar el acto heroico de Abrahan es sacrificar 4 sa | querido unigénito: y tambien de aquel que se precipité mi- serablemente en un pozo por una vana esperanza que el en- gatiador le habia sugerido, de que saldria ileso por mano. de Angeles; y finalmente del otro, que creyendo que conversaba familiarmente con los Angeles, trataba eon los demonios, y los adoraba bajo.la mentirosa figura del .Redentor.’ Confieso, que cuando ek demonio viene asi encubierto con aspecto devo- to: no.es tan facil el recenocerle, 6-.ya mueva iateriormente los pensamientos’ sia dejarse ver, 6 ya los-insinie con falsas apariciones. Y por eso debe examinar con mauch# diligencia. el director bas maximus que en semejantes casos siente la tal per- sona , ¥ sino-las halla coacotdes con las reglas ciertas y segu- vas -de la verdad.que expuse en ek capitulo precedente, crea seguramente que hay ilusion: corrijule ertdnces, y procure apartar léjos.at enemigo, porque de otra suerte temard mayor atrevimiento , y mas fuerte pesesion con grave daiio de la po- bre alma. Asi nds lo avisa S.. Anselino::(4) Dice el: santo- Doc- tor, que cuando ek demonio.engafiando nuestros sentides con falsas.# pariciones, no: aparta la mente dela justa y recta creene eect eee eae ‘ph S Ansel: Jn (2, ad Cor, ¢, 11. atten, 108, oft, cia obra, y dice cosas que no son agenas de un-Angel santo, - no hay error en la fe. Mas cuando despues comienza a propo- ner cosas falsas y erréneas, es necesaria gran vigilancia, y wo cuerdo ‘discernimiento-para no andar tras él, sino. antes qui- tarlo prontamente del rededor. Y esta vigilante discrecion debe estar-en los directores, a los cuales toca examinar C maximas e pasan-por la mente de sus discipulos,.6-que les sugieren apy saa fae descubrir de que oe i dominados, ‘y para darles justa y segura direccion. ee ~§. TL 78. Segundo caracter del espiriti diabdlico. El espiritu diabdlico al contrario del divino, sugiere cosas inutiles, Jige- ras 6 impertinentes. El demonio cuando no hella. modo.de in- sinuarse con Ja falsedad y mentira, por so padecer vergonzosa Fepulsa , se vale de otra arte maligna, y es que procura dar pasto al entendimiento con pensamientos'intniles, para que ecupado con estos, no se emplee en otros pensamientos santos. y provechosos.:A esto se enderezen: tantas distracciones que el pérfido mete en la cabeza de los fieles en tiempo de -sus_ora- ciones, A esto miran ciertas visiones, de las cuales ningun buen efecto resulta. Hay cosa en este mundo -mas santa ni mas devota, que. las Hagas de nuestro amabilisimo Redentor? Pues yo condzco una persona a quien el-demonio por muchos’ adios le estuvo representando en todas sus oraciones las Nagas de los sagrados pies; y en esta vista mental la tuvo sumergida. Se las hacia aparecer en diversas figuras, ya dilatadas, ya-mas restringidas: tal vez.le hacia ver que salia de-ellas ‘un gusa- nillo, -y le decia que este era:simbolo de.su alma, y otras. se- nrejantes:ligerezas. Todas aquellas representaciones eran del todo vacias de santos afectos: no habia una reflexion seria, un sentimiento sdlido y provechoso, ni-algun jugo de verdadera devocion.- Pareciam como agallas ligerus ,-sin peso, sin fruto ¥ sin sustancia. Por lo cual no se podia dudar, que aquella bu- -N- : biese sido una contiaua ilusioa-del-demonio, el eal. la habia tenido ocupada la ménte en aquellas vistas imaginarias, como en un dulce pasto, para que no se aplicase 4 la oracion. con reotitud de pensamientos y santidad de afectos. Veis ahi pues la propiedad del espiritu diabélico destilar en las. mentes de los fieles, 6 cosas falsas para inducirlos al mal, 6 cosas infruc; tuosas pura apartarlos del bien: §. IV. 79 Tercer. cardcter del espiritu:diabdlico; dejar en la mente tinieblas 6 falsa luz. El demonio no solo es padre de la mentira , sino tambien de las tinieblas: y por eso cuando: nos embiste al descubierto, hace lo que es propio suyo, y produ- ce en nuestra mente tinieblas, oscuridad 'y lobreguez. Nos lo asegura S. Juan Crisdstomo: Demonis proprium est, pertur- bationem , furerem, & multam caliginem infundere, Dei autem iluminare,-€ prudentér docere. que opus‘sunt, (4) Y entonces ofusca la mente, oscurece el entendimiento, llena el alma de turbaciones, de ansias y angustias. En estos casos es facil de conocerle, porque produeiendo efectos propios: suyos, por si mismo se manifiesta..Pero cuando el enemigo urde ocultamen- te-sus tramas. entonces'esparce luces en nuestro -entendimien- to, mas luces falsas; porque su luz no es otra cosa. que una cierta loz natural que él despierta en: Ja imaginativa, por. la cual representa con’ alguna claridad los objetos, y excita algu- na delectacion en el apetito sensitivo. Pero no pasa aquella lua al-entendimiento, ni-puede hacerle apto para. penetrar las ver- dades divinas, y mucho menos engendrar en lo intimo del es- piritu afectos de sinceradevocian. Asi que todo:el efecto de es- ta luz falaz se reduce a un cierto deleite em lod sentides. inter- nos todo corporal, del todo superficial y sin algun caracter de verdadera espiritualidad, ¥ despues. 4 la fin esta misma delec- tacion corpérea, va 4 parar en inquietud y perturbacion; -ne VEY Chrysost. hom. 29, in 1. Rplist, at Con. * — 72 = siendo posible que el engaiiador despues de mucha disimula- cion y fiagimiento ne se deseubra finalniente: por si. mismo. Por lo que podemos decir con S. Cipriano, que el demonio se porta siempre con las siervos de Dios,é como adversario ‘frau- duleato-que engaiia, 6 como enemigo violento que combate com sus negras y turbulentas persuasiones: Cum latenier non potest fallere , exerte, atque aperte minatur ; terrorem turbides persecutionis intentans ad debellandos Dei servos, inquietus sem- per, & infestus, in pace sibdolus , in persecutione violentus. (4 ) 80 San Pedro Damiano quiere, que el demonio no. so- lo ofusque a los fieles la mente con sus tinieblas y con’ su falsa luz, sino que tambien los ciegue -del todo; y-exptica el modo con que procede el malvado con los lamentables siucesos del desventurado Sedecias. .A este infeliz Rey le mataron -de- lante de sus ojos- 4 todos'sus hijos por mandado del barbaro Nabuco. Rey de Babilonia, (2) Despues le sacaron a él_ mismo sus dos ojos; y no se si fué mas infeliz cuando veia., que cuan- do no puilo ver mas. El Santo, escribiendo 4 Ildebrando, que despues fué Sumo Pontifice, dice, que el Rey de Buabilonia es . el demonio, principe de confusion y de tinieblas, que 4 las almas incautas les mata todos los partos de.sus bellas.obras de- lante de sus mismos ojos, y mirand ellas con dolor esta pér- dida. Quitadas despues las santas operaciones, las ciega|para la-inteligencia de las cosas sobrenaturales. Finalmente, entre- gandolas 4 los deseos de las cosas mundanas, les ciega tam- bien los ojos de la razon, ofuscandoles ta luz natural: Badylo- nis, Rex, dice, est antiquus hostis possesor intimne.canfustonis, qui Prius filios ‘ante intuentis oculos trucidat; quia sepe sic Bona opera inter ficit ut heec se amittere, qui captus-est, dolens cernat. lade Se devia oculos eruit; quia malignus spiritus, subductis prius bonis ope- ribus, post intelligentie lumen tollit. Id Sedecias patitur in Reblatha, que interpretatur: multa hes; ei namque rationis Jumen.meri- to. clauditur , qui sancl@ quielis rigore, postpasilo, per negotia mundana raptatur , cum contemptu.uno, per mulia vagus, & Oty Cyptiaa, de selo Bilvore, = Fa! - Hier." 1g... =~ 73 = - Impatiens animus dissipatur. (1) El que no — pues que- dar giego para las cosas divinas , gudrdese de las tinieblas y « de la luz falaz con que el pérfido engaiia nuestro entendimiento. 5. V. 84 Guarto cardcter del espiritu diabélico: el espiritu dia- bélico es protervo. Asi lo muestran en si mismos los here; los cuales jamas se rinden ni 4 la santidad de las Escrituras, ni a la autoridad de los sumos Pontifices, ni 4 Ja infalibilidad de los Concilios, ni a la doctrina de los santos Padres, sino que persistep siempre obstinados en sus necias opiniones. ¢ Y de’ déade les proviene tanta pertinacia en sus entendimien- tos, sind del demonio que reina en ellos, y les ha infundido su espiritu protervo? a ; 82 Reprendiendo Jesucristo 4 los Hebreos su increduli- dad, les dijo: gQuare loquelam mean: non cognoscilis? Quia non potestis audire sermonen meum, (2) Vosotros no conoceis. mi habla, porque no sabeis induciros 4 oir mis palabras. Afiade S. Agustin: Jdeo audire non poterant, quia corrigi credendo no- debant. (3) Por eso-no podian oir al Redentor, porque. obsti- nados en sus errores no querian corregirse, dando crédito 4 su doctina. Gran protervia fué esta, no querer dar oido 4. las palabras dulcisimas de Jesucristo qne arrebataban tras si a los pueblis enteros con su suavidad, los traian fuera de la ciudad +¥ de los lugares, y los conducian a las florestas, 4 las soleda- - des y aslas riberas desiertas del mar, olvidados totalmente, no sdlo de ios propios negocios, sino tambien hasta de la comida y bebida. Unos protestaban que no podian menos que seguir- te, porqué tenia en su divina, boca palabras de vida eterna: " Domine; ad quem bimus! Verba vite eterne habes.{4) ¥ otros poblicaban y decian, que jamas hombre alguno habia*hablado como él tan sabia y dulcemente: Numquam sic locutus est homo, ‘4a ) Pete, Dam. lib, 3. Epist. 4.ad Hildebr. | 3. Joan. &. 43. tg! Aug. in text, C4) Joan. 6. 69. 7 10 ° . =—TIh— sicut-hic homo. Gee pues fué Ta causa de tanta protervia en aquellos incrédulos ? Lo dijo el mismo Jesucristo, aiiadien- do luego: Vos ex patre diabolo estis, vosotros teneis al diablo por vuestro padre ; y embebidos en su protervo espiritu que- reis perseverar contumaces en vuestras falsas opiniones ;*y por eso huis de escuchar mis discursos, temiendo que os saque del engaiio: Quiu ex patre diabolo estis; i co perseverare elegis- tis, como explica la glosa. Tanta verdad es, que el ' espiritu diabélico es espiritu de pertinacia. 83 Si alguna vez encontrdre el director alguno que haya adherido mucho tiempo 4 las ilusiones del demonio, por lo cual éste haya tomado ya posesion de su mente, tocard enton- ces con la mano semejante protervia: tan fijo le hallaré en su parecer. Y por eso dice Casisno, que el demonio con ningun otro vicio conduce mas seguramente una alma 4 la perdicion, como introduciéndole una cierta pertinacia, con ta cual no ha- ciendo caudal de los consejos de las personas mas autorizadas, se apoye solo en su juicio: Nudo alio vitio tam pracipitem dia- Solus Monachum pertrahit ad. mortem, qjam' cum eum , neglece tis vonsiliis seniorum, in suo judicio persuaserit , ac definitione, doctrinave confideré. (2) De la docilidad pues 6 pertinacia que el director reconocera en sus discipulos, podrd tomar argu- mento para entender de qué ‘espiritu ségn movidos sus en- tendimientos. ; §. VL 84 Quinto cardéter del espiritu diabdlico es la fhdiscre: ‘cion con que incita 4 los ‘excesos: No hablo aqui de las obras malas 4 que de ordinario nos incita el enemigo, porque de es- tas tendré.que hablar despueg* Hablo solo-de tas obras que pa- recen kuenas, 4 las cuales él tal vez fraudulentamente nos estimula con alguna idea suya indiscreta:. y digo que incitén- donos 4 ellas el traidor por fin malvado, procura siempre que nos apartémos de la rectitud con algun exceso. Por lo cual dw a Las Ade 4b = sola indiscrecion en las obras buenas, mayormente si es n0- ‘table y continua, da gran fundamento para creer que no son inspiradas de Dios, que de niogun exceso es causa; sino su- geridas de sa enemigo. El espiritu pues del demonio.se mani- fiesta por indiscretisimo ; porque en las obras buenas que ma- liciosamente nos sugiere, no guarda nila debida medida, ni el debido tiempo, ni el debido tops, ni el debido miramien- to d.la calidad de las personas. No guarda la debida medida; porque incitandonos v. g. 4 la penitencia, nos sugiere rigores excesivos, disciplinas muy asperas, cilicios demasiado rigidos, ayunos muy largos, vigilias muy continuadas: y esto.lo hace r dos fines perversos. El primero, para dar cebo y pasto 4 fue porque despues le pone 4 la vista su penitente su larga maceracion., para que tenga vana complacencia como de cosa sefialada, y haga pompa de ella, sino. con otros, 4 lo menos consigo mismo, como acostumbran los. soldados , haciendo os- tentacion y pompa de sus heridas. El segundo es para debilitar las faerzas corporales y destruir la salud; con lo cual el deseo de la austeridad se trueque despues en horror, y la penitencia indiscreta en una excesiva delicadeza, y aun t.mbien en una total impotencia de proseguir en los ejercicios de devocion. Y de esta suerte a la infeliz alma engaiiada le vienen 4 salir al fin mas daiiosas las asperezas que las mismas delicias, como ~ observa muy bien Casiano: Pernoctationes irrationabils deje- cerunt , quos somnus superare non potuit. (1) 85 Refiere el mismo Casiano , que habiendo el abad Juan alargado el ayuno por dos dias, sintiéndose debilitado en el cuerpo, y extenuado de fuerzas, se fué al tercer dia a la.mesa para restaurarse. Al acercarse vid delante de,si al demonio en figura de un negro etiope, el cual postrandose 4 sus pies, perdéname, le dijo,é Abad: yo he sido el que te he impuesto este indiscreto ayuno. Afiade Casiano, que entonces advirtid el santo Abad, siendo hombre por otra parte de gran perfec- cion y muy cabal-en ba virtud de la discrecion, que babia sido “107 Causian. Colt, a, cap 46,

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