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ETICA DE LA MODERNIDAD

David Sobrevilla
1. ÉTICA KANTIANA

Inmanuel Kant nació en


Koenisberg en 1724 y falleció en
la misma ciudad en 1804.

Entre sus obras dedicadas a la


filosofía moral se encuentran:
Fundamentación de la
metafísica de las costumbres
(1785), Crítica de la Razón
Práctica (1788) y la Metafísica de
las Costumbres (1797).
Según Kant lo único incondicionalmente bueno en el
mundo es la buena voluntad, es decir, la voluntad con
independencia de su fin y de la consecución de sus
propósitos.

…el hombre está dotado de razón con el fin de producir


una buena voluntad.

En cambio, si la finalidad del hombre fuera su


conservación, su bienestar o su felicidad, hubiera sido
mejor que la naturaleza lo hubiera dotado del instinto,
que es un medio mucho más adecuado para conseguir
aquellos objetivos.
La buena voluntad no está en relación con una meta
particular determinada sino con el concepto del deber
u obligación: se obra bien cuando se actúa por deber,
es decir, no meramente de acuerdo con él, sino
cuando el móvil de la acción es el deber.
El deber es la necesidad de una acción por respeto a
la ley.
El respeto es un sentimiento producido por un
concepto racional, es decir que no es el resultado de
una inclinación ni es provocado por un objeto
exterior, sino una resonancia de la ley que procede
de nosotros mismos.

El deber es la ética en forma del imperativo que nos


imponemos a nosotros mismos en forma categórica.
EL IMPERATIVO CATEGORICO DE KANT:

Tiene distintas formulaciones. Una de las más


conocidas es la siguiente:

1.“Obra de tal modo que la máxima de tu acción se


convierta en ley universal”. Otra es esta:
2.“Obra de tal modo que uses la humanidad tanto en
tu persona como en la de cualquier otro, siempre
como un fin y nunca meramente como un medio”.
La ética kantiana ha sido criticada por diversas
razones:

1.por su formalismo y rigorismo que impide


cualquier desviación del deber;
2.por su carácter poco atractivo para afrontar los
problemas reales –por ej., yo estaría siempre
obligado a decir la verdad sea cuales fueran las
circunstancias que me rodeen-.
2. UTILITARISMO MORAL

… la pregunta en la modernidad es:

¿qué debo hacer para actuar correctamente?

(A. MacIntyre).

a. David Hume y
b. Adam Smith.
c. John Stuart Mill.
a) David Hume

David Hume nació en 1711 en


Edimburgo y falleció allí mismo en
1776. Trabajó como investigador
privado, diplomático e historiador.
Entre 1739 / 40 publicó su obra
principal Tratado de la naturaleza
humana, que no tuvo mayor éxito.

Su libro tercero se refiere a la moral.


Años después, en 1751, volvió a
exponer sus ideas éticas en su libro
Una investigación sobre los principios
de la moral. Solo nos ocuparemos de
este texto.
La pregunta inicial de Hume es si los fundamentos de la
moral derivan :

1.de la razón o
2.del sentimiento

(D. Hume, Investigación sobre la moral. Buenos Aires: Losada, 1945; p. 30).
Hume ...examina la benevolencia y la justicia y llega a
la conclusión de que estas dos virtudes sociales
reciben una adhesión y un elogio generalizados
debido a que se presentan cómo útiles para la
estabilidad y prosperidad de la comunidad en que se
vive.

Es decir que estas virtudes no poseen un valor “en sí”


sino que lo tienen por su “utilidad pública”.
“...todo lo que contribuye a la felicidad de la
sociedad se recomienda directamente a nuestra
aprobación y buena voluntad...” (Id., pp. 82-83)
Bueno será en consecuencia lo que promueva la
felicidad de la humanidad, y malo todo lo que
tienda a su miseria (Id., p. 94).
El sentimiento:

“Este sentimiento no puede ser otro que una


búsqueda de la felicidad de la humanidad y el
repudio de su miseria, puesto que estos son los
diferentes fines que la virtud y el vicio tienden a
promover” (Id., p. 154).
Hume se consideraba a sí mismo como un utilitarista
moral, pero ponía mucho énfasis en distinguir su
posición de las variantes egoístas del utilitarismo.

Subrayaba que su tesis era que las virtudes sociales se


remiten a la emoción originaria de la simpatía por la
humanidad y no a una consideración que solo tuviera
en cuenta un beneficio personal.
ÉTICA PRAGMATISTA
(Griego: Asunto, acción)

Nace y se desarrolla en los Estados


Unidos: Charles Peirce (1839-1914)
alrededor de los años 70 del siglo pasado
dio los principios fundamentales del
sistema.

Fue William James (1842-1910) quien


llevó a su máxima expresión en
Inglaterra y finalmente John Dewey
(1859-1952) en Estados Unidos. William James
1. En Estados Unidos influyó sobre todos los campos
del saber humano, y tuvo una decisiva influencia
en el sistema educativo oficial.

2. Sus adeptos sostuvieron en su tiempo que con esta


filosofía se había hecho otra revolución
copernicana. Afirmaban haber encontrado al fin la
clave para resolver los eternos problemas
filosóficos, como la visión práctica de la vida
humana.
3. La Filosofía según ellos debía ocuparse
no de los problemas filosóficos sino de los
problemas humanos, es decir, de los fines
del hombre y de los medios parar
alcanzarlos.
4. La filosofía debía transformarse con vistas a lo que
es provechoso para nuestra vida. A primera vista el
pragmatismo produce la impresión de ser la
filosofía OPTIMISTA de los burgueses
norteamericanos. Pero en realidad llevaban
implícita un temor a la ciencia y desconfianza en la
razón humana.
El hombre ha de desenvolverse en un mundo
irracional e incognoscible, sus intentos de
averiguar la verdad objetiva carecen de sentido y,
por ello, las teorías científicas, las ideas sociales,
los principios morales, etc. deben enfocarse de
modo INSTRUMENTAL, es decir, desde el punto
de vista de sus VENTAJAS y su acomodo para
LOGRAR nuestros OBJETIVOS.

Lo que es ÚTIL, lo que lleva al éxito, es CIERTO.


5. El pragmatismo niega la posibilidad del
conocimiento contemplativo, racional y,
puramente teórico.
6. Reduce lo VERDADERO a lo ÚTIL. (Estos grados
varían según los autores, dice Bochenski).

La dirección más radical enseña que toda proposición


que conduzca a un éxito INDIVIDUAL es
verdadera, mientras que la más moderada
sostiene que es verdadero lo que se encuentra
VERIFICADO POR LOS HECHOS OBJETIVOS...
Sólo las matizaciones de esta utilidad suelen ser
diferentes.
7. El pragmatismo anglo-norteamericano, no se
queda solamente en una teoría del
conocimiento, sino, va hacia una filosofía de la
vida.

Comparten con Bergson la actitud


PERSONALISTA Y HUMANISTA, pero se
diferencian en los tipos de intuición; la una es
RACIONAL y la otra OBJETIVA, real, práctica.
Etica de Adam Smith Nació en 1723 en Kirkcaldy
(Escocia) y falleció en 1790 en
Edimburgo.

Filósofo y economista.

No es muy conocido que el


padre y fundador de la
economía política clásica fue
profesor de filosofía moral en
Glasgow y que escribió el libro
Teoría de los sentimientos
morales (1759, 1790). Essays on
Philosophical Subjects (1795)
En esta obra, Smith puso como punto de partida la
noción de simpatía que entendía como la
participación de una persona en la emoción que
siente otra. Sostenía que la simpatía nos permite
comprender por qué aprobamos algunos modos de
ser y de actuar y desaprobamos otros.

Para comprender a otros hombres hay que ponerse


en su situación y experimentar sus sentimientos y
acciones como adecuados o inadecuados a dicha
situación.
La propuesta ética de Smith ha recibido diversas críticas.

Una de ellas es la de la importancia excesiva que


concede al principio de la adecuación (propriety) de los
sentimientos y acciones a una situación: este principio
no podría explicar fenómenos como el de la
benevolencia.

Otra objeción es el de la complejidad y ambigüedad de la


noción de la simpatía de Smith que nos impide perfilarla
claramente.
Al experimentar los motivos de una persona y sus
sentimientos (por ejemplo el amor o el odio),
juzgamos sus acciones como virtuosas y meritorias,
o condenables, porque sentimos que, al
identificarnos con su situación, podemos o no
podemos simpatizar totalmente con los
sentimientos y motivaciones que la dirigieron.
Mas, lo mismo sucede con nuestras propias
acciones. Nunca podemos escudriñar nuestros
propios sentimientos y motivaciones, jamás
podemos emitir juicio alguno sobre ellos,

salvo que nos desplacemos desde nuestro propio


punto de vista, que nos pongamos en el lugar de la
otra persona y contemplemos nuestra propia
conducta desde su perspectiva, y sintamos que
podemos o no asumir totalmente y simpatizar con
los sentimientos y móviles que la influyeron o no.
Es en este momento en que Smith introduce la
noción del “espectador imparcial”, que es, junto con
la noción de la simpatía, el otro concepto básico de
su ética.

. El primero es el juez; el segundo, la persona


juzgada. Pero que el juez y el procesado sean en
todo iguales es tan imposible como que la causa
fuese en todo igual al efecto” (Teoría de los
sentimientos morales. Madrid: Alianza, 1997; p. 231)
El espectador imparcial bien informado es el juez
tanto de las acciones de los otros como de nuestras
propias acciones.

La observación de la conducta de los otros y de


nuestra propia conducta nos permite forjarnos las
reglas generales de la moral.
Smith sostiene que

“La observancia de las reglas generales de conducta ya


mencionadas es lo que recibe el apropiado nombre de
sentido del deber, un principio de sobresaliente
importancia en la vida humana y el único principio por el
cual la mayoría de la sociedad puede orientar sus
acciones” (Id., p. 296).

Este principio puede compensar en algunos casos la poca


respuesta emocional que suscitan en algunas personas
ciertas situaciones: el sentido del deber remedia en este
caso la frialdad emocional.
El sentido del deber es el principio rector de nuestra
conducta como lo indica no solo la filosofía sino también
el sentido común.

La cuestión de en qué casos nuestras acciones han de


provenir fundamental o exclusivamente del sentido del
deber o del respeto a las reglas generales, y en qué casos
otro sentimiento o afecto ha de convenir y ejercer una
influencia sobresaliente, depende de dos circunstancias:
de la naturaleza agradable o desagradable del
sentimiento o afecto que nos impulse a una acción
independientemente de cualquier consideración a reglas
de carácter general; y, segundo, de la precisión y
exactitud de las reglas mismas.
De todas las virtudes, la de la justicia es la que
posee las reglas más precisas en un altísimo
grado y que casi no admite excepciones.
John Stuart Mill (1806-1873)
Stuart Mill: El utilitarismo
En esta exposición sólo nos vamos a referir a los puntos
de vista sostenidos por John Stuart Mill (1806-1873) en
su libro El utilitarismo (1843). Siguiendo a Jeremy
Bentham (1748-1832), Mill sostenía que:

1.el sumo bien moral es el principio de la utilidad o de la


mayor felicidad.
2.El principio de la utilidad sostiene que las acciones
son correctas en la medida en que tienden a promover
la felicidad, e incorrectas en cuanto tienden a producir
al contrario a la felicidad.
Esta es para el autor el placer, o sea la ausencia de
dolor, siendo la infelicidad el dolor y la ausencia
de placer.

En esta medida el placer y la falta de sufrimiento


son las únicas cosas deseables como fines. Todas
las cosas deseables son deseables por el placer
inherente a ellas mismas o como medios para
procurar el placer y evitar el dolor.
Según Mill se ha objetado …colocar a los seres
humanos al nivel de los cerdos, y se ha dicho que el
epicureismo tiene una visión degradada del ser humano;

pero el problema está en verdad en sus acusadores:

son ellos quienes suponen que el ser humano sólo puede


experimentar un placer inferior, como sucede con el de
los cerdos, sin advertir que hay además placeres
superiores que son propios del ser humano y que
corresponden no a los sentidos sino al intelecto, a los
sentimientos y a la imaginación.
En este sentido, los utilitaristas basan la superioridad
de los placeres superiores en su mayor persistencia,
seguridad y menor costo.

Es decir que hay una diferencia entre los placeres por


su diferente calidad: un placer superior es uno que
emplea las capacidades humanas más elevadas.

Por ello nadie en su sano juicio aceptaría convertirse en


un animal inferior ante la promesa del más completo
disfrute de los placeres de una bestia.
Muchos dirán que esta negativa puede deberse :

al orgullo,
al amor ,
a la independencia o al amor ,
al poder y
a las emociones;

…pero Mill cree que se debe al sentido de la dignidad


de los seres humanos, que guarda relación con
nuestras facultades más elevadas y que constituye
una parte esencial de la felicidad.
…lo que aquí está en juego no es la mayor cantidad de
placer para una persona sino para la mayoría de los
seres humanos, es decir que el hedonismo
no es egoísta sino universalista.

Conforme al principio de la mayor felicidad, el fin


último de la vida sería una existencia libre del dolor –
en la medida de lo posible- y tan rica como sea posible
en goces –en cantidad y calidad.
El criterio y la regla de la calidad –al
compararla con la cantidad- es la preferencia
experimental por aquellos placeres que estén
mejor dotados de los modos de comparación.

Estos constituyen los criterios de la acción


humana y de la moralidad.
Pero la felicidad es:

“…inalcanzable y porque se podría prescindir de


ella, ya que hay fines que algunas personas
aprecian más como la autoinmolación y el
sacrificio”.

A la primera objeción responde el autor


manifestando que aun si la felicidad fuera
inalcanzable, lo que el hombre persigue es –
según el utilitarismo- no ser infeliz.
A lo que se agrega que es un juego de palabras afirmar
que el hombre no puede ser feliz. No puede serlo
evidentemente si por felicidad se entiende una continua
emoción altamente placentera.

Pero se la puede lograr si por ella comprendemos tan


sólo algunos momentos brillantes de tal goce que
preponderen sobre el sufrimiento.

Y es que no se puede esperar más de la vida que lo que


ella puede dar, y en este sentido lo que hay que buscar es
una existencia que sepa combinar la tranquilidad con la
emoción.
La tranquilidad ayuda a conformarse con el
poco placer y la emoción a tolerar una
considerable cantidad de dolor.

Y no hay ninguna imposibilidad a priori


para combinar sabiamente ambos.

El utilitarismo admitir que el sacrificio sea


en sí mismo un bien.
el utilitarismo es llamado también consecuencialismo,
…si las consecuencias producen placer, es bueno.

Y, finalmente, si se adoptara el punto de vista


utilitarista se estaría sacrificando en muchísimos casos
a los integrantes de la minoría en nombre simplemente
del peso o de la importancia de la mayoría –repugna en
este sentido sostener que la muerte del docente y de
los estudiantes de La Cantuta fueran la condición de la
preservación del sistema legal peruano.
4. ÉTICA TEÓRICA Y ÉTICA APLICADA

“La relación de la ética aplicada con la normatividad …

Hacer converger la reflexión propia de la ética normativa


y los aportes provenientes de la información científica …
en un tipo específico de “reflexión moral”.

1. Esta convergencia representa un primer paso –


necesario pero insuficiente- de la “ética aplicada”.
2. La relación directa con la praxis se hace, en un segundo
paso, desde la “reflexión moral” convenientemente
ilustrada por la ética normativa y la ciencia
La ética aplicada es la reflexión ética que se proyecta
a situaciones concretas.

A ellas aplica las normas que antes fundamentó la


ética teórica y, si fuera necesario, recaba la
información imprescindible.

Ricardo Maliandi expone esta referencia de la


reflexión moral a la situación práctica con el
siguiente esquema:
Existen diversos tipos de ética aplicada:
bioética,
ética deportiva, y
ética de la distinta actividad profesional,
ética de las comunicaciones (sobre todo del
periodismo),
ética económica etc.

Uno de estos tipos es la ética de la empresa a la que a


continuación nos referiremos.
La ética aplicada es …la proyección de la ética teórica
a la consideración de casos prácticos recabando
previamente –si fuera necesario- la información
científica imprescindible del caso.

…la ética aplicada ha sido muy descuidada en muchos


períodos de la historia, es de fundamental
importancia, …no pueden realizar una
fundamentación teóricamente satisfactoria.
Desde mediados del siglo XX la ética aplicada ha
vuelto a merecer una gran atención debido a una
serie de factores.

Entre otros: el desarrollo de nuevas tecnologías


médicas que afectan el final de la vida y su
reproducción, las controversias políticas generadas
por guerras como las de Vietnam y la de la antigua
Yugoeslavia, las discusiones generadas por los
sufrimientos que se infringe a los animales … los
escándalos suscitados en la vida económica pública y
privada.
V. Brenda Almond, “Introduction: Ethical Theory and Ethical Practice”, en: Id., Introducing Applied Ethics.
Londres: Blackwell, 1995: 5.
FIN

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