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Serología y

virología
Hepatitis
La hepatitis es una enfermedad inflamatoria que afecta al hígado.

Su causa puede ser:


• Infecciosa
• Autoinmune
• Tóxica

La hepatitis vírica se puede definir como la inflamación hepática causada por una infección
viral.

Aunque existen muchos virus capaces de producir una discreta inflamación hepática en el
contexto de su infección (citomegalovirus, adenovirus, virus de Epstein-Barr, etc.),
clínicamente nos referimos a hepatitis virales causadas por virus hepatotropos, es decir, que
presentan un tropismo (afinidad) especial por el hígado.

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Virus de la hepatitis:
• Virus de la hepatitis A (VHA o HAV)
• Virus de la hepatitis B (VHB o HBV)
• Virus de la hepatitis C (VHC o HCV)
• Agente delta asociado al VHB o virus de la hepatitis D (VHD o HDV)
• Virus de la hepatitis E (VHE o HEV)

Todos contienen ARN, excepto el HBV, que es un virus ADN.


Aunque se diferencian por sus propiedades antigénicas y moleculares, desde el punto de vista clínico todos
pueden producir una enfermedad similar aunque su evolución y posibles complicaciones son diferentes.

Una hepatitis viral se caracteriza por presentar un conjunto de signos que constituyen la triada de la hepatitis:
• Ictericia
• Coluria
• Acolia

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Clasificación de las
hepatitis
Hepatitis A y E
Hepatitis viral por HAV y HEV
Características
Son virus ARN, icosaédricos y sin envoltura viral. El HAV pertenece a la familia Picornavirus y
el HEV a Hepeviridae
Las infecciones pueden presentarse en forma subclínica, sintomática o producir hepatitis
fulminante.
Vías de infección
• Por ingestión a través de alimentos contaminados con heces humanas
• Fecal-oral
• Parenteral (rara)

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Hepatitis viral por HAV y HEV
Patogenia
1. HAV y HEV ingresan al organismo por ingestión
2. Se multiplican en células del epitelio intestinal (primera replicación)
3. Se diseminan por vía hematógena hasta llegar al parénquima hepático
4. Hay replicación viral en hígado (segunda replicación)
5. Estos “virus hijos” llegan al intestino a través del conducto biliar
HAV es eliminado en altos títulos en heces durante las primeras semanas post infección (2-4
semanas), lo que posibilita el contagio persona-persona. La excreción viral es autolimitada.
HEV es eliminado en bajos títulos. La excreción viral es autolimitada.
En el punto 3, la viremia es muy corta por lo que su transmisión por vía parenteral es
excepcional
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Al inicio de los síntomas se producen títulos altos de
anticuerpos IgG e IgM.
La infección por HAV produce inmunidad permanentes, con
altos títulos de IgG específica.
Los títulos de IgG para HEV parecen declinar en el 90% de
los casos en los primeros seis meses post infección. No se
conoce si esos títulos tan bajos confieren inmunidad.

Laboratorio
HAV:
Aumento de transaminasas, coluria y bilirrubina variable. Detección de IgM antiHAV indica infección aguda (puede permanecer
positiva 6 meses post infección). Detección de IgG, en ausencia de IgM, indica infección pasada o paciente vacunado.
HEV:
Ante sospecha epidemiológica, y clínica, y habiendo descartado otras hepatitis virales se hace detección de IgG antiHEV que indica
infección actual. También, se dispone de pruebas rápidas para su uso en el terreno. Otra prueba utilizada es la reacción en cadena de la
polimerasa con retrotranscriptasa (RT-PCR), que detecta el ARN del HEV en la sangre o las heces; sin embargo, solo se realiza en
laboratorios especializados.
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Hepatitis viral por HAV y HEV
Prevención
La mejora del saneamiento, la inocuidad de los alimentos y la vacunación son las medidas más eficaces para
combatir la hepatitis A. La propagación de la hepatitis A puede reducirse mediante: sistemas adecuados de
abastecimiento de agua potable; la eliminación correcta de las aguas residuales de la comunidad; las prácticas de
higiene personal, como lavarse regularmente las manos antes de comer y después de ir al baño.
Hay varias vacunas inyectables inactivadas contra la hepatitis A disponibles a nivel internacional
La prevención es la medida más eficaz contra la enfermedad. A nivel poblacional, la transmisión del VHE y la
hepatitis E se pueden reducir: manteniendo la calidad de los sistemas públicos de suministro de agua; y
estableciendo sistemas adecuados de eliminación de las heces humanas. A nivel individual, el riesgo de
infección se puede reducir: manteniendo una buena higiene; no consumiendo agua ni hielo si no se está seguro de
que no están contaminados.
En 2011 se registró en China una vacuna recombinante de subunidades para prevenir la infección por el VHE,
pero todavía no se ha autorizado en otros países.

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Hepatitis B
Hepatitis viral por HBV
Características
HBV pertenece a la familia Hepadnaviridae.
El virión completo, también conocido como partícula Dane,
posee una envoltura compuesta por un complejo de tres
proteínas, llamado antígeno australiano, o antígeno de
superficie, HBsAg.
En su parte central, nucleocápside o core, se encuentran su
ADN (bicatenario), enzimas no estructurales (ADNpol,
transcriptasa reversa) y una proteína antigénica llamada
antígeno core, HBcAg.
Hay otro sistema antigénico llamado antígeno de enlace,
HBeAg, generado por autolisis de HBcAg.
El HBsAg y el HBeAg pueden detectarse como tales en plasma
de individuos infectados, no así el HBcAg.

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Hepatitis viral por HBV

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Evolución de la infección
Período de incubación: 30-180 días.
Las infecciones agudas son, en general, autolimitadas.
La gravedad de la infección varía ampliamente y muchas infecciones son
clínicamente inaparentes. Generalmente son acompañadas de una actividad anómala
de las transaminasas séricas.

Infección aguda
Puede ser leve y anictérica, o tener un curso más grave asociado a ictericia.
Período prodrómico: síntomas inespecíficos. Puede haber cefalea, malestar general, pérdida de apetito, náuseas y, en ocasiones, vómitos y fiebre
moderada con escalofríos. Al final de este período se elevan los niveles de transaminasas, indicando daño hepático.
Período ictérico (o de estado): se mantienen los mismos síntomas del período anterior y se agregan los elementos de agresión hepatocítica que,
habitualmente, conducen a plantear el diagnóstico. El componente obstructivo, responsable de la ictericia, puede ser variable y condiciona otros
síntomas de este período: prurito, coluria y acolia. En el período de estado se establece la enfermedad, por lo que la ictericia en aumento, durante
los primero 10-15 días, carece de valor pronóstico, a menos que aparezcan signos de empeoramiento. Las náuseas, vómitos y dolor en el
hipocondrio derecho se mantienen durante la primer semana. Del examen físico se destaca la hiperemia conjuntival, la coloración muco-cutánea
por la ictericia y una hepatomegalia blanda y regular.
Período de convalecencia: remite la ictericia, la hepatomegalia y se normalizan las transaminasas.
Debe prestarse especial atención a la aparición de signos marcadores de la instalación de una hepatitis fulminante. Es la complicación más temida
de la hepatitis aguda y se debe a la necrosis masiva del parénquima hepático. Es una forma grave donde los pacientes sufren falla multivisceral con
compromiso encefálico y renal, y con alteraciones de la coagulación.
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Infección crónica
La hepatitis crónica presenta un amplio espectro que puede incluir:

• Paciente asintomático con hallazgo ocasional, por examen de


laboratorio anormal

• Paciente con síntomas leves e inespecíficos


• Cuadro severo y fulminante

Personas con hepatitis crónica tienen alto riesgo de desarrollar cirrosis o carcinoma hepatocelular (HCC). Algunos pacientes
presentan astenia, molestias inespecíficas en la zona del hipocondrio derecho, fatiga ante esfuerzos leves o somnolencia. La
exploración física muestra, en ocasiones, la presencia de hepatomegalia; si se detecta esplenomegalia suele indicar una evolución
hacia la cirrosis.
El diagnóstico de hepatitis crónica exige la práctica de una biopsia hepática. La ecografía no aporta datos de interés, a excepción del
enfermo que ya haya desarrollado cirrosis donde se observa una notable alteración de la estructura hepática. .

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Las partículas virales circulan en elevada concentración en plasma, lo
que explica que el HBsAg sea un marcador sensible para identificar
personas infectadas.
La viremia es detectable 3 a 5 semanas antes de la aparición de los
síntomas. Se considera la persistencia de HBsAg y marcadores de
Los IgM antiHBc son los primeros en aparecer, se detectan al mismo replicación viral activa (ADN viral, HBeAg) en suero, por más de 6
tiempo que la elevación de las GPT (o ALT) y son progresivamente
meses, como marcadora de cronicidad. Usualmente, después de
reemplazados por anticuerpos antiHBc IgG
Las GOT y GPT inician su ascenso al final del período prodrómico, se varios años de persistencia, el HBeAg se seroconvierte a antiHBe
mantienen elevadas en el período de estado y comienzan a descender (portado crónico inactivo). Sin embargo, los niveles de HBsAg
para normalizarse en la convalescencia permanecen sin cambios por décadas, o durante toda la vida.
Como resultado de la respuesta inmune HBsAg y el ADN viral se hacen El diagnóstico de hepatitis crónica requiere de una biopsia.
indetectables.
La fase de convalecencia es precedida por la desaparición de HBeAg y la
aparición de antiHBe IgG (que persisten toda la vida). Los antiHBs, con
los años, se hace indetectable.
Diagnóstico de infección aguda: determinación de HBsAg e IgM
antiHBc.
Se hace seguimiento para ver cómo es el curso de la enfermedad. La
seroconversión HBeAg/antiHBe y HBsAg/antiHBs resulta marcadora de la
autolimitación de la enfermedad 16
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Prevención
La vacuna contra la hepatitis B es el principal pilar de la prevención de esta enfermedad. La
OMS recomienda administrarla a todos los lactantes lo antes posible tras el parto, de ser
posible durante las primeras 24 horas de vida.
En la mayoría de los casos se considera adecuada cualquiera de las dos opciones
siguientes:
• Tres dosis de la vacuna: la primera (monovalente) al nacer y las otras dos
(monovalentes o múltiples) cuando se administren la primera y la tercera dosis de la
vacuna contra la difteria, la tos ferina y el tétanos (vacuna DTP); o
• Una pauta con cuatro dosis de la vacuna: la primera (monovalente) al nacer y las tres
restantes (monovalentes o múltiples) cuando se administren otras vacunas del
calendario infantil sistemático.
La pauta vacunal completa genera anticuerpos que confieren niveles de protección
superiores al 95% en los lactantes, los niños y los adultos jóvenes. Esta protección dura por
lo menos 20 años y, probablemente, toda la vida. Por tanto, la OMS no recomienda
administrar dosis de refuerzo a las personas que hayan recibido las tres dosis.

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Hepatitis D
• El virus de la hepatitis D (HDV) es un virus RNA cuya replicación requiere la presencia del virus de la hepatitis B (HBV).
• La infección por el HDV ocurre simultáneamente con la infección por el VHB.
• Al menos un 5% de las personas con infección crónica por el HBV también están infectadas por el HDV. Sin embargo, esta
estimación mundial no es muy exacta, dado que muchos países no aportan datos sobre la prevalencia del HDV.
• La coinfección por el HBV y el HDV se considera la forma más grave de hepatitis vírica crónica, dada su progresión más
rápida hacia el carcinoma hepatocelular y la muerte por causas hepáticas.
• Las actuales tasas de éxito terapéutico son generalmente bajas.
• La infección por el VHD puede prevenirse mediante la vacunación contra la hepatitis B.

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Hepatitis C
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