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Buenas prácticas laborales en Chile
Buenas prácticas laborales en Chile
El conjunto de normas que contempla la actual legislación laboral, es el mínimo que toda
empresa debe cumplir. El resto de las iniciativas que apunten a incentivar la participación
laboral de las mujeres y/o mejorar sus condiciones laborales, son conocidas como Buenas
Prácticas Laborales para la Igualdad de Oportunidades entre Hombres y Mujeres.
El Código del Trabajo contiene una serie de disposiciones relativas a mejorar las condiciones de
trabajo de las mujeres, como por ejemplo: eliminación de la prohibición legal que tenía la mujer
de desempeñar ciertas faenas como las subterráneas; permiso post natal y el respectivo subsidio
para el padre en caso de fallecimiento de la madre trabajadora; permiso por enfermedad del niño
o niña menor de un año para la trabajadora o el trabajador que lo tenga a su cuidado por tuición
o medida de protección; establecimiento de jornada legal y porcentaje de ingreso mínimo para
trabajadora de casa particular.
A partir del año 1998, se incorporó en el Código del Trabajo, la siguiente prohibición: “Ningún
empleador podrá condicionar la contratación de trabajadoras, su permanencia o renovación de
contrato, o la promoción o movilidad en su empleo, a la ausencia o existencia de embarazo, ni
exigir para dichos fines certificado o examen de gravidez”.
- Existe la opción de que el padre, a elección de la madre, ejerza el permiso por enfermedad del
hijo o hija menor de un año.
- Fuero por un año a las mujeres y a los hombres viudos o solteros que manifiesten al tribunal su
voluntad de adoptar un hijo o hija en conformidad a las disposiciones de la ley de adopción.
Junto a lo anterior, la legislación laboral chilena tiene normas y leyes que garantizan el pleno
desarrollo de la maternidad de las trabajadoras; algunas de estas disposiciones son:
- Las trabajadoras tendrán derecho a un descanso de maternidad de seis semanas antes del parto
y doce semanas después de él.
- Las empresas que ocupan veinte o más trabajadoras de cualquier edad o estado civil, deberán
disponer de salas cunas anexas al lugar de trabajo o pagar los gastos de sala cuna para los hijos
e hijas menores de 2 años de las trabajadoras.
Fue suscrita por la ONU en 1979 y ratificada por Chile el año 1989. Los puntos principales en
lo general y lo particular referente al empleo indican lo siguiente:
Artículo 2.
Los Estados partes condenan la discriminación contra la mujer en todas sus formas, convienen
en seguir, por todos los medios apropiados y sin dilaciones, una política encaminada a eliminar
la discriminación contra la mujer y, con tal objeto, se comprometen a abstenerse de incurrir en
todo acto o práctica de discriminación contra la mujer y velar porque las autoridades e
instituciones públicas actúen de conformidad con esta obligación; tomar todas las medidas
apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer practicada por cualesquiera personas,
organizaciones o empresas.
Artículo 11.
Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación
contra la mujer en la esfera del empleo a fin de asegurar, en condiciones de igualdad entre
hombres y mujeres, los mismos derechos, en particular: a) El derecho al trabajo como derecho
inalienable de todo ser humano; b) El derecho a las mismas oportunidades de empleo, inclusive
a la aplicación de los mismos criterios de selección de cuestiones de empleo; c) El derecho a
elegir libremente profesión y empleo, el derecho al ascenso, a la estabilidad en el empleo y a
todas las prestaciones y otras condiciones de servicio. d) El derecho al acceso a la formación
profesional y al readiestramiento, incluido el aprendizaje, la formación profesional y el
adiestramiento periódico; f) El derecho a la protección de la salud y a la seguridad en las
condiciones de trabajo, incluso la salvaguardia de la función de reproducción.
Artículo 13.
Los Estados partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación
contra la mujer en otras esferas de la vida económica y social a fin de asegurar, en condiciones
de igualdad entre hombres y mujeres, los mismos derechos, en particular:
Artículo 14.
Los Estados partes tendrán en cuenta los problemas especiales a que hace frente la mujer rural y
el importante papel que desempeña en la supervivencia económica de su familia, incluido su
trabajo en los sectores no monetarios de la economía, y tomarán todas las medidas apropiadas
para asegurar la aplicación de las disposiciones de la presente Convención a la mujer de las
zonas rurales.
Desarrollada en Otawa, en octubre del año 2001, su objetivo fue abordar las dimensiones
laborales y de empleo del proceso de la III Cumbre de la Américas "enfocada a mejorar el
bienestar de ciudadanos y ciudadanas de las Américas".
4. Tomar acciones para eliminar las barreras estructurales y legales y las actitudes
estereotipadas con respecto a la igualdad entre hombres y mujeres en el trabajo.
• Eliminación de las barreras estructurales y legales para la igualdad en el trabajo.
• Eliminación de los prejuicios y estereotipos discriminatorios sobre la mujer trabajadora.
Convenio N° 175: Convenio sobre el trabajo a tiempo parcial. Busca asegurar la protección a
los /as trabajadores/as de tiempo parcial en áreas tales como: acceso, condiciones laborales y
seguridad social.
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Chile – Europa
El tratado suscrito entre Chile y la Unión Europea contiene acuerdos de cooperación entre los
cuales se destaca: Cooperación social donde las acciones primordiales son:
• Reducción de la pobreza.
• Promoción del rol de la mujer en el desarrollo económico y social del país.
• Modernización de las relaciones laborales, condiciones de trabajo, bienestar social y seguridad
en el empleo. Cooperación relativa al género. En este aspecto los lineamientos son:
• Equitativa participación del hombre y la mujer en todos los sectores de la vida política,
económica, social y cultural.
• Facilitar el acceso de las mujeres a todos los recursos para que puedan ejercer sus derechos
fundamentales.
• Promover la creación de un marco para: o Tomar en cuenta el tema del género y su
problemática en cada nivel de la cooperación,
• Promover la adopción de medidas positivas en favor de la mujer.
Chile – EEUU
EE.UU. y Chile se comprometen a cumplir su propia legislación laboral. Las partes reafirman
sus obligaciones como miembros de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y sus
compromisos asumidos en virtud de la Declaración de la OIT relativa a los Principios y
Derechos Fundamentales en el Trabajo y su Seguimiento (1998).
Cada parte procurará garantizar que sus leyes establezcan normas laborales internacionalmente
reconocidas, establecidas en un punto de este capítulo. Estas se refieren a libertad sindical,
negociación colectiva, trabajo forzoso, trabajo infantil, condiciones de trabajo aceptables
relativos a salarios mínimos, horas de trabajo, seguridad y salud laboral.
Cada parte designará una unidad de su Ministerio del Trabajo para servir como punto de
contacto para apoyar el trabajo del Mecanismo de Cooperación Laboral. Entre las actividades
comprometidas, se encuentran:
• Intercambiar información sobre políticas laborales, aplicación efectiva de la legislación y
prácticas laborales en los territorios de ambas partes.
• Intercambiar información sobre las mejores prácticas laborales, incluyendo las adoptadas por
empresas multinacionales, pequeñas y medianas empresas y otras empresas privadas, así como
por las organizaciones representativas de los trabajadores, y promover tales prácticas.
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Por otro lado, está lo referido a la política de remuneraciones: pagar iguales salarios a hombres
y a mujeres por el mismo trabajo realizado, permitir iguales posibilidades de promoción a unos
y a otras, acceso a cargos de responsabilidad (Gerencias/Directivas/Jefaturas) y, lograr un
mayor equilibrio entre tiempo de trabajo y tiempo familiar.
En cuanto a la salud y seguridad en el lugar de trabajo, se trata en primer lugar de cumplir con
todas las normas laborales establecidas en este ámbito, y, en segundo término buscar modos
complementarios de promover la salud y la seguridad, de acuerdo a la propia realidad de la
empresa. En cuanto a la relación con sus interlocutores externos, la empresa puede dirigir los
recursos de Franquicia Tributaria no utilizados a Programas Sociales de Capacitación, como un
acto de Responsabilidad Social de la Empresa hacia la comunidad. Otro ejemplo son las tutorías
ofrecidas por las grandes empresas a las empresas de nueva creación y/o PYMES.
Junto a lo anterior, tanto en el ámbito mundial como nacional, las mujeres han aumentado su
participación en forma masiva al mercado laboral. Según el último Censo, en Chile aumentó de
un 28% en 1992 a un 36% en el año 2002, sin embargo aún sigue siendo inferior al promedio de
los países de América Latina (45%).
Las condiciones en que las mujeres enfrentan esta nueva realidad es distinta a la de los hombres,
produciéndose brechas y desigualdades que se vinculan con el acceso a trabajos de menor
calidad, desigualdad en las remuneraciones, dificultad para acceder a puestos de responsabilidad
y capacitación.
Esta situación debiera cambiar si se considera que las mujeres contribuyen al desarrollo y al
crecimiento económico del país, que constituye un capital humano calificado y una opción
efectiva para superar la pobreza. Ejemplo de ello es que el 35% de los hogares en Chile tiene
jefatura de hogar femenina; y, las mujeres representan el único ingreso en el 42% de éstos
hogares. Sumado a lo anterior, tanto la experiencia, como las cifras nacionales establecen que
las familias donde son dos quienes aportan ingresos superan más eficazmente la línea de
pobreza. En la mayoría de los casos, el segundo ingreso corresponde a la pareja del jefe o jefa
del hogar, por sobre otros eventuales aportes (subsidios, otros familiares).
Respecto a los cambios en la sociedad, la incorporación de la mujer al ámbito laboral-
económico, evidencia una fuerte tensión que se genera entre las responsabilidades familiares y
las responsabilidades laborales de hombres y mujeres, especialmente de estas últimas.
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La SA 8000 (Social Accountability 8000), fue creada en 1997 y es una norma universal,
dirigida a aquellas empresas que buscan garantizar los derechos básicos de los/as
trabajadores/as. Esta norma está basada en el modelo de auditoria de la Organización
Internacional por la Estandarización (ISO) y como tal intenta nivelar las iniciativas y normas
laborales locales al estándar internacional. Esta norma fue establecida por la Agencia de
Acreditación del Consejo de Prioridades Económicas (CEPAA) de Nueva York -ahora llamado
Responsabilidad Social Internacional (SAI)-. La SA8000 se sustenta firmemente en las
Convenciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Declaraciones de la ONU.
La norma incluye nueve áreas relevantes, de las cuales se identifican las políticas, prácticas y
procedimientos para las empresas con relación a su responsabilidad social:
1.- Trabajo infantil.
2.- Trabajo forzado.
3.- Aseguramiento de las condiciones de higiene, salud y seguridad de trabajadores/as.
4.- Libertad de asociación y derecho a convenios colectivos.
5.- Ausencia de todo tipo de discriminación y acoso.
6.- Ausencia de castigos corporales, abusos verbales.
7.- Apropiada cantidad de horas de trabajo.
8.- Retribución justa.
9.- Implementación de un sistema de responsabilidad social. En el ítem “Discriminación”, los
temas están principalmente vinculados con la igualdad de oportunidades entre hombres y
mujeres en los siguientes aspectos: ascensos, niveles de remuneración, capacitación y selección
de personal. Además, existe un ítem especial sobre acoso sexual en el trabajo.
Para la dimensión interna de las empresas proponen, entre otras, las siguientes medidas: una
mayor conciliación entre la vida laboral y familiar, una mayor diversidad de recursos
humanos, la igualdad de retribución y de perspectivas profesionales para las mujeres.
3.- The Global Compact. Pacto Mundial de las Naciones Unidas para la Responsabilidad
Social Empresarial.