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DECLARACIÓN DEL MOVIMIENTO SINDICAL COLOMBIANO FRENTE

AL ACUERDO DE COOPERACION LABORAL DEL TLC


ENTRE COLOMBIA Y CANADA.

La Confederación General del Trabajo, CGT, la Confederación de Trabajadores de


Colombia, CTC y la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, reunidos el 21 de
enero en Bogotá D.C., ciudad capital de Colombia, con representantes del
Canadian Labour Congreso (CLC) para analizar el Acuerdo de Cooperación
Laboral (ACL) del Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado el 6 de junio del 2008
entre los gobiernos de Colombia y Canadá de manera unitaria convenimos que:

Los Tratados de Libre Comercio actualmente en discusión, son el desarrollo de un


principio fundamentalista del Modelo Neoliberal, que ante la imposibilidad de
imponer, a través de la OMC, las exigencias de las transnacionales en temas tan
delicados como Propiedad Intelectual, Medicamentos, Acceso a Mercados,
Agricultura, Servicios, Subsidios, Políticas Antidumping y Derechos
Compensatorios entre otros, imponen este tipo de tratados; de los cuales los
únicos que sacaran ventaja serán grandes monopolios como: Colombia Goldfields
Ltd, B2 Gold, Coaldcorp Mining Inc o Frontier Pacific Mining Corporation, en
contra de las mayorías de nuestro país y por que no de las de Canadá, pues de
todos es sabido que el capital no conoce de Dios ni de Patria a la hora de
garantizarse sus jugosas utilidades.

Los impactos Políticos, Económicos, Sociales, Culturales, Éticos y Medio


Ambientales, serán catastróficos para una nación que como Colombia no se
encuentra preparada para una apertura de su mercado interno, por su atraso en
materia tecnológica, por la escasa capacidad de consumo de su población, por la
debilidad manifiesta de su sector agropecuario, pero fundamentalmente por las
gigantescas asimetrías con la economía canadiense.

Desde nuestra perspectiva, un comercio justo debe significar desarrollo y progreso


de los derechos sociales, económicos, culturales y ambientales de la sociedad
colombiana. Sin embargo con la firma del TLC entre Canadá y Colombia, no se
estarían garantizando tales derechos. Frente a los derechos laborales y de
libertad sindical, se convierte el TLC en una oprobiosa recompensa a gobierno y
empresarios respecto de la violación de los mismos, olvidando y dejando en la
impunidad los más de 2700 sindicalistas asesinados, perpetuando las omisiones
del Estado colombiano al cumplimiento de los convenios ratificados y a las
recomendaciones y solicitudes directas realizadas por los órganos de control de la
OIT.

Lo anterior en la medida que lo que podrían constituir protecciones sustantivas de


los derechos laborales están fuera del TLC, en un Acuerdo Paralelo cuyas
disposiciones finales se centran en un criterio discrecional de las Partes y no en
acciones jurídicas independientes que posibiliten a los trabajadores/as y sus
organizaciones sindicales representativas, el ejercicio pleno de sus libertades y
derechos.

En cualquier caso, dichas cláusulas laborales no otorgan una protección real para
los trabajadores/as, al centrarse solo en la aplicación de las Leyes Laborales
existentes más que en presionar por mejorar los estándares laborales existentes,
independientemente de que se vinculen o no con los ámbitos comerciales y de
inversión vinculados al TLC.

La grave situación de violación de los derechos humanos y sindicales que


prevalece en Colombia, denunciada a nivel internacional en el ámbito de la
Organización Internacional del Trabajo, así como en otros foros de lucha por el
respeto a los derechos humanos, difícilmente podrá ser enfrentada en sus raíces
más profundas con el pago de multas por parte de un gobierno, que como el de
Colombia, no ha demostrado ninguna voluntad política para encarar dicha
situación y comprometerse con el fin de la violencia contra sus ciudadanos, los
sindicatos y sus dirigentes.

Es claro que la legislación laboral colombiana vigente actualmente esta


encaminada a hacer nugatorios los derechos de sindicalización, contratación
colectiva y huelga; amén de constituir un legado de normas que desregulan,
deslaboralizan, flexibilizan y abaratan la mano de obra a niveles “competitivos”
para las Transnacionales, que no dudaran en desplazarse de otros lugares para
usufructuar tales ventajas, con las consecuencias por todos conocidas, de
desempleo de donde salen y de envilecimiento de la pobreza adonde llegan.

Estas consideraciones son plenamente coincidentes con lo afirmado en el


documento de la CLC que acabamos de conocer, con lo que existe un terreno
común en el diagnóstico sobre el TLC.

Existe, también, un aspecto netamente político: Con la suscripción del TLC con
Canadá, el gobierno de Colombia intenta presionar al Congreso estadounidense
para que apruebe finalmente el TLC Colombia-USA, al mostrarle que habrá desvío
de comercio y que un país que es reconocido por su preocupación por los
derechos humanos y el medio ambiente, como Canadá, es capaz de acordar un
TLC con Colombia.
El Modelo Neoliberal, ha hecho crisis, y no se entiende como, cuando las naciones
desarrolladas buscan proteger sus aparatos productivos nacionales, garantizar su
soberanía y seguridad alimentarias, fortalecer sus mercados internos y en general
toman medidas conocidas como proteccionistas, a las naciones subdesarrolladas
se nos presenta, como la tabla salvadora, la aplicación de Tratados de Libre
Comercio que significan todo lo contrario. El TLC Colombia-Canadá se firmo a
espaldas de los colombianos, sin ningún tipo de participación real y efectiva de la
sociedad civil, sin ningún tipo de estudio de sus impactos y eso ha de quedarle
claro al parlamento canadiense.

Las organizaciones sindicales colombianas estamos convencidas que en este


escenario, el ACL nace ya fracasado, y que el TLC conducirá a un aumento en el
nivel de violaciones de los derechos laborales, afectando asimismo la soberanía
de la nación colombiana en lo económico, en lo social, en lo político y en lo
cultural.

Por lo anterior, el movimiento sindical colombiano invita a la sociedad


canadiense en su conjunto, a su parlamento, a mostrar la mayor de las
solidaridades para con el pueblo colombiano, movilizándose en contra y
absteniéndose de ratificar un TLC, que al igual que los firmados con los Estados
Unidos, con la Asociación Europea de Libre Comercio, EFTA, y el que se pretende
firmar con la Unión Europea, solo agravaran la ya de por si difícil situación de una
nación que no merece lo que le esta pasando.

Signatarios:

Julio Roberto Gómez Esguerra Apecides Alvis Fernández


Secretario General Presidente
CGT CT C

Tarcisio Mora Godoy


Presidente
CUT

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