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FORO ACADÉMICO sobre el Primer Pleno Casatorio Civil (Casación N°1465-

2007- Cajamarca). ¿Estás de acuerdo con la posición mayoritaria o en minoría del


pleno? ¿Por qué?

El Pleno Casatorio del 22 de enero de 2008 (Casación N° 1465-2007-


Cajamarca), estableció que “solamente se admite la excepción de
transacción judicial excluyéndose cualquier otra excepción que se
sustente en la transacción (…) y que, en todo caso, la transacción
extrajudicial debe ser opuesta como una defensa de fondo según las
reglas del Código Civil”.
Conforme al artículo 453 del Código Procesal Civil esta excepción tiene
como presupuesto la existencia de un proceso anterior a aquél en el que
se propone la excepción, proceso donde se ha discutido entre los mismos
sujetos la misma pretensión sustentada en la misma causa de pedir, y que
dicho proceso haya concluido mediante transacción.
La Corte Suprema estableció en varias ejecutorias que la excepción de
transacción solamente podía sustentarse en la transacción judicial. Así se
puede citar la siguiente sentencia casatoria, que en la parte pertinente
expresó: “La excepción de transacción se presenta como un mecanismo
procesal de defensa que se configura cuando se pretende variar los
efectos de un proceso ya resuelto, mediante un acuerdo transaccional,
definitivamente, en otro (…) Para la configuración de esta excepción –de
conclusión del proceso por transacción- se requiere de la concurrencia de
tres presupuestos, los cuales son: a) la identidad de las partes; b) la
identidad de la pretensión; y, c) la identidad del interés para obrar; (…)
no será fundada la excepción de transacción que no reúna los requisitos
de identidad que establece la ley(…)”
Sobre este punto tengo una posición distinta. Coincido en que sobre la
base de la legislación vigente la transacción extrajudicial no puede dar
lugar a una excepción, en razón de que sólo se pueden deducir como
excepciones y tramitarse como tales aquellas que están previstas en el
artículo 446º del CPC, pues este contiene una relación taxativa, un número
cerrado de excepciones proponibles.
Sin embargo, ello no puede llevarnos a la conclusión de que la defensa
sustentada en la existencia de una transacción extrajudicial deba ser
alegada necesariamente en la contestación a la demanda, y, sobre todo,
que deba ser resuelta por el Juez en la sentencia al pronunciarse sobre el
fondo del asunto. Soy un convencido que la transacción extrajudicial – y la
conciliación extrajudicial – constituyen un supuesto de falta de interés
para obrar en el demandante y, por lo tanto, coloca al proceso ante la
ausencia de un presupuesto procesal y la consecuente improcedencia de
la demanda. Veamos porqué.
La transacción extrajudicial es un contrato por el que las partes mediante
concesiones recíprocas deciden sobre un asunto patrimonial dudoso,
evitando el pleito que podría promoverse. Esta transacción extrajudicial
no constituye formalmente cosa juzgada, pero tiene para las partes el
valor de tal. Así lo estipula el artículo 1302 del Código Civil. Por lo tanto, ya
sea que mediante las concesiones recíprocas se extingan obligaciones o
que simplemente se regule la forma de su cumplimiento, lo cierto es que
las partes han tomado esa decisión con carácter inmutable e irrevisable.
En tal sentido, la existencia de una transacción extrajudicial entre las
partes, cuyo objeto sea el mismo que el del proceso que se inicia con
posterioridad, significa que en dicho proceso el demandante no tiene
interés para obrar. En efecto, el interés para obrar no es otra cosa que el
resultado de una evaluación de utilidad para determinar si el proceso es la
herramienta sin la cual el actor se ve irremediablemente perjudicado. Así,
si como consecuencia de esta evaluación de utilidad se determina que el
demandante tiene otra forma o medio de tutela estaremos ante una falta
de interés para obrar en el medio; y si el actor como consecuencia del
proceso no sufrirá modificación en su esfera jurídica, estaremos ante una
falta de interés para obrar en el resultado.
En este orden de ideas, ante la existencia de una transacción extrajudicial
celebrada entre las partes, que tiene para estas la autoridad de cosa
juzgada, si como consecuencia de dicha transacción quedaron extinguidas
las obligaciones entre las partes, no existirá interés para obrar en el
resultado, porque irremediablemente, aún con el proceso, la situación
jurídica no se modificará pues está fijada definitivamente para las partes
por los términos del acuerdo transaccional. Si como consecuencia de la
transacción no se extinguieron las obligaciones sino simplemente se
reguló la forma de su cumplimiento, en el proceso en que se demande
este cumplimiento el demandante incurrirá en falta de interés para obrar
en el medio, pues se cuenta con otro mecanismo de tutela del derecho
reclamado, como lo es el proceso ejecutivo previsto en el artículo 1312 del
Código Civil para la ejecución de la transacción.

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