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TRABAJO PRÁCTICO N°3

PROCESOS CIVILES Y COMERCIALES

Carrera: ABOGACIA

Nombre de la Materia: Procesos Civiles y Comerciales

TITULO DEL TRABAJO:

“Demanda a Las Empresas Las Finitas S.A.S y Constru-Mark”

AÑO 2022

Consignas de la actividad:

1. Ante la situación analizada se los invita a pensar: ¿qué función tiene y


en qué consiste la etapa decisoria en un procedimiento ordinario?
¿Corresponde aplicar esta instancia si nos encontramos ante un juicio
ejecutivo? Expliquen la postura asumida a partir del análisis de la
bibliografía.

2. ¿Pueden reconocer la finalidad del principio de congruencia en el


dictado de la sentencia? ¿El juez podría resolver más allá de lo
peticionado por las partes dentro de un sistema dispositivo?
Fundamenten la postura asumida.

3. En el caso planteado, ¿bajo qué presupuestos se produciría la


caducidad de instancia y que diferencias tiene con la perención y la
prescripción? Fundamenten la respuesta en base a la situación fáctica
utilizando la bibliografía obligatoria.

4. En el caso planteado, si la actora resulta vencedora, y el demandado


incumple lo dispuesto en la sentencia que lo condena al pago de los
daños ocasionados, se puede ejecutar. ¿Representa un título ejecutivo la
sentencia? Justifiquen la respuesta. 

5. El juicio planteado por la actora puede desarrollarse por medio de un


procedimiento abreviado u ordinario, ¿de qué depende esta elección?
Justifiquen la respuesta con argumentos jurídicos. 

Respuestas

1- El sistema procesal civil tiene por fin que, mediante el enfrentamiento de


las partes, lo que determina su forma adversarial, el juez forme su convicción y
así determine la solución al conflicto humano, de acuerdo a las previsiones
legales vigentes.

La etapa decisoria es la última etapa esencial del proceso, en la cual se dicta la


sentencia definitiva. Inicia con el llamado de autos para que el juez dicte dentro
de un plazo determinado sentencia, además este adjudica la solución al
conflicto en resolución fundada (artículos 506 y 121, inc. 3, del CPCC de
Córdoba).

El decreto en el que se ordena el llamamiento de autos para definitiva, marca


un momento muy importante en el proceso ya que con el mismo se inicia
apertura de la etapa decisoria. El Juez le hace saber a las partes que, desde
ese instante, estudiará los autos para resolver.

La importancia procesal del decreto de autos para definitiva radica


principalmente en que, por un lado, cesa la carga procesal de las partes de
concurrir a la sede del Tribunal los días martes y viernes para notificarse de las
resoluciones puestas a la oficina, y por otro lado, comienza lo que se
denomina, plazo fatal, para que el juez que interviene en la causa dicte la
resolución sobre el fondo de la cuestión planteada en el litigio.
Cabe mencionar que, antes del dictado de la sentencia, el juzgador podría
ordenar medidas para mejor proveer. Ellas son providencias probatorias que,
limitadamente, puede disponer el tribunal de conformidad con las condiciones y
los requisitos establecidos por la ley procesal.

La sentencia: Es un acto estrictamente formal (de características


documentales). En ella, el juez fija lo fáctico y lo subsume en el derecho
positivo vigente, decide en forma definitiva sobre las pretensiones de las partes
y le pone fin al juicio. Dicha decisión final debe responder al principio de
congruencia y deberá contener una decisión expresa sobre cada uno de los
puntos sometidos al juez explicados claramente, todo ello, en virtud de los
artículos 327, 328 del CPCC de Córdoba y del artículo 330 del CPCCN inciso
4°, al igual que el artículo 329 del CPCC de Córdoba, que se refiere a la
estructura de la resolución, a su vez, la Constitución de la provincia exige que
toda resolución judicial contenga la correspondiente fundamentación lógica y
legal, según lo expuesto en su artículo 155.

En el juicio ejecutivo se demanda con base en un título que goza de una


presunción de autenticidad sobre el crédito que contiene (este instrumento
resulta indispensable en relación con la existencia del proceso de ejecución). El
juez deberá resolver si llevar adelante la ejecución o no hacer lugar a ella
(artículo 556 del CPCC de Córdoba), en principio, la sentencia firme solo
produce el efecto de cosa juzgada formal, es decir, que quedará, tanto para el
actor como para el ejecutado el derecho de promover el juicio declarativo que
corresponda sin que puedan volver a discutirse las defensas sobre las que ya
recayó el pronunciamiento, salvo que se funden en pruebas que no se pudieron
ofrecer en el ejecutivo, según el art. 557 del CPCC de Córdoba.

2- La palabra congruencia, proviene del latín congruens, congruentis esto


significa ser coherente con otra cosa y que está de acuerdo con o ajustado a
ella.

El principio de congruencia opera como marco regulador y delimitador de todo


proceso. Establece que las partes son las únicas que pueden introducir en un
juicio las pretensiones, defensas, pruebas, y cuestiones a debatir durante la
tramitación del mismo.
El principio de congruencia se encuentra regulado en el artículo 330 del CPCC
de Córdoba, figura como la garantía de defensa en juicio (art. 18 de la
Constitución de la Nación Argentina), procura que exista correlación entre la
pretensión deducida, su oposición y lo que el/la magistrado/a debe decidir en la
sentencia. El principio exige una rigurosa adecuación de la sentencia con los
sujetos, el objeto y la causa que individualizan a la pretensión y a la oposición.
La plataforma fáctica del litigio es fijada por las partes, ese ámbito no puede ser
invadido por el/la juez/a. En primer lugar, sobre el punto y en cuanto a los
sujetos, la sentencia solo puede contener un pronunciamiento con respecto a
quienes hayan revestido en el proceso la calidad de “partes”. En lo que
concierne al objeto, el principio de congruencia requiere que el juez emita
sentencia en el pronunciamiento de manera (total o parcialmente positivo o
negativo) sobre todas las pretensiones y oposiciones formuladas por las partes
y solo sobre ellas, respetando sus límites cualitativos y cuantitativos es decir
que, la sentencia debe estar conforme con la reclamación escrita, para que el
juez no vaya más allá, fuera o más acá de las demandas de las partes; tanto lo
imputado como lo sentenciado; el juez debe juzgar de acuerdo con las razones
alegadas y probadas por las partes.

Cabe destacar que si el juez resuelve más allá de lo peticionado por las partes
dentro de un sistema dispositivo iría en contra del principio de congruencia,
produciéndose así una incongruencia, como por ejemplo resulta configurada
cuando, habiéndose reclamado una suma determinada, la sentencia fija una
menor sin enunciar las razones que justifiquen la reducción (incongruencia infra
petita). Asimismo, transgrede el principio de congruencia el fallo que excede las
peticiones contenidas en la pretensión o la oposición (incongruencia ultra
petita), porque concede más de lo reclamado por las partes. Finalmente, se
halla afectado de incongruencia el fallo que se pronuncia sobre una materia
extraña a la que fue objeto de la pretensión y de la oposición (incongruencia
extra petita), porque concede o niega lo que ninguna de las partes reclamó.
Igualmente, el fallo es incongruente cuando omite decidir sobre alguna
pretensión u oposición (incongruencia citra petita). Para no incurrir en la
incongruencia, el fallo debe adecuarse tanto a la concreta situación de hecho
invocada por las partes como a la imputación jurídica realizada.
Tal es la importancia del principio en cuestión que hasta la Corte Suprema de
Justicia de la Nación ha reconocido la raigambre constitucional del mismo, en
este sentido ha dicho: “El carácter constitucional del principio de congruencia,
como expresión de la defensa en juicio y del derecho de propiedad, obedece a
que el sistema de garantías constitucionales del proceso está orientado a
proteger los derechos y a no perjudicarlos, vedando no sólo el pronunciamiento
sobre peticiones o defensas no postuladas por las partes, sino también la
desviada consideración de hechos conducentes, contenidos en las alegaciones
formuladas por aquéllas en los escritos constitutivos del proceso.”

En fin, cuando hablamos de las excepciones legales, del principio de


congruencia, que existen respecto al rechazo in límine de la demanda, no
constituye incongruencia la resolución judicial que rechace in límine la
demanda, el art. 337 C.P.C.C.N establece que el juez deberá en dicha
resolución indicar cuál es el defecto que la demanda hubiere tenido, es decir, la
decisión debe ser fundada explicando expresamente cuáles han sido los vicios,
las omisiones o las deficiencias en las que se hubiere incurrido.

3- El caso planteado nos dice que: “el actor presenta los alegatos, el
demandado estando notificado deja vencer el plazo sin hacerlo”.

En este caso el demandado deja vencer el plazo para presentar alegatos por lo
que caduca su derecho a presentación en la instancia. La caducidad de
instancia es un modo de extinción de ciertos derechos en razón de la omisión
de su ejercicio durante el plazo prefijado por la ley o la voluntad de los
particulares. La caducidad se diferencia con la perención, ya que esta última es
el aniquilamiento o muerte de la instancia por la inacción en el proceso durante
el tiempo establecido por la ley, de la parte que tenía la carga procesal de
impulsarlo y su declaración se produce por solicitud de la parte. La
prescripción liberatoria es una excepción para repeler una acción por el solo
hecho de que quien la entable ha dejado durante un lapso (de tiempo) de
intentarla o de ejercer el derecho al cual ella se refiere (art. 3949). Transcurrido
el plazo legal de inactividad, prescribe la acción para reclamar, pero queda
subsistente el derecho bajo la forma de una obligación natural. Se puede
concluir diciendo que “las acciones prescriben, los derechos caducan y las
instancias perimen”.

4- Sí, la sentencia representa un título ejecutivo, toda vez que cuando queda
firme, si el demandado no cumple con lo dispuesto por el juez, da lugar a la
ejecución de sentencia, que se hace a través de un juicio de tipo Ejecutivo
Especial, que se encuentra legislado especialmente en el Código, (art. 801 y
sgtes); como tal la misma tiene efecto de cosa juzgada formal, (art 557 del
CPCCN) no causa estado, es decir que quedará siempre a salvo cualquiera
fuese la sentencia, tanto para el actor como para el ejecutado, el derecho de
promover el juicio declarativo que corresponda, sin que puedan volver a
discutirse las defensas sobre las que recayó el pronunciamiento, salvo que se
funden en pruebas que no se pudieron ofrecer en el ejecutivo (art. 557). Por
cierto, con respecto a las defensas no articuladas, estas deben tratarse de
oposiciones que no sean las previstas para el ejecutivo o, si existió una
limitación en la prueba, de tal manera que la negligencia no habilite a utilizar la
vía ordinaria.

Aquí podemos citar como ejemplo, para explicar lo que acabamos de describir,
el caso de un título ejecutivo que podría ser un cheque o un pagaré, el cual fue
firmado por una profesora, en un contexto de enseñanza en la educación
secundaria, más precisamente en una clase de Contabilidad, y que llegó a
manos de alguna persona que valiéndose de ese título ejecutivo, con notoria
mala fe, lo ejecuta (mediante juicio ejecutivo); pero, abriéndose un juicio
declarativo, que es justamente lo que permite conocer la causa válida que da
nacimiento a esa obligación, a través de esa vía se puede probar que si bien
ese documento puede ejecutarse, no se corresponde con una causa válida. No
hace falta esperar la sentencia, si se trabaron medidas cautelares, puede
reabrirse un proceso declarativo, o mejor llamado de conocimiento.

Podemos decir que en el juicio ejecutivo, a diferencia del ordinario, se demanda


con base en un título que goza de una presunción de autenticidad sobre el
crédito que contiene, no se acepta la discusión sobre la causa, legitimidad o
existencia del crédito. Admitida la demanda y citado de remate, el demandado
solo puede defenderse oponiendo las excepciones previstas taxativamente en
el artículo 547del CPCC de Córdoba. Si el demandado opone alguna de esas
excepciones (incompetencia; falta de personería; falsedad o inhabilidad de
título; litispendencia o cosa juzgada; etc.), se abre un trámite contradictorio,
pese a que sus etapas son más limitadas que las del juicio ordinario; si el
demandado no se defiende, es decir, no opone excepciones, se omite el
contradictorio y el juzgador dictará sentencia sin llamamiento de autos (art.
546del CPCC de Córdoba).

Presentada la demanda ejecutiva, el juez deberá realizar un análisis de los


requisitos del título según su suficiencia e integración para habilitar la sede
ejecutiva.
Además, deberá ponderar la legitimación activa y pasiva con base en los datos
que suministre el propio título.

Si el examen previo es positivo, la primera orden del Tribunal será la de


ordenar el mandamiento de ejecución y de embargo sobre los bienes del
demandado, los suficientes para cubrir lo que se le reclama, y en el mismo
acto, se ordenará la citación de comparendo y de remate. Esto último tiene por
efecto imponer al demandado las cargas correspondientes y permitirle ejercer
su derecho de defensa en juicio, que está acotado por el tipo de defensas
oponibles.

5- En el caso planteado, al tratarse de un reclamo por daños y perjuicios,


deberá plantearse a través de un juicio abreviado, por aplicación de lo previsto
en la Ley 10555, teniendo en cuenta la cuantía, (que actualmente se fija en un
millón de pesos) corresponde que se tramite en forma oral. En caso de duda
sobre la cuantía del litigio, deberá sustanciarse el procedimiento mediante el
trámite del juicio ordinario, de conformidad con el artículo 420 del CPCC de
Córdoba.

El juicio por el que se reclama daños y perjuicios, se lleva a cabo mediante un


procedimiento abreviado, con todos los beneficios que eso conlleva, en cuanto
a la oralidad, inmediatez, que permite el acercamiento del juzgador a las
partes, y a la prueba, pudiendo tener otra visión de las pruebas que se acercan
al juicio, ya que permite estar en contacto con los órganos de prueba,
preguntar, valerse de percepciones que sólo se alcanzan desde el contacto
directo, cara a cara, donde el tono de la voz, el lenguaje corporal y la postura
de los interlocutores, representan un 93% del poder comunicacional de los
seres humanos, por eso es tan enriquecedor, asimismo la oralidad exige la
concentración del procedimiento, lo que conlleva a un proceso por audiencias
que también tiene como beneficioso que se busca la celeridad en la resolución
de este tipo de controversias, lo que se busca es que la justicia llegue más
rápido, que los procesos se agilicen y se resuelvan en plazos razonables, que
con los procesos escritos y con plazos más extensos para las distintas etapas,
conlleva una demora en la resolución de los procesos.

En cuanto a la etapa de las postulaciones, en el juicio abreviado, con la


demanda, contestación de la demanda, reconvención, contestación de la
reconvención y contestación de las excepciones, deben ofrecerse todas las
pruebas que las partes pretendan hacer valer, con excepción de la absolución
de posiciones y de alguna prueba documental.

Son más reducidos los plazos para contestar la demanda, y no se encuentra


separada la citación de comparendo del traslado de la demanda.

Recibida la prueba o vencido el plazo para su recepción, el Tribunal llamará


autos para definitiva (decreto que se notifica al domicilio constituido en virtud de
lo dispuesto por el art. 145, inc. 9 del CPCC de Córdoba), por lo cual la causa
queda en estado de ser resuelta.

También se le da mayor intervención activa del juez en el proceso y en el


esclarecimiento de la verdad de los hechos controvertidos y a ello se suma un
notable avance del criterio jurisprudencial en orden a los deberes y facultades
de los jueces en materia probatoria. Esta facultad de los jueces de dirigir el
proceso, se transforma en un deber, por cuanto en el proceso, las partes tienen
cargas que cumplir y los jueces deberes; los segundos deben hacer todo
aquello que conduzca al mejor resultado del proceso. (MORELLO,Augusto M.,
"Los recursos extraordinarios y la eficacia del proceso", T.I, pág.73.)

El plazo para dictar sentencia es de veinte días, el cual se reduce a la mitad si


no hay controversia (art. 121).
La implementación de la Ley Provincial de Córdoba, 10555, también permite
que se pueda aplicar la oralidad en los procedimientos en que las partes de
común acuerdo o a propuesta del juez, soliciten su adhesión. Esto se permite
ya que, en cuestiones privadas, las que se ventilan en sede civil, no estaríamos
poniendo en juego el orden público, por eso mismo, se permite optar, estando
de acuerdo ambas partes, por uno u otro sistema.

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