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25/04/2024

Las palabras y las cosas (1966), Una arqueología de las cosas. Michael Foucault

Renacimiento siglo XVI – Clásico siglo XVII / XVIII – Moderno XIX

Razón Locura
Nar. Muerte
Retorno de lo Mismo

Otro

La clave es el término epísteme. Intenta hacer una arqueología de las ciencia


humanas, de nuestra propia cultura. En el prefacio de la obra nos va a hablar del especio
del orden. La arqueología que establece Foucault es esa empresa que va a tratar de
explicitar en el fundamento de los saberes, aquello que hace posible los saberes. Son
resonancias kantianas. De lo que trata él, utilizando metáforas por los estudios de las
palabras y las cosas, lo que intenta es explicar la nervadura secreta que ordena la
construcción de los saberes. En estos saberes hay algo como un elemento, elemento
acuatico, por ejemplo, de un medio que nada o circula, que da forma a la constitución de
los saberes. Ese elemento es tal que impone a los objetos del saber un elemento
determinado. Van a imponer a los sujetos del saber, humanos, va a constreñir la manera
en que los sujetos saben. Y también va a imponer a los propios conceptos, modos de
distribución ordenados. Precisamente Foucault va a llamar espíteme a esa
sistematicidad, a esa construcción de los objetos y de los conceptos. La epísteme es el
suelo fundamental sobre el que se asientan los saberes, pero tiene una característica
determinante que es histórico. Cada episteme se confunde con cada corte histórico. La
episteme es cambiante a lo largo de la historia, para los tres periodos Renacimiento
Clásico y Moderno.

Las constricciones de estos saberes se llevan a cabo por tres ámbitos de los
procesos del saber que examina: el lenguaje; los seres vivos; y las riquezas. Lo que
Foucault observa es que en cada uno de los periodos históricos, la categoría de la
episteme es distinta. En el renacimiento la episteme se asienta sobre la semejanza; en el
clásico se asienta en la representación; en el periodo moderno lo hace en la historia. Lo
que intenta determinar la arqueología para los saberes de una época es un elemento
designado como condición de posibilidad, como suelo primero, como espacio de orden,
sistema de reglas de los saberes. Esto es la epistemología para Foucault. Es cambiante a
lo largo de la historia.

La manera que tiene de comprender la arqueología es que choca contra la


forma de haber comprendido esto o cómo ha sido secundada. La forma tradicional de
los saberes es el relato de la conquista de su cientificidad, y sabemos mejor las cosas.
Una forma tradicional de la biología expone las diferentes concepciones de las
diferentes teorías que se han podido extraer de la historia. Todo nos señala cómo estas
concepciones han conducido a algo mejor a la conservación de los seres vivos. Si
queremos saber su procedencia era una historia de la verdad de lo vivo. Esa afirmación
ha tenido lugar superando determinados prejuicios, y descansa sobre el postulado de una
afirmación progresiva de la ciencia que desvela los misterios de la racionalidad
científica sobre lo vivo.

En Las palabras y las cosas la perspectiva es distinta. En el siglo XVIII no se


toma en cuenta los enunciados de la biología moderna, pero a partir de estos se
analizaría el periodo clásico. Lo que hace es comparar lo que se dice acerca del lenguaje
y sobre las riquezas en un periodo determinado. Lo hace comparando sistemáticamente
con lo que se considera vivo y con las riquezas que le son contemporáneas. No le
interesa la verdad científica de los saberes examinados, sino que lo que le interesa es
examinar la cuestión de las reglas de construcción de los saberes en una época
determinada. Nos dice, más bien, que estos saberes están sostenidos por unos sistemas
anónimos de reglas que rigen el conjunto de los saberes de una época. Por tanto en su
exposición histórica no describe una serie de momentos de afirmación soberana y libre
de la razón, sino que muestra más bien lo contrario, una tesis más fuerte, muestra una
servidumbre de pensamiento a sistemas arbitrarios de reglas que vienen dados por las
categorías que se asientan en la episteme de una época. Los saberes están constreñidos
sobre el suelo en el que se asientan, no hay un orden racional. Además esta obligación
constrictiva de la episteme, si queremos, se ve agravada por una especie de
trasformaciones repentinas que lleva al ser humano a pensar de otra manera, a pensar
los saberes y en donde se asientan las riquezas. La razón se veía inmersa en un juego de
discontinuidades. Estos regímenes eran una forma caduca de interpretar.

Viene a mostrar que no hay una Historia (con mayúsculas) para la razón, sino
una superposición indiferente de estados de pensamiento. La consecuencia filosófica
fundamental es la destitución del viejo sujeto de la filosofía moderna, y se ponen en
cuestión porque el pensamiento se ve sometido a una configuración de esta episteme de
disposición, que viene a indicar la presencia protagonista de regularidades de razonar
los objetos en un periodo de tiempo.

En el periodo clásico se habla de la gramática en general, en el caso de los


seres vivos se habla de la historia natural, cuando se habla de las riquezas se habla del
análisis de las riquezas. En el periodo moderno se habla del lenguaje que será la
filología; en los seres vivos se habla de biología; en las riquezas se habla de economía
política.

Nº 15 – Todo ello está en este párrafo.

EPISTEME
RENACIMIENTO Semejanza
Siglo XVI
CLÁSICO Gramática general (lenguaje) Representación
Siglos XVII/ XVIII Historia natural (seres vivos)
Análisis de las riquezas (riqueza)
Nacimiento del hombre
MODERNO Filosofía (lenguaje) Historia
Siglo XIX Biología (seres vivos)
Economía política (economía política)
Muerte del hombre

Tener en cuenta que parte de: lenguaje; seres vivos; riquezas.

Foucault no se limita a la filosofía sino a toda la cultura en general.

Habla de un texto de Borges en el que hay una obra, un idioma analítico de


John Wilkins. Borges cita a un tal Dr. Franz Kuhn quien atribuye a cierta enciclopedia
china “emporio celestial de conocimiento benévolos”, y Foucault se hace eco de esto.
Los animales se dividen en… Se subdivide a los animales en categorías incongruentes.
Pero lo que a Foucault le interesa subrayar es que existan modos de ordenar las cosas
diferentes a las que practicamos. Se produce un desorden para nosotros que no podemos
encontrar, un lugar común para ordenarlas. Pero surge la posibilidad que en un lugar
distante al nuestro, sean posibles órdenes diferentes que no concuerden en modo alguno
con lo nuestro y que definan los códigos incompatibles con nuestra experiencia. Nos
viene a indicar que este orden, hoy, no debe ser confinado en otro lugar. Piensa que esta
posibilidad diferente de ordenar las cosas está inscrita por principio en toda cultura. Nos
habla de la episteme como algo intermedio. Lo identifica con los valores de una cultura
y las reflexiones que especifican sus contenidos, las ciencias y los saberes contenidos,
donde vemos que nos situamos frente al ser tosco del orden.

Se insiste en él a priori histórico, universal, necesario, pero también


cambiante. No es a priori kantiano, porque contrariamente a estas categorías se suceden
en el curso de la historia. Son a priori históricos que duran sólo en un periodo de la
historia cuando su fuerza se ha agotado, como las formas trascendentales, y que dejan su
lugar a otras cuando su fuerza se ha agotado. Hay quién señala que puede haber cierta
similitud entre la episteme foucaultniana y los paradigmas de Kuhn. La diferencia de
Kuhn es que no son desconocidos por el científico, así como sí lo son las de Foucault.
Las epistemes se van sucediendo de manera contingente pero contrasta con el carácter
necesario que se establece de la episteme y los saberes de una determinada época. Los
saberes de una época dependen de su episteme. Una tesis que en sus dificultades pueda
ser sostenida. En una cultura y en un momento dado solo hay una episteme que define
las condiciones de posibilidad de todo saber, sea que se manifieste en una teoría o que
se manifieste en una práctica. En una organización de los saberes se define también una
manera de entender la naturaleza del signo. Cada episteme le corresponde una relación
entre las palabras y las cosas.

Por qué no aparece la relación entre las palabras y las cosas. Porque si el título
adecuado que Foucault había considerado es que podría ser El orden de las cosas. El
editor le cambio el nombre porque se decanta por Las palabras y las cosas. Dice Patxi
Lanceros (experto en Foucault) que Foucault quiso inscribir la obra con ese nombre,
pero ya este título estaba cogido y tuvo que cambiar el nombre de la obra. Es
significativo porque si queremos ser expertos de Foucault, debemos saber que en ingles
el título de la obra es The order of things, y en alemán es Die Ordning der Dinge. En
español o en otros idiomas se entiende peor cuando se refiere a las Palabras y las cosas.

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