Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En la historia de las ciencias, en una cultura y época dada, hay siempre un orden
regulador del saber, es decir existe todo un sistema que subyace y regula el saber (un
orden mudo). Este orden mudo es el que posibilita la constitución del saber, la
producción del conocimiento científico en cada época.
Lo que tratará de analizar, es de qué manera a partir del siglo XVI se ha manifestado en
nuestra cultura, que hay un orden y que tiene leyes. Que modalidades del orden han sido
reconocidos, puestos, anudados con el espacio y el tiempo para formar “los
conocimientos”. Lo que se intenta sacar a luz es el campo epistemológico, la episteme
que condiciona y regula las producciones científicas. Episteme: Son todas las relaciones
que han existido en determinada época entre los diversos campos de las ciencias. Todos
los fenómenos de relaciones entre las ciencias o entre los diversos “discursos” en los
distintos sectores científicos.
Mas que una historia, lo que trata de realizar Foucault es una Arqueología del saber
(aquello que da cuenta de las formas mas profundas de la cultura). La arqueología
tratara de investigar esa episteme que condiciona y configura las diversas formas de
cocimiento empírico Esta investigación arqueológica muestra dos grandes
discontinuidades en la episteme de la cultura occidental: 1- Aquella con la que se
inagura la época clásica (S.XVII) enfocado en el análisis entre la teoría de la
representación y las del lenguaje. 2- Aquella que a principios del S.XIX señala el umbral
de nuestra modernidad, tomando al hombre como objeto de estudio.
Al hacer esta investigación entre estas dos edades, hace un análisis de las ciencias
naturales, la lingüística y la economía, planteando que es posible encontrar en ellas una
similitud, a pesar de ser tan diversos. Esto que tiene en común está a nivel inconsciente
del discurso científico y lo llamara “Inconsciente Positivo del Saber”. Es decir, tratara de
traer a la luz, de poner en relieve, o de forma consciente, aquella similitud que tenían
ambas ciencias, y que hasta el momento no se sabía o no se tenía en cuenta, es decir, se
mantenía en forma inconsciente. Lo que tenían en común estas tres ciencias, es que
utilizaban los mismos modos para producir el conocimiento, es decir, utilizar las
mismas reglas para definir objetos propios de su campo de estudio, para formar
conceptos y construir teorías.
Las nociones establecidas por Foucault, son de gran importancia para el estudio de la
historia de la psicología. Por medio de la Arqueología, puede dar cuenta de los cambios
de episteme que hubo en esta ciencia, en las diferentes épocas y como estas estaban
determinadas por el tiempo en que se encontraban y la cultura.
Las prácticas discursivas de las ciencias, pueden parecer libres, pero se hallan
fuertemente condicionadas por las estructuras epistemológicas. A su vez, estos
conocimientos darían lugar a las diversas direcciones que fue tomando esta ciencia. La
arqueología es el método que le permitirá definir el modo en que las ciencias sociales, se
han constituido, entre ellas la psicología. Propone la representación como
reordenamiento del saber, la que dará lugar al surgimiento de esta como disciplina
científica. Es decir al hacer a la ciencia más flexible, incorporaría la ciencia del hombre
como campo del saber científico.
Orden: es la ley interior de las cosas, la red secreta según la cual se miran en cierta
forma unas cosas con otras, que se encuentre impuesto desde el lenguaje. Los cambios
en las ciencias sociales, no significan progreso necesariamente, el sistema de orden que
lo rige, es el que cambia.
La aparición de la noción de hombre en la historia de las ciencias, no es casual, también
esta determinado por cambios epistémicos. Su antropología se opone, expresa y
abiertamente, a la idea de ser humano, fundante e incondicionada, propuesta por la
humanidad.
Poder: No es algo que limita, sino que produce. Se ejerce y se impone, no como una
potencia que dice NO, sino a través de la producción del saber y de la verdad por la
organización de los discursos. Más que prohibir, el poder gobierna, presenta al
individuo alternativas validas para la acción. Induce, encausa, produce cosas. Hay que
considerarlo como una red productiva, un dispositivo que pasa a través de todo cuerpo
social, en lugar de ser una instancia negativa aquí tiene por función reprimir
En el Quijote de la Mancha, de Cervantes, aparece con claridad esa ruptura que termino
por desalojar a la semejanza y permitió tejer la red del lenguaje desde la función de la
representación. En la primera parte del libro -aparecida en 1605- Don Quijote sale al
mundo en busca de semejanzas, de identidades. Busca leer, en el mundo, los signos de la
escritura.
La historia del saber o la llamada historia de las ideas pretenden recoger lo que se ha
dicho en orden sucesivo, situándose a nivel de superficie visible de las cosas. Foucault
pretende colocar su discurso en un orden más profundo, aquel que hace posible emerger
toda forma de saber. A este método lo llama arqueología (evocando aquí las ideas de
excavación y registro), como técnica para descubrir lo que en una época dada es decible,
lo que está por debajo de las ciencias, las concepciones no enunciadas explícitamente
que constituyen las condiciones del saber. Si entendiéramos por archivo, como quiere
Foucault, el juego de reglas que determinan en una cultura la aparición y desaparición
de los enunciados y objetos que el saber fabrica, su actividad cabría llamarla de
archivista.
En el texto “La psicología de 1850 a 1950”, Foucault hace un análisis sobre la Historia de
la Psicología, desde sus inicios hasta nuestros días.
El texto comienza haciendo referencia a que la psicología del siglo XIX heredo la
preocupación por alinearse con las ciencias de la naturaleza y por reencontrar en el
hombre la prolongación de las leyes que rigen los fenómenos naturales.
Así es como el destino de esta psicología, que quiso ser un conocimiento positivo, vino a
descansar sobre dos postulados filosóficos: que la verdad del hombre se agotaba en su
ser natural y que el camino de todo conocimiento científico debía pasar por la
determinación de vínculos cuantitativos, la construcción de hipótesis y la verificación
experimental.
Siguiendo al autor, toda la historia de la psicológica, hasta mediados del siglo XX, es la
historia paradojal de las contradicciones entre ese proyecto y estos postulados; por
perseguir el ideal del rigor y la exactitud de las ciencias de la naturaleza fue llevada a
renunciar a sus postulados. La idea de un precisión objetiva y casi matemática en el
dominio de las ciencias humanas no es aceptable si el hombre mismo no es más del
orden de lo natural. De modo que la psicología se obligó a sí misma, en el curso de su
historia, a una renovación total y al descubrir un nuevo status del hombre, se impuso a
sí misma como ciencia un estilo nuevo.
Para el autor, La renovación radical de la psicología como ciencia del hombre, no es, por
lo tanto, solo un hecho histórico cuyo desarrollo pueda situarse en los últimos cien años;
es una tarea incompleta que queda por cumplir y en ese sentido, permanece a la orden
del día.
Foucault expresa que todas las escuelas van a decir algo sobre las acciones humanas.
Estas van a tener un significado según cada escuela y desde allí se ira poniendo en duda
o cuestionando, el método de las ciencias naturales como referencia para las actividades
de la psicología del siglo XX ¿marcadas por una reflexión lingüística?
Se puede decir que la psicología contemporánea es en su origen, un análisis de lo
anormal, de lo patológico, de lo conflictivo, una reflexión sobre las contradicciones del
hombre consigo mismo. Y si se transformó en un psicología de lo normal, de lo
adaptativo, de lo ordenado, es de una manera secundaria, como un esfuerzo por
dominar esas contradicciones.
El problema de la psicología contemporánea –que es para ella un problema de vida o
muerte – es el de saber en qué medida es capaz efectivamente de dominar las
contradicciones que la hicieron nacer, a partir de ese abandono de la objetividad
naturalista que parece ser su otro rasgo destacado. Esta es la pregunta que la historia de
la psicología debe responder por sí misma