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NUTRICIÓN
2 Enfermería
Sida
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) infecta a las células del sistema
inmunitario, alterando o anulando su función. La infección produce un deterioro
progresivo del sistema inmunitario, con la consiguiente "inmunodeficiencia". Se
considera que el sistema inmunitario es deficiente cuando deja de poder cumplir
su función de lucha contra las infecciones y enfermedades. El síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (SIDA) es un término que se aplica a los estadios más
avanzados de la infección por VIH y se define por la presencia de alguna de las
más de 20 infecciones oportunistas o de cánceres relacionados con el VIH.
Dieta.
Una vez que una persona que ha contraído el VIH/SIDA enferma, tendrá
necesidades especiales.
Cuando una persona se infecta con el VIH, el sistema de defensas del organismo -
el sistema inmunitario - trabaja más intensamente para luchar contra la infección.
Esto aumenta las necesidades de energía y nutrientes. La subsiguiente infección y
fiebre incrementan también la demanda de alimentos por el organismo. Una vez
infectada con el VIH, una persona tendrá que comer más para satisfacer sus
necesidades suplementarias de energía y nutrientes. Estas necesidades
aumentarán aún más a medida que se presentan los síntomas del VIH/SIDA.
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Cáncer, Sida, Alimentación enteral y parenteral.
Cuando una persona no come suficientes alimentos, o cuando los alimentos que
consume son mal absorbidos, el organismo recurre a sus propias reservas de
energía, que provienen de la grasa corporal y de las proteínas contenidas en los
músculos. Por lo tanto, la persona adelgaza porque disminuye su peso corporal y
su musculatura se reduce.
Las vitaminas y los minerales son indispensables para mantenerse sano. Protegen
contra las infecciones oportunistas al asegurar que el revestimiento de la piel,
pulmones e intestino se mantenga sano y que el sistema inmunitario funcione
adecuadamente. Son particularmente importantes las vitaminas A, C, E, algunas
vitaminas del grupo B. Una dieta mixta, debería proporcionar estas vitaminas y
minerales en proporciones suficientes.
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Cáncer, Sida, Alimentación enteral y parenteral.
Arroz, pasta, cereales, pan y patatas (cuatro a seis raciones diarias): son
alimentos básicos que el paciente debe consumir a diario, y que le proporcionarán
sobre todo energía.
Frutas y verduras (cinco porciones diarias): son muy importantes porque aportan
vitaminas, fibra y minerales, y refuerzan el sistema inmunitario, así que su ingesta
es imprescindible para combatir las infecciones que acechan a los enfermos de
SIDA. Es importante consumir una amplia variedad de estos productos, ya que
cada uno aporta diferentes vitaminas y minerales. Así, las hortalizas y frutas de
color amarillo, naranja, rojo, o verde oscuro (zanahorias, calabaza, , melocotones,
mangos, espinacas, pimientos verdes, calabacines...) son una importante fuente
de vitamina A. Hortalizas y frutas como las naranjas, las mandarinas, los limones,
las piñas, los tomates y las coles, entre otros, aportan vitamina C.
Lácteos (leche, yogur, queso) (de dos a cuatro raciones al día): Son una fuente de
calcio y proteínas.
Carnes magras, pescados, huevos y legumbres: Aportan proteínas de gran
calidad, y el enfermo debe tomar estos alimentos a menudo, a ser posible a diario.
Ayudan a fortalecer los músculos y el sistema inmunitario. En este grupo se
incluyen todas las carnes, las aves, los pescados, los huevos y las legumbres. Los
alimentos de origen animal, como las carnes y el pescado, contienen también
vitaminas y minerales, que favorecen el buen funcionamiento del sistema
inmunitario.
Carnes grasas y embutidos: se deben consumir en menor cantidad, eligiendo los
que menos grasa contengan.
Grasas (margarina, manteca) y azúcares, que aportan sobre todo calorías y hay
que limitar su consumo porque tienen poco valor nutritivo. Sin embargo,
constituyen una buena fuente de energía, y pueden contribuir a que el enfermo
mantenga el peso corporal, y mejorar el sabor de algunos alimentos para que le
resulte más fácil comer. No obstante, el paciente debe consumir estos productos
como complemento, y nunca en sustitución de otros alimentos. Es conveniente
emplear sobre todo el aceite de oliva para cocinar y aliñar las comidas.
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Cáncer, Sida, Alimentación enteral y parenteral.
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Cáncer, Sida, Alimentación enteral y parenteral.
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Cáncer, Sida, Alimentación enteral y parenteral.
El ginseng, tanto en infusiones como para cocinar, ayuda a menguar las náuseas.
Pero no se debe tomar si se padece gastritis, que es muy común en las personas
con cáncer.
Alimentos recomendados durante el tratamiento con quimioterapia
Pescado blanco y marisco: merluza, langostino, etc.
Jamón serrano: quitando muy bien toda la grasa visible.
Clara de huevo: evitar la yema y cocinar muy bien la clara.
Papa cocida, arroz, pasta, pan tostado y cereales de desayuno.
Aceite de oliva: comprar el de baja acidez (0,2º).
Frutas dulces al horno o en compota: pera, manzana, membrillo.
Verduras suaves: zanahoria, zapallo.
Licuados de hortalizas y fruta: zanahoria, manzana.
Lácteos desnatados: sobretodo yogur desnatado y quesitos desnatados.
Infusiones: tilo.
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Cáncer, Sida, Alimentación enteral y parenteral.
Nutrición enteral
La nutrición enteral es una técnica especial de alimentación, que junto con
la nutrición parenteral también se denomina nutrición artificial. Consiste en
administrar los diferentes elementos nutritivos a través de una sonda, colocada de
tal forma que un extremo queda en el exterior y el otro en distintos tramos del tubo
digestivo como el estómago, duodeno o yeyuno, suprimiendo las etapas bucal y
esofágica de la digestión. Este tipo de soporte nutricional está indicado cuando no
es posible una adecuada alimentación oral voluntaria, siempre que la capacidad
del aparato digestivo permita absorber los nutrientes. Por tanto, el requisito
imprescindible para que el paciente reciba dicha alimentación, es que éste tenga
un aparato digestivo con una mínima capacidad motora y funcional. Dentro de un
concepto más amplio, la nutrición enteral también incluye la vía oral si se emplean
suplementos alimenticios o fórmulas químicamente definidas.
Por vía enteral se administran:
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Cáncer, Sida, Alimentación enteral y parenteral.
alimentarse por sí sola debe recurrir a métodos alternativos que le permitan recibir
los nutrientes necesarios para poder vivir.
La nutrición parenteral debe iniciarse de acuerdo a los requerimientos del paciente
y el estado metabólico por lo que se debe tener previamente un perfil bioquímico,
electrolitos plasmáticos y balance hídrico. En primer lugar debe calcularse el
volumen que se puede aportar (en general 3.5-4.0 ml/kg/dia) y luego distribuir los
nutrientes de acuerdo a los requerimientos y capacidad de metabolización.
Los requerimientos de proteínas y calorías deben calcularse de acuerdo al peso
ideal del paciente.
Tipos de nutrición parenteral:
Nutrición parenteral total: terapia por la cual todos los nutrientes son
administrados por la ruta endovenosa. Debe contener protenias (en forma
de aminoácidos), carbohidratos, lípidos, vitaminas, electrolitos, minerales y
agua en cantidad, calidad y proporción similar a los dados por va
gastrointestinal.
Nutrición parenteral parcial: terapia en la cual algunos nutrientes son
administrados por la vía endovenosa.
Pacientes que requieren nutrición parenteral:
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Cáncer, Sida, Alimentación enteral y parenteral.
Afiches:
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