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1. DATOS BIOGRÁFICOS DE INTERÉS.

LAS OBRAS Y SU
CRONOLOGÍA.
Platón, nacido en el 427 a.C. en Atenas, provenía de una familia
aristocrática y al principio quería dedicarse a la política. Sin embargo,
influenciado por el juicio y la ejecución de Sócrates, se dedicó a la
búsqueda teórica. A los 20 años, se convirtió en un discípulo ferviente de
Sócrates. Al fundar la Academia en Atenas, una suerte de primera
universidad en Europa, enfatizó estudios diversos que abarcaban
matemáticas, astronomía, ciencias físicas y filosofía.
Platón no solo enseñaba aspectos prácticos, sino que fomentaba un amor
altruista por la ciencia. Su Academia formaba líderes fundamentados en
verdades eternas, contando a Aristóteles entre sus alumnos. Viajó tres
veces a Siracusa, viviendo en su corte, y falleció en Atenas en el 348 a.C.
Sus obras se dividen en cuatro periodos:
a) Período Socrático: Reflejo del pensamiento y personalidad de Sócrates:
'Apología de Sócrates', 'Critón', 'Laches', 'Crátilo' y 'Eutifrón'.
b) Período de Transición: Aborda visiones pesimistas sobre los humanos, la
belleza, los mitos, criticando a los sofistas e iniciando teorías del
conocimiento: 'Hipias', 'Gorgias', 'Crátilo' y 'El Banquete'.
c) Período de Madurez: Introduce la famosa Teoría de las Ideas, la
organización estatal y la dialéctica: 'Fedón', 'Fedro' y 'La República'.
d) Período Tardío: Revisa, corrige o explica teorías previas: 'Filebo',
'Teteto', 'Parménides', 'El Sofista', 'El Timeo', 'Cartas' y 'Las leyes'.
Los diálogos de Platón exploran interrogantes metafísicas, antropológicas y
políticas, reflexionando sobre la realidad, la esencia humana, la ética, la
estructura social y la relación entre el Estado y el individuo
2. CONTEXTO CULTURAL Y FILOSÓFICO DE LA
FILOSOFÍA PLATÓNICA.
El contexto cultural y filosófico de la filosofía platónica se arraiga en el
Atenas del siglo V a.C., donde Pericles dominó la democracia. La asamblea
ciudadana ejercía soberanía directa, y la cultura alcanzó su apogeo con
artistas como Fidias y dramaturgos como Esquilo y Eurípides. Platón,
contemporáneo de estos eventos, nace en este vibrante ambiente cultural.
La Guerra del Peloponeso (431-404 a.C.) impactó su juventud. Atenas, tras
su derrota, sufrió cambios políticos con la Tiranía de los Treinta y la guerra
civil, aunque finalmente la democracia fue restaurada.
A pesar de la democracia, la sociedad ateniense descansaba en el trabajo de
esclavos. Platón desconfiaba de la democracia debido a la condena injusta
de Sócrates y el auge de sofistas relativistas. Buscaba definir una sociedad
justa, y su descontento lo llevó a intentar aplicar su modelo político ideal
en Siracusa sin éxito.
La pérdida de relevancia política de Atenas coincidió con los últimos años
de vida de Platón. La democracia personalista persistió hasta la derrota ante
Macedonia en el siglo IV a.C., que marcó el fin de la autonomía de las
polis.
Platón, al ver la corrupción y la falta de liderazgo en la democracia, se
enfocó en el estudio y la enseñanza en la Academia, sin lograr implementar
su visión política ideal
2.1. CONTEXTO FILOSÓFICO DE LA FILOSOFÍA PLATÓNICA
Las influencias filosóficas en Platón se nutrieron de diversos pensadores:
Sofistas como Protágoras, que defendían la relatividad del conocimiento.
Heráclito, quien postulaba el constante cambio de la realidad.
Parménides, enfocado en la estabilidad del Ser.
Sócrates, enfatizando la necesidad de conceptos estables y ética basada en
el conocimiento.
Platón rechazó el relativismo sofista y adoptó la creencia en conceptos
universales, así como la idea socrática de que la ética se basa en el
conocimiento. Intentó sintetizar las ideas de Heráclito y Parménides,
estableciendo un dualismo ontológico entre el mundo sensible y el de las
Ideas. En el terreno epistemológico, diferenció entre opinión (conocimiento
sensible) y episteme (conocimiento conceptual), similar a la distinción
entre la Vía de la Opinión y la Vía de la Verdad de Parménides. La
creación del Mundo de las Ideas representó la existencia objetiva de los
conceptos universales.
En el ámbito antropológico, heredó de Pitágoras la idea de la reencarnación
del alma y formuló un dualismo entre cuerpo y alma. Esta visión fue
adaptada al cristianismo por San Agustín, aunque él rechazó la
reencarnación. Aristóteles, su discípulo, criticó la teoría de las Ideas al
intentar fusionarlas con la realidad material en su teoría hilemórfica,
cuestionando su trascendencia y distancia respecto a las esencias.
3. CONOCIMIENTO Y ONTOLOGÍA
3.1. LOS PELIGROS DEL RELATIVISMO
Platón, siguiendo la postura de su maestro Sócrates, se opuso al relativismo
y escepticismo defendido por los sofistas. Este enfoque consideraba que no
existen realidades absolutas, ya que la verdad depende del punto de vista.
Según los sofistas, valores como el bien o la justicia varían según el tiempo
y lugar, lo que genera distintas costumbres, normas y opiniones en
diferentes culturas y épocas.
Tanto Sócrates como Platón rechazaron estas teorías, sosteniendo que el
relativismo era falso.
3.2. NO HAY CONOCIMIENTO DE LA REALIDAD SENSIBLE.
Platón compartió con su maestro Sócrates la idea de que la conducta ética
debe basarse en un conocimiento de valores eternos, universales y
objetivos. No obstante, mientras Sócrates se centraba en la ética, Platón
amplió su investigación a temas como la naturaleza, el conocimiento y el
ser humano. Aceptando la teoría de Heráclito sobre el cambio constante,
Platón argumentó que los objetos sensibles son cambiantes y, por ende, no
pueden ser objetos de conocimiento, ya que el conocimiento solo abarca lo
estable y permanente.
Platón percibió que al hablar sobre conceptos éticos, como el bien o la
justicia, se refería a realidades universales y estables, más allá de las cosas
concretas percibidas por los sentidos. Este enigma lo llevó a postular dos
ámbitos de realidad: el mundo sensible, formado por cosas particulares e
imperfectas, y el mundo inteligible, compuesto por realidades inmateriales,
universales, perfectas, eternas e inmutables, que solo pueden ser
comprendidas mediante la razón. Así, surgen las Ideas, que representan la
verdadera realidad en contraposición al mundo sensible y cambiante
3.3. EL VERDADERO CONOCIMIENTO: LA EXISTENCIA DE
LAS IDEAS
Platón defendió que el verdadero conocimiento debe dirigirse hacia lo
eterno e inmutable. Para él, cada nombre común se relaciona con una
entidad única que representa la esencia o Idea. Estas Ideas, como la idea de
flor o de belleza, son entidades universales que abarcan todos los casos
posibles y reales de esa realidad.
Esta concepción llevó a Platón a concluir que estas esencias, más allá de las
cosas concretas, existen como entidades independientes, lo que él
denominó Ideas o Universales. Contrario a la idea moderna de conceptos
subjetivos, Platón consideraba que las Ideas eran realidades trascendentes,
únicas, eternas, inmutables e inteligibles, captadas solo por la razón y no
por los sentidos.
Las Ideas forman el mundo inteligible, distinto del mundo sensible, y se
refieren a las verdaderas esencias de las cosas. Esta teoría ontológica
dualista se conoce como la Teoría de las Ideas o de las Formas,
representando la esencia verdadera y la verdad inherente a las cosas,
conocimientos innatos que el alma posee y se revelan a través de la
contemplación racional, alejándose del mundo sensible
3.4. LA GNOSEOLOGÍA O CONOCIMIENTO: LA DIALÉCTICA
Platón postuló dos formas distintas de conocimiento basadas en su
dualismo ontológico. Para él, el mundo sensible, percibido por los sentidos,
es cambiante e imperfecto, representando solo la apariencia y no la
verdadera realidad. Este tipo de conocimiento, la "doxa" u opinión, es
falible.
En contraste, Platón afirmaba que el mundo de las Ideas constituía la
auténtica realidad, perfecta y eterna, solo accesible mediante la razón. Este
conocimiento, la "episteme" o ciencia, se obtiene trascendiendo los
sentidos y utilizando la razón para acceder a las Ideas inmutables y
verdaderas.
El proceso de ascensión hacia el conocimiento genuino, según Platón,
requería esfuerzo personal y diálogo. Afirmaba que la mente humana pasa
de la opinión a la verdadera ciencia, desprendiéndose de las imágenes para
acceder a los arquetipos, las Ideas.
Platón describía dos grados de opinión: la eikasía, relacionada con la
imaginación, y la pistis, centrada en la certeza perceptual de lo material.
Por otro lado, la ciencia se divide en dianoia, que se enfoca en entidades
matemáticas, y noesis, que contempla directamente las Ideas, alcanzando el
conocimiento más elevado.
Este proceso dialéctico se ilustra en la famosa alegoría de la caverna y en la
Alegoría de la línea, donde Platón representa la ascensión desde la ilusión
sensorial hacia la verdad de las Ideas, fundamentando así su concepción del
conocimiento y su visión del mundo dual
3.5.LA RELACIÓN ENTRE LAS IDEAS Y LAS COSAS
La teoría de la participación en la filosofía platónica busca explicar la
relación entre el mundo sensible y el inteligible. Para Platón, las cosas
hermosas, justas o buenas del mundo material participan en las Ideas
eternas e inmutables del mundo inteligible, como la Belleza o la Justicia.
Esta participación implica que las cosas imitan o se inspiran en las Ideas,
intentando reflejar su perfección aunque solo lo hagan de manera
imperfecta. Platón compara esta relación con el amor, donde las cosas
buscan acercarse lo máximo posible a las Ideas, similar a cómo un amante
busca acercarse a su amado.
Sin embargo, esta teoría plantea un desafío: ¿cómo pueden las Ideas, que
son trascendentes y existen en un mundo aparte, relacionarse y ser modelos
de las cosas en el mundo sensible? Este problema, señalado por Aristóteles,
no queda resuelto en la filosofía platónica, generando incertidumbre sobre
cómo las Ideas influyen en las cosas concretas.
3.6. LA JERARQUÍA DE LAS IDEAS
Platón propuso la Jerarquía de las Ideas para resolver el problema de la
multiplicidad infinita de Ideas. Esta teoría establece que no todas las Ideas
tienen el mismo valor: algunas son superiores y fundamentales, mientras
que otras dependen de estas. Por ejemplo, la Idea suprema es el Bien, del
cual emanan otras Ideas como la Justicia o la Belleza.
Según esta jerarquía, las Ideas superiores actúan como fundamentos para
las Ideas inferiores. Todas las Ideas dependen del Bien, que para Platón es
como la luz que hace todo visible y comprensible, comparándolo con el Sol
en sus mitos, como el de la caverna o el pasaje del Sol.
Esta estructura jerárquica permite organizar las Ideas en un sistema donde
las Ideas más fundamentales y esenciales, como el Bien, sostienen y dan
sentido a las demás, explicando su relación y dependencia entre sí.
3.7. DEMIURGO: PRINCIPIO DE ORDENACIÓN
Platón describió en el "Timeo" la labor del Demiurgo, un artesano que
moldea la materia caótica según los modelos del reino inteligible de las
Ideas. Este concepto no sugiere una creación ex nihilo, como el Big Bang
moderno, ya que Platón creía en la eternidad del mundo.
Para Platón, al principio solo existía una materia caótica e informe. El
cosmos ordenado y diverso que observamos surgió cuando el Demiurgo,
guiado por las Ideas perfectas, dio forma a esta materia caótica. Esta
explicación no implica una creación en el sentido temporal, sino más bien
una organización racional del caos primordial, separando la estructura
ordenada del mundo material de su estado inicial de caos.
3.8. REMINISCENCIA O RECUERDO
Platón propuso que el alma preexistía antes de unirse al cuerpo y que, en
ese estado previo, había adquirido el conocimiento de las Ideas. Para él, el
conocimiento humano era un proceso de recordación o reminiscencia
(anámnesis). En este proceso, las cosas particulares en nuestra experiencia
actúan como recordatorios de las esencias o Ideas que el alma había
contemplado previamente.
La dialéctica, entonces, se convierte en un proceso de recuerdo, ya que el
conocimiento es innato. Según esta perspectiva, descubrir la verdad implica
recordar lo que el alma ya posee pero ha olvidado. Este concepto se ilustra
en el "Mito de Er", donde se relata cómo las almas, antes de encarnarse,
adquieren conocimientos que olvidan al nacer, y la vida es un proceso para
recordar esas verdades ya conocidas.
4. ANTROPOLOGÍA.
En la filosofía griega se acepta el hecho de la existencia del alma. La
discusión de los griegos en torno al alma no es sobre su existencia o no,
sino la de su naturaleza.
4.1. EL HOMBRE ES UN CONJUNTO DE DOS REALIDADES
DISTINTAS.
Platón concebía al ser humano como una dualidad entre el cuerpo y el
alma. Consideraba al alma como la esencia más valiosa del hombre,
buscando que alcanzara la verdad. El cuerpo, en contraste, se percibía
como una especie de prisión para el alma, creando necesidades y
obstáculos que limitaban la búsqueda de la verdad.
Esta dualidad reflejaba una jerarquía clara: el alma, superior al cuerpo,
debía gobernarlo y liberarse gradualmente de sus influencias para acceder a
la contemplación de las Ideas. Platón veía al cuerpo como la fuerza que
arrastraba al hombre hacia las posesiones materiales, ambiciones mundanas
y comportamientos violentos.
Aunque el cuerpo ejerciera una influencia negativa sobre el alma, este
último podía dirigir y controlar al cuerpo y sus deseos. Esta visión plantea
una unión problemática entre dos naturalezas opuestas: un alma noble,
capaz de alcanzar la verdad, y un cuerpo considerado inferior y
obstaculizador.
Esta dualidad reflejaba el abismo entre el mundo material y el mundo de las
Ideas, similar a la división que Platón estableció entre el mundo sensible y
el inteligible, creando una dicotomía entre el mundo espiritual y el de los
sentidos.
4.2. NATURALEZA TRIPARTITA DEL ALMA
Platón dividía el alma en tres partes:
Parte racional: Se identifica con el pensamiento puro y la verdadera
comprensión. Es de naturaleza divina, inmortal y distingue al hombre. Su
virtud es la sabiduría.
Parte irascible: Es la fuente de las pasiones nobles, como el valor y la
ambición. Colabora con la razón y es mortal. La fortaleza es su virtud.
Parte concupiscible: Origina las pasiones innobles ligadas a los deseos
corporales. Es mortal y su virtud es la templanza.
En el Timeo, Platón sitúa estas partes del alma en diferentes áreas del
cuerpo, empleando un enfoque metafórico para referirse a funciones o
principios de acción, no como partes materiales extensas.
Esta concepción tripartita del alma se basa en la observación de cómo
distintos motivos de acción rivalizan en los individuos. En el Fedro, utiliza
el "Mito del carro alado" para ilustrar esta estructura. Equipara el elemento
racional con un auriga y las otras dos partes del alma con dos corceles, uno
bueno (irascible) y otro malo (concupiscible). Destaca que el elemento
racional debe gobernar sobre los otros por ser más afín a lo divino y capaz
de contemplar el mundo de las Ideas, mientras que las otras partes están
más ligadas al cuerpo y al mundo fenoménico.
Platón emplea esta simbología para enfatizar la supremacía ética del
elemento racional, subrayando que debe dirigir y controlar a las otras partes
del alma.
4.3. LA TRANSMIGRACIÓN DE LAS ALMAS.
Origen del alma: Las almas, creadas por el Demiurgo, son eternas e
idénticas al salir de sus manos. Encarnan en cuerpos materiales,
experimentando así la primera encarnación limitada por espacio y tiempo.
Travesía post-mortem: Tras la muerte, el alma emprende un viaje de unos
mil años, reencarnándose en varios cuerpos y eligiendo su destino en cada
encarnación sucesiva.
Elección del destino: En cada nueva encarnación, el alma elige un género
de vida, una elección con un gran riesgo. Muchos optan por destinos que
parecen radiantes pero resultan terribles.
Responsabilidad individual: La elección del destino recae en el individuo,
no en los dioses. La razón debe dominar sobre lo irracional, las pasiones y
los deseos para conducir al hombre hacia la verdad a lo largo de múltiples
reencarnaciones.
El objetivo es que, a través del dominio de la razón sobre los impulsos
irracionales, el alma, en sus sucesivas reencarnaciones, alcance la
contemplación de la Verdad.
6. LA POLÍTICA.
La teoría política de Platón se entrelaza con su ética y subraya la
importancia de la sociedad organizada para el bienestar humano. Destaca:
Naturaleza social: Platón veía la vida en la polis como esencial, creyendo
que la sociedad era una institución natural y que el hombre es
inherentemente social, idea compartida con Aristóteles.
Relación individuo-Estado: La moralidad de los ciudadanos y del Estado
están interconectadas. Un Estado corrupto corrompe a sus ciudadanos y
viceversa. La justicia es un principio absoluto que rige tanto al individuo
como al Estado.
Ideal de Justicia: Platón busca el Estado Ideal en su obra "La República",
un modelo que los Estados reales deberían imitar en la medida de lo
posible, aunque ninguno encarne completamente el principio de justicia
ideal.
Ética y política: Su interés era determinar la auténtica naturaleza y función
del Estado, conectando la moralidad individual con la organización
política. Aspiraba a que la sociedad reflejara los principios éticos más
elevados.
Platón no buscaba describir los Estados empíricos existentes, sino
establecer un estándar de perfección ética y política al que se deberían
aproximar las sociedades reales.
6.1. ORGANIZACIÓN DEL ESTADO. (La República)
La organización estatal en "La República" de Platón se basa en la
interdependencia social y la especialización laboral. Destaca:
División de clases: Se establecen tres clases sociales: artesanos, guardianes
y gobernantes. Los guardianes, especialmente instruidos, protegen la
ciudad y deben ser filósofos, mientras que los gobernantes son
seleccionados de entre los guardianes por sus cualidades superiores.
Educación como base: Platón enfatiza la educación como clave para una
sociedad justa y feliz. Los gobernantes deben ser filósofos, educados en
matemáticas y dialéctica para acceder a la verdad y al Bien absoluto,
fundamentos de la vida estatal y personal.
Paralelismo entre individuo y Estado: La justicia y virtud del individuo se
reflejan en el Estado. Así como el alma justa armoniza sus partes, el Estado
justo mantiene la armonía entre sus clases sociales, cada una con su función
y virtud correspondiente.
Virtudes sociales y del alma: Las virtudes individuales se relacionan con
las clases sociales. Los gobernantes representan la sabiduría, los guardianes
la fortaleza y los artesanos la templanza, reflejando la armonía de las partes
del alma en la sociedad estatal.
6.2. FORMAS DE GOBIERNO.
Platón identifica cinco formas de gobierno y su evolución:
Aristocracia: Gobierno de los mejores, idealmente perfecto. Cuando la élite
busca dominar y reduce a los ciudadanos, degenera en...
Timocracia: Control de aquellos con cierto estatus y honor. Los ambiciosos
asumen el poder, priorizando la guerra sobre el buen gobierno.
Oligarquía: El gobierno se basa en la riqueza de unos pocos,
empobreciendo a la mayoría. Eventualmente, los pobres se levantan y se
instaura...
Democracia: Gobierno del pueblo con libertad sin autoridad e igualdad. El
exceso de libertad conduce al desorden y la reacción lleva a la aparición
de...
Tiranía: Surge de la democracia cuando un líder popular busca control y se
convierte en tirano, marcando la degradación extrema del gobierno.
Platón desconfía de la democracia, considerándola vulnerable a
desembocar en tiranía, la forma más degradada de gobierno.

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