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El Divis y Pepe Cuenca ¿Quién Dice Que El Ajedrez Es Aburrido ¡Que
El Divis y Pepe Cuenca ¿Quién Dice Que El Ajedrez Es Aburrido ¡Que
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—
¿Habrán sido las tablas más celebradas en la historia del ajedrez?
—
I don´t know much Spanish, but I did understand «¡Qué dolor! ¡Qué dolor!» in the first game ;-)
—
Al Divis casi que le crece el pelo de la emoción con las tablas.
—
Brutal leñera la que te llevaste, Pepe. Eso fue pelea de tigre con burro amarrado.
Hay que decir que también nos llegan mensajes de apoyo que emocionan
bastante. Me hizo mucha ilusión cuando un usuario nos mandó una canción
de heavy metal que había compuesto y grabado en su estudio,
dedicándonosla. En otra ocasión nos contactó el dueño de la óptica
Belavista situada en Bueu, un pequeño pueblo de la provincia de
Pontevedra. En 2020, durante la primera cuarentena y estado de alarma por
el coronavirus, yo me encontraba en Madrid, en casa de Divis. Me había
desplazado allí para comentar el torneo de Candidatos, que empezaba el 11
de marzo de 2020. Pensaba volver a mi casa a las dos semanas, pero con
todo el lío del bicho me quedé atrapado en Madrid hasta mayo,
compartiendo el salón de la casa de Divis con la maestra internacional
Florencia Fernández, jugadora argentina que se quedó siete meses atrapada
en España ya que no había vuelos para su país. Un día, Flor decidió
despejar el salón, ya que daba la sensación de que padecíamos el síndrome
de Diógenes. Recogió el mantel, enrollándolo sobre sí mismo, y salió con él
al balcón para sacudir las mijillas. Flor no se había dado cuenta de que mis
gafas estaban encima del mantel, así que, cuando lo sacudió, mis gafas
salieron volando desde un cuarto piso, junto con las migas, cayendo en la
acera, donde reventaron y quedaron hechas añicos. Cuando Flor,
completamente apurada, me contó lo sucedido, lejos de molestarme me
pareció superépico y fue lo primero que conté en la siguiente retransmisión.
Al terminar, Supportlino recibió el siguiente mensaje:
Hola, estoy siguiendo hoy 03/07 la final del Chessable y acabo de escuchar que el gran Pepe
Cuenca ha perdido sus gafas y que las otras que tenía se las tiró Florencia desde un cuarto piso
xDD.
Soy un fiel seguidor vuestro, y de vuestras retransmisiones, y como tengo una óptica en Bueu, un
precioso pueblo marinero de las Rías Baixas, en Pontevedra, se me ocurre que si Pepe se pone en
contacto conmigo para darme su graduación estaría encantado de enviarle unas bonitas gafas,
cortesía de Belavista Óptica :-D
¡La cantidad de gente encantadora que nos hemos cruzado en todo este
camino es indescriptible! Estos mensajes se alternan con otros un poquito
menos cariñosos:
La puta que les reparió, hijos de puta. Siempre la misma mierda con el reloj, forros. Decreten que
ganen los que tienen buena conexión, directamente, basuras. Identifíquese, ¿quiénes son? Sus
nombres, DNI, etc. En el anonimato nada. ¿Qué se piensan, que porque tienen una empresa grande
me voy a bancar su puta impunidad, hijos de mil putas? Cara a cara.
—
Última vez que solicito respeto, y se tengan en cuenta mis solicitudes, de jugar sólo y
exclusivamente con socios bien identificados, nacionalidad y nombre propio explicitado.
Asimismo, se me responda de forma personal, identificándose con nombres y apellidos, quien se
responsabilice de la gestión. Si no es así, abstenerse de responder, acudiendo a otras instancias
para resolver lo que considero una tortuosa y reiterada falta de respeto a mi persona, cómo socio y
cómo ciudadano de pleno derecho.
Tal vez conviene precisar que, en nuestra plataforma, a cada jugador que
entra sin registrarse se le asigna el nombre de usuario de Guest y una
puntuación de 1500.
Para terminar el capítulo, lo haremos contando la historia de Joaquín y
del «Romance diablillo». Joaquín es un usuario de los leales, de los que
lleva apoyando el proyecto desde que prácticamente empezamos. Eso sí,
Joaquín cuando sale, sale. No tiene pinta de ser de esos que toman una copa
de vino, leen un libro y mañana será otro día. Joaquín, cuando sale, quema
las calles y, a la vuelta, le da por escribir siempre en los chats de las
retransmisiones. Además, uno puede darse cuenta fácilmente de cuándo
Joaquín está de farra o no. Hay gente que cuando está «de furia» le da por
llorar, a otros por reír, a otros por abrazar a todo el mundo. Pues a Joaquín,
cuando está en pleno éxtasis de fiesta, le da por meterse en el chat de
Chess24 a quejarse de lo mismo. La última conversación con Joaquín fue:
—Puta mierda de página Chess24. Estoy hasta los cojones, quítenme el
premium. ¿Por qué siempre me empareja el sistema con negras? Las últimas
25 partidas las he jugado con negras. Puta basura de página. Quítenme la
cuenta premium y os la metéis por donde os quepa.
—Joaquín, acabamos de revisar tu perfil y, de tus últimas 500 partidas,
250 son con blancas y 250 con negras.
El tema es que Joaquín no solo comenta en los chats, sino que escribe a
Support y publica en todo tipo de redes sociales. A mí me encanta cuando
aparece Joaquín, porque es una de las pocas cosas que saca a Divis de
quicio, y mira que tiene tanta o más paciencia que el mismísimo
Supportlino. Lo más bonito es que al día siguiente, cuando Joaquín ha
superado el resacón, nos pide perdón. Y el ciclo se vuelve a repetir siempre
cada equis semanas. Es un bucle infinito con el grande de Joaquín, al que
queremos mucho.
Entre los seguidores de Chess24 hay mucho talento, y uno de ellos se
animó a escribir el «Romance diablillo», que habla de Granada, mi tierra, y
del argot que se ha ido creando en las retransmisiones. Lo encontraréis al
final del libro. Por cierto, con la palabra diablillos nos referimos a los
alfiles, porque tienen mucha malicia. Como pueden ustedes observar, en el
departamento de atención al cliente de Chess24 se trabaja con una sonrisa
de oreja a oreja.
Parte 2
LA VUELTA AL MUNDO EN 64
CASILLAS
El Saint Louis Chess Club y el camión del helado
Por suerte, sigo ligado al Saint Louis Chess Club. Me suelen contratar
unas dos semanas al año para que los visite. Otro de los ambiciosos
programas que tienen se llama «Residencia de gran maestro», donde cada
dos semanas alojan a un gran maestro en el club para dar clases a los socios.
Los maestros llegan desde cualquier parte del mundo y las clases son para
adultos y niños de todos los niveles. De hecho, mi clase favorita es la de los
domingos, el Sunday funday, donde treinta críos diabólicos de menos de 7
años batallaban contra mí durante más de dos horas. Como tengo facilidad
para tratar con chavales no me mandaban los dos asistentes que
normalmente ayudan en esas clases, y en una ocasión Jimmy, de 5 años,
dijo que quería ir al baño. A los cinco minutos comenzó a gritar:
—Pepo, Pepo, can you help me? (¿Me puedes ayudar?).
Y así fue como una clase magistral —en teoría— de ajedrez se convirtió
en una batalla en el baño tratando de limpiar a Jimmy, que aún no sabía
hacerlo sin la ayuda de su mamá. Eso sí, Jimmy le contó a mami lo
sucedido y al día siguiente me trajeron una botella de vino, por los servicios
prestados.
En estos periodos de dos semanas en 2019 y 2020 (en 2021
lamentablemente por la pandemia la residencia fue online), pude disfrutar
mucho más de la ciudad. Culturalmente, San Luis es muy interesante. Lo
primero que hice fue visitar el antiguo Palacio de Justicia, muy famoso por
ser el lugar donde el esclavo Dredd Scott presentó una demanda legal para
reclamar su libertad en el año 1846, un caso que despertó un enorme interés
en toda la nación y que sentó las bases para la abolición de la esclavitud en
los Estados Unidos. Las imágenes expuestas en el museo y los vídeos ponen
los pelos de punta. Pocos años después de la demanda de Scott, Virginia
Minor y su marido reclamaron el derecho al voto de las mujeres en 1873. Al
igual que el caso de Scott, les fue denegado.
Ese día todo iba bien, sentía que estaba haciendo algo útil y no la típica
estancia de un torneo de ajedrez donde los jugadores solo vemos tableros y
el hotel. Pero entonces todo dio un vuelco y me pasó una de las historias
más surrealistas de mi vida, algo que cuando mi madre lo lea
probablemente no le haga ninguna gracia. Pedí un Uber para que me llevara
de vuelta a la casa donde me había alojado el club. El conductor, que se
llamaba John, era un tipo superagradable, un enorme afroamericano de más
de doscientos kilos. En seguida hicimos buenas migas. Tenía el mayor flow
que he visto jamás. Me costaba seguir lo que decía, entre el argot que usaba
y su acento tan marcado, pero todo eran risas y pasarlo bien en el viaje, los
dos contando anécdotas todo el rato. No sé cómo, pero John me acabó
invitando a una especie de fiesta familiar que había organizado por la tarde,
a la que decidí acudir con un amigo. Un nuevo Uber me llevó a un barrio de
los suburbios que no tenía muy buen aspecto. Llegué a la casa y me recibió
John. Pasamos al jardín, en el que había entre treinta y treinta y cinco
personas. Como yo era el único blanco, desde el primer momento me
llamaron white spanish boy en tono cariñoso. Debía de haber unos cien
kilos de carne asándose en una barbacoa. Aquello daba para alimentar a
veinte equipos de fútbol. Nunca he visto comer a nadie como lo hacía John.
Dejaba los huesos limpios como patenas. ¡Qué manera de devorar! Pues
bien, en un momento dado dos mujeres empezaron a gritar y a enzarzarse
en una discusión. Hasta aquí todo normal, allí la gente hablaba a voces todo
el rato. Yo, como buen andaluz, me sentía muy a gusto en medio de aquel
barullo. Pero el caso es que la bronca empezó a subir de tono y se unieron
dos o tres hombres a la trifulca. De repente, dos de ellos sacaron un
machete. ¡Un jodido machete! ¡¿Os imagináis?! Y, cuando miro más de
cerca a los dos tíos, veo que uno de ellos es John, mi conductor de Uber. Mi
reacción instantánea fue ir a calmarlo, y tras varios segundos muy tensos
me dijo: «No lo mato porque eres mi invitado». Y a los pocos segundos
estaban todos abrazados conmigo y llorando. Fue lo más épico que me pasó
en todo el año. No sé cómo acabé allí, y si hubiera seguido los consejos que
mi madre me daba cuando era adolescente esto no hubiera pasado, pero
John siempre estará en mi corazón. No he vuelto a saber de él desde aquel
día.
Otro de los ambiciosos programas del filántropo Rex Sinquefield es el
escolar. Miles de niños de todas las escuelas del estado reciben clases de
ajedrez en sus diferentes centros. Una de mis obligaciones durante mi
estancia de gran maestro residente era visitar una vez por semana un centro
educativo. A mí me tocó el John Burroughs School, una escuela de
educación primaria y secundaria al más puro estilo de los Estados Unidos.
Un pabellón enorme para hacer deporte y un teatro, que era igual o más
imponente que cualquiera de los de la Gran Vía de Madrid. Solo el pabellón
ya tenía más metros cuadrados que el instituto donde yo estudié. Realicé
una exhibición simultánea contra varios de los mejores jugadores del
centro, que ya competían en la liga escolar del estado.
El boom ajedrecístico en San Luis ha sobrepasado la educación
secundaria, alcanzado el mundo de la universidad. En los Estados Unidos,
la competición universitaria más importante en muchos deportes es el
llamado Campeonato Panamericano, donde cada universidad presenta
equipos llenos de profesionales. El ajedrez no es una excepción, y varios
grandes maestros y maestros internacionales de todo el mundo obtienen
becas tanto para estudiar una carrera como para hacer un máster. El jugador
recibe un estipendio mensual y el pago de la matrícula. A cambio, debe
competir en los campeonatos panamericanos. Tres de los mejores equipos
de ajedrez de los Estados Unidos están en San Luis: los de la Mizzou
University of Missouri, la Saint Louis University y la Webster University,
este último dirigido nada más y nada menos que por Susan Polgar, famosa
excampeona mundial.
El actual equipo olímpico de los Estados Unidos está compuesto por
cuatro grandes del ranking mundial: Fabiano Caruana (n.º 2 del mundo),
Wesley So (n.º 9), Leinier Domínguez (n.º 15) e Hikaru Nakamura (n.º 18).
Todos, menos Nakamura, cambiaron de federación seducidos por los
encantos del tito Rex, que consiguió llevarse al huerto —a San Luis— a
Caruana y Domínguez, actualmente residentes en esta ciudad. So es de
origen filipino, Domínguez de la bella isla de Cuba y Caruana había jugado
anteriormente por Italia.
Por último, si visitáis San Luis en alguna ocasión, además de una parada
obligatoria en el Saint Louis Chess Club, os recomiendo que vayáis a ver un
partido de hockey sobre hielo. El Saint Louis Blues es uno de los mejores
equipos de la NHL, la liga profesional norteamericana de este deporte. Es
uno de los más apasionantes que he visto, e ir al estadio es toda una
experiencia.
Si en el estadio queréis actuar como verdaderos estadounidenses,
adquirid una bebida de diez litros y haced hueco para meteros entre pecho y
espalda unos nachos empapados en diversos untos y pringues, de aspecto
sospechoso. Así podréis despediros con todos los honores de la ciudad de
San Luis, la meca del ajedrez.
Sobre el picante, la policía y otras verdades de
México
El Boca vs. River de ajedrez, a punto de empezar. ¡No nos dejaron ponernos las camisetas! 😢
Cortesia de los autores
La interacción con los seguidores es vital: es lo que hace que los directos
por internet sean más cercanos a la televisión. ¡Y sin duda les están
comiendo mucho terreno! Esto, que resulta evidente en 2021, no lo era
tanto en 2014, cuando el mundo de los streamers aún estaba por eclosionar.
En 2014 el seguimiento del Campeonato del Mundo fue bastante modesto,
pero en 2016, con la web y nuestro trabajo mucho más maduros, todo
estaba listo para despegar. Pepe ya se había convertido en una estrella y
contaba con seguidores por todo el mundo; además pudimos comentar el
match junto al gran maestro David Antón, al que llevo ayudando a
progresar desde 2006 y cuyos triunfos viven como propios todos los
usuarios de Chess24, ya que la gran «explosión» del Niño Antón llegó con
el nacimiento de la página.
Como contábamos en el prólogo, el match por el título mundial entre
Magnus Carlsen y Sergey Karjakin fue el evento que nos permitió dar un
salto de popularidad muy grande y con el que disfrutamos de principio a
fin. ¡Sergey consiguió poner a Magnus contra las cuerdas! La retransmisión
fue divertida, dejó anécdotas y un gran sabor final para todos, con aquel
sacrificio de dama que finalmente le dio el título a Magnus en los
desempates. Por desgracia, los problemas legales derivados de la
retransmisión de aquel mundial lo empañaron bastante.
En 2018 llegó el momento del n.º 2 mundial, Fabiano Caruana, que retó a
Magnus en Londres en un match igualadísimo que llegó a los desempates
¡tras doce empates! No faltaron las quejas por el número de tablas, pero lo
cierto es que las partidas fueron apasionantes. Ambos jugadores tuvieron
sus oportunidades para anotarse alguna victoria, pero no fueron capaces de
conseguirlo, y, aunque comprendo que no quede bonito que todas las
partidas quedasen en tablas, ¡todas ellas fueron buenísimas! El día de los
desempates batimos nuestro récord de audiencia, con 34.399 personas
concurrentes en el momento más alto, un número que sin duda se quedará
corto en 2021. Nuestra retransmisión fue correcta y la gente la disfrutó,
pero Magnus ganó contundentemente los desempates por 3 a 0, haciendo
que la magia de la emoción desapareciera totalmente.
En 2021 esperamos comentar el mundial desde Dubái, a unos metros de
donde se dispute presencialmente y, a no ser que te hayas dado mucha prisa
en adquirir este libro, cuando leas estas líneas ya se habrá disputado.
¡Quedará ese capítulo para un próximo libro!
Campeonato Mundial Juvenil de Ajedrez 2013
Tengo que reconocer que tanto Divis como yo estábamos bastante tensos
ese día, al fin y al cabo era nuestro primer evento de superélite como
organizadores. Algunas estrellas mundiales suelen ser algo «quisquillosas»,
así que, para curarnos en salud, todos los actos de Magnus estaban
previamente hablados y pactados con su padre y mánager. Pero, como suele
suceder, se produjeron muchos imprevistos. El primero de ellos fue que no
habíamos podido imaginar que las calles de Pamplona se llenarían a rebosar
de gente que quería ver al campeón. Por supuesto, todos querían hacerse
una foto con él y que le firmaran su tablero o camiseta. Nada de esto se
había hablado con Magnus, pero él nos dio una lección a todos y, sin
quejarse ni un solo segundo, estuvo una hora haciéndose fotos con sus fans
y firmando autógrafos, en un gesto que lo engrandece aún más si cabe.
Tras la firma de autógrafos, salí con Magnus y su padre de la plaza del
ayuntamiento. El último acto que se había pactado con el campeón era un
paseo por la calle Estafeta, para terminar haciendo una parada en un lugar
de pintxos típicos donde comeríamos algo. A los cinco metros de doblar la
esquina pasamos por una tienda de embutidos, en cuyo escaparate se
exhibían decenas de apetitosos bocadillos de jamón, chorizo y chistorra. A
Magnus se le iluminaron los ojos. Su reacción me sorprendió gratamente y
comenzamos a hablar sobre jamón ibérico. Tras caminar unos metros
llegamos a un bar de la calle Estafeta, típico en sanfermines. Salió el dueño
a recibir a Magnus y a ofrecernos unos pintxos. Trajeron una mezcla
variada, casi todos de marisco y salmón. Pensé no era la jugada más fina, ya
que en Noruega el salmón está cien veces más rico que en España; de
hecho, en muchas ocasiones lo traemos de allí. Miré a Magnus, vi su cara y,
recordando su expresión cuando pasamos por la tienda de embutidos, decidí
pedirle al camarero un plato de jamón ibérico. Fue un acierto total: Magnus
y su padre arrasaron con él, dejando el plato más limpio que el culo de
Aquaman.
Estuvimos hablando bastante tiempo de la Eurocopa de fútbol y de
ajedrez; en un momento dado apareció en la escena Rey Enigma. Empecé a
contarles a Magnus y a Henrik lo que estaba haciendo Rey Enigma por el
ajedrez en España. Pude ver que ambos flipaban en colores. Henrik incluso
me dijo, en tono de broma, que yo no quedaba descartado de la ecuación, ya
que podía haber contratado a alguien para que se hiciera pasar por mí en
Pamplona. Le dije al Rey que se acercara y comenzamos a charlar los
cuatro. Ahí estaba el Rey, con su voz de pito, hablándole en inglés a
Magnus Carlsen. El noruego, en tono de broma, le preguntó si era Ivan
Cheparinov, un poderoso gran maestro búlgaro que tiene la voz aguda. Al
cabo de algunos minutos de charla, el Rey empezó a contarle a Magnus que
jugaba partidas callejeras apostando 100 euros y que, antes de venir a
Pamplona, nadie había conseguido ganarle. Yo me moría de la risa cuando,
de repente, oigo que le suelta en inglés con esa voz de pito:
—Es como un juego de videoconsola, Magnus, y tú podrías ser el
monstruo final del juego. Para mí sería un honor caer derrotado por ti en la
partida final.
Magnus, Henrik y yo nos echamos a reír. Así terminaban los actos
oficiales con el campeón del mundo. Por la tarde comenzaría la «mandanga
de la buena» con los cuartos de final.
Hay que decir que Magnus Carlsen ganó el torneo con relativa facilidad.
Una de las partidasmás igualadas en cuanto a juego fueron precisamente los
cuartos de final contra el venezolano-español Eduardo Iturrizaga, ídolo de
la afición local. Magnus se impuso por 4,5 a 2,5 y en las semifinales arrasó
a su archienemigo Wesley So con un contundente 5 a 1. En la final Magnus
se deshizo de Aronian con un 5 a 3. Al ser un torneo online, Magnus jugaba
sus partidas desde la habitación de Hemingway y nosotros comentábamos
el torneo desde un estudio improvisado en una de las habitaciones del hotel,
dos plantas más arriba. Me sorprendió lo competitivo que puede llegar a ser
Carlsen. No cabe duda de que tiene que serlo muchísimo para estar donde
está, pero tiene unas ganas de ganar tremendas en cualquier evento. Al
terminal la final, se improvisó una entrega de premios en la habitación de
Hemingway, así que Divis y yo bajamos. Fui a chocarle la mano a Carlsen y
me la dio con una intensidad propia de alguien que ha liberado mucha
tensión y que tenía muchas ganas de llevarse el torneo. Los campeones
están donde están por alguna razón. Y así es como terminó el paso de
Carlsen por Pamplona. ¡Estoy seguro de que se llevó una muy buena
impresión y se intentará que repita en futuras ediciones!
Carlsen se despedía de Pamplona, pero aún no terminaba el festival. Los
días 12 y 13 de julio se realizaron diversas actividades callejeras:
simultáneas, partidas a la ciega, partidas rápidas… Queríamos terminar el
festival a lo bestia, intentar hacer historia de alguna manera. Al haberse
cancelado los encierros de toros por la COVID-19, a los cuatro
organizadores locos del evento se nos ocurrió, un par de meses antes de
llegar a Pamplona, intentar reemplazarlos por un encierro ajedrecístico.
Todo ello, además, mejorado siempre con las locas y excelentes ideas de
Mikel Urmeneta, que es un creativo de la leche. El 14 de julio, en lugar de
seis toros Miura, habría seis ajedrecistas, seis, jugando partidas simultáneas
a lo largo de los 850 metros que tiene el encierro. En lugar de corredores
habría ochenta ajedrecistas tratando de «sortear» a los toros o derrotar a los
simultaneadores. A mí me tocó el tramo de la plaza de toros y debo decir
que es una de las experiencias más bonitas que he vivido como ajedrecista.
La repercusión del evento fue muy alta. Un dron recorrió todo el tramo
del «encierro» para grabar las imágenes más impactantes y el vídeo se llegó
a emitir en varios telediarios nacionales e internacionales.
Inundar Pamplona de ajedrez durante sus fiestas ha sido una experiencia
inolvidable. Hemos acabado reventados, durmiendo una media de tres o
cuatro horas diarias como mucho, ¡pero cada maldito segundo ha valido la
pena! Esperemos que se vuelva a repetir. Por nosotros que no quede, lo
intentaremos por todos los medios.
El 14 de julio dejé con pena Pamplona para dirigirme a Peniche, en
Portugal, para disputar la liga portuguesa. Al día siguiente Divis fue a coger
su coche para regresar a Madrid y… ¡no arrancaba! Incluso el coche
terminó agotado, y eso que el cabrón se pasó quince días sobando en el
parking de Plaza del Castillo.
¡Agur!
Miami: una de Uber y otra de Ronaldo
En Gibraltar se disputa uno de los abiertos más fuertes del mundo. Se llama
«abierto» a un tipo de torneo cuya inscripción está abierta a todo el mundo,
de forma que puedes encontrarte en el mismo a los mejores jugadores
mundiales y a aficionados llegados de todas partes. Dirigido por el gran
maestro Stuart Conquest, es mucho más que un simple torneo de ajedrez.
En torno a él se organizan actividades de todo tipo, la más conocida de las
cuales es la Batalla de los Sexos, donde un equipo masculino se enfrenta a
otro femenino en un tablero gigante que simula un ring.
Nosotros hemos participado, en el torneo principal o en sus actividades,
desde 2014. Le tenemos especial cariño, porque se le ha dado especialmente
bien al Niño Antón, que en 2017 hizo una de las mejores actuaciones de su
vida al conseguir empatar en el primer puesto tras vencer a jugadores tan
importantes como el excampeón del mundo Veselin Topalov. Gibraltar es de
los pocos torneos que mantienen un desempate a partidas rápidas entre los
que quedan empatados en el primer puesto. A la audiencia le fascinan estos
desempates, y más cuando hay un jugador al que apoyar. Pepe se trasladó a
las oficinas que tiene Chess24 en Gibraltar para cubrir el torneo. Están en
un edificio que hace unos años parecía bastante antiguo, pero que tras una
serie de rehabilitaciones se ha modernizado y da gusto verlas. Aunque en
pantalla dé otra impresión, lo cierto es que nuestro trabajo se puede realizar
fácilmente con un portátil, una webcam y un micrófono externo de cierta
calidad; es decir: el estudio cabe en una mochila.
El enfrentamiento entre el Niño Antón y Nakamura fue interesante. Unas
tablas en la primera partida y el estadounidense apretó mucho y bien en la
segunda para llevársela. No podíamos estar satisfechos del desempate, pero,
por supuesto, ¡sí del torneo! Al día siguiente me pasé por las oficinas y,
como era de esperar, me encontré a todos los trabajadores de Chess24, y a
los de otras empresas con las que compartimos edificio, hablando del chico
que pegaba gritos en una habitación y narraba ajedrez. «Parecía fútbol», es
la frase que más veces he escuchado en estos casos. Pepe, como siempre,
había desatado su magia durante los desempates y en Chess24 todos
disfrutaron al máximo con su retransmisión, incluso más que si hubieran
estado viendo el desempate en vivo. Uno de los secretos del éxito de las
retransmisiones de ajedrez es, precisamente, hacer este deporte
comprensible para todo el mundo. La mayoría de las personas que escuchan
nuestras retransmisiones por primera vez se sorprenden de cómo pueden
llegar a emocionarse con ellas. La ventaja del ajedrez respecto a otros
deportes es que la partida puede dar un vuelco prácticamente en la última
jugada, porque un error grave puede estropear cualquier posición. ¡Qué
cruel es muchas veces!… ¡y cómo le gusta eso a la gente!
Esa misma mañana, durante la última ronda de Gibraltar previa a los
desempates, se vivió uno de los hechos más extraños que se hayan visto
nunca. Nada más empezar, repasando en la retransmisión cómo habían
empezado las partidas, vi que la mejor jugadora del mundo, la china Hou
Yifan, había comenzado su partida de forma absurda, como si fuera una
jugadora novata. ¡Incluso peor! La jugadora asiática no parecía saber lo que
hacía; en cuatro jugadas quedó prácticamente perdida y abandonó en la
quinta. ¿La razón? Hou Yifan protestaba de esta forma porque en el torneo
había sido emparejada contra siete mujeres, algo que ella creía que había
sido amañado por la organización; Hou no participa en torneos
exclusivamente femeninos y estaba realmente molesta porque creía que los
organizadores la forzaban a jugar contras las mejores del mundo en vez de
enfrentarla a otros jugadores del torneo. La protesta fue tan sonada como,
por cierto, equivocada. Ya durante el directo, y al conocer las razones que
exponía Hou para protestar, pregunté si entre los usuarios había algún
árbitro. Creo que fue Alberto Muñiz, árbitro internacional y gran amigo de
la casa, quien en pocos minutos me confirmó que los emparejamientos eran
correctos y que no había atisbo de amaño ni nada parecido. Todavía hoy no
me explico cómo Hou Yifan no preguntó a algún árbitro para que revisara
los emparejamientos para comprobar antes si su protesta tenía base o no.
¡Simplemente fue casualidad que le tocara jugar con tantas mujeres!
El torneo de Gibraltar se disputa en el hotel La Caleta, un buen lugar para
pasar unos días del mes de enero ya que el invierno suele ser relajado por
esa zona. A nosotros nos gusta alojarnos al otro lado de la frontera y La
Alcaidesa, una urbanización situada a unos veinte minutos, ofrece unos
apartamentos amplios y confortables donde disfrutar el torneo con los
amigos. Aunque tengamos que hacer algunos kilómetros en coche, es un
trayecto rápido y normalmente sin problemas. Digo «normalmente» porque
Pepe tuvo algún que otro percance en la frontera, ¡especialmente cuando se
presentó con el DNI prácticamente partido en dos! Una pena, no pude ver
bien la cara del policía de la frontera cuando Pepe se lo mostró al agente
con la intención de pasar. Estaba claro que era él, la foto (por suerte intacta)
lo demostraba, pero todos comprendimos que la autoridad no estuviese de
acuerdo con que aquel documento partío era completamente válido. Por
suerte, tras alguna negociación, pudo pasar.
Aunque he mencionado que el tiempo en Gibraltar, por lo general, es
estupendo, de vez en cuando cae alguna tormenta de las buenas. Un año fue
tan tremenda que pensamos que la ronda, directamente, no se podría jugar.
El viento golpeaba fuerte y, antes de salir, no paramos de consultar los
partes meteorológicos de la zona. A causa del temporal se desprendió una
roca y cayó sobre la carretera, de modo que para llegar al hotel tuvimos que
dar la vuelta a todo el peñón y entrar por el sur. Por suerte el peñón es
minúsculo y el cambio de recorrido solo suponía algunos minutos más. No
sé bien por qué, supongo que por cabezonería, hicimos un primer intento
por el camino habitual, en medio de una cortina de agua y con un viento
que debía andar cerca de los ochenta kilómetros por hora. Era casi
imposible moverse por la calle; recuerdo que Pepe intentó salir del coche
para caminar y, podéis creerme, el viento era tan fuerte que le costó
muchísimo cerrar la puerta del coche. Nunca había visto algo así, ¡y
seguramente nunca lo vuelva a ver! Pepe desistió pronto de ir caminando y
regresó al coche. Después de aquello optamos por el plan B y dimos la
vuelta al peñón.
Gibraltar tiene unas carreteras estrechas y, en diversos tramos, muy
bonitas, puesto que hay que atravesar unos pintorescos túneles que te hacen
retroceder a tiempos pasados. En este caso el recorrido no fue tan bonito,
porque la carretera estaba realmente peligrosa y la lluvia arreciaba cada vez
más y más fuerte. Batallamos con el temporal entre risas nerviosas y,
cuando apenas estábamos a quinientos metros del hotel, una ola oscura saltó
sobre el coche, cubriéndolo entero. Se me paró la respiración, y supongo
que a todos los que íbamos en aquel coche. Por suerte la cosa no fue a más
y llegamos, aunque un poco tarde, a disputar las partidas de la ronda. ¡Sin
duda el viaje más accidentado que he tenido nunca!
El torneo de Gibraltar está lleno de detalles de buen gusto y mejor saber
hacer, como la invitación final a una cena de gala, donde se entregan los
premios, y la divertida fiesta final, en los salones del hotel, que cierra el
evento. Algunos la pasan jugando rápidas con otros jugadores, otros
bebiendo relajadamente con sus amigos.
Debo reconocer que las historias que suceden en aquellas últimas noches
de Gibraltar ¡están a la altura de las de la Bermuda Party de la olimpiada!
Chile: ¿paramos el reloj?
En ella se puede apreciar que el bando blanco cuenta con rey y peón,
mientras que el negro solamente con el rey. Con la regla del cuadrado se
puede saber, con un simple vistazo, si el rey negro puede parar al peón
pasado o si, por el contrario, dicho peón se convertirá en una dama. Se traza
un cuadrado de lado igual al número de casillas entre el peón y la casilla de
coronación. Si el rey negro, al mover, queda dentro del cuadrado, podrá
parar al peón. De esta manera, los maestros de ajedrez, trazando un simple
cuadrado mental en el tablero, no tienen la necesidad de calcular
mentalmente jugada a jugada.
Similar a esta es la regla de Bahr (figura 2). Se trazan dos flechas
diagonales. Una desde el peón pasado de las blancas y la otra desde el peón
negro. Si estas coinciden, el blanco ganará la partida y si no lo hacen, la
partida acaba en tablas. Esto ahorra mucho tiempo de cálculo al jugador que
puede ser importante en apuros de tiempo. De no utilizar esta regla, el
jugador debe calcular toda la secuencia de jugadas una a una.
Así como las matemáticas son utilizadas por los ajedrecistas, el ajedrez
ha servido también para ejemplificar diversos problemas matemáticos.
Durante el renacimiento, la popularidad del ajedrez creció
exponencialmente en Europa. Se comenzaron a crear diferentes escuelas de
ajedrez y los pensadores y científicos de la época empezaron a interesarse
por el juego. Dicho auge motivó a muchos matemáticos de la época y
posteriores a resolver problemas matemáticos sobre el tablero. A
continuación, exponemos algunos de los más interesantes.
El número de Shannon
Una de las preguntas que nos hemos hecho muchas veces los ajedrecistas, y
que sobre todo nos hacen nuestros amigos, es: «¿Cuántas posibles partidas
de ajedrez existen?». A lo cual, hinchándonos de orgullo, respondemos: «El
número de posibles partidas de ajedrez es mayor que el número de átomos
del universo». ¿Es esto verdad? ¿De dónde viene esto? O, ¿simplemente
nos lo sacamos de la manga para vacilar y quedar bien? ¡Pues no! Esto se
conoce como el «número de Shannon». Claude Shannon escribió en los
años cincuenta del pasado siglo un artículo científico titulado «How to
program a computer to play chess» (Cómo programar una computadora
para jugar al ajedrez). En este artículo halló una estimación de cuántas
posibles partidas de ajedrez existen, ¡y el número que dio fue nada más y
nada menos que 10120! El número de átomos en el universo es alrededor de
1080, lo cual significa que se pueden asignar billones de partidas de ajedrez
para cada átomo del universo. ¿Cómo llegó a calcular ese número y extrajo
tal conclusión? Shannon realizó una serie de asunciones. La primera es que
consideró que, en cada posición, existen de media unas 30 jugadas legales
que un jugador puede realizar. En ajedrez llamamos una jugada completa a
la suma de la realizada por el blanco más la realizada por el negro. Por
tanto, en solo una jugada completa, donde cada jugador tiene unas 30
posibles, existen 30 x 30 = 900 posibles jugadas.
Shannon, además, consideró que cada partida suele durar unas 40 jugadas
completas (40 del blanco y 40 del negro). Por tanto, el número total de
posibilidades asciende a 3080, lo que aproximadamente es 10120, que es el
número de Shannon.
Esto, evidentemente, es demasiado simplista; de hecho, Shannon insistió
en que solo se trataba de una estimación. Un párrafo de su artículo donde lo
que quería dejar claro, señala que si uno tuviera una computadora lo
suficientemente potente para intentar calcular el futuro del juego, analizar
todas las posibilidades para luego tomar decisiones sobre cómo seguir
jugando, la computadora nunca haría una jugada. Imaginad que la
computadora es capaz de calcular 10 partidas por microsegundo: pues bien,
para hacer una sola jugada necesitaría un tiempo prácticamente infinito.
Este era el punto al que Shannon quería llegar al hacer su estimación.
Si empezamos a contar el número de posibilidades exactas desde la
jugada uno, todo se complica muy rápido y de manera exponencial. En la
jugada 1, el blanco tiene 20 jugadas legales (16 posibles de peón y 4 de
caballo). El negro puede responder con 20 jugadas legales también, lo que
significa que, tras la primera jugada completa, existen 400 posibilidades.
Después de dos jugadas completas, todo se va de madre ¡y ya existen
197.742 posibilidades!
1 2 3 4 …. 11.800
Figura 6. Una solución al problema del salto del caballo en tablero de ajedrez.
En cada turno, uno mueve el caballo a una nueva casilla que no ha sido
ocupada anteriormente. Messi empieza colocando el caballo donde quiere
(en este caso la casilla e5). El primer jugador que no pueda mover el caballo
a una nueva casilla pierde. La pregunta es: ¿quién gana, si ambos jugadores
lo hacen de manera óptima, y cuál es la estrategia ganadora? Os recomiendo
que os estrujéis el cerebro un ratito, ¡porque no es fácil!
Solución
Podemos demostrar que Ronaldo siempre ganará en este juego, sin importar
lo que Messi haga. Y lo vamos a probar de manera gráfica. Dividimos el
tablero en 8 regiones diferentes de 4 x 2 casillas, como se muestra en la
figura 8. En cada una de las regiones, un caballo solo tiene una jugada legal
para permanecer en dicha región. Si Messi empieza colocando el caballo en
e5, la estrategia de Ronaldo será llevar el caballo a f7, para permanecer en
la misma región.
Distancia euclídea
El ajedrez es un escenario ideal para discutir sobre distancia euclídea y no
euclídea. Aunque esta palabra puede sonar muy rara, no nos vamos a
complicar la vida, y definimos como distancia euclídea como «la de toda la
vida». Es decir, si yo pregunto cuál es la distancia entre el origen de
coordenadas y el punto A (4/3) (figura 9), todos me diréis que 5, aplicando
simplemente el teorema de Pitágoras.
Esta es la denominada distancia euclídea o euclidiana, pero existen
muchas situaciones en la que esta no resulta demasiado útil. Por ejemplo, si
queremos desplazarnos de un punto a otro de la ciudad, lo que nos interesa
es saber es cuál será la mejor ruta, es decir, por qué calles tendremos que ir
para que el recorrido nos lleve menos tiempo, ya que no podemos ir en línea
recta atravesando edificios.
• d (a, b) ≥ 0 (la distancia entre dos puntos siempre debe ser positiva o
igual a 0).
• d (a, b) = 0, si, y solamente si, a = b (la distancia será 0 solo en el
caso de que los dos puntos coincidan).
• d (a, b) = d (b, a) (condición de simetría).
• d (a, b) ≤ d (a, c) + d (c, b) (también llamada desigualdad triangular;
la igualdad se cumplirá solamente cuando el punto c se encuentre
sobre el segmento ab).
Referencias
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Disponible en: https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?
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RAMÍREZ RODRÍGUEZ, J. (2004). Extensiones del problema de coloración de grafos. Tesis
doctoral, Universidad Complutense de Madrid, Servicio de Publicaciones.
Razonando en el siglo XXI
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Los Secretos es mucho más que un grupo de pop rock español. Es mucho
más que «Déjame» o «Pero a tu lado». Es mucho más que una historia de
canciones y público. La historia de Los Secretos es la suma de grandísimos
momentos creados a partir de retos imposibles, de situaciones muy
complicadas, de momentos muy difíciles.
Sé que para llegar hasta donde estamos hemos tenido que pagar un precio
carísimo. Si pudiera volver atrás, cambiaría muchas cosas, pero la vida ha
sido así, y por eso quiero ponerla por escrito para que no nos olvidemos de
nuestro pasado.