misterio del ser y de la vida de Dios. Pero también se ha puesto de mani-
fiesto otro criterio según el cual se percibe el itinerario de procedencia de las criaturas de Dios y de retorno de las mismas hacia Él, retorno en pro- fundidad de ser y de gracia, en cuyo movimiento Cristo es a la vez vía y medio. Este plan está presente también en esta obra y se atribuye a influjos neoplatónicos, ya que se corresponde con el esquema clásico de la emana- ción y del retorno. De hecho Tomás de Aquino identificó mejor que sus contemporáneos al neoplatónico Proclo. El tema estaba presente en aquel tiempo y muchos autores lo reconocen expresamente en el plan de la obra. «Tal es el plan de la Suma teológica —escribe Chenu—, y tal el movimien- to que traduce: I Pars la emanación, Dios principio; II Pars el retorno, Dios fin; como de hecho, conforme al libre y absolutamente gratuito proyecto de Dios (es la historia santa la que nos lo revela), este retorno se hizo por Cris- to hombre-Dios, una III Pars estudiará las condiciones "cristianas" de este retorno»98. Este vocabulario estaba presente en la tradición cristiana y es normal que se usara para la sistematización de la doctrina sagrada. De este modo la obra adquiere un dinamismo específico, al que contribuye también el tema de la imagen, de larga tradición patrística. El ejemplarismo divino y la imagen humana mutuamente se relacionan, de modo que el retorno de la imagen a su Modelo divino se constituye en eje de la parte moral. El esquema de la procedencia y del retorno está presente en las obras de Tomás y es reconocible en sus obras más sistemáticas 99. Además, conoció de estudiante con Alberto la obra del Pseudo-Dionisio, en quien están pre- sentes estas ideas, que se habían concretado en el dicho de que el Bien es expansivo por sí mismo. La historia de la teología reconoce el influjo de este axioma en la teología medieval, aunque también la regresión del mismo a finales del siglo XIII 100. Lo que se deriva de las intenciones de Tomás es que se propuso ordenar su teología siguiendo algunos principios de inteligi- bilidad y que en la Suma de Teología se pueden encontrar varios. Se trataba de superar la discontinuidad a la que la enseñanza de entonces daba lugar, así como la contingencia de una historia material. El principio de las rela- ciones con Dios, aplicando siempre la analogía, hace que esta obra presente un conjunto teológico coherente. Por el plan de la procedencia y el retorno, la Suma de Teología tiene un dinamismo interno en sus materiales, pero sobre todo responde a su función de sabiduría cristiana, conforme a la eti- mología que Tomás propone de la teología101. Esta presentación de la teología ha sido motivo de polémicas. La reserva más conocida a esta obra es la que se hace a la colocación del tratado cris- tológico en la tercera parte, ya que ello significa hablar de la vida cristiana, como se hace en la parte moral, sin haber hablado aún de Cristo. Entre los catálogos de las luchas antitomistas del siglo XIII hay uno que se refiere a este problema 102. Por supuesto que la moral tomista no está desenganchada 98 M.-D. CHENU, Introduction à l'étude 261. 99 ID., 267; Cont. Gentes 1, 9; Compend. theol. 2 y 103. 100 G. LAFONT, Estructuras y método 3-24; Th.-A. AUDET, Approches historiques de la Summa Theologiae: Études d'hist. lit. et doct. 17 (1962) 7-29. 101 Summa Theol. 1 q.1 a.7. 102 A. DONDAINE, Un catalogue de dissensions doctrinales entre les maîtres parisiens de la fin du e X I I I siècle: Recherches de théologie ancienne et médiévale 10 (1930) 375-394. Una cuestión dis- cutida se refiere precisamente al artículo 7 de la primera parte: «Cuando se pregunta: si el suje- to de la teología es Dios, los Menores dicen que es Cristo con sus miembros, mientras que To- más en la Suma dice que es Dios». E. MERSCH, L'objet de la théologie et le Christus totus: Recher- ches de science religieuse 26 (1936) 129-157.