Todos los temas acumulados en la obra necesitaban un encadenamiento,
de modo que los contenidos de la sagrada doctrina fueran presentados con- forme a los requisitos del método de entonces. Este método era una exigen- cia de la ciencia lógica, que se impuso además en las construcciones teológi- cas. De ahí deriva una primera línea de organización de la Suma de Teología consistente en que todos los objetos deben ser considerados bajo la misma perspectiva. La necesidad de la sistematización la expresa Tomás en la pre- sentación de las partes de la obra 94 , dando así una visión de conjunto. Pero también al preguntarse sobre lo que está sujeto a la consideración de la doc- trina sagrada responde que es aquello que dice relación con Dios95. La co- rrespondencia que hay entre el motivo por el que se consideran las cosas y el contenido de las mismas hace que todos los temas de la Suma adquieran unidad a la luz de la visión divina de las cosas. La teología, ciencia de la fe y que procede de la fe, sigue e imita el conocimiento de Dios. Desde esta perspectiva se consigue una integración entre la realidad del mundo y la re- lación que tiene con sus causas. Esto ha llevado a algunos autores a ver en el plan de la Suma un mante- nimiento expreso de las ideas aristotélicas, traduciendo esto en la relación causal que Dios tiene con las criaturas. Es decir, aquí Tomás trataría de ma- nifestar la relación que todo tiene con Dios como principio de causalidad. La primera parte, Dios causa eficiente primera; la segunda, Dios causa final última, y la tercera, Dios causa eficiente hipotética debido a la caída del hombre. Transportar la unidad de la Suma al vocabulario aristotélico puede significar alejarnos de la intención de Tomás de Aquino. El proyecto teoló- gico de esta obra trasciende los instrumentos de análisis incorporados, entre los que se encuentra el principio de causalidad96. Lo decisivo de ella es la percepción teológica que la inteligencia tiene de las cosas, y en ello influye más la tradición cristiana que la aristotélica. Es el concepto de fe lo que lleva a Tomás a conseguir esta visión global de las cosas en su obra. Y bajo esta luz se integran también los hechos his- tóricos que componen la historia de la salvación. Para él todo efecto históri- co de la economía salvífica debe ser reconducido a la teología. La visión que Dios tiene de las cosas es lo que da unidad a lo que nosotros encontra- mos como una disposición temporal de la revelación. Los teólogos escolás- ticos consideran la historia de la salvación asumida en su propia visión teo- lógica. Los hechos históricos interesan en tanto en cuanto se relacionan con la Verdad primera. Esta metodología teológica domina la Suma de Teología, aunque se pueden descubrir otros aspectos 97, pero fundamentalmente el or- den de los tratados de la obra responde a la naturaleza misma del objeto de la teología. Esta primera línea de organización está presente en lo que se refiere al 94 Summa Theol. 1 q.2 prol. 95 1 q.1 a.7: «Pues bien, como en la doctrina sagrada todo se trata desde el punto de vista de Dios, bien porque es el mismo Dios o porque está ordenado a Dios como principio y fin, se deduce que el sujeto de esta ciencia es Dios». 96 Y. CONGAR, Le moment «économique» et le moment «ontologique» dans la sacra doctrina (Réve- lation, Théologie, Somme théologique): Mélanges M.-D. CHENU (París 1967) 135-187; ID., Le sens de l'«économie» salutaire dans la «theologie» de S. Thomas d'Aquin (Somme Théologique): Festgabe J. LORTZ (Baden-Baden 1957) 73-122. 97 A. PATFOORT, L'unité de la 1.e pars et le mouvement interne de la Somme théologique de S. Thomas d'Aquin: Rev. Sc. Ph. Théol. 47 (1963) 513-544: según esta interpretación, la primera parte trata de las estructuras antecedentes al uso de la libre voluntad del hombre y luego las condiciones en las que se ejerce esa voluntad.