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Universidad Nacional de Mar del Plata

Derecho Procesal Civil y Comercial


Cátedra B: Titular: Dr .José Manuel Del Cerro
Docente: Dr. Eduardo E. Bruno

Como ya se dijo, comenzando esta segunda etapa de la cursada analizados los


pormenores y circunstancias tratadas en el tema de Intervención de Terceros,
veremos a continuación otra modalidad procesal operativa, estrechamente ligada
a dicho tema ya que se trata tambièn de “terceros” que se incorporan al proceso,
previsto en la Unidad Temática XIII punto 5 del programa de estudio, que nos
refiere los temas relacionados –en este caso en estudio-, con las denominadas
TERCERÌAS. El tema en tratamiento se advierte en las disposiciones que, al
efecto, contienen los arts. 97 al 104 del Código de Procedimiento Civil y
Comercial, respectivamente.

UNIDAD XIII
Punto 5 Tercerías: (Tìtulo II, Capìtulo IX CPCC)
Concepto:
Mediante la presentación y promoción de una tercería, se deduce una
pretensión por medio de la cual el tercero acciona, en un proceso judicial en
trámite, contra el actor y el demandado con el propósito y el objeto procesal de
obtener el levantamiento de un embargo cuya traba ha sido ordenada sobre
bienes de su propiedad, o en su caso, de ser pagado con preferencia al
acreedor embargante. Es decir, que por medio de esta actividad procesal, el
tercerista plantea al juez embargante una pretensión autónoma e independiente
del derecho sustancial y la cuestión de fondo debatido y a resolver en el proceso
por las partes principales, quienes de tal modo pasan a ser sus demandados.
Se configura, en la hipótesis, una especial situación litisconsorcial toda vez que la
tercería inexcusablemente "deberá deducirse contra las partes del proceso
principal (art. 101, 1º párrafo del CPCC).
De tal modo entonces, el litisconsorcio pasivo necesario así generado, resulta más
o menos complejo conforme la pretensión del tercerista, vale decir, teniendo en
especial consideración si su interés es contrario total o parcialmente al de una, o
al de ambas partes: Es total y contra ambas partes en la tercerìa de dominio
donde se presenta como reivindicante; o tambièn cuando lo hace sòlo contra el
actor, cuando persigue un crédito con exclusividad o privilegio.
Es parcial, si en la hipótesis de levantamiento del embargo sin tercería (art. 104
CPCC) rechazado por el juez el accionado se hubiera allanado a su incidente.
Asì entonces, vemos que, a diferencia de lo que ocurre con la intervención de
terceros, en la causa (arts. 90 a 96 CPCC), al tercerista le es indiferente la
decisión judicial final que se dicte en el proceso principal, pues su pretensión se
limita a la reivindicación del bien de su propiedad embargado, o bien la de
ser pagado en el orden que corresponde, (con preferencia) si la cosa fuera
subastada.
Por otra parte, la tercería en estudio constituye un incidente del juicio principal
donde se ordenó el embargo y como tal tramita por expediente separado.
Por lo tanto, al tratarse de una demanda incidental, de ella se derivan una serie de
cuestiones de procedimiento tales como:
La competencia del juez que ordenó la traba del embargo, su trámite
independiente de la causa principal.
La legitimación para obrar muy restringida, dado que el tercerista debe de
aceptar el procedimiento en el estado en que se encuentra, y no puede, en
principio, deducir incidentes o impugnaciones en aquélla. Los fundamentos
procedimentales de las tercerìas en cualquiera de sus clases, los encontramos en
el art 97 del CPCC que, al respecto señala:
Art. 97, [FUNDAMENTO Y OPORTUNIDAD.] - Las tercerías deberán fundarse en el
dominio de los bienes embargados o en el derecho que el tercero tuviere a ser pagado con
preferencia al embargante. La de dominio deberá deducirse antes de que se otorgue la
posesión de los bienes; la de mejor derecho antes de que se pague al acreedor.
Si el tercerista dedujere la demanda después de diez días desde que tuvo o debió tener
conocimiento del embargo o desde que se rechazo el levantamiento sin tercería, abonará
las costas que originare su presentación extemporánea.

Clases:
Definimos e identificamos, en razón de su objeto procesal, dos clases de tercerìas
a saber:
La Tercería de Dominio, y la Tercería de Mejor Derecho.
Tercerìa de Dominio:
El tercerista peticiona en este caso, el levantamiento de un bien inmueble
de su propiedad y dominio, que ha sido erróneamente embargado en el
curso de un proceso principal en el cual no reviste la calidad de parte, ni
como actor ni como demandado.
Por ello, con acierto la mas calificada doctrina judicial ha precisado que la tercería
de dominio se fundamenta en la propiedad de los bienes embargados. Y es
precisamente en función y sustento de dicho titulo que se acciona por dicha vía,
porque en el curso de la misma, tiene que alegar y acreditar el dominio de la cosa
objeto de la pretensión incoada para triunfar en la demanda (art. 97 CPCC).
Ello asì, puesto que la tercería de dominio, procesalmente, importa el ejercicio de
la acción reivindicatoría, cuando en el proceso se afectan los derechos del
propietario tercerista.
En consecuencia, cuando hablamos de dominio, èste sólo puede referirse a
bienes corporales, muebles o inmuebles, singulares y determinados, y a ellos
alude el art, 97 CPCC.,cuando autoriza la tercería de dominio.
El derecho sustancial que protege esta tercería está dado, en consecuencia, por el
dominio que se tiene de los bienes gravados por un embargo. También se ha
reconocido la tercería de dominio en un derecho sobre un bien incorporal, como,
por ejemplo, derechos intelectuales, propiedad industrial y comercial, derechos
mineros, derechos sobre un sepulcro, propiedad familiar, entre otras.
En cuanto a la prueba de dicho dominio, si se trata de bienes muebles requiere la
demostración de que el tercerista se encontraba en posesión del objeto
embargado. Tal circunstancia se aprecia en las disposiciones que al efecto señala
el art. 98 del CPCC.
El presupuesto de legitimidad para esta tercerìa, lo constituye un embargo
que sobreviene a la adquisición del bien, afectando de ese modo los derechos del
propietario tercerista.
Al efecto el art. 98 del CPCC enumera los requisitos pertinentes para el caso:

Art. 98.[REQUISITOS.] - No se dará curso a la tercería si no se probare, con


instrumentos fehacientes o en forma sumaria la verosimilitud del derecho en que se
funda, o se prestare fianza para responder de los perjuicios que pudiere producir la
suspensión del proceso principal.
Desestimada la tercería, no será admisible su reiteración si se fundare en título que
hubiese poseído y conocido el tercerista al tiempo de entablar la primera.

Se advierte en este orden de cosas que la normativa señalada, exige al tercerista


la prueba con instrumentos fehacientes o en forma sumaria, la verosimilitud del
derecho en que se funda.
La primera observación en ese sentido consiste en advertir que el derecho
invocado deberà ser justificado con los instrumentos correspondientes, vale
decir con la documentación respaldatoria, o, en su caso sumariamente.
La prueba propiamente dicha deberá justificarse posteriormente y siempre que la
tercerìa tramite como contradictoria, pues no tiene sentido alguno producir
medidas probatorias si las partes están conformes con los hechos.
Ello supone que la apreciación de la verosimilitud del derecho para considerar
admisible la petición (no sobre el juicio de fondo o mérito) debe ser considerada,
con criterio de equilibrio, evitando cercenar tanto la garantía de defensa en juicio
como dar curso a una acción desprovista de seriedad.
Resulta elemental enunciar en este punto, que la justificación de la
verosimilitud del dominio dependerá de la naturaleza del bien reivindicado
(mueble o inmueble.
En cuanto a la oportunidad y procedencia de la tercerìa, podemos decir que el
tercerista que tomó posesión de un bien embargado con posterioridad a la traba
de la medida cautelar, tiene derecho a obtener el levantamiento de la misma, si
ésta no ha sido objeto de publicidad y se trata de un bien mueble.
Ello así, pues si bien el texto del art. 97 no requiere que el dominio alegado por el
tercerista sea anterior a la época en que se concretó el embargo, tal requisito de
operatividad genérica debe jugar en los supuestos en que el embargo haya sido
objeto de publicidad en función de su anulación en el registro que corresponda a la
naturaleza del bien, de modo que surta plenos efectos en relación con terceros.
Nuestra Jurisprudencia tiene dicho que:
“En otros términos, es factible decir que el adquirente de un bien embargado
no puede sustraerse a los efectos de una medida cautelar cuando ha podido
conocerla” (SCBA, 13/11/79, ED, 87-489).
Analizaremos brevemente las diferentes y más comunes pretensiones relativas al
dominio de los diversos tipo de bienes.
Tercería de dominio sobre Bienes Inmuebles:
Como el tercerista debe acreditar la titularidad del bien y buena fe para que la
transmisión de bienes inmuebles sea oponible a terceros, lo correcto es contar con
su oportuna y formal inscripcion en el registro de la propiedad inmueble respectivo.
La titularidad, conforme clásica doctrina, no se acredita con un boleto de
compraventa, sino mediante la escritura pública exigida por el CCCRA y por su
inscripción registral.
El referido dominio, naturalmente, debe a ser adquirido con anterioridad a la traba
del embargo inmobiliario.
Tercería de dominio sobre automotores.
Al respecto, la titularidad del derecho del tercerista emana de la respectiva
inscripción del título en el registro del automotor.
En consecuencia, si un tercero embarga el rodado, la medida cautelar prevalece
frente a la ausencia de inscripción de transferencia.
“Ello supone que, a fin de considerar fundada la tercería en estos casos, se
debe acreditar que con fecha anterior al embargo se era titular del dominio
del bien objeto de la cautela” (CCivCom TLauquen, 1/3/94, LLBA, 1994-268).
Tercería de dominio sobre bienes muebles.
En esta pretensiòn procesal, la finalidad y objeto de la misma esta dirigida a la
recuperación de bienes muebles, no registrables que, como ya se dijo-, han sido
erróneamente embargados por el actor del proceso principal.
En tales casos, la circunstancia bastante frecuente de que el demandado habite
en el domicilio donde se ejecutó el embargo, constituye un elemento de juicio
decisivo para concluir que los bienes muebles, existentes en el lugar, son de su
propiedad.
En la situación apuntada es de clara y concreta aplicación la presunción emanada
del CCCRA. Por ello entonces, “la presunción no quedará desvirtuada por la
simple prueba testimonial producida por el tercerista, pues se exige
documentación justificativa del dominio inoponible al embargante con la
respectiva "fecha cierta" (SCBA, 13/8/91, LL 1994-A-478).
Tercería de Mejor Derecho:
Esta tercería protege, en primer lugar, el amplio sector de los privilegios;
subsidiariamente y en casos especiales, los derechos de garantía y, a falta de
unos y otros, la preferencia legal del embargo.
Es decir que la tercería de mejor derecho pretende, por parte del tercerista que
la promueve, el reclamo al pago de un crédito preferencial al del ejecutante.
La preferencia puede resultar, reiteramos, en un privilegio especial o de un
embargo, en cuanto este determina una prestación de pago con el producido de la
subasta respecto de otro acreedor embargante.
Momento Procesal oportuno para promover las Tercerías:
La ley procesal de fondo (CPCC) aplicable al caso en estudio, condiciona y sujeta
s las tercerìas a diferentes requisitos y circunstancias procesales específicos de
tiempo y de forma en relación a la oportunidad y lìmites para la promoción de cada
una de ellas.
En relación al momento procesal “oportuno” para la promoción y procedencia de
las Tercerìas en el curso del Proceso Principal, distinguimos y determinamos dos
circunstancias y oportunidades diferentes a saber:
1) Tercerìa de Dominio. El momento procesal oportuno lìmite para su
promoción es hasta que se haya otorgado la posesión judicial del bien
embargado al comprador en la subasta realizada al efecto.
2) Tercerìa de Mejor Derecho. El momento procesal oportuno lìmite para su
promoción es hasta que se haya hecho judicialmente al acreedor
embargante, el pago de su crédito con el monto obtenido en la subasta
de los bienes embargantes.
Efectos de las Tercerìas sobre el Proceso Principal:
A fin de señalar los efectos que ambas tercerìas tienen en relación al proceso
principal en que se promovieren, es necesario distinguir para el caso si se trata de
una Tercerìa de Mejor Derecho o, en su caso una Tercerìa de Dominio. Ambas
situaciones son resueltas por el ritual de procedimiento en dos normativas, (art. 99
y art. 100 CPCC) a saber:
Tercerìa de Dominio:
Art. 99. [EFECTOS SOBRE EL PRINCIPAL DE LA TERCERÍA DE DOMINIO.] -Si la
tercería fuese de dominio, consentida o ejecutoriada la orden de venta de los bienes, se
suspenderá el procedimiento principal, a menos que se tratare de bienes sujetos a
desvalorización o desaparición o que irrogan excesivos gastos de conservación, en cuyo
caso, el producto de la venta quedará afectado a las resultas de la terceria
El tercerista podrá, en cualquier momento, obtener el levantamiento del embargo dando
garantía suficiente de responder al crédito del embargante por capital, intereses y costas
en caso de que no probare que los bienes embargados le pertenecen.

Cabe señalar en este punto, en relación a la normativa en estudio dos situaciones:


La suspensión del proceso en estado de subasta cuando dicha resolución se
encontrare en estado de firme y consentida, salvo en aquellos casos en que los
bienes objeto de la venta judicial estèn sujetos a desvalorización, desaparición o
cuyo mantenimiento y/o conservaciòn demandaren costos muy significativos, y la
posibilidad del tercerista de dar garantía suficiente al embargante si la tercerìa
promovida no prosperase.
Suspensión de la subasta. - Acreditado el dominio por el tercerista en forma
concluyente, o simplemente justificado en principio el derecho alegado,
corresponde decretar por el juzgador la suspensión de la subasta de la cosa
cuyo dominio se persigue. Ello no impide que el circulante prosiga la ejecución
sobre otros bienes del condenado, ajenos a la tercería.
Levantamiento del embargo contra garantía suficiente. -
Independientemente de la suerte de la tercería intentada, el tercero puede obtener
el levantamiento del embargo, dando garantía por el capital del embargante,
intereses y costas (art. 99, párr. 2o).
Tercería de Mejor Derecho:
Art. 100. [EFECTOS SOBRE EL PRINCIPAL DE LA TERCERÍA DE MEJOR
DERECHO.] Si la tercería fuese de mejor derecho, con intervención del tercerista,
podrán venderse los bienes, suspendiéndose el pago hasta que se decida sobre la
preferencia, salvo si se otorgare fianza para responder a las resultas de la tercería.
El tercerista será parte en las actuaciones relativas al remate de los bienes.

Aun siendo admisible la tercería, en estos supuestos, no corresponde


suspender la subasta judicial de los bienes embargados, porque, como se
persigue un pago preferencial, simplemente se suspende el pago hasta la
resolución sobre la preferencia. Es decir, el Código adopta un criterio sencillo y
práctico a la vez, facilitando la conjunción de los distintos intereses en juego, en
tres situaciones procesales diferentes a saber:
1) Pueden subastarse los bienes embargados, pero con intervención del tercerista,
a quien se concede expresamente legitimación para obrar en las actuaciones
relativas al remate de los bienes objeto de la tercería.
2) Se suspende el pago de lo producido en la subasta al ejecutante hasta que
recaiga sentencia respecto de la pretensión del tercero.
3) El ejecutante puede percibir el producido de la subasta, otorgando fianza para
responder a las resultas de la tercería.
A modo de conclusión entonces, podemos decir que en estos supuestos no
corresponde suspender la subasta de bienes en el proceso principal, sino
que simplemente se suspende el pago hasta la resolución de la preferencia.
Tampoco la decisión se condiciona a la fianza señalada en la normativa, que sòlo
serà exigible si se persigue el pago del crèdito en cuestión.
Juez Competente:
Aunque el programa de estudio no lo requiere, creo oportuno destacar en este
punto que, como ocurre en el caso de los incidentes, ya visto, en el tràmite y
sustanciaciòn de las tercerìas, cualquiera de que se trate, serà competente el Juez
que ordenò la traba de la medida cautelar, es decir el del Proceso Principal. Asì lo
tiene ya decidido la Jurisprudencia que el efecto ha dicho: Las tercerìas deben
tramitar ante el órgano que interviene en el principal, es decir, ante el juez
que dispuso la traba de la medida (art. 6º, inc. 1) (C2aCivCom La Plata, Sala I,
10/9/92, "Jurisprudencia " nº .3, p. 149).
Tràmite y Sustanciaciòn:
En la normativa que el CPCC tiene prevista para la promoción de las tercerìas, se
advierte que ambas habràn de ser sustanciadas por la vìa procesal del juicio
ordinario, juicio sumario o del incidente, y esta decisión corresponde al Juez del
proceso principal quièn habrà de condicionarla ajustando su tràmite a las
circunstancias y particularidades de cada caso.
Como ya se dijo. el tercerista se presenta como actor frente a las partes del juicio
principal, quienes de esa manera pasan a ser sus demandados. Se genera asì un
proceso plenario a tramitar por vía de juicio ordinario o sumario, conforme lo
determine el juez atendiendo a las circunstancias del caso.
En tal caso, es dable y oportuno destacar que la resoluciòn judicial al respecto
revste el carácter de irrecurrible.
Los accionados (actor y/o demandado) se encuentran en una situación procesal
de litisconsorcio pasivo necesario, es decir, se impone la sustanciacion del
juicio con todos aquellos que son parte en la litis en el proceso principal.
La normativa procesal aplicable, es el art. 101 del CPCC que a dichos fines
dispone:
Art. 101. [SUSTANCIACIÓN.] - Las tercerías se sustanciarán con quienes son partes
en el proceso principal, por el trámite del juicio ordinario o del sumario, según lo
determine el juez, atendiendo a las circunstancias.
Esta resolución será irrecurrible.
Ante la promoción de la tercerìa por parte de quièn denuncia verse afectado en
sus intereses legítimos, sea en su calidad de titular de dominio o en su condición
preferencial en relación al pago, el acreedor embargante puede –con el objeto de
garantizar su propio crèdito- solicitar al juez del proceso principal una ampliación o
mejora suficiente del embargo o, en su caso, que se dispongan y ordene la traba
de nuevas medidas cautelares a dichos fines. Asì lo dispone l art. 102 del CPCC
que dispone:
Art. 102. [AMPLIACIÓN O MEJORA DEL EMBARGO.] – Deducida la tercería, el
embargante podrá pedir que se amplíe o mejore el embargo, o que se adopten otras
medidas precautorias necesarias.
El precepto entonces es suficientemente claro: la presentación de la tercería
faculta al embargante a promover el incidente de ampliación del embargo e incluso
a solicitar otras medidas precautorias.
Posible Connivencia entre el Tercerista y el Embargado
En prevención de posibles y eventuales actitudes de inconducta procesal por parte
del demandado contra quien se ha ordenado la traba de una medida cautelar de
embargo, el Código Procesal tiene previsto una normativa al efecto. Se trata de
una previsible conducta maliciosa clásica, al simular el tercerista con el ejecutado
un proceso doloso a travès de la promoción de una tercerìa fraudulenta.
Con el propósito de proporcionar algún remedio o soluciòn adecuada a las
circunstancias apuntadas, el ritual de procedimiento tiene reglado el art. 103 que a
dichos fines dispone:
Art. 103. [CONNIVENCIA ENTRE TERCERISTAS Y EMBARGADO.]
Cuando resultare probada la connivencia del tercerista con el embargado, el juez
ordenará sin más trámite, la remisión de los antecedentes a la justicia penal e impondrá
al tercerista o a los profesionales que lo hayan representado, o patrocinado o a ambos,
las sanciones disciplinarias que correspondan. Asimismo podrá disponer la detención del
tercerista hasta el momento en que comience a actuar el juez en lo penal.
El código otorga amplísimos poderes al juez si advierte o se le hace conocer la
existencia del proceso simulado. La normativa debería incluir al embargado
responsable de la colusión, haciendo posible su imputación ante la justicia penal y
detención hasta el momento en que comience a actuar el juez de instrucción.
No obstante las buenas intenciones del legislador a pesar de ser la connivencia
bastante común en el ámbito tribunalicio, tanto en la ejecución individual como en
la concursal, la norma carece de eficacia práctica.
La explicación es simple, o los abogados somos muy hábiles o bien los jueces en
el procedimiento escrito carecen de posibilidades para detectar las inconductas,
sumergidos entre pilas de documentos, con el agravante de que las remisiones de
expedientes a la justicia penal vuelven a los años con un sobreseimiento en la
causa.
Levantamiento de Embargo sin Tercerìa:
Se trata de un procedimiento de carácter excepcional, previsto para aquellos
casos en que resulta manifiesto y evidente el derecho invocado por el
tercerista propietario y titular de dominio del bien embargado, que ha podido
probar tal circunstancia con la presentación de la documental pertinente que asì lo
acredita, tornando innecesaria entonces el tràmite corriente de la tercerìa y
procurando una economía procesal adecuada y oportuna.
A dichos fines, atento el carácter de excepcionalidad y celeridad procesal
señalados, es que el art. 104 del CPCC tiene dispuesto:
Art. 104. [LEVANTAMIENTO DE EMBARGO SIN TERCERÍA.]
El tercero perjudicado por un embargo podrá pedir su levantamiento sin promover
tercería, acompañando el título de dominio u ofreciendo sumaria información sobre su
posesión según la naturaleza de los bienes.
Del pedido se dará traslado al embargante.
La resolución será recurrible cuando haga lugar al desembargo. Si lo denegara, el
interesado podrá deducir directamente la tercería.
Incidente de levantamiento de embargo.
Razones de economía y celeridad justificaron que la jurisprudencia desde antaño
admitiera la vía incidental para requerir, por parte del tercero, el levantamiento del
embargo trabado sobre sus bienes. Para ello debe demostrar fehacientemente el
dominio, acreditando así lo superfluo del juicio plenario. No será necesaria ni
procedente, entonces, la apertura a prueba del incidente.
Se trata entonces como se advierte, de un proceso incidental dentro de un
proceso principal en el cual se ha ordenado y hecha efectiva una medida cautelar
de embargo, y su procedencia se halla condicionada y supeditada a la
actividad procesal por parte del incidentista, de acreditar de forma efectiva,
rápida, concreta y fehaciente la titularidad de demonio o posesión legìtima
del o de los bienes embargados, y dicha acreditaciòn en los términos apuntados
debe surgir en forma inequívoca de los elementos probatorios que acompaña
quien promueva èsta pretensión con el primer escrito de presentación.
Conforme la naturaleza abreviada del incidente, la resolución pronunciada en éste
no hace cosa juzgada en el juicio por tercena de dominio.
Carácter excepcional.
El levantamiento de embargo sin tercería es un procedimiento excepcional que
corresponde admitir cuando se pueda demostrar en forma rápida y fehaciente
el dominio y la posesión actual de los bienes embargados, de manera que no
pueda quedar duda sobre el derecho del peticionario. Caso contrario queda
expedita la via prevista por el art. 97.
En cuanto a la impugnación del decisorio, sólo es apelable cuando hace lugar al
desembargo.
La invocación entonces del art. 104 del Código Procesal, sólo resulta viable
cuando el peticionante está en condiciones de demostrar fehacientemente, y sin
que sea necesario para ello la sustanciación de un incidente de tercería, la
titularidad del dominio de los bienes embargados, de manera que no exista
duda sobre su derecho. Cuando la discusión sobre la titularidad de los bienes o
el mejor derecho depende de prueba a producirse, no corresponde, entonces
acudir a este procedimiento, ello en virtud de la mayor complejidad de las
cuestiones que se plantean y tambièn la necesidad de un grado mayor de
conocimiento por parte del juzgador.
Costas:
En el caso de las tercerìas, como asì tambièn en el de los incidentes procesales,
la regulación e imposición de costas sigue el principio general que sostienen al
efecto los artículos 68 y 69 del Código Procesal Civil y Comercial cuando
prescriben que las mismas son a cargo de la parte que resulte vencida, sea
aplicando el principio objetivo de la derrota o sus excepciones -si se diera el caso-.
No obstante ello y en relación expresa al tràmite de las tercerìas procesales, el
ritual de fondo tiene previstas circunstancias especiales en las cuales dispone que
debe interpretarse en el sentido de que el tercerista abonará las costas que
genere su presentación “extemporánea” aunque las de la tercería, en definitiva, le
sean impuestas a la parte contraria que se opuso. Asì lo resolvió la Camara
Nacional de Apelaciones en lo Comercial, en los autos caratulados como: “David,
Enrique Elías c/ Schafer Zulema y otros s/Incidente de tercería de mejor
derecho”
Asì entonces, a modo de conclusión y sin perjuicio del principio general que regula
la imposición de costas en todo proceso judicial, (arts. 68 y 69 CPCC), el art. 97
del mismo cuerpo ritual, en su párrafo 2º, dispone que:
“Si el tercerista dedujere la demanda después de diez días desde que tuvo o debió tener
conocimiento del embargo o desde que se rechazo el levantamiento sin tercería, abonará
las costas que originare su presentación extemporánea.”
No obstante lo dicho, en el caso de un allanamiento expreso del acreedor
embargante, por tratarse para el tercerista de una acción independiente, porque
para nuestro ordenamiento ritual la tercería es un incidente, en ambos casos el
allanamiento amerita también la eximición de costas.
Por lo tanto si ante la presentación del tercerista acompañando prueba
documental para demostrar sus afirmaciones el embargante no se opuso al
levantamiento de la medida, la resolución debe ser sin imposición de costas al
allanado.

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