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UNIDAD XIII
Punto 5 Tercerías: (Tìtulo II, Capìtulo IX CPCC)
Concepto:
Mediante la presentación y promoción de una tercería, se deduce una
pretensión por medio de la cual el tercero acciona, en un proceso judicial en
trámite, contra el actor y el demandado con el propósito y el objeto procesal de
obtener el levantamiento de un embargo cuya traba ha sido ordenada sobre
bienes de su propiedad, o en su caso, de ser pagado con preferencia al
acreedor embargante. Es decir, que por medio de esta actividad procesal, el
tercerista plantea al juez embargante una pretensión autónoma e independiente
del derecho sustancial y la cuestión de fondo debatido y a resolver en el proceso
por las partes principales, quienes de tal modo pasan a ser sus demandados.
Se configura, en la hipótesis, una especial situación litisconsorcial toda vez que la
tercería inexcusablemente "deberá deducirse contra las partes del proceso
principal (art. 101, 1º párrafo del CPCC).
De tal modo entonces, el litisconsorcio pasivo necesario así generado, resulta más
o menos complejo conforme la pretensión del tercerista, vale decir, teniendo en
especial consideración si su interés es contrario total o parcialmente al de una, o
al de ambas partes: Es total y contra ambas partes en la tercerìa de dominio
donde se presenta como reivindicante; o tambièn cuando lo hace sòlo contra el
actor, cuando persigue un crédito con exclusividad o privilegio.
Es parcial, si en la hipótesis de levantamiento del embargo sin tercería (art. 104
CPCC) rechazado por el juez el accionado se hubiera allanado a su incidente.
Asì entonces, vemos que, a diferencia de lo que ocurre con la intervención de
terceros, en la causa (arts. 90 a 96 CPCC), al tercerista le es indiferente la
decisión judicial final que se dicte en el proceso principal, pues su pretensión se
limita a la reivindicación del bien de su propiedad embargado, o bien la de
ser pagado en el orden que corresponde, (con preferencia) si la cosa fuera
subastada.
Por otra parte, la tercería en estudio constituye un incidente del juicio principal
donde se ordenó el embargo y como tal tramita por expediente separado.
Por lo tanto, al tratarse de una demanda incidental, de ella se derivan una serie de
cuestiones de procedimiento tales como:
La competencia del juez que ordenó la traba del embargo, su trámite
independiente de la causa principal.
La legitimación para obrar muy restringida, dado que el tercerista debe de
aceptar el procedimiento en el estado en que se encuentra, y no puede, en
principio, deducir incidentes o impugnaciones en aquélla. Los fundamentos
procedimentales de las tercerìas en cualquiera de sus clases, los encontramos en
el art 97 del CPCC que, al respecto señala:
Art. 97, [FUNDAMENTO Y OPORTUNIDAD.] - Las tercerías deberán fundarse en el
dominio de los bienes embargados o en el derecho que el tercero tuviere a ser pagado con
preferencia al embargante. La de dominio deberá deducirse antes de que se otorgue la
posesión de los bienes; la de mejor derecho antes de que se pague al acreedor.
Si el tercerista dedujere la demanda después de diez días desde que tuvo o debió tener
conocimiento del embargo o desde que se rechazo el levantamiento sin tercería, abonará
las costas que originare su presentación extemporánea.
Clases:
Definimos e identificamos, en razón de su objeto procesal, dos clases de tercerìas
a saber:
La Tercería de Dominio, y la Tercería de Mejor Derecho.
Tercerìa de Dominio:
El tercerista peticiona en este caso, el levantamiento de un bien inmueble
de su propiedad y dominio, que ha sido erróneamente embargado en el
curso de un proceso principal en el cual no reviste la calidad de parte, ni
como actor ni como demandado.
Por ello, con acierto la mas calificada doctrina judicial ha precisado que la tercería
de dominio se fundamenta en la propiedad de los bienes embargados. Y es
precisamente en función y sustento de dicho titulo que se acciona por dicha vía,
porque en el curso de la misma, tiene que alegar y acreditar el dominio de la cosa
objeto de la pretensión incoada para triunfar en la demanda (art. 97 CPCC).
Ello asì, puesto que la tercería de dominio, procesalmente, importa el ejercicio de
la acción reivindicatoría, cuando en el proceso se afectan los derechos del
propietario tercerista.
En consecuencia, cuando hablamos de dominio, èste sólo puede referirse a
bienes corporales, muebles o inmuebles, singulares y determinados, y a ellos
alude el art, 97 CPCC.,cuando autoriza la tercería de dominio.
El derecho sustancial que protege esta tercería está dado, en consecuencia, por el
dominio que se tiene de los bienes gravados por un embargo. También se ha
reconocido la tercería de dominio en un derecho sobre un bien incorporal, como,
por ejemplo, derechos intelectuales, propiedad industrial y comercial, derechos
mineros, derechos sobre un sepulcro, propiedad familiar, entre otras.
En cuanto a la prueba de dicho dominio, si se trata de bienes muebles requiere la
demostración de que el tercerista se encontraba en posesión del objeto
embargado. Tal circunstancia se aprecia en las disposiciones que al efecto señala
el art. 98 del CPCC.
El presupuesto de legitimidad para esta tercerìa, lo constituye un embargo
que sobreviene a la adquisición del bien, afectando de ese modo los derechos del
propietario tercerista.
Al efecto el art. 98 del CPCC enumera los requisitos pertinentes para el caso: