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JURISPRUDENCIA OPOSICIÓN AL EMBARGO

Artículo 546
SCC 5-4-01
Requisitos de procedencia de la oposición al embargo
SCS 9-3-00
Cuantía para la admisión de la casación contra decisión de oposición al embargo
SC 11-6-02
Oposición realizada por el inquilino del inmueble ejecutado
SCC 27-2-03
No procede oposición de terceros contra otras medidas preventivas
SC 19-6-02
Procede oposición de terceros contra otras medidas preventivas
SCC 5-4-01
Título no registrado de un inmueble no puede fundar la oposición
SCC 6-10-22
Recursos contra la sentencia que decide la oposición de terceros
SCC 24-03-00
No es procedente contra la medida de secuestro
 
Artículo 546
Si al practicar el embargo, o después de practicado y hasta el día siguiente
a a publicación del último cartel de remate, se presentare algún tercero alegando ser el
tenedor legítimo de la cosa, el Juez aunque actúe por comisión, en el mismo acto,
suspenderá el embargo si aquélla se encontrare verdaderamente en su poder y,
presentare el opositor prueba fehaciente de la propiedad de la cosa por un acto jurídico
válido. Pero si el ejecutante o el ejecutado se opusieren a su vez a la pretensión del
tercero, con otra prueba fehaciente, el Juez no suspenderá el embargo, y abrirá una
articulación probatoria de ocho días sobre a quién debe ser atribuida la tenencia,
decidiendo al noveno, sin conceder término de distancia.
El Juez en su sentencia revocará el embargo si el tercero prueba su propiedad sobre la
cosa. En caso contrario confirmará el embargo, pero si resultare probado que el opositor
sólo es un poseedor precario a nombre del ejecutado, o que sólo tiene un derecho
exigible sobre la cosa embargada, se ratificará el embargo pero respetando el derecho del
tercero. Si la cosa objeto del embargo produce frutos se declararán embargados éstos, y
su producto se destinará a la satisfacción de la ejecución. En este último caso la cosa
podrá ser objeto de remate, pero aquél a quien se le adjudique estará obligado a respetar
el derecho del tercero, y para la fijación del justiprecio de la cosa embargada se tomará en
cuenta esta circunstancia. De la decisión se oirá apelación en un solo efecto, y en los
casos en que conforme al artículo 312 de este Código sea admisible, el recurso de
casación. Si se agotaren todos los recursos la sentencia producirá cosa juzgada, pero la
parte perdidosa en vez de apelar de la sentencia de primera instancia podrá proponer el
correspondiente juicio de tercería, si hubiere lugar a él.
SCC 5-4-01
Ponencia del Magistrado Carlos Oberto Vélez. Exp. Nº  99-836, sentencia Nº 64:
Requisitos de procedencia de la oposición al embargo
En el Código procesal vigente, la oposición a la medida de embargo sufrió modificaciones
sustanciales a como se encontraba prevista en el Código de Procedimiento Civil, de 1916.
En efecto, el artículo 469 del precitado Código derogado, exigía la demostración de la
posesión, por un acto jurídico que la ley no considerara inexistente. En cambio en el
vigente, solamente es procedente la comprobación de la propiedad de la cosa por un acto
jurídico válido.-
En este sentido, la Sala en decisión del 12 de junio de 1997 expresó:
“...Según la doctrina, la oposición al embargo ‘es la intervención voluntaria del tercero, en
la cual éste impugna por la vía incidental el embargo practicado sobre bienes de su
propiedad, o alega que los posee a nombre del ejecutado, o que tiene un derecho exigible
sobre la cosa embargada’. (A. Rengel Romberg. Tratado de Derecho Procesal Civil
Venezolano. Tomo III. Pág. 154).
La oposición al embargo tiene como característica: a) Es una de las formas de
intervención de terceros en la causa, que no excluye la pretensión del actor, ni concurre
con él en el derecho reclamado, sino en protección de su derecho sobre la cosa que ha
sido embargada. b) Que procede la oposición cuando el tercero alega ser tenedor legítimo
de la cosa y presenta título fehaciente de su derecho de propiedad por un acto jurídico
válido.
El criterio expuesto en el artículo 546 del Código de Procedimiento Civil, exige que la cosa
se encuentre verdaderamente en poder del tenedor y que presente prueba fehaciente de
su propiedad por un acto jurídico válido. Por eso, la oposición al embargo la tiene que
hacer el propietario de la cosa embargada que tiene la posesión legítima de ella. Para que
prospere la oposición al embargo, el tercero tiene que comprobar sumariamente que es
propietario de la cosa embargada.
Ahora bien, cuando se trata de bienes embargados sobre los cuales la ley exige la
solemnidad del Registro Público, como el caso de embargo de bienes inmuebles, la
doctrina y la jurisprudencia de este alto tribunal han venido sosteniendo que...
‘La oponibilidad se extiende igualmente a los actos de adquisición de derechos cuyo título
debe registrase, de suerte que si el comprador de un inmueble, un vehículo, una nave o
cuotas de participación de una sociedad de responsabilidad limitada, no exige el título
registrado, su oposición petitoria no puede prosperar, a tenor del artículo 1.924 del Código
Civil’. (Ricardo Henríquez La Roche. Medidas Cautelares. Pág. 253)....”
En este mismo sentido se pronunció en sentencias de 10-10-90 y 16-6-93, citadas en el
mismo fallo.
En el caso de autos, la opositora hizo oposición al embargo del bien inmueble,
involucrado en el presente asunto, con la copia certificada de una sentencia que no ha
sido registrada, ignorando el juzgador que las decisiones judiciales tienen efectos “RES
INTER ALIOS IUDICATA” es decir que solamente tiene efectos entre las partes, y no
daña ni aprovecha a terceros.-
EL artículo 1.924 del Código Civil, es muy claro al respecto cuando expresa:
“Los documentos, actos y sentencias que la Ley sujeta a las formalidades del registro y
que no hayan sido anteriormente registrados, no tienen ningún efecto contra terceros, que
por cualquier título, hayan adquirido y conservado legalmente derechos sobre el inmueble.
Cuando la Ley exige un título registrado para hacer valer un derecho, no puede suplirse
aquél con otra clase de prueba, salvo disposiciones especiales.”
Por tanto, no es válida jurídicamente la sentencia que acuerde el derecho de propiedad
sobre un inmueble, si ésta no ha sido autorizada con la solemnidad del registro para que
pueda ser oponible a terceros.-
En consecuencia, estima la Sala, en la recurrida se infringe el artículo 1.924 del Código
Civil, en su interpretación y alcance, al declarar con lugar la oposición al embargo de un
bien inmueble con la presentación únicamente de la sentencia que acuerda el derecho,
sin que previamente se hubiere protocolizado en la oficina de Registro Público
correspondiente.
En relación con la denuncia del artículo 546 del Código de Procedimiento Civil, por
errónea interpretación, la Sala la considera procedente por cuanto, al declarar el juez de
la recurrida con lugar la oposición al embargo del bien inmueble dándole valor
“erga omnes” a la copia de la sentencia sin protocolizar, desconoció, que dicho título no
puede ser oponible a terceros y solamente tiene valor entre las partes.-
SCS 9-3-00
Ponencia del Magistrado Omar Alfredo Mora Díaz. Exp. Nº  98-365, sentencia Nº 07:
Cuantía para la admisión de la casación contra decisión de oposición al embargo
Sobre el carácter incidental de la oposición al embargo ejecutivo por parte de un tercero,
la doctrina patria ha señalado:
“No puede confundirse la forma de tercería mediante demanda autónoma, con la forma de
la oposición a medidas preventivas o ejecutivas de embargo de bienes propiedad del
tercero, que es también una intervención voluntaria principal de terceros en la causa, la
cual adopta la forma incidental en nuestro derecho" (Rengel Romberg, Arístides; Tratado
de Derecho Procesal Civil Venezolano, Tomo III, Editorial Arte, Caracas, 1992, p. 161).
“La oposición de tercero al embargo, equivale a una tercería de dominio, es decir, al
ejercicio incidental de una demanda reivindicatoria, pues como lo indica el ordinal 2º del
artículo 370, su pretensión tiene por objeto la declaratoria de que él y no el ejecutado es
propietario de la cosa embargada”. (Henríquez La Roche, Ricardo; Código de
Procedimiento Civil, Tomo III, Caracas, 1995, p. 164)
Es en virtud de los criterios antes señalados, que esta Sala le aclara a la recurrente que la
oposición al embargo ejecutivo interpuesta por su representada la empresa Servicios y
Suministros Paria, C.A., representa una incidencia dentro del proceso principal por cobro
de prestaciones sociales.
Sobre la autonomía de la incidencia surgida en el proceso principal por oposición de un
tercero al embargo, tanto la doctrina patria como este Supremo Tribunal, han señalado:
“La oposición al embargo por el tercero es una incidencia que carece de vida propia, va
adherida necesariamente a la relación principal, como la hiedra al muro, corre su misma
suerte”. (Cuenca, Humberto; Curso de Casación Civil, Tercera Edición, Ediciones de la
Biblioteca, Caracas, 1980, p. 373).
“Si bien las incidencias sobre oposición a medidas preventivas o ejecutivas son
autónomas a los efectos de la admisibilidad del recurso de casación en relación al juicio
principal, esta autonomía no puede llegar hasta el alcance de que si, por ejemplo, por la
cuantía sobre la cuestión de fondo, el recurso de casación no es admisible, tampoco
puede serlo sobre la incidencia, surgida con ocasión o en razón del juicio principal” (Cfr.
SCC, 2-11-88).
Con fundamento en las transcripciones hechas en último lugar, esta Sala de Casación
Social le aclara a la recurrente que, la incidencia donde interviene su representada como
tercero opositor, corre la misma suerte que el juicio principal, y en consecuencia, si en
virtud de la cuantía estimada en el libelo introductivo del presente proceso, la causa no
tiene acceso al extraordinario recurso de casación, tampoco lo tendrá la decisión que
recaiga sobre dicha incidencia. Así se declara.
SC 11-6-02
Ponencia del Magistrado Iván Rincón Urdaneta. Exp. Nº  01-0917, sentencia Nº 1253:
Oposición realizada por el inquilino del inmueble ejecutado
El fallo pronunciado por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil,
Tránsito y Agrario de la Circunscripción Judicial del Estado Vargas el 13 de agosto de
1999, declaró improcedente la oposición formulada por el ciudadano Eugenio De Los
Santos Reynoso -arrendatario- a la medida de embargo ejecutivo decretada por dicho
Tribunal, por cuanto el mencionado ciudadano es un simple poseedor precario que no
puede ser considerado como un tercero en relación con el ejecutado. Asimismo, dicho
fallo declaró la improcedencia de la oposición formulada, por cuanto la misma “no está
prevista en ninguno de los ordinales contenidos en el artículo 663 del Código de
Procedimiento Civil”.
Ahora bien, el artículo 662 del Código de Procedimiento Civil, establece lo siguiente:
“Si al cuarto día no acreditaren el deudor o el tercero haber pagado, se procederá al
embargo del inmueble, y se continuará el procedimiento con arreglo a lo dispuesto en el
Título IV, Libro Segundo de este Código, hasta que deba sacarse a remate el inmueble.
En este estado, se suspenderá el procedimiento si se hubiere formulado la oposición a
que se refiere el Artículo 663”.
De tal modo, que decretado el embargo, se seguirán las disposiciones que regulan dicha
medida hasta que deba sacarse el inmueble a remate, el cual se suspenderá -el remate-
“si se hubiere formulado la oposición a que se refiere el Artículo 663”, que establece los
motivos por los cuales “tanto el deudor como el tercero podrán hacer oposición al pago al
que se les intima” (negrillas propias). Por tanto, los motivos contemplados en este artículo
-663- se refieren es a la oposición que se haga a la intimación para el pago, con ocasión a
una demanda por ejecución de hipoteca.
Conforme a lo anterior, las disposiciones que regulan la oposición o la suspensión que se
formule a una medida de embargo, están contenidas en el artículo 546 del Código de
Procedimiento Civil, el cual prevé la oposición a dicha medida formulada “por algún
tercero alegando ser el tenedor legítimo de la cosa”, o cuando el opositor es un poseedor
precario.
En este último caso, establece el citado artículo -546- que si “resultare probado que el
opositor sólo es un poseedor precario a nombre del ejecutado, o que sólo tiene un
derecho exigible sobre la cosa embargada, se ratificará el embargo pero respetando el
derecho del tercero”, y por tanto, el bien podrá ser objeto de remate, “pero aquel a quien
se le adjudique estará obligado a respetar el derecho del tercero, y para la fijación del
justiprecio de la cosa embargada se tomará en cuenta esta circunstancia”.
En el caso que nos ocupa, la Sala observa que el presunto agraviante declaró
improcedente la oposición formulada por el ciudadano Eugenio De Los Santos Reynoso -
arrendatario- a la medida de embargo ejecutivo decretada sobre el bien propiedad de los
ejecutados, por cuanto el argumento esgrimido por el tercero opositor no se refería a
ninguno de los motivos previstos en el artículo 663 del Código de Procedimiento Civil, los
cuales, tal como se señaló precedentemente, se refieren es a la oposición que se haga a
la intimación del pago en un juicio de ejecución de hipoteca.
Por tanto, observa la Sala, que el fallo que resolvió la oposición al embargo -del 13 de
agosto de 1999- formulada por el tercero opositor, el cual sirvió de fundamento para
declarar que no tenía materia sobre la cual decidir respecto de la oposición a la entrega
material del inmueble embargado -decisión cuestionada en amparo- ni siquiera entró a
analizar, ni se atacó ni desconoció la condición de arrendatario del ciudadano Eugenio De
Los Santos Reynoso, por lo cual, analizadas como han sido las actas procesales,
presupone esta Sala que dicho ciudadano sí era arrendatario del inmueble objeto de
litigio, sin que ello signifique que mediante la presente acción, sean dilucidados
definitivamente, los derechos del accionante como tercero sobre el inmueble ejecutado,
por cuanto no es esta vía constitucional, ni la oposición al embargo, los medios idóneos
para debatir dicha condición, únicamente se permite la continuación de la ejecución,
respetando los derechos del tercero como arrendatario.
En este sentido, la Sala en su decisión del 20 de octubre de 2000, (Caso: Ramón Toro
León y Cruz de los Santos Lares), criterio que se reitera en el presente fallo, estableció lo
siguiente:
“Luego, la sentencia en contra del tercero opositor con motivo de la oposición del artículo
546 del Código de Procedimiento Civil, lo que permite es que se siga la ejecución sobre el
bien al cual se le ratificó el embargo... (omissis).
Siendo este el marco legal de la ejecución, la entrega material no podrá desconocer los
derechos del arrendatario... a continuar gozando del bien arrendado... y por tanto la
medida contra el ejecutado no podrá perjudicar a quien no era deudor condenado”.
Así las cosas, la Sala observa, que en el presente caso si bien la acción de amparo
constitucional fue interpuesta contra la decisión dictada por el Juzgado Segundo de
Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Agrario de la Circunscripción
Judicial del Estado Vargas el 29 de enero de 2001, dicho fallo declaró que no tenía
materia sobre la cual decidir respecto a la oposición formulada por el arrendatario a la
entrega material del inmueble ejecutado, por cuanto la misma ya había sido resuelta en la
sentencia del 13 de agosto de 1999 (que declaró improcedente la oposición al embargo).
Por tanto, en el presente caso esta Sala estima, que los derechos del ciudadano Eugenio
De Los Santos Reynoso, como arrendatario del inmueble ejecutado, no fueron respetados
ni en la oportunidad de la práctica del embargo ni en el acto de remate judicial, toda vez
que su oposición, formulada inicialmente a la medida de embargo, fue declarada
improcedente sin entrar a analizar sus derechos como tercero poseedor del referido bien,
sustentada dicha improcedencia en unas causales no aplicables a la oposición planteada
-artículo 663 del Código de Procedimiento Civil- las cuales se refieren es a la intimación
en el juicio de ejecución de hipoteca.
Dicha improcedencia, fue ratificada por el presunto agraviante en la decisión cuestionada
en amparo -dictada el 29 de enero de 2001- la cual no consideró la oposición formulada
por el arrendatario a la entrega material del inmueble objeto de litigio, fundado en la
decisión dictada el 13 de agosto de 1999 (comentada en el párrafo anterior).
Por lo anterior, visto que en el presente caso ya fue librado el mandamiento de ejecución
para la entrega material del inmueble ejecutado, esta Sala, conforme al criterio
citado ut supra, precisa que el ciudadano Eugenio De Los Santos Reynoso, en su
condición de arrendatario, no puede ser desalojado por una medida dictada en un proceso
en el cual no fue parte, motivo por el cual la Sala estima, que la causa que originó la
acción de amparo interpuesta -ejecución de hipoteca- debe reponerse al estado en que se
decida la oposición formulada por el accionante a la medida de embargo ejecutivo
decretada por el Tribunal de la causa, conforme a lo expuesto en el presente fallo y a las
previsiones legales que regulan dicha incidencia, a fin de que, según lo resuelto en la
misma, se tomen en cuenta en los sucesivos actos del procedimiento -remate y
adjudicación del inmueble- los derechos del tercero poseedor en su condición de
arrendatario del bien objeto de litigio, y así se decide.
SCC 27-2-03
Ponencia del Magistrado Franklin Arrieche G. Exp. Nº 01-762, dec. Nº 44:
No procede oposición de terceros contra otras medidas preventivas
Se constata de lo transcrito que, efectivamente, la recurrida avaló la determinación
adoptada por el tribunal de la causa, en el sentido de que la oposición del tercero a la
medida de prohibición de enajenar y gravar decretada sobre el inmueble cuya propiedad
alegó, debió hacerse a través de un incidente fundamentado en el ordinal 1° del artículo
370 del Código de Procedimiento Civil; vía procesal que en criterio de esta Sala
necesariamente debe agotarse en los casos de oposición de terceros a las medidas de
secuestro, de prohibición de enajenar y gravar bienes inmuebles, y a las contempladas en
el parágrafo primero del artículo 588 ejusdem.
En efecto, la Sala, en sentencia de fecha 20 de octubre de 1994, ratificada en decisión del
día 24 de marzo de 2000, (caso: José Domingo Medina Saldivia c/ Victor Muñoz Sánchez
y otros), estableció:
“...si la medida precautelativa que recae sobre bienes de un tercero es un
secuestro, o prohibición de enajenar y gravar bienes inmuebles, o alguna de las medidas
complementarias de que trata el primer aparte del artículo 588 del Código de
Procedimiento Civil, o alguna de las medidas innominadas o atípicas a que se refiere el
párrafo primero del primer artículo, ese tercero que se siente afectado, de acuerdo a lo
dispuesto por los artículos 370, ordinal 1°, y 371 ejusdem debe proponer demanda de
tercería contra las partes contendientes ante el juez de la causa de primera instancia. (...)
Estas actuaciones deben realizarse, siempre de la forma prevista sin que se pueda variar,
por expresa prohibición del artículo 7° (sic) del Código de Procedimiento Civil, desde
luego que a las partes no a los jueces les está dado subvertir las reglas de procedimiento
y, en caso de hacerse, todo lo que se realice estará viciado de nulidad, no susceptible de
convalidación , ni siquiera con el consentimiento expreso de las partes, por mandato del
artículo 212 ejusdem...” (Negrillas de la Sala).
La tramitación de cualquier pedimento por un procedimiento no previsto (salvo la dispensa
contenida en el artículo 7 del Código de Procedimiento Civil) o que esté prohibido por la
ley, origina necesariamente la nulidad de los actos así tramitados, como también de los
pronunciamientos que se verifiquen con ocasión de tal irregularidad.
En el presente caso, el Juez de la recurrida expresó que el tercero amparó su intervención
en el presente juicio, en lo establecido en el artículo 546 del Código de Procedimiento
Civil, y al respecto dejó sentado que éste manifestó que “no forma parte del juicio, ni
como demandante ni como demandado, que es el legítimo propietario del inmueble objeto
del juicio..”. Por ello, el Juez de alzada consideró que al no ostentar el tercero la condición
intrínseca de parte, sino que alegó el derecho de propiedad del bien inmueble objeto de la
medida sin proponer la respectiva demanda de tercería prevista en el artículo 370 ordinal
1° del Código de Procedimiento Civil, tal oposición es improcedente.
La Sala ha establecido en forma reiterada y pacífica que el tercero puede intervenir en el
procedimiento cautelar para hacer oposición a la medida decretada, a través de la vía
prevista en el artículo 546 mencionado, en el supuesto de que la oposición verse contra
una medida de embargo.
Considera este Alto Tribunal que es correcto el pronunciamiento del Juez de Alzada, pues
de haber declarado con lugar la oposición interpuesta por el tercero, habría
desconocido el procedimiento legalmente establecido (artículo 370 ordinal 1° del Código
de Procedimiento Civil) para tramitar la intervención del tercero en el procedimiento
cautelar, cuando se trata de medidas distintas del embargo, verbi gratia la medida de
prohibición de enajenar y gravar decretada en el presente juicio.
SC 19-6-02
Ponencia del Magistrado José M. Delgado Ocando. Exp. Nº  01-2827, dec. Nº 1317:
Procede oposición de terceros contra otras medidas preventivas
No obstante lo anterior, la Sala juzga que contra el decreto y ejecución de las medidas
cautelares, la empresa accionante podía haber formulado la oposición prevista en el
artículo 546 del Código de Procedimiento Civil, el cual constituye un medio ordinario,
eficaz y especialísimo, para impugnar la eficacia del decreto, sin que pueda alegarse que
contra la medida de secuestro no era posible su interposición, pues el artículo
604 eiusdem, describe la posibilidad del tercero para ejercer oposición en contra de las
medidas cautelares.
Ahora bien, aunque la doctrina ha discutido la posibilidad para el tercero de realizar
oposición a la medida preventiva de secuestro, cuando apoye su pretensión en el artículo
546 del Código de Procedimiento Civil, esta Sala, acorde con su doctrina y en resguardo
de la garantía constitucional a la tutela judicial efectiva, plasmada en el artículo 26 del
Texto Constitucional, ha dejado sentado lo siguiente:
“Por otra parte, contra el decreto y ejecución de las medidas cautelares, las
empresas accionantes podían haber formulado la oposición prevista en el artículo 546 del
Código de Procedimiento Civil, el cual constituye un medio ordinario, eficaz y
especialísimo, para impugnar la eficacia del decreto, sin que pueda alegarse que contra la
medida de secuestro no era posible su interposición, todo conforme lo dispuesto por el
artículo 604 del Código de Procedimiento Civil, de cuyo texto emerge la posibilidad del
tercero para ejercer oposición en contra de las medidas cautelares.
En este sentido, la doctrina ha discutido la posibilidad para el tercero de realizar oposición
a la medida preventiva de secuestro, cuando apoye su pretensión en el artículo 546 del
Código de Procedimiento Civil.
...omissis...
Esta Sala, acorde con su doctrina y en resguardo de la garantía constitucional a la tutela
judicial efectiva plasmada en el artículo 26 del Texto Constitucional dejo sentado lo
siguiente:
‘Ello revela, a juicio de esta Sala que, una vez dictada la medida de secuestro, la
empresa accionante contaba con la posibilidad de ejercer una tercería, de conformidad
con lo dispuesto en el ordinal 1° del artículo 370 del Código de Procedimiento Civil; sin
embargo, esta vía judicial prevista de manera especial y precisa en el Código adjetivo
para la defensa de los derechos e intereses de aquellas personas que sin ser partes en la
causa, requiere de un trámite que no es breve ni sumario, y por lo tanto, no puede ser
considerado como un medio judicial idóneo para la protección inmediata de los derechos
de un tercero ajeno a la demanda. Conforme a los artículo 373 y siguientes del indicado
Código de Procedimiento Civil, quien intenta la tercería se inserta en un procedimiento
largo, que no permite el restablecimiento inmediato de la situación jurídica infringida por la
violación de derechos y garantías constitucionales’ (Confróntese. Sentencia n° 1130 del 5
de octubre de 2000, con Ponencia del Magistrado doctor Jesús Eduardo Cabrera
Romero).
En efecto, considera esta Sala, que los artículos 26, 49 y 257 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela hacen posible la oposición al embargo, consagrada
en el artículo 546 del Código de Procedimiento Civil, en la medida en que la tutela judicial
efectiva exige cualquier medio idóneo eficaz para garantizar la propiedad del tercero que
presentare prueba fehaciente de su derecho a la cosa por acto jurídico válido.
Bajo la nueva perspectiva constitucional, por tanto, la tutela judicial efectiva frente a la
violación a derechos o garantías constitucionales no puede menos que avalar el uso de
los medios judiciales ordinarios creados por el legislador para sostener la defensa de los
derechos e intereses del justiciable (Ver sentencia de la Sala del 9 de noviembre 2001
exp. nº 00-2202).
Los artículos 26, 49 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
hacen posible la oposición a cualquier medida preventiva, mediante el medio contemplado
en el artículo 546 del Código de Procedimiento Civil; además, no existe argumento legal,
que pueda hacer nugatorio el derecho de un tercero que evidentemente no forma parte de
la situación o relación procesal, para que a través de los medios ordinarios, establecidos
por el legislador, obtenga la tutela jurisdiccional del derecho sustancial reclamado.
Por ello, en el presente caso, el tercero contaba con un medio ordinario especialísimo y
eficaz contemplado en el artículo 546 del Código de Procedimiento Civil, que aparte de
satisfacer pretensiones petitorias -cuando lo que se alega es la propiedad-, también tutela
la pretensión de quien resulte poseedor, incluido, por supuesto, el poseedor precario.
Al respecto señala la doctrina:
“La pretensión posesoria queda consagrada tangencialmente en la norma, cuando
expresa, en su segunda parte, que si resultare probado que el opositor sólo es un
poseedor precario a nombre del ejecutado, o que sólo tiene un derecho exigible sobre la
cosa embargada, se ratificará el embargo pero respetando el derecho del tercero. El
opositor-mero poseedor no propietario, pero con título propio de posesión; arrendatario,
comodatario, etc.- tendrá derecho a que se le devuelva la cosa” (Ver Ricardo
Henríquez La Roche, Código de Procedimiento Civil. Tomo IV, Caracas, Centros de
Estudios Jurídicos del Zulia. 1998, pág.178).
Cabe observar, que aunque en el presente caso, la medida de secuestro fue dictada en
un procedimiento especial, -Interdicto de Despojo-, el procedimiento para la tramitación de
la oposición de tercero, establecido en el artículo 546 del Código de Procedimiento Civil,
no atenta en forma alguna en contra de la celeridad y concentración exigida en el
procedimiento especial pautado para la tramitación del amparo interdictal, ni tampoco en
contra de su función última, como lo es la protección de la paz social y el reconocimiento
de situaciones de hecho como lo es la posesión, que reconocida desde Ihering como un
derecho, obtienen la protección mediante el mandamiento de amparo interdictal.
En efecto, cuando el querellante, tal y como sucede en el presente caso, manifiesta que
no está dispuesto a constituir caución a fin de la restitución del bien, se puede decretar el
secuestro y es obvio que la cosa deberá ser puesta en manos de un depositario, que, en
este caso, si la hoy accionante hubiere interpuesto el medio idóneo, como lo es, la
oposición de tercero contemplada en el artículo 546 eiusdem, de haberse encontrado
procedente ésta, podría haber solicitado que se le dejara como secuestratario del bien y
así seguir poseyéndolo, y no solicitar erradamente, mediante el ejercicio de esta acción de
amparo constitucional, la tutela que ha podido conferirse a través del recurso ordinario
señalado.
En el mismo orden de ideas, la Sala considera que la tutela efectiva consagrada en el
artículo 546 del vigente Código de Procedimiento Civil, es posible aun en el caso, de que,
la medida de secuestro haya sido dictada en un procedimiento especial, conforme lo ha
admitido la Sala de Casación Civil de este Tribunal Supremo de Justicia de la República
Bolivariana de Venezuela, cuyo texto se transcribe de seguida:
“En este sentido, percatándose esta Sala que los procedimientos interdictales posesorios
están enmarcados dentro del principio de la especialidad, la celeridad y la brevedad de las
actuaciones, luego de un detenido análisis de la situación, y con fundamento en el
precitado artículo 7 del Código de Procedimiento Civil, a los fines de contemplar la
apertura efectiva del contradictorio, la Sala establece, una vez citado el querellado, éste
quedará emplazado para el segundo día siguiente a la citación, a fin de que exponga los
alegatos que considere pertinentes en defensa de sus derechos, permitiéndose así, que
ambas partes, en entera igualdad de condiciones, formulen alegatos y promuevan
pruebas oportunamente, (las cuales deberán ser admitidas siguiendo para ello la previsión
establecida en el artículo 398 del Código de Procedimiento Civil), pudiendo seguir el
procedimiento pautado en el artículo 701 del Código Adjetivo Civil, en lo relativo al período
probatorio y decisión, garantizándose de esta manera el cumplimiento de los artículos 26,
49 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Lo expuesto significa que la parte contra quien obre el procedimiento interdictal de
carácter posesorio, podrá realizar sus alegatos para dar contestación a la
querella interdictal, incluyendo en estos la oposición de cuestiones preliminatorias, las
cuales deberán ser resueltas, se insiste, por el principio de brevedad que abraza a los
procedimientos interdictales posesorios, de conformidad con las previsiones de los
artículos 884 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, otorgando así la viabilidad de
contradecirlas o subsanarlas (Ver Sentencia de la Sala de Casación Civil, del 22 de mayo
2001, con Ponencia del Magistrado doctor Carlos Oberto Vélez exp. nº: 00-202 AA20-C-
2000-000449).
Por ello, si el Juicio Interdictal se debe tramitar mediante la utilización de la normativa
prevista para la substanciación del juicio breve, es indudable que al ser dictada una
medida preventiva, la misma debe someterse al debido control de legalidad, con la
posibilidad de que, para impugnarla y tratar de enervar sus efectos, se pueda hacer uso,
de los medios de impugnación, establecidos tanto para las partes, como para los terceros.
De esto se colige que, ante la falta de agotamiento de la vía judicial previa, creada por el
legislador para impugnar el decreto de las medidas cautelares, la Sala considera que la
presente acción de amparo constitucional resulta inadmisible de conformidad con lo
establecido en el artículo 6, numeral 5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y
Garantías Constitucionales, y así se declara.
El a quo declaró sin embargo la presente acción “inadmisible e improcedente”, cuando lo
pertinente era declararla inadmisible, por lo que esta Sala confirma la sentencia apelada
en los términos expuestos y así se decide.
SCC 5-4-01
Ponencia del Magistrado Carlos Oberto Vélez. Exp. Nº  99-836, dec. Nº 64:
Título no registrado de un inmueble no puede fundar la oposición
En el Código procesal vigente, la oposición a la medida de embargo sufrió modificaciones
sustanciales a como se encontraba prevista en el Código de Procedimiento Civil, de 1916.
En efecto, el artículo 469 del precitado Código derogado, exigía la demostración de la
posesión, por un acto jurídico que la ley no considerara inexistente. En cambio en el
vigente, solamente es procedente la comprobación de la propiedad de la cosa por un acto
jurídico válido.-
En este sentido, la Sala en decisión del 12 de junio de 1997 expresó:
“...Según la doctrina, la oposición al embargo ‘es la intervención voluntaria del tercero, en
la cual éste impugna por la vía incidental el embargo practicado sobre bienes de su
propiedad, o alega que los posee a nombre del ejecutado, o que tiene un derecho exigible
sobre la cosa embargada’. (A. Rengel Romberg. Tratado de Derecho Procesal Civil
Venezolano. Tomo III. Pág. 154).
La oposición al embargo tiene como característica: a) Es una de las formas de
intervención de terceros en la causa, que no excluye la pretensión del actor, ni concurre
con él en el derecho reclamado, sino en protección de su derecho sobre la cosa que ha
sido embargada. b) Que procede la oposición cuando el tercero alega ser tenedor legítimo
de la cosa y presenta título fehaciente de su derecho de propiedad por un acto jurídico
válido.
El criterio expuesto en el artículo 546 del Código de Procedimiento Civil, exige que la cosa
se encuentre verdaderamente en poder del tenedor y que presente prueba fehaciente de
su propiedad por un acto jurídico válido. Por eso, la oposición al embargo la tiene que
hacer el propietario de la cosa embargada que tiene la posesión legítima de ella. Para que
prospere la oposición al embargo, el tercero tiene que comprobar sumariamente que es
propietario de la cosa embargada.
Ahora bien, cuando se trata de bienes embargados sobre los cuales la ley exige la
solemnidad del Registro Público, como el caso de embargo de bienes inmuebles, la
doctrina y la jurisprudencia de este alto tribunal han venido sosteniendo que...
‘La oponibilidad se extiende igualmente a los actos de adquisición de derechos cuyo título
debe registrase, de suerte que si el comprador de un inmueble, un vehículo, una nave o
cuotas de participación de una sociedad de responsabilidad limitada, no exige el título
registrado, su oposición petitoria no puede prosperar, a tenor del artículo 1.924 del Código
Civil’. (Ricardo Henríquez La Roche. Medidas Cautelares. Pág. 253)....”
En este mismo sentido se pronunció en sentencias de 10-10-90 y 16-6-93, citadas en el
mismo fallo.
En el caso de autos, la opositora hizo oposición al embargo del bien inmueble,
involucrado en el presente asunto, con la copia certificada de una sentencia que no ha
sido registrada, ignorando el juzgador que las decisiones judiciales tienen efectos “RES
INTER ALIOS IUDICATA” es decir que solamente tiene efectos entre las partes, y no
daña ni aprovecha a terceros.-
EL artículo 1.924 del Código Civil, es muy claro al respecto cuando expresa:
“Los documentos, actos y sentencias que la Ley sujeta a las formalidades del registro y
que no hayan sido anteriormente registrados, no tienen ningún efecto contra terceros, que
por cualquier título, hayan adquirido y conservado legalmente derechos sobre el inmueble.
Cuando la Ley exige un título registrado para hacer valer un derecho, no puede suplirse
aquél con otra clase de prueba, salvo disposiciones especiales.”
Por tanto, no es válida jurídicamente la sentencia que acuerde el derecho de propiedad
sobre un inmueble, si ésta no ha sido autorizada con la solemnidad del registro para que
pueda ser oponible a terceros.-
En consecuencia, estima la Sala, en la recurrida se infringe el artículo 1.924 del Código
Civil, en su interpretación y alcance, al declarar con lugar la oposición al embargo de un
bien inmueble con la presentación únicamente de la sentencia que acuerda el derecho,
sin que previamente se hubiere protocolizado en la oficina de Registro Público
correspondiente.
En relación con la denuncia del artículo 546 del Código de Procedimiento Civil, por
errónea interpretación, la Sala la considera procedente por cuanto, al declarar el juez de
la recurrida con lugar la oposición al embargo del bien inmueble dándole valor
“erga omnes” a la copia de la sentencia sin protocolizar, desconoció, que dicho título no
puede ser oponible a terceros y solamente tiene valor entre las partes.-
SCC 6-10-22
Ponencia del Magistrado Antonio Ramírez Jiménez. Exp. Nº 00-135, dec. Nº:166
Recursos contra la sentencia que decide la oposición de terceros
En aplicación de esta norma, la Sala ha establecido, entre otras, en decisión de fecha 30
de marzo de 1996, caso: Fidelina León de Sánchez c/ Jesús Angel Sánchez, lo siguiente:
“En efecto, si se trata de una medida de embargo que haya recaído sobre bienes de un
tercero, éste, de acuerdo a la letra de los artículos 370, ordinal 2° y 377 y 546 del Código
de Procedimiento Civil, debe oponerse mediante diligencia o escrito ante el Tribunal que
haya decretado el embargo, o ante el que se haya comisionado para su práctica, aun
antes de practicado y hasta el día siguiente a la publicación del último cartel de remate y
el Tribunal, si se dan los supuestos del citado artículo 546, suspenderá el embargo, ...
... (OMISSIS) ...
En caso de embargo, la vía es la oposición, por diligencia o escrito, aún ante el Juez
comisionado, sin formalidad especial y pudiendo, inclusive, suspenderse el embargo de
manera inmediata a la oposición o, de no ser así, se abrirá la articulación a que se refiere
el artículo 546 del Código de Procedimiento Civil y, por último, la decisión que allí se dicte
es apelable en un solo efecto y, en los casos permitidos por el artículo 312 eiusdem será
admisible el recurso de casación y si se agotaren todos los recursos la decisión producirá
cosa juzgada pero, la parte perdidosa en la primera instancia puede elegir entre ejercer el
recurso de apelación y, con posterioridad, de ser el caso, el de casación o proponer el
juicio de tercería si hubiere lugar a él.
... (OMISSIS) ...
Estas actuaciones deben realizarse siempre de la forma prevista, sin que se pueda variar,
por expresa prohibición del artículo 7° del Código de Procedimiento Civil, desde luego que
ni a las partes ni a los jueces les está dado subvertir las reglas de procedimiento y, en
caso de hacerse, todo lo que se realice estará viciado de nulidad, no susceptible de
convalidación, ni siquiera con el consentimiento expreso de las partes, por mandato
expreso del artículo 212 eiusdem”.
La Sala reitera el precedente jurisprudencial y establece que el recurso de casación es
admisible, de conformidad con lo previsto en el artículo 546 del Código de Procedimiento
Civil, pues fue anunciado contra la sentencia que decidió la oposición de un tercero contra
una medida de embargo ejecutivo. En consecuencia, el recurso de hecho debe ser
declarado con lugar. Así se establece. 

SC 22-03-02
Ponencia del Magistrado Carlos Oberto Vélez. Exp. Nº  01-979, dec. Nº 48:
En el presente procedimiento, la sentencia recurrida declaró con lugar la oposición del
tercero contra las medidas de embargo ejecutivo y prohibición de enajenar y gravar
decretadas. y practicadas
Con respecto a la admisibilidad del recurso de casación contra este tipo de decisiones, el
artículo 546 del Código de Procedimiento Civil, dispone que:
“Si al practicar el embargo, o después de practicado hasta el día siguiente a la publicación
del último cartel de remate, se presentare algún tercero alegando ser el tenedor legítimo
de la cosa, el Juez, aunque actúe por comisión, en el mismo acto suspenderá el embargo
si aquella se encontrare verdaderamente en su poder y presentare el opositor prueba
fehaciente de la propiedad de la cosa por un acto jurídico válido. Pero si el ejecutante o el
ejecutado se opusieren a su vez a la pretensión del tercero, con otra prueba fehaciente, el
juez no suspenderá el embargo y abrirá una articulación probatoria de ocho días sobre a
quien debe ser atribuida la tenencia, decidiendo al noveno, sin conceder término de
distancia.
El Juez en su sentencia revocará el embargo si el tercero prueba su propiedad sobre la
cosa. En caso contrario, confirmará el embargo, pero si resultare probado que el opositor
sólo es un poseedor precario a nombre del ejecutado, o que sólo tiene un derecho
exigible sobre la cosa embargada, se ratificará el embargo pero respetando el derecho del
tercero. Si la cosa objeto del embargo produce frutos se declararán embargados éstos y
su producto se destinará a la satisfacción de la ejecución. En este último caso la cosa
podrá ser objeto de remate, pero aquel a quien se le adjudique estará obligado a respetar
el derecho del tercero, y para la fijación del justiprecio de la cosa embargada se tomará en
cuenta esta circunstancia.
De la decisión se oirá apelación en un solo efecto, y en los casos en que conforme al
artículo 312 de este Código sea admisible, el recurso de casación...” (Subrayado de la
Sala).
En aplicación de esta norma, la Sala ha establecido, entre otras, en decisión de fecha 30
de marzo de 1996, ratificada en auto del 30 de marzo de 2000, expediente Nº 99-355,
sentencia Nº 68, en el caso: César Uban Cortez contra Constructora Quince, C.A., lo
siguiente:
“...En efecto, si se trata de una medida de embargo que haya recaído sobre bienes de un
tercero, éste, de acuerdo a la letra de los artículos 370, ordinal 2° y 377 y 546 del Código
de Procedimiento Civil, debe oponerse mediante diligencia o escrito ante el Tribunal que
haya decretado el embargo, o ante el que se haya comisionado para su práctica, aun
antes de practicado y hasta el día siguiente a la publicación del último cartel de remate y
el Tribunal, si se dan los supuestos del citado artículo 546, suspenderá el embargo, ...
(...OMISSIS...)
En caso de embargo, la vía es la oposición, por diligencia o escrito, aún ante el Juez
comisionado, sin formalidad especial y pudiendo, inclusive, suspenderse el embargo de
manera inmediata a la oposición o, de no ser así, se abrirá la articulación a que se refiere
el artículo 546 del Código de Procedimiento Civil y, por último, la decisión que allí se dicte
es apelable en un solo efecto y, en los casos permitidos por el artículo 312 eiusdem(sic)
será admisible el recurso de casación y si se agotaren todos los recursos la decisión
producirá cosa juzgada pero, la parte perdidoso en la primera instancia puede elegir entre
ejercer el recurso de apelación y, con posterioridad, de ser el caso, el de casación o
proponer el juicio de tercería si hubiere lugar a él.
(...OMISSIS...)
Estas actuaciones deben realizarse siempre de la forma prevista, sin que se pueda variar,
por expresa prohibición del artículo 7° del Código de Procedimiento Civil, desde luego que
ni a las partes ni a los jueces les está dado subvertir las reglas de procedimiento y, en
caso de hacerse, todo lo que se realice estará viciado de nulidad, no susceptible de
convalidación, ni siquiera con el consentimiento expreso de las partes, por mandato
expreso del artículo 212 eiusdem”.
La Sala reitera el precedente jurisprudencial y establece que el recurso de casación es
admisible, de conformidad con lo previsto en el artículo 546 del Código de Procedimiento
Civil, pues fue anunciado contra la sentencia que decidió la oposición de un tercero contra
una medida de embargo ejecutivo y prohibición de enajenar y gravar. Asimismo, se puede
constatar que la cuantía en el libelo de demanda, fue estimada en la cantidad de
cincuenta y tres millones cincuenta y un mil trescientos cincuenta y un bolívares (Bs.
53.051.351,00), lo cual determina que el interés principal del juicio, excede a la suma
exigida en el artículo 312 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el
Decreto Presidencial Nº 1.029, vigente desde el 22 de abril de 1996, en los juicios civiles,
mercantiles y los referidos a laudos arbitrales es admisible el recurso de casación,
siempre que el interés principal exceda de cinco millones de bolívares (Bs. 5.000.000,00).
En consecuencia, por los razonamientos antes expuestos, el recurso de hecho debe ser
declarado con lugar, tal como se hará mediante pronunciamiento expreso, positivo y
preciso, en la dispositiva de la presente decisión. Así se
SCC 24-03-00
Ponencia del Magistrado Antonio Ramírez Jiménez. Exp. Nº  99-676, dec. Nº 72:
No es procedente contra la medida de secuestro
Se acusa en el presente caso la subversión de forma substanciales del procedimiento,
que no fueron corregidas por el juzgado superior con la declaratoria de la reposición . Así,
se denuncia que ante el errado trámite incidental que da el juez de la Primera Instanciaa
la oposición del tercero contra la medida cautelar de secuestro decretada en el
procedimiento, el Juez Ad quem no decretó la reposición al estado en que se declarara
la inadmisibilidad de dicha oposición.-
Estima esta Sala que lo determinante a ser resuelto en el presente caso es la procedencia
del procedimiento empleado para revocar la medida de secuestro decretada.-
Se aprecia que la tercerista interviene en el proceso como opositora a la medida de
secuestro invocando, según indica el fallo recurrido, la posesión del inmueble, así como
un compromiso de venta del mismo, así señala al efecto que:
“Es de observar, que la ciudadana CARMEN MEDINA (antes identificada), evidentemente
se encuentra en posesión del bien inmueble objeto de secuestro, y por cuanto la misma
consignó a los autos, documento público debidamente autenticado por funcionario
autorizado para dar fe pública, y siendo este un acto jurídico válido, es por lo que se tiene
como suficientemente demostrada su intervención como tercero en la presente causa, y
en consecuencia ajustado a derecho, su oposición y la revocatoria de la Medida de
Secuestro sobre el bien inmueble en cuestión, dictado por el Juzgado A-quo, todo de
conformidad con lo dispuesto en el Artículo 546 del Código de Procedimiento Civil, y así
se decide”.
Se constata de lo transcrito que efectivamente, la recurrida avala la determinación
adoptada por el Juzgado de Primera Instancia, al resolver la oposición de la tercerista a la
medida de secuestro, en un incidente fundamentado en el artículo 546 del Código de
Procedimiento Civil, reservado según lo tiene establecido la doctrina de esta Sala de
Casación Civil, a la oposición de terceros a la medida de embargo. Lo anterior evidencia
que existe en el presente caso una subversión procedimental atentatoria contra las
normas adjetivas que rigen la oposición de los terceros a las medidas cautelares distintas
al embargo.-
En el sentido expuesto ya esta Sala se ha pronunciado sobre el particular dejando
sentado que:
“Si la medida precautelativa que recae sobre bienes de un tercero es un secuestro, o
prohibición de enajenar y gravar bienes inmuebles, o alguna de las medidas
complementarias de que trata el primer aparte del artículo 588 del Código de
Procedimiento Civil, o alguna de las medidas innominadas o atípicas a que se refiere el
párrafo primero del mismo artículo, ese tercero que se sienta afectado, de acuerdo a lo
dispuesto por los artículos 370, ordinal 1º y 371 eiusdem debe proponer demanda de
tercería contra las partes contendientes ante el Juez de la causa en primera instancia.
(…).
Estas actuaciones deben realizarse, siempre, de la forma prevista sin que se pueda
variar, por expresa prohibición del artículo 7º del Código de Procedimiento Civil, desde
luego que a las partes no a los jueces les está dado subvertir las reglas de procedimiento
y, en caso de hacerse, todo lo que se realice estará viciado de nulidad, no susceptible de
convalidación, ni siquiera con el consentimiento expreso de las partes, por mandato del
artículo 212 eiusdem. (Sentencia Sala de Casación Civil, de fecha 20 de octubre 1994).
La tramitación inadecuada de cualquier pedimento, por un procedimiento no previsto
(salvo la dispensa contenida en el artículo 7 del Código de Procedimiento Civil) o que este
prohibido, resulta necesariamente en una nulidad de los actos así tramitados, así como de
los pronunciamientos que se verifiquen con ocasión de tal irregularidad. En abono de lo
expuesto la doctrina colombiana enseña, que la tramitación inadecuada desemboca en
una nulidad, al aplicar un procedimiento inadecuado o simplemente distinto al que
prevé la Ley, al efecto, Humberto Murcia Ballén comenta:
“Refiriéndose al trámite inadecuado, la Corte ha definido que dicha irregularidad procesal
‘no puede hallarse sino en los casos en que, para su composición por la justicia, un
conflicto de intereses se somete a procedimiento distinto del indicado por la ley para él,
como cuando debiéndose imprimir el trámite ordinario se lo hace transitar por el sendero
del abreviado o el del especial, en todo o en parte; o cuando siendo de una de estas dos
clases se tramita indistintamente por una o por la otra vía, o se acude a las fórmulas
esquemáticas propias del proceso ordinario.” (Humberto Murcia Ballén, Recurso de
Casación Civil, pág. 188 y ss).
Por su parte, el autor colombiano Fernando Canosa Torrado, en su obra La Nulidades en
el Derecho Procesal Civil, expresa sobre el particular que:
“Ampliando el concepto de nulidad por trámite inadecuado, expresó la Corte en sentencia
dictada el 20 de noviembre de 1980, dentro del ordinario de Carlos Restrepo Arango
contra los herederos de María Restrepo: <Mediante la causal cuarta de nulidad del
artículo 152 (hoy 140) citado, no se pretende la tutela de la sucesión ordenada de las
distintas etapas del proceso, sino la propia individualidad del trámite respectivo. Es decir,
la causal mencionada sólo puede presentarse cuando debiéndose transitar por la vía de
un determinado procedimiento, se escoge el camino de otro”.
En atención a lo apuntado, estima este Alto Tribunal que en el presente caso se alteró el
trámite procesal adecuado, lo que ocasiona la procedencia de la acusación proferida por
el recurrente. Así se declara.-
Al encontrar esta Sala procedente una de las denuncias por defectos de actividad, se
abstiene de seguir analizando el resto de las delaciones formuladas en el presente escrito
de formalización, tal y como lo dispone el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil.-
 

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