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MÓDULO I – DELIMITACIÓN CONCEPTUAL

1. ¿Por qué una educación inclusiva? La diversidad


como valor educativo.
En estas páginas se abordará el concepto de diversidad pues, si algo queda patente en
cualquier aula, es la heterogeneidad de su alumnado. No cabe duda de que cada un@ de
nosotr@s somos diferentes.

Para dar respuesta a esta pregunta partimos de la viñeta de “Frato” (Francesco Tonucci,
pensador, psicopedagogo y dibujante italiano), que ilustra claramente cómo el profesor de la
imagen ignora la diversidad de su grupo. Aunque, a su juicio, les brinda la misma oportunidad,
no tiene en cuenta que cada uno tiene unas capacidades diferentes, que se tornan en barreras
para unos y en ventajas para otros a la hora de acceder a la prueba. Si cada un@ de nosotr@s
parte de un punto de salida distinto, ¿por qué debemos llegar a la misma línea de meta?

La diapositiva de la página 5 nos ayuda a diferenciar los conceptos de desigualdad,


igualdad, equidad y justicia, al igual que la diapositiva de la página 6.

IGUALDAD: Trato igualitario. Todos se benefician del mismo apoyo.

EQUIDAD: Cada uno recibe el apoyo personalizado y adaptado que necesita.

JUSTICIA: Se eliminan las barreras sistémicas del entorno o del contexto para que todo el mundo
pueda acceder.

Pero, ¿qué es la diversidad?


“La diversidad es una característica inherente a la persona que se manifiesta de distinto
modo”. (Casanova, 2011 y 2017).

Por ello, no cabe el juicio ni las etiquetas, pues todos, en tal caso, podríamos tener
cientos de etiquetas como “soy pecos@”, “perezos@”, “más lent@” “hábil en los números”,
“fan de la comida japonesa”, etc.

La diversidad supone:
- El reconocimiento de la otra persona: su individualidad, originalidad e irrepetibilidad.
- La reivindicación de lo personal, del presente, de las diferencias.
- Es consustancial e inherente a la educación.
- Todas las personas son diferentes: el lastre de las etiquetas y el efecto Pigmalión.
- Es una realidad absolutamente natural, legítima y habitual.

La diversidad hace referencia a diferencias a nivel:

1. Individual:

1.1. Aspectos psicológicos:

• Enfoques de aprendizaje: han sido distintos los estudiosos dedicados a investigar los
enfoques de aprendizaje resumiéndolos en tres tipos:

Enfoque profundo: El/la alumn@ manifiesta abiertamente querer comprender la tarea.


Desea relacionar el nuevo conocimiento con los que ya posee e integrarlo
significativamente. Ahonda en el ejercicio con miras de aprender y mejorar.

Enfoque superficial: El/la alumn@ no quiere tanto aprender sino cumplir con la tarea
encomendada. Memoriza la información sin afán de comprender o entender y la
información se adquiere sin conexión ni relación. Importante, aclarar que en ocasiones la
memoria es necesaria e imprescindible. Lo erróneo es limitarse a aprender de manera
superficial.

Enfoque estratégico: El/la alumn@ conoce los requisitos, se organiza el tiempo y el


espacio con objeto de lograr buenos resultados, pero sin el deseo expreso de aprender.

• Inteligencias múltiples: Gardner propone la teoría de las inteligencias múltiples que pueden
ser clasificadas en ocho categorías: corporal kinestésica, verbal, lógico-matemática, visual-
espacial, musical, interpersonal, intrapersonal y naturalista.

• Ritmo de aprendizaje: de todos es conocido que, como alumn@s, poseemos distintos ritmos
de aprendizaje. En ocasiones, cuando un/a alumn@ es demasiado pausad@ en el proceso de
elaboración de la tarea se ha asociado a problemas de capacidad. Sin embargo, lejos de falta
de capacidad, las personas partimos de un distinto ritmo en el desarrollo de la tarea de
aprendizaje y simplemente hay quien necesita más tiempo. Los profesores deberán tomar
cuenta de ello y alternar el modo de presentar la información: de lo general a lo concreto, de
lo concreto a lo general, graduar los conocimientos, etc.

• Motivación: L@s alumn@s partimos y disponemos de distinta motivación hacia el


aprendizaje. En ocasiones l@s alumn@s poseen una motivación extrínseca orientada al logro
de la tarea bien para recibir un premio o evitar un castigo mientras que otr@s parten de una
motivación intrínseca y realizan la tarea por el propio beneficio personal que ello les
comporta. El profesor deberá intentar que tod@s aspiren hacia una motivación intrínseca,
esto es, lograr que l@s alumn@s disfruten con el aprendizaje y quieran aprender a aprender,
pero es lógico que no será posible con todos.

• Diferencias por capacidad: las personas poseemos distinto grado de capacidad. En un lado
del continuo están l@s alumn@s de alta capacidad y en otro l@s alumn@s con discapacidad
intelectual. Todo ello será contenido a estudiar en próximos temas. En este punto sólo
puntualizar la diferencia entre alumn@s de alta capacidad y alumn@s con talento. La
persona con talento disfruta de una capacidad brillante en algún campo, mientras que la
persona con alta capacidad posee una capacidad excepcional de carácter general. En el otro
lado del continuo están l@s alumn@s con discapacidad intelectual, sensorial, motriz, etc.

1.2. Aspectos físicos:

• Sexo: Las diferencias existentes entre chicos y chicas. Debemos tender hacia la
igualdad de género respetando las posibles diferencias entre ell@s en cuanto a
intereses, gustos, lenguaje, etc. Debemos educar en la coeducación, esto es, en
la igualdad de género, pero aceptando las diferencias entre chicos y chicas.

• Salud: L@s alumn@s que sufren una enfermedad y deben romper con su
proceso de escolarización ya que deben ser hospitalizad@s. En estos casos
deben echar mano de recursos como profesores/as a domicilio, etc.

2. Social:

En este grupo nos estamos refiriendo a diferencias de carácter económico, cultural,


lingüísticas, de valores…, causadas por la migración, pertenencia a minorías étnicas, desarrollo
en entornos desfavorecidos, entornos de familias desestructuradas, desconocimiento de la
lengua, etc.

El valor de la diversidad
Para hablar del valor de la diversidad trabajamos dos cuentos que nos acercan a la
realidad de este concepto: “Por cuatro esquinitas de nada” y “El cazo de Lorenzo”.

Además, la diversidad es valiosa:

1- Porque nos ayuda a desarrollar la EMPATÍA. Ambos conceptos van de la mano y uno no
puede darse sin el otro. Cuanta más capacidad de empatía tenemos, en mejor
disposición para respetar, entender y amar la diversidad nos encontramos. Y, de la
misma manera, cuanto más abiert@s estamos a la diversidad y a enriquecernos con
aquello que nos aportan las diferencias de los demás, en mejores condiciones estaremos
de entender su realidad y ponernos en su lugar.
2- Porque con la diversidad no perdemos; nos enriquecemos. El respeto y aceptación de la
diversidad se basa en la fórmula “yo gano, tú ganas”. Se trata de una simbiosis en la
que ambas partes se benefician de aquello que la otra persona les puede aportar. Es la
idea en la que se basa el aprendizaje cooperativo (dos cabezas piensan o aportan más
que una), frente al aprendizaje competitivo. Desde un punto de vista más egoísta e
instrumental, se trata de valorar qué me puede aportar el otro que yo no tenga, qué
puedo aprender de esa persona. Desde un punto de vista más humano, simplemente se
trata de apreciar y valorar aquello que diferencia al otro y le hace ser una persona única.
3- Porque la aceptación y amor a la diversidad nos ayuda a derribar prejuicios y
estereotipos injustos que muchas veces vienen dados por herencia familiar o social, o
desinformación.

¿Qué está en nuestras manos, como docentes,


hacer?

En primer lugar, es fundamental tener en cuenta que nuestro conocimiento del valor
de la diversidad, determina nuestra actitud ante la inclusión.

Como docente no es suficiente conocer la importancia de la diversidad; el docente debe


ser el promotor por excelencia de la aceptación y aprecio de la diversidad, pues no solamente
tiene en sus manos la gran responsabilidad de educar en la inclusión, sino también, de educar a
sus alumnos y alumnas a ser inclusivos con los demás y a valorar la diversidad, a través tanto de
su propio ejemplo, como hablándole a su alumnado del gran valor de este concepto.

Tendrá en sus manos el gran reto de la aceptación incondicional de las capacidades,


intereses, estilo de aprendizaje… de todo su grupo, siempre que se cumpla la condición sine qua
non por excelencia: que la manifestación de todas estas individualidades de asiente sobre la
base del RESPETO. Valorar la singularidad de cada un@ de sus alumn@s, repercutirá
positivamente en la autoestima personal de cada un@ y, por ende, del grupo.

En el libro “La educación encierra un tesoro”, Jaques Delors plantea como uno de los
cuatro pilares fundamentales de la educación, “aprender a convivir”. Pues bien, este es otro de
los motivos por los que se hace fundamental el respeto hacia la diversidad en todas sus formas
para crecer y desarrollarnos como ciudadan@s empátic@s y respetuos@s.
Aspectos a tener en cuenta sobre la diversidad…
- Cada generación es más diversa y heterogénea que las anteriores. Pensad en la manera
en que aprendían vuestros abuelos (sentados ordenadamente en clase, con su libro
abierto, siguiendo las lecciones magistrales de su profesor/a -concepción lineal del
aprendizaje-) y en la manera en la que aprenden hoy en día l@s alumn@s (cerebro
conectado, hiper estimulado…).

Diapositiva HOJA

- Objetivamente lo que observamos es una hoja seca. Otra cuestión es qué representa
para cada un@ de nosotr@s. La mayoría me hablaréis del otoño. Trata de ilustrar cómo
un mismo objeto o una misma realidad o hecho puede ser percibido de maneras muy
diferentes; de tantas formas, como personas hay. Porque no percibimos la realidad
como es, sino como somos cada un@ de nosotr@s. Y esas formas de percibir la realidad
también responden a una diversidad, que debe ser tenida en cuenta por el profesor en
el aula.

Otro aspecto a tener en cuenta es que el hecho de dar valor a la diversidad y de


autoafirmarnos como personas únicas y diferentes, evita que seamos la ovejita que sigue al
rebaño sin cuestionarse nada. Ensalzar la diversidad supone un escudo de protección frente a
conductas de riesgo en la adolescencia como, por ejemplo, el consumo de sustancias, los
desórdenes en la alimentación, etc. Niños y niñas que fingen ser algo que no son para ser
aceptados por el grupo, que aceptan hacer algo con lo que no están de acuerdo o denunciar una
injusticia -como el bullying a un/a compañer@- para evitar ser rechazados, etc… El papel del
docente en este sentido debería ser poner en valor la diversidad en el aula con la finalidad de
que aquello que nos hace diferentes a los demás sea percibido por el grupo como una virtud
y no como un punto débil al que poder atacar. Paralelamente, enseñar a l@s alumn@s a afirmar
sus propias cualidades y a valorar su singularidad, repercute positivamente en su autoestima y
les dota de herramientas de protección en las relaciones con los demás.

En ocasiones, el origen de esa intolerancia a la diversidad es el miedo o el sentimiento


de amenaza, por lo tanto, el papel fundamental del docente frente a la diversidad, una vez más,
será el de mostrar esas diferencias individuales como oportunidades y fortalezas, más que como
amenazas. En la mayoría de los casos, la cura para esa intolerancia es la formación, la
información y el conocimiento.
Para ilustrar la importancia de la autoafirmación, visualizamos en el aula el cuento de
“Yo, voy conmigo” y el de “Yo soy”, ambos de Raquel Díaz Reguera.

CONCLUSIÓN
En definitiva, el papel principal del docente respecto a la diversidad en el aula, debe ir enfocado
en dos direcciones:

. CONOCER al alumno o alumna: Profesor como radar detector de diferencias individuales.

. IDENTIFICAR posibles barreras: Profesor como elemento facilitador del aprendizaje.

A lo largo de la asignatura, veremos qué estrategias se pueden utilizar. No obstante, no


hay recetas mágicas. No hay respuestas unánimes y consensuadas pues cada caso y situación es
única. Sin embargo, al igual que no ponemos en duda que la diversidad será una característica
de cada grupo, la actitud del profesorado ante tal diversidad es crucial, un aspecto clave que
determinará la respuesta a las distintas necesidades.

Bibliografía
Barr, R. B. y Tagg, J. (1995). From teaching to learning. A new paradigm for undergraduate
education. Change, 27 (6), 13-25.

Casanova, M.A. (2011). Educación inclusive: un modelo de futuro. Wolters Kluwer.

Casanova, M.A. (2017). Educación inclusiva en las aulas. Madrid: La Muralla, S.A.

Delors, J. (1996). La educación encierra un tesoro. Madrid: Santillana.

Pasarín-Lavín, T. (2001). Atención a la diversidad. Claves para una atención real en el aula
ordinaria. Autoedición.

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