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INSTITUTO: MONS JOSEMARIA ESCRIVA DE BALAGUER

DOCENTE: LIC. FARIDY NECDA CARLOS ORTIZ


ASIGNATURA: PEDAGOGÍA SOCIAL

EDUCACIÓN PARA LA DIVERSIDAD


La creación de clases que hagan sitio y respeten a todos los niños y a todas sus diferencias posibles
constituye un reto que exige tiempo, tenemos que seguir luchando con nuestras expresiones, nuestra labor
docente y nuestro currículo para tratar de conseguir la inclusión, la justicia y el respeto”
Siguiendo a Arnáiz Sánchez, la diversidad está presente en el ser humano desde el momento que cada
persona tiene sus propias características evolutivas. Distintos ritmos de aprendizaje que en interacción con
su contexto se traducen en distintos intereses académicos-profesionales, expectativas y proyectos de vida.
Además de estas manifestaciones, podemos encontrar otras de carácter individual, como pueden ser las
deficiencias intelectuales, físicas, sensoriales, altas capacidades, o aquellas otras que se manifiestan en
contextos socioculturales desfavorecidos o relacionados con las minorías étnicas y culturales.
Sin embargo, en muchas ocasiones el término diversidad es entendido desde un punto de vista
reduccionista, circunscrito únicamente a aquellos alumnos que se apartan del común del alumnado. Es decir,
se asocia con situaciones extraordinarias y excepcionales. Este estrecho punto de vista dificulta un
tratamiento global de la diversidad y favorece un tratamiento individual y ligado al modelo del déficit (Mendía
Gallardo)
Por tanto, cada vez es más evidente que las formas tradicionales de escolarización ya no son lo
suficientemente adecuadas para atender a la diversidad del alumnado presente en las aulas. Por lo que se
requiere del sistema educativo un ajuste en sus respuestas que haga posible que la enseñanza llegue a
todo el alumnado. A la hora de enseñar se debe tener en cuenta la variedad de diferencias de los alumnos.
La escuela debe estar preparada para darle respuesta sin sacrificar el difícil equilibrio entre IGUALDAD,
DIVERSIDAD, NEURODIVERSIDAD.
La escuela puede llegar a presentar una inquietante función homogeneizadora: currículo idéntico, espacios
iguales, metodología idéntica, evaluaciones similares... Da la impresión de que se pretende alcanzar un
individuo estandarizado que:
 Responda a los mismos patrones de conducta
 Que tenga los mismos conocimientos
 Tenga la misma forma de pensar
La realidad nos dice que no hay dos personas iguales.
En la práctica educativa, uno no es igual ni desigual: uno es quien es. Pero cuando se habla de “atender a
la diversidad” parece que nos referimos solamente a un colectivo, el “diverso”, es decir, aquel que se sale
de lo previsto, se desvía de la norma. La diversidad sería el colectivo de los que no encajan por alguna
razón. En definitiva, atender a la diversidad sería atender a quienes tienen problemas en la escuela, o, dicho
de otra manera, a quienes dan problemas en la escuela. Se dice que tienen problemas porque crean
problemas.
Concepto de diversidad
Diversidad, tiene su origen en latín «diversitas» y se refiere a la diferencia, distinción, variedad, infinidad,
abundancia, desemejanza, disparidad y multiplicidad entre personas, animales o cosas.
La atención a la diversidad implica el reconocimiento de la otra persona, de su individualidad, originalidad e
irrepetibilidad. Supone promover el respeto a la individualidad, la atención y adecuación a los ritmos
personales. Así, cada persona, cada alumno o alumna tiene una diversidad de necesidades educativas
debidas a múltiples factores (género, edad, etapa de desarrollo madurativo, motivación, intereses, estilos de
aprendizaje, expectativas, procedencia socioeconómica y cultural, origen étnico, etc.).
 Neurodiversidad
El término neurodiversidad fue usado por primera vez por el periodista Harvey Blume hace más de una
década: “la neurodiversidad puede ser una cuestión tan crucial para la raza humana como la biodiversidad
para la vida en general” (Blume, 1998). La nueva versión del término se ha atribuido a Judy Singer, persona
con síndrome de Asperger, y una exploración mayor del tema lo hace en la actualidad el psicólogo Thomas
Armstrong.
El concepto neurodiversidad se contrapone a lo neurotípico, a los cerebros de funcionamiento regular o
usual. Es un reconocimiento a las diferentes maneras de pensar y procesar la información del entorno donde
vivimos y la convicción de que estas diferencias neurológicas no deben ser consideradas solamente como
desórdenes o enfermedades mentales discapacitantes, sino como el reflejo de la riqueza y la complejidad
de la naturaleza humana.
La neurodiversidad se basa en las diferencias, no en los desórdenes. No niega que los trastornos de origen
neurológico deben ser tratados y medicados si es el caso, pero destaca las habilidades cognitivas que
además poseen estas personas. En general, muestra una perspectiva más balanceada de lo que el cerebro,
a pesar de estar organizado de manera diferente, puede hacer y aprender.
Para Díez y Huete la diversidad inherente al ser humano se manifiesta a través varios factores que pueden
agruparse en tres grandes bloques:
 Los factores físicos que pueden ser analizados a través de:

 La diversidad de sexos bajo su dimensión biológica que asume que el funcionamiento de cada
sexo es diferentes; psicológica que atribuye a los distintos sexos diferente evolución y ritmo de
desarrollo; y sociológica, bajo la que se atribuyen determinados roles a cada uno de los sexos,
como por ejemplo la creencia de que las niñas son más disciplinadas y estudiosas que los niños.
 La edad cronológica puede generar diversidad en la medida que en la misma aula podemos
encontrar alumnos de diferente edad con diferentes intereses y nivel de desarrollo (repetidores,
alumnos que han nacido en los meses extremos del año…)
 El desarrollo corporal genera diversidad en cuanto la diacronía existente entre el desarrollo de
los chicos y los chicos en determinadas edades, incluso dentro de un mismo sexo, lo que
configura unas características psicológicas en función de la edad y de las relaciones
interpersonales.

 Los factores socioculturales


 Relativos a la diferente procedencia social, cultural o geográfica de las familias pueden generar
diversidad en el aula, puesto que representan diferentes costumbres, sistemas de valores, etc.
Asimismo, la pertenencia a determinadas minorías étnicas genera diversidad puesto que puede
representar diversas religiones, creencias, hábitos, costumbres, idioma, etc. Tener en cuenta
estas características supone dar una respuesta específica adecuada que compense las
desigualdades y garantice los principios de igualdad y equidad. El nivel socio-económico-familiar
(profesión de los padres, nivel de estudios) puede producir diferencias de valores, riqueza de
vocabulario y expresión, nivel de relación, de acceso a experiencias y vivencias, hábitos
extraescolares, etc.

 Los factores cognitivos


 La inteligencia es una capacidad. Gardner desechó la idea que la inteligencia es innata. Así pues,
ahora sabemos que la educación puede modificar las inteligencias y todos tenemos la posibilidad
de entrenar las y desarrollarlas. Los educadores deben crear herramientas para colaborar en el
desarrollo de las potencialidades individuales y a hacerlo de la manera más adecuada para
ayudar a los estudiantes a canalizar todo su potencial en los diferentes ámbitos de la vida
personal y profesional.
 La memoria, los conocimientos previos de los alumnos pueden ser diferentes a pesar de haber
recibido las mismas enseñanzas y estar escolarizados en un mismo curso; por esto podemos
inferir que no todos los alumnos de un aula tienen que realizar los mismos aprendizajes escolares
al mismo tiempo y se han de respetar los distintos ritmos de aprendizaje.
 La motivación constituye una de los factores que genera mayor diversidad, especialmente, en los
cursos superiores y está en estrecha relación con la historia y los fracasos de los alumnos, y la
forma de presentación de los contenidos académicos con mayor o menor lógica y funcionalidad.
En conclusión, el aprendizaje, es el proceso mediante el cual el sujeto adquiere conocimientos, destrezas
aptitudes o habilidades prácticas, incorporando contenidos de información a su conocimiento y acciones,
basadas en el estudio o en la experiencia.
o Aprender es una de las habilidades fundamentales del cerebro humano, pues le permite
adaptarse, permanecer, responder y modificar el medio.
o El aprendizaje está vinculado al perfil individual de cada persona, sus fortalezas y debilidades,
su carga genética, sus experiencias de vida desde la primera infancia, su neurodesarrollo
(que inicia desde antes de su nacimiento), su entorno y su perfil social, emocional y cognitivo.
o La capacidad de aprendizaje entendida como una capacidad permeable a las experiencias
educativas.
Esto nos lleva a la reflexión de que un verdadero educador sabe que educar va más allá de una práctica
pedagógica estandarizada, sino que tiene que llegar a la individualidad, ya que todos sus alumnos, aunque
tengan un cerebro plástico que les permite aprender durante toda la vida, difieren entre sí.
Así pues, la atención a la diversidad radica en conocer las características de los alumnos y establecer un
proceso de enseñanza-aprendizaje personalizado. Su significación plena va unida a una educación en
actitud “la diversidad es una característica inherente a la naturaleza humana y una posibilidad para la mejora
y el enriquecimiento de las condiciones y relaciones sociales y culturales entre las personas y entre los
grupos sociales” (Jiménez y Vilà)
De esta forma, la diversidad debe constituir el punto de partida de un centro y su punto de llegada, de manera
que su planteamiento educativo sea entendido no desde un punto de vista exclusivamente instructivo, sino
relacional y educativo. De otro modo, estaremos promoviendo prácticas que propician la segregación y la
marginación, convirtiéndose el proceso educativo para algunos alumnos que requieren una atención más
personalizada, en la forma más sutil de exclusión y segregación. Pero los centros educativos, en la mayoría
de las ocasiones, no están en disposición de asumir esta diversidad natural y muchos menos la diversidad
que se constituye en problema. Por ello, los problemas de conducta, la presión por conseguir unos
estándares en los resultados académicos, las dificultades de aprendizaje, la falta de motivación e interés, la
necesidad de plasmar en el curriculum la multiculturalidad de las minorías étnicas y religiosas, la identidad
de las distintas comunidades autónomas, así como la adaptación del curriculum ante las n.e.e. de muchos
alumnos, son hechos evidentes de la diversidad, en tanto problemas presentes en los centros educativos.

BIBLIOGRAFÍA
- Arnáiz Sánchez, P. (2003). Educación inclusiva: una escuela para todos. Málaga: Aljibe.
- Gimeno Sacristán, J. y Pérez Gómez, A. (1999). Comprender y transformar la enseñanza. Madrid: Morata.
- López Melero, M. (2003). El proyecto Roma. Una experiencia de Educación en valores.
- López Melero, M. (1990). La integración escolar, otra cultura. Málaga: Puerta Nueva.

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