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Quiste de Baker
Como consecuencia de algunas lesiones en las rodillas puede
aparecer el quiste de Baker. Las causas más frecuentes son: rodillas
con artrosis, rodillas con artritis reumatoidea, rodilla con derrame de
cualquier origen (menisco, ligamento, cartilago y sinovitis).
Los síntomas del quiste de baker son un bulto en la parte
posteromedial de la rodilla, por lo general no es doloroso pero si
dificulta flexionar la rodilla de forma normal. El resto de los síntomas
percibidos por el paciente son debidos al problema base que
realmente está creando al quiste de Baker. Por eso, el verdadero
tratamiento para el quiste de Baker consiste en tratar la lesión base.
Traumatismos en la articulación
Los golpes en la articulación producen la salida del líquido sinovial
por ejemplo, tras lesiones deportivas como las roturas de ligamentos o
de meniscos, o bien por un posible desgaste del cartílago articular.
Suele ser frecuente sobre todo en personas jóvenes.
Tratamiento en fisioterapia
El tratamiento fisioterapéutico(3) será en este caso, básicamente
antiinflamatorio, con la finalidad de disminuir la presión que ocasiona
el quiste en las estructuras cercanas. Para tratar la infamación se
utilizará agentes físicos como: crioterapia o corrientes eléctricas.
Pero el tratamiento del quiste de Baker realmente se enfocará en
tratar la causa que originó el quiste, ya que, si no se soluciona,
muchas veces el quiste puede reaparecer.
Además, se buscará el fortalecimiento de los músculos que se
originan en la zona posterior de la rodilla (tríceps sural) y la
musculatura que viene por la parte posterior del muslo (isquiotibiales).
Se realizarán estiramientos de toda esta musculatura y también
ejercicios de fortalecimiento. Aquí te dejamos algunos videos para que
tengas una idea de los ejercicios que se pueden realizar: