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Antes de comenzar a trabajar con las uñas, es muy recomendable limpiar bien las manos y
aplicar un masaje agradable, para trabajar con más facilidad luego. Para este protocolo
necesitarás un bol remoja dedos, un exfoliante de manos y usar un calentador de toallas.
1. Remojar
Dejar en remojo las manos en agua tibia durante unos minutos para limpiar y ablandar las
cutículas.
2. Secar
3. Crema peeling
Sobre la mano ya seca de la clienta, aplicar una nuez de crema para peeling de manos.
4. Dedos
Masajear suavemente, haciendo movimientos circulares en el sentido de las agujas del reloj.
Comienza por la punta de cada dedo y ve subiendo hasta llegar a la unión con el resto de la
mano. Repetir la operación en cada dedo.
5. Palma de la mano
6. Antebrazo
7. Limpieza
Una vez finalizado el masaje, secar las manos y el antebrazo con una toalla húmeda y caliente.
Ahora, las manos ya están completamente limpias, las cutículas están más blandas y las uñas
son más fáciles de cortar. Es el momento de realizar la manicura con esmaltes de calidad y
siguiendo los pasos para un acabado profesional.
Las bajas temperaturas y la humedad hacen que nuestras extremidades -sobre todo las
manos– sufran especialmente en esta época del año, dando como resultado una piel áspera,
seca y sin vida. En Material Estética lo sabemos y, por eso, vamos a darte las claves para llevar
a cabo un tratamiento ‘estrella’ para combatir la deshidratación de la piel en manos y pies: el
baño de parafina.
La parafina es una cera que, al aplicarla caliente sobre manos y/o pies, hace que la humedad
de la piel suba a las capas superiores. Al ser un producto endurecido e impermeable, esa
humedad no puede salir, por lo que ésta vuelve a la piel hidratando en profundidad cada una
de las capas. Los beneficios son inmediatos y actúan tanto a nivel terapéutico como cosmético:
Alivia el dolor gracias al ‘efecto calor’, que actúa como vasodilatador mejorando la circulación
sanguínea de la zona.
Actúa como relajante gracias a los minerales y esencias incorporadas en las parafinas.
¿Qué necesitas?
Para obtener los resultados esperados, es fundamental contar con buen material y aquí,
obviamente, lo principal es la parafina. Desde Material Estética te recomendamos que recurras
a sustancias que puedan aportar un beneficio extra al tratamiento, como la parafina con
naranja y melocotón, que posee propiedades antioxidantes y rejuvenecedoras de la piel, o la
parafina con manteca de karité, que actúa como un poderoso emoliente.
Por último, también necesitarás tener unas bolsas de plástico para parafina y manoplas o
patucos de rizo (o, en su defecto, toallas), para concentrar el calor y potenciar el efecto del
tratamiento.
Ahora ya estás listo, por lo que puedes comenzar con el baño de parafina siguiendo las
siguientes recomendaciones.
Antes que nada, pon a calentar la parafina, ajustando el termostato del contenedor a la
temperatura óptima (entre 48 y 57 grados). Cuando haya alcanzado ese punto, puedes
comenzar, siguiendo estos pasos:
Con los dedos abiertos, sumerge la mano en la parafina durante unos 3 segundos y sácala (ten
cuidado de que en ningún momento toque el fondo o las paredes del contenedor). Repite este
proceso unas tres o cuatro veces más, hasta que la mano quede cubierta con una capa gruesa.
Baño de parafina - 1
Envuélvela en una de las bolsas de plástico y repite el mismo proceso con la otra mano. Baño
de parafina - 2
Una vez tengas las dos manos con el plástico, introdúcelas en las manoplas de rizo (puedes
haberlas calentado antes en un calentador de toallas a fin de eliminar gérmenes y potenciar el
efecto del tratamiento) y mantenlas así durante unos 15 ó 20 minutos. Baño de parafina - 3
En la manicure con piedras calientes podrás encontrar ese momento para relajarte al tiempo
que cuidas tus manos y uñas.
Seguro que a estas alturas ya has escuchado hablar sobre el Reiki. Pues bien, el masaje con
piedras calientes tiene su base en la terapia geotermal inspirada en el Reiki.
El Reiki se apoya en que en nuestro cuerpo existen siete centros energéticos llamados
“chakras”, a través de los cuales circula la energía del universo (Rei) y la vital (Ki) de cada
persona.
Según esta filosofía, si padecemos algún malestar, es debido a que la energía no fluye por
nuestro organismo de forma correcta, por estar bloqueada por el mal funcionamiento de
alguno de estos siete chakras.
La manicure con piedras calientes permite combinar el masaje terapéutico manual con el uso
de las piedras volcánicas, a diferentes temperaturas, en los puntos en los que se encuentran
los chakras. De esta manera, a través de una manicure con piedras calientes lograrás que la
energía circule debidamente y, por consiguiente, te encontrarás mejor.
Las piedras empleadas en la manicure con piedras calientes son cantos rodados de origen
volcánico con lo que, además de mejorar el flujo de nuestra propia energía, recibiremos
energía procedente de la tierra.
Son piedras muy suaves, que se ponen en contacto con la piel a diferentes temperaturas, y
cuyo contacto produce una sensación de masaje placentera.
En esta modalidad de manicure, se masajean y humedecen las manos al igual que una
manicure estándar. Con la diferencia que en este tipo de manicure, el masaje se realiza con
piedras que se colocan en la parte superior de las manos, y se van desplazándolas por dedos,
manos y brazos. La experiencia es muy agradable, y relajante.
Alivio del dolor mediante la acción directa que se ejerce sobre los chakras situados en los
receptores nerviosos.
Ayuda a controlar la ansiedad. Está demostrado que el masaje reduce los niveles cortisol, una
hormona que se libera como respuesta al estrés.
Mejora los estados de depresión, ya que equilibra los niveles serotonina y la dopamina, que
son neurotransmisores implicados en la depresión.