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Unidad 5
Identificación de competencias y planificación de carreras
ÍNDICE
5.1. Introducción
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
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5 Identificación de competencias y planificación de
carreras
5.1. Introducción
El mérito de este sistema de gestión está en saber formular y sistematizar las intuiciones en un
concepto, el de competencia, que sirve de punto de partida para organizar sobre él toda la
gestión empresarial y de personas dentro de la organización, al alinearlo con la estrategia y
establecer un sistema objetivo de evaluación y medición.
Desde los estudios iniciales de McClelland, han sido muchos los intentos de establecer un
sistema que permitiese definir variables predictoras del éxito de un trabajador en un puesto de
trabajo. Anteriormente se había apostado por variables como el cociente intelectual, el
expediente académico o la experiencia profesional. Sin embargo, los estudios de McClelland
demostraron que existía una correlación negativa entre el desempeño profesional de los
trabajadores y sus resultados en las diversas baterías de test que se habían utilizado para
medir sus aptitudes, conocimientos, características o rasgos de personalidad con referencia a
su puesto de trabajo. Esto quiere decir que estas variables no sólo no predicen si el
comportamiento del individuo en su puesto de trabajo va a ser de éxito en su desempeño, sino
que en muchos casos el resultado puede ser incluso contrario a lo esperado.
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En España los primeros modelos de gestión de competencias que se usaron no se aplicaban
de forma integral a todos los componentes de la organización. Básicamente existían dos
modelos diferentes que usaban o definían competencias, pero que se aplicaban a niveles
jerárquicos diferentes:
• Modelo de directivos:
Esto lo hacía solo válido para una parte de la organización, lo que tampoco permitía
integrar o simplificar el entramado de sistemas de gestión en que es una organización.
Este sistema sí recoge en las competencias el contenido técnico o profesional del puesto
de trabajo. Sin embargo, el excesivo detalle de las mismas, ofrece de forma encubierta la
tradicional clasificación del contenido del puesto en funciones y tareas. Tanto nivel de
detalle le resta flexibilidad de manejo y lo hace sólo aplicable al contenido más técnico del
puesto, por lo que tradicionalmente se ha aplicado sólo al personal no directivo de la
empresa.
Los nuevos sistemas de gestión por competencias surgen de lograr una postura
intermedia entre ambos modelos. Tomando como unidad de uso la competencia, pero con
un modo de descripción totalmente nuevo y diferente a los modelos anteriores, describe dos
tipos de competencias claramente diferenciados, que aprovechan lo mejor de las posturas
anteriores:
• Competencias clave: son las que alinean el comportamiento de todos sus trabajadores
con la estrategia de la organización. Son muy parecidas a las del modelo de directivos.
• Competencias técnicas: son las que determinan los niveles óptimos de desempeño para
cada puesto o actividad profesional. Son muy cercanas a las del modelo MEC.
Implantar un modelo único para toda la organización permite integrar todos los sistemas de
gestión de la organización sobre dicho modelo e introduce una serie de cambios conceptuales
que permiten:
Estos cambios tienen importantes efectos sobre la forma de gestionar la estructura profesional
de la organización, y el mayor de ellos es el incremento de la flexibilidad de la organización
para adaptarse a entornos cambiantes, puesto que todos sus sistemas de gestión van a
funcionar de manera integrada.
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Las competencias definen el contenido de la profesión en sustitución de los tradicionales,
para describir los puestos de trabajo, y se define como el único sistema de gestión por
competencias que permite sustentar todos los demás sistemas de gestión de recursos
humanos (selección, formación, evaluación del desempeño, sistema retributivo, formación y
desarrollo de carreras…) y empresariales (gestión del conocimiento, gestión del cambio…).
Veámoslo más claramente a través del siguiente cuadro:
ESTRUCTURA PROFESIONAL
Sistema de
valoración
Selección Profesión Competencias
técnicas
1 Competencias clave
Evaluación de
Desarrollo competencias Retribución fija
profesional
Retribución
Evaluación del variable
desempeño
Promoción
Objetivos:
generales/grupales SIST.
/individuales RETRIBUTIVO
SISTEMA DE EVALUACIÓN
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Además, el modelo de gestión por competencias es totalmente compatible con otros sistemas
de gestión empresarial complementarios que surgen al mismo tiempo que éste. Veamos el
siguiente esquema:
Gestión por
competencias
Capital intelectual
• Inteligencia emocional:
El concepto “inteligencia emocional”, definido por Daniel Goleman (1998), es quizás el más
reciente de todos y propugna que el éxito empresarial no depende de su inteligencia,
entendida como cociente intelectual, sino de su capacidad para afrontar las situaciones
nuevas e imprevistas que le acontecen a diario. Goleman (1998) establece toda una serie
de elementos que componen la inteligencia emocional:
- La motivación.
- El autocontrol.
- La empatía.
- La capacidad de relación.
La gestión del conocimiento nace al amparo de la irrupción del nuevo modelo de sociedad
de la información y el conocimiento, que convierte a este último en el activo más importante
de la organización e incluso en su unidad de producción. El conocimiento de la
organización, su “know how”, las sinergias producidas en años de experiencia profesional,
revierte en la mejora continua de la organización. Como sistema de gestión, facilita la
puesta en práctica de ese saber acumulado en la organización, trascendiendo a los
individuos que poseen ese conocimiento y haciéndolo extensivo a toda la empresa.
El conocimiento, junto con otros elementos que veremos en el siguiente apartado, es uno
de los componentes de las competencias, por lo que los mismos sistemas objetivos de
evaluación, medición y desarrollo de las competencias gestionan a su vez el
conocimiento de la organización, puesto que no sólo se incrementa la competencia
individual de la persona, sino también la competencia general de la organización.
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• Capital intelectual:
El concepto “capital intelectual” engloba los activos intangibles de la organización, esto es,
el conjunto de aportaciones no materiales, que en la era de la información se entienden
como el principal activo de las empresas del tercer milenio, como la formación, las bases de
datos, los manuales, las fórmulas, los procesos y procedimientos desarrollados dentro de
ella, y que ésta invierte en el desarrollo de la información y del conocimiento.
- Las que integran los conocimientos y las habilidades, elementos menos observables como
las características de personalidad de los individuos.
Como has podido observar, las competencias no son conocimientos, actitudes o rasgos de
personalidad, sino que hacen referencia a los comportamientos que se llevan a cabo cuando se
ponen en práctica los conocimientos, aptitudes y los rasgos de personalidad.
Saber
(Conocimientos)
Comportamientos
Observables
Saber hacer
Querer
(Habilidades) (Actitudes)
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No debemos olvidar que para que el desempeño profesional sea excelente es necesario que la
persona, además de poseer la competencia, le dé sentido al trabajo que realiza, conozca su
finalidad y su aportación a la organización.
Hay quien también incorpora a la definición un elemento más, que es necesario para la puesta
en práctica de la competencia, pero lo entendemos más como un elemento organizativo que
competencial en sí. Se trata de disponer de los recursos e instrumentos para ponerla en
práctica, el “poder hacer”.
Asimismo, hay quien considera la motivación (querer hacer) como parte de la competencia,
pero teniendo en cuenta que la motivación en sí misma no es medible y que además se puede
traducir fácilmente en actitudes fácilmente observables, no consideramos que deba ser un
componente de la misma.
Sin embargo, es muy importante diferenciar claramente los dos significados del término
competencia:
Nuestro concepto de diferenciar de forma radicalmente opuesta los utilizados por los sistemas
más tradicionales (función y tarea) se basa en las siguientes características:
• Hacen referencia a la aportación del sujeto, más que a la actividad o función que
realiza en sí misma. No se pretende saber cómo hace su trabajo, sino qué hace, qué
aporta a la organización y el resultado de esa aportación.
Ejemplo:
Lo importante no es que un sociólogo maneje datos sociales o estudios, sino que con
ellos realiza un proyecto.
• Tiene carácter de permanencia en el tiempo, esto es, los medios empleados para
realizar el trabajo pueden cambiar (entrevistas, cuestionarios, otros estudios,
estadísticas…), pero la aportación seguirá siendo la misma. Si se tiene conocimientos,
habilidad y la actitud adecuada, la aportación será la misma.
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• Es mensurable. Como puede observarse por los comportamientos asociados a cada uno
de sus niveles, es medible y, por lo tanto, evaluable y desarrollable.
Al igual que ocurre con la definición conceptual del término, en función de la aportación teórica
que se trate, es posible diferenciar varios tipos de competencias. Por ejemplo, y siguiendo
algunas de las aproximaciones conceptuales que hemos visto al inicio del apartado 5.3, a
continuación estudiamos la clasificación de algunos autores:
¾ Nosotros tomaremos la clasificación propuesta al inicio de esta unidad, que las divide en
dos grandes grupos:
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• Competencias clave: son aquéllas que alinean el comportamiento de todos sus
trabajadores con la estrategia de la organización. También se les denomina
competencias de conducta, porque están más asociadas a las habilidades y actitudes
que a los conocimientos, por eso son capaces de diferenciar, de forma más precisa, a
un gran profesional de uno normal.
Dependiendo de si las asociamos más con las actitudes o con los rasgos de
personalidad, podrán retribuirse de una manera o de otra. Si las asociamos más a los
rasgos de personalidad, que son más estables que las actitudes, podemos considerar
que requieren una retribución fija. Sin embargo, si las asociamos más a las actitudes,
que son más volubles, podemos considerar que requieren una retribución variable.
Definiremos las competencias que sean realmente necesarias. Para ello existen diversos
métodos que requieren de la participación y la implicación tanto del equipo directivo como
de los trabajadores, que a veces participan en su totalidad, pero la mayoría de ellas
mediante muestras estratificadas representativas.
Para facilitar la agrupación de las competencias dentro de cada uno de estos dos grandes
grupos (clave y técnicas), podemos diferenciar varios subgrupos:
- Competencias de gestión:
- Competencias relacionales:
- Competencias directivas:
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Ejemplo: orientación al cliente, la orientación a los resultados, la innovación etc.
Implantar un sistema de gestión por competencias desde una perspectiva integradora, como el
que acabamos de ver, en una organización que, hasta entonces desarrollaba modelos de
competencias más antiguos, o que ni tan siquiera conocía el concepto, supone un reto. A esto
habría que añadir que se trata de un proceso de cambio muy fuerte y muy radical, que hay que
saber gestionar, además del enorme esfuerzo e inversión de recursos de todo tipo que puede
requerir la unificación de toda la gestión, en base a la misma unidad de medida.
Las personas son una de las claves para lograr la ventaja competitiva en un entorno
cada vez más complicado.
Queda descartada, por tanto, la disyuntiva inicial entre persona o tarea, y mucho más que la
delimitación del término competencia, que hemos realizado en esta unidad didáctica.
El problema real de la implantación de cualquier sistema de este tipo es que por muy bueno y
conveniente que sea a veces lo aplican personas que no creen en la importancia de sus
colaboradores, por lo que no van a invertir tiempo en implantar ideas que ellos mismos
consideran una pérdida de tiempo.
Según la perspectiva del cuadro de mando integral, en el siguiente esquema puede observarse
cómo en última instancia los recursos humanos de la organización siempre se encuentran en la
base para la consecución de los objetivos financieros de la organización:
1. OBEJTIVOS
FINANCIEROS
Crecimiento /
beneficio/retribución al
2. OBJETIVOS DE accionista 3. OBJETIVOS DE
MERCADO INNOVACIÓN Y
PROCESOS
Nuevos mercados
Satisfacción de los Innovación/sistemas de
clientes información
Nuevos clientes 4. OBJETIVOS DE
RECURSOS HUMANOS
Estructura profesional
Competencia profesional
Clima de integración
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En última instancia tanto los objetivos de mercado y de innovación como los financieros
dependen del logro de los objetivos de recursos humanos, sus competencias, su motivación y
el modo en el que se organizan y distribuyen el trabajo, ya que en definitiva son quienes
consiguen los clientes, innovan los procesos o definen la estrategia. Esto se observa más
fácilmente en organizaciones cuya unidad de producción es el conocimiento (consultorías,
servicios profesionales, etc.), pues en estos casos el negocio se sustenta por completo en las
competencias profesionales de sus integrantes. Para que el rendimiento de dichas
competencias sea máximo debe:
- Contar con sistemas que las gestionen, las desarrollen e identifiquen con los mejores
colaboradores de entre todos los candidatos posibles.
Tanto es así, que tener en cuenta la fase de desarrollo vital en la que se encuentra la persona
es un paso previo e indispensable en el diseño de un plan de carrera, incluso puede determinar
si a la empresa le interesa o no invertir tantos esfuerzos económicos, de organización y
temporales en la persona.
Hay que tener en cuenta que generalmente un plan de carrera se diseña a largo plazo, es
decir, a 2, 5 e incluso 10 años, dependiendo del nivel del puesto al que se destina dicho plan
de carrera.
Muchas veces puede requerir que la persona realice viajes frecuentes e incluso que cambie su
lugar de residencia en más de una ocasión (siempre dependiendo de las necesidades de la
organización y el puesto de destino). Por lo tanto, evaluar si la persona se encuentra en un
ciclo vital que le permita asumir este compromiso con la empresa a nivel personal, familiar y de
tiempo para el desarrollo de su potencial, es un unto crucial.
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Odiorne (1990) establece los siguientes estadios en el desarrollo profesional de los
directivos:
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Normalmente el ciclo vital condiciona la actividad que desarrolla la persona, y la que es
capaz de asumir o desarrollar. En el siguiente cuadro enumeramos las actividades que
suelen caracterizar a cada periodo del ciclo vital de un individuo:
25-30
Escoger compañero/comprar casa/crear familia.
Buscar seguridad en el trabajo/desarrollar carrera.
Involucrarse en el desarrollo de la comunidad.
Desarrollar autonomía.
Manejar estrés por los cambios.
30-35
Búsqueda de valores personales.
Desarrollar carrera profesional/seguridad/permanencia/echar raíces.
Reevaluar relaciones y matrimonio.
35-45
Reevaluación y fortalecimiento de las relaciones de pareja, hijos, padres y
comunidad.
Reevaluar trabajo, matrimonio, propiedades y valores.
Reajuste de la vida.
Dirigir el estrés que acompaña a los cambios.
45-55
Ajuste a las realidades del trabajo.
Ajuste al nido vacío.
Participación más activa en la comunidad.
Soportar demandas de padres mayores.
Administración y ajuste del presupuesto familiar por las demandas de los hijos
mayores.
55-65
Ajuste a los problemas de salud.
Profundización en las relaciones.
Financiar nuevas actividades de ocio.
Afrontar pérdida del compañero y ajuste a la vida en soledad.
Dirigir el estrés que acompaña a los cambios.
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Fin del trabajo remunerado y búsqueda de otras actividades de logro.
Inicio de los problemas salud.
Dirigir el tiempo libre.
Búsqueda de significados.
Manejar estrés por los cambios.
De la lectura de este cuadro podemos deducir que cuando más adelantada esté la fase del
ciclo vital de la persona, más arraigada está a su entorno y a sus relaciones, lo que,
dependiendo de los requerimientos del plan de carrera, es necesario tenerlo en cuenta.
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De la misma manera, también se condicionan las capacidades del individuo en función de la
fase de su ciclo vital, el número de años de experiencia profesional que posea, especialmente
los desarrollados dentro de la organización que pretende diseñar un plan de carrera.
- Desarrollo, cuando la persona es joven, lo cual puede realizarse para casi cualquier nivel
técnico en el que se encuentre.
- Mantenimiento.
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5.6. Importancia de las competencias
Para asegurar que la organización se provee de los miembros que realizan las aportaciones
realmente necesarias para su supervivencia en el mercado, la mejor opción es realizar una
prospección del mercado que anticipe los cambios que van a acontecer. De esta manera la
organización podrá reorganizar las aportaciones de sus miembros en función de ellas. Por lo
tanto, la flexibilidad de la organización para adaptarse a estos cambios se incrementa cuanto
más profesionalizada sea su plantilla. Por su parte, esta flexibilidad se incrementa canto más
polivalentes sean las personas que ocupan los puestos, cuanto mayor sea su nivel de
empleabilidad.
Ejemplo:
Si un departamento financiero, en lugar de disponer de administrativos muy
especializados en contabilidad, facturación o tesorería, dispusiera de profesionales
integrales de administración y finanzas, le sería mucho más fácil afrontar los picos de
actividad.
Este sistema favorece también un cambio de estilo de liderazgo, que se hace más
participativo puesto que ahora se deben asumir mayores atribuciones en cuanto a desarrollo de
colaboradores o comunicación, lo que facilita el cambio cultural, haciéndola mas abierta y
participativa.
Es lógico pensar que al aplicar el mismo lenguaje y sistema a la descripción de los puestos,
que a la selección de personal y a la formación, el ajuste de cada persona a su puesto de
trabajo será cada vez mayor, por lo que esto redunda en su satisfacción laboral, de la misma
forma que contar con mayores probabilidades de promoción profesional y de participación en
las decisiones de la empresa.
Poner el énfasis en la aportación que cada persona realiza a la organización permite ajustar
también los costes laborales al nivel de aportación. Además, esto introduce como punto de
vista que el coste salarial es en realidad una inversión que retorna en creación de valor en la
organización, frente a considerarlo como un gasto por una actividad que puede realizar
cualquier otra persona.
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formarlo casi a voluntad. Se simplifican también las actividades paralelas como es la gestión
puramente administrativa, puesto que a mayor simplicidad de la estructura, menor volumen de
trabajo administrativo, que no reporta valor a la organización.
Por último, cabe destacar el ahorro que supone dejar de subcontratar determinadas
actividades, porque el nivel de competencia de los trabajadores permite que la asuman en
parte o en su totalidad.
La teleformación es especialmente útil para aquellas personas que están en una fase de
adaptación a su nueva actividad profesional o a su nuevo puesto de trabajo, ya que estas
personas necesitan cierta flexibilidad para su realización, así como una atención individualizada
para su aprendizaje. Pero la teleformación requiere un alto grado de motivación que, en el caso
de tratarse de planes de carrera o promociones, no es nada difícil que pueda poseer el
trabajador que se convierta en alumno.
La creciente dinámica de cambio del mercado empresarial y de los conocimientos que son
necesarios para un trabajador en su propio puesto, así como la creciente orientación
empresarial hacia el factor humano de la organización como ventaja competitiva, hacen que las
necesidades de formación sean cada vez más crecientes y sobre todo cambiantes.
Los modelos formativos formales no dan respuesta suficiente a estas demandas por su:
- Escasa flexibilidad.
- Y sobre todo obsolescencia del modelo educativo formal tradicional, que limita en mucho la
autonomía en el proceso de aprendizaje del alumno.
De ahí que cada vez sean más las organizaciones que están integrando este modelo en sus
planes de desarrollo. Estas tecnologías impactan de la siguiente forma en los procesos de
formación de la empresa:
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profesor, por el uso de fuentes colectivas y cualificadas. Aunque estas posibilidades no son
excluyentes con los soportes tradicionales.
Pero es cierto que una vez implantados sistemas de e-learning en la organización, el nivel
de cultura tecnológica de la organización en general y de sus integrantes en particular se
dispara.
Por lo tanto, no es posible hacer una clasificación de los escenarios de e-learning que no sea
atendiendo al modelo de formación que se vaya a usar y a la predominancia del uso de unas
tecnologías sobre otras. Dentro de estas posibilidades, el formato virtual normalmente:
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5.8. Planes de carrera y categorías equivalentes
Si tomamos como punto de partida el uso compartido de los mismos principios, resulta mucho
más fácil el diseño de acciones de mejora reales y oportunas. En realidad la detección de
necesidades de formación y la identificación de colaboradores con potencial desarrollo para
ocupar puestos de mayor responsabilidad, vienen dadas de la realización de la evaluación de
competencias.
Cuando se diseña la ruta de puestos que una persona debe ocupar en un plan de carrera a fin
de desarrollar las competencias y conocimientos que necesita para promocionarse a un puesto
superior, a esto se le llama mapa de rutas, que consiste marcar las diferentes posibilidades de
ruta en color diferente.
Si tras esto se evalúan las competencias de los integrantes de cada puesto y se fijan sus
niveles específicos, se obtiene además el mapa de competencias del que realmente dispone la
organización, y la diferencia entre ambos resultados arroja las necesidades formativas de cada
colaborador de forma individualizada.
Los objetivos de desarrollo personales para cada uno de ellos se establecen durante la
entrevista de evaluación de forma conjunta entre el trabajador y su responsable, con
características que los hagan asequibles.
- Flexibles.
- Importantes.
Existen muchas opciones para articular las acciones de desarrollo a realizar con un
colaborador (formación presencial, on line, rotación de puestos, coaching, outdoor training…), y
cada una de ellas será adecuada a unos determinados objetivos de desarrollo. Pero teniendo
en cuenta que la finalidad de fijarlos es:
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- Servir de estímulo y motivación.
Es lógico que sea necesaria la participación del colaborador en su definición, porque esto
incrementa su nivel de implicación, establecer un plan de acción concreto adaptado a lo que se
pretende lograr, realizar un seguimiento estrecho para detectar las posibles dificultades que
surjan y evaluarla de forma continua para garantizar que se consigue el efecto deseado.
Formulación de
DURANTE EL CICLO
Seguimiento y apoyo
Realizar este ciclo completo con una entrevista para cada fase puede suponer una sobrecarga
de entrevistas tanto para la persona como para los responsables que las realizan, por lo que es
conveniente agruparlas en lo posible.
Pero no todas las promociones que se desarrollan dentro de la organización son un plan
de carrera. Esto dependerá fundamentalmente de cuál sea la línea de progresión natural
que existe entre las profesiones de la organización, que no es otra cosa que la existencia
de un grado de similitud suficiente entre los puestos, de tal forma que puedan ser asumidos sin
requerir la magnitud de inversión temporal, económica y de organización que requiere un plan
de carrera.
Hemos estudiado que un plan de carrera es una estimación de posibles rutas de crecimiento
profesional dentro de la empresa, que se diseñan para una determinada persona dentro de una
organización. Se realizan en función del potencial de la persona, lo que se detecta mediante el
seguimiento de su desempeño, que debe ser excelente, mediante entrevistas individuales y
mediante la estimación de sus capacidades en función de su ciclo vital.
Pero un plan de carrera también tiene en cuenta las preferencias del empleado, es decir, es
voluntario, no puede ser obligatorio. La principal diferencia existente entre el plan de
carrera y el plan de sucesión es que este último se puede hacer para todos los puestos
de la empresa, mientras que el plan de carreras se realiza sólo para los puestos clave.
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Primeramente se analiza la función directiva, estudiando sus diversas direcciones de
departamento o áreas, ya que el dato anterior es una media de toda la organización. Tras
esto se detectan las necesidades de formación concretas y el tipo de carrera a planificar en
función del objetivo a conseguir y del puesto de destino de la carrera. De esta forma, se
diseñará la rotación dentro de cada dirección o en puestos sucesivos hasta llegar al de
destino (dirección general, dirección de marketing, dirección de formación, etc.).
Generalmente los procesos selectivos serán masivos, y no conviene fijar criterios selectivos
en torno al expediente académico, las notas o los años invertidos en la formación, pues se
ha demostrado que no correlacionan positivamente con el desempeño profesional.
El plan de carrera debe ir acompañado de un plan salarial acorde a cada tramo a fin de
incentivar e impedir la fuga a la competencia. Este proceso se diseñará en función del tipo
de plan de carrera: puramente técnica, gerencial o internacional.
No se trata de un plan dirigido a una persona en concreto, sino que son líneas generales
para todos los puestos de la empresa, esto es, está dirigido a aquellas personas que
quieran progresar y sepan cómo hacerlo; siempre de forma voluntaria. Para ello, al ser
genérico, se deben agrupar los puestos a fin de diseñar empleos tipo y se trazan los
posibles caminos de promoción o carrera: funcional, tecnológica o comercial. Las carreras
funcionales o comerciales generalmente tienen techo directivo de alto nivel.
Este tipo de plan permite detectar las necesidades de formación y desarrollo que se
necesitan para promocionar de acuerdo con un perfil requerido y los perfiles de
competencias de cada puesto.
Tiene nombre y apellidos y se diseña a medida para una persona en concreto, está dirigido
a los puestos clave de la empresa y a personas con potencial.
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El proceso consiste en lo siguiente:
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CONCLUSIONES
La gestión por competencias en la empresa actual se rige como la piedra angular de toda la
gestión que debe realizar la empresa moderna a nivel organizacional y de recursos humanos
en particular. Permite crear un lenguaje y un sistema objetivo y mensurable sobre el que
evaluar a las personas que la componen y sus aportaciones a la organización. Sobre este
sistema común de clasificación del conocimiento de la organización se fundamentan los
restantes sistemas de gestión como son los del cambio, conocimiento, desarrollo, etc.,
centrándonos en la función de los recursos humanos, (selección, formación, planificación de
carreras, descripción de puestos, retribución o evaluación de desempeño, entre otros).
En esta unidad didáctica el alumno ha obtenido una visión general de la forma en que se
entrelazan estos sistemas de gestión, cómo interactúan entre ellos y las ventajas que esto
reporta a la organización. Además, es capaz de reconocer las organizaciones que lo ponen en
práctica, entender y manejar el mismo lenguaje.
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BIBLIOGRAFÍA
Material básico:
ERNST & YOUNG CONSULTORES (1998): “Gestión por competencias” en Manual del Director de
RR. HH., Vedior Laborman, pp. 79-96.
FUNDIPE (Fundación para el desarrollo de la función de recursos humanos): Cuadro de mando
e indicadores para la gestión de personas, FUNDIPE y Pricewaterhousecoopers, Madrid.
Material complementario:
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Revista Especial Directivos:
<http://www.especialdirectivos.es/>
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