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UNIDAD NÚMERO II
RELACIÓN MÉDICO-PACIENTE
1
(ver link: http://verne.elpais.com/verne/2016/06/09/mexico/1465428018_327935.html
modalidad, particular de asistir y entablar relación con los niños con leucemia, logró
resultados favorables, en gran medida, con métodos que favorecían la persistencia en el
tratamiento, disminuyendo el abandono y la negativa de los niños, es decir, aumentando
su paciencia, su tolerancia.
a) La comunicación.
b) El paciente.
c) El médico.
d) El entorno.
e) 0tros.
2
http://www.definicionabc.com/salud/paciente.php
Existen especies animales (por ej. insectos) que viven en sociedad, sin embargo, no
tienen cultura. Si bien el ser humano, como otros seres vivos, aprende de la experiencia,
tiene la capacidad no solo de aprender de la experiencia sino del trato mutuo, por lo que
todas las sociedades humanas cuentan en gran medida con el aprendizaje acumulado
transmitido (cultura), al decir del antropólogo C. Kluckhorn: toda cultura humana es un
almacén de soluciones prefabricadas a problemas que el ser humano debe encarar.
Si bien es posible efectuar una separación conceptual clara entre estas tres
áreas, ellas son no obstante interdependientes
El esquema básico de comunicación implica un emisor, un mensaje, un canal y
un receptor. A partir de ello, nos interesa en especial, la relación emisor-receptor que
se establece por medio de la comunicación.
No es posible no comunicarse
Toda comunicación tiene un aspecto de contenido y un aspecto relacional tales
que el segundo clasifica al primero y es, por ende, una metacomunicación
La naturaleza de una relación depende de la puntuación de las secuencias de
comunicación entre los comunicantes
Los seres humanos se comunican tanto digital como analógicamente.
Todos los intercambios comunicacionales son simétricos o complementarios,
según que estén basados en la igualdad o en la diferencia
3
Vidal y Benito. Acerca de la buena comunicación en medicina, MC; CEMIC, Bs As 2002, pp: 15-16
En síntesis: Los diversos investigadores que trabajaron sobre este tema
coinciden en que la comunicación humana se caracteriza por ser un proceso
transaccional y multidimensional.
Al decir que es un proceso significamos que no se trata de una acción estática, sino
más bien de desarrollo y cambio. Lo transaccional se refiere a la influencia recíproca que
conlleva intercambio.Lo multidimensional corresponde a las diversas dimensiones
involucradas como la dimensión contenido, constituida por las palabras que se utilizan
en la particular situación de la relación con el médico o cualquier miembro del equipo de
salud, el lenguaje y la información que se transmite.La dimensión relacional se refiere
a los aspectos del mensaje que tienen que ver con la forma de vinculación de las
personas involucradas.
Cuando las relaciones entre las personas son conflictivas, la dimensión relacional
adquiere más importancia entre los contenidos del mensaje. Por el contrario, cuando no lo
son, los contenidos adquieren mayor significación. Una pregunta o una observación
pueden ser percibidas de un modo muy persecutorio o no serlo en absoluto, según el
estilo relacional.
4
Extraído : Vidal y Benito, MC, Acerca de la buena Comunicación En Medicina, Instituto Universitario CEMIC, Bs As, 2002
El estudio de la facie del paciente, de su gestualidad, movimientos y acciones es un
tema que forma parte del examen que del paciente hace el médico y que desde siempre
se les enseña a los estudiantes de medicina.
Esta es una forma de observación clínica de aspectos que podrían formar parte de
una patología determinada. Además de ello, está la comunicación no verbal que
acompaña más allá de la enfermedad posible, los encuentros interpersonales y grupales,
de los que no escapa, el del médico, paciente y familia o acompañantes
“…no puede haber una clínica fina si el que la práctica no ha aprendido, mucho
más sutilmente que hasta ahora, a oír.”
P. Laín-Entralgo
Antes de referirnos al paciente y al médico, haremos una breve introducción con
el concepto de Personalidad, debido a que es básica su consideración para la
comprensión en relación a los roles a desempeñar.
b) El paciente:
5
Remitirse al manual de Cátedra de Medicina Antropológica.
cuales determinados síntomas pueden ser diferencialmente percibidos, evaluados y
actuados (o no actuados) por diferentes tipos de personas» (Mechanic 1960).
6
Apartado extraído del Manual de Psicología Médica Jeammet PH, Renaud M, Consoli, S Cap 7, 230-235.
o Egocentrismo: El enfermo que no percibe el mundo más que en relación
con él mismo, que no imagina que los otros puedan también encontrarse enfermos
o cansados, que no soporta la frustración.
Debe tenerse en cuenta, que la regresión en los niños, dentro de ciertos límites de
forma y tiempo, es un mecanismo frecuente y necesario en el desarrollo evolutivo de sus
funciones. Es normal que un niño por ejemplo regrese a conductas previas, para
aliviarse de tensiones excesivas cuando en poco tiempo avanzará con algún logro en su
desarrollo, producto del crecimiento y la maduración.
c) El médico:
o Situación tanto laboral como personal del médico: Debe discernir lo que
concierne a su propio estado afectivo en situaciones médicas de emergencia o
cuando existen factores estresantes de carácter extraprofesional, que puedan influir
en el contexto médico laboral.
o Disponibilidad.
d) Enfermedad:
e) Otros factores:
o Factores institucionales:
Facilidad de acceso del paciente a las instituciones,
sensación de bienestar y calidez en la misma tanto para el
médico como para el paciente, higiene, etc.
Privacidad: No favorecen situaciones como consultorios de
ginecología divididos por una cortina. Consultorios de salud
mental compartidos en el momento de la consulta con el
paciente, etc.
Características del sistema sanitario que promueve la
despersonalización del paciente; pérdida de su identidad,
reducción de la misma a expresiones como “la cama número
tal", "la neumonía de la cama 7" o "la apendicitis con
reacción peritoneal”.
Ausencia o limitaciones de recursos institucionales que
posibiliten el análisis de los problemas que se plantean en la
RMP, como los grupos de reflexión casuística Balint,
posibilidades de interconsulta con profesionales salud
mental, comité intrahospitalarios de Bioética, existencia de
limitaciones en medios de comunicación.
Las consultas deben durar más o menos tiempo según cada caso en particular. No
destinar tiempo suficiente facilita la posibilidad de generar mala praxis
Así mismo hay dos niveles de demandas: una que es consciente para el paciente y
otra que no lo es, a veces ni para el paciente ni para el médico. La demanda consiente
tiene que ver con el pedido de asistencia que el paciente refiere en forma concreta: "Me
duele la cabeza","Siento palpitaciones y opresión en el pecho" o "Estoy con fiebre”.
1- Del paciente:
Cada vez más se ven menos pacientes pasivos, se observa un porcentaje más alto
de personas que tienen actitudes más impacientes, exigiendo respuestas inmediatas a
su problema de salud. Esta actitud generalmente influye en forma negativa en la RMP y,
por ende, resulta perjudicial tanto para el médico como para el paciente.
2- Del médico:
Ellos son:
o El modelo de la relación cuasi diádica de Pedro Laín Entrelgo, con su
definición del fundamento de la relación y los momentos de la misma.
o El modelo interaccional, que se centra en las relaciones, las interacciones
y el contexto.
o El modelo de King, postula que en la relación enfermo/a-paciente, las
interacciones están construidas por secuencias de percepción-juicio-acción
que se retroalimentan.
o El modelo de Learly, que analiza los ejes de dominación-sometimiento,
amor-odio.
o Modelos de la bioética. Conceptos de ética, moral, bioética. Principios y
reglas.
o Modelos de Robert Veatch: de la ingeniería, sacerdotal, colegial,
contractual.
o El Modelos de Szasy y Hollander:que considera la relación desde las
posiciones actividad-pasividad, dirección-cooperación, participación mutua
y recíproca. Describe 3 niveles o situaciones:
En concreto: no es que haya un nivel de relación mejor que otro, pero sí uno
más adecuado para un determinado padecimiento o una situación clínica dada.
Frecuentemente, médico y paciente tendrán que modificar su actitud a lo largo de
una misma enfermedad y adoptar uno u otro tipo de relación de acuerdo con lo que
permitan o requieran las circunstancias.
Por ej.: Rosa es una señora de 53 años, trabaja en quehaceres domésticos. Cursó
hasta tercer grado. No manifiesta enfermedades previas.Consulta por Hipertensión
arterial, está asustada, temerosa.Decide “hacer lo que su médico le indica”,
estableciéndose una relación niño –adulto. Pasivo-activo en circunstancias en que
debería establecerse el “Modelo adulto-adulto o de participación mutua.
Ese lugarespecial que se llega a ocupar para un paciente, pasando a ser “su
médico”, influye positivamente en el proceso de salud y enfermedad. No pocas veces
funciona de alguna manera como parte del propio tratamiento que el médico prescribe:
"efecto placebo" que algunas veces utiliza para influenciar al paciente, o para
reflexionar sobre las medidas recomendadas.
Simpatía: designa esa afinidad innata con toda pasión que. A veces, aparece
instantáneamente transfundida de otro: una cara sonriente es para quien la observa
un objeto de alegría en sí mismo.
¿Cómo?:
Patobiografía y patoplastía
Ejemplo: Una persona puede padecer la infección por virus de Hepatitis B en forma
latente hasta desarrollar la enfermedad de Hepatitis B.
8
Revisar apunte de antropología.
alteración psicológica y de la conducta precipitadas por azares de la vida que implica
una pérdida repentina de aportes básicos, la amenaza de pérdida o grandes exigencias
asociadas con la oportunidad de lograr mayores aportes. Las alteraciones
psicosomáticas y psicosociales que se asocian a la crisis son el resultado de la lucha
por lograr ajuste y adaptación frente a un problema temporalmente insoluble”9.
Patoplastía: forma en que cada individuo vivió, sintió o le afectaron los estados
mórbidos padecidos.
9
Caplan G. Principios de Psiquiatría Preventiva, 966; Paidos.
10
MARCELLI D., De AJURIA J. 1996. Psicopatología del niño. 3º Edición.Barcelona, Ed.Masson S.A; p 5.
11
Autor: M.Pérez Gaspar http://psiquiatriaho.galeon.com/manual/a3n3.htm
Un primer fenómeno que destaca por su importancia en la dinámica de la relación
médico-paciente es el de la empatía o conocimiento intuitivo del sentido de los
sentimientos, emociones y conducta de otra persona. Supone una sintonía con las
vivencias del paciente, la capacidad para ponerse en su lugar, para adoptar sus puntos de
referencia y comprender objetivamente sus sentimientos y sus conductas.
La empatía se caracteriza por ser un proceso activo, que tiene como finalidad conocer la
situación de una persona a través de traducir sus palabras y gestos a un significado
experiencial equiparable. Es una de las cualidades más importantes que debe tener un
terapeuta. Cuando un médico empatiza con un enfermo aumenta la confianza y
esperanza de éste en el terapeuta, mejorando por tanto la relación médico-paciente.
Un fenómeno relacionado con la empatía es el de la simpatía que podría definirse
como la capacidad natural y espontánea de la persona para empatizar en la relación
social. Supone un compartir con otra persona sentimientos, ideas y experiencias, por lo
que al contrario que la empatía, la simpatía no es objetiva.
En la relación médico-paciente se cruzan consciente o inconscientemente
sentimientos recíprocos de coincidencia empática o simpatía que aunque difíciles de
analizar objetivamente, sirven para comprender mejor al enfermo.
TRANSFERENCIA
La noción de transferencia fue enunciada por Freud, como la reactualización
focalizada de un conflicto psíquico infantil que, por estar reprimido, escapa a la
verbalización y por tanto a la consciencia del paciente 12. Se trata por lo tanto de un
fenómeno inconsciente en el que los sentimientos, las actitudes y los deseos
originalmente ligados a importantes figuras de los primeros años de la vida, son
proyectados en otras personas en este caso en el médico que representan a aquellas en
el momento actual. Con todo, la manifestación transferencial no es una repetición literal
de experiencias previas, sino una representación simbólica de las mismas13.
La figura del médico, como otras connotaciones parentales, acogedoras y dadoras
de cuidados, es fácilmente evocadora del fenómeno transferencial. La revelación de datos
íntimos por parte del paciente, que el médico escucha como si de un padre o un amigo
íntimo se tratara, puede suscitar en el paciente actitudes y modalidades de relación
aprendidas durante la infancia.
Con todo, la transferencia que se produce en la situación psicoanalítica no se
puede generalizar al conjunto de la práctica médica ni al tipo de relaciones que induce la
situación de asistencia. La distorsión de la relación que se produce en la cura
psicoanalítica está favorecida por las condiciones especiales de este tipo de terapia -
neutralidad del analista, duración y regularidad de las visitas, relación prolongada, etc. Las
características actitudes irreales a que da lugar, ligadas a emociones intensas, facilitan, al
ser interpretadas, la integración en la conciencia de los contenidos reprimidos, y se
convierten en la vía que permite al paciente comprender la naturaleza de sus dificultades
12
Rojí MB. La entrevista Terapéutica: Comunicación e interacción en psicoterapia. Madrid: Universidad Nacional de
Educación a Distancia, 1990 pp 59-84.
13
Racker H. Estudios sobre técnica psicoanalítica. Buenos Aires: Paidós, 1979.
y liberarse de ellas. El analista viene a representar el papel en blanco en el que se
proyectan las fantasías, necesidades y expectativas del paciente.
En la relación médica, la distorsión de la relación puede tener su origen en toda una gama
de posibles malentendidos frecuentes, por otra parte, en muchas otras relaciones
interpersonales, por los que las personas proyectan en sus interlocutores una serie de
imágenes preestablecidas y esperan de ellos las respuestas que esperaban de estas
imágenes. Esto es debido a que, como se sabe, la percepción no es un fenómeno pasivo
sino activo, que no asimila, sino que proyecta, que no depende fundamentalmente de la
estimulación sino de nuestras necesidades, de nuestras capacidades de configuración y
del estado funcional de nuestro psiquismo.
En la práctica médica ocurre lo que en todo primer encuentro entre dos personas
que todavía no se conocen. Como no tienen datos sobre los que organizar la interacción,
la percepción del otro se configura mediante un proceso de realce o destaque del
conjunto de impresiones indiferenciadas en un intento de "llenar", "organizar", "configurar"
y destacar o corporeizar sectores del campo fenoménico. Para ello acuden a sus
experiencias anteriores, no precisamente conflictivas. Sólo así pueden sentirse
relativamente seguros y orientados, ya que solamente la percepción posibilita la adopción
de una postura o una actitud ante la situación.
Como dice Mira y López14, "Desde el punto de vista psicobiológico el hombre
prefiere una creencia errónea a una duda cierta y por esto cuando no sabe se lanza a
suponer y bien pronto supone saber todo lo que acontece a su alrededor. En virtud de
esta tendencia a atribuir corporeidad y destaque a una simple apariencia es posible todo
el encantamiento de una ilusión o de una vivencia deliroide".
Otro factor regulador de la organización configurativa que contribuye a comprender
la tendencia del paciente a falsear, a distorsionar, su percepción del terapeuta, es el factor
de utilidad o sintonía. Según éste, en igualdad de condiciones, se configuran
preferentemente aquellas formas que satisfacen una necesidad, un interés. Así la
situación de dependencia y la necesidad de ayuda del paciente, favorece la proyección en
el médico, de las añoranzas e ideales arquetípicos de hombre, mujer, madre protectora,
padre autoritario, amigo etc., de forma que la relación se configura según tales
proyecciones, más que sobre la auténtica personalidad del médico. Detrás de estos
grandes estereotipos sociales el enfermo lo que busca es, frecuentemente, una imagen
ideal a la medida de su necesidad de consuelo, ayuda, seguridad y protección.
Otro paso más en la distorsión vendría explicado por la tendencia de las formas
perceptivas a ejercer efectos de organización contagiantes o contrastantes influencia
configurativas obre otras formas, dando lugar a nuevas configuraciones que se imponen
como estructuras diferentes. Así, la tendencia a generalizar alguna de las características
de la persona, del médico, apariencia física, posturas y movimientos, determinadas
expresiones faciales, forma de hablar que recuerdan o sugieren, a otras personas, que no
tienen por qué ser precisamente figuras importantes de la primera infancia, y que
predisponen a actitudes, expectativas, confianzas y desconfianzas en la relación,
objetivamente no pertinentes. Es como si el enfermo, al encontrar en el médico algún
aspecto coincidente con sus prejuicios e imágenes preestablecidas, le adjudicara la
14
Mira y López E. Psicología experimental. Buenos Aires: Kapelusz, 1958.
totalidad de alguna de dichas imágenes, para adoptar entonces sus actitudes habituales
frente a éstas.
Todos estos fenómenos que podríamos llamar de transferencia "light" se
encuentran más en la línea de lo que Sullivan 15 describe como "distorsión paratáxica",
término que emplea para describir algunas distorsiones perceptivas, base de muchas
incomprensiones en las relaciones interpersonales, mediante las cuales el sujeto trata de
defenderse de la angustia16.
Por otra parte, tanto la transferencia como el resto de falsas representaciones de
la realidad interpersonal pueden ser positivas o negativas, según que los afectos
desplazados, o las generalizaciones y proyecciones realizadas, sean de un signo u otro.
Si la transferencia es positiva el médico pasa a ser una figura amable, simpática, digna de
respeto, confianza, admiración, y demás sentimientos positivos que, en principio,
favorecen los efectos terapéuticos de la relación. Si la transferencia es negativa el médico
pasa a ser una figura malévola, antipática, no fiable, indigna, autoritaria y despótica, que
hacen conflictiva, antiterapéutica o incluso imposible la relación, "como el enfermo
imaginaba".
Como la base de ambos fenómenos es la misma, el sentido de la transferencia
puede cambiar de signo en el curso del tratamiento, de forma que una fe ciega en el
médico, capaz de suspender temporalmente la manifestación funcional o incluso lesional
de un trastorno, puede transformarse, a continuación y sin un motivo aparente, en
sentimientos negativos de desilusión y desencanto por parte del paciente, que hagan
ineficaces hasta los efectos más biológicos de un tratamiento.
Por todo ello es muy importante que el médico reconozca estas falsas
representaciones de la realidad basadas en motivos inconscientes, las controle y
aproveche sus aspectos terapéuticos.
CONTRATRANSFERENCIA
Por contratransferencia se entiende la distorsión de la relación terapéutica
producida por el médico. Esta noción, introducida también por Freud en la literatura
clínica, hace referencia, en términos psicoanalíticos, tanto a "todo aquello que, por parte
de la personalidad del analista, puede intervenir en la cura" como "a los procesos
inconscientes que el analizado provoca en el analista"17.
En la actualidad, el concepto ha sido, como el de transferencia, asumido también
por casi todas las escuelas, y en él se incluyen el conjunto de efectos que las
necesidades y conflictos de un terapeuta tienen sobre su capacidad para atender y
comprender al paciente, así como las dificultades que presenta para abordar con
efectividad aquellas conductas y mensajes del paciente que activan sus propios conflictos.
También como en la transferencia hay que admitir, en la práctica médica, toda una
serie de distorsiones de la relación debidas a la generalización y desplazamiento de la
15
Sullivan HS. La entrevista psiquiátrica. Buenos Aires: Psique, 1964 pp 27-51.
16
Mira y López E. Doctrinas psicoanalíticas. Buenos Aires: Kapelusz,1963 pp 113-123.
17
Laplanche J, Pontalis JB. Diccionario de Psicoanálisis. Barcelona: Labor, 1981 pp 83-84.
experiencia previa, de los propios prejuicios y estereotipos, del médico sobre el paciente,
que sin ser tan específicas como la contratransferencia psicoanalítica, tienen, igualmente,
efectos antiterapéuticos, si no son tenidas en cuenta y controladas. Asimismo, la
cotransferencia también puede ser positiva o negativa y tanto un tipo como otro puede
crear dificultades si el médico, dejándose llevar por ella, se involucra en los problemas del
paciente.
Una cierta reacción afectiva a la personalidad del paciente edad, sexo, situación
social, presentación, comportamiento y a su adecuación al papel de enfermo del enfermo
ideal, del "buen" enfermo y del "mal" enfermo, que el médico tiene, es inevitable18. Así, el
médico puede experimentar al paciente de muchas maneras. A veces se le hace pesado y
otras veces interesante, provocador, seductor, hostil, lastimero, sumiso o dominante.
Igualmente el médico puede sentirse compasivo y encolerizado, molesto, perplejo,
acogedor o frustrado. Son sentimientos que no deben ser ignorados sino utilizados para
comprender la relación interpersonal y aprender más del paciente y lo que es igualmente
importante de uno mismo.
Del desconocimiento de estos procesos, vinculados a ansiedades fundamentales
del paciente y del médico, pueden surgir, al margen de la capacitación profesional y
técnica, actitudes terapéuticas poco eficaces o incluso contraproducentes. Por ello el
clínico debe tener mínimamente aclarados los conflictos personales, con el fin de que los
mismos, no interfieran en exceso en la marcha de la relación y en la captación de los
significados de la misma; es decir, se requiere un adecuado manejo de la transferencia,
de la contratransferencia y de los fenómenos similares, para que exista la objetividad
suficiente e imprescindible para cualquier observación clínica.
18
Jeammet PH, Reynaud M, Consoli S. Psicología médica. Barcelona: Masson, 1989 pp 295-322.
“las predisposiciones de determinados sujetos en cuanto a sus actitudes y el
modo de afrontar situaciones, condicionadas por la escala de valores en uso en una
sociedad determinada”.
Las personas con este tipo de personalidad suelen ser muy activas y rápidas,
seguras y atrevidas, impacientes e inconformistas; competitivas, agresivas y
combativas; valientes y arriesgadas. Protagonistas, autoritarias y líderes; su
vida gira en torno al trabajo, al logro y el éxito; debido al temor al fracaso están
en constante competencia con los demás y ello las pone en “estado de alerta
permanente”.
SALUD Y GÉNERO.
Disponibilidad: Número
suficiente.
Accesibilidad: físico,
geográfico, económico,
informativo de toda la población, pero en especial, los más vulnerables.
Aceptabilidad: Respetuosos de la ética médica y que reconozcan aspectos
culturales y de género.
Calidad: científica y medicamente acordes, recursos humanos capacitado,
medicamentos y equipos científicamente aprobados y condiciones sanitarias
adecuadas.
De todo ello se deriva que para poder garantizar el derecho a la salud es una
condición necesaria lograr la igualdad de género, que también es un derecho humano
universal consignado en tratados internacionales y en nuestra constitución nacional 23.
Para entender esto último aclaremos algunos conceptos.
¿Qué es género?
Por ejemplo: existe una división sexual del trabajo y del poder, por la cual los
hombres acceden mejores trabajos y mejor remunerados que las mujeres a nivel mundial,
y particularmente en la Argentina las mujeres ganamos en promedio un 27,2% menos que
los varones. Existe una esfera laboral no remunerada ni reconocida, cubierta
principalmente por mujeres (trabajo reproductivo) que tiene que ver con las actividades
domesticas, la crianza de los niños y el cuidado de adultos mayores y personas con
discapacidades; y a su vez existe un trabajo productivo, remunerado parte del mercado
laboral, que va a estar limitado por la presencia de ese trabajo reproductivo y por la
desvalorización social del trabajo “femenino”. El concepto de género contiene otros
elementos destacables:
23
Carta de las Naciones Unidas (1945)
Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (1965)
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966)
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966) y sus dos Protocolos (1966 y 1989)
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (1979) y su Protocolo Facultativo (1999)
Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (1984)
Convención sobre los Derechos del Niño (1989)
Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares (1990)
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer-«Convención de Belém do Pará» (1994)
Relacional: genero no equivale a mujer o a problemáticas de la mujer. Se refiere a
la organizaciónde las relaciones desiguales sociales y económicas entre los sexos
y, cual es el impacto que tiene en la vida de las personas.
Ahora bien,
¿qué relación
tienen estos temas
con el abordaje
clínico de los
pacientes? ¿Cuál
es el aporte de la
perspectiva de
género a la salud
pública?
24
Principios de Yogyakarta: Principios sobre la Aplicación de la Legislación Internacional de Derechos Humanos en Relación con la
Orientación Sexual y la Identidad de Género [Internet] ; 2006 6 – 9 Nov.; Yogyakarta, Indonesia.. Disponible en:
http://www.oas.org/dil/esp/orientacion_sexual_Principios_de_Yogyakarta_2006.pdf
25
Organización Mundial de la Salud. Las mujeres y la salud: Los datos de hoy, la agenda de mañana. Ginebra: OMS; 2009
Por su función biológica reproductiva, las mujeres tienen una mayor necesidad de
servicios de atención que aquéllos. En sistemas no solidarios de atención esto significa
una mayor carga del gasto en salud para las mujeres (cobro de tarifas por servicios y
primas más caras de aseguramiento), medidas tales que amplifican la desigualdad
económica ya existente en contra de las mujeres. En edad avanzada, son uno de los
sectores de mayor vulnerabilidad física y económica de la sociedad, porque su mayor
sobrevivencia no equivale necesariamente a una mejor salud dado que tienden a
experimentar niveles más altos de morbilidad y discapacidad que los hombres a lo largo
del ciclo vital y a enfrentar más dificultades que aquéllos para obtener la asistencia
sanitaria que necesitan, debido a factores biológicos ligados al sexo femenino, pero
también a una menor protección prestacional derivada de la inserción laboral
desventajosa que experimentaron a lo largo de la vida26.
“…más allá del examen de la situación de ventaja o desventaja de las mujeres o los
hombres, es necesario analizar el contraste entre los esfuerzos y los sacrificios hechos
por las mujeres y los hombres, y las compensaciones y los beneficios que unas y otros
obtienen. Establecer este contraste es importante para una mejor comprensión de la
injusticia de género en el mundo contemporáneo… La naturaleza altamente demandante
de los esfuerzos y las contribuciones de las mujeres, sin recompensas proporcionales, es
un tema particularmente importante de identificar y explorar” 28
28
Anand S, Sen A. Gender inequality in human development: Theories and Measurement. Occasional papers No 19. New York: Human
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