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DIPLOMADO III

NEUROCIENCIAS Y PSICOPATOLOGIA

PROFESOR: CÉSAR CASAL

TRABAJO FINAL

UNA VISIÓN 360˚ DEL TRASTORNO DE PERSONALIDAD NARCISISTA

CONOCERME ES MORIR

Adriana S. Rubano Di Giano

Ligia M. Gutiérrez Montilva

Venezuela, Caracas

Julio 2021
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INTRODUCCIÓN

El trastorno de personalidad narcisista o como es llamado culturalmente narcisismo, está más

presente en la sociedad de lo que se puede imaginar, disfrazado de egocentrismo, de egoísmo

y hasta de hedonismo, rasgos estos comunes en cualquier persona que ostente de ser

auténtica.

El narciso vive para sí, se ve reflejado en su imagen en la cual ve justificada su accionar de ser

en el mundo, y tal como se relata en el famoso mito griego de “Narciso y Eco”, se enamora de

su imagen hasta morir a causa del dolor que le produce no poderse tener así mismo. Como dijo

Theodore I. Rubin (1981): “El narcisista se convierte él mismo en su propio mundo y a su vez

cree que el mundo entero es él”.

El presente trabajo representa un viaje a las profundidades de lo que es vivir como un

narcisista, integrando así los conocimientos en neurociencia estudiados durante el presente

diplomado.
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INDICE

INTRODUCCIÓN

I. NEUROCIENCIA. ANALISIS DE UN ARTICULO ARBITRADO

II. PSICOPATOLOGIA DEL TRASTORNO DE PERSONALIDAD NARCISISTA

III. ABORDAJE EN GESTALT

IV. VIVENCIA HUMANA

BIBLIOGRAFIA

APENDICE
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I. NEUROCIENCIA. ANÁLISIS DE UN ARTICULO ARBITRADO

A la luz de la neurociencia, pareciera no haber consenso sobre las implicaciones

neurocientíficas del trastorno de personalidad narcisista en su esencia, puesto que se le

atribuyen causas asociadas al ambiente y no a factores biogénicos (químicos).

Según (Millon y Davis, 1996), la etiología por factores ambientales:

- Indulgencia parental y sobrevaloración,

- Conductas explotadoras aprendidas.

- Estatus de hijo único

Factores biogénicos: no está clara su participación.

Ahora bien, se ha asociado por diagnóstico diferencial, a otros trastornos como al límite y al

antisocial, teniendo este último incidencia en el sistema límbico, especialmente del núcleo

amigdalino.

Esta incidencia nos llevó entonces a analizar la conducta narcisista a la luz de procesos

cognitivos como la toma de decisiones y bajo la presión del miedo; esto lo realizamos a

través de un artículo arbitrado del Journal Dialogues in Clinical Neuroscience, de una

investigación clínica llamada Miedo y toma de decisiones en el trastorno narcisita de la

personalidad: un vínculo entre el psicoanálisis y la neurociencia, por Elsa Ronningstam,

PhD; Arielle R. Baskin-Sommers, MS. (Traducido del inglés).

De éste, hemos extraído planteamientos e innovaciones poco convencionales que no se

encuentran en la bibliografía usual. En este sentido, se habla sobre una limitación en el

DSM en cuanto a la ausencia de niveles de funcionamiento de la personalidad especificados

para el diagnóstico del trastorno, esto es que el narcisismo va desde lo saludable y

proactivo hasta lo patológico y maligno.


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El narcisismo patológico y el trastorno de personalidad narcisista a menudo coexisten con

áreas y períodos de alta funcionabilidad del individuo, incluidas áreas de competencia,

capacidades cognitivas, emocionales, interpersonales e interrelacionales.

En los avances para unificar criterios sobre la compresión de los componentes que operan

entre ambas patologías, se examinan los fundamentos neuronales del narcisismo como una

forma de refinar su fenotipo. La investigación sobre la empatía y el funcionamiento

empático, ya ha demostrado que este vínculo es más constructivo en el TPN,

contribuyendo a un cambio significativo en la identificación de la empatía, no como ausente

o presente, sino como una capacidad multifactorial y fluctuante.

Comprender los procesos y los fundamentos neurológicos del miedo y la toma de

decisiones, puede influir potencialmente para el diagnóstico y el tratamiento del TPN.

Los grandes logros del narciso pueden estar relacionados al miedo a la incompetencia y al

fracaso, el auto-mejoramiento por miedo a la inutilidad e inferioridad, el perfeccionismo por

miedo a la vergüenza y a la crítica. El centro del miedo se ubica en la amígdala, que junto

con la amígdala media forman una red neuronal involucrada en la percepción de amenaza,

aprendizaje y la expresión del miedo. En este sentido, los estudios relacionan la importancia

del miedo en la expresión de la psicopatología, de hecho Kerberg sugirió que el narcisimo

podría ser el núcleo de la psicopatía.

Con relación a la toma de decisiones, la investigación se centra en aspectos intrapsíquicos,

identificándolo como un proceso secundario del yo vinculado a la motivación y la acción.

Aunque no se reconoce como un aspecto para el diagnóstico del TPN, los tiempos en las

tomas de decisiones de un narcisista pueden llevarlos a situaciones insoportables y crisis de

vida que exigen intervención y tratamiento terapéutico.


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La recurrencia de una situación particular, desencadena la reactivación de patrones

neuronales influenciados por las emociones, lo que predisponen la decisión hacia

elecciones de maximizar la recompensa o minimizar el castigo. Damasio y otros proponen

que la corteza orbitofrontal, específicamente la corteza ventromedial es fundamental para la

toma de decisiones; en este sentido se plantea la hipótesis que la disfunción primaria de los

pacientes con daño en la corteza ventromedial, era la incapacidad de usar las emociones

para ayudar a la toma de decisiones.

Las personas con TPN se caracterizan por ser egoístas y de aprovecharse de los dempas

para beneficio propio, no toleran la crítica, ni los castigos, por tal motivo es posible que la

toma de decisiones para ellos, se vea influenciada como consecuencia de alguna huella

somática en el área emocional.

Como conclusión se señala que en los patrones de interacción, tanto de autorregulación

como neuronales, entre el miedo y la toma de decisiones mencionados anteriormente,

implican la ventaja de integrar los estudios clínicos y la neurociencia para mejorar la

perspectiva entre el narcisismo patológico y el diagnóstico del TPN. Este estudio

proporciona conceptualizaciones más profundas sobre el narcisismo, que se pueden añadir

a la neurociencia y visiones importantes para identificar y entender aún más, los procesos

en el funcionamiento de la personalidad narcisista. En consecuencia, la toma de decisiones

en narcisistas puede estar influenciada por la desregulación de los efectos, como la

hipersensibilidad al miedo.

II. PSICOPATOLOGIA Y SEMIOLOGÍA DEL TRASTORNO DE PERSONALIDAD NARCISISTA


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III. Según el DSM51, el trastorno de la personalidad narcisista está dentro del grupo B de los

trastornos de personalidad y corresponden al tipo “dramáticos, emotivos e inestables”. Se

define como:

Patrón dominante de grandeza (en la fantasía o en el comportamiento) necesidad de

admiración y falta de empatía, que comienza en las primeras etapas de la vida adulta y se

presenta en diversos contextos, y que se manifiesta por cinco (o más) de los hechos

siguientes:

1. Tiene sentimientos de grandeza y prepotencia.

2. Está absorto en fantasías de éxito, poder, brillantez, belleza o amor ideal ilimitado.

3. Cree que es “especial” y único, y que sólo pueden comprenderle o sólo puede

relacionarse con otras personas (o instituciones) especiales o de alto estatus.

4. Tiene una necesidad excesiva de admiración.

5. Muestra un sentimiento de privilegio (es decir, expectativas no razonables de tratamiento

especialmente favorable o de cumplimiento automático de sus expectativas).

6. Explota las relaciones interpersonales (es decir, se aprovecha de los demás para sus

propios fines).

7. Carece de empatía: no está dispuesto a reconocer o a identificarse con los sentimientos y

necesidades de los demás.

8. Con frecuencia envidia a los demás o cree que éstos sienten envidia de él.

9. Muestra comportamientos o actitudes arrogantes, de superioridad.

1
Manual de Diagnóstico Diferencial. (2021). Trastorno de la Personalidad Narcisista. 5ta Edición. Editorial
Panamericana, p. 365.
9

Alexander Lowen describe al narcisismo como – La enfermedad de nuestro tiempo,

descripción que nos parece bastante acertada en vista de que es el trastorno de los líderes

mundiales que más impacto han tenido en la historia reciente, y citamos:

En lenguaje coloquial se describe a la persona narcisista como aquella cuya preocupación se centra

en ella misma con exclusión de cualquier otra. Otto Kernberg, otro relevante psicoanalista, aporta una

visión más concreta:

En los narcisistas, según sus propias palabras, “se encuentran diversas combinaciones de ambición

desmedida, fantasías de grandeza, sentimientos de inferioridad y excesiva dependencia de la

admiración y aclamación externas”. En su opinión, también son características de la persona

narcisista la “inseguridad e insatisfacción crónicas acerca de sí misma, la explotación consciente o

inconsciente de los demás y la crueldad hacia las otras personas” . (Lowen, p. 11,1985)

Bajo este comportamiento subyace un trastorno de personalidad, que lleva a una persona a

ser explotadora y a actuar sin piedad con los demás, y al mismo tiempo a sufrir de

inseguridad e insatisfacción crónicas.

Kernberg nos señala que el narcisista queda atrapado en su imagen; en realidad, no puede

distinguir entre la imagen de quién imagina que es y la imagen de quién es en realidad. Las

dos visiones se funden en una sola (…) Lo que sucede es que el narcisista se identifica con

la imagen idealizada de sí mismo. La imagen del yo verdadero queda perdida (si esto se

produce porque se fusiona con la idealizada o porque se deja de lado en favor de esta

última es relativamente poco importante). Los narcisistas no funcionan basándose en una

imagen del yo real, porque ésta les resulta inaceptable.

En mi opinión, (Lowen, 1985) está claro que la perturbación básica de la personalidad

narcisista es la negación del sentimiento. Yo definiría al narcisista como una persona cuyo

comportamiento no está motivado por los sentimientos. Pero aún nos queda otra pregunta
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por responder: ¿por qué querría alguien negar los sentimientos? Y relacionada con ésta

surge otra: ¿por qué están tan presentes los trastornos narcisistas en la cultura occidental?.

Según Alexander Lowen exploraremos los que a su criterio, corresponden a los tipos de

trastornos:

LOS DIFERENTES TIPOS DE TRASTORNOS NARCISISTAS

Hasta ahora he abordado el narcisismo como una unidad, pero en realidad cubre un amplio espectro

comportamental; existen diversos grados de alteración o pérdida del yo. Distingo cinco tipos distintos

de trastornos narcisistas, en función del grado de alteración y de sus características concretas. Así,

las diferencias son tanto cuantitativas como cualitativas. No obstante, el elemento común es siempre

el narcisismo. Estos son los cinco tipos, en orden ascendente según el grado de narcisismo:

1. Carácter fálico-narcisista.

2. Carácter narcisista.

3. Personalidad límite.

4. Personalidad psicopática.

5. Personalidad paranoide.

Obtenemos así el espectro de los trastornos narcisistas, de menor a mayor gravedad. Utilizando este

espectro, se ve más claramente la relación existente entre los diferentes aspectos del trastorno

narcisista. Cuanto más narcisista es un individuo, menos se identifica con sus sentimientos. También

existe una correlación entre la negación o la carencia de sentimientos, y la falta de un sentido del yo.

(Lowen, p. 16 y 18,1985)

Otro de los análisis sobre narcisismo que ejemplifica el nivel de identificación o subyugación

con el concepto de imagen, se encuentra en una publicación del Psic. Pastor Hernández
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Madrigal llamado Los orígenes del Narcisimo y nos presenta un análisis de la palabra

imagen como sigue a continuación:

Análisis de la palabra IMAGEN según Francoise Dolto:

La noción de la palabra IMAGEN es un juego de palabras divididas en tres partes:

 La I de Identidad,

 La ma de mamá, cuyo representación es significativa en la estructuración de la

imagen del infante, y

 Gen, que tiene un significado de tierra, como la base incluso del cuerpo (Je) Yo,

pronombre personal de la primera persona singular.

Puntualizar el concepto de imagen, nos permite entender que la identidad del sujeto está

determinada por las primeras relaciones con la madre en la construcción de su esquema

corporal y en la estructuración de su Yo.

Lacan interpreta que el Yo está ligado a la imagen del propio cuerpo. El niño ve su imagen

total reflejada en el espejo, pero hay una discordancia entre esta visión global de la forma

de su cuerpo, que precipita la formación del yo, y el estado de dependencia y de impotencia

motriz en que se encuentra en realidad.

Bajo esta perspectiva, el Yo se forma por la imagen del otro, en realidad, el otro representa

un espejo. Es en la imagen del otro, entonces, donde el niño se va a reconocer, donde va a

percibir su propio deseo. El Yo tiene su origen en el espejo, el otro es un espejo, lo que

sostiene el narcicismo es el orden del lenguaje, orden simbólico al organizar una mediación

entre el yo y el semejante. La imagen del cuerpo representa el primer lugar de los

significantes, y sobre todo de los significantes de la madre.

2
Hernández, P. (2021). Academia Edu. https://www.academia.edu/8260120/Sobre_los_origenes_del_Narcicismo
Psic. Pastor Hernández Madrigal
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¿Cuál es la relación de la imagen del espejo con el narcisismo?

Se entiende que el narcisismo primario significa un amor, a la díada y en la díada, o sea un

amor a un estado todavía no individual del que puede nacer el yo ulterior, representa un

espacio de omnipotencia que se crea en la confluencia del narcisismo naciente del niño y el

narcisismo renaciente de los padres.

En la simbiosis que se produce con la díada madre-hijo, el niño no puede sentir ni

experimentar ningún amor activo: El niño es objeto de amor, y todos los sentimientos

placenteros que necesita se los procura la madre. El niño aprende, sin saberlo a

relacionarse con una persona.

Se reconoce que la exclusividad de la relación madre-hijo es propio de los primeros meses

de la vida del niño, el rostro del niño es ante todo, el rostro de ella, se puede afirmar que la

imagen del espejo se construye en relación estrecha con el narcisismo primario,

completamente inconsciente, la imagen especular se constituye en la dialéctica con los

otros, ahí se fabrica al interiorizar a los otros. El destino reservado a los niños depende de la

actitud de los adultos, en especial de la madre.

Entonces podemos señalar principalmente dos fases del narcisismo, el narcicismo primario,

en donde existe la ilusión de que madre e hijo son uno mismo, en esa relación diádica y en

esa representación renaciente el narcisismo de los padres, en donde se concibe que la

maternidad corre por el cuerpo, en donde la función de la madre es de muerte (Freud), es

enfrentar su conflicto edípico, en la identificación con su propia madre.

El narcisismo secundario, que corresponde al narcisismo del Yo, es preciso que se

produzca un movimiento por el cual el investimento de los objetos retorna e inviste al Yo. Se

define como el investimento libidinal de la imagen del Yo, estando esta imagen constituida
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por las identificaciones del Yo a las imágenes de los objetos, esa carga libidinal inviste al Yo

del bebé.

La relación entre el esquema corporal y la imagen del cuerpo está constituida por gran

cantidad de intrincaciones pulsionales. El niño por medio de su vocabulario entra en la

cultura, será comprendido por los otros y tendrá constantemente una imagen inconsciente

del cuerpo espacio-temporalizada en la relación con la madre. La imagen es eso. La imagen

del cuerpo es una palabra introducida en el código de la imagen inconsciente del cuerpo del

niño. Decodificar la imagen del cuerpo exige estar de acuerdo con el otro.

Concluyendo, la imagen del cuerpo es la esencia relacional del lenguaje, es decir :

• El Yo se forma por la imagen del otro,

• Está ligado a la imagen del propio cuerpo

• El Yo tiene su origen en el espejo

• El Otro es un espejo

• Lo que sostiene el narcisismo es el orden del lenguaje, orden simbólico, al organizar una

mediación entre el Yo y el semejante.

• Cuando el bebé al identificarse con una imagen que no es él, termina por reconocerse,

por captar la forma global (la gestalt) de su cuerpo propio, en el estado de una imagen

exterior de su cuerpo, integrar su imagen a su cuerpo propio, es pues decisivo para la

constitución del sujeto.

• El cuerpo humano no preexiste al lenguaje sino, justamente, que es humano porque es

cuerpo de lenguaje.

• El estadio del espejo es el articulador de lo Real con lo imaginario y lo simbólico.


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IV. ABORDAJE EN GESTALT

Para sanar debemos reconocer la pérdida, los límites de lo que es posible, sufrir esa pérdida y

continuar. Con el paciente narcisista, la marcha de esto la debe determinar el mismo . (Yontef)

Con el paciente narcisista lo primero es establecer un vínculo para poder ir elaborando la

experiencia terapéutica. Su necesidad es ir a terapia semana tras semana a contar su

película de manera de obtener la atención de una persona, que para él debe ser importante

y respetada. Esta primera etapa de tiempo invertida no es una pérdida, ni una manipulación,

es el establecimiento de un vínculo fuerte entre cliente y terapeuta dando la confianza y

seguridad necesarias para el paciente con este tipo de trastorno.

Una vez establecido dicho vínculo, habrá tiempo posterior, para poder poco a poco,

introducir apreciaciones novedosas sobre su darse cuenta o sus sentimientos, y aportar

observaciones a su experiencia. Para llevar a cabo su proceso los narcisistas necesitan que

el terapeuta armonice durante un largo periodo de tiempo con sus necesidades para

protegerlo de los sentimientos de desvalorización y vacío.

La humildad y la paciencia del terapeuta serán muy importantes, demostrándole respeto y

confianza en su realidad, y aun sabiendo que básicamente lo que él va a mostrar es una

imagen de sí mismo, tener respuestas empáticas y comprensivas, más que la insistencia en

un dialogo abierto, sugerencia de experimentos y actuaciones, interpretación o enseñanza

del enfoque gestáltico o terapéutico, se obtendrán más resultados si se logra acreditar la

experiencia del paciente en cada momento. Movilizarlo hacia un mejor darse cuenta o

contacto con muchas intervenciones puede ser vivenciada por los narcisistas como

exigencias para satisfacer las necesidades de los terapeutas, en vez de anteponer sus

propias necesidades.
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La experiencia de sentirse validados en su vivencia por otro que se ocupa es vital para el

desarrollo de un sentido coherente de uno mismo, para la preocupación por el sí mismo y el

otro, y la confianza en el contacto entre personas.

Es importante que a los pacientes narcisistas se les permita desarrollar una relación

terapéutica relativamente libre de intervenciones que consideran intrusas o que invaliden su

experiencia, la terapia con el narcisista requiere de un periodo largo que enfoque su

experiencia, sin una atención explicita por técnicas o intervenciones directas, más allá que

lo relacionado con su propia experiencia, a menos que surjan espontáneamente del

paciente. La relación se irá desarrollando de acuerdo con los sentimientos actuales, el

potencial y el verdadero si mismo del paciente.

Para los narcisistas, el control tiene la misma función que el poder, necesitan asegurarse de

que no existe posibilidad alguna de que otra persona mande sobre ellos, su desconfianza

siempre está presente, y en cualquier intervención donde se traspase el límite que se va

estableciendo en la relación, el narcisista, o bien cae en desilusión, y dice que la terapia no

le sirve para nada, o conecta con algún introyecto que le dice que esto no debía haber sido

así, lo pone en duda con la carga hacia afuera ,o sea contra la actuación del terapeuta, o

se indigna con él.

El narcisista, igual que todas las personas que pasan por terapia, se sentirá agraviado y

contrariado, sentirá desilusión, miedo, herida narcisista, o dolor en determinados momentos

de terapia. Cuando esto ocurre, el terapeuta no tratará de imponer su intervención, o buscar

cambiar la experiencia del paciente, sino acompañar y validar su experiencia sólo

reconociendo su parte en la interacción.

La terapia Gestalt en determinados momentos terapéuticos es de confrontación, y en el

caso del trastorno que nos ocupa hay saber cómo actuar sin volver a levantar su herida
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narcisista, en la certeza de que es por su propio bienestar, manteniéndose en el sitio, sin

buscar minimizar, acelerar o consolar.

En el proceso, irán apareciendo las exigencias del campo organismo ambiente, siempre

sobre la base de las necesidades del cliente como: desestructurar su imagen, falsedad de

su propio yo, sus capacidades reales no manipuladas y desde allí las de los otros, las

emociones que negó, las necesidades propias y las de los otros, limites, etc. La

consecuencia será: frustración, dolor, conflicto, dificultad y el narcisista al sentirse la

herida, verá su rabia, y luego puede venir el rencor y allí la sombra puede asomar, buscará

como mecanismo de evitación reponerse rápidamente de esto, dejando la Gestalt sin cerrar

de modo que la experiencia no culmine, quede abierta y de este modo no habrá retirada, no

hay satisfacción ya que se sentirá expuesto por haber compartido su afectación, y el

narcisista quedará colgado como tantas veces de la valoración del otro.

Todo esto con el paso de la terapia irá cambiando, y el narcisista se permitirá la desilusión y

la frustración producida, aunque el terapeuta nunca dejará de tener a mano el vínculo

empático, pero ahora con más peso. Con un vínculo consolidado, la empatía se podrá usar

para el trabajo del darse cuenta y poder ir cerrando las Gestalt que quedaron inconclusas,

ya que el cliente irá logrando mayor coherencia, seguridad, y sentimientos positivos hacia él,

al ir precisando su darse cuenta lo podrá poner al servicio de sus necesidades orgánicas y

de las de los otros, aquí se empezará a trabajar con la proyección , bien por silla vacía o por

un objeto , no como si fueran parte suya, sino separadas de el mismo y podrá ahora hacer

el contacto esperado con mayor flexibilidad, ya que es menos dependiente del campo.

Es importante tener en cuenta que con la identificación de su imagen de grandiosidad el

narcisista logra ignorar el dolor de su realidad interna, y se dará más adelante un cambio

más profundo, con la expresión de los sentimientos negados y suprimidos, liberando la

tensión muscular crónica con la que bloqueó sus sentimientos, activando en este punto su
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función consciente podrá hacer contacto con los recuerdos reprimidos que el narcisista que

negó desde pequeño.

Recordemos que la consolidación del narcisismo, ya sea en la constitución de un narcisismo

sano o en la configuración de sus expresiones patológicas, las interacciones tempranas

entre el niño y la satisfacción-insatisfacción de las necesidades narcisistas que éste

presenta en el contacto con sus principales cuidadores o figuras más significativas es

fundamental. Dichas necesidades serían las de especularización e idealización y aparecen

entre el final de la fase edípico-freudiana y los 6 años de edad.

V. VIVENCIA HUMANA. Análisis de Narciso Bello.

Narciso Bello es un joven estudiante del último año de Psicoterapia de Gestalt, que llega a

consulta, para cumplir un requisito de la formación como psicoterapeuta gestáltico y, por tal

motivo, iniciar así su proceso personal.

Se trata de un hombre de 30 años de edad, delgado, de estatura media, pelo castaño

oscuro, de tez bronceada, pasos firmes al caminar, facciones delicadas, mirada despierta,

apariencia física conservada, aseado y de buen vestir. Posee buen nivel cultural, inteligente,

astuto, soberbio, de lenguaje cordial y fluido, evidente sentido del humor, ironía y sarcasmo.

A través de esta entrevista inicial se desvelan aspectos determinantes de la personalidad de

Narciso, tales como una actitud controladora, suspicaz, y evaluadora ante lo que el

terapeuta argumenta; aparecen también aspectos de envidia narcisista en relación a la

agresividad, el desprecio y superioridad con que habla sobre otros profesionales, colegas y

profesores del instituto. Tiene muy presente la fantasía de excepcionalidad, de considerarse

alguien especial que necesita atención especial, “un profesional competente y que este a mi

altura” son sus propias palabras.


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Narciso Bello, posee una tendencia a exhibirse, a mostrar aspectos que considera

grandiosos de sí mismo, motivado en la búsqueda por necesidades inconscientes de

despertar u obtener admiración en el otro. Está presente en él la fantasía de omnipotencia,

de megalomanía infantil, al sentir que las cosas las va a conseguir con poco o ningún

esfuerzo, solo por el mero hecho de pensarlas o desearlas, negando el trabajo, la voluntad y

el tiempo necesarios para la obtención.

Posee una actitud de negación sobre sus aspectos débiles, frágiles, miedo a mostrarse

vulnerable “no necesito una terapia, vengo, cumplo un requisito y se acabó”, asevera,

dejando ver a un “ser para sí” o como dice (Winnicott, 1957) un “falso self” término que hace

referencia a una persona cuyo sentido del self depende excesivamente de las respuestas de

los demás (Ryle y Kerr, 2006). Es confluente con el campo, vive sin contacto con sus

auténticos sentimientos, con una sensación de falta de autenticidad.

El narcisista se abre y se implica cuando siente que la otra persona lo admira de cierta

manera y está a la par con él, esto requiere tiempo y esfuerzo sobre todo a nivel del trabajo

terapéutico, a Narciso Bello no le gusta entrar en competición, expresa rabia y rivalidad

edípica hacia su figura de autoridad relevante, su padre, a quien admira y critica por jactarse

de buen padre, pero que no llega a conocer a su hijo.

Narciso fue el centro de atención en casa, es el segundo de tres hermanos, su hermana

mayor y su madre lo cuidaron mucho desde que nació, puesto que tuvo una pequeña

malformación en su pie derecho y requirió hasta los 5 años, de intervenciones, terapias y

cuidados especiales, fue mimado por su madre y eran muy cercanos. La relación cambia al

nacer su hermano pequeño cuando cumple 6 años, comenzando a acumularse la rabia

hacia mamá y la huella de abandono gesta en él con una supercompensación de un yo

disminuido que se sobrecompensa con un súper yo agrandado.


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Fue un niño difícil, inquieto, también muy inteligente, con buen léxico a pesar de la edad,

avispado, se le etiquetó de revoltoso, que no toleraba perder en los juegos, maleducado,

arrogante y consideraba a su padre alguien todopoderoso.

Su adolescencia y adultez no fue diferente, se hicieron más evidentes las conductas de

supremacía y arrogancia, falta de empatía y poca emocionalidad que caracterizaban sus

relaciones interpersonales, es voraz con sus parejas y explotador con sus compañeros. Su

relación más significativa duró 4 años con una chica que comenzó a exigirle más amor y

Narciso no entendía de sentimientos, a los pocos meses ella termina suicidándose.

Decide estudiar psicoterapia de Gestalt porque su vida comienza a llenarse de muchos

conflictos personales, siendo psicólogo, ya no le servían los test y los perfiles que analizaba,

aun cuando no le interesaba tratar pacientes para no lidiar con los problemas de otros, si le

gustaba conocer y saber sobre la psique humana, aprender otra forma de enfocar diversas

situaciones de forma más pragmática era un nuevo objetivo que lo haría posicionarse mejor

en la empresa de su padre, donde trabaja y desea pronto llegar a ser presidente.

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