EMPRESAS Y NEGOCIOS
José Antonio Apipilhuasco Ramírez
¡Vence
el síndrome cangrejo!
¿Salir o quedarse en la cubeta?…
He ahí la cuestión
¿ Qué tienen que ver nuestras actitudes como cultura al momento
de hacer negocios, crearlos o participar en ellos?, es el punto de
partida de este ensayo que resulta fuerte y revelador, pero a la
vez con una aportación a la reflexión de lo que hay que valorar
para ser exitosos.
El síndrome cangrejo,
¿cáncer nacional?
Famosa es la parábola que la filosofía po-
pular ha dado en llamar el síndrome can-
grejo y que no sólo se profesa como pa-
radigma y apotegma en México, sino que
incluso se reconoce como una caracterís-
tica de otros países latinoamericanos.
Considerada en algunos casos como
la invocación de un destino fatal se ha-
bla sin ton ni son del síndrome cangrejo
en los ámbitos gubernamentales, depor-
tivos, empresariales, culturales, para ad-
vertir que probablemente los proyectos
que se piensan efectuar no van a termi-
nar de cuajar en razón de las circunstan-
cias nacionales que propician el fracaso
de los planes y proyectos.
Baste para ello un ejemplo palpable
cuando el senador por el Partido Verde
Ecologista de México, Arturo Escobar,
invocara en el Palacio Legislativo de San
Lázaro tal parábola como el otro cáncer
de la teoría cangrejo en el mensaje en
que dejó clara la posición de su partido
el 1 de septiembre de 2006, previo a que
se tomara la tribuna de la Cámara de Di-
putados por las razones políticas que ya
todos conocemos.
Así, en no pocas ocasiones se utiliza
esta parábola para en unos casos justifi-
car lo injustificable y fijar las presuntas
bases de una realidad con destino fatal
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Octavio Paz…
sobre el mexicano
“Viejo o adolescente, criollo o mestizo,
general, obrero o licenciado, el mexicano
se me aparece como un ser que se
encierra y se preserva: máscara el rostro
y máscara la sonrisa. Plantado en su
arisca soledad, espinoso y cortés a un
tiempo, todo le sirve para defenderse:
el silencio y la palabra, la cortesía y el
desprecio, la ironía y la resignación”
Octavio Paz, El laberinto de la
soledad, FCE, México, 2000, p. 32.
e inamovible; en otros para describir la
realidad del entorno y conformarse con
dicha descripción como si nada pudiera
hacerse para modificarla y, finalmente,
en otros casos, los más constructivos y
desgraciadamente los que menos se pre-
sentan, se plantea la situación imperan-
te y después se promueven sistemas que
generen y propicien el cambio.
¿Qué es el síndrome
o complejo cangrejo?
En el artículo ¿Planeación estraté-
gica personal?, publicado en Pyme
Adminístrate Hoy, número 146, hice
referencia a la importancia de trascen-
der el síndrome cangrejo por medio de la
visión estratégica personal para desarro-
llar un proyecto empresarial, pero, ¿en
qué consiste el síndrome cangrejo y de
qué forma afecta los negocios?
Reza el dicho popular que teniendo
en varias cubetas a cangrejos de varios
países, mientras los de unas nacionalida-
des se impulsan y ayudan a salir, otros
jalan a sus compañeros para mantener-
los en el balde.
Descripción esta que ha alcanzado
casi la calidad de verdad profética y fa-
talista e igualmente de tabú incuestiona-
ble. El síndrome o complejo cangrejo es
un tema tabú porque si bien se hace refe-
rencia a él, nadie se atreve a escudriñar-
lo para saber en qué consiste realmente
y cómo propicia que las empresas, nego-
cios y proyectos que unos desempeñan,
fracasen en razón de la inercia de quie-
nes deberían colaborar con el proyecto.
Para establecer una concepción a
priori del síndrome o complejo cangre-
jo diré que éste consiste en el conjunto
de circunstancias materiales, ideologías,
actitudes y actos prevalecientes en un
entorno social negativo que impide por
inercia el desarrollo de actividades que
inviten al individuo a actuar en libertad
para la obtención de sus metas.
Estoy convencido que el tema del
complejo cangrejo puede ocasionar la
escritura de verdaderos ensayos de psi-
cología social que fascinen por su ca-
lidad descriptiva, tanto por el diagnós-
tico como por sus efectos perniciosos,
obras como El laberinto de la soledad,
de Octavio Paz, o El perfil psicológico

del hombre y del ciudadano en Méxi-
co, de Samuel Ramos, sin nombrar otros
tantos libros que más o menos reprodu-
cen y se regocijan en la descripción, pero
igualmente considero que poco o nada
se lograría si aparte de la profundización
racional y acuciosa en el problema deja-
ran de hacerse indicaciones y propuestas
claras que señalen el camino que permita
romper el tabú, el mito y la inercia.
Rompiendo el mito
del complejo cangrejo
A lo largo de los artículos que preceden
al presente he comenzado por plantear a
los empresarios, la importancia de ana-
lizar en primer término el entorno más
cercano, autoevaluándolo para conocer
No surgen empresas exitosas sin un
conocimiento previo, los negocios, sea cual sea
su naturaleza, se sustentan en un mínimo de
conocimientos obtenidos por la experiencia
las circunstancias reales que afectan
nuestro ánimo en el desempeño de nues-
tras actividades empresariales.
De ahí la importancia de haber trata-
do los temas de la actitud en la creación
de una planeación estratégica, de abor-
dar el tema de los valores en el ámbito
empresarial y de resaltar la importancia
de la coherencia entre los valores que se
predican y la actitud que nosotros debe-
mos asumir como empresarios todo con
la intención, ahora una vez efectuadas
aquellas reflexiones, de asumir que si
bien el entorno puede ser adverso, si se
asumen las variables controlables puede
ser reconducido con reflexión, observa-
ción, detenimiento, inteligencia y con-
trol de los recursos como de las personas
para transformarlo en un campo propicio
en que se cultive la empresa que así se
convenga.
La anotación que ahora deseo enfa-
tizar es que en un mundo globalizado no
es posible brindarle poderes mágicos a
los mitos; el empresario, hoy día, debe
estar bien consciente de que en el en-
torno de competitividad que hoy se vive
los empresarios luchan por ganar, con-
servar y aumentar su influencia en el
mercado, y la ganancia de unos signifi-
ca necesariamente la quiebra de otros,
sea la competencia con empresarios na-
cionales o no. Sin embargo, en esa lucha
constante, en esa competencia continua,
siempre existen campos de oportuni-
dad para desarrollar en ellos nuevas
REVISTA AH 13
formas de empresa que nos pongan en
ventaja.
Las disertaciones expuestas en los
artículos anteriormente publicados han
tenido por propósito que el pequeño y
el microempresario, como tú y como yo,
observemos el entorno que, por más ne-
gativo que sea, ofrece oportunidades a
todo aquel que así las desee tomar, en
general sólo basta usar el sentido común,
tener preocupación por los demás y por
el negocio propio con disciplina y crea-
tividad.
¿Cómo romper el entorno adverso
mediante la visión estratégica?
El aspecto financiero de los haberes y de-
beres de una empresa es determinante
para considerar el éxito del negocio, sin
embargo, no es el capital el que da valor a
la empresa, sino la actitud psicológica.
De entre las actitudes que el empre-
sario ha de asumir para el éxito en su
empresa la confianza es la más impor-
tante.
Es determinante para desarrollar
cualquier tipo de empresa y para el mo-
vimiento de las inversiones en los mer-
cados bursátiles, de capitales, de divisas,
de tecnología, entre otros; sin confianza
no hay mercado.
Paradójicamente, la confianza no se
dispone como capital financiero por las
empresas, es más, ni siquiera es de las em-
presas en sí mismas; la confianza es el ca-
pital intangible que aportan los empresa-
rios y que los impulsa en sus decisiones al
desarrollar las actividades cotidianas del
negocio.
Pero, ¿cómo obtener confianza y fa-
vorecerla en un mundo tan cambiante?
La única respuesta que se puede advertir
es: con información e interpretación de
la misma a partir de las señales que brin-
da el entorno.
No surgen empresas exitosas sin un
conocimiento previo, todos los negocios,
sea cual sea su naturaleza, se sustentan
en un mínimo de conocimientos obteni-
dos por la experiencia.
En algunos casos el conocimiento
es empírico, pues surgen algunos nego-
cios a partir de oficios transmitidos de
padres a hijos, en otros casos surgen a
partir de empleos que el empresario tuvo
y que llegó a conocer y dominar lo su-
ficiente como para sentirse capaz de in-
dependizarse y desarrollar por sí mismo
la misma actividad. Es esta la fuente de
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conocimiento inicial de la mayoría de los
negocios en México.
En otros casos, los menos, las empre-
sas surgen de incubadoras empresariales
o de la iniciativa de jóvenes universita-
rios que con conocimientos del entorno
y con capacidad de interpretación de la
información obtenida en el aula o en la in-
cubadora les permite, con herramien-
tas enfocadas metodológicamente a de-
sarrollar el proyecto, conducirlo con
mayor certeza al éxito esperado.
En ambos casos se requiere necesa-
riamente experiencia y confianza, en uno
y otro caso ninguno de los empresarios se
arriesga a efectuar una inversión en una
empresa en que no se tenga esperanza en
la posibilidad de obtener el éxito, en am-
bos casos los empresarios se deciden a
efectuar un negocio y no otro porque co-
nocen la forma de producción de los bie-
nes y servicios que atañen a su empresa,
porque conocen la oportunidad de distri-
buir esos bienes y servicios porque inclu-
so se cuenta ya de hecho con una cartera
de clientes o con un medio para poner a
disposición del consumidor los bienes y
servicios producidos o porque conocen
las carencias de su ámbito inmediato.
Igualmente la experiencia puede in-
cluso a la larga aconsejar en definitiva un
cambio de giro del negocio.
¿Cómo favorece la confianza
a la empresa y al éxito del negocio?
Se puede definir a la confianza empre-
sarial como la actitud de seguridad con
que el empresario guía sus negocios a
partir del dominio técnico de su área y
del conocimiento, tanto del desarrollo
tecnológico como de la situación social,
jurídica, política y financiera que animan
sus decisiones para obrar.
Si el empresario cuenta con conocimien-
to puede decidir y conocer de antema-
no las consecuencias de sus decisiones,
difícilmente se encontrará con sorpresas
desagradables en el desempeño de su ne-
gocio a futuro.
A una persona que conoce, que está
consciente del entorno, que sabe y asu-
me las consecuencias de sus actos y de-
cisiones, que asegura cláusulas en sus
contratos, en sus relaciones laborales;
que firma contratos de crédito con co-
nocimiento de todas las cláusulas obli-
gaciones y sus consecuencias en caso de
incumplimiento, difícilmente se le podrá
tomar por sorpresa para mantenerlo en
el balde, porque asumidas las responsa-
bilidades conscientemente y conside-
rando y midiendo el esfuerzo que es ne-
cesario para cumplirlas, difícilmente se
intentará ir mas allá de las capacidades
de cumplimiento.
Para favorecer tal confianza en el
negocio el empresario, en consecuen-
cia, debe reforzar primero la confianza
en sí mismo, interesarse y mantenerse
interesado en su negocio, actualizarse,
observar el entorno, tratar de buscar
ideas innovadoras y nuevas necesidades,
en algunos casos inclusive atreverse a
crear la necesidad, fijar objetivos y con-
cientizar que se debe estar al pendien-
te del entorno para reestructurarlos en
el camino, aprovechar los escenarios ad-
versos y diversificar los riegos, de esto úl-
timo nos referiremos en otro artículo.
A manera de conclusión en este artículo
propongo lo siguiente:
Primero: no existen los cangrejos,
sino seres humanos, unos conscientes y
otros inconscientes del entorno.
Segundo: el estancamiento o quiebra
de las empresas se encuentra determina-
do mayormente por las decisiones que se
asumen para enfrentar las circunstancias
del mercado.
Tercero: la confianza y el éxito de la
empresa se encuentran sustentados en
la confianza que el empresario tenga en sí
mismo y en su toma de decisiones.
Cuarto: sólo se finca una firme con-
fianza cuando con responsabilidad se
busca la consultoría, la información, el
conocimiento, la innovación tecnológica
y una vez interpretados éstos se les utili-
za y controla para desarrollar con certeza
el negocio o para buscar nuevas maneras
de hacer empresa.
Quinto: con autonomía, confianza,
conocimiento, amor propio y responsa-
bilidad, siempre se encontrarán modos
de salir del balde y ya afuera se reencon-
trarán nuevas formas y medios de hacer
empresa.
Nuestro autor:
José Antonio Apipilhuasco Ramírez es licenciado en derecho
por la FES-Acatlán de la UNAM. Abogado postulante en materia
administrativa. Miembro de la Academia Mexicana de Derecho Fiscal.
Titular de la Delegación Estado de México de la Barra Interamericana
de Abogados, A.C. Autor del libro El derecho monetario y de divisas.
ilmondo2001@msn.com, atlantico979@msn.com