Está en la página 1de 10

¿Cómo pueden los maestros fomentar (o impedir) el desarrollo de habilidades

socioemocionales en sus estudiantes?

 PAULA VILLASEÑOR

|13 DE JUNIO DE 2017

Disponible en:





 9

También disponible en: English

Las habilidades socioemocionales son el nuevo tópico de moda en educación . Los efectos que
tienen estas habilidades en las trayectorias académicas y de vida de los estudiantes han cautivado la
atención de gobiernos, ministros de educación, legisladores, expertos en
educación, psicólogos (i), economistas (i), organismos internacionales (i), entre otros. El objetivo es
claro, pero la manera de alcanzarlo no tanto. Gran parte de la literatura se enfoca en el impacto de las
habilidades socioemocionales en diversos resultados, mientras que sólo una fracción aborda los
mecanismos específicos a través de los cuales los maestros pueden estimular el desarrollo
socioemocional de sus estudiantes.
¿Por qué son tan importantes las habilidades socioemocionales? (¡para el aprendizaje y la vida!)
Las habilidades socioemocionales, también conocidas como habilidades no cognitivas, representan
el conjunto de conductas, actitudes y rasgos de personalidad que ayudan a los individuos a “entender
y manejar las emociones, establecer y alcanzar metas positivas, sentir y mostrar empatía por los
demás, establecer y mantener relaciones positivas y tomar decisiones responsables (i)”. En otras
palabras, “determinan la manera en que las personas hacen las cosas”. Algunos ejemplos de estas
habilidades son la determinación, el auto control, el auto manejo, la comunicación efectiva, el
comportamiento pro-social, entre otras.

Dado que las emociones son un componente intrínseco del aprendizaje y la vida, adquirir y
desarrollar habilidades socioemocionales, particularmente a temprana edad, se asocia con mejores
niveles de logro académico, escolaridad, empleo, ingreso y menores probabilidades de incurrir
en conductas de riesgo. Así, desarrollar habilidades socioemocionales no sólo es un resultado del
aprendizaje sino también una manera de aprender mejor.

¿Cuál es el rol de los maestros en este proceso?


Todos hemos tenido maestros que han marcado nuestra vida, ya sea para bien o para mal. Si
reflexionamos cautelosamente, la razón por la que estos maestros influyeron tanto es por la manera
en que interactuaron con nosotros, nos hicieron sentir con respecto al aprendizaje y a nuestra
autoestima.

En la escuela, los estudiantes observan, identifican, aprenden, experimentan y replican


comportamientos, normas sociales, actitudes y habilidades socioemocionales. Los maestros
constituyen una referencia para los estudiantes en el salón de clase e influyen en su desarrollo
socioemocional a través de la manera en que modelan las habilidades socioemocionales, fomentan la
interacción maestro-estudiante, dirigen y organizan el salón de clase, entre otras prácticas –ya sea de
forma intencional o no. Los maestros que son competentes socioemocionalmente suelen manejar
mejor sus emociones, gestionar el salón de clase de forma más efectiva, establecer códigos de
conducta, desarrollar interacciones más comprensivas y alentadoras con sus estudiantes y, por ende,
estimular el desarrollo socioemocional de sus estudiantes.

¿Qué tipo de prácticas positivas pueden implementar los maestros para desarrollar las
habilidades socioemocionales de sus estudiantes?

Les presento seis prácticas que se basan en las investigaciones (¡aunque no son las únicas!).

 Enseñar habilidades socioemocionales de forma explícita: algunas intervenciones


consisten en implementar una secuencia del tipo “planear, hacer, revisar” (es decir, planear,
ejecutar y revisar una tarea con los maestros y demás estudiantes), como se llevó a cabo en
el programa Perry Preschool, o utilizar materiales específicos, como en el
programa Construye T de México.
 Utilizar lenguaje socioemocional: los maestros pueden motivar a sus estudiantes utilizando
lenguaje que alienta el esfuerzo y trabajo, promueve la afirmación positiva, o los ayuda a
comparar su realidad presente con el futuro que desean (contrastar mentalmente).
 Mejorar la interacción maestro-estudiante: es fundamental que los maestros demuestren
que les importan sus estudiantes, que traten de ser justos y que aporten calidez y apoyo.
 Promover el aprendizaje basado en la cooperación: más que poner a sus estudiantes a
trabajar en grupo, los maestros pueden alentarlos a trabajar juntos de forma activa y
significativa.
 Establecer expectativas y etiquetas positivas: etiquetar el desempeño de los estudiantes
más positivamente puede ayudar a incrementar su autoestima y moldear sus decisiones
educativas. En Estados Unidos, otorgar la etiqueta “avanzado” en vez de “competente” en
un examen estatal de matemáticas incrementó la asistencia a la universidad de manera
significativa.
 Mejorar la gestión del salón de clase: una gestión del salón de clase más efectiva
contribuye a mejorar la auto eficacia en la enseñanza y la organización del aula, aumentar la
participación de los estudiantes, disminuir las conductas que perturban el aprendizaje,
crear ambientes más alegres y seguros, y reconocer que la manera en que los estudiantes
aprenden es tan importante como lo que aprenden.

¿Qué tipo de prácticas es mejor evitar?


Por más contradictorio que suene, los maestros también pueden tener una influencia negativa en el
desarrollo socioemocional de sus estudiantes, aún sin quererlo.

La enseñanza es, sin duda, una de las ocupaciones más estresantes considerando los múltiples retos
emocionales, pedagógicos, administrativos y multifuncionales que conlleva. El estrés y el
agotamiento docente se asocia negativamente con la calidad del ambiente del salón de clase y el
aprendizaje y, por ende, con el desempeño académico, pero también con la calidad de la relación
maestro-niño y el involucramiento en la escuela. Más allá de su propio estrés, la incapacidad de los
maestros para enfrentar situaciones estresantes en el aula, o conducta inactiva, puede afectar su
capacidad para manejar el mal comportamiento de los estudiantes.

El comportamiento de los maestros también puede tener una influencia negativa en el desarrollo
socioemocional de los estudiantes. Por ejemplo, si los estudiantes perciben que sus mentores siempre
los rescatan de sus problemas, las tutorías pueden disminuir el costo de incurrir en conductas
riesgosas que los estudiantes perciben –aún cuando tengan buenas intenciones– y consecuentemente
incrementar la incidencia de estas conductas. Las (bajas) expectativas de los maestros sobre el
desempeño de sus estudiantes también pueden modificar la percepción de los estudiantes sobre ellos
mismos y sus conductas, según las etiquetas o expectativas que se les impongan. Otro
comportamiento docente perjudicial que puede afectar negativamente las habilidades
socioemocionales de los estudiantes es el ausentismo o la impuntualidad de los maestros, aunque la
evidencia es mucho más limitada.

Entonces, ¿qué tanto podemos hacer?


Para que los maestros puedan modelar y enseñar habilidades socioemocionales, es necesario que
ellos mismos las vivan y encarnen. Sin embargo, no todos los maestros lo logran de forma natural.
Cuando los maestros carecen de habilidades socioemocionales, capacitación, acceso a recursos,
creatividad o técnicas para estimular el desarrollo socioemocional de sus estudiantes, sus conductas
y acciones pueden producir resultados negativos en términos de aprendizaje. La evidencia disponible
–aún limitada– sugiere que capacitar a los maestros para que desarrollen estas habilidades puede
incrementar el aprendizaje socioemocional (y académico) de sus estudiantes.

Por esta razón, es importante que los sistemas educativos y las escuelas alienten (y capaciten) a los
maestros para que pongan en práctica técnicas y actitudes que contribuyan al desarrollo
socioemocional de sus estudiantes, ya sea a través de intervenciones específicas para el aprendizaje
socioemocional o bien de forma indirecta en el salón de clase.

Algunos países como Bután, Colombia, México y Perú ya comenzaron...

https://blogs.worldbank.org/es/voices/como-pueden-los-maestros-fomentar-o-impedir-el-desarrollo-
de-habilidades-socioemocionales-en-sus-estudiantes

Estrategias prácticas para el


aprendizaje socioemocional en
pandemia
Publicado el 29 abril, 2021 por Gabriela Briceño

El 2020 tuvimos que re mirar la educación y, entre tanta


incertidumbre, apareció una gran certeza: la educación
socioemocional debe ser clave y prioritaria. Sin
bienestar socioemocional no hay aprendizaje posible.
El aprendizaje académico viene de la mano
del socioemocional, y sin el segundo el primero no es
posible.

Las competencias socioemocionales


El aprendizaje socioemocional es una parte integral de
la educación y el desarrollo humano. Es el proceso
mediante el cual niños, niñas y adultos adquieren y
aplican los conocimientos, las habilidades y las actitudes
para desarrollar sus identidades; manejar las emociones y
lograr metas personales y colectivas; sentir y mostrar
empatía por los demás; establecer y mantener relaciones
de apoyo; y tomar decisiones responsables y
afectuosas (CASEL- Colaboración para el Aprendizaje
Académico, Social y Emocional).

Está comprobado que las competencias socioemocionales


tienen efectos positivos —para niños, niñas, jóvenes y
adultos— en el manejo del estrés, en la posibilidad de
terminar los estudios y de mejorar la empleabilidad en el
mundo laboral (Durlak et al., 2011; Sklad et al., 2012;
Hawkins et al., 2008).

CASEL define cinco competencias y que en contexto


de pandemia se hace aún más necesario su
fortalecimiento y desarrollo:

1. Autoconciencia: Necesitamos identificar y procesar las


emociones complejas que surgen de la incertidumbre. En
Chile se suman dos factores a considerar que nos han
llevado a un terreno incierto: crisis sanitaria mundial y
estallido social.
2. Autogestión: La capacidad de regular las propias
emociones nos ayuda a lidiar con situaciones difíciles que
hemos enfrentados como el duelo, la pérdida y la
injusticia y nos ayuda a desarrollar resiliencia para
continuar.
3. Conciencia social: Nos permite ponernos en el lugar de
quienes han sufrido pérdidas de seres queridos, han
estado enfermos o han tenido miedo de estarlo y se
encuentran viviendo distintas situaciones difíciles en lo
económico y emocional.
4. Habilidades relacionales: La capacidad de seguir
manteniendo relaciones sociales, aunque no nos veamos
físicamente, ayudarnos unos a otros durante un período
difícil y encontrar colectivamente soluciones a los
problemas.
5. Tomar decisiones responsables: Más que nunca
debemos entender que nuestras acciones tienen
consecuencias en la salud y bienestar de los y las demás.
Esto se demuestra también en temas contingentes como
el diseminar información falsa o promover una postura
anticientífica respecto de la vacunación contra el COVID-
19.
Las estrategias para desarrollar las competencias
socioemocionales están agrupadas en cuatro pilares o
prácticas críticas (CASEL, 2020b) para promover el
aprendizaje socioemocional en el regreso a clases:

Pilar 1: Profundizar las relaciones humanas y


sentar las bases para el aprendizaje
socioemocional.

La escuela es un lugar de encuentro y nada reemplaza los


vínculos y las relaciones que se establecen en ella. Por lo
mismo es necesario tomar conciencia y fortalecer su rol
protector (Mineduc, Chile, 2020b). Estrategias:

 Reflexionar sobre las prácticas realizadas el 2020 y


analizar su efectividad, para continuar aplicándolas si
dieron resultados.
 Reforzar la vinculación y comunicación con la familia, ya
que es el mejor aliado en todo proceso de aprendizaje.
 Planificar y utilizar recursos que apoyen el
aprendizaje socioemocional que permitan trabajar con
los estudiantes los temas importantes referidos a las
relaciones humanas.
 Realizar seguimiento continuo de la efectividad de las
acciones y recursos utilizados con los estudiantes.

Pilar 2: Preocuparse del bienestar de los adultos y


su capacidad de apoyar a los y las estudiantes.

Los docentes han asumido una gran responsabilidad en


este ámbito para lograr apoyar a sus estudiantes. No
obstante, para poder desplegar este rol, ellos también
necesitarán sentirse conectados con sus emociones,
apoyados y valorados. Estrategias:

 Poner en práctica el autocuidado. Prestar la atención


adecuada a la propia salud física y psicológica, además,
tomar un papel activo para preservar, proteger o mejorar
la propia salud y bienestar.
 Autoevaluar las competencias socioemocionales. Una de
las principales estrategias para el autocuidado o cuidar a
los que cuidan, será monitorear nuestro estado emocional.
Estar atentos a cómo nos encontramos, nos sentimos,
nuestras reacciones, pensamientos y conductas, son
elementos que ayudarán a estar mejor preparados para
prestar ayuda.
 Generar, profundizar o intencionar espacios de contención
y expresión entre adultos, esto es, organizar encuentros
reflexivos que permitan la catarsis emocional de los
docentes. Esta acción debe ser ejecutada por los equipos
directivos.
 Contar con una red de apoyo, enfrentar de forma
colectiva la crisis y solicitar ayuda.

Pilar 3: Construir ambientes de aprendizaje


seguros, de apoyo y equitativos para promover el
desarrollo social y emocional de los niños y niñas.

El ambiente de la escuela es clave para promover el


aprendizaje socioemocional. Esto se logra solo cuando
se promueven relaciones positivas, generando un
ambiente estimulante y seguro donde niños, niñas y
jóvenes se sienten bienvenidos, escuchados y validados.
Estrategias:

 Promover las relaciones positivas entre los miembros del


establecimiento.
 Generar ambientes seguros y estables, que fomenten la
confianza entre todos.
 Generar espacios para que los docentes reflexionen sobre
sus propias competencias socioemocionales.
 Trabajar junto a las familias y redes de apoyo.
 Estar atentos a las señales de riesgo que pueden
presentar los estudiantes.

Pilar 4: Reflexionar sobre el resultado de estos


esfuerzos y utilizar datos para apoyar a los y las
estudiantes.

Recopilar, reflexionar y analizar colectivamente distintos


tipos de datos que den cuenta de la experiencia y los
resultados de lo realizado, permitirá que la comunidad
educativa mejore el impacto de su trabajo y en
consecuencia tener más respuestas frente a las distintas
circunstancias (CASEL, 2020b). Los y las docentes son “la
primera línea” de contacto con los estudiantes y es muy
probable que sean los encargados de recabar información
respecto del estado socioemocional de sus estudiantes.
Estrategias:

 Tomar decisiones en base a los datos que se recopilen,


teniendo claro el objetivo de la recopilación.
 Compartir los resultados con las familias

Fuente utilizada en este artículo:

Extracto del documento: “Emociones primero. Bienestar


emocional en el regreso a clases”, colaboración entre
Educación2020, CASEL y la Embajada de EEUU, Chile, año
2020.
https://www.aucal.edu/blog/servicios-sociales-comunidad/estrategias-practicas-para-el-aprendizaje-
socioemocional-en-pandemia/

También podría gustarte