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LA COBARDÍA Y VALENTÍA DE GEDEÓN

En este día quiero hablar de cómo el Señor puede usar y fortalecer la vida de
alguien que está totalmente deprimido, desanimado y atemorizado por causa de las
circunstancias que ha vivido, y como puede trasformar esa vida en algo valioso y
poderoso.

También quiero hablar acerca de cómo es que el Señor es paciente con nosotros
cuando a veces tenemos ciertas dudas de su gracia y misericordia, como es que el
en su paciencia muchas veces nos da muestra y señales de su compasión por
nosotros.

JUECES 6:1-40 NTV

“1 Los israelitas hicieron lo malo a los ojos del SEÑOR. Entonces el SEÑOR los
entregó a los madianitas durante siete años.

2 Los madianitas eran tan crueles que los israelitas hicieron escondites en los
montes, en las cuevas y en lugares fortificados.

3 Cada vez que los israelitas sembraban sus cultivos, venían saqueadores de
Madián, de Amalec y del pueblo del oriente y atacaban a Israel.

4 Acampaban en territorio israelita y destruían las cosechas hasta la región de


Gaza. Se llevaban todas las ovejas, las cabras, el ganado y los burros, y dejaban a
los israelitas sin qué comer.

5 Estas multitudes enemigas, que venían con sus animales y sus carpas, eran
como una plaga de langostas; llegaban en numerosas manadas de camellos,
imposibles de contar, y no se iban hasta que la tierra quedaba desolada.

6 Así que Israel se moría de hambre en manos de los madianitas. Entonces los
israelitas clamaron al SEÑOR por ayuda.
7 Cuando clamaron al SEÑOR a causa de Madián, 8 el SEÑOR les envió un
profeta, quien dijo al pueblo de Israel: «Esto dice el SEÑOR, Dios de Israel: “Yo te
saqué de la esclavitud en Egipto.

9 Te rescaté de los egipcios y de todos los que te oprimían. Expulsé a tus enemigos
y te di sus tierras. 10 Te dije: ‘Yo soy el SEÑOR, tu Dios. No debes rendir culto a
los dioses de los amorreos, en cuya tierra ahora vives’. Pero no me hiciste caso”».

11 Después el ángel del SEÑOR vino y se sentó debajo del gran árbol de Ofra que
pertenecía a Joás, del clan de Abiezer. Gedeón, hijo de Joás, estaba trillando trigo
en el fondo de un lagar para esconder el grano de los madianitas.

12 Entonces el ángel del SEÑOR se le apareció y le dijo: —¡Guerrero valiente, el


SEÑOR está contigo!

13 —Señor —respondió Gedeón—, si el SEÑOR está con nosotros, ¿por qué nos
sucede todo esto? ¿Y dónde están todos los milagros que nos contaron nuestros
antepasados? ¿Acaso no dijeron: “El SEÑOR nos sacó de Egipto”? Pero ahora el
SEÑOR nos ha abandonado y nos entregó en manos de los madianitas.

14 Entonces el SEÑOR lo miró y le dijo: —Ve tú con la fuerza que tienes y rescata
a Israel de los madianitas. ¡Yo soy quien te envía!

15 —Pero, SEÑOR —respondió Gedeón—, ¿cómo podré yo rescatar a Israel? ¡Mi


clan es el más débil de toda la tribu de Manasés, y yo soy el de menor importancia
en mi familia!

16 El SEÑOR le dijo: —Yo estaré contigo, y destruirás a los madianitas como si


estuvieras luchando contra un solo hombre.

17 —Si de verdad cuento con tu favor —respondió Gedeón—, muéstrame una señal
para asegurarme de que es realmente el SEÑOR quien habla conmigo.

18 No te vayas hasta que te traiga mi ofrenda. Él respondió: —Aquí me quedaré


hasta que regreses.
19 Entonces Gedeón fue de prisa a su casa. Asó un cabrito y horneó pan sin
levadura con una medida de harina. Luego llevó la carne en una canasta y el
caldo en una olla. Puso todo delante del ángel, quien estaba bajo el gran árbol.

20 Así que el ángel de Dios le dijo: «Pon la carne y el pan sin levadura sobre esta
piedra y derrama el caldo sobre ellos». Y Gedeón hizo lo que se le indicó.

21 Entonces el ángel del SEÑOR tocó la carne y el pan con la punta de la vara que
tenía en la mano, y de la piedra salió fuego que consumió todo lo que Gedeón
había llevado. Y el ángel del SEÑOR desapareció.

22 Cuando Gedeón se dio cuenta de que era el ángel del SEÑOR, clamó: —¡Oh
Soberano SEÑOR, estoy condenado! ¡He visto cara a cara al ángel del SEÑOR!

23 —No te preocupes —le contestó el SEÑOR—. No tengas miedo; no morirás.

24 Entonces Gedeón construyó un altar al SEÑOR en ese lugar y lo llamó Yahveh-


shalom (que significa «el SEÑOR es paz»). Ese altar sigue en Ofra, en la tierra del
clan de Abiezer, hasta el día de hoy.

25 Esa noche el SEÑOR le dijo a Gedeón: «Toma el segundo toro del rebaño de tu
padre, el que tiene siete años. Derriba el altar que tu padre levantó a Baal y corta
el poste dedicado a la diosa Asera que está junto al altar.

26 Después construye un altar al SEÑOR tu Dios en el santuario de esta misma


cima, colocando cada piedra con cuidado. Sacrifica el toro como ofrenda
quemada sobre el altar, y usa como leña el poste dedicado a la diosa Asera que
cortaste».

27 Entonces Gedeón llevó a diez de sus criados e hizo lo que el SEÑOR le había
ordenado; pero lo hizo de noche, porque les tenía miedo a los demás miembros de
la casa de su padre y a la gente de la ciudad.

28 Temprano a la mañana siguiente, mientras los habitantes de la ciudad se


despertaban, alguien descubrió que el altar de Baal estaba derribado y que
habían cortado el poste dedicado a la diosa Asera que estaba al lado. En su lugar
se había construido un nuevo altar, y sobre ese altar estaban los restos del toro
que se había sacrificado.

29 Los habitantes se preguntaban unos a otros: «¿Quién hizo esto?». Y después de


preguntar por todas partes y hacer una búsqueda cuidadosa, se enteraron de que
había sido Gedeón, el hijo de Joás.

30 —Saca tu hijo —le exigieron a Joás los hombres de la ciudad—. Tendrá que
morir por haber destruido el altar de Baal y haber cortado el poste dedicado a la
diosa Asera.

31 Sin embargo, Joás gritó a la turba que lo enfrentaba: —¿Por qué defienden a
Baal? ¿Acaso abogarán por él? ¡Todo el que defienda su causa será ejecutado
antes del amanecer! Si de verdad Baal es un dios, ¡que se defienda a sí mismo y
destruya al que derribó su altar!

32 A partir de entonces a Gedeón lo llamaron Jerobaal, que significa: «Que Baal


se defienda a sí mismo», porque él destruyó el altar de Baal.

33 Poco tiempo después, los ejércitos de Madián, de Amalec y del pueblo del
oriente formaron una alianza en contra de Israel; cruzaron el Jordán y
acamparon en el valle de Jezreel.

34 Entonces el Espíritu del SEÑOR se apoderó de Gedeón. Y Gedeón tocó el cuerno


de carnero como un llamado a tomar las armas, y los hombres del clan de Abiezer
se le unieron.

35 También envió mensajeros por todo Manasés, Aser, Zabulón y Neftalí para
convocar a sus guerreros, y todos ellos respondieron.

36 Después Gedeón le dijo a Dios: «Si de veras vas a usarme para rescatar a
Israel como lo prometiste, 37 demuéstramelo de la siguiente manera: esta noche
pondré una lana de oveja en el suelo del campo de trillar; si por la mañana la
lana está mojada con el rocío, pero el suelo está seco, entonces sabré que me
ayudarás a rescatar a Israel como lo prometiste».
38 Y eso fue exactamente lo que sucedió. Cuando Gedeón se levantó temprano a la
mañana siguiente, exprimió la lana y sacó un tazón lleno de agua.

39 Luego Gedeón le dijo a Dios: «Por favor no te enojes conmigo, pero deja que te
haga otra petición. Permíteme usar la lana para una prueba más. Esta vez, que la
lana se quede seca, mientras que el suelo alrededor esté mojado con el rocío».

40 Así que esa noche, Dios hizo lo que Gedeón le pidió. A la mañana siguiente, la
lana estaba seca, pero el suelo estaba cubierto de rocío.”

JUECES 7:1-25 NTV

“1 Entonces Jerobaal (es decir, Gedeón) y su ejército se levantaron temprano y


fueron hasta el manantial de Harod. El campamento de los ejércitos de Madián
estaba al norte de ellos, en el valle cercano a la colina de More.

2 Entonces el SEÑOR le dijo a Gedeón: «Tienes demasiados guerreros contigo. Si


dejo que todos ustedes peleen contra los madianitas, los israelitas se jactarán
ante mí de que se salvaron con su propia fuerza.

3 Por lo tanto, dile al pueblo: “A todo aquel que le falte valentía o que tenga
miedo, que abandone este monte* y se vaya a su casa”». Así que veintidós mil de
ellos se fueron a su casa, y quedaron sólo diez mil dispuestos a pelear.

4 Pero el SEÑOR le dijo a Gedeón: «Todavía son demasiados. Hazlos descender al


manantial, y yo los pondré a prueba para determinar quién irá contigo y quién
no».

5 Cuando Gedeón bajó con sus guerreros hasta el agua, el SEÑOR le dijo: «Divide
a los hombres en dos grupos. En un grupo, pon a todos los que beban el agua en
sus manos lamiéndola como hacen los perros. En el otro grupo, pon a todos los
que se arrodillan para beber directamente del arroyo».
6 Sólo trescientos de los hombres bebieron con las manos. Los demás se
arrodillaron para beber con la boca en el arroyo.

7 Entonces el SEÑOR le dijo a Gedeón: «Con estos trescientos hombres, rescataré


a Israel y te daré la victoria sobre los madianitas. Envía a todos los demás a su
casa».

8 Así que Gedeón recogió las provisiones y los cuernos de carnero de los otros
guerreros y mandó a cada uno de ellos a su casa, pero se quedó con los trescientos
hombres. El campamento madianita estaba en el valle, directamente abajo de
donde se encontraba Gedeón.

9 Esa noche el SEÑOR le dijo: «¡Levántate! ¡Desciende al campamento


madianita, porque te he dado la victoria sobre ellos! 10 Pero si tienes miedo de
atacar, desciende al campamento con tu siervo Fura.

11 Escucha lo que dicen los madianitas, y cobrarás mucho ánimo. Entonces


estarás ansioso por atacar». Así que Gedeón, acompañado por Fura, descendió
hasta el límite del campamento enemigo.

12 Los ejércitos de Madián, de Amalec y del pueblo del oriente se habían


establecido en el valle como un enjambre de langostas. Sus camellos eran como
los granos de arena a la orilla del mar, ¡imposibles de contar!

13 Entonces Gedeón se acercó sigilosamente, precisamente cuando un hombre le


contaba un sueño a su compañero. —Tuve un sueño —decía el hombre— en el cual
un pan de cebada venía rodando cuesta abajo hacia el campamento madianita;
¡entonces cuando golpeaba una carpa, la volteaba y la aplastaba!

14 Su compañero le respondió: —Tu sueño sólo puede significar una cosa: ¡Dios le
ha dado a Gedeón, hijo de Joás, el israelita, la victoria sobre Madián y todos sus
aliados!

15 Cuando Gedeón oyó el sueño y la interpretación, se inclinó en adoración ante el


SEÑOR.* Luego regresó al campamento israelita y gritó: «¡Levántense, porque el
SEÑOR les ha dado la victoria sobre las multitudes madianitas!».
16 Así que dividió a los trescientos hombres en tres grupos y le dio a cada hombre
un cuerno de carnero y una vasija de barro con una antorcha adentro.

17 Después les dijo: «Fíjense en mí. Cuando yo llegue al límite del campamento,
hagan lo mismo que yo.

18 En cuanto yo y los que están conmigo toquemos los cuernos de carnero,


ustedes también toquen sus cuernos alrededor de todo el campamento y griten:
“¡Por el SEÑOR y por Gedeón!”».

19 Fue apenas pasada la medianoche,* después del cambio de guardia, cuando


Gedeón y los cien hombres que iban con él llegaron al límite del campamento
madianita. Entonces de un momento al otro, tocaron los cuernos de carnero y
rompieron las vasijas de barro.

20 Enseguida los tres grupos tocaron juntos los cuernos y rompieron las vasijas.
Con la mano izquierda sostenían la antorcha ardiente, y en la mano derecha
llevaban el cuerno, y todos gritaban: «¡Una espada por el SEÑOR y también por
Gedeón!».

21 Cada hombre permaneció en su puesto alrededor del campamento, y


observaron cómo los madianitas corrían de un lado a otro, llenos de pánico y
gritando mientras se daban a la fuga.

22 Cuando los trescientos israelitas tocaron los cuernos de carnero, el SEÑOR


hizo que los guerreros del campamento pelearan entre sí con sus espadas. Los que
quedaron con vida huyeron a lugares tan lejanos como Bet-sita, cerca de Zerera,
y hasta la frontera de Abel-mehola, cerca de Tabat.

23 Entonces Gedeón mandó a buscar a los guerreros de Neftalí, de Aser y de


Manasés, quienes se unieron para dar caza al ejército de Madián.

24 Gedeón también envió mensajeros por toda la zona montañosa de Efraín que
decían: «Desciendan para atacar a los madianitas. Frénenlos antes de que
lleguen a los vados del río Jordán en Bet-bara». Así que los hombres de Efraín
hicieron lo que se les dijo.
25 Capturaron a Oreb y a Zeeb, los dos comandantes de los madianitas, y
mataron a Oreb en la roca de Oreb, y a Zeeb en el lagar de Zeeb; y no dejaron de
perseguir a los madianitas. Después los israelitas le llevaron las cabezas de Oreb
y Zeeb a Gedeón, quien estaba junto al río Jordán.”

Esta es una historia impresionante porque Dios quiere liberar a su pueblo de la


opresión del enemigo y usa a un hombre atemorizado y desanimado por la
situación que estaba viviendo su país. (Opresión madianita)

La situación social de Gedeón no era nada importante ni prominente, su familia era


la más insignificante de su clan, y él era el más chico quizás de la familia. (Algo así
como David)

Pero el Señor decide usarlo para sus planes de liberación de la nación, a pesar de
que no calificaba en nada para ello.

Dios trasforma la vida de las personas: de temeroso a valiente, de apocado a


atrevido y decidido.

Cuando la gente se encuentra verdaderamente con Dios, el Señor cambia su vida.

Pero al Señor casi siempre le gusta usar lo vil y menospreciado para glorificarse y
mostrar su gloria y poder por medio de lo débil.

(Alguna vez se le ha ocurrido pensar en algo que Dios lo podría usar y usted ha
dicho que usted es inútil para eso).
Pasan muchas cosas por la vida de Gedeón, pero entre la más importante fueron:

 Su consagración al Señor al derribar el altar de Baal


 Atreverse a confiar ciegamente en Dios (algo muy difícil).
 Obedecer la voluntad de Dios para su vida
 Llevar a cabo cada instrucción al pie de la letra tal como el Señor se lo
indicaba

Algunas de las cosas que quiero enfatizar en este día con respecto a esta historia:

EL TEMOR Y DESCONFIANZA DE GEDEÓN EN LA GRACIA Y


MISERICORDIA DEL SEÑOR.

JUECES 6:39 NTV

“39 Luego Gedeón le dijo a Dios: «Por favor no te enojes conmigo, pero deja que
te haga otra petición. Permíteme usar la lana para una prueba más. Esta vez, que
la lana se quede seca, mientras que el suelo alrededor esté mojado con el rocío».”

Gedeón era como cualquier creyente que recién se convierte al Señor y que no lo
conoce bien aún, ni su gran poder: temeroso, dudoso de la gracia y misericordia del
Señor y de glorioso e infinito poder.

El Señor en muchas ocasiones tiene gracia y paciencia con nosotros y nos da


muestras de su compañía y presencia en nosotros, y de que SÍ nos va a apoyar en lo
que nos manda a hacer.
Generalmente no debemos de poner en tela de juicio Su gracia, la bondad,
compasión y misericordia, pero en ocasiones el Señor es paciente y compasivo, se
acuerda de lo débiles que en ocasiones estamos en nuestra fe. (Invadidos y
saqueados)

En el caso de Gedeón el Señor lo comprendió, por eso le dio varias señales para
fortalecer su fe en Dios.

Recuerdo que cuando el Señor nos llamó al ministerio, fue algo muy personal y en
lo secreto.

Pero 15 días después el Señor nos confirmó por medio de profecía. Eso me
convenció de que verdaderamente me había llamado a la obra.

Yo siempre había querido servir en algo en su obra, pero nunca me hubiera


imaginado que me llamaría para pastorear y predicar su palabra.

Así mismo cuando el Señor llama a alguien a algo, o le da una promesa de ayuda,
le da una palabra de ánimo, etc., algunas estamos dudosos de que el Señor de que
haya sido la voz de Dios, de que nos ayude y nos vaya a bendecir.

Cuando es Dios el que nos habla verdaderamente, siempre cumplirá su palabra


(Isaías 49:21).

Y en muchas ocasiones, él nos confirmara que él nos ama y que ya nos ha dado la
victoria en ese problema, dificultad, angustia y que no nos abandonara. Aunque a
veces no lo creamos Dios desea bendecir y restaurar s su pueblo.
LA GRACIA Y MISERICORDIA DEL SEÑOR CON LOS DÉBILES EN SU
FE Y QUEBRANTADOS DE CORAZÓN

JUECES 6:13 NTV

“13 —Señor —respondió Gedeón—, si el SEÑOR está con nosotros, ¿por qué nos
sucede todo esto? ¿Y dónde están todos los milagros que nos contaron nuestros
antepasados? ¿Acaso no dijeron: “El SEÑOR nos sacó de Egipto”? Pero ahora el
SEÑOR nos ha abandonado y nos entregó en manos de los madianitas.”

A veces en la vida en el Señor vienen tiempos de dificultad por diversas causas en


los cuales estamos tan confundidos y abrumados que nos llegamos a hacer estas
preguntas:

 ¿Dónde estás Dios?


 ¿Por qué nos está pasando esto?
 ¿Por qué no has desplegado tu poder y misericordia para socorrernos Señor?
 Ya nos abandonaste Señor

Alguien te dice “no temas y confía en el Señor”, y te quedas con cara de “que te
pasa no ves lo que nos está pasando”. ¿Como voy a confiar en Dios?

Dios es un Dios de gran misericordia, de gracia, compasivo y bondadoso que se


apiada de los débiles en su fe y quebrantados en su corazón, aun cuando estos
mismos hayan provocado su tragedia y desgracia por pecado y malas decisiones.
Muchas veces estamos en serios tribulaciones y problemas por como una prueba de
nuestra FE.

A veces esos problemas son por causa de nuestra desobediencia y pecaminosidad.


Entonces El Señor nos entrega a angustias y quebrantamientos.

Pero se llega el tiempo de su misericordia y compasión por su pueblo afligido, y


entonces busca restaurarnos (después de disciplinarnos) en vez de acabarnos de
rematar.

Desde luego si estamos dispuestos a volvernos a Él en obediencia y fidelidad.

ISAÍAS 42:3 NVI

“3 No acabará de romper la caña quebrada, ni apagará la mecha que apenas


arde. Con fidelidad hará justicia…”

ISAÍAS 42:3 TLA

“3 No les causará más daño a los que estén heridos, ni acabará de matar a los que
estén agonizando. Al contrario, fortalecerá a los débiles y hará que reine la
justicia.”

Entonces sea que las tribulaciones y angustias hayan sido pruebas de fidelidad y
confianza, o bien como consecuencia del pecado y falta de compromiso, llegara el
tiempo en el que Señor en su infinita bondad y misericordia traerá su restauración
y restitución a nuestras vidas:

JOEL 2:25-27 NVI


“25 "Yo les compensaré a ustedes por los años en que todo lo devoró ese gran
ejército de langostas que envié contra ustedes: las grandes, las pequeñas, las
larvas y las orugas.

26 Ustedes comerán en abundancia, hasta saciarse, y alabarán el nombre del


Señor su Dios, que hará maravillas por ustedes. ¡Nunca más será avergonzado
mi pueblo!

27 Entonces sabrán que yo estoy en medio de Israel, que yo soy el Señor su Dios,
y no hay otro fuera de mí. ¡Nunca más será avergonzado mi pueblo!”

LA COMPASIÓN DEL SEÑOR POR SU PUEBLO AL CUAL TUVO QUE


DISCIPLINAR.

Si bien es cierto que el Señor disciplina a su pueblo con calamidad y quebranto,


también es cierto que llega el momento que Él siente compasión por su pueblo y del
quebrantamiento que le ha enviado y busca la manera de restaurarlo:

JOEL 2:13 NTV

“13 No se desgarren la ropa en su dolor sino desgarren sus corazones». Regresen


al SEÑOR su Dios, porque él es misericordioso y compasivo, lento para enojarse y
lleno de amor inagotable. Está deseoso de desistir y no de castigar.”

En ese tiempo Dios le envió al profeta para que se arrepintieran de sus pecados y
malos caminos, porque llego el momento que le dolió en su corazón la forma tan
dura en que estaban siendo castigados. (Sin arrepentimiento no hay compasión ni
misericordia)
El Seño los llama, al parecer ellos estuvieron de acuerdo en volverse a Él, y por eso
les levanta un libertado.

Nuestro libertador por excelencia es JESUCRISTO.

Y si estamos dispuestos a volvernos de nuestros pecados, rebelión, incredulidad,


inmoralidad, injusticias, etc., entonces el Padre permitirá que Jesús nos libere de
la opresión de nuestras adversidades y el Señor haga todo lo necesario para que
nos restaure plenamente.

LA FORMA EN QUE EL SEÑOR FORTALECIÓ Y USO A GEDEÓN

JUECES 6:34 NTV

“34 Entonces el Espíritu del SEÑOR se apoderó de Gedeón. Y Gedeón tocó el


cuerno de carnero como un llamado a tomar las armas, y los hombres del clan de
Abiezer se le unieron.”

Definitivamente la forma en que el Señor fortaleció con el Espíritu Santo a Gedeón


es impresionante: el Espíritu Santo lo poseyó y lo empodero dándole poder de
convocatoria (para evangelizar a los nuestros y a las naciones), poder de
convencimiento, fortaleza de ánimo y de espíritu, sabiduría y dirección, para
poder liberar al pueblo de Dios.

Cuando hemos pecado, desobedecido, nos hemos rebelado, alejado del camino del
Señor, aparte del juicio disciplinario, nos vaciamos del Espíritu de Dios.
No se puede andar de pecaminosos y pretender que estamos llenos del Espíritu de
Dios.

Pero cuando se llega el tiempo de la restauración y nos hemos arrepentido y


vuelto a Dios, el Señor permite que vuelva nuevamente el Espíritu de Dios a
nosotros para fortalecernos, sanar nuestras heridas, darnos luz y dirección,
sabiduría, poder para romper con las ligaduras de impiedad que nos mantenían
atados al pecado, etc.

Es necesaria la presencia y el poder del ESPÍRITU SANTO para la restauración y


libertad completa.

Cuando la presencia del Espíritu Santo está plenamente en alguien, lo empodera, lo


dirige, lo ayuda a salir adelante, lo fortalece, le da sabiduría y revelación, paz y
gozo, consuelo, etc.

Por ejemplo en el caso de la restauración de una familia, es necesaria la presencia y


plenitud del Espíritu de Dios en alguno o en los miembros de la familia para que
haya una completa restauración.

El Espíritu dará luz, sabiduría, dirección, sanidad al alma y al corazón, dará


palabras de consuelo y sanadoras, dará el ánimo y la conducta para restaurar al
resto de la familia.
LAS BATALLAS DE GEDEÓN Y LAS BATALLAS DEL SEÑOR

JUAN 15:8 NVI

“8 Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que
son mis discípulos.”

Las batallas diarias de Gedeón tenían que ver con la supervivencia, ocultarse de los
enemigos, andar en la zozobra cada día sin saber que pasaría el día de mañana, si la
librarían o no.

Dios espera que cada hijo suyo sea un siervo e instrumento de su gloria en esta
tierra para llevar a cabo sus planes y propósitos: evangelización, servicio dentro y
fuera de la iglesia, predicar y enseñar su palabra, testimonio cristiano al mundo,
etc.

Pero resulta que en vez de ocuparse parcial o completamente a la obra de Dios,


desperdician la totalidad su tiempo en cosas fugaces de esta vida.

Trabajar para hacer dinero, tener un negocio, tener una mejor casa cada vez, tener
un mejor coche, tener una mejor profesión, etc., ¿es malo eso en si mismo?

No, no es malo en sí mismo lo malo es que la gente cristiana vive solo para eso y no
viven primeramente para el Señor y ahí es donde comienzan los problemas en sus
vidas como las penurias y las batallas en la vida de Gedeón, como disciplina por no
estar centrados primeramente en el reino de Dios.
Pero cuando un hijo de Dios comienza a pelear las batallas que Dios quiere
peleemos:

 Obedecer fielmente y ser testimonio a las naciones


 Evangelizar
 Predicar su palabra
 Ayunar e interceder por los perdidos
 Visitar a los enfermos y presos
 Hacer obras de misericordia
 Servir en la iglesia
 Servir al prójimo

Entonces el Señor se levantara con poder a favor de nosotros y el panorama el


Señor lo cambiara a nuestro favor en muchísimas cosas.

Como hijos de Dios necesitamos estar en los negocios del Padre.

Pero si desperdiciamos nuestra vida en otras cosas entonces vendrá una disciplina
similar a la de Israel. ¿Qué tribulación le gusta que viniera?

El Señor nos salvó no solo para que disfrutemos de su perdón salvación, gracia y
favor, sino también para que nos ocupáramos de continuar con su obra y legado.

Dios desea extender su reino y su obra en este mundo y el medio por el cual lo
necesita hacer es por medio de la iglesia. La iglesia debe estar más ocupada en el
reino de Dios.
La iglesia debe producir fruto al reino. Si no cumple con sus obligaciones entonces
tendrán problemas, así como los israelitas tuvieron problemas por haberse
desviado del camino y del reino del Señor.

Con profundo afecto en el Señor JESUCRISTO:

Ps. Gustavo Méndez, Iglesia la Fuente, Córdoba México

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