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Arias
18-mpss-2-238
Administración de empresa
Factor de la empresa.
Todas las empresas están constituidas por tres factores indispensables para el
funcionamiento de cada entidad o institución. Estos factores determinan la operatividad
y el sostenimiento financiero a base de su propio capital, y el soporte por medio de su
planta de empleados, quienes son el cimiento funcional de la empresa:
Factor trabajo: Se define en cada una de las funciones y actividades que cada
empleado de la empresa realiza con el objeto de cumplir cada una de las metas
planificada por la entidad, ya sea por medio de la producción de bienes, compra
venta de productos, o prestación de servicios.
De una manera indirecta, la empresa alcanza otras finalidades, más de tipo social, ya
que crea puestos de trabajo, abastece a la población con productos y servicios
necesarios, paga impuestos y favorece el desarrollo de otros negocios, como
proveedores, distribuidores y servicios complementarios para los empleados
(restaurantes, transporte, etc.). Por eso, se dice que las empresas son fuente de riqueza.
Funciones de seguridad. Son las que ven por el bienestar de las personas que
laboran en dicha organización, con relación a su protección, a los enseres con
que cuenta y al inmueble mismo, por ejemplo, la seguridad de higiene, la
industrial, privada, personal, etc.
Funciones contables. Estas funciones se enfocan en todo lo que tiene que ver
con costos, inventarios, registros, balances y estadísticas empresariales; la
contabilidad cuenta con dos funciones básicas, la de llevar un control de los
recursos que poseen las entidades comerciales, y el informar mediante los
estados financieros las operaciones realizadas.
Sociedad.
La sociedad es un contrato mediante el cual dos o más personas se obligan a hacer un
aporte en dinero, en trabajo o en otros bienes apreciables en dinero, con el fin de
repartirse entre sí las utilidades obtenidas en la empresa o en la actividad social.
La sociedad es un contrato entre dos o más personas que se juntan para hacer un
negocio. La gracia de este contrato es que crea una persona jurídica distinta de los socios
que constituyen la sociedad. Es más, esta persona jurídica tendrá un patrimonio propio,
formado a partir de los aportes de los dueños, pero diferente al personal de cada uno
de los socios individualmente considerados.
Las sociedades mercantiles se distinguen por tres elementos claros. En primer lugar, la
propiedad; en segundo lugar, el capital mínimo y, finalmente, la responsabilidad. Por
este motivo, en función de las características de cada caso se elige un modelo u otro.
Los distintos tipos de sociedades mercantiles son una opción que se puede adaptar a la
idiosincrasia de la compañía.
La principal diferencia de los tipos de sociedades mercantiles con los autónomos es que
los segundos tienen una responsabilidad ilimitada, que se extiende a su patrimonio. En
el siglo XIX se empezaron a extender las sociedades mercantiles para limitar la
responsabilidad de los inversores. Estos son los casos más comunes a tener en cuenta.
Empresa individual.
Una empresa individual es aquella forma de organización empresarial en la que
únicamente trabaja un individuo. El mismo es propietario y gestor de la deriva
económica de su empresa.
Debido a su distinguible forma jurídica, una empresa individual es una forma común que
adoptan personas físicas de todos los sectores económicos para arrancar o abordar
pequeños proyectos económicos y empresariales.
A menudo esta modalidad empresarial es identificada con el papel de los trabajadores
autónomos y los empresarios individuales o por cuenta propia y emprendedores.
Generalmente este tipo de empresas con una sola persona integrante suelen dedicarse
a servicios auxiliares o de apoyo a otras estructuras de mayor número.
Es decir, lógicamente una empresa individual no puede acometer proyectos de
producción industrial o volúmenes altos.
Este tipo de estructuración empresarial cuenta con algunas características que la
definen:
Desventajas:
Dado que eres responsable de todas las deudas y compromisos legales que asumes, si
llegas a entrar en mora y no pagas, tus bienes personales podrían ser embargados.
Tu capital se limita a tu patrimonio personal.
Tienes menos posibilidades de acceder a créditos comerciales o de empresas, o
de abrir una cuenta corriente empresarial.
Tú eres la empresa, por ende, la continuidad del negocio está sujeta a una
incapacidad o accidentes.
Pagas un impuesto de Primera Categoría más alto siendo personal natural que
persona jurídica.