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Dificultades Aprendizaje generales y específicas

El término dificultad de aprendizaje conlleva una definición muy amplia y a veces confusa.
En ocasiones se convierte en una franca amenaza para tantos padres que reciben el
siguiente diagnóstico: “Sí, su hijo presenta dificultades de aprendizaje". En ese momento
sobrevienen las dudas, interrogantes y una fuerte ansiedad frente al tema (Díaz, 1995)

En cuanto a lo anterior tenemos que el concepto de Dificultades en el Aprendizaje puede


comprenderse desde dos perspectivas. Por un lado, y visto desde un sentido más extenso,
las Dificultades en el Aprendizaje (DA) son equivalentes al concepto de Necesidades
Educativas Especiales propuesto por Mary Warnock en 1987.

Y por otra parte, pero analizado desde una visión más restringida propuesta por Samuel
Kirk, padre de la educación especial, las Dificultades en el Aprendizaje conforman un
grupo diferenciado dentro del alumnado con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo.

Cabe destacar que todos en algún momento de nuestro desarrollo hemos presentado
dificultades para aprender. Sin embargo la duda es ¿Cuándo? esta situación se califica en
un rango más o menos acorde a lo esperado en relación al desarrollo y exigencias del medio
a una edad determinada (Díaz, 1995)

Para Rebollo & Rodríguez (2006) una dificultad de aprendizaje sería una alteración
neurológica o del sistema nervioso, sináptica y en la que el estímulo adecuado no provoca
los cambios descritos y característicos en el plano estructural y funcional. Para aclarar este
aspecto se han descrito características. (López, 2007).

De la misma forma, y volviendo a lo anteriormente dicho, para Kirk y Bateman las


dificultades de aprendizaje son definidas como:

"Un retraso, desorden o un desarrollo retrasado en uno o más de los procesos del habla, lenguaje, lectura,
escritura, aritmética u otras materias escolares como resultado de un hándicap psicológico causado por una
posible disfunción cerebral y/o trastornos emocionales o de conducta. No es el resultado de retraso mental,

de depravación sensorial o de factores culturales o institucionales"

(Kirk & Bateman, 1962, en Millá, 2006: 153)

Sin embargo, es necesario tomar en consideración los dichos de Romero & Lavigne (2005)
en los cuales indican que las dificultades de aprendizaje pertenecen al grupo de trastornos
que se confunden frecuentemente entre sí, y esto se produce debido a que no existe una
definición clara y porque hay un solapamiento entre los diferentes trastornos que integran
las Dificultades en el Aprendizaje, especialmente en los ámbitos educativos y sociales.

Pese a que predisposiciones genéticas, lesiones perinatales y distintas enfermedades


neurológicas y médicas pueden asociarse al desarrollo de trastornos del aprendizaje, la
presencia de estos trastornos no predice invariablemente un posible trastorno del
aprendizaje, existiendo muchas personas con trastornos del aprendizaje que no tienen
historia semejante alguna. (DSM-V, 2013)
Según el DSM V (2013) presenta que las causas de los trastornos del aprendizaje, se
encuentran relacionadas con un tipo de maduración lenta, la disfunción o la lesión cortical o
de otras áreas corticales relacionadas con estas funciones de procesamiento específicas.”

Las dificultades de aprendizaje se diagnostican específicamente cuando el rendimiento del


niño en lectura, cálculo o expresión escrita es descendido en cuanto a la edad,
escolarización y nivel de inteligencia, según lo indican las pruebas normalizadas
administradas individualmente.

Los problemas de aprendizaje interfieren significativamente el rendimiento académico o las


actividades de la vida cotidiana que requieren lectura, cálculo o escritura, y además, pueden
persistir a lo largo de la vida adulta (DSM V, 2013).

En torno a las características educacionales que pueden presentar los estudiantes con alguna
dificultad de aprendizaje (DA), se tiene que pese a lo señalado por el DSM-V en 2013,
estos no suelen presentar mayores problemas escolares, y tal como plantea Romero &
Lavigne (2005) dichos problemas escolares no suelen ser graves, y en la gran mayoría de
los casos no necesitan de una intervención especializada, sino que solamente requieren de
un seguimiento tutorizado.

Para Romero & Lavigne (2005), los alumnos/as con DA además manifiestan un
rendimiento académico medio-bajo o bajo pese a que sus capacidades indican que estos
alumnos son perfectamente capaces de obtener mejores resultados, junto con esto, dicho
rendimiento con frecuencia suele estar en alguna materia específica o parte de esta, como
por ejemplo: en lectura, ortografía o comprensión lectora de textos. Otra característica que
presentan los sujetos con DA en el ámbito educacional es que suelen estudiar poco y que
tienen malos hábitos de estudio, y que si bien leen correctamente, pocas veces o nunca
comprenden lo que leen, y además, presentan dificultades para expresarse de forma escrita,
tal como lo señalan Romero & Lavigne (2005):

“ […] Un ejemplo muy frecuente, lo constituyen alumnos que tienen problemas para aprender sólo
determinados contenidos de matemáticas o de lengua, o que manifiestan un rechazo generalizado hacia las
mismas (porque “no les gustan” o porque dicen que ellos “no valen” para aprenderlas), sin que, por ello,

tengan ningún tipo de problema [...]”.

(Romero & Lavigne, 2005:19)

En cuanto a los aspectos relacionales, las relaciones interpersonales y de amistades que


tienen las personas que cuentan con alguna dificultad de aprendizaje, resultan ser en
ocasiones un tanto complicadas, ya que según Untoiglich (2005), señala que las dificultades
que se presentan en el ámbito escolar interfieren de sobremanera en la interacción con los
demás y por ende, en el despliegue social que este sujeto tenga, por lo cual el déficit en la
simbolización realza aún más la patología existente.

En el ámbito de sus relaciones familiares, existen numerosas investigaciones que han


detectado que la confluencia de factores escolares y aspectos emocionales del niño
(personales, sociales y familiares) pueden ser responsables de sus logros académicos,
indicando que sus resultados son producto, no solo de sus capacidades, sino también de la
interacción de los recursos aportados por la escuela y el hogar (Ruiz, 2001).

En torno a lo anteriormente mencionado en cuanto a las DA, estas consideraciones


adquieren aún más importancia, puesto que las DA son intrínsecas al individuo y por tanto,
las variables familiares son factores que pueden potenciar o minimizar los efectos negativos
de la dificultad presentada (Ruiz, 2010).

Asimismo, y como complemento a lo que dice Ruiz (2010), es evidente que las
percepciones que los padres puedan tener de sus hijos pueden determinar en gran parte sus
actitudes y conductas hacia su entorno, influyendo esto de forma directa en el desarrollo,
maduración y rendimiento del alumno (Haager y Vaughn, 1995).

Se tiene además que las variables económicas de los sujetos con DA pueden ser un gran
obstáculo, puesto que no se puede diagnosticar precozmente la dificultad y por consiguiente
quienes sufren alguna DA son etiquetados de forma negativamente errada, lo que les priva
de una estimulación temprana y de metodologías de enseñanza que estén acordes a sus
necesidades. Muchos autores plantean además que las desventajas económicas y sociales
tienen diversos efectos sobre el desarrollo cognitivo, socioemocional y escolar de los niños,
de esta forma, indican que los ingresos familiares pueden influenciar de manera indirecta en
el rendimiento académico descendido de estos alumnos producto de las escasas
oportunidades de interacción con entornos estimulantes que tienen, a la limitación de
recursos o a los conflictos derivados de esta escases económica (Vera, Morales & Vera,
2005).

Desde las perspectivas laborales, la compleja interacción entre educación y trabajo,


presenta un problema que conlleva a considerar a la educación como algo más que función
socializadora y alfabetizadora. Por un lado, existe un alto índice de jóvenes con DA que
desertan del sistema educativo tradicional, lo que refleja el nivel de frustración y de baja
autoestima de estos sujetos, lo que trae como consecuencia que las oportunidades de una
futura inserción laboral se limiten y no siempre sean las esperadas (Florit, 2008).

Por otro lado, la incorporación de alternativas válidas de formación para realizar acciones
laborales reales constituye uno de los principales desafíos de las personas con DA, de tal
forma que quien se educa mediante la capacitación o de las propuestas académicas sienta y
tenga claro que el ofrecimiento es un hecho concreto que valora sus habilidades y que no
corresponde a un acto de caridad (Florit, 2008).

En el ámbito de la participación social, existen factores que influyen directamente en las


dificultades de aprendizaje, algunos de estos factores son principalmente, según Pérez
(2010), factores socioculturales, económicos y familiares. Estos componentes pueden
incidir en gran medida en las DA de una persona, puesto que existen diversos estudios que
señalan que en ambientes de niveles socioeconómicos bajos, o de pobreza es donde más se
producen dificultades.
Otro factor que puede incidir en las DA son el ámbito del apoyo familiar que recibe un niño
con DA, en donde […] “La actitud de la familia hacia la cultura, los estudios y la escuela
pueden variar mucho de unos ambientes a otros, influyendo de modo diferente en cada caso
sobre la actitud del niño hacia los aprendizajes y su nivel de aspiraciones[...]”. (Pérez,
2010:4). Además, en aquellos ambientes que son desfavorecidos socioculturalmente, el
desarrollo del lenguaje en los niños/as se produce frecuentemente con un vocabulario
restringido, el cual es totalmente distinto al utilizado en el sistema educativo, lo que
dificulta aún más las DA (Pérez, 2010).

Entrando en el terreno de las clasificaciones de las DA, durante los últimos veinte años se
han propuesto una serie de clasificaciones con respecto a las dificultades de aprendizaje,
dentro de las cuales existen cuatro posturas más importantes, que señalan que las
principales dificultades de aprendizaje se encuentran en el área de la lectura, la aritmética y
la expresión escrita.

Dificultades en la lectura

Las dificultades en la lectura según Romero (2005) corresponden a un proceso constructivo


e inferencial en el cual el lector no se limita únicamente a los significados de las distintas
palabras que componen el texto, sino que, a partir de sus conocimientos y experiencias
previas, ya sean emocionales u otras, reconstruye el significado global del texto.

Dentro de estas dificultades se encuentra la dislexia, la cual se divide en dislexia específica


y dislexia de comprensión. La primera se define como un desorden en la receptividad y
comprensión de la comunicación escrita, la que se manifiesta en el periodo de aprendizaje
de la lectura en relación con la edad mental del niño (Bravo, 1985 en Riera, 2003).

La dislexia de comprensión aparece en aquellas personas que habiendo aprendido a leer, no


logran una comprensión satisfactoria del significado de lo que leen (Riera, 2003).

Dificultades aritméticas o cálculo

Las dificultas de aprendizaje en aritmética se caracterizan por un rendimiento en el cálculo


o el razonamiento matemático descendido en torno a la edad cronológica del sujeto, su CI y
la escolaridad que ha seguido el niño.

Los niños que presentan esta dificultad, en general tienen puntuaciones promedio en lectura
y escritura, pero en aritméticas están al menos dos años por debajo de aquéllas. Su
prevalencia se estima en uno de cada cinco casos de DA (Romero, 2005).

Una clasificación es la discalculia, ésta según Romero (2005), también se le acuñan


términos como disaritmética o acalculia; todos estos se refieren a alteraciones que tienen su
origen en partes del cerebro que son el directo sustrato anatómico-psicológico de los
procesos neuropsicológico de nociones matemáticas y hechos numéricos, del manejo de los
números y del cálculo aritmético, tanto escrito como mental.
En la discalculia se diferencian las de origen “adquirido” y las “evolutivas”. La de origen
adquirido surge como consecuencia de un daño cerebral que afecta a personas que ya
sabían calcular; y las evolutivas aparecen en el curso del desarrollo y de proceso de
aprendizaje, pero con características muy similares a las adquiridas. En la discalculia se
observan dificultades relacionadas con pensamiento operatorio, clasificación,
correspondencia, reversibilidad, ordenamiento, seriación e inclusión (Romero, 2005).

Dificultades en la escritura o expresión escrita

La dificultad de aprendizaje en la escritura o la expresión escrita, corresponden a la


habilidad de escritura por debajo de lo esperado correspondiente a la edad cronológica, el
CI y la escolaridad del sujeto (DSM-V).

Un ejemplo de este trastorno es la digrafía, según Riera (2003) que corresponde a trastornos
en la organización psicomotora que controla la mano y el brazo, además de la regulación
visual motora que permite corregir errores que se cometen al momento de escribir.

Es necesario destacar que para poder ayudar a un niño/a que tenga alguna DA, el primer
paso para lograrlo es evaluar al alumno, para posteriormente poder diagnosticarlo, y dichas
evaluaciones se deben regir por las normativas evaluativas de cada país.

Biblio

DSM V (2013): “Manual del diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales: texto
revisado”. Barcelona: Masson

Florit, E. (2008): “Dificultades de aprendizaje y su relación con la construcción de


competencias laborales”. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales - Universidad
Nacional de Jujuy, Argentina.

Díaz, M. Gallardo, E. Niño, C. Niño, P. Paneque, J. & Rodríguez, R., (2005): “Dificultades
en el Aprendizaje: Unificación de Criterios Diagnósticos. I. Definición, Características y
tipos”. Andalucía. Vol. Nº 1.

Haager, D., & Vaughn, S. (1995): “Parent, teacher peer and self-reports of social
competence of students with learning disabilities”. Vol. 28 (4) 205-231

Pérez, M. (2010): “Dificultades de aprendizaje”. Núm. 35. Granada

Rebollo, M.A.; Rodríguez, S. (2006): “El aprendizaje y sus dificultades”. España

Riera, K. (2003): “Dossier de apoyo para la asignatura: Teoría de las dificultades de


aprendizaje y del desarrollo infantil”. Santiago, Chile. 20-24.

Romero, J, (2005). “Dificultades en el Aprendizaje: Unificación de Criterios Diagnósticos.


Definición, características y tipos”. Revista Materiales para la Práctica Orientadora, 51-77
(1). Junta de Andalucía.
Vera, J., Morales, D., & Vera, C. (2005) Relación del desarrollo cognitivo con el clima
familiar y el estrés de la crianza. Psico- USF, 10- 161168

Untoiglich, G. (2005). Los aspectos histórico-libidinales en los niños con dificultades


atencionales. Anuario de investigaciones, 13, 73-78.

Krichesky, M., Giangreco, S., Socolovsk, T., Sirviendo V. (2006): “Escuela y comunidad:
desafíos para la inclusión educativa”. Buenos Aires: Ministerio de Educación, Ciencia y
Tecnología de la Nación.

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