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Dificultades de aprendizaje: definición y señales de alerta

Las dificultades en el aprendizaje se constituyen dentro los procesos de aprendizaje en


trabas que no permiten el desarrollo pleno de habilidades cognitivas, debido al
desequilibrio que existe entre las habilidades adquiridas y las que debió adquirir para su
edad; éstas se acentúan cuando el estudiante debe acercarse a conocimientos más
específicos.
Las dificultades de aprendizaje (DA) incluyen en su definición un conjunto
heterogéneo de alteraciones en las capacidades de lectura, escritura, cálculo y
razonamiento cognitivo general. Dichos trastornos son usualmente debidos a una
disfunción del sistema nervioso, pudiendo continuar a lo largo del proceso vital.

Las dificultades de aprendizaje pueden manifestarse de forma simultánea tanto


mediante problemas en conductas de autorregulación e interacción social,
como también a través de déficits sensoriales, retraso mental, trastornos
emocionales severos o concomiantes a influencias externas (como diferencias
culturales, instrucción insuficiente o inapropiada, si bien es cierto que la DA no
puede derivarse causalmente de ninguna de ellas).

Por tanto, se entiende que existe una discrepancia entre el rendimiento real y


el esperado según la edad madurativa del pequeño, motivo por el cual se
requiere una atención especializada que permita compensar estas dificultades
presentadas por el alumno.

El Trastorno Específico del Aprendizaje y el DSM V

En la actualidad, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales


DSM V define la categoría diagnóstica de Trastorno Específico del
Aprendizaje distinguiendo entre las habilidades de lectura, cálculo y expresión
escrita.

Entre los criterios diagnósticos se destaca que el sujeto debe presentar un CI


dentro del nivel medio respecto de su grupo de edad, siendo el nivel determinado
en alguna de las tres capacidades anteriormente indicadas significativamente
inferior a la media de la población.

Causas de las dificultades de aprendizaje

Son muy diversas las causas que pueden propiciar la manifestación de dificultades
de aprendizaje en el individuo, aunque la principal se deriva de factores internos
(neurobiológicos) del sujeto como pueden ser déficits orgánicos, aspectos
ligados a la herencia cromosómica, problemáticas relacionadas con alteraciones
bioquímicas o alimenticias o déficits cognitivos perceptivos y/o motrices.

En una segunda categoría, pueden diferenciarse las causas ambientales


ligadas a las particularidades del contexto familiar y sociocultural que
ofrecen escasas oportunidades de estimulación cognitiva y limitan el desarrollo de
dichas capacidades en el pequeño.

Por otra parte, las características del sistema educativo al que se encuentra
adscrito el alumno pueden condicionar un nivel determinado de la interiorización
de los aprendizajes básicos; a saber, la metodología de trabajo y evaluación del
alumnado, la calidad de las enseñanzas docentes, las condiciones físicas y
recursos de la escuela, entre otros, pueden marcar diferencias sustanciales.

Finalmente, el origen de las dificultades de aprendizaje puede deberse a un


inadecuado ajuste entre las características individuales del alumno y las
demandas que recibe del contexto educativo (según se defiende desde la postura
interaccionista). Este ajuste o tipo de respuesta ofrecida por el alumno ante una
tarea depende de la interacción de dos variables: el nivel de conocimiento que
posee el niño y la disposición de estrategias para resolver dicha tarea. De ese
modo, los escolares que presentan DA poseen habitualmente el
conocimiento, pero no son capaces de aplicar las estrategias
adecuadas para una ejecución exitosa de la tarea. Esta última propuesta es la
que cuenta con más apoyo teórico en la actualidad.

Influencia de las DA en el desarrollo infantil

En consonancia con aquello expresado anteriormente, un aspecto muy relevante


es entender la maduración, o crecimiento biológico del niño, como una disposición
o condición dinámica que depende de las características neurológicas,
neuropsicológicas y psicológicas de la persona, así como también del entorno
familiar y/o escolar donde el desarrollo tiene lugar.

El desarrollo en personas que presentan dificultades de aprendizaje se


caracteriza por un ritmo evolutivo más lento. Es decir, se habla sólo de una
alteración a nivel cuantitativo, y no cualitativa, como ocurre en los trastornos del
desarrollo. Las diferencias en edades tempranas entre niños con DA y niños sin
DA puede oscilar entre los 2 y los 4 años. Posteriormente estas discrepancias van
disminuyendo y se puede decir que los individuos con DA pueden llegar a un nivel
de competencia aceptable.

Diversos son los factores ambientales, y por lo tanto, modificables, que


contribuyen al alivio o agravamiento de las DA, como por ejemplo: la riqueza y la
adecuación del habla en el contexto familiar, una elevada exposición a la lectura,
el fomento del juego y de actividades que favorezcan el desarrollo de la atención
sostenida, así como aquellas que faciliten la toma de decisiones individual y la
iniciativa personal.

Dificultades de aprendizaje y alteraciones comportamentales

Dada la estrecha relación existente entre la comorbilidad de las DA y


determinadas alteraciones conductuales, a menudo resulta complejo determinar
cuál de estas dos manifestaciones motiva la otra. Usualmente ambas co-ocurren
simultáneamente, como en el caso del Trastorno de Déficit de Atención (con
Hiperactividad), donde las complicaciones que presenta el niño a nivel de
procesamiento de la información y regulación de las funciones ejecutivas producen
(o se derivan de) dificultades en la adquisición de las habilidades lingüísticas y
aritméticas.

Numerosos estudios ponen en evidencia que los niños y adolescentes que


presentan dificultades de aprendizaje presentan asociados en una magnitud
considerable otros problemas emocionales y/o conductuales. De esta manera, las
DA se ven agravadas propiciando un deterioro aún más significativo del
rendimiento académico. Las problemáticas más frecuentes se observan en la
población masculina en un 70% y en la femenina en un 50%, y hacen referencia a
conductas externalizantes como déficits atencionales, hiperactividad y
autorregulacion cognitiva, siendo menos habituales la conducta antisocial,
oposicionista o agresiva.

Algunas investigaciones defienden la idea de que la presencia de alteraciones


conductuales aisladas no motiva necesariamente limitaciones en la adquisición de
los primeros aprendizajes en los niños, aunque en otros casos, donde las
desviaciones comportamentales se inican en edades tempranas, la interrelación
entre ambos fenómenos parece más evidente.

Funcionamiento social de los niños con dificultades de aprendizaje

Las dificultades en el ámbito de las habilidades sociales también presentan una


intensa correlación con la manifestación de DA en niños y adolescentes, habiendo
obtenido Kavale y Forness un porcentaje situado alrededor del 75% de los casos
en su investigación. En estas edades, tres son los ámbitos de relaciones sociales
más significativos:
Relaciones sociales con iguales

A medida que va desarrollándose el niño, en su objetivo de establecerse como


individuo independiente con una identidad del “yo” definida y desligado cada vez
más de la protección y cuidado paterno, este ámbito es el más influyente y
significativo para el individuo. En esta etapa, las comparaciones sobre las
características físicas y psicológicas propias respecto de las de los demás, el nivel
de popularidad adquirido o la percepción de apoyo social son factores
determinantes.

Cuando se habla de niños o adolescentes con dificultades de aprendizaje, estas


influencias se hacen aún más notables, puesto que se parte con desventaja en lo
que a autoconcepto adaptativo se refiere. Por ello, en casos de DA es más
frecuente que los chicos se sientan o bien aislados o bien rechazados . En los
primeros debe potenciarse la motivación del chico a fin de que presente una
mayor predisposición para la adquisición de habilidades interpersonales, las
cuales le ayuden a ser más competente y le permitan gestionar mejor las
situaciones contextuales en las que interactúa. En el segundo caso, debe
realizarse un trabajo previo sobre autocontrol conductual y la gestión emocional
para modificar las dinámicas de interacción negativas a las que

está habituado a ejecutar.

Relaciones sociales con profesores

En este ámbito, una parte fundamental del tipo de relaciones sociales que
establece el alumno con el conjunto docente se encuentra determinado por las
creencias que presenta el profesor respecto al alumno en cuestión.

Así, las expectativas de fracaso o éxito académico respecto del estudiante, el trato
más o menos favorecedor recibido condicionado por la DA y el nivel de refuerzo
positivo administrado tras el logro de objetivos por parte del niño van a incidir
significativamente en una concepción docente más o menos positiva sobre la
competencia personal del alumno.

Entre los aspectos más relevantes que influyen en las dificultades en la interacción
social en alumnos con DA pueden distinguirse los siguientes: una escasa
competencia para interiorizar las estrategias cognitivas que deben aplicar ante
determinadas demandas contextuales, una escasa habilidad en la organización
natural de las estrategias que les permitan alcanzar objetivos sociales, una visión
poco empática y muy centrada en su propia perspectiva que les impide una
comprensión satisfactoria de las relaciones interpersonales y lo que estas
implican, una capacidad insuficiente para detectar discrepancias en el tono de voz
que perjudica la comprensión completa de los mensajes recibidos del interlocutor
y, finalmente, dificultades en la correcta interpretación del lenguaje no verbal de
forma genérica (gestos, expresiones faciales, etc).

Relaciones sociales con los padres

El hecho de tener un hijo con DA resulta para los padres una complicación
añadida a la aceptación y comprensión de los cambios evolutivos experimentados
por el niño durante su desarrollo.

Para los padres resulta muy complejo encontrar el equilibrio entre el ejercicio de
excesivo control y sobreprotección a la hora de tratar de fomentar la autonomía del
hijo dejando en un segundo plano todo aquello que comportan las dificultades de
aprendizaje. Esta problemática ocasiona una actitud menos tolerante, más crítica
y menos empática o afectiva que dificulta sobremanera un adecuado desarrollo
emocional del pequeño.

Intervención psicopedagógica ante las dificultades de aprendizaje


Con la finalidad de alcanzar los dos objetivos fundamentales planteados para los
alumnos que presentan DA, los cuales se encaminan a conseguir una mejora del
estado emocional del alumno y, a su vez, de su rendimiento académico**, se
proponen un conjunto de actuaciones a nivel psicopedagógico estructuradas en
tres etapas consecutivas**:

Primera etapa

En un primer momento debe realizarse un análisis profundo sobre cuáles son


los servicios de los que va a necesitar disponer el alumno en el contexto
escolar para compensar y trabajar las dificultades de aprendizaje que presenta
tanto a nivel de establecer qué tipo de necesidades educativas especiales
necesita, qué programa de intervención concreto va a establecerse acorde a su
nivel académico y qué estrategias específicas van a ponerse en marcha por el
equipo docente para fomentar un autoconcepto y autoestima adecuado.

Segunda etapa

Posteriormente, se sabe indispensable el contacto y establecimiento de


colaboración directa con la familia, la cual deberá comprometerse totalmente
para lograr un trabajo coordinado de todas las partes implicadas. Para ello, de
forma inicial deberá realizarse una fase de psicoeducación por parte del equipo de
profesionales que ayude a la familia a la hora de comprender la naturaleza de las
DA y qué tipo de acciones deberán incorporar a sus hábitos para favorecer una
evolución cada vez más positiva de los avances alcanzados por el niño (refuerzos
positivos y actitud empática, establecimiento de rutinas claras, etc.).

Por otra parte, también resultará útil anticipar posibles problemáticas con la
finalidad de determinar las estrategias a poner en marcha para su adecuada
resolución.
Tercera etapa

En última instancia, se trabajará en la potenciación de la capacidad metacognitiva


del niño, donde se trabajarán aspectos como la conciencia y aceptación de las DA,
el reconocimiento de sus puntos fuertes y debilidades, y un estilo atribucional
interno (locus de control) que le permita ejercer un control activo sobre la
consecución de éxitos respecto de los objetivos establecidos previamente.

De forma más concreta, las líneas actuales de intervención psicopedagógica en


DA se fundamentan en tres vertientes: la enseñanza de estrategias concretas de
aprendizaje (simplificación de contenidos), la utilización de la perspectiva
constructivista (metodología basada en la teoría vigotskiana sobre la zona de
desarrollo próximo, andamiaje y potencial de aprendizaje) y la instrucción asistida
por ordenador.

A modo de conclusión

Como se ha podido comprobar, muy diversas son las áreas afectadas del
desarrollo psicógico infantil ante la presencia de un diagnóstico de DA. La
detección precoz y la intervención por parte de los agentes socializadores
principales (familia y escuela) deviene fundamental para el favorecimiento de una
evolución positiva del caso concreto. Como en la mayoría de problemas y/o
desviaciones psicológicas infantiles, la cooperación entre ambas partes tiene una
relevancia muy significativa en el curso de dicha alteración.

Por otra parte, en lo referente a la intervención, merece la pena tener muy


presente que no deben centrarse todas las medidas en la mejora de los
aprendizajes instrumentales de forma exclusiva, puesto que la presencia de
estas deriva muy usualmente en el desarrollo de un malestar emocional
(disminución del autoconcepto, sentimientos de inferioridad, etc.) cuyo abordaje
debe ser igualmente prioritario.

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