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PSORIASIS

La psoriasis es una enfermedad crónica de la piel de etiología inmunitaria que se caracteriza


por la presencia de placas elevadas, rojizas, redondeadas y bien definidas cubiertas de
escamas de color blanco plateado. Su tamaño puede variar. Las lesiones pueden afectar a
cualquier parte del cuerpo, pero sobre todo al cuero cabelludo, superficies de extensión de
brazos y piernas, codos, rodillas, sacro y alrededor de las uñas. Como cualquier enfermedad
crónica, las lesiones pueden aparecer y desaparecer continuamente a lo largo de la vida sin
que pueda apreciarse un patrón de recurrencia evidente.

Causas:
La psoriasis presenta menor incidencia en las zonas de clima cálido y soleado que en el resto.
Aunque puede aparecer a cualquier edad, lo normal es que se inicie a partir de los 20 años.
Afecta a hombres y mujeres por igual, sobre todo de raza blanca. La luz solar, el estrés, los
cambios de estación, las alteraciones hormonales, la deprivación de corticoesteroides y
determinados fármacos ejm: el alcohol, los corticoesteroides, el litio y la cloroquina parecen
producir exacerbaciones de la enfermedad. Alrededor de la tercera parte de los pacientes
tienen antecedentes familiares. Un factor desencadenante habitual es el traumatismo de la
piel provocado por intervenciones quirúrgicas, quemaduras solares y excoriaciones

Fisiopatología:
Normalmente el queratinocito, que es la célula epidérmica que constituye el 95 % de la
epidermis, tarda unos 14 días en migrar desde la capa basal hasta el estrato córneo, que es la
capa externa de la piel, y se descama al cabo de otros 14 días. En cambio, las células
psoriásicas presentan un ciclo de crecimiento más corto y realizan la migración al estrato
córneo en tan sólo de cuatro a siete días, lo que se denomina hiperqueratosis. Estas células
inmaduras producen una queratina anormal que forma escamas gruesas en la superficie de la
piel. La aceleración del metabolismo celular estimula un aumento de la vascularización, lo que
contribuye al eritema que presentan las lesiones. En este proceso anormal también interviene
la hiperactividad de determinadas células inmunitarias que liberan unas proteínas
denominadas citocinas. Una de ellas es el factor de necrosis tumoral (TNF), que en la psoriasis
provoca inflamación, lo que contribuye a la formación de placas.
Síntomas:
 Placas eritematosas.
 Prurito.
 Fisuras dolorosas.
 Uñas punteadas y una coloración amarilla o marrón.
 La uña puede llegar a desprenderse del lecho ungueal, engrosarse y fragmentarse.

Pueden surgir síntomas de artritis psoriásica, sobre todo en las articulaciones interfalángicas
distales, especialmente si están afectadas las uñas de los dedos de las manos.

Diagnostico:
Puede realizarse una biopsia cutánea cuando el paciente presenta manifestaciones atípicas o
bien para establecer el diagnóstico diferencial con otros trastornos cutáneos de tipo
inflamatorio o infeccioso. Además, la ecografía puede revelar los cambios psoriásicos típicos
del estrato córneo y la inflamación de la dermis.

Medicamentos:
La medicación tópica se administra con el fin de reducir la inflamación, prolongar la fase de
maduración de los queratinocitos y prolongar el período de remisión. Los fármacos utilizados
habitualmente son los corticoesteroides, los preparados a base de alquitrán, la antralina y los
retinoides.

 corticoesteroides tópicos: reducen la inflamación, inhiben la actividad mitótica de las


células psoriásicas y retrasan la migración de los queratinocitos a la superficie de la
piel, con lo que les da tiempo a madurar y se disminuye la hiperqueratosis.
 preparados de alquitrán: no sólo inhiben la actividad mitótica, sino que también son
antiinflamatorios.
 Antralina tópica (ditranol): inhibe la actividad mitótica de las células epidérmicas y
resulta eficaz en algunos casos de psoriasis crónica localizada que no responden a
otros agentes tópicos.
 Calcipotriol: es un análogo de la vitamina D que se muestra eficaz para el tratamiento
de la psoriasis a corto y largo plazo. Inhibe la proliferación celular de la epidermis y
facilita la diferenciación celular.

Tratamiento:
TRATAMIENTO CON LUZ ULTRAVIOLETA: La luz ultravioleta B (UVB) es el tratamiento de
elección de la psoriasis generalizada. La luz UVB reduce la velocidad de crecimiento de las
células epidérmicas y, por tanto, la hiperqueratosis. Las fuentes de luz UVB son lámparas de
vapor de mercurio o tubos UV fluorescentes; estos últimos se instalan en una cabina y el
paciente puede permanecer de pie de forma que las lesiones psoriásicas queden expuestas
fácilmente. Las cabinas se pueden montar en el domicilio del paciente. Este tipo de
tratamiento se aplica aumentando progresivamente el tiempo de exposición hasta que el
paciente presenta un ligero eritema parecido al de una quemadura solar leve. Se administra
tres veces por semana de forma ambulatoria y se mide en segundos de exposición. Los ojos
deben protegerse durante las sesiones de terapia. La respuesta eritematosa aparece al cabo de
unas 8 horas. Debe realizarse una valoración minuciosa con el fin de evitar que se produzcan
quemaduras graves que podrían agravar la psoriasis. En los pacientes con psoriasis
generalizada el tratamiento con luz UVB puede combinarse con preparados de alquitrán, con
lo que se aumenta la fotosensibilidad de la piel.
FOTOQUIMIOTERAPIA En este tipo de terapia se emplea una forma fotoactivada del fármaco
metoxaleno, un antimetabolito que inhibe la síntesis del ADN y, por tanto, la mitosis celular,
con lo que se reduce la hiperqueratosis. Metoxaleno se activa por la exposición a los rayos
ultravioleta A (UVA). A las 2 horas de su administración por vía oral el paciente se somete a la
exposición a los rayos UVA. Los ojos deben protegerse con gafas oscuras durante las sesiones y
estas se aplican 2 o 3 veces por semana, normalmente hasta alcanzar entre 10 y 20 sesiones en
un plazo de 1 a 2 meses. La terapia produce bronceado y debe evitarse la exposición directa a
la luz solar en las 8 a 12 horas siguientes. En caso de que el paciente presente eritema debe
suspenderse el tratamiento hasta que desaparezcan el enrojecimiento y la hinchazón.

Enfermeria Medico Quirurgica Burke Lemone


DERMATITIS

La dermatitis es una inflamación de la piel que se caracteriza por eritema y dolor o prurito.
Este trastorno puede ser agudo o crónico.

Dermatitis de contacto
La dermatitis de contacto es una clase de dermatitis provocada por una reacción de
hipersensibilidad o una irritación química.

Causas:
Los principales desencadenantes conocidos de la dermatitis de contacto son tintes, perfumes,
plantas venenosas (hiedra, roble, zumaque), productos químicos y metales. Una dermatitis de
contacto frecuente en el ámbito sanitario es la dermatitis por el látex de los guantes.

La dermatitis de contacto alérgica es una hipersensibilidad retardada, o mediada por células,


en respuesta a una amplia variedad de alérgenos. Los antígenos sensibilizantes pueden ser
microorganismos, plantas, productos químicos, fármacos, metales o proteínas exógenas. En el
contacto inicial con la piel, el alérgeno se une a una proteína portadora formando un antígeno
sensibilizante. Este antígeno se procesa y se transporta a los linfocitos T que, a su vez,
desarrollan sensibilidad al antígeno. La primera exposición es el contacto sensibilizante y la
persona no manifiesta síntomas; estos aparecerán en posteriores exposiciones.

La dermatitis de contacto irritativa es una inflamación de la piel producida por agentes


irritantes; no es una respuesta de hipersensibilidad. Entre las causas habituales de este tipo de
dermatitis de contacto se encuentran productos químicos (tales como ácidos), jabones y
detergentes.

Síntomas:
 Eritema.
 Inflamación.
 Vesículas pruriginosas en la zona de contacto con el alérgeno.

Dermatitis atópica (eccema).


La dermatitis atópica es un trastorno inflamatorio de la piel que también recibe la
denominación de eccema. Se desconoce su causa concreta, pero entre los factores asociados
se encuentran la deficiencia en la inmunidad mediada por células, niveles altos de
inmunoglobulina E y sensibilidad aumentada a la histamina. Este trastorno es más frecuente
en niños, pero las formas crónicas persisten durante toda la vida.

Causas:
Los pacientes con dermatitis atópica tienen antecedentes familiares de reacciones de
hipersensibilidad, tales como piel seca, eccema, asma y rinitis alérgica. Aunque hasta una
tercera parte de los pacientes que presentan dermatitis atópica también tienen alergias
alimentarias, no se ha podido establecer una correspondencia definitiva.

Síntomas:
 Liquenificación crónica.
 Eritema.
 Descamación, como resultado del prurito y el rascado.

Dermatitis seborreica.
La dermatitis seborreica es un trastorno inflamatorio crónico de la piel que afecta al cuero
cabelludo, cejas, párpados, conductos auditivos, pliegues naso labiales, axilas y tronco.

Causas:
Se desconoce su causa. Este trastorno aparece a cualquier edad, desde la más temprana (en la
que se denomina «costra láctea») hasta la más tardía. En ocasiones, los pacientes que siguen
un tratamiento antihipertensivo con metildopa desarrollan este trastorno, que también está
presente en la enfermedad de Parkinson y aparece con frecuencia en pacientes con SIDA.

Síntomas:
 Placas blanquecinas o amarillentas.
 Escamas.
 Costras.
 Prurito leve.
 Las lesiones cutáneas se acompañan de caspa difusa con eritema del cuero cabelludo.

Dermatitis exfoliativa.
La dermatitis exfoliativa es un trastorno inflamatorio de la piel que se caracteriza por excesiva
descamación cutánea.

Causas:
Aunque se desconoce su causa en aproximadamente la mitad de los casos, en la mayoría de
ellos hay un trastorno cutáneo preexistente, como psoriasis, dermatitis atópica, dermatitis de
contacto o dermatitis seborreica. Las reacciones a medicamentos, tales como las sulfamidas,
suponen entre el 20% y el 40% de los casos. Algunos tipos de cáncer, como el linfoma, también
pueden causar dermatitis exfoliativa.
Síntomas:
 Debilidad
 Malestar
 Fiebre
 Escalofríos
 Pérdida de peso
 La descamación
 El eritema
 El prurito
 El paciente puede perder el pelo y las uñas.
 Debilidad
 Deshidratación.

Fisiopatología:
En la dermatitis hay una respuesta inflamatoria de la piel inducida por diversos factores
endógenos y exógenos. Las erupciones cutáneas que aparecen son de distintos tipos, a
menudo específicos para la enfermedad, la infección o el alérgeno causante. Entre las
reacciones iniciales de la piel a estos agentes o enfermedades se encuentran el eritema, la
formación de vesículas y escamas, y el prurito. Posteriormente, la irritación que resulta del
rascado provoca edema, exudado seroso y costras. La irritación durante un largo período de
tiempo, presente en la dermatitis crónica, provoca un engrosamiento de la piel, que se
presenta curtida y con un color más oscuro.

Diagnostico.
El diagnóstico se basa generalmente en las manifestaciones del trastorno y en los
antecedentes de exposición a un alérgeno conocido. Para identificar un alérgeno específico, se
utilizan la prueba de escarificación y la intradermorreacción.

Medicamentos.
Las medicaciones que se utilicen dependerán de la etiología de la dermatitis y la gravedad de
las manifestaciones. Los casos leves se tratan con medicaciones antipruriginosas, mientras que
el tratamiento de casos más graves consistirá en antihistamínicos orales, corticoesteroides
orales y/o tópicos, así como curas húmedas. Si es necesario, se pueden prescribir
antimicrobianos tópicos.

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Escabiosis.

Es una enfermedad cutánea contagiosa provocada por ácaros.

Causas:
Parasito llamado Sarcoptes scabiei.

Fisiopatologías:
Los piojos y los ácaros son los causantes de dos de las parasitosis cutáneas más comunes. Estos
parásitos no habitan normalmente en la piel, sino que la colonizan a través del contacto con
una persona afectada o el contacto con prendas de vestir, ropa de cama u otros objetos
colonizados por los parásitos.

Síntomas:
 Picazón.
 surcos de la piel.
 Ampollas en la piel.
 Granitos.
 Erupción cutánea.
 Ulceras sobre la piel.

Diagnostico.
El diagnóstico de la sarna se lleva a cabo mediante el raspado de la piel y el examen
microscópico de las escamas cutáneas obtenidas en busca de los ácaros o sus heces.

Medicación:
La sarna puede eliminarse aplicando, en toda la superficie cutánea, un único tratamiento de
loción de Lindano durante 12 horas. El picor asociado se trata con fármacos sistémicos o
tópicos, incluyendo corticoesteroides. Las infecciones bacterianas secundarias se tratan con el
antibiótico apropiado.

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