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C.I.: 24.686.184
EVALUACION 10 - SEMANA 10
1. Concepto de dermatitis atópica.
Es un proceso inflamatorio de la piel caracterizado por intenso prurito y piel seca en individuos
predispuestos genéticamente, de localización variable, que presenta una evolución crónica, que cursa en
forma de brotes y sin lesiones patognomónicas.
Dermatitis atópica del lactante: Suele empezar q los 5 meses de vida o antes. Una capa
amarillenta de escamas seborreicas y con costras en el cuero cabelludo puede ser la
primera manifestación, como en la cara, orejas y cuero cabelludo, respetando las zonas
alrededor de los ojos, la nariz y la boca. Son frecuentes en el dorso de las manos y en las
zonas de extensión de las extremidades. Las zonas del pañal están indemnes. Hay
pápulas o placas eritematosas y edematosas, muchas veces con erosiones, exudación y
costras. Es muy raro que se aprecien vesículas. El prurito es un síntoma constante
Dermatitis atópica infantil: Desde los 2 años hasta los 7 años o la pubertad. Afecta
sobre todo a las flexuras, en especial de codos y rodillas, pero pueden aparecer en otras
zonas. Se pueden ver lesiones eccematosas con vesículas, pero por el rascado enseguida
se transforman en erosiones, con exudación y formación de costras.
Dermatitis atópica del adulto: Hay placas de liquenificación, a veces con dermatitis
flexural; en ocasiones son lesiones similares a las de los lactantes. Hay engrosamiento
de la piel, con aumento de su reticulado normal, consecuencia del rascado crónico, y
excoriaciones.
Los queratinocitos son los primeros y principales secretores de citoquinas en respuesta a un estímulo de
irritación y resultan esenciales en la iniciación y desarrollo de esta patología, pero una quimiocina
producida por las células endoteliales de los linfáticos dérmicos facilita la migración de linfocitos T, cuya
acción resulta en mecanismos de apoptosis/necrosis que llevan a la espongiosis, con posterior
proliferación compensatoria de queratinocitos, que se expresa como eccema. Es así como la cronicidad
tiene explicaciones inmunológicas; por un lado, la inflamación en curso expone al sistema inmune a
péptidos inmunogénicos, que en un reclutamiento persistente de mediadores de inflamación y, además
la acción del factor de necrosis tumoral alfa secretado mantiene un ambiente pro inflamatorio. Es así
como basta un contacto de menor potencial irritativo o un lapso más corto de contacto para perdurar la
inflamación.
Los pacientes deben comprender que se trata de una enfermedad crónica, que no tiene tratamiento
curativo, pero que mejorará con la edad y realizando correctamente el tratamiento. Deben evitarse
todas aquellas situaciones que puedan alterar la barrera cutánea: bañarse muy frecuentemente sin
aplicar cremas hidratantes o emolientes después del baño, ambientes con poca humedad, estrés, piel
seca, sudoración abundante, uso de suavizantes y detergentes. Así como una adecuada hidratación de la
piel es un componente clave para el manejo de la dermatitis atópica. Los emolientes proporcionan un
método seguro y eficaz.
Debemos sospechar una sobreinfección del eccema ante la presencia de exudación, costras melicéricas,
empeoramiento de la clínica o falta de respuesta al tratamiento. La utilización de antibióticos tópicos o
sistémicos dependerá de la extensión de la infección; en casos localizados son de elección el ácido
fusídico o la mupirocina tópica al 2% en crema, aplicados 2 veces al día durante 1-2 semanas. En caso de
lesiones extensas es preferible el uso de antibiótico oral, siendo de elección las cefalosporinas de
primera o segunda generación y la amoxicilina-clavulánico durante 7-10 días.
El tratamiento reactivo con corticoides tópicos o inhibidores tópicos de la calcineurina se aplica durante
las fases de brote para detener la inflamación; el tratamiento proactivo con los mismos fármacos dos
veces por semana tiene como objetivo tratar la inflamación subclínica. Además, como la función barrera
de la piel disminuye con la inflamación clínica y subclínica, se debería aplicar un emoliente con
propiedades antiinflamatorias como mínimo una vez al día para reducir el proceso inflamatorio
producido por los queratinocitos dañados.
contacto con la sustancia responsable de la dermatitis, como con aquellas sustancias que produzcan
reactividad cruzada. Pero bien, cuando están establecidas las lesiones se hace uso de corticoides tópicos
que disminuyen la respuesta inflamatoria al contacto con el alérgeno, empleándose en las lesiones
eccematosas agudas, 1 o 2 veces al día, durante un periodo inferior a dos semanas. También se hace uso
de inhibidores de la calcineurina tópicos como potencial alternativa al tratamiento con corticoides
tópicos, útil en el tratamiento de las lesiones localizadas en zonas sensibles como la cara. Para concluir,
se hace uso de antihistamínicos como tratamiento sintomático para disminuir el picor, fomentos o
soluciones antisépticas secantes en caso de gran componente exudativo, antibióticos tópicos u orales en
casos de sobreinfección o impetiginización y corticoides orales indicados cuando la dermatitis de
contacto se extiende a más del 20% de la superficie corporal o cuando afecta a la cara para una
resolución rápida de la clínica.
De contacto Irritativa
Solo la van a desarrollar los pacientes Puede desarrollarla cualquier persona que se
sensibilizados al alergeno en cuestión. exponga al irritante en cantidad y duración
suficiente.
Aparición generalmente tras 48 horas, previa Aparición rápida (de minutos a horas tras la
sensibilización. exposición).
EVALUACION 11 - SEMANA 11
1. Concepto de alergia alimentaria.
Es una reacción de hipersensibilidad a los alimentos mediada inmunológicamente por IgE y no mediada
por IgE.
Alergia alimentaria mediada por IgE: se encuentran anticuerpos específicos de la clase IgE. La
reacción tiende a ser inmediata y suele existir una relación directa entre la exposición al
alérgeno y la aparición de síntomas.
1. Reacciones mediadas por IgE: Son respuestas inmediatas cuyos síntomas aparecen poco después de
la ingesta.
a. Cutáneas:
1. Urticaria y/o angioedema
2. Urticaria aguda de contacto
b. Digestivas:
1. Alergia oral: se manifiesta por prurito orofaríngeo con o sin eritema y angioedema peribucal, lingual
y/o de úvula. Suelen aparecer con frutas y verduras crudas en pacientes previamente sensibilizados a
pólenes.
2. Anafilaxia gastrointestinal: caracterizada por náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea.
Frecuentemente asociada a manifestaciones en otros órganos.
c. Respiratorias: más frecuentes en niños que presentan previamente asma bronquial y/o dermatitis
atópica. No sólo se desencadenan por la ingesta sino también por inhalación.
1. Rinoconjuntivitis y asma inducidos por alimentos.
2. Síntomas respiratorios en el contexto de anafilaxia: implican un pronóstico grave.
3. Síntomas respiratorios inducidos por mecanismos de reactividad cruzada entre alergenos inhalados y
alimentarios con gran similitud estructural como el síndrome látex-frutas y ácaros-marisco.
d. Anafilaxia: se consideran factores de riesgo en su aparición el asma previa y la incapacidad para
reconocer la gravedad por negación de los síntomas o por aparición atípica.
1. Anafilaxia inducida por ejercicio y alimentos: Manifestaciones anafilácticas durante el ejercicio
relacionadas con la ingesta previa de un alimento que se tolera en reposo.
2. Reacciones no mediadas por IgE: Se trata de respuestas retardadas en las que predominan las
manifestaciones gastrointestinales.
1. Proctocolitis asociada a proteínas: aparece en los primeros meses de la vida, se presenta sobre todo
en niños amamantados, aunque también puede afectar a lactantes alimentados con fórmula. Se
manifiesta por la presencia de sangre en las heces normales o blandas de un niño por lo demás sin
signos de enfermedad.
2. Enteropatía sensible a alimentos: aparece en los dos primeros años de vida. Se caracteriza por un
cuadro de vómitos y diarrea que puede evolucionar a la malabsorción con afectación de la curva
ponderal.
3. Enterocolitis inducida por alimentos: cuadro similar a la enteropatía, pero de carácter más agudo y
grave. Se manifiesta en forma de vómitos entre una a tres horas después de la ingesta seguidos de
Alumno: Héctor J. Quintero P.
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diarrea con o sin sangre. Puede producirse hipotensión y deshidratación con acidosis. Se suele presentar
en el primer año de vida.
4. Enfermedad celíaca
3. Formas Mixtas:
a. Dermatitis atópica.
b. Trastornos gastrointestinales eosinofílicos
1. Esofagitis eosinofílica: Es un proceso inflamatorio crónico caracterizado por una intensa infiltración de
eosinófilos que afecta al esófago de manera aislada. Predomina en varones con antecedentes atópicos.
En el niño pequeño puede manifestarse por vómitos, dolor abdominal o rechazo a la alimentación y en
el niño mayor como disfagia y/o impactación de alimentos.
2. Gastroenteritis eosinofílica: Se caracteriza por un infiltrado de eosinófilos a nivel de estómago,
intestino delgado o ambos y afectación variable de esófago e intestino grueso. La clínica incluye dolor
abdominal, vómitos, diarrea, fallo de medro e incluso hematemesis.
El futuro del tratamiento y prevención de las alergias alimentarias parece estar dirigido al
desarrollo de terapias monoclonales contra la IgE y su receptor, a la modulación farmacológica
de la actividad de los linfocitos T, mastocitos y eosinófilos, al desarrollo de antagonistas de
diferentes citocinas como IL-2, IL-4, IL-5, a la vacunación y quizá a la terapia genética.
Síntomas similares de los alérgicos al polen, Síntomas menos agudos que las alergias y se
por lo cual se sospecha por la sintomatología. repiten con frecuencia con el tiempo.