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Deficiencia de gonadotropinas

El hipogonadismo central (hipogonadismo hipogonadotrópico) puede ser un trastorno


congénito o adquirido. A diferencia de las otras deficiencias hormonales hipofisiarias, la
deficiencia de gonadotropinas, no infrecuentemente, se presenta en forma aislada. El
síndrome de Kallmann es un trastorno congénito manifestado por la deficiencia aislada de la
GnRH y por anosmia, a veces acompañado por defectos anatómicos de la línea media.
También se han descrito deficiencias únicas de LH o FSH como causas de hipogonadismo
central. Las formas adquiridas de hipogonadismo hipogonadotrópico en mujeres sin
hipopituitarismo incluyen hiperprolactinemia, ejercicio intenso, anorexia nerviosa,
desnutrición o estrés severo.

La presentación clínica depende de si el inicio de la enfermedad ocurre antes o después de la


pubertad. Los hombres adultos se presentan con disminución de la libido, impotencia,
osteopenia e infertilidad. Mujeres premenopáusicas pueden tener oligomenorrea o
amenorrea, infertilidad, calores, dispareunia, osteopenia y atrofia mamaria. El tratamiento en
los hombres consiste en la administración de testosterona en una de sus muchas
presentaciones. El tratamiento más barato es el enantato o cipionato de testosterona, en dosis
de 100 mg a 300 mg intramusculares cada dos a tres semanas, dependiendo de la edad del
paciente. Los efectos secundarios de la terapia de reemplazo con testosterona, en general,
incluyen agresividad, empeoramiento de la apnea obstructiva del sueño no tratada o de los
síntomas de hipertrofia prostática benigna y policitemia. Si se quiere lograr concentraciones de
testosterona sérica más fisiológicas, se puede utilizar los parches o el gel de testosterona. Los
parches (2,5 a 5 mg) se aplican sobre la piel de los muslos, nalgas, espalda o brazos y se
cambian cada 24 horas.

Las reacciones adversas como eritema, prurito e inflamación locales son bastante comunes. A
veces, en climas cálidos y húmedos, los parches se pueden desprender de la piel. El gel
también se aplica una vez al día. No es necesario monitorear los niveles séricos de
testosterona después de iniciar el tratamiento. El seguimiento se puede hacer clínicamente.
Las mujeres premenopáusicas con hipogonadismo secundario pueden tratarse con
anticonceptivos orales (que contengan de 20 mg a 35 mg de etinilestradiol). Mujeres
posmenopáusicas con útero pueden recibir estrógenos y progestágenos en forma cíclica o
continua. Si el útero ha sido removido, se pueden administrar estrógenos en forma continua.
La terapia de reemplazo hormonal se debe suspender a la edad de la menopausia normal (50
años) a no ser que la paciente presente síntomas vasomotores significativos. Los hombres y las
mujeres que deseen engendrar deben recibir inyecciones de gonadotropinas exógenas, ya sea
hCG o LH, FSH o menotropinas.

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