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Psicología

El desarrollo según la evolución de la líbido (evolución psicosexual)

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afectivos

*Fase oral
pasiva
S. Freud J.Piaget *Fase oral
Corman activa (sádico
4 etapas: oral)
*Oral Sainz y Argos *Fase anal o
Psicoanálisis
*Anal Líbido sádico anal
*Fálico-edípica Autoerotismo teoría *Fase fálico
*Latencia Zonas instintiva edípica
erógenas

Narcísico

Sumario
Introducción:Finalidad de la Psicología en la educación
Desarrollo:Conocer las características de los niños y de las niñas en cuanto a lo
psicosexual, en referencia a las diferentes etapas del desarrollo, cómo se manifiestan y
cómo se expresan.
Conclusión: Cómo debemos manejar la educación sexual teniendo en cuenta las
características de la evolución psicosexual de los alumnos.
Bibliografía
Introducción: La psicología siempre ha estado vinculada a la educación y nos orienta en
cómo hacer nuestra intervención como docentes,para ello existe la psicología evolutiva y
la psicología del aprendizaje. Esto se condice con lo que reza en el artículo cinco de la ley
de educación, el objeto primario y primordial de la educación , es el niño, lo que el niño es,
cómo se desarrolla y qué necesita.

Material elaborado y compilado por Maestra de Tiempo Completo: Paola Patricia Castro Yakes
Desarrollo: Este tema apela a conocer las características de los niños y de las niñas en
cuanto a lo psicosexual, conocerlas en referencia a las diferentes etapas del desarrollo,
conocer cómo se manifiestan, cómo se expresan y cómo entonces, desde nuestro rol,
podemos actuar como agentes protectores y también facilitadores de las libertades de
expresión así como de orientadores para las familias.
La Convención de derechos del niño asigna a los niños y niñas y adolescentes el lugar de
sujeto de derecho, y destaca la primacía del interés superior ante cualquier
interpretación.
Para comenzar, el término líbido, refiere a la doctrina de las pulsiones usado por Abert
Moll en 1898 (pulsiones son las fuerzas que suponemos tras las tensiones de necesidad
del ello, representan los requerimientos que hace el cuerpo a la vida anímica), se
introduce en el psicoanálisis por Sigmund Freud. La líbido se consideraba desde esa
perspectiva la exteriorización de la fuerza del amor.
Toda adquisición en el desarrollo, toda conducta nueva que se incorpora a las estructuras
previas, aparece como un peldaño en una secuencia inmodificable. La estimulación o la
falta de ésta pueden hacer que ciertas conductas o funciones mentales aparezcan como
precoces o tardías. Un niño puede dar muestra de un rápido desarrollo, no únicamente en
el campo de la sexualidad sino en cualquier otro, y sin embargo, las estructuras se irán
incorporando en una secuencia inalterable, particularmente si entendemos a la sexualidad
como psicosexualidad, mismo que está presente, al menos representada, desde antes del
nacimiento y con expresiones más o menos aparentes.
El desarrollo psicosexual ha sido descrito desde el psicoanálisis freudiano y luego con sus
seguidores, para los cuales las primeras etapas de desarrollo psicosexual y sus
características determinan la personalidad; han desmitificado la sexualidad infantil y, por
ende, al niño que fue visto en primera instancia como un ser no sexuado. Freud tomaba
esto como la negligencia producto de la amnesia del adulto al reprimir su propia
sexualidad, y algunas situaciones que podrían ser traumáticas como la observación por
accidente de la “escena primaria”. Ya hace muchos años, Freud realizó una predicción de
las dificultades en el abordaje de la temática, el desconocimiento y el tabú en torno a la
sexualidad en la primera infancia de parte de todos los adultos que deben asumir el papel
de orientadores, incluyendo la escuela. Freud invita a asumir el papel de verdaderos
educadores frente a la sexualidad infantil, respetando al niño.
Hay corrientes en el estudio del desarrollo psicosexual que han puesto énfasis en los
aspectos cognitivos. Autores como Piaget e Inhelder piensan que el potencial cognitivo
innato determina el curso general del desarrollo, incluída la sexualidad.

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El desarrollo aparece así, como una experiencia perceptual individual, intelectualmente
incorporada. De acuerdo a estos autores, el niño aprende, al principio, a discriminar entre
masculino y femenino, a través de la formación de esquemas sexuales .
La noción de estadio, a la que hace referencia Piaget, es útil para el entendimiento no
solamente del desarrollo psicosexual, sino para una aproximación al entendimiento de
todo el desarrollo del niño.
Al referirnos al concepto de estadio desde lo psicosexual, debemos referirnos desde lo
psíquico más que desde lo conductual, es decir, lo importante es lo que un niño es capaz
de hacer en cuanto a funciones mentales y no tanto lo que hace conductualmente, ya que
la adaptación mental, es una prolongación de la adaptación biológica.
Ahora se explicará las características de cada estadio, según Freud: La organización de lo
psicosexual por etapas es el intento de dar una explicación a que en el proceso de
desarrollo el hombre tiene momentos de organización de su sexualidad que definen su
personalidad, y en la cual tienen influencia los otros, los padres y los adultos en general.
En esta organización, Freud propuso cuatro etapas básicas del desarrollo sexual. Estas
son: Etapa oral: se desarrolla durante el primer año de vida. Se inician las conductas
relacionadas con un primer contacto con el mundo externo y las figuras objetales, a través
de la alimentación. Se encuentra la energía pulsional condensada en la mucosa oral o en
la boca como zona erógena. El primer contacto con el mundo externo, y la diferenciación
yoica, se hace a través de la relación con la madre. Etapa anal: se desarrolla durante el
segundo año de vida. El placer erótico se consigue a través de la mucosa anal como zona
erógena. En esta etapa existe, de parte del niño, un deseo ambivalente de control sobre el
mundo externo y las figuras objetales. Etapa fálico-edípica: se desarrolla durante los
cuatro y cinco años aproximadamente. La energía libidinal se centra en los genitales
como zona erógena; esta energía libidinal no es de carácter genital. En esta etapa se
presenta el amor “no erótico” por el padre del sexo opuesto y la rivalidad hacia el padre
del mismo sexo. Etapa de latencia: se desarrolla hacia los seis años de edad
aproximadamente. Aparecen los sentimientos de vergüenza, asco y pudor, y se presenta
un adormecimiento de la sexualidad infantil, por lo cual se desvía la energía libidinal hacia
otros fines. En esta etapa de desarrollo afectivo juegan un papel muy importante los pares
o iguales.Alrededor de las etapas del desarrollo se encuentran ligados aspectos
relacionados con la exploración del contexto y de los vínculos con otros.
Corman (1979) realiza una revisión de las etapas del desarrollo psicosexual planteadas
por Freud y resalta el importante papel de los vínculos afectivos con las primeras figuras
objetales para un desarrollo adecuado de la personalidad. Fase oral pasiva: en el primer

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año de la vida domina exclusivamente la función nutritiva. El niño lactante no hace otra
cosa que alimentarse, dormir, y luego volver a comer. Respecto a la etapa oral activa o
sádico-oral Corman explica: desde la aparición de los primeros dientes, la oralidad se
vuelve activa: el niño es capaz de morder y masticar su alimento. El niño accede, pues, a
la actividad que le permitirá enfrentarse por sí solo con el mundo que le rodea para
dominarlo y que le hará pasar poco a poco de la dependencia inicial, que no podía nada
sin su madre, a la independencia que le permite valerse más o menos por sí mismo.
Asimismo, Corman toma como punto de partida los conceptos planteados por Freud en la
etapa anal desde lo sádico en la relación con los objetos y el placer erótico que se obtiene
al expulsar y retener las heces. A esta etapa le llama fase anal o sádico-anal: Entre el
primer y el segundo año, el niño accede a la motricidad activa y se hace capaz de
expulsar voluntariamente sus excrementos, orina y heces. Con ello, la zona perineal
adquiere una importancia particular, ya que toda actividad funcional intensa se acompaña
de sensaciones fuertes, que el psicoanálisis clasifica bajo el término general de erotismo.
Corman refiere lo importante de la etapa anal o sádico-anal en la educación y la disciplina
por primera vez en el niño. Esta situación puede generar en el niño ambivalencia frente a
la percepción que tiene de sus padres: “se les quiere y obedece” o “no se les quiere
obedecer”, propiciando los primeros deseos de control del niño sobre el medio externo. La
reacción de los niños a esta etapa se encuentra relacionada, además, con el desarrollo de
algunos problemas esfinterianos, como la encopresis o la enuresis. Para este mismo
autor, en la etapa fálicoedípica, tan controversial por el enamoramiento no genital, con un
gran componente afectivo, hacia el padre del sexo opuesto, lo más significativo es: la
sensibilidad de esta zona se hace muy intensa, sin que cese por ello en los demás
órganos. Es la fase genital que aparece alrededor de los tres años y se caracteriza por las
satisfacciones solitarias de la masturbación. La fase edípica representa para el niño y la
niña el primer enamoramiento y el despertar de los celos. La escena primaria es analizada
como un acto agresivo y las manifestaciones afectivas entre los padres despiertan en él o
ella la sensación de que se les deja a un lado: “el tercero excluido”. La rivalidad con el
padre del mismo sexo hace que el niño maneje esta situación acorde con sus
capacidades emocionales: logra vencer la rivalidad y se identifica con el padre del mismo
sexo; el temor hacia el padre del sexo opuesto hace que la identificación se invierta y se
haga con su objeto de amor (padre o madre), se escinda el afecto y deseo, y se realice
una elección madona-prostituta.
El autoerotismo y las manifestaciones sexuales infantiles, denominadas por Freud como
zonas erógenas, forman parte esencial de la sexualidad en la primera infancia del ser

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humano, de lo cual manifiesta: “El carácter más notable de esta actividad sexual, es el
hecho de que el instinto no se orienta en ella hacia otras personas. Encuentra su
satisfacción en el propio cuerpo; esto es un instinto autoerótico.
El estadio narcisístico propuesto por Sainz y Argos es similar a lo propuesto por Freud en
su teoría instintiva (libido objetal y libido narcisista) en la cual el niño, una vez que la
atención ya no se dirige hacia sí mismo y experimenta el displacer, reconoce la presencia
del otro, lo que propicia la separación entre el sujeto/niño (yo) y no-yo (objeto mundo
externo). Los estadios autoerótico y narcisístico hacen referencia en primera instancia a
una etapa anobjetal, en la que no existe diferencia entre el yo y el no-yo. Cuando el niño
(o la niña) experimenta frustraciones debido a la ausencia de gratificaciones, comienza a
entender que necesita de otro para sobrevivir. Ese otro (la madre) le brinda un espacio
tranquilizante, que le genera confianza. Esto le permite evolucionar a la relación con los
otros, a la etapa oral del desarrollo, en la que, según Klein (1991), se establece un yo
primitivo. El estadio de relación de objeto hace referencia a la etapa fálico-edípica
planteada por Freud que está enmarcada desde el apego inicial que tiene el niño con sus
primeras figuras objetales y la definición de relaciones de objeto futuras. Las etapas
psicosexuales del desarrollo son una propuesta al análisis de la sexualidad como algo
secuencial y complejo, en las que existen características generales a todos los seres
humanos que, de no ser manejadas como parte de un desarrollo normal, pueden ser
juzgadas –por desconocimiento– como algo anormal.
Conclusiones: Creemos que la falta de información de parte de los niños, donde muchos
perciben la sexualidad como algo culposo, nos sugiere manejar la educación sexual
enmarcada en valores. Los más comunes son los trastornos de identidad sexual que se
originan por la curiosidad del niño frente a su propio cuerpo; la exploración de los
genitales y algunos sentimientos de rechazo y crítica de parte de los adultos que
contribuyen a una percepción inadecuada del niño, está en nosotros, desde nuestro rol
docente, habilitar los espacios, el tiempo necesarios para el diálogo y la reflexión, para
promover preguntas y fomentar libertades, la mera incorporación de contenidos no puede
ser la manera de formarse de las personas que trabajen en sexualidad, para nosotros, los
ámbitos de los objetivos en educación sexual, el Cognoscitivo, el Afectivo-emocional y
Psicomotriz corporal son imprescindibles a la hora de poner en juego las
prácticas.Enfatizamos también en el aspecto afectivo-emocional, como elemento
indispensable en la vivencia de los procesos de enseñanza y aprendizaje especialmente
en sexualidad, para generar un espacio grupal de confianza, desinhibición y solidaridad
vincular y coherente con la tarea, que permita el óptimo desarrollo de los procesos así

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como la necesaria red de contención afectiva para la gradual exposición que implica la
tarea docente.

Bibliografía:
● Sigmund Freud. Introducción al psicoanálisis (2017). El manga. España .La otra h.
● Sigmund Freud obras completas. Más allá del principio del placer. Psicología de las
masas y análisis del yo y otras obras (1992).N°18. Argentina.Amorrortu editores.
● Artículo. La sexualidad en la infancia. Luis Méndez Cárdenas. Psicopedagogía
● Investigación. Sexualidad en la primera infancia: una mirada actual desde el
psicoanálisis a las etapas del desarrollo sexual infantil. Sara J. Zabarain-Cogollo
(2011)Revista de la Facultad de Psicología Universidad Cooperativa de Colombia -
Volumen 7, Número 13.erísti Pensando psicología.
● Corman, L. (1979), El test PN. Manual primero, Barcelona, Herder.
● Sainz, M.C. y Argos, J. (2005), Educación infantil. Contenidos, procesos y
experiencias, Madrid, Narcea.
● Klein, M. (1991), Obras completas. Envidia y gratitud y otros trabajos, Argentina,
Paidós Ibérica S.A
● Componentes de un modelo de trabajo integral. La Metodología pedagógica: teoría
y acción. (2019) Capítulo 2. Propuesta de Sexur. Montevideo.
● ANEP-DGEIP(2008)Programa de educación Inicial y Primaria. Montevideo.
Editorial Rojal.
● Senado y Cámara de Representantes de la República Oriental del Uruguay (2008)
Ley de Educación 18.437. Montevideo.

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