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Didáctica 10

La planificación del espacio en donde se desarrollan las propuestas educativas. La


incidencia de la ambientación en los procesos de aprendizaje.

Introducción:
Desde el nacimiento hasta los seis años de vida se produce el desarrollo intelectual,
emocional, físico, inmunológico y social, donde se construyen los pilares para futuras
experiencias, aprendizajes y el desarrollo de las competencias sociales. Se considera que
el entorno primario de los niños genera un impacto significativo en el desarrollo cognitivo
de este. Cuanto más estimulante sea el medio y más sanos sean los vínculos que se
construyan en el niño, con sus primeros agentes socializadores, las posibilidades serán
más significativas en cuanto al progreso y el desarrollo en todos los aspectos de su vida.
Los primeros años de vida son fundamentales. En este período los niños aprenden a
través de la experiencia directa con las personas y los elementos del entorno en el que
viven, a través de la exploración, observación, experimentación, manipulación y la
escucha de sus referentes. Un ambiente estimulante y receptivo es importante para
generar esta relación con el medio, propiciando el descubrimiento, la exploración hacia el
mundo exterior y la capacidad de adquirir nuevas competencias adecuadas para un buen
desarrollo integral. Los primeros años de vida tienen una gran repercusión en el futuro de
las personas: en su desarrollo cerebral, en su salud, su felicidad, su capacidad de
aprender en la escuela, su bienestar. En el documento de UNICEF: “La primera infancia
importa para cada niño'' (2017) se expresa: '' Los primeros momentos de vida ofrecen una
oportunidad única de formar el cerebro de los niños que construirán el futuro…”

El legado de Maria Montessori: el Método de la Pedagogía Científica (1870-1952):


Para esta propuesta traemos a reflexión la mirada del ambiente de aprendizaje de
Montessori; con un espíritu humanista, Maria Montessori, desarrolló una propuesta
centrada en un ambiente de aprendizaje seguro, estructurado y ordenado (aspecto, por
otra parte, largamente enfatizado por el movimiento de las escuelas eficaces), basado en
un profundo respeto por los niños y en la comprensión y el amor docentes como motor del
crecimiento y desarrollo infantil. Maria Montessori aporta actividad ordenada y progresiva,
independencia y espontaneidad, observación de la naturaleza del niño y sistematicidad.
Su método es predominantemente empírico y experimental, en tanto en cuanto está
basado en la realidad. Concibe, la educadora, como preparadora de alimento espiritual, la
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escuela como terreno o medio de cultivo y el niño como el sujeto del experimento.
Además, Montessori introduce en la escuela infantil prácticas que hoy consideramos
habituales, pero que en su época fueron innovadoras: sillas y muebles a la medida de los
niños, una hora de sueño en la escuela, salidas al aire libre, materiales lúdicos en el aula,
etc. El Método Montessori se trata de inducir la observación y la experimentación, el
ambiente cuidado y de los estímulos seleccionados, pero libremente ofrecidos, he aquí lo
científico. Así mismo esa observación y experimentación en la que pretendía educar
Montessori, también era la base o las premisas de trabajo del docente.
El objetivo principal del método Montessori es que el niño desarrolle al máximo sus
posibilidades dentro de un ambiente estructurado que le resulte atractivo y motivador. En
el método de Maria Montessori, la casa, el jardín, el mobiliario y el material constituyen un
sistema completo de experimentos pedagógicos junto con el material de enseñanza para
esperar la reacción espontánea del niño. El fundamento del Método de la Pedagogía
Científica reside en ofrecer estímulos en un marco en que se desarrollen la libertad y la
autoeducación. Por ello se puede afirmar que el objetivo principal del método Montessori
es que el niño desarrolle al máximo sus posibilidades dentro de un ambiente estructurado
que le resulte atractivo y motivador. En este sentido, en la Casa de los Niños se cuidan al
máximo los detalles en mobiliario y equipamiento, de forma que se pueda vivir y trabajar
cómodamente y que se favorezca la disciplina auto educadora de los niños.
La Casa de los Niños es verdaderamente como un hogar, tiene espacios más grandes de
encuentro y otros más pequeños de intimidad, como pequeñas habitaciones; tiene
alfombras y sofás. Pero, sobre todo, un elemento que destaca es el orden y el ambiente
estructurado que domina en toda la estancia. Este orden es un principio para diseñar
espacios, materiales y actividades en el Método de la Pedagogía Científica. Así,
Montessori señala el orden como algo necesario para la investigación del niño. El
ambiente ha de ser preparado por el educador, el hecho de que no sea demasiado
necesaria la intervención del docente es un indicativo de que el ambiente es estimulante y
promueve la investigación del niño.
En los planteamientos didácticos de Montessori se destaca todo lo que hace referencia al
ambiente del aula, al espíritu estético que se ha de configurar tanto en el orden general
como en cada uno de los objetos que los escolares pueden utilizar. Poner en el ambiente
del niño buenos y sólidos materiales constituye un punto de partida que da lugar a la
iniciativa, estimula la imaginación y el aprendizaje, al tiempo que mantiene el interés para
crear nuevos motivos de actividad y ocasiones de fantasear.

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Un legado las últimas décadas a través de investigaciones tanto psicolingüísticas (Ferreiro
y Teberosky, 1979; Ferreiro y Gómez Palacio, 1982; Lerner, 1982, Teberosky, 1982;
Kaufman, 1982) como didácticas (Kaufman, Castedo, Molinari y Teruggi, 1989; Castedo,
1997; Weisz, 1998, etc.) refiere a la importancia de considerar el “ambiente alfabetizador”
como una de las condiciones necesarias para que tenga lugar el aprendizaje de la lectura
y escritura desde los inicios de la alfabetización. Las situaciones didácticas que se
proponen trabajar durante el curso dan cuenta de estas posibilidades. Se entiende por
“ambiente alfabetizador” aquel que pone la cultura escrita al alcance de los niños. Se trata
de conformar en las salas de educación inicial un escenario propicio para permitir que los
niños interactúen de manera significativa con variados materiales que portan escrituras en
el marco de situaciones que resguardan claros propósitos comunicativos y didácticos.

Propuesta de organización del espacio como ambiente de aprendizaje para inicial:


Organización del mobiliario:
Modalidad “dinámica” donde la docente se encuentra en contínuo movimiento. Las mesas
se distribuyen de cuatro en cuatro formando cuadrados y el docente puede ubicarse en
cualquier punto del aula, esto facilita el trabajo en grupo, la relación entre alumnos, mejora
el clima del aula pues el docente no es un mero controlador, sino un recurso de apoyo
que puede moverse libremente por el aula para acudir a todos los grupos y además, para
atender individualmente a cada alumno que lo necesite. Para que los verdaderos objetivos
de esta forma de organización se consigan hay que tener sumo cuidado a la hora de
agrupar a los alumnos y además, el docente debe aclarar que el tiempo de apoyo ha de
dividirse equitativamente entre todos, de manera que no se sienta agobiado, ni los
alumnos se impacienten.
Por otro lado, a la hora de formar grupos de trabajo, la diversidad debe quedar reflejada,
donde los grupos estén integrados por alumnos de diferentes niveles de desempeño, de
manera de favorecer el desarrollo de la Zona de desarrollo Próximo de la que hablaba
Vigotsky.

Rincones:
Ésto responde a una pedagogía activa, con una organización adecuada del espacio, el
tiempo y los materiales, con la cual atendemos a la diversidad del alumnado en todos sus
ámbitos (necesidades, intereses, ritmos, etc.) y fomentamos que el alumnado adquiera un
papel activo en la construcción de su propio conocimiento.

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Además de rincones tradicionalmente conocidos como el de la asamblea, la biblioteca,
para los juguetes, podemos introducir otras novedades como: El rincón de los oficios que
abarcaría distintos tipos de trabajos donde cada alumno elige una profesión, puede
conocer sus herramientas de trabajo, cómo se llama el lugar donde se lleva a cabo, las
materias que emplean, si puede hacerse solo o necesita ayuda. Entre ellos podrían
encontrarse: panadero/a, cocinero/a, maestro/a, albañil, carpintero, barrendero/a,
tendero/a, ama/o de casa, bombero,peluquero/a, policía, médico. Después se haría una
puesta en común para dar a conocer a los demás compañeros lo que se ha
experimentado en cada oficio. Asimismo, pueden hacerse grupos de alumnos que
practiquen el mismo oficio y que vayan rotando por todas las profesiones. Se dedicaría
una hora semanal a este rincón hasta que todos hubieran pasado por todos los oficios.
Por otro lado este rincón puede variar al correr el año y transformarse en el rincón de los
super héroes y heroínas
También, podría hacerse un rincón de ciencias donde haya lupas, germinadores, semillas,
plantas; se puede acondicionar un espacio de este rincón para tener un terrario o un
acuario.
Los rincones propuestos dependerán del espacio con el que se cuente, pero además su
planificación tendrá que reflejar los proyectos del centro educativo.
Otro rincón podría dedicarse a las manualidades, donde cada cual diera rienda suelta al
artista que lleva dentro. Habría diversos materiales. Papeles de distinto tipo (cartulina,
folios de colores, periódicos, papel pinocho, de seda…), lápices, colores, rotuladores,
pintura de dedos, témperas, pinceles, tijeras, pegamento, plastilina, arcilla, material
reciclado, etc .
Un rincón que no debería faltar es el referente a las matemáticas, tipo “laboratorio
matemático” en donde haya material concreto para contar, quitar, agregar, donde esté el
calendario, la banda numérica, una regla para sus mediciones, etc; por otra parte también
se puede incorporar aquí un almacén con paquetes acondicionados estéticamente para el
mismo, con precios, una caja registradora y dinero fotocopiado.
El rincón de la biblioteca de aula, ya mencionado, deberá estar acondicionado de manera
de invitar a la exploración voluntaria y por placer de los libros y revistas que allí haya;
podrá estar acondicionada con alfombra y almohadones, o con un sillón pequeño.
También podría organizarse un rincón con las fotografías de cada niño del grupo, con un
espejo; estas fotografías podrían estar organizadas mostrando los cambios que han
tenido hasta el momento con fotografías aportadas por la familia.

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Por último según las características del espacio y la disponibilidad de equipos; no
olvidemos que se cuenta con tablet para la utilización de inicial, por lo que se puede
planificar un rincón tecnológico donde no solamente se las incluya a éstas tablet sino
también donde esté la radio, una tele, etc
Alfabetizar el aula:
Cuadros con horarios, agendas semanales, almanaques, calendarios, agendas de
cumpleaños;
Libros, diarios, revistas, juegos, folletos, diccionarios;
Materiales propios de la organización de la biblioteca del aula: fichas de libros, fichas de
lectores, inventarios, agendas de lectura, registros de préstamo;
Rótulos, listas;
Un abecedario en un lugar visible y al alcance de los niños;
Fichero de nombres, bancos de datos;
Carteles con acuerdos grupales;
Tomas de notas colectivas, planes de escritura de textos;etc
Recursos:
Propios para cada rincón específico

Estrategias:
Planificación de momentos para disfrutar de los rincones de forma libre y otros de forma
mediada; participación de las familias en la creación de esos rincones.

Fundamentación de la propuesta:
Si bien presentamos de base la propuesta de Montessori por sus características básicas
de elementos imprescindibles, debemos adecuarnos a la realidad actual, por lo que
hablamos de que los niños “habiten el espacio”.
Los espacios que “habitan” los niños y niñas pequeños se presentan ante ellos como
elementos vivos y dinámicos que comprenden y aprenden a compartir, participando de su
construcción y transformándolos de forma creativa. La calidad del espacio-ambiente hace
posible el despliegue del potencial que está presente en cada ser humano al favorecer y
facilitar la expresión y el desarrollo de todas sus capacidades.
Un “espacio habitado” es una construcción colectiva que se modifica por la acción
permanente de las personas. Para que los niños y niñas se sientan “habitantes” de un
espacio, apropiándose personalmente del lugar, es necesario que le encuentren
significado a partir de sus vivencias.
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La sociedad del siglo XXI ofrece múltiples escenarios y nuevos actores que posibilitan
potenciar los ambientes humanos de atención y educación de los niños y niñas pequeños.
Es importante considerar las situaciones y oportunidades a partir de las cuales sea
posible generar un ambiente humano de gran confianza en las posibilidades de niños y
niñas, en todos los planos; potenciarlos realmente, y que este pensamiento sea explícito y
manifiesto para ellos. Se hace necesario expresarles que son niños y niñas creativos,
inteligentes, sensibles, solidarios y con buenas ideas, y que ellos lo sientan como tal, en
situaciones vinculadas con esas manifestaciones.
En el entendido de que el espacio también educa, y función de la relación existente entre
la calidad del espacio y los aprendizajes que en él se producen, el ambiente físico es
concebido como un laboratorio, una superficie reflectante, un educador. Por lo tanto
consideramos una infancia desde sus fortalezas, potencialidades y capacidades da lugar
a espacios en los que se promueve el juego, la iniciativa, la comunicación y la
exploración; donde los materiales de juego y experimentación están al alcance del niño
para que sean utilizados en función de sus intereses y motivaciones. En este caso, las
personas adultas se muestran disponibles, preocupándose por generar ambientes
acogedores, desafiantes, seguros, cómodos y confiables en el que los niños participan,
se sienten protagonistas y se mueven libremente, incorporando paulatinamente los ritmos
de la jornada. Las características antes detalladas hacen posible leer los espacios físicos
y el tipo de interacciones que en ellos se promueven. Dicha lectura es realizada por el
niño/a desde muy temprana edad, determinando las relaciones que establece con su
entorno en respuesta a sus íntimas percepciones.
Un espacio físico sentido como propio favorece que niños y niñas expresen su curiosidad,
desarrollen sus habilidades y potencialidades, actúen y se comuniquen con los demás, lo
exploren e investiguen con todos sus sentidos, construyan proyectos y aseguren su
autonomía, todo lo cual promueve avances en sus aprendizajes.
Hablamos de alfabetizar el aula de inicial cuando promovemos un contexto adecuado
para poner el mundo letrado al alcance de los niños supone organizar la sala para
interactuar de manera significativa con variados y numerosos materiales escritos. Se trata
de hacer circular distintos portadores de informaciones para aprender a leer y escribir en
el marco de situaciones organizadas en distintas modalidades de enseñanza. A partir de
su frecuentación y mediante la intervención sostenida del docente, estas escrituras se
constituyen en escrituras seguras y estables, en valiosas fuentes de información para
producir e interpretar nuevas escrituras. La sola presencia de estos portadores escritos no
garantiza su conocimiento. Los niños deben saber qué dice cada una de esas escrituras.
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Para ello, es indispensable que el maestro propicie situaciones en las que se recurra a
estos materiales ya que los niños no lo harán espontáneamente. Es decir, hay que
“hacerlos funcionar en la sala”, frecuentarlos, ponerlos en uso. Hace falta una continua y
sistemática interacción con los mismos en el marco de situaciones de interpretación y
producción para transformarlos en objetos lingüísticos.
Bibliografía:
● Marco Curricular para la atención y educación de niñas y niños uruguayos. Desde
el nacimiento a los seis años. UCC/CCEPI. República Oriental del Uruguay (2014)
● Trilla, J. (coord). 2001. El legado pedagógico del siglo XX para la escuela del siglo
XXI.Barcelona. Editorial Graó.
● Gairín Sallán, J. y Antúnez, S. (2006). “La organización escolar”. Barcelona: Graó.

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